Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Notas Carmesi por Hando Kurai Tamashi

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ohayoooo!! Como están! xD

Jeje creo que les debo una disculpa por haberme desaparecido mucho tiempo Gomen!

Bueno, esta vez yo y Asis-san les tenemos preparado un cap. especial por así decirlo, después de todo se los debemos ;w;

Asistente: Si :S

Hando: Y bueno, si quieren brincarse el pedazo que sigue no hay problema xD

 

DISCULPAS DE LAS AUTORAS

Veamos cómo explicar, la verdad no me gusta hablar mucho de mi vida personal, pero he tenido asuntos un tanto serios, lo que me ha quitado literalmente todo mi tiempo libre y la verdad aun ahora me siento demasiado cansada, pero lo bueno es que en ratos que me ponía de acuerdo con Asis-san me ayudaba cuando tenía tiempo disponible, fue de gran ayuda pero aun así fue muy pesado; la verdad no me enorgullece tener que explicar cosa por cosa, porque sinceramente en lo personal son puras escusas (Disculpen mi forma de pensar T-T) Aun así me he tomado tiempo para avanzar a este fic del cual estoy súper enamorada xD , y no se me alarmen, tarde pero seguro n.n , no lo pienso abandonar por nada jeje owo . De los reviews disculpen apenas las contestaciones, pero dado a la situación decidimos hacer todo junto nwn . Bueno trate de ser lo más breve posible jeje owou Ok. Sin más muchas gracias por seguir este fic, se les agradece bastante xD Bueno  y ahora si… que ruede el telón!! xD

(La verdad me da nervios, pues al estar el cap extenso quisas sea mas probable que se me hayan escapado varios errores de ortografia Dx , si asi en un cap normal :s ... bueno mejor me dejo de preocupar y disfruten n.n )

-Ozz-san… ¿qué es lo que sientes por Ace?- Lanzo, era definitivo, tenía que preguntar, pues aquello no le dejo dormir “¿Sera que Tatch tiene razón?” Pensó, en ese instante el semblante tan alegre y despreocupado del pelirrojo cambio a uno más serio

 

-A mí me gusta Ace…- Dijo firme, tras aquellas palabras perduro un profundo silencio

 

-¿Entonces esto es una declaración de guerra?- Dijo para sí el rubio con una amarga sonrisa en su rostro “Entonces Tatch no estaba equivocado” Pensó

 

-¿Eh?- Pronuncio al no escuchar bien las palabras del rubio que solo hizo un gesto como de que olvidara aquello, continuando con la caminata, en donde el pelirrojo no paraba de hablar, al parecer era de esas personas que no se pueden quedar quietas por nada

 

-Haces demasiadas preguntas, ¿sabes? Dijo el rubio, haciendo notar al ojiverde su fastidio

 

-Oh, Perdón…- Se disculpo

 

-Aunque de todas esas preguntas no has dicho una que parece tener relevancia-

 

-¿En serio? ¿Cuál?-

 

-Como por ejemplo… ¿realmente entraras en la misma universidad que nosotros?-

 

-¿Qué? ¿No lo sabías? Jajaja Marco-kun ese es mi objetivo desde que llegue a este país jajaja- Reía

 

-¿Por qué de todos los países, tenias que elegir Japón?-

 

-Pues, la verdad siempre me ha dado curiosidad este país, y más aun cierta persona- Dijo, no dio nombres pero al parecer ambos sabían de quien se trataba – ¿Sabes? Cuando llegue aquí, los productos, por alguna razón creía que tendrían una etiqueta de “Hecho aquí” jeje por eso de que casi todo tipo de productos están creados en Japón- Reía, Marco también reía ante las incoherencias del joven, parecía que tenía un cierto humor para la comedia. Una vez llegaron pasaron por el portón, estando dentro comenzaron a buscar sus respectivos compañeros –Marco-san, ¿exactamente que se supone que está haciendo la escuela?-

 

-Oh es verdad eres nuevo- Dijo a este – Lo que sucede es que hoy se festejan las profesiones, o talentos aquí en la ciudad, es como para dar a notar las habilidades de cada quien-

 

-¿En serio?- Dijo con entusiasmo

 

-Sí, aunque… no se que se supone que tenga de entretenido hacer cuentas y ordenar papeles. Si soy sincero, dudo mucho que alguien se sienta atraído, al ver demasiadas matemáticas juntas-

 

-Jejeje tranquilo- Animo

 

-Verdaderamente, quienes por lo regular tienen más visitas son los talleres de música, arte e incluso literatura-

 

-Wow eso quiere decir que será un día muy movido, ¿eh?- Dijo el chico respirando como si se preparara para lo que estuviera a punto de venir; en eso se escucho una voz llamándole

 

-Hey, ¿Ozz-san?- Exclamaba el pelinegro al chico, que inmediatamente presto toda su atención a el

 

-Hola, Ace-kun- Saludo de nueva cuenta al pelinegro una vez que este parara frente a ellos

 

-¿Pero qué haces? Es tu primer día, deberías ayudar, ¿sabes?-

 

-Gomen, gomen, pero recuerda que no conozco nada de este lugar- Excusaba a lo que el pelinegro suspiro

 

-De acuerdo, en ese caso solo sígueme- Indico – Hasta luego Marco.-san- Se despidió del rubio –Suerte con lo de su carrera- Dijo alejándose de allí con el pelirrojo a rastras, Marco solo les despidió con una seña.

 

-Hola chicos, mi nombre es Ozz y es mi primer día aquí- Dijo el pelirrojo a los chicos que se encontraban como locos afinando y acarreando los instrumentos musicales, que dejaron lo que hacían para escuchar lo que el nuevo integrante del grupo tenía que decir – Espero y poder llevarnos bien- Palabras que surgieron su efecto, haciendo que cada chico se presentase a él, para conocerse. Tras eso el maestro de música, llego para dar instrucciones

 

-Chicos, si les soy sincero no tengo mucha idea de lo que se supone que tengamos que hacer- Dijo dudoso a sus alumnos

 

-Lo mismo digo sensei, esto es muy repentino- Se quejo una de las chicas

 

-Sí, no tenemos idea de que se supone debemos hacer- Dijo otro

 

-Bueno, como solo es una exhibición de las carreras, hagamos lo que mejor nos sale- Sugirió el profesor

 

-Disculpe profesor, pero, ¿interpretaremos algún genero en especifico?- Interrumpió la peli celeste al afro

 

-De hecho, es libre, Viví-san, así que siéntanse libres de tocar lo que deseen-

 

-¿Debe ser en grupos?- Pregunto uno

 

-Preferentemente… así que por esa razón, túrnense en tocar, ¿de acuerdo?- Pregunto y todos asintieron, pero una nueva pregunta surgió

 

-Umm… por cierto, ¿cuánto se supone que dure todo esto?- Dijo un muchacho con cara de sueño

 

-La verdad no estoy seguro, con eso de que es normal de que lleguen personas a ver, o escuchar… quizás… aproximadamente alrededor de unas 5 horas-

 

-¿Qué? ¿Tanto?- Se quejaron

 

-Sera imposible, ¡cubrir todo ese tiempo!- Dijo uno

 

-Puede ser- Dijo el maestro – Pero, para eso, tengo planeado, que deberíamos hacer- Mostro la lista de los estudiantes y otra hoja donde parecía haber hecho algunas anotaciones – Escuchen, tocaremos por lo menos algunos 15 o 20 minutos, es decir algunas 3 o 4 canciones; una vez cumplido el tiempo, descansaremos unos 5 minutos e invitaremos a personas a tocar, como es probable, y de hecho siempre ha pasado, los estudiantes de otras instituciones, saben tocar, es normal que quieran unirse, pónganle que en eso son como algunos 30 min., esto sería como un ciclo repetitivo, si lo ven de esta forma será más sencillo, oh y antes de que se me pase, los alumnos de acuerdo a su número de lista; del 1 al 21 iniciaran en el foro que montamos, con lo antes mencionado y del 22 al 42 se encargaran de exponer, historia y demás en las aéreas designadas- Explicaba – bueno si no hay mas, andando- Ordeno a lo que todos corrían como locos, tratando de alguna manera prepararse para lo que le tocaba.

 

                Pronto dio inicio  a la ceremonia de apertura del programa, dando la bienvenida a las personas de afuera de la institución, el día era soleado, era un día agradable, y la institución en poco tiempo se lleno. Las especialidades de cada carrera, daban lo mejor de cada una, como si se tratara de alguna competencia por ver quién lograba atraer más personas. Y como era de esperarse, las carreras antes mencionadas eran de las más demandadas

 

-Buen trabajo chicos- animaba el profesor esquelético a sus estudiantes, ya había pasado una hora y media desde que empezaron y los pobres no paraban, tocaban música que ya habían tocado anteriormente, pero sin duda era agotador

 

-¿Quieres que te ayude a afinar el violín?- Pregunto el pecoso a la peli celeste, esta solo asintió en silencio, Ace tomo aquel instrumento, haciendo sonar cada una de las cuatro cuerdas, escuchando y apretando o desapretando aquellas cuerdas – Viví-san, te gustaría cantar?-

 

-Emmm… no, no creo…- Dijo nerviosa

 

-Que lastima, y yo que quería escucharte cantar nuevamente- Suspiro

 

-Este… yo… la verdad no lo sé…-

 

-Jeje es raro de ti actuar de esa manera tan tímida, ¿sabes?- Sonrió, a la vez que la chica se sonrojaba

 

-No… no es eso, es que yo… solo… me da miedo participar-

 

-¿Eh? ¿Por qué? Si tienes demasiado carácter como para salir al escenario a cantar tu sola- Dijo pensado que la peli celeste posiblemente tenía pánico escénico

 

-No, lo que quiero decir es, que no quiero que me mire una persona en especial- Dijo la chica mirando hacia el suelo

 

-¿Eh? –

 

-Este, me gustaría dejar las cosas así, me incomoda hablar de aquello- Pidió

 

-De acuerdo, si es algo que te incomoda, no lo volveré a preguntar- Dijo

 

-Perdón- Se disculpo

 

-Descuida, no pasa nada- Dijo poniendo su mano derecha en la cabellera celeste de la joven, que le miro

 

-Gracias- Dijo “Es mi imaginación, o esta sensación es igual a la de aquella ves?” se pregunto internamente, los ojos del chico le recordaban a aquellos ojos esmeraldas.

 

-Anda Ozz-san no seas egoísta y déjanos escucharte- Se escucho a lo lejos parte de sus compañeros, que parecían acosar al pelirrojo

 

-Discúlpame por un momento- Dijo a la vez que se ponía de pie el pelinegro a la peli celeste – En un momento regreso- Dijo dirigiéndose a la bola de chicos

 

-No… no quiero cantar gracias- Se reusaba el pelirrojo

 

-¿Que sucede?- Pregunto integrándose a la conversación ajena el pecoso

 

-Oh, Ace-kun tu eres amigo de Ozz-san, ¿verdad?-

 

-Sí, ¿porque?-

 

-Veras, queremos escucharle en una escena, ayúdanos a convencerlo, ¿si?- Explico una de las chicas

 

-Les dije que no- Pronuncio con nerviosismo el pelirrojo

 

-Vamos Ozz-san no seas tímido y participa con nosotros- Rio Ace, después de todo ya sabía cuál era la razón “Tienes una personalidad poderosa, pero… se que por dentro te has de sentir inseguro aquí. Solo es cuestión de que te impongas, no hay nada que temer” Pensaba

 

-Yo no soy tímido- Dijo poniéndose de brazos cruzados, girando el rostro, queriendo evitar que le miraran la cara, que se encontraba roja de la vergüenza, pues era verdad; no conocía a nadie, en cierta forma no se encontraba en confianza con los demás, y quizás de cierta manera era demasiado repentino hallar un aire de confianza. No sabía como los demás pensaban, ni cómo reaccionarían ante alguna acción suya y eso le provocaba pudor.

 

-Anda, vamos- Insistió Ace

 

-Lo hare- Acepto por fin, después de habérsela pensado un poco – Pero con una condición- Aclaro

 

-¿Eh? ¿Desde cuándo ese comportamiento tan infantil?... bueno no es raro pero exactamente ¿por qué ahora?- Dijo el pecoso – De acuerdo aceptare pero cuál es la condición-

 

-Un favor-

 

-¿Un favor? ¿Qué clase de favor?-

 

-La verdad ni yo mismo estoy seguro, pero ten por seguro que en algún momento lo necesitare-

 

-Pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, no comprendo porque me pides algo obvio a cambio-

 

-No lo sé, quizás te rehúses-

 

-Bueno allí está la aclaración, no es un favor, es una tontería lo que me pedirás, ¿cierto?- Dijo el pelinegro con cara de “no pudo ser Más obvio” a lo que el pelirrojo solo rio –Esta bien, pero vas a salir al escenario-

 

-La verdad, no se que se supone debería cantar- Confeso el ojiverde

 

-Ozz-san, ¿que te parece una hecha por ti?- Dijo una chica

 

-Si- Chillo otra – Vamos, vamos Ozz-san es de lo más seguro que tengas canciones ya compuestas, ¿no? Al ser estudiante de música como nosotros-

 

-Bueno, yo…- Decía no muy convencido

 

-Esperen, pero aunque fuera así, como le haríamos con los instrumentos?- Dijo el pelinegro

 

-Jeje descuiden chicos, no por nada somos estudiantes de música- Dijo un chico – Si quieres cantar una canción hecha por ti, solo tienen que escribirnos las notas en las hojas y nosotros nos encargaremos de interpretarla- Al terminar todos los presentes sonrieron, dando a flote aquella confianza que se tenían siempre, acto que hizo que el pelirrojo sintiera aquella seguridad

 

-De acuerdo- Dijo el ojiverde poniéndose de pie – Ace-san, quiero que me ayudes a interpretar la canción que he elegido- Pidió

 

-¿Cual has elegido?- Pregunto curioso, a lo que Ozz sonrió

 

-Distance- Soltó, Ace sonrió al escuchar la proposición

 

-Está bien- Acepto, y como por instinto ambos tomaron hojas con los pentagramas vacios, listos para llenar, dividiéndose el trabajo, hacían memoria de los instrumentos que interpretaban la canción; los compañeros al ver a los chicos, sin tener quien les ordenara, se dirigieron a los instrumentos en los que cada uno tomaba con el que tenia mejor afinidad, afinándolos, preparándolos. Mientras se escuchaba el resonar de la música creada por el resto de sus compañeros en el escenario.

 

                Había pasado media hora aproximadamente en la que ambos chicos, habían revisado las notas lo mejor que podían, para después repartirlas a sus compañeros.

 

-Al parecer tocare la batería, ¿está bien?- Dijo el pelinegro

 

-Jajaja claro, claro después de todo eres una locura suelta con los tamborazos jajaja- Reía el pelirrojo

 

-No te burles Ozz-san- Dijo el pecoso algo tieso

 

-De acuerdo, está bien, pero es una lástima a la vez… sabes, quería cantar contigo-  Dijo con cierta desilusión

 

-Jeje no es problema- Dijo uno de sus compañeros entregando un micrófono de sopla

 

-Gracias- Dijo el ojiverde – Jeje entonces después de todo no te salvas de cantar junto a mí, ¿no crees? ¿Ace?- Sonrió el pelirrojo, en eso entro una chica

 

-Oigan, ¿aun no?- Se quejo jadeante – Queremos descansar un momento-

 

-Perdón Megumi-chan- Dijo uno de los chicos – Gracias por esperar, ya estamos listos- Ante esto, todos los presentes acarrearon los instrumentos faltantes al escenario, estando todo listo en cuestión de minutos.

 

-Tu puedes Ozz-san- Dijo el pecoso dando palmadas de ánimo en la fornida espalda del ojiverde, aunque este no lo dijera, por dentro se encontraba nervioso

 

-Gracias Ace-kun- Dijo el chico, ambos caminaron hasta el exterior, donde se encontraron con un público al parecer demasiado enérgico, del que se escuchaba una alboroto tremendo –Ace, no sé si pueda- Dudo

 

-No entiendo porque dudas-

 

-Mi acento, es diferente al de los de aquí- Admitió

 

-No es verdad, esa canción la cantas demasiado bien- Insistió – ¿Como es posible que sientas nervios cuando antes ni los sentías?-

 

-Es que, quizás allá era diferente-

 

-Descuida todo estará bien, solo se tu, además no te dejare cantando solo- Aseguro

 

-Está bien!- Dijo lleno de vitalidad- Perdón por mi actitud pesimista, sé que no suelo ser así, pero desde que llegue, me siento de alguna manera inseguro-

 

-Está bien, comprendo cómo te sientes, no eres el único al que le allá pasado eso- Sonrió a la vez que se dirigía hacia la batería tomando las baquetas.

