Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Notas Carmesi por Hando Kurai Tamashi

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaa!!! Mis amores ¿Cómo se encuentran?

Bueno aquí llegando tarde como siempre TnT . Pero espero este cap…. ok me gustaría que les gustase (nervios)

Asistente: Oh sí, todo está a disposición de mis lindas manos ouo. Han-chan tiene un pequeño problemilla de salud (llámese gripa) ono. Me abandono!! ¿Cómo se atreve a dejarme todo el cap? (Bueno solo la mitad u.u) No tengo con quien pelear y ¿saben cuanta tentación es para mí soltarme sin que me impongan un límite? ;-; . Vale antes de que se enfermara avanzamos algo, pero no lo suficiente. Pero os prometo algo bueno uwu . Ok sin más que la historia comience!!!

(Feliz cumple Ani-chan!!! xD )

 

 

 

 

 

 

Ya hacia unos meses después de aquella noche de fiesta. Iniciado el año hace un poco de tiempo. Mientras a entradas de una compañía había irrumpido la justicia. Esta se encontraba operando en el lugar esperando por alguien. Por otra parte un rubio pensativo observaba esto en silencio, le preocupaba pues aquello no provocaría sino mas que un escándalo nada bueno. Había querido que fuese aquello lo más discreto posible. Pero ni modo, ni hablar tendría que mantener el orden o mas bien las bocas calladas de quienes daban una ojeada a el lugar con la curiosidad en la mira.

 

-Jamás creí que esto llegaría, al menos no tan de esta manera tan escandalosa- Comento el rubio de bronceada piel al pelinegro a su lado

 

-No podemos hacer nada más que observar- Menciono este

 

-Quizás fuimos demasiado rápido-

 

-No, no lo creo. ¿Ya viste como reacciono tu padre respecto a la noticia? Ese “Porque no lo mencionaste antes” perturba- Dijo pasando su mano por la oscura cabellera, aun sentado en la silla de la recepción junto al joven rubio

 

-¿Crees que debimos decírselo antes?-

 

-¿Cómo? Si no poseíamos tantas pruebas como hasta ahora. Lo que hace es algo realmente delicado. Hacer ventas en el mercado negro, sin mencionar que en algunas relaciona a la empresa de Dofflamingo; están haciendo ver mal al negocio si esto se hace público-

 

-De alguna manera siento pena por el- Menciono – Pero no puedo negar que eso es lo que se ha buscado, sea cual sea su razón de haber hecho lo que hizo-

 

-Vaya que eres demasiado suave- Menciono el chico de gafas – Necesitas mas actitud- Mientras ellos hablaban, observaron pronto que los policías se juntaban todos en un mismo punto

 

-Sr. Vergo queda usted arrestado- Se escucho a uno de los hombres de la justicia, al parecer el líder del escuadrón, vestía muy al estilo de los ochenta

 

-… ¿Se puede saber de que se me acusa?- Pregunto el hombre con tanta tranquilidad, pareciera que poseía unos nervios de haceros

 

-Mas adelante le harán saber- Comento el oficial, este se acerco al moreno con toda la intención de cumplir con su deber, mas el hombre en frente no se la pondría fácil.

 

-¿A qué se debe tanto alboroto?- Pregunto Joseph al ver como fuera se escuchaba demasiado escándalo. No tardaron en llegar, cuando los oficiales rompían la formación corriendo como alma que lleva el diablo por el lugar

 

-Ustedes entren- Ordeno el oficial mayor – Es peligroso que se encuentren fuera- Ya con esa advertencia nada entendible entraron. Tras la puerta de cristal se vio salir al rubio dueño de la compañía. Se quedo hablando largo rato con el oficial, parecía que le explicaban la situación y por alguna razón al rubio parecía no le agradarle la noticia. No paso mucho  cuando el hombre volvió dentro de su “castillo”

 

-¿Qué ha sucedido?- Pregunto el más alto de los dos jóvenes

 

-… No quiero alterarlos pero, Vergo ha escapado de la policía- Dijo no con la mejor cara

 

-¿Pero cómo?- Dijo el pelinegro

 

-Puso resistencia al arresto, golpeo a varios policías antes de huir…- Explico

 