 

“Ace-kun, cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que tocamos esta canción? Aun recuerdo ese día, he de admitir que fue curioso; fue la primera vez que me anime a escribir una canción, ¿la razón? El solo poder verte, el solo poder escucharte, el solo poder sentirte, la verdad siento un gran aprecio por ti, en poco tiempo nos volvimos inseparables, pero, aunque tú no lo sepas, yo… desde aquel entonces he estado enamorado de ti. Antes de conocerte, odiaba la música, no le hallaba sentido, pensaba que solo los tontos enamorados escuchaban esas cosas, porque según yo, toda la música siempre hablaba de amor; pero ese pensamiento cambio cuando te conocí, tu música, era distinta, transmitía tantas cosas en una sola pieza, es hermosa, me daba un sentimiento de felicidad y a la vez de melancolía, dolor pero a la vez dicha. Aquella rareza enredo mi corazón con sus notas. De ella quise aferrarme y jamás soltarla. Ese día, estábamos solos en uno de los salones de música, recuerdo que te pregunte que cual instrumento me identificaba mas y que ritmo, en eso tú te dirigiste a la batería y comenzaste a tocarla desenfrenadamente, era un ritmo loco, apresurado, juvenil, entre más cosas imposibles de describir en una sola palabra y la verdad me encanto, me dijiste que si tuvieras que elegir un instrumento que me describiera, sin duda será la batería, igual de escandalosa que yo y el ritmo, sin duda seria uno fuerte y alegre. Inspiraste la letra con el impulso de aquellas notas y así, fue como nació esta canción, quizás ya lo sabes pero la canción fue escrita con especial afecto hacia a ti, como un gran amigo, mas sin embargo, en el fondo, quería decir mucho mas.” Pensó mientras escucho como el sonido de los instrumentos resonaban, dando inicio a la canción. Miro al publico lleno de emoción y sonrió, a la vez que su mirada se encontraba con otra, la de Marco, quien había acudido, al estar ambas carreras demasiado cercas, “No sé porque, pero por alguna razón siento algo extraño cada vez que le miro” Pensó, sentía un sentimiento extraño, que quizás raramente abría experimentado antes, pero no lograba entender de qué se trataba escitamente.

 

“Eres mi amigo, ah… aun no olvidas el sueño de aquel día, verdad?

Eres mi sueño, ah… apenas es el comienzo de un duro camino

Ah… comienza ahora mismo!

Los presentes y venideros días, también serán días esplendidos

No cambies tu canto; la sonrisa de una resplandeciente mañana,

Con esto despierta un divertido día

El futuro despega, proponte llegar lejos; el sueño del corazón

Iré a la distancia observando el inmenso cielo azul

Embarque el bloque estrella; este es el mejor viaje sin fin

Eres mi amigo, ah… aun no olvido el sueño de aquel día, verdad?

Eres mi sueño, ah… apenas es el comienzo de un duro camino

Ah… comienza ahora mismo!

Gracias amigo, ah… las cosas de ese día, aun las puedo recordar, por eso

Eres mi sueño, ah… días que jamás se volverán a repetir

Oh… iré a la distancia…

 

Monte una mentira tan enorme que es imposible cortarla y esconderla

Intenta comprender mis verdaderas intenciones en este último viaje,

Mi juego que sigue en derrotas, ¡desde ahora comenzara un sueño!

Eres mi amigo, ah… aun no olvidas el sueño de aquel día, ¿verdad?

Eres mi sueño, ah… apenas es el comienzo de un duro camino

Ah… ¡comienza ahora mismo!

Gracias amigo, ah… las cosas de ese día, aun las puedo recordar, por eso

Eres mi sueño, ah… días que jamás se volverán a repetir

Avanza hacia el mañana, yo jamás permitiré que extingas la llama del corazón, por eso iré a la distancia.

 

Pronto termino la música los aplausos resonaron en aquel lugar, pasaron unos minutos hasta que una de las alumnas de dicha carrera se acercara a informar algo

 

-Fue una buena canción chicos- Exclamo a los presentes

 

-¿Lo ves? ¿No era necesario ponerse nervioso sabes?- Dijo el pelinegro al pelirrojo que rio

 

-Además- Añadió la chica – Las personas de abajo quieren escucharte cantar- Señalo al pecoso que se quedo con el semblante pálido del asombro

 

-Pero… si ya cante…- Excuso

 

-Pero esta vez no de coro-

 

-¿Eh?-

 

-Sí, así como lo escuchas, el maestro está de acuerdo así que no tienes más opción- Ace suspiro

 

-¿Alguna petición?-

 

-No, el maestro dijo que de preferencia algo original como lo de hace rato-

 

-Pero eso me tomara tiempo-

 

-En ese caso no perdamos mas y vayan a dentro, tomaremos un descanso, ya encontrare a quien nos suplante, ¿les parece?- Dijo

 

-Está bien- Dijeron todos, a la vez que ingresaban detrás del telón, en eso

 

-Han estado geniales…- Se escucho a la peli azul

 

-Oh, Viví… este gracias jeje- Dijo el pecoso –Ya cambiaste de parecer?- Pregunto, pero en ese instante la chica no respondió, al contrario, miraba hacia el frente, su expresión cambio a una muy asombrada – Umm…- Giro y logro ver a una chica, que parecía vestir muy cubierta, y sin dudarlo mucho supo que era la joven cantante, acompañada de un hombre

 

-Rebeca-sama y Cuosa-sama- Pronuncio

 

-¿R…Rebeca?- Pronuncio casi de miedo “Demonios, por favor espero no cruzarme con ella, al convivir demasiado es posible que se dé cuenta de quién soy”

 

-Si es ella, pero no entiendo que hace aquí… además…- Dijo analizando detenidamente

 

-¿Que sucede? ¿Acaso hay alguien más?-

 

-Si mal no recuerdo allí se encuentra también Kouki- Señalo a un hombre que vestía sudadera, pantalones, tenis, bufanda, lentes negros y una gorra

 

-Pero que mal se camuflajea- Dijo Ace

 

-¿Qué? ¿Acaso les conoces?- Pregunto

 

-No, este, bueno, ya sabes, son famosos y es normal que se les reconozca, ¿no crees?-

 

-Buena respuesta, aunque, la verdad uno al verles estaría brincando de la emoción, ¿es que acaso no te gusta su género?-

 

-Este, yo, no es eso… es… la canción, si, mi mente está tratando de ver cómo le haremos para interpretar un tema- Dijo con la mejor escusa que se le ocurrió

 

-Oh…-

 

-Por cierto Viví, he escuchado que tu y unos cuantos más han estado ensayando siempre en la salida de las escuela, es eso ¿verdad?-

 

-Emmm… si, si es verdad, porque lo dices-

 

-¿Podrías por favor, hacerme un favor?-

 

-¿Cual?-

 

-¿Podrías, darnos algo de tiempo?-

 

-¿Como?-

 

-Sera algo largo, pero intentare acabar lo antes posible, por favor ¡te lo suplico!- Pidió

 

-Este yo…- Dijo a la vez que su mirada fue directa hacia donde estaba su antiguo amor, haciéndole sentir un sentimiento desolado, pero pronto sus ojos se iluminaron al escuchar unas palabras de aliento de parte de una persona en especial entre el público, que a pesar de gritar lo más fuerte y ser de lo más escandalosa, nadie se había percatado de quien era aquella chica

 

-¡¡¡Viví!!! ¡¡Animo!!- Exclamaba junto al joven

 

-¡¡Viví!!- Decía el chico de cabellera castaña al lado de la peli rosa

 

-¡¡Esta vez es al revés!! ¡ Esta vez he venido a admirarte a ti!!!- Gritaba Rebeca

 

-Viví-sama, Cuosa-sama…- Dijo a la vez que comenzaba a llorar

 

-Viví-san, ¿te encuentras bien?- Se acerco a la peli celeste, abrazándola

 

-Descuida, Ace-san, lo hare- Dijo con una sonrisa, retirando las lagrimas de su rostro

 

-Michas gracias Viví-chan!- Agradeció. Pasaron alrededor de unos minutos, cuando la banda que seguía se encontraba lista para tocar. Marco observo aquella chica, su antiguo amor y su semblante entristeció al verla, la peli celeste también le dedico unos segundos al mirarle, para después mirar al resto de las personas, sin duda se sentía dolida aun, pero, las personas presentes, le impulsaban a seguir adelante “Quiero seguir adelante, aunque me da vergüenza mirarte a la cara por mi decisión egoísta, no puedo quedarme con este temor para siempre”

 

Crecí en un pueblo pequeño,

Y cuando la lluvia caía

Sólo miraba por mi ventana,

Soñando con lo que podría suceder,

Y si terminaba feliz

Rezaba (rezaba).

 

Me esforzaba por llegar

Pero cuando intenté hablar claro,

Sentí como si nadie pudiera escucharme.

Quería pertenecer a este lugar,

Pero algo andaba mal aquí.

Entonces recé para que pueda escaparme.

 

Extenderé mis alas y aprenderé a volar.

Haré lo que sea hasta tocar el cielo.

Pediré un deseo,

Probaré suerte,

Haré un cambio,

Y me escarparé

Fuera de la oscuridad y hacia el sol,

Pero no olvidaré a todos los que amo.

Me arriesgaré,

Probaré suerte,

Haré un cambio,

Y me escaparé.

 

Quiero sentir la tibia brisa,

Dormir bajo una palmera,

Sentir el torrente del océano,

Subirme a un tren veloz,

Viajar en un avión a reacción, muy lejos ( lo haré)

 

Edificios con cien pisos,

Doy vueltas por puertas giratorias.

Quizás no sé adónde me llevan pero

Tengo que seguir andando, andando,

Volar lejos, escaparme.

 

Extenderé mis alas y aprenderé a volar.

Aunque no es fácil decirte adiós.

Tengo que corre el riesgo,

Probar suerte,

Hacer un cambio,

Y escaparme,

Fuera de la oscuridad y hacia el sol,

Pero no olvidaré el lugar del cual vengo.

Tengo que corre el riesgo,

Probar suerte,

Hacer un cambio,

Y escaparme, escaparme, escaparme.

 

 

Una vez termino la música el clamar de la multitud resonó por todo el local, miraba contenta a su alrededor y entre los mismos músicos sonreían felices, ya llevaban varias semanas con esa canción, dado a que al ver a la peli azul con tan bajo animo la invitaron a escribir una canción, y sin duda era una bella pieza

 

-¡¡Eso fue genial, Viví-chan!!- Se escucho entre la multitud la voz de Cuosa, cosa que le sonrojo a la peli celeste

 

-¡¡Viví-san!! ¡¡Cantas muy bien!! Tus amigos son excelentes músicos!!- Gritaba ahora la peli rosa, aquellas palabras de ánimo le ablandaron el corazón, haciéndole poner sentimental

 

-Gracias- Dijo la joven, que junto con sus compañeros reverenciaron en agradecimiento mientras salían de escena

 

-Viví, aun recuerdo que siempre amaba escucharte cantar, amo tu voz- Dijo para sí Marco, quizás acercarse para escucharles cantar al grupo de música no había sido buena idea después de todo.

 

-Ace-san- Dijo la chica corriendo a abrazarle

 

-Estuviste genial Viví-san- Dijo el pelinegro

 

-Jeje ummm… ya se encuentran listos?- Dijo la chica a quienes seguían de participar, quienes asintieron –Jajaja parecen muy decididos- Reía

 

-Si les soy sincero es la primera vez que toco algo como esto- Dijo uno de los chicos, mirando las hojas, a lo que la mayoría de ellos asintieron – Pero podemos hacerlo- Repuso

 

-Perdón por causarles molestias chicos- Se disculpo el pecoso

 

-No tienes que disculparte Ace-san, me alegra tener que tocar esta canción, me muero por escuchar la letra- Dijo un chico castaño

 

-Bueno, entonces ay que irnos preparando- Dijo el pelirrojo.

 

-¿Quieres ir a ver a Viví-chan?- Dijo Cuosa a la peli rosa

 

-¿Eh? ¿No crees que es demasiado pronto?- Dijo la chica

 

-No importa, creo- Dijo el rubio

 

-De acuerdo-Acepto la chica, pero justo antes de que se fueran, se anuncio los que seguían, solo quería ver de reojo, pero el pecoso le llamo la atención

 

-¿Rebeca-san?- Dijo el hombre a su lado

 

-Cuosa-kun, si no es mucha molestia, ¿podríamos quedarnos a escuchar solo esta canción?- Pidió

 

-Eh, está bien- Acepto la petición, quedándose ambos.

 

-¿No se te hace familiar ese chico?- Dijo la mujer a rubio

 

-¿Eh? ¿cual?-

 

-El vocalista-

 

-Jamás lo había visto-

 

-Lo mismo digo, pero algo en el me es familiar… su sonrisa… me es muy familiar…- Dijo analizando, no quería quedarse con la duda

 

-Nosotros somos el grupo de música del segundo año- Presento el pecoso - E interpretaremos, hologram.- Dijo, a la vez que el pelirrojo comenzó a hacer sonar las cuerdas de la guitarra eléctrica-

 

“Invitado por un blanco cuadro es que iré,

A buscar el mundo que no puedo ver, wooo…~

 

 

Cuando viajaba, sin rumbo ni paz, aquel cielo guiaba mis días,

Mis sueños se han perdido, tal como yo, sin un mapa en que buscar.

Si quizás, mi ilusión de algún día cruzar ese cielo,

Se volviera  realidad lograre al fin avanzar,

 

Yo lo intente, quise luchar, más mi corazón, lo rompí,

Sé que caerá esta lluvia sin parar, repetidas veces contra mí.

 

Repentinamente, una luz atravesé,

Con honestidad cruce hasta el final, y ahora puedo llegar hasta aquí,

Frente de mis ojos mi  imagen quemare,

Para ir a buscar el mundo que aun no puedo ver.

 

La magia de la música surtía efecto en la multitud, algunos tarareaban, otros solo movían su cuerpo al ritmo de la música.

 

Aquellas misiones, me quieren nublar sin darme cuenta de que,

El gran tesoro, suele estar escondido en el alma,  y ya,

El resplandooor~  que yo vi, estrellas y de flores que suelen mentir,

Son sueños! Perdidos juntos, son hologramas! Una ilusión,

 

Pero con fe, yo volare, y la soledad dejare,

Ni esta frustración, ni el dolor podrán apagar,

En mi camino la brillante luz,

Debería ser más fuerte de lo que fui ayer,

Para que a la meta pueda llegar,

Dejando mis miedos yo me superare,

Invitado por un blanco cuadro es que iré,

A buscar el mundo que aun no eh podido ver,

 

 

La luz del lejano arcoíris,

Brilla junto al sol, hasta el fin,

Y la sombra que sentí, está cerca de mí, wooo,~

Creo que su voz va a seguir llamándomele, yee!~

 

La honesta luz que se dispersa por doquier,

En la tarde en que llovió por fin,

Deja colores en la luz del sol,

Se fusionan todos en el cielo esta vez, transformando esto en único color,

Estoy seguro que llegare al mundo que aun no puedo veeer!~

 

Una vez concluyo con la nota final, la multitud aclamo mas, quizás se demostraba que lograba cambiar el ánimo de las personas, después de todo, la canción era demasiado motivacional. Sin más agradecieron a la vez que salieron fuera de escena.

 

-Eso fue genial!!- Dijo el que tocaba una de las guitarras – Deberíamos hacer esto más seguido- Reía.

 

-Si, se sintió muy bien!- Decía una de las chicas, entre ellos era pura risa.

 

-Portgas-san, eso estuvo fabuloso! Chicos se veían geniales en el escenario, fue una buena movida- Dijo Viví, dirigiéndose hacia ellos, aquella canción le hizo llorar, no sabía exactamente una razón justificable, pero de alguna manera, sintió que conmovió su corazón, no era una canción deprimente que posiblemente le habría hecho chillar, pero esa era quizás la magia que contenía aquella pieza.

 

-Gracias, Viví- Dijeron a coro, mientras se abrazaban como si fuera alguna clase de equipo de futbol americano.

 

-Portgas-san, me puedes acompañar por algo de agua para los chicos?- Pregunto la chica

 

-Claro- Respondió este con una sonrisa, ambos se dirigían hacia fuera de la mini carpa que habían armado detrás del foro, donde se preparaban los músicos, hasta que se encontraron con la chica peli rosa y su acompañante, que corrieron a abrazarle

 

-Viví-san!- Decía la chica de ojos vino estrujando a la otra chica entre sus brazos

 

-Rebeca-sama, que hace por aquí?- Pregunto

 

-Jeje solo escuche que la universidad tendría un tipo de evento y no pude contener las ganas de venir a verte, además Cuosa-kun está igual- Dijo señalando al mencionado

 

-Viví-san, estuviste increíble- Dijo este entregándole un pequeño ramo de rosas a la chica, que se sonrojo

 

-Cuosa-sama no era necesario que… yo… gr… gracias- Dijo la chica llorando

 

-Te encuentras bien Viví-san?- Dijo Ace a la chica

 

-Si- Contesto limpiando sus lagrimas – Es solo que, me siento muy feliz- Dijo sonriendo –Este, por cierto… Rebeca-sama, Cuosa-sama, les presento a mi compañero de clases y amigo, Portgas D´Ace- Presento al chico

 

-Hola, es un gusto- Saludo

 

-Hola, Ace-san- Dijo el rubio dando la mano, seguido de la chica de cabello rosa

 

-Mucho gusto, Ace-kun, Soy Rebeca- Dijo la mujer.

 

-Por cierto, si me disculpasen, quisiera dar un recorrido con Viví-san- Pidió el rubio

 

-Eh? c…claro, no hay problema, Cuosa-san- Dijo Rebeca

 

-Gracias Rebeca, que me dices Viví-san, aceptas?- Dijo el rubio

 

-Si- contesto la chica con las mejillas coloradas –Portgas-san, si no es mucha molestia, podrías estar con Rebeca-sama, en lo que llegamos?- Dijo la peli celeste

 

-Claro, no hay problema- Respondió

 

-Jeje, en ese caso, yo también recorreré el lugar con Ace-kun- Dijo Rebeca, tomando del brazo al pecoso que se sonrojo, le daba miedo que se diese cuenta de quién era. Una vez el rubio y su acompañante partieron, la peli rosa y el pelinegro se dirigían por un pasillo a la salida

 

-Me pregunto qué haces aquí, Rebeca-san- Se escucho resonar una voz detrás de ellos

 

-K…Kouky-san?- Dijo la chica en su asombro de verlo allí

 

-Que haces aquí?- Dijo el hombre en frente

 

-Solo he venido a ver a una conocida y a ver la institución- Explico

 

-Sabes Rebeca-san, lo volveré a preguntar una vez más…- Dijo acercándose a los dos – De todos los cantantes nipones, tu eres la que esta más relacionada con Kasaai-kun, se podría decirse que son muy buenos amigos, si ese es el caso, debes de saber donde se encuentra el en estos momentos, ¿no es así? Entonces, por favor, ¿podrías decirme donde se encuentra Kasaai-kun?- Dijo

 

-Ya te lo dije Kouki-kun, no sé donde pueda estar Kasaai-sama- Dijo la chica retrocediendo un poco

 

-Mientes, porque lo haces ¿Rebeca-san?- Dijo al estar unos cuantos metros cerca –Sabes, si ese es el caso, supongo que no me queda de otra que hacer que hables- Dijo amenazante avanzando, pero Ace se le interpuso en su camino.

 

-Deja de amenazar a Rebeca-san- Dijo el pecoso con aquella mirada tan afilada que tenia, haciendo del chico parar

 

-Je, ¿que se supone que es esto? Antes me era imposible atréveme a hacer esto, dado que siempre nos encontrábamos en zonas donde habían personas de la misma categoría que nosotros, pero sabes, ahora mismo estamos en un lugar diferente, y un mugriento chico como tú  no va a interponerse- Dijo

 

-El único que da pena aquí eres tú! Si te atreves a ponerle una mano encima a Rebeca-san no te lo perdonare!- Dijo el pelinegro retador

 

-Esos ojos… los he visto en alguna parte, tu eres el chico que canto en el escenario hace un momento cierto? Quizás tu también estés relacionado con Kasaai-kun, no?- Dijo a la vez que trataba de darle un puñetazo en el rostro, cosa que no consiguió, Ace solo le esquivo, mientras le derribaba al suelo

 

-Te lo repito nuevamente, no dejare que tu ni nadie le ponga una mano a Rebeca-san; si ella te dice que no lo sabe es porque no lo sabe, deja de insistir en algo que no es de tu incumbencia; yo no sé nada de Kasaai y aunque lo supiera, no pensaría en decírselo a una escoria como tu- Dijo el pecoso, Kouki se levanto lentamente

 

-Está bien, esta vez desistiré, pero no por completo… un día, hare que me lo digan…- Dijo retirándose de ese lugar, dando la espalda a los chicos, hasta perderse de sus miradas

 

-Estas bien Rebeca-san?- Dijo el pelinegro a la chica

 

-Si, gracias- Dijo la chica mirándole a los ojos, haciendo que el chico se sonrojara desviando la mirada

 

-Descuida… no es nada…- Dijo tratando de girar

 

-Kasaai-sama?- Pronuncio la chica dudosa, internamente sentía que el chico era sin más que el mismo rubio, estaba segura, pero si se llegaba a equivocar no tendría de otra que disculparse. Ace quedo inmóvil al escucharle decir aquello, permanecieron quietos por unos momentos, hasta que el chico decidió mirarle a la cara, vio en aquellos ojos demasiada emoción acumulada, se podría decir que la chica se sentía demasiado conmocionada.

 

-Re…beca… yo…- Dijo tímido

 

-Realmente eres tú?- Dijo la chica acercándosele, a lo que el chico suspiro

 

-Si… soy Kasaai…- Soltó a lo que la chica le abrazo, sollozando

 

-Que bueno que estés bien- Dijo aun aferrada al cuello del chico -  Me preocupe mucho en la fiesta, cuando Pappacu-san no te encontraba… espere a ver las noticias, pero no aparecía nada…- Sollozaba en sus brazos

 

-Descuida, estoy bien-

 

-Que sucedió? – Pregunto retirándose por un momento

 

-La verdad no estoy muy seguro, solo recuerdo haber tomado una copa cuando estaba con Kouki y después de allí… no recuerdo nada…- Dijo

 

-¿Qué? No puede ser!- Chillo – ¿Ese maldito hombre no le habrá hecho algo?-

 

-Al parecer no, te soy sincero no recuerdo nada, pero cuando cobre conciencia, me encontraba normal, puede que un poco mareado por lo que le habrá puesto a la copa, pero no me dolía nada- Dijo tratando de calmarla –Que te parece si vamos a dar un recorrido Rebeca-san?- Pregunto

 

-E…está bien…- Dijo la chica secando sus lagrimas, ambos chicos caminaron por las diversas áreas designadas para cada una de las carreras, estuvieron en gastronomía, gimnasia, entre otras, participaban en los concurso, fue un rato agradable.

 

-Ace-san, que le parece si vamos allí- Indico la peli rosa

 

-Arte? Está bien- Dijo el pelinegro, ambos entraron y vieron las obras que se encontraban en exhibición.

 

-Pase a ver! Estas magnificas obras!- Se escucho a cierto rubio anunciar

 

-Sabo-kun, creo que es momento de que descanses un poco, ya has estado así desde la mañana quedaras afónico si sigues así- Dijo angustiada su joven novia

 

-Jajaja descuida, puedo estar así todo el día!- Dijo con su sonrisa

 

-Sabo-kun- Dijo algo alterada

 

-Jajaja, sabes Kohala-san, no quieres que te dibuje?- Dijo

 

-Eh?-

 

-Vamos ya has visto a nuestros compañeros dibujar a las personas-

 

-Pero, si siempre lo haces Sabo-kun-

 

-Ya veo, en ese caso porque no me dibujas tu a mi… ¿que tal como Jack el del Titanic?-

 

-¡S…Sabo-kun!- Dijo la chica dándole de zapes, le avergonzaba que dijera locuras enfrente de la gente, el rubio solo reía

 

-Dios- Dijo el pelinegro al ver la escena

 

-¿Los conoces?-

 

-Es mi hermano y su novia- Contesto

 

-Ah ya veo, ciertamente se parecen un poco- Dijo

 

-Jeje quizás es porque hemos convivido desde pequeños, la verdad es mi hermano adoptivo-

 

-Oh, perdón…-

 

-Descuida, para mí siempre ha sido mi hermano pequeño- Sonrió.

 

                Paso el tiempo hasta que la gran feria termino, todos se retiraban de la institución y el personal, junto con los estudiantes se encargaron de limpiar todo.

 

-Hasta pronto Rebeca-san- Dijo el pelinegro a la chica

 

-Jeje si- Contesto – Bueno Cuosa-san será mejor retirarnos-

 

-Está bien, hasta luego, Viví-chan – Dijo el hombre alejándose de la peli azul, que de igual manera le despidió

 

-Espero volvernos a ver!- Dijo la peli celeste a los dos que se alejaban hasta salir fuera del portón.

 

-Como te fue Viví-san?- Dijo el pelinegro

 

-¡¡Fue fantástico!!- Chillo la chica – ¡Fue muy divertido! ¿Y a ti como te fue Portgas-san?-

 

-También me fue bien- Contesto, - Bueno, será mejor ir a ayudar a los chicos a recoger todo- Indico, ambos caminaron hacia el foro, donde ayudaron a sus demás compañeros, pronto acabaron dieron las 6:00 de la tarde, Ace y Ozz se encontraban ya en marcha hacia sus casas

 

-Ace-kun, ¿es verdad que habrá campamento la próxima semana?- Dijo el chico pelirrojo

 

-Así es, aunque parece que antes de eso entre semana habrá una fiesta por lo de Halloween, pero la fecha no es segura… probablemente lo pospongan para un Viernes…- Dijo pensando

 

-Vaya, son demasiadas cosas-

 

-Por lo regular en Octubre se hacen demasiadas cosas de este tipo-

 

-Ya veo, Ace-kun, en ese viaje de campamento ¿cómo es?-

 

-No lo sé… jamás he ido a uno hecho aquí en la escuela, parece que iremos a las afueras de la ciudad, es como para hacer un convivio entre la naturaleza y las personas-

 

-Oh…-

 

-¿Y que me dices tú Ozz-san? ¿Cómo te fue?-

 

-Fue divertido- Dijo sonriendo – La verdad, no creí que sería así de lindo esto de la feria… además, nuestros compañeros son muy carismáticos, y también excelentes músicos, les admiro-

 

-Jeje yo me siento igual- Contesto –Creo que aquí giro- Dijo

 

-Es verdad… bueno no insistiré en acompañarte- Dijo – Pero bueno, entonces adiós…- Se despidió abrazándolo fuertemente y de repente le beso

 

-¿Ozz?-

 

-Eeee… costumbre, si costumbre, ya sabes, las costumbres rusas-

 

-¿Creí que eran francesas?-

 

-Bueno en parte no…-

 

-Como sea, sabes que en Japón hay algunas cosas que no son normales de ver, no puedes ir por allí besando a la gente…- Regaño el pecoso

 

-Gomen, gomen…- Se disculpaba completamente rojo de sus acciones, que podría decirse que su rostro se podía camuflajear con su cabellera

 

-Bueno, solo me preocupaba que tuvieras esto en claro- Suspiro – Bueno hasta el Lunes- Dijo el chico retirándose

 

-Ace-kun- Dijo para sí el pelirrojo, llevando sus dedos a sus labios – Me gustaría, poder haberte dicho lo que siento… pero soy un cobarde que no se atreve a decir lo que siente… ¿será por el miedo a que me rechaces? Duele el solo pensarlo… pero aun así… me gustaría intentarlo- Dijo  el chico.

 

Mientras la noche avanzaba…

 

-Estoy de vuelta- Dijo el pecoso

 

-Buenas noches Ace-san- Dijo Coby al chico

 

-Buenas noches Coby… ¿sabes donde se han metido todos?- Dijo

 

-Sus padres y hermano menor salieron a una fiesta de una familia importante hace unas horas, Sabo-kun y Kohala-san, han ido a cenar a un restaurante.

 

-Oh, buen- Suspiro

 

-¿Quiere algo para cenar?-

 

-No gracias, solo quiero descansar- Dijo subiendo las escaleras hasta llegar a su cuarto

 

-¿Que tal la feria?- Dijo Sasha

 

-Oh, Sasha hola!- Saludo – En sí estuvo bien…- Dijo

 

-Jeje ¿y el tal Kouki?-

 

-No me digas que andabas allí-

 

-Sí, te estuve vigilando, en ratos venia a la casa a ver como andaban las cosas y luego de rato fui a hacia la escuela-

 

-Ya veo-

 

-Pero no me cambies la conversación, Ace, fue bueno que le derribaras, aunque ese sujeto parecía querer hacerte daño…-

 

-Lo sé, pero no iba a permitir que lastimara a Rebeca-san-

 

-Fue la primera persona que conociste en el mundo de la música, cierto?-

 

-Si…-

 

-Me contuve de querer asfixiarlo hasta que no pudiera-

 

-No digas eso, aunque sea una miseria de persona no creo que hubiese sido bonito tener que presenciar aquello-

 

-Está bien, está bien- Dijo el pequeño demonio flotando por toda la habitación

 

-Se nota que estabas aburrido- Dijo el chico recostándose en la cama, viendo al demonio volar

 

-Jaja puede ser, oye además tu amigo ese, se paso-

 

-¿Eh? ¿Quién? ¿Ozz?-

 

-Pero qué demonios pensó al besarte?- Dijo en cólera

 

-Que quieres que sepa? Yo no tengo ni idea de que es lo que se le cruza por la cabeza a él- Dijo desviando la mirada de los ojos dorados de Sasha

 

-Está bien, dejare de interrogarte por algo que no tienes ni idea- Dijo recostándose también en el colchón.

 

Mientras en una gran mansión, se encontraba realizándose una gran fiesta, en la que los anfitriones de la noche era una curiosa familia, que festejaban a lo grande el cumpleaños de una de sus miembros, en efecto no era más que la chica que solía vestir de sirvienta, al parecer, avían organizado una fiesta grande el fin de semana aunque había pasado la fecha exacta de haber cumplido sus ya recientes 20 años.

Los presentes se divertían, bailaban al compas de la música interpretada por la orquesta, además de la exquisita comida que fue servida.

 

Entre los invitados se encontraba la familia Monkey, donde Rouge y Dragón se encontraban hablando con personas al parecer conocidas, pero desconocidas para el pequeño acompañante, que se encontraba sentado en una de las sillas, mirando a todas partes, se encontraba aburrido estando allí, sentía que no pertenecía a ese lugar de alta sociedad, donde todo era recto y correcto; pronto sintió una mirada sobre el que al girarse para ver de quien se trataba no era más que aquella persona que no creía que vería en ese lugar, su querido y lejano amor, aquel frio estudiante de medicina que de alguna forma le trataba como los cadáveres, como si acaso no sintiese dolor alguno; una vez se cruzaron sus miradas, las desviaron al instante apenados “¿Que hace aquí Law? … De haber sabido mejor ni hubiera venido” Se decía el pelinegro, que cada vez se sorprendía de si mismo ante su falta del típico positivismo que poseía.

 

-Law, Law mira, ¡mira lo que traje!- Chillaba la festejada al ojeroso, corría hacia él con un plato en la mano

 

-¿Eh? ¿Que sucede?- Giro el oji gris a la muchacha que tiraba de la manga de su camisa como una pequeña niña

 

-Ten- Dijo está poniendo el plato en la mano del moreno, este contenía una especie de carne bañada en alguna salsa

 

-¿Qué es esto?- Pregunto irritado

 

-Es carne- Respondió en tono burlón – Y no me preguntes si se come porque te lo restregare en la cara- Amenazo

 

-No lo quiero- Entrego el plato a la pelinegro

 

-¿Qué? No seas así Law, aunque sea un pedazo- Chillo

 

-No- Dijo seco con una mirada de quererla fulminar, lo que sensibilizo los sentimientos de la joven, haciendo de esta sollozar y sus ojos rápidamente humedecieron, haciéndole sentir culpa, pues era verdad, no tenia porque comportarse de esa manera tan horrible con alguien que solo quería alegrarle la noche – Esta bien- Dijo resignado, tomando un pedazo de aquello con el tenedor llevándolo a su boca; mastico y trago, la verdad no sabía mal, pero había algo raro, picaba, y demasiado.

 

-¿Law?-

 

-Agua…- Dijo casi sin aliento agarrándose la garganta y pecho, como si le estuviese dando un paro.

 

-¿Eh?- Pronuncio al no entender las palabras del chico

 

-Agua…- Repitió con más claridad, pues era tranquilizarse o hacer un berrinche porque no le entendiera

 

-¿A…Agua?- Dijo sorprendida y miro alrededor, buscando aquel liquido, pues parecía ser necesario en esa situación

 

-¿Que sucede?- Pregunto Vergo quien se acerco a los dos, viendo a Law mantener la compostura a pesar de estar retorciéndose de la desesperación por dentro

 

-V…Vergo… este, yo… Law, Carne ,!Agua!- Soltó la pelinegro ante la desesperación

 

-¿Que?-

 

-¡Agua Vergo-san!- Exclamo simple – ¡Necesito agua!- Dijo viendo la copa del hombre con un liquido transparente, arrebatándosela –¡Law bebe!- Dijo la chica poniendo la copa en la boca del ojigris obligándole a ingerir el liquido

 

-Baby 5 no creo que eso sea buena idea- Dijo el hombre intentando detenerla, pero Law ya había tomado todo el contenido, recargándose contra la pared, respirando agitado ante la acción tan violenta de la chica

 

-¿Pero qué dices? Casi se nos muere, porque la muy nena no aguanta el picante- Dijo en burla, pero Law salió corriendo de allí, ambos le siguieron hasta afuera, donde el moreno se tiro a la fuente –Está loco?!-

 

-¿Qué demonios le diste?-

 

-Solo un filete con salsa tabasco entre otras-

 

-Eso explica todo- Dijo pensativo

 

-¿Eh?-

 

-Esa copa no era agua, era vino blanco-

 

-Ahh- Dijo la chica volteando los ojos con cara de que le iba a ir como en feria pronto

 

-Bueno, lo mejor será llevarlo a su habitación para que se seque y descanse- Dijo acercándose a la fuente, donde el ojigris estaba en casi un KO –Ayúdame a sacarlo- Pidió, a lo que la chica asistió, entre ambos levantaron al moreno y lo llevaron hasta la vieja habitación del moreno, secando a este y tendiéndolo en la cama

 

-Cuantos recuerdos entrar en este lugar, ¿verdad?- Dijo la chica mirando con nostalgia la habitación

 

-Sí, creo que no despertara hasta dentro de mucho tiempo- Dijo el hombre mirando al chico

 

-Si- Dijo con pesadez la muchacha – Espero no se moleste conmigo-

 

-Bueno, mejor volvamos a la fiesta, seguro los demás han de buscarnos, si preguntan por Law, solo diles que no se encuentra disponible por el momento- Ordeno

 

-Si-

 

-Bueno- Giro saliendo de la habitación seguido de la pelinegro dejando al moreno durmiendo en aquella gran cama.

 

-Ah, Vergo donde te habías metido?- Dijo el rubio que a pesar de ser de noche llevaba sus características gafas carmín, para mantener el glamur.