-Eso significa que anda por las calles, ¿no es eso un peligro? ¿Qué demonios hace la policía?- Se exalto el rubio

 

-Están tras él, pero no parecen tener alguna señal de su paradero-

 

-Deben detenerlo pronto antes de que algo malo suceda- Menciono lo que muchos no se atrevían – Joseph quédate aquí- Indico, mas su padrastro sabiendo a donde iba toda la conversación decidió pararle el argumento

 

-Espera, espera, no  vas a ir a ningún lado Bellamy- Dijo el moreno – Estando fuera de aquí corres también peligro ¿O es que no te has puesto a pensar que Vergo no está tras de ti?-

 

-Es verdad, lo más probable es que ya sabe quienes le delatamos- Dio razón al moreno el joven pelinegro – Pero que es eso de querer ir tu solo, no pienso dejar que me abandones aquí- Sonrió el chico

 

-No, ustedes dos se quedaran en este lugar hasta que se les indique- Dijo con voz de mando el rubio de gafas rojizas

 

-Pero padre- Se iba aquejar como adolecente queriendo salir a alguna parte, pero la mirada que el hombre le lanzaba era para mantenerle callado. No pudiendo hacer nada se quedaron dentro de aquel edificio. La verdad no mentía Doffy al decir que serian un blanco fácil, pues estaban hablando de Vergo; ese hombre no se quedaría quieto con nada.

 

                Mientras la situación alarmante permanecía en aquella zona, lejos de allí, por las amplias calles abarrotadas de personas, el responsable de aquel alboroto se deslizaba entre aquel tumulto. Su calma era absoluta, mas su mente procesaba lo siguiente que haría. Había maldecido haber tenido que abandonar el automóvil y salir corriendo; pero ahora que  lo pensaba mas, no había sido tan malo, pues estar sobre el solo seria más fácil de localizar, en cambio estar entre todo ese mar de personas dificultaría un poco más las cosas para la policía. Todo parecía ir bien, ya tenía el presentimiento de que aquello sucedería por lo cual ya había preparado con anterioridad ciertas cosas… Mando un mensaje de texto a su ayudante, quien le contesto que el tren a abordar ya se encontraba listo, aquel transporte partiría sino mas tardar en la tarde como por eso de las 6:00pm. Esto le hacía pensar en que todo ese tiempo correría peligro estando por esos rumbos, pues ¿A dónde podía ir? A su casa ni hablar, era de lo más evidente que le tuvieran tendida alguna trampa por allí, todo esto era cuestión de estrategia. Si quería ganar tenía que saber moverse con total sigilo, si causaba algo llamaría la atención de las autoridades.

 

                Mientras  la circunstancia tan alarmante permanecía, dos chicos ajenos a la situación salían de un supermercado, siendo sábado decidieron comer juntos. El rubio introdujo las bolsas llenas de comida en la cajuela del carro que llevaba el peli verde, no era la gran cosa pero servía para su propósito. A pesar de ser una pareja formal seguían con sus diferencias y sus típicas discusiones por cosas triviales.

 

-Sigo pensando en que deberíamos llevar algo de beber- Dijo el peli verde

 

-No- Negó el cocinero – Beber te pone demasiado tonto-

 

-Pero vamos a pasar la noche juntos, deberíamos divertirnos-

 

-Que no- Volvió a negar, el peli verde hizo mueca de berrinche – ¿Eh? ¿Qué se siente no poder contra un cocinero, marimo-kun?- Se sonrió el rubio, ya estaban ambos dentro del vehículo. El peli verde herido su orgullo, bajo las ventanas a excepción de la del rubio

 

-¿Qué se siente que no te bajen la ventana?- Pregunto intentando devolvérsela al chico, que sabía bien que le gustaba siempre ir con la ventana baja. Intentando irritar al otro también

 

-…. Calor- Respondió simple, quedaron unos minutos en silencio y ambos se soltaron a reír; era imposible, cuando el moreno intentaba contrariar siempre terminaba en lo mismo

 

-Vaya Sanji- Reía – Siempre termino riendo aunque me proponga no hacerlo-

 

-Es que me provocas ser así- Protesto

 

-Perdón- Se disculpo, agarrando al rubio del hombro acercándose a él, pegándole un beso en los labios al joven cocinero, quien le correspondió

 

-Te preparare algo delicioso- Dijo el rubio al soltarse de los brazos del moreno

 

-Bien, entonces sorpréndeme- Respondió el peli verde, estaba dispuesto a olvidar aquella pequeñez por la que habían discutido

 

-Oh, por cierto….- Dijo el rubio acordándose de algo importante – Ahora que recuerdo… deje algo en casa ¿podrías llevarme a mi casa por favor?- Pidió, la verdad no era cualquier cosa, era un regalo para el peli verde que había hecho y ante las prisas al irse se le olvido en su habitación

 

-Claro, ahora mismo vamos- Respondió sonriente. El peli verde también le tenía algo preparado, no había predicho nada de eso, pero ya que la situación de prestaba a su conveniencia acepto.

 

-Gracias-

 

-No hay de que sabes que por ti iría a donde sea- Sonrió, Sanji se cubrió con la revista del supermercado, odiaba colorarse con las cursilerías de parte de su novio

 

-No necesitas taparte – Dijo el moreno mientras conducía – Te miras bien con ese sonrojo en el rostro-

 

-No lo menciones…-

 

-¿Por qué? Mientras siga viendo aquella expresión, se que aun sientes algo profundo por mí, sé que mis palabras provocan algo en ti. Y eso me hace feliz, eso significa que tus sentimientos me pertenecen ¿verdad? Sanji- Contesto

 

-Y…yo…- Tartamudeaba torpe el rubio

 

-No necesitas decir nada- Dijo mientras se estacionaba frente a la residencia destinada – Bien, ve por lo que venias- Indico

 

-Gracias…- Dijo para después salir del coche, corriendo hacia su casa, entro, saludo a sus padres y explico que solo venia por algo que se le había olvidado. Corrió escaleras arriba hacia si cuarto, entro y al no ver aquello por lo que venía empezó a buscar como loco en el closet, la mesa, debajo de la cama, absolutamente puso su cuarto patas arriba

 

-¿Buscabas esto?- Pregunto uno de sus hermanos en la entrada de la habitación mostrando aquella pulsera de tela que el mismo rubio fabrico. Realmente coser no era su talento, lo intento muchas veces hasta que por fin le salió algo aceptable

 

-¡Devuélvemelo!- Exigió acercándose al mayor de sus hermanos

 

-No necesitas pedirlo de esa manera. De igual forma lo iba a hacer- Dijo este extendiendo su brazo, colocando aquel accesorio en las manos de su creador – ¿Ya le has dicho a nuestros padres?-

 

-¿D…de qué?-

 

-Oh, vamos acerca de tu novio- Le fastidiaba decir lo obvio

 

-No por ahora…- Contesto – No deberías hablar de eso aquí- Menciono

 

-¿Por qué no habría de hacerlo? Tarde o temprano se darán cuenta Sanji- Protesto el chico

 

-Eso se decidirá más adelante- Contesto pasando por delante del mayor, saliendo velozmente; al bajar quizás lo que había mencionado su hermano era como alguna profecía, el rubio se la mentaba mentalmente a su hermano, pues el parecía tener boca de profeta, todo lo que decía se cumplía. En la puerta de la entrada, se encontraba el moreno hablando “amistosamente” con su padre

 

-Sanji ven- Dijo el jefe de casa

 

-V…voy- Respondió acercándose

 

-¿Es verdad lo que dice este joven?- Pregunto el señor, ya le había visto varias veces, pero solo con el conocimiento de que no era más que un amigo

 

-¿Qué… ha dicho?- Pregunto nervioso

 

-Se ha venido a presentar como mi yerno, pero no tengo ni una sola hija. A lo que ha contestado ser tu pareja, novio o como se diga-

 

-Si- Respondió el rubio, lo dijo antes de que el peli verde alegara o abriera la boca. Su padre le miro

 

-¿Por qué no me habías hablado acerca de esto?- Pregunto el hombre

 

-Es solo que… yo… si planeaba decírtelo, pero… no sabía qué momento seria el adecuado-

 

-Señor- Llamo el peli verde -  Como lo he mencionado antes, no poseo nada de riquezas a mi lado, lo único de valor que tengo es su hijo, al cual no ofrezco mas que todo mi ser-