 

-Ha, algo sin importancia-

 

-Cuéntame-

 

-Nada, solo que Law no aguanto y se fue a dormir-

 

-Qué? Tan pronto? Vaya no aguanta nada- Dijo decepcionado – Bueno dejando eso de lado, realmente necesito cruzar alguna palabra con el- Dijo apuntando con la mirada al pelinegro que fumaba un puro

 

-Ya hiciste demasiado teatrito por él, mejor asnos un favor a todos y dile lo que sientes de una vez- Dijo arto

 

-N…no puedo- Dijo colorado moviendo las manos en negación

 

-Desde cuando eres así de tímido? Que yo recuerde lo que tú quieres es tuyo y nadie te lo discute-

 

-Pero cómo? Como me acerco? Como le hago para que fije su atención en mi?-

 

-No sé! Solo dile algo que nadie le ha dicho, has algo único; se tu!- Dijo bien yolo

 

-Ok- Así de simple respondió, poniéndose serio, mostrando nervios al cero

 

-Bueno, no sé si quieras que hagamos algo para llamar su atención-

 

-Olvídalo, esto es entre él y yo- Dijo caminando hacia el elegante pelinegro

 

-Como tu digas- Dijo Vergo con cara de ya no se qué hacer contigo

 

-Oye!- Dijo con toda la intención de llamar la atención de Corocodile, que solo giro, mostrando aquellos ojos sombríos en ese rostro sin expresiones

 

-Tu estas guapo, yo estoy guapo, andamos?- Dijo con una sonrisa el rubio

 

-No…- Dijo simple sin cambiar su expresión, dando inmediatamente sentir un aura muy negra detrás del cabellos de oro

 

-Escuchaste eso?- Dijo Baby 5 a Delinger quien comía unos fideos

 

-Quizás fue su corazón quebrándose- Dijo sin dejar de comer

 

-Suele pasar, creo- Dijo la chica

 

-Ya veo, un hombre de pocas palabras…- Dijo completamente rojo de la vergüenza, pero el pelinegro en frente no dijo nada, haciendo que la tención que se sentía le calara hasta los huesos, saliendo como rayo de ese lugar, como niño corriendo a llorar a su cuarto.

 

-¡¿Doffy?! – Dijeron a coro los integrantes de la familia, siendo unos cuantos los que corrieron a auxiliar al rubio, mientras el resto se quedaba a calmar a la gente

 

Mientras en el gran salón se encontraba el gran alboroto; el pequeño Luffy había decidido rondar más a fondo de la lúgubre casa, en caso a su aburrimiento, así pues, comenzó a recorrer los oscuros y estrechos pasillos. Camino por unos minutos hasta que dio con las escaleras al segundo piso, donde las subió rápidamente, camino unos cuantos pasos, hasta dar con una puerta en especial, parecía demasiado vieja y diferente de las demás, ante su curiosidad, no pudo evitar acercarse a mirar.

 

-¿Hola?- Se escucho la voz del pequeño resonar en la habitación que tenia tenue luz, asomándose a esta por la puerta, al no tener respuesta entro, pues algo le había llamado la atención, siendo un retrato en aquella habitación, el cual era de una medida media, colgado en la pared, era un hombre y un niño de algunos 9 años, juraría que eran padre e hijo, aunque no se parecieran, parecía que mostraban aquel vinculo, el hombre era alto y rubio y al pequeño en brazos, se parecía demasiado al ojeroso, en efecto era él, cosa que noto al estar más cerca, y sonrió, el ver a Law de pequeño le causaba ternura y mas al verle sonreír, era muy rara vez la que le miraba sonreír de una manera tan profunda y eso le hacía estremecer; entonces se escucho la puerta cerrarse lentamente a espaldas suyas, fue entonces que giro, mirando a un hombre parado justo en frente de la entrada, había cerrado la entrada bloqueándole el paso.

 

-Perdón, yo solo pasaba por aquí y…- Trataba de explicar con timidez, al instante que veía que se acercaba a un paso torpe hacia el –T…Torao?- Dijo al mirarle más de cerca y distinguirlo, se le miraba agotado, y muy ido, respiraba agitado como si el aire le faltase –Estas bien?- Se acerco veloz tomándolo en sus brazos pues parecía que no se sostendría por mucho tiempo, le guio a la gran cama para que se recostara pero una vez estuvieron cerca el moreno le tomo con rudeza la muñeca –Torao?- Pronuncio dudoso, sintiendo como era su cuerpo lanzado contra aquella cama sin amabilidad alguna –Que te sucede?- Dijo molesto recobrando la cordura, pero luego su enojo se desvaneció, al ver al ojeroso caer sobre su cuerpo, estando este entre el cálido cuerpo del moreno y el blando colchón, a la vez que su corazón comenzaba a brincar acelerado, no solo por la confusión de la situación tan repentina, sino de que en su mente no cuadraba que el ojeroso era quien hacia tal acción violenta, lo cual le daba cierta sospecha de que algo sucedería. Sentía el cálido cuerpo del moreno temblar por alguna extraña razón, parecía escuchar sollozos provenientes de aquella callada boca, quería consolarle, preguntarle el propósito de su desdicha, pero sabía que anuqué preguntase, este no le respondería; no sabía la razón, pero sabía que eso pasaría, a lo cual desistió de preguntar, callando, haciendo más silencio del que había en aquella habitación, donde efectivamente, se escuchaba el sollozar del moreno, pronto sintió su pecho humedecer a causa de las lagrimas que salían de aquella mirada nebulosa, haciéndole preocupar, abrazándole, unos minutos más tarde escucho hablar al moreno entre sollozos

 

-Perdóname, perdón, perdón… lo lamento tanto…- Sollozaba desesperado, Luffy desconocía el significado de aquellas palabras, ¿por qué se estaba disculpando? ¿Y a quien? , paso el tiempo hasta que finalmente se calmo conciliando el sueño “E estado demasiado tiempo fuera, seguro mis padres están preocupados, lo mejor será que me vaya y dejarle descansar” Pensó el chico mientras intentaba salir de aquel aprieto, mas en su intento de escapar, el moreno le detuvo, tomándolo por las muñecas con violencia, estando este encima del pequeño dejándole atrapado entre la cama y el cuerpo del médico “¡¡Esto no es normal!!” Pensaba en su escandalosa mente, y claro, no era lógico que una persona medio adormilada reaccionara así de brusco en un instante; y mas incoherencia noto al ver lo que siguió; al ver al moreno desabotonándose la camisa –P… !¿Pero qué demonios haces?!- Dijo tratando de detenerlo, mas fue un intento inútil, fue sometido contra el suave colchón de nueva cuenta. Law había tomado las muñecas del chico, manteniéndolas contra las sabanas, dejando al chico sin posibilidad de escapar –Enserio… ¿que te sucede?- Dijo con miedo en los ojos, lo desconocía, actuando de aquella manera tan extraña; sintió como el oji gris, se acercaba a su cuello, lamiendo su piel, acto que le estremeció, sintiendo cosquilleos, cosa que odiaba de sí mismo, era demasiado sensible a las caricias, el moreno parecía muy concentrado en lo que hacía, lo de alguna manera se le notaba que lo disfrutaba, pero para el pobre del otro chico no era más que una tortura. Atestiguo como su camisa era abierta por la boca del moreno, quien dejo descubierto su pecho, mostrando su pálida piel a los ojos grises que le observaban, miro a los ojos grises y noto solo satisfacción, eso le dolía, se sentía de alguna manera usado, solo para gusto de una persona a la cual no podía odiar del todo, una persona vacía en cierta forma, queriendo satisfacerse como si lograse sentir vida de nuevo al arrebatarle su inocencia; sus pensamientos eran crueles, pero no quería engañarse así mismo, vio como el chico en frente se le acercaba, hasta llegar a su cuello para besarle nuevamente, sentía cosquilleos, pero además de eso, podía sentir que lo hacía con demasiado tacto, no dolía, solo le provocan risa, para serse sincero se sentía bien, pero era más que obvio que eso no podía continuar –Torao… para por favor…- Pedía – No hagas algo de lo que después lamentes, se que quizás pienses que esto es algo que siempre quise y no te equivocas, pero… si esto no es con amor me rehusó aunque por mucho que lo quiera… pues no soy un objeto, yo también siento… y me duele esto que me haces- Dijo, mientras trato de liberarse, pero sus muñecas fueron presionadas mas, sin mencionar que las caricias se fueron volviendo más toscas, en un intento por evitar que se fuera. –Aaah- Grito el pequeño tras sentir una mordida en parte del cuello y pecho, a causa de su rebeldía al querer escapar –Esta bien, está bien no me opondré- Dijo, recostándose, sin hacer fuerza para escapar, si lo que tenía que ocurrir era inevitable prefería que fuera algo más suave que a tener que sentirse violado. Acto que funciono sintiendo mas tacto en las caricias que cada vez más se intensificaban asiéndole gemir, ante el sentimiento de su sufrimiento interno, no pudo evitar llorar. Cosa que el moreno noto, y quiso consolarle, pero fue demasiado tarde, pues…

 

-Law, sabes que Doffy está…- No logro acabar la frase el gran hombre con un trozo de carne pegado a la mejilla, que se sobre exalto al ver aquella escena, normalmente se iría para no interrumpir mas después de todo la vida privada y desconocida de Law no le interesaba, pero el chico que se encontraba en la cama se encontraba llorando lo que le hizo quedarse para liberarle, acto que logro, agarrando a Law por la camisa, quitándole de encima, para después jalar de su lado al pequeño pelinegro, poniéndolo a espaldas suyas –En qué demonios estabas pensando?- Expulso

 

-E…espere… no creo que sea conveniente…- Dijo Luffy

 

-A que se debe-

 

-Mírelo, definitivamente no está actuando como normalmente es- Comento, cosa que el hombre en frente asumió, tras ver al ojeroso tumbado en el colchón sin conciencia, así de repente quedo profundamente dormido

 

-Tienes razón- Dijo Vergo – Aunque porque demonios se pondría así-

 

-No lo sé-

 

-Mmmm… quizás el vino que tomo por accidente-

 

-¿Qué?-

 

-Sí, quizás sea eso- Confirmo, aunque, se me hace extraño que fuera eso, por lo regular cuando se ponen ebrios se ponen agresivos al punto de golpear bruscamente, pero, esto era como una violación- Dijo, Luffy solo se puso rojo de la vergüenza, y le entraba un sentimiento de arrepentimiento, tras el pensamiento de no haber hecho nada aunque lo hubiera pensado –Es en serio, parece que estaba demasiado excitado- Dijo con completo descaro – Al parecer le gustas, no es así?- Dijo girando a donde el chico para verle de frente

 

-Este… yo…- No sabía cómo se suponía debería reaccionar a eso

 

-Jeje si seguro es eso, ¿ya sabes cómo varía el tipo de ebrios no?-

 

-Sí, pero… ¿no cree que es algo demasiado repentino decir eso?-

 

-Puede ser, pero bueno, me alegro haber llegado para evitar un accidente- Rio – O quizás les hubiera dejado, ¿dime que hubieras preferido?- Pregunto en juego, pero Luffy solo callo – Jajaja te lo has creído, solo bromeo- Dijo – Bueno, lo mejor es volver a la fiesta y dejar a este dormir hasta que recobre el conocimiento- Salieron de la habitación

 

-¿Estará bien?- Pregunto

 

-Sí, no creo que despierte dentro de un buen rato- Respondió –Bueno, a partir de aquí yo parto, tengo que hacer algunas cosas- Dijo tras despedirse –O, por cierto, con quien tengo el gusto?-

 

-Luffy-

 

-Luffy, ¿eh? entonces hasta luego- Se retiro, a la vez que Luffy se preguntaba dudoso el nombre de aquel sujeto, después de todo, no se presento. El pelinegro solo suspiro y salió al salón donde seguía la fiesta, allí encontró a sus padres

 

-¿Luffy dónde estabas?- Pregunto su padre

 

-Solo estaba paseando por el lugar- Dijo tratando de disimularlo que había pasado hace momentos atrás

 

-Deberías de perdido avisar, no ves que luego nos preocupas?- Dijo la mujer abrazándole

 

-Lo siento…-

 

-Está bien, pero que no haya una próxima, de acuerdo?- Dijo la rubia a lo que el chico en brazos asintió

 

-Ya es tarde, es hora de irnos- Dijo Dragón.

 

                Mientras en la residencia de la familia anterior, el joven rubio llegaba del restaurante con su novia.

 

-Wow, se ve todo oscuro- Dijo mirando la residencia aun fuera del portón

 

-Sí, parece algo tétrica ¿no crees Sabo-kun?- Dijo la rubia –Oh, mira ¿no es esa tu habitación?- Dijo señalando a una ventana del segundo piso

 

-Umm, si- Dijo elevando la mirada un poco mas – Por cierto, parece que hay alguien allí-

 

-¿Uh?- La joven se asomo mas y pudo divisar como si alguien estuviese mirando por la ventana, al inicio creían que eran quizás los mayordomo

 

-Mejor hablo para salir de dudas- Dijo el rubio marcando, una vez su llamada fue recibida comenzó la conversación con un – Hola, Ace ¿te encuentras en casa?-

 

-Si- Se escucho en la línea

 

-Por cierto, ¿estas en mi habitación?-

 

-E… no-

 

-No te hagas lo estas- Insistió

 

-Dime ¿para que querría yo entrar a tu habitación?-

 

-Mmmm, no se…-

 

-No hagas preguntas inteligentes- Dijo con ironía

 

-De acuerdo, de acuerdo, mmm… ¿sabes si ya llegaron papá y mamá?-

 

-No, estoy solo en la casa y Coby está en su habitación que es en la planta baja-

 

-Rayos-

 

-Sabo-kun…- Dijo la chica –Ya… ya no está…- Señalo hacia arriba donde ya no se divisaba nada

 

-Creo que esto es extraño…- Dijo el rubio temblando

 

-¿Ahora le vas a tener miedo a tu propia casa?-

 

-¿Acaso tengo razones para no hacerlo?-

 

-¿Sabo?- Se escucho tras la línea

 

-A si… bueno, no es nada…- Dijo Sabo – Bueno mejor descansa no es nada- Colgó – Quizás solo fue nuestra imaginación-

 

-Quizás…-

 

-Bueno mejor entremos…- Dijo tras abrir el portón y entrar a la residencia.

 

-Eras tu, ¿cierto?- Dijo el pelinegro al misterioso encapuchado que recién habia traspazado la pared

 

-Perdon, pero habia escuchado ruidos y me hacerque para ver de quien se trataba- Respondio el demonio

 

-Está bien, después de todo de nada sirve quejarse- Dijo el pelinegro, a la vez que el celular que se encontraba en una mesita comenzó a sonar, Ace se levanto para contestar -¿Hola?-

 

-Ace-san es importante, tienes que venir- Se escucho en la línea aquella voz familiar

 

-¿Papaku?- Dijo el chico tras reconocer la voz

 

-Tienes que venir a la mansión Gold en este instante-

 

-¿A que se debe esa urgencia?-

 

-Cuando llegues te lo explico-

 

-Está bien-Dijo y colgó apresurado para vestirse

 

-¿Que sucede?-

 

-No sé qué quiere Papaku en la casa de mi Tía Janne- Dijo cambiándose de camisa

 

-Es muy noche para que vayas, iré contigo- Dijo

 

-Como quieras- Dijo Ace – Algo me dice que tendré que manejar, no quiero molestar a Coby- Dijo saliendo de la habitación

 

En poco tiempo se puso en marcha a la gran mansión Gold, no sin antes avisarle a Coby, para que no se preocuparan los demás. Una vez llego, se presento al que cuidaba el portón, accediendo dentro de la mansión, entro en el salón principal, donde se dirigió a la sala, donde se encontraban tres personas charlando.

 

-Ann-san- Dijo animada la mujer de rubia cabellera

 

-Tía Janne, buenas noches- Saludo, acercándose hacia los presentes-

 

-¿Ace-san?- Se escucho una voz familiar

 

-¿Brook-sansei?- Dijo el chico confundido

 

-¿Se conocen?- Dijo el hombre de cabellera castaña

 

-¿Pero que sucede Papaku, que hace Brook-sensei aquí?- Pregunto el pecoso

 

-Bueno, verán… creo que hay mucho que explicar…- Comento – Bueno, empecemos por lo primero, Brook-san, te presento a Kasaai-

 

-¡¿¿Eh??! ¿Ace-san es Kasaai-san?- Dijo en un grito

 

-¿Pero que haces?- Reclamo el pecoso a su representante

 

-Como dije empecemos por lo básico; Ciertamente Brook-san, Ace es el mismo Kasaai- Dijo y pauso para proseguir – Veras Ace-san, ¿recuerdas lo que mi jefe pidió?-

 

-Que hiciéramos un concierto en honor a Nova- Dijo recordando

 

-En efecto, y como vez Brook-san era el representante de Nova-san, por lo que he tenido que pedir prestados los derechos, cosa que ha accedido-

 

-Bueno, ¿y a que se debe que estemos presentes?- Pregunto el pecoso

 

-Bueno, Brook al retirarse, regalo todas las pertenencias de la fallecida Ann a su respectiva hermana, lo que quiere decir que Janne tiene las ultimas piezas-

 

-¿Últimas piezas?-

 

-Si- Continuo la rubia – Son canciones planeadas por Ann pero que no logro terminar-

 

-Esperen, ¿Tía?- Interrumpió Brook

 

-Si Brook-san Ace-kun es mi lindo sobrino- Sonrio la rubia

 

-¡¿Qué?! – El pobre maestro se encontraba demasiado acelerado con demasiadas revelaciones esa noche

 

-A que se parece a Ann- Dijo Janne

 

-Siempre lo note, pero creí que serian coincidencias; es el hijo de Roger ¿verdad?-

 

-Si- Dijo la chica – Bueno a lo que vinimos. Verán esta es una de las canciones inconclusas de Ann- Dijo poniendo un CD en una grabadora, que reprodujo el tema contenido, era música estilo Rock, pronto se escucho la voz de la cantante entonar, la escucharon prácticamente toda, antes de que corriera la siguiente, Janne pauso la reproducción –Como pueden ver, hay pedazos de la canción donde carece la letra, no es que faltara intencionalmente, parece que Ann quería cantar junto con alguien esta canción, de hecho, dejo intencionalmente aquel hueco en la música, para el cantante que le acompañaría, lo mismo sucede con la siguiente- Dijo reproduciendo la que seguía, que tenía un aire de música tradicional japonesa, era más relajada que la anterior y en efecto, durante la canción se hacían notar los espacios ausentes de voz.

 

-Pensamos en utilizar este material para el evento, claro, interpretaríamos las canciones clásicas que conoce la gente, pero estas piezas que ahora presenciamos es material confidencial por así decirlo, eran canciones en proceso pero no fueron terminadas- Dijo el hombre de castaña cabellera.

 

-Sí, falleció antes de poder terminarlas- Dijo Janne

 

-Ahora estoy más que seguro que eres la persona indicada para terminar sus obras- Dijo el hombre con cabello afro

 

-No lo sé…- Dijo el pelinegro

 

-¿Por qué?-  Pregunto la rubia

 

-No sé si realmente la Tía Ann quería esto, digo, que alguien más cante sus canciones-

 

-¿De qué hablas? Solo tienes que cantar en los pedazos destinados para la persona que falta, es un hecho que ella quería cantarla junto a alguien, no veo el inconveniente- Dijo Papaku

 

-Pero no sabemos cuál es la letra faltante- Aclaro el pelinegro – No sé que se supone va en esas líneas-

 

-El defecto de Ann-chan es que era inusual que escribiera las líneas, la letra la tenía memorizada, parece que había escrito algunos párrafos, pero desconozco su paradero- Dijo Brook

 

-Pero… ¿y si solo echo a perder esa canción?- Dijo el pecoso, se le hacía absurdo completar una canción que no le pertenecía

 

-De que hablas, eres su sobrino, estoy segura que lo harás perfectamente- Dijo la rubia

 

-Además, tenemos como referencia, partes de la letra, me imagino que de allí puedes darte una idea de cómo complementarlo, ¿no?- Dijo Papaku

 

-Y esta es la tercera canción- Dijo Janne al iniciar la última pieza, era un género pop, con un poco de electrónica, su entonación era única, la escucharon completa, pero en ningún pedazo de la canción se escucho voz alguna, parecía ser solo el instrumental.

 

-De acuerdo, cantare las dos restantes a excepción de esta- Dijo el pecoso

 

-¿Eh?- Exclamaron los demás

 

-Ann quería compartir la pista con un cantante mas, ¿cierto? Esta última, me dice que era su deseo cantarla sola-

 

-¿Como lo sabes?- Dijo el hombre castaño

 

-En efecto, esta fue la ultima canción planeada, ella fijo las notas, pero, jamás le escuche cantarla, recuerdo que me dijo “Ya esta lista, solo falta grabar la voz y unirlo con el instrumental” Pero ese fue un día antes de que cayera gravemente enferma, por esa razón, le pedí a Janne que guardara este CD muy bien, pues es el que ella edito; jamás menciono en cantar junto a alguien esta canción, se le veía muy entusiasmada en terminarla, pero desafortunadamente no tuvo esa oportunidad-

 

-Quizás con más razón deberíamos interpretarla- Dijo Papaku

 

-No, Papaku-san, no quiero interpretar la ultima canción inconclusa de Ann, respetare eso como su última voluntad, no estoy de acuerdo en tomar esa canción mucho menos porque no me pertenece, además, solo el autor original es quien sabe cuáles eran las líneas, después de todo es el mismo quien la creo a corde a sus emociones; así que no lo hare- Dijo Ace convencido, Papaku no puso pero a eso, quizás tenía razón

 

-Estoy de acuerdo con Ace-san, Kisaru-sama sabia de las dos primeras canciones anteriores, batalle bastante en que las dejara en paz; él quería sacarlas al público, compuestas con un vocalista que las completara, pero al final le convencí de no hacerlo; aun así, afortunadamente ni el sabe de esta ultima canción- Dijo el profesor de música – Aunque me entristece saber que jamás será terminada, me intriga saber cuál era la letra destinada para esta canción-

 

-Me hubiera encantado escucharla terminada- Dijo Janne a lo que los demás asintieron – Bueno, creo que ya está decidido- Dijo para ponerse en frente del pelinegro – Entonces te dejo a cargo de las dos canciones de mi querida hermana mayor, da tu mejor esfuerzo-

 

-Si- Contesto el pelinegro

 

-Bueno es genial escuchar que todo ya está resuelto; Bien Kasaai, tienes mucho que planear, tienes alrededor de un año para terminar esas canciones- Dijo el castaño dando palmadas al chico

 

                Pronto termino la reunión, el pelinegro llego a la residencia de su familia, parecía que ya habían llegado personas, decidió entrar lo mas silenciosamente que podía, no quería despertar a los demás, sin mencionar que el testarudo de su padre le diría donde habia estado, lo que significaba arruinarle la noche con el nombre de su Tia. Pronto entro a su habitación, exhalo aliviado, camino hasta el balcón, para mirar el cielo, a su lado apareció el demonio

 

-¿Estás listo?-

 

-¿Para interpretar una canción desconocida?-

 

-Lo harás bien-

 

-Que te hace creer en mí-

 

-Te pareces…-

 

-¿Eh?-

 

Te pareces mucho a ella-

 

-¿Ann?- Dijo confundido – No me digas que la conoces-

 

-Antes de ti, ella raramente podía verme al igual que tu, para ella no era más que el pequeño demonio-

 

-¿Cuando la conociste?-

 

-La conocí cuando fue internada en el hospital, la verdad tenia buena fama allí, toda la gente decían que ocurrían cosas anormales, bueno después de todo era yo, que se podía esperar-

 

-Realmente somos parecidos entonces-

 

-Je en cierta forma si, aunque tu luces más noble-

 

-¿Eh?-

 

-La verdad era una persona muy solitaria, en las noches teníamos largas conversaciones-

 

-¿De qué? ¿Si se puede saber?-

 

-Sobre nuestra existencia… ella sabía que su vida tenía un límite, mas yo desconozco el límite de mi existencia, incluso no sé si estoy vivo o su estoy muerto, no se cual es la diferencia; me preguntaba de cómo sería después de esta vida, aunque que se suponía que debería saber yo, si muy apenas sabia cosas sobre esta vida. La gran Nova, postrada en una cama, que triste destino… - Dijo – Es una de las cosas por las cuales me preocupo por ti…-

 

-A que te refieres-

 

-Esa noche… intente salvarla, de cierta forma me había encariñado con ella, quería salvarla, pero era algo que estaba fuera de mis manos- Dijo con semblante sombrío – Ella parecía tener la misma enfermedad que posees-

 

-Lo deduje- Respondió

 

-Es por esa razón que tengo miedo-

 

-¿De qué?-

 

-De quedarme nuevamente solo… eres la única persona que puede verme aun estando en este estado, no me teme, y con el tiempo te has vuelto aquello que mencionan mucho los humanos, un amigo…-

 

-Gracias, Sasha- Dijo el pelinegro, ambos quedaron en silencio “La verdad creo que hay una forma de curarte, pero… es demasiado arriesgada, y nadie asegura que funcione” Pensaba el demonio. La noche continuo, las ramas danzando junto al aire y la luna a lo alto.

 

 

                Siendo las 11:00 de la noche, en una residencia retirada, se encontraban en una habitación dos chicos, los cuales supuestamente dormían, o eso trataba uno de ellos.

 

-¿Porque te pones tan cerca?- Se quejo el peli verde de dientes enormes al rubio de destellante ver, el cual se había pegado demasiado a él al punto de abrazarle, en esa posición embarazosa del cuchara.

 

-¿Solo quiero estar cerca de ti, qué tiene eso de malo?-

 

-No es tanto el que te acerques, tus intenciones son las que me espantan- Dijo intentando retirarse, cosa imposible, después de haberse alejado poco a poco, ya se le había acabado el espacio y se encontraba acorralado en la orilla del colchón

 

-Jeje, pues digamos que por ahora solo es algo leve, no quiero que te sientas forzado, solo quiero avanzar poco a poco- Dijo jugando con los cabellos verdes del chico enfrente que se encontraba dándole la espalda

 

-¿Se puede saber cómo es posible esto?-

 

-¿Que?-

 

-¿Como fue que viniste a quedarte a dormir a mi casa?-

 

-¿Me invite solo?- Se pregunto cómo haciendo memoria

 

-No te hagas el chistoso que eso es exactamente lo que hiciste!- Se quejo, y el solo recordar a su madre decir Es bueno que Bartolomeo invite a sus amigos a cenar, si quieres puedes quedarte a pasar la noche, sea como sea, el rubio logro quedarse a dormir cerca de su ahora amor pasional

 

-Jajaja está bien, no tienes porque enfadarte conmigo, Bartolomeo-chan- Dijo abrazándole por la espalda

 

-No me abraces- Expuso sacudiéndose

 

-Oh ¿que puedo hacer para que me veas cómo lo haces con Luffy-san?- Dijo en puchero

 

-Luffy-sempay es perfecto – Dijo el rubio, sentía que aquella obsesión del pasado le opacaba, y bastante

 

-Bueno, sé que no soy el mejor… pero, quiero serlo para ti, solo si me dieses una oportunidad de demostrarlo- Dijo acurrucando su cabeza detrás de la verde melena

 

-Yo… no… me da miedo lo que pueda pasar… esa es la verdad…- Dijo el peli verde

 

-¿Pasar de qué? ¿Cuál es ese enemigo que me impide estar a tu lado?-

 

-Siento que solo es puro interés…- Dijo sincero, cosa que hizo de Candevish en cierto modo entristeciera

 

-¿Eso crees que es?-

 

-Dime, ¿cómo se supone que reaccionen los demás si llegara a aceptarte, que solo salgo contigo por algún favor? ¿Qué es pura compasión? ¿Lastima? ¿O quizás solo algo para pasar el rato?  Esto es una burla para mí, me ofende- Dijo tapando su rostro con la almohada; el peli verde se preparaba para aquellas palabras que se avecinaban a su cabeza, las cuales eran dos opciones, palabras verdaderas que herían, al ser lo que dijo cierto, y las otras serian la negación de estas, pero en el sentido que eran verdades que querían seguir siendo encubiertas, cualquiera de las dos no le aria sentir bien, espero, y espero pero en lugar de eso solo hubo silencio, uno muy profundo, y sintió al chico aferrarse  más a el fuerte –¿Em Candevish?- Dijo para darse la vuelta a ver qué le había sucedido al chico a falta de respuesta, pero al girar solo noto el semblante de este demasiado desolado, y sus ojos celestes como el cielo comenzaron a lanzar lluvia –¿P…porque lloras?- Dijo mirándole con cierta incrédulo

 

-Dices que te duele, pero a mí también me duele que pienses en mis palabras de esa manera, es como si agarraras mis sentimientos y los azotaras contra el suelo, arremetiendo contra este para verificar si son falsos, como queriendo convertirlos a falsos hasta quebrarlos… en cierto modo, siento que quieres que mis palabras sean una broma…- Dijo sin mirarle a la cara, solo miraba hacia un lado, pero sus ojos no dejaban de derramar agua como ríos

 

-Este yo… - Inesperadamente, sintió culpa, ahora él se sentía como el malo de la historia –No… no era mi intención…-

 

-Quizás jamás debí decirte esto…-

 

-Lo que quiero decir, es que… ¡Perdón!- Sabia que la única manera de arreglar esto era con una disculpa

 

-¿Porque te disculpas?-

 

-Quizás, estoy siendo muy injusto contigo, lo sé; puede que realmente esto que sientes sea real, pero mi mente desconfiada, no me permite querer creer aunque lo desee, soy una persona de muy baja autoestima, cualquier acto amable de una persona que recién conozco no la tomo como algo real, quizás algo pasajero… pero en el fondo deseo creer que esto es real- Contesto en sollozos

 

-¿Porque estas llorando?-

 

-Porque deseo creerlo, pero me aterra; creer en algo que no está asegurado me aterra, es como ir a la guerra a la brava-

 

-En ese caso… solo déjame demostrarte que esto no es mentira-  Dijo tomándole las manos – Solo deseo estar a tu lado, solo por eso, he hecho esto, he estado tras de ti todos los días, si por mi fuera las noches también-

 

-En ese caso, dejare las dudas de lado y apostare todo, arriesgare todo- Dijo con un sonrojo

 

-Si es así, mi vida y mi corazón te pertenecen, si tu solitario corazón necesita la confianza necesaria, el mío se encargara, solo déjame el resto- Pronuncio suave, y de poco a poco se acerco a esos labios, uniéndose lentamente, fundiéndose en un beso. Bartolomeo estaba peor que carcacha descompuesta, sentía que su cabeza roja al punto de sacar humo de lo caliente que se puso; acto seguido, cuando el rubio le abrazo acurrucándole en su pecho, abrazándolo, dándole aquel confort que necesitaba. Poco a poco se sumieron en un profundo sueño, sintiendo los latidos de sus corazones, que en cierto modo creaban una melodía que les adormeció.

 

                En la mañana del día siguiente, el joven médico, se levanto, se sentía un poco mareado y el cuerpo pesado

 

-¿Pero qué demonios sucedió anoche?- Se pregunto, con la mano sobre su cabeza, dado que no soportaba todo aquel dolor, trato de acomodar sus pensamientos, pero solo recordaba haber estado acostado allí, cuando sus dos amigos le encerraron. Y después de allí nada mas, luego sintió que en la otra mano traía algo, al verle quedo algo confundido, lo que tenia enredado entre los dedos, era aquella cadena que le había reglado su adorable ex-novio, pero si se la había dado hace ya tiempo, que demonios hacia en sus manos, la reviso y noto que esta no fue quitada como normalmente seria, más bien era como si fuese arrancada con violencia, lo que hizo sobre exaltarse; pero eso no fue lo peor, sino hasta después que se percato, de un liquido en sus pantalones, y al revisarse, sin duda, era aquel liquido blanquecino prohibido, esto le hizo helar, y que en su mente confundida surgieran un montón de preguntas – ¿Pero qué demonios sucedió anoche? ¿Cómo fue que no recuerdo nada? ¿Qué hice antes de quedarme dormido? Esto sin duda es de Luffy, ¿qué hace en mis manos? Si lo tengo es porque anoche estuve con Luffy, pero… lo mas incomodo es… ¿por qué demonios me corrí? Acaso será que… no será que posiblemente… Luffy… yo…- Su rostro palideció tras la idea, - ¿cómo es posible esto? ¿Le abre hecho daño? Por los cielos, soy la peor persona del mundo, ¿cómo pude?- Se decía – Podría preguntarle a alguien… pero claro no diré nada acerca de esto…- Dijo mirando de nuevo a su entrepierna, quería saber cómo fue que llego a estar así, pero claro no iría diciendo un dime esto porque quiero saber el porqué de esto –Necesito hablar con Luffy- Se dijo. Cosa que no consiguió sino hasta cuando entraron a clases, el Lunes, Donde se lo encontró por uno de los pasillos, le miro de reojo, quería observar cómo reaccionaba solo al pasar y al parecer le sorprendió. Pues el chico se puso nervioso con solo verle, noto que quería desviar la mirada de él, era efectivo que algo había pasado esa noche y decidido se acerco

 

-Hola- Saludo

 

-Emm… hola- Saludo extrañado de tal saludo

 

-Me gustaría hablar contigo un momento- Comento

 

-Este yo…- No sabía que se suponía debería decir, no quería aparentarlo pero se notaban aquellos nervios que decían no querer hablar con el

 

-Solo por un momento- Pidió, pero su respuesta fue contestada al ver al chico intentar evadirle, pero le detuvo

 

-Suéltame… ¿qué es lo que quieres?- Expulso, ´refería que le dijera la verdad que a que le pintara nuevas ilusiones falsas, resignado el ojigris no tuvo más elección que ir al grano

 

-¿Solo quería saber cómo te fue en la fiesta?- Suspiro

 

-Pues… me fue bien…- Respondió cortante

 

-Seguro? Nada raro?-

 

-No comprendo que es lo que se supone quieres decirme?-

 

-Esto es tuyo, ¿cierto?- Dijo mostrando la alhaja en sus manos, y pudo ver como el chico se sobre exaltaba tras la percepción de esta, mas no dijo nada – Dime… que paso en esa fiesta?- Sentencio

 

-N… no, no es lo que piensas…- Pronuncio en un susurro casi legible

 

-¿Que sucede? Responde- Dijo el moreno tomándolo por la camisa, que desbotono al instante, haciendo que el chico pegara un grito del susto, el pobre ya tenía suficiente con lo de aquella noche y el médico parecía no aprender; noto marcas en el cuello del chico, unas leves y otras más marcadas “Entonces… si es cierto?” Pensó el oji gris

 

-¡Suéltame!- Soltó Luffy dándole un buen puño en la mejilla, no quería hacerlo, no era su intención herirle, pero quizás su forma tan cobarde de no querer afrontar la situación, le obligaba a huir de una manera desesperada. Mas  sus pies no cedieron ante ese sentimiento de completa impotencia, al contrario permaneció firme donde se encontraba, su rostro parecía molesto, era muy distinto al usualmente alegre que siempre mostraba.