 

-A callar marimo-kun!- Dijo el rubio cubriéndose ahora con las manos, su padre miraba aquella escena un tanto divertido, no creía ver a la fiera de su hijo actuar de esa forma no tan propia de el

 

-Pero Sanji- Protesto el moreno

 

-Jajajaja vaya, vaya, ¿Qué es esto?- Dijo divertido el hombre – Acepto lo que dices joven- Mientras Zoro lo miraba con una sonrisa, Sanji lo miraba sorprendido, no creyó que su padre le dijera algo así sin mas

 

-¿Es en serio lo que dices padre?- Dijo el rubio

 

-Si, es difícil de aceptar, pero viendo que este joven no pretende puesto que ya tiene tu corazón, no veo el porqué negarme. Prefiero las cosas pacificas, hijo…- Comento el hombre –Por cierto ¿Me habías dicho que ibas a ir a cenar a casa de un amigo, si te referías a este chico será mejor que empiecen temprano… estoy seguro que a tu madre no le caerá de todo bien la noticia, pero tengo todo el día para hacerla cambiar de opinión-

 

-Gracias padre- Agradeció el rubio sonriente

 

-Gracias- También dijo el moreno, Sanji corrió hasta el, mientras el mismo le envolvía entre sus brazos

 

-Pero eso sí- Dijo antes de que se retiraran – Te estoy haciendo cargo de una de mis mas grandes posesiones, así que más vale que no oses descuidarlo. Que donde le rompas el corazón te las veras conmigo- Amenazo, los chicos le vieron nerviosamente – Pero por ahora lo dejo en tus manos-

 

-Bueno, ya me retiro, gracias padre- Dijo su hijo tomando al marimo del brazo y llevárselo fuera de la residencia. Cuando el hombre cerró las puertas se encontró con la mirada de sus otros dos hijos que habían visto todo. Tenían una expresión de no creerse lo que miraban – No le digan nada de esto a su madre…-

 

                Mientras por las calles del centro, caminaba rumbo a su hogar el joven cantante. Recorría con paso lento, quería pensar un poco. Tantas cosas que habían sucedido no podía asimilarlas tan fácilmente. Pronto poso un pie en lo que venía siendo la plaza principal, se introdujo en esta para atravesarla rumbo a su paradero, tras avanzar un poco, su oído artístico detecto música, no producida con alguna clase de aparato, sino música hecha en vivo. Al girarse hacia donde provenía, observo un tumulto de gente que se había acercado a escuchar; el pecoso de igual manera se acerco. Pudiendo observar a un chico de vestimenta casual, podría decirse que era como las personas que se ponían a hacer algo para recibir dinero, pero aquel muchacho no poseía algún recipiente donde poner dinero, y parecía no interesado en aquello. Alegremente cantaba con su guitarra acústica en mano. Ace quedo sorprendido por aquella música que irradiaba tanta energía; sin lugar a dudas aquel joven tenía talento, rasgaba, golpeaba el instrumento, sacándole todo el potencial. Ace pudo notar que parecía ser la última tonada que daría, presintiendo que ya era tarde. Atentamente escuchaba, aunque fuese un momento de aquello.

 

Mi sueño esta vez, lo voy a buscar,

Aunque me pierda en mi corazón,

Espejos que aquí reflejan en mi, una sonrisa artificial,

Caen mis lagrimas sin más, no son de plata ni oro, ¿lo ves?

Aquellas lagrimas se van, sin que siquiera las noten.

Persiguiendo sueños, sueños con el corazón,

Sé que no tengo comparación,

En este mismo instante lo voy a lograr, verán cómo nace un héroe de mi corazón

Nanananananana Oh~ nanananananana Hey!~ Hey!~

Nanananananana Oh!~

Un héroe de mi corazoooon~

 

Fue lo último que el chico entonó, simple y agradecido reverencio a la audiencia que le escuchaba. Pasaron unos minutos en el que aquella masa se disolvió. Ace decidió retirarse más antes de que saliera de aquel lugar fue detenido por una mano que le tomo por el hombro

 

-¡Espera chico apuesto!- Escucho una voz juguetona detenerle, al girarse se encontró con el joven cantante – Jajaja perdón por el exceso de confianza-

 

-Descuida…- Dijo Ace mirándole un poco desconcertado

 

-¿A ti también te gusta la música?- Pregunto con interés

 

-Si- Respondió el pecoso – Tienes un talento sorprendente, ¿en qué grado vas?-

 

-¿Lo crees? … apenas voy en preparatoria- Dijo

 

-¿Ya has decidido que quieres estudiar más adelante?-

 

-Supongo que música- Sonrió

 

-No me sorprendería si te haces un gran cantante-

 

-Me encantaría, pero ha de ser una vida demasiado movida- Respondió – Me gusta estar en ambientes calmados… pero si, podría ser….- Poso sus manos tras su nuca, en una pose despreocupada, mantenía el estuche de la guitarra colgando en su espalda -¿Ya te vas?-

 

-De hecho iba hacia mi casa-

 

-Ya veo… espero no haber interrumpido en algo importante- Dijo un poco preocupado

 

-N… no descuida acababa de salir del trabajo, ya solo me dirigía hacia la residencia- Intento no sonar mal educado

 

-Mmmm… ¿en que trabajas?- Pregunto

 

-En un café cerca de aquí- Respondió

 

-¿Qué haces allí? Eres mesero o cocinas-

 

-Supongo que ambos, dependiendo que tanto movimiento haya-

 

-Jeje debería ir a verte algún día de estos- Sonrió el chico, Ace no sabía cómo responder a todo lo que decía el joven – Bueno, ya se está haciendo tarde- Dijo a la vez que miraba el atardecer en el cielo –Sera mejor que me retire- Dijo corriendo en sentido contrario a donde se dirigía el pecoso – ¡Nos vemos luego!- Exclamo girando, tomando de nuevo su rumbo

 

-Hasta luego- Se despidió el pecoso – Creo que olvide algo importante…- Se dijo – Es verdad, no nos presentamos- Reacciono muy tarde pues el chico ya se había ido – Ni hablar será para otra ocasión- Sin más comenzó su rumbo directo hacia su hogar.

 

                Mas unos momentos antes de aquello, dos pelinegros se encontraban en una guardería, al más joven los pequeños le envolvieron como si fuese una de esas películas de terror sobre zombis, solo que menos espeluznante y mas adorable.

 

-¡Luffy-san!- Exclamaban los pequeños, brincaban, gritaban. El mencionado no sabía qué hacer, por alguna razón sentía mucha felicidad.

 

-Ve con ellos Luffy- Dijo la mujer robusta que le miraba cariñosamente. Mientras el joven era arrastrado dentro de la guardería ja peli roja se quedo a solas con el médico en el filo de la puerta –Es un gusto tenerlo de vuelta- Dijo la mujer

 

-Ya lo creo- Respondió Law – Jaja no tardara en acoplarse a ellos-

 

-Me alegra que lo hayas traído, pero ¿Hay acaso un motivo?-

 

-Lo hay… vera, durante este tiempo le he llevado a lugares que frecuentaba, en la mayoría logra recordar cosas. Es muy grande el avance… no ha recuperado todo, pero si duda de poco a poco irá recordando-

 

-Es un alivio, gracias al cielo- Suspiro

 

-Cuando siente que tiene un recuerdo, me lo explica a como él lo ve, si logro saber que es, no dudo en llevarlo…- Respondió – Y al parecer, tenia imágenes borrosas de este lugar, creí que sería buena idea, además, puedo notar que con la ayuda de los niños no tardara en reconocerlos- Y como había dicho el moreno, el pequeño pelinegro no tardo. Uno por uno comenzó a decir los nombres de los niños. No sabía cómo, ni de donde, pero por alguna razón los nombres le venían a la cabeza al verlos

 

-¡Dadan!- Exclamo el joven al ver de nuevo a la mujer

 

-Oh Luffy parece que estas logrando traer de nuevo tus recuerdos ¿eh? , bien que les parece si celebramos con una pequeña merienda- Ofreció la mujer, los niños exclamaban animados, pues cuanto más se quedara el joven mejor para ellos.