 

-¿Yo… yo te hice eso…?- Dijo sin cambiar su rostro incrédulo apuntando al pecho del chico, que solo quedo callado de la vergüenza de tener que admitir algo de por sí ya embarazoso a esa persona que le volvía la mente un caos con solo verle.

 

-S… si…- Dijo sin dejar de fruncir el ceño

 

-¡¿Te lastime?!- Pregunto acercándose rápidamente al chico tomándole de los hombros, Luffy juraría que el moreno se notaba preocupado, mas no entendía del todo; ¿que acaso no le interesaba lo que le podría ocurrir? ¿O es que acaso solo era el remordimiento de su conciencia? Pues ojala y le pesara, su mente fría volvía.

 

-Je, que irónico que me preguntes eso-

 

-¿L…Luffy?- Nuevamente era testigo de aquel comportamiento tan irregular en su querido. Quien quito de golpe las manos que le sostenían y le dio la espalda, sin decir una sola palabra

 

-¡No ha pasado nada entre nosotros! ¡Así que deja de dar lástima!- Pronuncio con su típico tsundrismo y salió corriendo de allí.

 

-¿Realmente no ha pasado nada?- Se negaba a creer en aquellas palabras, pues era más que evidente que había tocado al chico, mas no sabía que tanto había llegado a lograr.

 

***

 

Tras el curso de una semana, llego el Viernes por la tarde, donde dicha tarde, la escuela se preparaba para uno de sus eventos, el cual parecía constar de un día de campamento, donde convivirían con otras escuelas. Los camiones partieron repletos con los alumnos a bordo; el lugar del supuesto campamento era un área aparentemente normal, no era diferente de un área verde, en la cual yacían algunas cabañas listas y lleno de personas, la mayoría de los alumnos se encontraban en un estado de nerviosismo y ansias.

 

-Bueno chicos, hemos llegado- Anuncio un profesor parándose de su asiento una vez el autobús se detuvo – Fui asignado para explicar un poco el proceso; verán por ahora solo nos queda armar las tiendas y calculando el tiempo, será suficiente para interactuar con algunas otras escuelas, y dicho esto, recuerden mantener la compostura, evítenos problemas; ¿alguna duda?- Pronuncio pero nadie dijo palabra alguna, parecido estar todo en claro por ese momento. Uno por uno comenzaron a bajar de los autobuses.

 

-Ace-kun… que se supone que haremos?- Dijo el pelirojo pegándose al pelinegro, parecía un poco nervioso

 

-Ozz-san, no recuerdas? Lo acaba de decir el profesor antes de bajar- Respondió el pecoso

 

-E…es verdad…- Dijo con las mejillas coloradas

 

-¿Qué sucede contigo? ¿Acaso tienes fiebre?- Dijo tocando la frente del pelirojo que se sonrojo mas, la verdad no estaba enfermo, había una razón para estar así de perdido – No, entonces no se que sea-

 

-No te preocupes, me siento bien, solo necesito descansar un poco…- Dijo el pelirojo; la verdad no sabía el porqué de su comportamiento tan inusual, pues de hecho su manera de ser no era nada comparada a como se comportaba actualmente, y todo se debía a cierta incomodidad, una pequeña sospecha de algo que suponía, pues, tras el transcurso de la semana, ha sentido cierta competitividad con Marco, no sabía porque, pero por alguna razón, se sentía demasiado incomodo al estar frente a él, había algo allí que no le agradaba, por un momento supuso que el rubio poseía los mismos sentimientos que el por el pecoso, cosa que le aterro, por primera vez se sentía de cierta forma amenazado, después de todo, era como si quisieran quitarle a su querido pelinegro, y eso le hacía pensar de manera torpe y nerviosa.

 

-Lo supuse, si necesitas algo házmelo saber, ¿de acuerdo?- Quito su mano de la frente pálida del chico en frente

 

-Sí, no te preocupes- Dijo – Por cierto, parece que nos dividirán en grupos…-

 

-Ozz-san ya estamos divididos- Respondió mostrando un papel con un numero escrito en el

 

-¡Oh, rayos!- Dijo golpeando su frente con la palma de su mano dejando una marca en su pálida frente a causa del golpe producido a causa de su falta de atención

 

-En serio me preocupas- Dijo el chico mirándole a los ojos

 

-Jejeje no es nada, en serio. Mejor anda, que tenemos que ir con nuestro equipo- Dijo dándole unas palmadas en la espalda para después, salir corriendo de allí “Vamos Ozz, Marco-san no le gustan los hombres, parece ser que no; solo son alucinaciones mías, solo me preocupo por algo que no va al caso” Se alentaba

 

-Nos vemos al rato!- Se escucho al pecoso exclamarle desde la lejanía, lo cual le elevo su autoestima, sintiéndose mucho mejor, la verdad se encontraba irritado de cierta forma con anterioridad. Pronto llego con los demás pertenecientes al grupo, allí estaban varios chicos que ya conocía con anterioridad, entre algunos de sus compañeros de clases, recorrió rápidamente a cada uno de ellos para después encontrarse con aquellos ojos adormilados y apacibles del rubio, ambos se miraron por unos momentos, casi hablando con la mirada. “Bien, quizás estoy juzgando mal a Marco-kun, el pobre no tiene la culpa; solo tengo que ser yo, no hay alguna razón para comportarme así de lamentable” Se dijo y en su rostro se esbozo una sonrisa

 

-Bien, chicos- Se escucho a un profesor poner orden en el grupo – Nosotros nos encargaremos de traer agua del rio que se encuentra cerca de aquí- Anuncio, mientras tomaba algunas cubetas – Entre más pronto mejor- Dijo en señal de poner al resto al margen,  acto que todos acataron como orden, tomando cada quien cubetas para acarrear el agua, una vez listos partieron en busca de aquel rio, en el camino el pelirojo intento hacer platica con el sereno rubio, pero sus propios compañeros le imposibilitaban su plan, dado a que estos, lo habían integrado a su plática, así que no tuvo más que resignarse a que se presentara la ocasión. Pasados unos minutos se vio en la lejanía aquel camino de agua cristalina; al verla los chicos ansiosos, corrieron hacia allí, donde se vieron tentados algunos a mojarse, jugueteando en el agua como pequeños

 

-¡Cuidado!- Se escucho la voz del hombre castaño con copete de gallo, en eso una cubeta cayo, mojando al rubio que se molesto de cierta manera

 

-¡Tatch!-Pronuncio entre dientes con la mirada amenazante

 

-Tranquis, tranquis, solo  ha sido un pequeño accidente- Dijo el castaño en un intento por calmar al chico en frente antes de que este le estrangulase

 

-Eso dices, pero algo me dice que no fue así-

 

-Deja de hacer suposiciones- Respondió, girando los ojos en una manera tan obvia de que lo que decía el rubio era cierto – Bueno ya que estas mojado ¿qué te parece si te metes al agua con nosotros y nos ayudas?-

 

-De acuerdo- Acepto algo no muy convencido, sin más se introdujo a las cristalinas aguas, tomando una cubeta y llenándola, en eso sintió salpiqueo intencional por parte de sus amigos que parecían gozar de molestarle, pero en lugar de reaccionar como normalmente lo haría solo respiro profundo resignado. Ozz se encontraba a una distancia considerable, una vez sintió que se encontraba lo suficientemente fuera del rango de platica de sus compañeros, decidió acercarse al chico de cabello dorado; al estar frente a él, le miro fijo y sonrió, cosa que los que se encontraban alrededor de estos se miraban extrañados, Ozz vio como el agua, hacia que la ropa que llevaba el rubio se pegara más a su cuerpo, añadiendo las gotas de agua que se deslizaban desde la cabellera rubia hasta aquel sereno rostro, y típicamente, volvía a pensar como de costumbre

 

-Definitivamente Marco-kun, si fuera una mujer me enamoraría de ti- Pronuncio con su fuerte voz, a lo que todo aquel que logro escuchar se quedaron salidos de onda

 

-Ozz-san ¿estás consciente de lo que dices?- Dijo uno de los que se encontraban cerca

 

-¿Que tiene de malo?- Pronuncio despreocupado, la verdad no le veía el punto malo por eso, solo lo miraba como un comentario cualquiera

 

-Le estás diciendo eso a Marco-kun, ¿acaso quieres que te viole?-

 

-¿Disculpa?- Ahora el perdido era el pelirojo – ¿No veo porque tendría?-

 

-Mejor olvida lo que acaban de decir- Sugirió el rubio a los presentes saliendo de él agua, yendo a la orilla, dejando las cubetas que lleno; Ozz solo suspiro, la verdad ya ni comprendía la manera de pensar tan extraña de sus propios compañeros. Paso el tiempo donde volvieron al campamento con las cubetas. Marco entro a una de las tiendas, al parecer para secarse, cosa que cada uno de los que estaban mojados tomo como un ejemplo imitando lo mismo; entro creyendo que estaría con sus compañeros  de tienda que le asignaron en el camino, una vez entro, desabotono su camisa quitándola de su fría piel

 

-¿Marco?- Se escucho

 

-¿Ace?- Dijo este con los ojos bien abiertos, ¿que se suponía que hacia allí? – Emm… ¿qué haces aquí?..-

 

-Creo que la pregunta debe ser al revés- Dijo el pelinegro, a lo que el rubio observo su alrededor captando de que había entrado a la tienda equivocada, avergonzándose de su error, pero eso le valió poco al volver sus ojos al chico que se encontraba con el torso desnudo, se podía notar que en su costilla había una marca morada, era leve pero se lograba mirar a simple vista.

 

-¿Que te sucedió?- Pregunto exaltado, le preocupaba que se hubiera hecho daño

 

-No es nada, es solo un golpe leve- Respondió

 

-¿Cómo fue que te lo hiciste?-

 

-La verdad, fuimos a recoger algo de leña para la fogata pero en el camino una de mis compañeras resbalo en la subida, reaccione en su auxilio y termine usando mi cuerpo para amortiguar su caída- Explico

 

-No digo que este mal lo que hiciste, ¿pero por un momento no pensaste en que te harías daño? Ace, tu manera tan suicida de pensar me precopa demasiado-

 

-¿A quién le dices suicida? Solo hice lo que creí bueno, estoy seguro que tu hubieras hecho lo mismo- Contesto, el rubio solo guardo silencio – Pero bueno, no pongas esa cara tan lamentable… porque mejor no me explicas como es que terminaste todo mojado-

 

-Una razón, Tatch-

 

-Oh, ya veo- Dijo como dando valida la respuesta, luego el pecoso se puso de pie queriendo acercarse al rubio, pero por una mala pisada termino por caer al suelo, mas sin embargo Marco lo logro pescar, aunque por fortuna o desgracia de ambos, cayeron juntos al suelo, Marco quedo encima de Ace, quien se sonrojo de inmediato, pues tenía mucho de no estar así de cerca con el empresario, que le aceleraba los latidos de su corazón, se miraron fijamente  por un tiempo, para después ponerse ambos colorados, al percatarse de él rose de sus pieles expuestas

 

-Ten más cuidado, no quiero que termines con mas golpes o fracturas- Dijo el rubio en un intento de evadir la razón de su sonrojo

 

-Lo siento- Pronuncio – Por cierto… ¿puedes darte la vuelta?- Pregunta que acato como orden, una vez se dio la vuelta sintió tela recorrer su espalda

 

-¿Ace?-

 

-Solo quería secarte, porque sé que por ti no lo harás- Dijo explicando, dijo secándolo con un trapo, hasta secarle por completo el torso -Bueno, ahora me retiro- Dijo saliendo de allí, dejando al rubio solo, se preguntaba si retenerlo, la verdad quería sentir al chico entre sus brazos, pero sabía que en ese lugar no sería posible. Pronto llego la noche, todos en el campamento se encontraban  durmiendo plácidamente de

dentro de las cabañas, más un chico de cabellera roja se había levantado y había salido del área, caminaba observando todo a su alrededor hasta que se percato de la presencia de alguien mas –¿Ace-kun?- Dijo

 

-¿Se puede saber que haces Ozz? – Pregunto el chico

 

-Solo quería dar una vuelta-

 

-Esa no es escusa, es demasiado peligroso como para ir a dar un paseo, sabes-

 

-Oh vamos, además, que te parece si vienes conmigo-

 

-No tenias que decírmelo, después de todo era mi plan seguirte-

 

-¿Tanto te preocupas por mi?- Pregunto alegre, mas Ace no respondió solo evadió la mirada del chico, que solo sonreía como bobo, caminaron por varios minutos hasta encontrarse con el rio, pero parecía ser un barranco, había un viejo puente de madera que conectaba los dos extremos de tierra, Ozz se acerco a este en un intento por cruzar

 

-Ozz-san, será mejor que no hagas eso- Dijo Ace, pero parecía no escucharle, cruzando ya hasta la mitad

 

-Pero que dices Ace-kun, mira que se puede cruzar, ¿no quieres explorar el otro lado del rio?- Dijo caminando hacia el otro pedazo de tierra, Ace solo suspiro y cruzo, pero para mala suerte de él, el puente se deshizo en último instante, al parecer estaba ya demasiado viejo, Ozz logro pescar a Ace antes de que el puente cayera por completo – ¿Te encuentras bien?- Dijo el chico teniendo al pelinegro en brazos, que se encontraba bien agarrado a su camisa

 

-S…si- Respondió, para después bajarse, en eso ambos miraron los restos del puente en lo profundo del barranco y después el otro extremo.

 

-¿Que haremos?- Dijo histérico el pelirrojo

 

-Tranquilo, antes que todo trata de clamarte- Dijo el pecoso al otro chico que no paraba de caminar en círculos ante la desesperación, peor el chico parecía no escucharle

 

-Que haremos para sobrevivir, yo y Ace-kun solos, o por los cielos esto es demasiado para mí- Decía para sí – Eso quiere decir que tendremos que dormir juntos para mantener el calor… desnudos será la mejor opción, rayos, en serio que esto está demasiado mal- Pronunciaba histérico ante las ideas que se le venían a la cabeza, mas el pecoso solo le veía con incredulencia al escuchar todas aquellas sandeces que salían de la boca del oji verde

 

-Pero que rayos se supone que estas pensando?- Dijo suspirando – Ya te lo dije de nada servirá que estemos como desesperados- Pauso – Veras, según he escuchado, un puente se encuentra cerca de aquí, lo único que tenemos que hacer es encontrarlo y cruzarlo, la verdad no se ve tan difícil ¿sabes?- Dijo, palabras que lograron calmar al chico de cabello flamante que paro de hacer todo aquel escándalo, acercándose demasiado al pelinegro, mientras aprovechaba para tomar la mano de este entre las suyas y pronunciar

 

-Ace-kun… a lo que me refiero, es que… yo… no quiero que me mires como siempre lo has hecho, quiero decir, se que siempre me has visto como un amigo mas, pero… mi deseo es que me veas como algo mas, como hombre… ya somos adultos y, me gustaría poder hacerte saber de mis sentimientos de la manera que deseo- Pronuncio serio, Ace también callo, pero después su cabeza estaba que arrojaba humo, pues sea así o no, el chico parecía haber dicho lo que sería algún tipo de confesión de amor.

 

-¿O…Ozz?-  Dijo el pecoso aun confundido, no entendía nada de nada, pero hacerle saber al pelirrojo de que finalmente había dicho lo que sentía, le peso de mas

 

-Este… no… no, quiero decir si, pero… no lo se…- Se contradecía a si mismo ante lo que acababa de decir, con un pudor en las mejillas

 

-Emm… me pregunto si te encuentras bien- Dijo posando su mano en la frente del chico – No, no tienes fiebre… sabes lo mejor será continuar, si nos quedamos aquí esperando no vendrán a salvarnos sino hasta la mañana…- No termino lo que tenía que decir, cuando fue envuelto en los brazos del chico enfrente

 

-No, quizás para ti no me encuentre bien, pero… yo me siento genial estando a tu lado, Ace-kun… lo único que me aterra en cierta forma, es tu rechazo, no solo en el amor, sino que también me arrebates tu amistad-

 

-Comprendo cómo te has de sentir, pero Ozz-san, mis sentimientos de amor son de lo mas revoltoso, nunca los he entendido, la verdad ni ahora logro entender que es lo que siento y quiero- Pronuncio alterado, la verdad eso del amor le aterraba, después de todo, su vida se volvió una historia trágica, por amar; pensó en las palabras anteriores y suspiro para tranquilizarse – Descuida, sabes que eres un preciado amigo para mí, no tengo por qué molestarme contigo, después de todo no tienes la culpa de nada-

 

-Por un lado me entristece, mas no puedo quejarme, escuchar lo último me tranquiliza- Sonrió el pelirojo – Aunque, es bueno ser persistente, ¿no?-

 

-¿A qué te refieres?-

 

-No sé cómo pero intentare hacerte cambiar de opinión, es mi deseo egoísta el que tengas ojos solo para mí, es mi deseo lúgubre que me ames con locura… no se cuanto durara esta guerra en  mi interior, mas solo me queda esperar…-

 

-Ozz-san, creo que será mejor que nos vayamos pronto…- Evadió, a la vez que se levantaba alejándose de los brazos que le sostenían hace poco, Ace se preguntaba cómo no se pudo haber dado cuanta de los sentimientos del chico de cabello flameante, que ante las palabras de el, se puso de pie con esa sonrisa alocada que le caracterizaba

 

-Bien- Dijo con todos los ánimos – Entonces será mejor apurarnos, no quiero que te regañen por mi culpa-

 

-¿De qué hablas? También es mi culpa por no detenerte y seguirte-

 

-Jajaja, ¿culpa compartida? De acuerdo ni hablar, mmm… ¿sabes por dónde queda ese dichoso puente?-

 

-Escuche que se encontraba en dirección hacia las colinas- Señalo las voluminosas extensiones de tierra – No está muy lejos, lo más seguro que a unos metros de aquí-

 

-Entonces solo hay que seguir el rio- Dijo poniéndose en marcha, a lo que el pecoso le siguió; pasaron un buen rato en silencio, aun permanecía la conmoción de aquel entonces, lo que les ponía la piel china. Pronto a la lejanía se visualizo el ansiado puente; era de madera, y  su aspecto hacia decir que ya llevaba sus años, pero lucia mas macizo que el anterior, a lo que los dos chicos suspiraron de alivio, la sola idea de pensar que estaba en el mismo estado que el anterior o inclusive peor; les tenia preocupados.

 

-Jaja que suerte- Dijo el pelirrojo con una sonrisa de oreja a oreja

 

-Eso dilo cuando lo crucemos- Pronuncio el pelinegro

 

-Pero que negativo, señor de la oscuridad- Dijo a lo que ambos comenzaron a reir “Sera eso?” pensaba el chico de larga cabellera “Su cabello oscuro y el mío claro; no es diferente del día y la noche… me pregunto si en algún momento lograre iluminar su vida…”

 

-Bueno, mejor crucemos de una vez- Dijo dirigiéndose hacia el puente, pero luego sintió que se elevaba, el oji verde lo cargo en sus brazos – ¿Qué haces?-

 

-Puedo notar que te encuentras herido de una pierna- Pronuncio, Ace callo, la verdad si se había lastimado, no era algo grave pero si molesto, durante todo el camino logro mantener la postura, pero ya llegando al lugar actual, su cuerpo comenzó a desistir a su voluntad – es malo que te hagas el fuerte Ace-kun, no puedo permitirme el verte así; y antes de que protestes, no tengo ni un problema en llevarte- Dijo al ver que el chico estaba a punto de quejarse – No me saques escusas para no cargarte que no las pienso creer- Sin mas camino hacia el inicio del puente, y al analizar el área, se aventuro hasta atravesarlo, una vez estuvo en la otra orilla suspiro de alivio – Que suerte- Pronuncio con aliento – Bueno, será mejor que continúe- Se dijo, Ace no dijo nada, la verdad le daba pena estar en esa situación, solo dejo que el chico Ruso hiciera lo que quisiera, después de todo cuando él se preocupaba no había escusa que surtiera efecto en el.

 

Pasaron unas horas, en las cuales el chico seguía su camino sin perder la vista del rio, y estando al pendiente del entorno, pues bien sabia del tipo de cosas que podían presentarse en ese tipo de lugares, y no quería preocupar a su querido amor ya no secreto.

 

-Ace-kun ¿que te parece la luna?- Dijo mirando el cielo, la verdad no pudo contenerse de decir aquello, pues la verdad, se había contenido de hablar durante todo el camino, después de todo era una persona muy parlanchina e hiperactiva que nunca podía quedarse quieta y mucho menos estar en silencio cuando estaba con alguien. Pero después ante la falta de respuesta, giro hacia el chico y observo que este se encontraba dormido, su rostro se notaba cansado, pero también dulce, quizás era una de las pocas veces que le miraba dormir, aunque esta vez el chico se encontraba sumido en sueños en sus brazos; pensar en esa situación le coloreo la cara, y su corazón escandaloso comenzó a acelerarse “Que tranquilo te vez, Ace-kun, seguro debes estar cansado por lidiar con odas mis estupideces… lo siento, solo soy un inútil que solo sabe dar preocupaciones… me pregunto si realmente soy digno de permanecer a tu lado, me gustaría que fuera así, pero siento, que hay alguien más en el lugar que yo quiero…” Pensaba, a la vez que de sus ojos rodaban lagrimas, al percatarse de estas intento reprimirlas “No, no puedo hacer que te preocupes… je, y yo diciéndote negativo, quizás sea al revés, tu eres el que siempre me ha animado a seguir adelante, y yo sin pensarlo voy tras de ti, impulsado por tus palabras… no se que hubiera sido de mi sin ti… por eso, es mi turno de protegerte…” Metido en sus pensamientos, se le fue el tiempo rápido al notar el campamento, sin más camino con cuidado pero a paso rápido, una vez allí con cuidado se introdujo en la tienda donde se les había asignado; puso al chico en una de las camas de la tienda y luego a un lado se recostó, giro a su alrededor y al notar que nadie se había dado cuenta de su ausencia suspiro, la verdad no quería meter al pelinegro en problemas ocasionados por su culpa.

 

Siendo el amanecer en dicho campamento, todos se levantaban temprano, serian como las 8:00 am. Y  todos los integrantes de cada universidad, se encontraban preparando todo nuevamente.

 

-Chicos, escuchen, los grupos de la vez pasada vuelven a ser los  mismos de ahora, verán el primer grupo se encargara de cocinar, el segundo de traer leños, ¿de acuerdo? Mientras los chicos de otras carreras y universidades, nos encargaremos de preparar las pistas- Dijo el maestro de afro inconfundible a lo que todos respondieron con un sí.

 

-¡Ace-san se está quemando el arroz!- Dijo una chica de cabellera castaña, Ace rápidamente apago la mecha – Ace-san, estamos en una cocina normal, no estamos cocinando a al aire libre… ¿tan malo eres cocinando?-

 

-Pues la verdad… no lo sé…- Dijo frustrado, la verdad desde la mañana no podía concentrarse en absolutamente nada, sus pensamientos le atormentaban, en primera era la confesión de sus dos mejores amigos, era aterrador, además, el incidente en la fiesta de Rebeca, el tal Kouki obsesionado en encontrar a Kasaai, todo eso le tenía como loco “¿Cómo es que esto me está pasando? ¿Tan mala suerte tengo?” Se decía lavando la charola.

 

Pasaron las horas hasta el medio día, donde todos se encontraban en listos para la comida

 

-Ace, ¿te sientes bien?- Dijo Marco al pelinegro que se le notaba la frustración en la cara

 

-Es verdad...- Dijo el pelirojo, mas no añadió nada mas, suponía que seria por lo de la noche anterior, pero no se atrevía a decirlo enfrente de tanta gente

 

-No se preocupen, no es nada- Respondió, a la vez que miraba la vasija de madera que tenía en las manos

 

-¿Se puede saber qué es eso?- Pregunto el rubio, indicando a lo que llevaba en manos

 

-No es nada, de solo mirarlo me deprimo más…- Dijo casi en un puchero el pecoso

 

-Si eso te deprime entonces lo destruiré- Dijo el pelirojo

 

-¡No! No puedes desperdiciar así la comida- Dijo el pelinegro quitando la charola antes de que fuera arrebatada de sus manos por el chico al lado

 

-Si ese es el caso, entonces comámosla- Sugirió el rubio

 

-No. Esto no es digno de comerse, no se lo merecen…- Dijo ahora alejando la vasija del rubio

 

-Está bien…- Suspiraron resignados. Termino el almuerzo y todos se encontraban descansando después de unas tareas a realizar, Marco caminaba por una de las tiendas y miro que el pelinegro se encontraba dormido recostado en las raíces de un árbol, con cuidado se acerco asta estar cerca, una vez miro que aun llevaba aquella vasija, la cual tomo y abrió, solo noto que el contenido eran unas bolas de arroz “¿Por esto se quejaba? Se ven como unas bolas normales y decentes…” pensó el rubio, tomando una y dándole una mordida, pero luego se quejo; aquella bola de arroz estaba demasiado dura, casi como una bola de cañón, se podría decir que daba la sensación de morder una piedra y el sabor estaba demasiado salado “Es increíble que pueda cocinar así…” pensó tratando de no soltar su quejido “Realmente son diferentes en la cocina” Haciendo referencia al cantante de rubia cabellera. Pasado un momento el pelinegro despertó siendo su mirada posada en el rubio que se encontraba sentado a un lado de el

 

-¿Marco?- Se sorprendió, luego miro a la vasija que se encontraba vacía – ¡No puede ser! ¿Te las comiste?- Dijo incrédulo, casi le quería obligar a escupirlas, pero Marco rio

 

-¿Que tiene?-

 

-¡Pudiste haber muerto por comerlas!-

 

-No podía evitarlo tenía hambre…- Dijo

 

-¿Qué?- Ahora que lo recordaba ni él ni Ozz habían comido

 

-Cuando supe que cocinarías… quería probar tu comida, solo la tuya- Dijo esto sereno pero el pelinegro se sonrojaba a cada cursilería que salía de esa boca

 

-¿Pero era necesario comerte seis de esas cosas?-

 

-¿Seis? Yo solo vi tres…-

 

-¿Tres?... Ozz…- Dijo ya seguro de quien sería el responsable de la desaparición de las faltantes

 

-Bueno que más da, de nada sirve discutir que ya lo hecho, hecho esta- Sonrió, a la vez que se ponía de pie - bueno, será mejor que me vaya, todavía nos queda mucho por hacer-

 

-Es verdad… solo quedan dos días, ¿cierto?-

 

-Sí, pronto todo esto terminara… jaja es un concurso ¿cierto? La verdad nunca me motive a participar en esto-

 

-¿En serio? Pero se ve que eres muy bueno en esto del deporte-

 

-No lo niego pero la verdad nunca ha habido nada interesante por lo cual participar-

 

-Deberías-

 

-El problema es que nada me interesa, aunque sabes, podría cambiar de opinión a cambio de algo- Dijo el rubio acercándose al chico que por instinto retrocedió todo lo que podía

 

-¡Aléjate pervertido!-

 

-Jajaja quizás, pero debes admitir que no sería mala idea participar. Qué me dices tú, ¿por qué no lo haces?-

 

-No me siento con ánimos para hacer algo…-

 

-De acuerdo, participare, pero si gano… serás mío por un día- Declaro

 

-¡¿Qué?! Espera, yo no he…-

 

-Y si quieres detenerme, entonces compite y gana- Reía como todo un demente

 

-¡Ahh! Eres un maldito pervertido!- Dijo Ace completamente colorado

 

-No- Dijo callando los labios del chico con su dedo índice interpuesto – Que seas mío por un día, puede ser que vayamos a caminar,  jugar juntos, entre otras cosas; el que está pensando cosas malas eres tú, Ace-san- Pronuncio sugerente, indirectamente le estaba diciendo que el pervertido no era él y eso lo lleno de completa vergüenza.

 

-No intentes hacerte el listo, que ambos sabemos lo que intentas, ¡al diablo tus buenas intenciones!-

 

-¿Entonces me ahorro el tener que explicarte lo que harás?- Dijo envolviéndolo en sus brazos

 

-¡Marco!- Odiaba que jugara así con el

 

-Jajaja, tranquilo es broma- Dijo, - Pero eso, si, lo que dije de que serias mío por un día es en serio-

 

-¿Porque eso?-

 

-Porque últimamente no he estado mucho tiempo junto a ti- Dijo haciendo cuentas de las veces que se habían visto, el pelinegro callo y su semblante se tranquilizo, quizás tenía razón.

 

-Está bien voy a participar- Contesto

 

-¿Tanto desconfías de mí?-

 

-La verdad no lo sé, eres demasiado impredecible…- Dijo, intento tomar distancia, pero los brazos del rubio se lo impedían – Marco…- Dijo intentando hacer que este se percatara

 

-No te dejare ir hasta que me des un beso- Dijo

 

-¡¿Qué?! ¿Ahora qué demonios tienes en mente?-

 

-Si gano no te are cosas indecentes, pero, solo quiero darme el lujo de sentir tus labios aunque sea un momento-

 

-No puedo- Dijo desviando la mirada de aquellos ojos

 

-Entonces… quiero que sean mis labios los que toquen los tuyos-

 

-¿Que acaso eso no es lo mismo?-

 

-Lo digo por ti-

 

-¿Eh?-

 

-Se que tu también quieres eso, pero quizás tu orgullo te lo impide-

 

-No digas mas, solo suéltame, es lo único que te pido-

 

-Ace, por favor- Pidió, y sin permiso se acerco lentamente al rostro del chico, que le miraba con aquella mirada llena de nerviosismo, el pobre pelinegro no sabía que se suponía debería hacer y sin más solo cerró los ojos resignado; pronto sintió los labios del rubio rozar los suyos, sentía un cosquilleo en la boca difícil de explicar, sus mejillas estaban completamente rojas.

 

-¡¡¡Buenas!!!- Fueron interrumpidos por aquella voz escandalosa; brincando del susto, alejándose –Uh, ¿qué pasa?- Dijo el chico de cabello sangre, pero ni uno de los dos respondió, centro sus ojos en quien le interesaba, mirando al azabache con el rostro completamente sonrojado – Ace-kun, sucede algo?- Pregunto acercándose, pero el chico, al percatarse, solo corrió, hasta perderse de vista –¿Ace-kun?- Pronuncio desconcertado

 

-Descuida, está bien- Dijo el rubio

 

-¿Sabes que le pasa?-

 

-Solo esta como hace rato, por la comida que hizo-  Dijo, pero el chico parecía no escuchar, no haciendo caso a sus palabras

 

-No, estoy seguro que es otra cosa…- Dijo el chico de cabellera roja

 

-Ahora que recuerdo, donde ¿estaban a noche?-

 

-Eh… no se a que te refieres….- Dijo el pelirojo en su intento por evadir aquel comentario

 

-Algo me dice que me ocultas algo, estoy seguro que a noche salieron, así que dime ¿a dónde?-

 

-Es en serio no se dé que me hablas- Negó de nueva cuenta

 

-Está bien… me lo dices por las buenas o por las malas- Dijo serio

 

-Este… creo que mejor me voy- Dijo para después salir corriendo de allí, pero el rubio le pesco del brazo

 

-Dime, ¿acaso le hiciste algo a Ace?- Pronuncio severo

 

-¡Yo jamás le haría daño a Ace-kun!- Respondió de la misma manera

 

-Entonces porque te niegas a decirme-

 

-Es algo entre él y yo-

 

-¿Es tan importante como para no querer decírselo a alguien más?-

 

-Está bien… Salí a caminar, pero el me siguió, eso es todo-

 

-Hmmp… ¿y que se supone paso en esa caminata?-

 

-Nada, solo hablamos-

 

-Enserio, juro que Ace tiene la pierna izquierda lastimada desde ahora en la mañana, ¿Qué tanto hicieron?-

 

-Solo… un accidente…- Dijo con la cabeza mirando el suelo

 

-¿Solo un accidente? ¿Te das cuenta que esta lastimado?- Preguntaba sin piedad

 

-Eso lo sé y no me enorgullece en nada-

 

-Quizás sea demasiado peligroso que este a tu lado- Dijo, Ozz sentía cierta vergüenza y tristeza, pero aquellas últimas palabras le habían dolido muy en el fondo. Sin más dio la vuelta dejando al rubio solo.

 

                Al transcurrir el día, se llego la mañana del siguiente, donde todos se encontraban listos para participar, habían demasiados alumnos. El primer evento fue carrera de comida, el segundo quemados, el tercero deportes de pelota, y en fin una infinidad de juegos organizados por todas las universidades; cabe mencionar que en el juego de quemados fueron ganadores Ace y Viví. Pero el ultimo evento no fue más que una carrera de obstáculos, era una carrera larga y parecía demasiado ilógica con todos los obstáculos a atravesar.

 

-Preferiría competir solo contigo, pero no es posible- Dijo Marco

 

-Yo odio correr- Dijo Ace con un ánimo de cero.

 

-Jajaja vamos, donde quedo ese ánimo, Ace-kun- Dijo el pelirojo – Me sorprende que entraras-

 

-Si te soy sincero no me gusta la idea de tener que correr-

 

-¿Entonces por qué?- Pregunto extrañado, Ace iba a decir una escusa pero fue interrumpido por el rubio

 

-Si gano él será mío- Dijo divertido

 

-¡¿Qué?!- Tanto el pelirojo y el azabache se sobre exaltaron

 

-¡¡No lo permitiré!! Sobre mi cadáver- Dijo el pelirojo al rubio – Entonces solo estas tratando de ganar para que Marco-san revoque su idea- Dijo, Marco solo sonrió dándole un si

 

-No creo que…- Pronuncio el pecoso, pero fue interrumpido por el mismo cabellos de fuego

 

-Entonces yo también participare-

 

-No es necesario que intentes ganar para que Marco se retracte- Dijo Ace

 

-¿Si gano entonces serás mi premio?-

 

-No, te equivocas- Dijo Ace, ahora sí que se encontraba perdido – Ahora tengo que correr por mi vida…- Dijo sosteniéndose del tronco de un árbol, mas deprimido no podía estar.

 

-¡Entonces es una apuesta!- Exclamaron los dos chicos, sus miradas chocaban. Pasaron unas horas antes de que iniciara la carrera donde los participantes se preparaban, en eso.

 

-¿Ace, puedes venir?- Escucho que el rubio lo llamaba

 

-¿Marco? E… si- Dijo el pecoso dirigiéndose hacia él, estando ambos de frente

 

-Seguro has de pensar que este día fue una locura, ¿verdad?- Comento, sin desvanecer su seria expresión, Ace solo escuchaba atento – Si te soy sincero, no esperaba tener que estar tan al pendiente de personas, al igual que tu-

 

-¿A qué te refieres?- Respondió desconcertado, a lo cual el rubio se acercaba peligrosamente, mientras el pecoso daba un paso hacia atrás a cada que el hombre en frente avanzaba, hasta que su espalda toco madera, para mala suerte, un árbol había interrumpido su camino al querer crear distancia entre ambos; que al estar unos cuantos cm. De distancia, poso su mano en aquel tronco al lado de la obscura cabellera, cortándole posibilidades de huir –¿M… Marco?- Pronuncio con nerviosismo, reacción que noto el rubio

 

-Ante tus ojos… ¿ese chico, que es para ti? ¿Es especial?- Dijo mirándole penetrante y con seriedad extrema, se podía sentir que se encontraba algo molesto, los ojos negros del pecoso desviaron la mirada de aquellos desesperados ojos que le miraban hasta el alma, se encontraba sonrojado y nervioso

 

-La verdad… supongo que al conocerlo desde hace tiempo, además de ser uno de mis primeros amigos al salir del país… supongo, que estamos en bueno términos… pero solo eso… -

 

-¿Solo eso? ¿No será que te preocupas hasta el punto de no apartar la mirada sobre él? ¿Qué clase de afecto tiene el que es diferente de mi y los demás?-

 

-¡Te equivocas! Yo jamás haría algo así-

 

-¿En serio? ¿Entonces porque me cuesta trabajo creerlo? Hablan más tus acciones que tus palabras. Algo me dice que te tiene muy preocupado- Decía a cada que acercaba su cuerpo para estar a unos 8 cm. Del rostro del pelinegro que estaba recargado al gran árbol y al querer alejarlo le empujaba inútilmente

 

-¡¿Y cómo no estarlo?! No piensa las cosas, por lo cual hace estupideces, crea problemas y molestias a las personas- Decía empujando a la vez que cerraba sus ojos con fuerza y expulsaba jadeante ante aquella impresión que brotaba “¿Que es lo que quieres de mi? ¿Por qué actúas de esta forma tan egoísta?” Pensaba el pelinegro, a la vez que desistió de aguijonear al rubio – Pero… tu eres los problemas andando…- Respuesta a lo que el rubio sonrió, indirectamente le había dicho que se preocupaba mas por el “¿Esto es acaso lo que querías escuchar?”

 

Mientras en la ciudad, habían transcurrido clase en las escuelas, a un salón de literatura se encontraba el salón de Tecnologías, donde un profesor se encontraba dando la clase, entre los alumnos se encontraba un chico de cabellera rubia y mirada de maniaco, había estado quieto durante todo el día, cosa rara en el, después de todo era un completo buscapleitos, pero al parecer tenía sus razones, se le notaba el aburrimiento en la cara.

 

-¡Jasón!- Se escucho al profesor decir el nombre de uno de sus compañeros, que se encontraba durmiendo sentado en el banco, con la cabeza apoyada en la mesa, al escuchar su nombre se despertó de golpe.

 

-El OSPF es la vía mas corta de enviar la información de un router a…- Dijo al instante que había pegado el brinco del susto el chico, todos los demás le veían raro, dado a que era el mejor de la clase y era demasiado raro verle durmiendo en el salón

 

-Si se encuentra cansado puede retirarse- Dijo el profesor algo preocupado, también le extrañaba ese comportamiento en el

 

-Lo lamento, no volverá a ocurrir- Dijo el chico de cabellera oscura al maestro

 

-¿Esta seguro?-

 

-Si-

 

Pronto paso el tiempo hasta que fue la hora de salida, habían salido temprano de acuerdo a lo acordado en la institución.

 

-¿Podrías hacernos un favor y dejar de fastidiar?- Gruño un chico esbelto, de buen ver, piel algo pálida, de cabellera oscura y demasiado alborotada, sus ojos eran bloqueados por unos enormes y circulares cristales delante de la visión del pelinegro, lo que hacía que nadie pudiera ver el color de estos. Tal chico vestía el uniforme de la escuela, parecía de la misma edad que el rubio

 

-¿Que es lo que quieres Jasón?- Dirigió al pelinegro, mientras daba la espalda a la víctima, dejando a esta huir de escena.

 

-¿Cuántas veces debo decirte que pelear es malo?-

 

-El problema no es que no lo entienda, lo hago, pero el hecho de que lo entienda no quiere decir que tenga que acatarlo, ¿verdad?-

 

-Para ti no habrá problema, pero si para los que soportan tus agresiones, además de los profesores-

 

-¿Y crees que me importa?-

 

-Debería-

 

-Hmmp… un ñoño como tu jamás comprendería-

 

-¿Comprender qué? ¿Tu falta de razonamiento?-

 

-Veo que te gusta alardear-

 

-Y yo solo veo una mísera mediocridad- Contesto el pelinegro, de alguna manera aquella escena parecía ser más un campo de guerra, las miradas acecinas de los chicos se sentían en la piel, aunque no duro mucho, cuando el pelinegro decidió retirarse – No gano nada con estar corrigiendo lo imposible- Giro dando la espalda al rubio, que ante las palabras llenas de veneno, camino rápido hasta el, tomándolo con violencia y someterlo contra uno de los arboles próximos –Pero qué Demonios haces- Se quejo al sentirse acorralado

 

-Jeje que divertido, ¿a donde fue toda esa charlatanería tuya?-

 

-¿Ah?-

 

-Tan solo esto se convirtió en una pelea física, comienzas a mostrar temor-

 

-¡Cierra la boca!- Gruño dando un rodillazo al abdomen del rubio, dejando a este sin aliento, liberándose del agarre

 

-Golpeas demasiado fuerte para ser un ñoño- Rio Bellamy recuperando el aire

 

-Y tu demasiado quejica para ser un brabucón!- Respondió tomando sus libros que cayeron al suelo tras el forcejeo, pero tan solo dio unos pasos, y fue a dar al suelo, solo, sin haberse tropezado ni nada.

 

-Oye, ¿estás bien?- Dijo el rubio aproximándose al chico que no contesto a la pregunta, una vez frente al cuerpo en reposo del chico, lo giro para tenerle boca arriba – Demonios, con esos lentes no sé si estas despierto o dormido- Se quejo y retiro al gafas del rostro del chico, ahora que lo veía era la primera vez que veía los ojos del chico, aunque se encontraban cerrados tenían cierto encanto, su rostro lucia apacible, cansado, y parecía estar sumido en un profundo sueño. La evidencia de su notable cansancio eran aquellas marcas negras bajo los ojos – Jeje que raro eres, como es posible que te quedaras dormido en plena caminata- Suspiro el rubio, cargando en sus brazos al pelinegro.

 

                Paso el tiempo, donde el reloj dio las 6:00 de la tarde, en una casa sencilla se encontraba aquel rubio, parecía leer entretenido aquellos libros, que había recogido, se encontraba como niño pequeño sentado en el suelo de su habitación, matando el tiempo, esperando a que el chico acostado en su pequeña cama despertara

 

-Umm…- Se escucho la voz del pelinegro que se estiraba entre las sabanas; poco a poco abría los ojos, analizando el lugar –¿Que paso?- Pronuncio, al girar su rostro vio sus lentes en la mesa junto a la cama, los tomo y los coloco de nuevo a su lugar, y una vez hecho esto se sentó en la cama, parecía no notar todavía donde estaba, se encontraba demasiado ido

 

-Finalmente despiertas niño genio- Dijo Bellamy cerrando el libro que tenía en sus manos teniendo por completo la atención del pelinegro

 

-¿B…Bellamy?- Dijo con pesadez sin cambiar su seria expresión, hasta que – ¡¿Bellamy?!- Se exalto al recobrar un poco la conciencia

 

-Jeje ¿que sucede?- Dijo este aun en el suelo

 

-Tu… Yo… ¡¿Qué?!- Decía revoloteándose el cabello

 

-¡Jajaja! Es la primera vez que te veo actuar de esa manera-

 

-¡Olvídalo! ¡¿Qué demonios sucedió?!- Exigió – Es más, ¿como es que llegue aquí?-

 

-Vaya, no tienes remedio, ¿eh?-

 

-¿Que quieres decir?-

 

-Después de que casi me haces devolver el almuerzo, no sé cómo, pero caíste dormido, así como tabla al suelo-

 

-¡¿Qué?!-

 

-Sí, te quedaste dormido-

 

-Imposible- Dijo poniéndose de pie

 

-Espera, espera ¿a dónde vas?- Dijo este levantándose impidiendo al pelinegro pararse de la cama

 

-Me voy-

 

-¿Ni gracias ni nada?- Dijo este, la verdad le encantaba sacar de quicio a los demás, pero por alguna razón siempre quiso hacer rebajar el orgullo de aquel chico engreído.

 

-Este…yo…- Dijo un poco sonrojado, definitivamente le había dado donde más le duele

 

-Vamos solo es una simple palabra- Insistió

 

-G…Grra…- Pronunciaba tembloroso – Espera ¿qué hora es?- Surgió una nueva pregunta

 

-Mmmm… son las 6:15-

 

-Sigue siendo 17 ¿verdad?-

 

-Si…-

 

-¡Demonios he dormido demasiado!- Se regañaba, levantándose lo más rápido

 

-¿A donde con tanta prisa?- Le detuvo

 

-Eso no es de tu incumbencia-

 

-¿Tienes algo que hacer?-

 

-N…no…- Dijo dudoso

 

-Lo vez ¿porque no te quedas un rato?-

 

-P…pero… mi familia…-

 

-Ah eso te preocupa- Dijo el rubio –Veras, tu celular sonó, era tu madre preguntando por ti, le explique un poco la situación, me dijo que no había problema el que te quedaras, solo dijo “Diviértete”- Tal palabra hizo cambiar el semblante del chico, algo dentro del logro mover.

 

-Qué tontería- Pronuncio seco, Bellamy no era muy listo, pero sabía que el chico quería ocultar algo, como queriendo que nadie lo vea.

 

-Vamos, solo por esta vez- Insistió

 

-Pero bueno, ¿por qué insistes tanto en que me quede?- Protesto

 

-Porque… quizás seamos buenos amigos-

 

-Esa es la escusa más ridícula que he escuchado- Dijo tratando de eludir al rubio

 

-Escucha, es la verdad, yo jamás he tenido un amigo, y estoy seguro que tú estás igual-

 

-¿Que sabes tú de mi? Y aunque tuvieras razón, que podrían hacer dos personas que no conocen lo que es confiar en alguien más, que egoístamente piensan más en sí que en los demás, ¿qué demonios se supone que nazca de allí?- Decía alterado, a lo que el rubio lo mando de vuelta a la cama

 

-¿Y como lo sabes? Uno nunca lo sabrá si no lo intenta-

 

-Que es lo que quieres de mí-

 

-Tu confianza-

 

-Solo eso? No creo esa faracha-

 

-¿Eh?-

 

-Así como lo oyes, no confió en ti-

 

-Quizás sea porque es algo repentino, pero quizás con el tiempo lo consideres-

 

-Lo veo imposible-

 

-¿Que te parecería apostar?-

 

-¿Que propones?-

 

-Si logro hacerte feliz admitirás que eres mi amigo-

 

-¿Y que gano yo?-

 

-Pues, no sé que quieras de mí-

 

-La verdad nada me interesa… -

 

-De acuerdo, entonces que eso se decida al final- Dijo

 

-¿Por qué?-

 

-No me interesa lo que pidas, siempre y cuando tenga asegurado mi premio-

 

-¿Tan seguro estas?-

 

-Si-

 

-De acuerdo, entonces… ¿que comience el juego?-

 

-Jajaja mejor no pudo haber quedado- Rieron – Bueno, como ya acordamos, que hacemos en este rato?-

 

-¿Qué?-

 

-Como tengo que ganarme tu confianza, nada mejor que convivir un poco ¿no crees?-

 

-De acuerdo, está bien, pero solo por un momento- Acepto – ¿Se puede saber que hacías?- Dijo al notar sus libros en el suelo

 

-Oh, lo que pasa es que no sabía qué hacer hasta que despertaras, así que al ver los libros, no se me llamaron la atención y comencé a leerlos-

 

-¿L…los leíste?- Tartamudeo

 

-Sí, y para ser una persona muy fría lees demasiado romanticismo-

 

-No me digas que leíste…-

 

-Este- Dijo el rubio señalando un gran libro de pasta roja

 

-¿De todos los libros tuviste que leer ese?-

 

-La verdad, leí los otros pero solo las primeras 5 líneas, me hacían cabecear, así que fui de uno en uno, para ver si veía algo interesante y mira lo que me vengo a encontrar- Sonrió – Pero en serio, no sabía que leías cosas tan aburridas-

 

-Yo…-

 

-¿Todos estos libros, de estructuras de computadoras, lenguajes de programación los memorizas?- Pregunto, el chico solo callo, su silencio parecía responder la pregunta – No entiendo cómo puedes meter todo esto en tu cabeza- Decía tomando uno de los libros ojeándolo

 

-No es tan difícil como parece…-

 

-¿Bromeas?-

 

-Quizás… cuando eso es lo único que haces, se convierte en lo único que sabes hacer bien y después se convierte en tu talento-

 

-¿Desde que edad?-

 

-No lo sé, desde que tengo memoria quizás…-

 

-¿Eh?-

 

-No es exactamente lo que piensas, es decir, solo era un niño muy curioso y todo quería saber, siempre preguntaba las dudas que tenia, quizás esa sea la razón…-

 

-Ya veo… y no te aburres…-

 

-La verdad, no lo sé… ya ni sé que pensar-

 

-¿Por qué?-

 

-Porque es lo único que hago, es una obligación-

 

-¿No crees que es algo drástico?-

 

-¿Tú crees?- Le miro con cierta preocupación

 

-Bueno, ¿qué te parece si bebemos algo de té o café mientras charlamos?-

 

-Está bien-

 

-¿Quieres té o café?- Dijo poniéndose de pie

 

-Si no es mucha molestia café por favor- Pidió, el rubio salió por un momento, en el que el chico se quedo inmóvil en la cama, parecía pensar, parecía estar angustiado; pronto volvió el rubio con los dos recipientes, entregando una al muchacho

 

-¿Qué te parece si hablamos del libro?- Indico

 

-Bien- Acepto, ambos se sentaron en el suelo –¿Qué opinas?-

 

-Pienso que dice demasiadas cosas románticas-

 

-¿C…como lo sabes?-

 

-Leí lo suficiente- Aclaro –El romance prohibido entre dos reinos-

 

-Yo, la verdad… esta es la primera vez que intento leer romance, sentí, que debía leer algo más llevadero, algo diferente-

 

-Oh...-

 

-¿Es la primera vez que sientes que necesitas sentir más?-

 

-No es eso, es solo que… me gustaría intentar comprender de las emociones de las que tanto hablan los demás; cómo explicarlo…-

 

-Pero eres una persona, es lógico que por instinto sientas- Se quejo

 

-Se que es así, pero…- Dijo llevando sus manos a su pecho – Cada una de mis emociones fueron destrozadas- Dijo con una incómoda suspensión en el ambiente, Bellamy creía haber escuchado ciertos rumores relacionados con el pelinegro

 

-¿Porque razón?-

 

-Mi… padre… el, falleció hace poco…- Soltó con un nudo en la garganta

 

-A sí que era cierto- Afirmo

 

-¿Qué?-

 

-Había escuchado algunos rumores-

 

-¿Creo que es lógico no? Después de todo estamos en el mismo salón- Resalto lo evidente

 

-Sí, digo, pero eso fue durante el inicio de las vacaciones, así que solo escuche-

 

-Comprendo, decida- Suspiro

 

-¿Deberíamos hablar de otro tema sabes?- Recomendó

 

-Jeje de acuerdo, aunque que quede claro que esto ya ha sido superado he?- Dijo, mas Bellamy, no creyó aquellas palabras que salían de aquella boca.

 

-Bueno, como que fue lo que te llamo la atención para querer leer romance, la verdad-

 

-De acuerdo, no sé porque insistes demasiado… la verdad, es…- Dijo a la vez que sentía sus mejillas arder – Como siempre me la he pasado en mis estudios, no tengo tiempo para sentir lo que se tiene en una relación amorosa y… pensé, en cómo se daba, no lo sé… yo- Dijo cabizbajo – Aunque, quizás aquellas historias perfectas, con finales felices, solo sucedan en los libros-

 

-Jeje no está mal- Sonrió – Extrañamente yo pensaba exactamente lo mismo que tu- Dijo – Aunque claro, a diferencia de ti, lo mío era estar de buscapleitos, de hecho no he cambiado, y la verdad aquellas situaciones románticas eran lo de menos, aunque me gustaría experimentarlas aunque sea una vez en la vida- Comento

 

Notas finales:

Yahoo~

Asistente: Bueno se me hace que allí le cortamos xd

Hando: Si :v

Asistente: Me es grato decirles que no pienso hacerlas sufrir uwu … todavía ewe

Hando: Jaja ya extrañaba tus locuras x)

Asistente: Bueno, bueno mis dulzuras que les pareció el capítulo de novela jajaja

Hando: ewe …

Asistente: Ok. Está bien ignoren lo ultimo ewe pero si me encantaría saber que les pareció

Hando: no sean mal@s y déjenos un comentario pleace n3n

Asistente: xD

Hando: jeje espero que estas locuras tengan algún efecto positivo owo , bueno solo espero que ocurra algo candente xD

Asistente: Lasciva ewe

Hando: Estas igual e.e

Asistente: x3

Hando: Ok con esto nos despedimos y esperamos verlos pronto, muchas gracias por su apoyo lo valoro mucho n3n

 

Hasta la próxima!! And happy Halloween!!! xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).