 

-Bien- Acepto el moreno. Ya dicho, la peli roja entro en la cocina, Luffy se ofreció a ayudarle al igual que Law, pero solo duraron muy poco allí, pues los niños estaban demasiado inquietos

 

-Perdón por pedirles esto pero, me gustaría que cuidaran a los niños en lo que estoy en la cocinando- Rio

 

-De acuerdo- Acepto el joven y así salieron de la cocina; en el patio jugaban basquetbol, intentaban hacer que los pequeños jugaran sin que alguno saliera lastimado. Y para buena suerte así fue, después de haber estado media hora afuera, Luffy indico que entraran a la guardería para que descansaran un poco. Viendo como distraerlos para que no hubiera desorden les puso a colorear en hojas.

 

-Estoy muriendo- Dijo Law tirándose en el suelo

 

-Torao, eso es de mala educación, te comportas como… no, los niños se portan mejor que tu- Dijo Luffy

 

-Es inevitable, estoy exhausto- Dijo desde el suelo, donde los niños pintaban sentados o acostados sobre este

 

-¿Quieres un poco de agua?- Pregunto yendo por un vaso, en un instante ya estaba de vuelta. Se acerco al moreno entregándole aquello, este bebió el liquido

 

-Gracias- Sonrió

 

-De nada- Devolvió la sonrisa. En poco tiempo, los niños mostraban sus obras de arte a los presentes

 

-Es muy bonita tu mesa- Dijo el moreno a uno de los pequeños que le habían enseñado sus dibujos

 

-No es una mesa es un perro- Repuso Luffy como si fuese algo creado por el, Law miro al chiquillo que asintió dando razón al joven

 

-¿Cómo es que le entiendes?- Pregunto el moreno

 

-Mira esta es su cabeza y esta es su cola- Explico

 

-Bueno, quizás tenga algo de sentido- Respondió Law, desde los dibujos que parecían solo manchas se sentía como si estuviera en alguna terapia psicológica

 

-Luffy-san…. Torao-san…- Escucharon a una pequeña de 9 años acercarse, parecía ansiosa porque viesen su obra de arte también

 

-¿Quieres que miremos tu dibujo Iris?- Pregunto Luffy, ella movió la cabeza en un sí. Se acerco volteando y extendiendo su hoja para mostrársela

 

-Que lindo- Dijo el pequeño

 

-Que paso, que paso- Dijo Law al ver aquello, admitía que era pésimo para leer los dibujos de las criaturas, pero aquello lo entendía muy bien. La niña había dibujado supuestamente a él y Luffy… encerrados en un gran corazón lleno de corazoncitos

 

-Luffy-san parece la mamá y Torao-san el papá- Rio la niña

 

-…- Law no podía creer que percepción tan asombrosa poseían los pequeños. O era que se notaba o era que tenían mucha imaginación

 

-Jaja está bien- Soltó a reír Luffy; antes de que continuaran, la mujer de roja cabellera anuncio el llamado para reunirse todos en el gran comedor, allí los adultos repartieron tazones de sopa. Cuando estuvo todo listo comenzaron a comer

 

-Dime Luffy, ¿planeas venir mas seguido?- Pegunto la mujer un tanto ansiosa por la respuesta, los chiquillos giraron a mirarle

 

-Me gustaría seguir viniendo- Respondió – Pero primero quiero poner en orden mis recuerdos- Menciono, pues era importante para el tener en conciencia quien era realmente

 

-Bueno, sería una lástima que te negaras- Dijo Dadan – Pero me alegra saber que consideres volver- Dicho esto los niños sonrieron

 

-No se preocupen que así será- Dijo el moreno – En cuanto devuelva esos recuerdos a su lugar, hare que venga- Dijo esto pues aquella vez se lo prometió

 

-¡Eeeee!- Se escucho el gritar de los pequeños, Luffy no sabía que decir al respecto, tras analizar sus recuerdos de ese lugar, juraba que era feliz

 

Tras terminar la comida, se despidieron. Al salir, caminaron rumbo a su casa, Law pensaba que caminar en lugar de tomar algún transporte era la mejor opción para que recuperase la memoria, pues antes del accidente solían recorrer la ciudad juntos. Al cruzar unas tres cuadras giraron a mano derecha, por una calle principal, después cruzaron esta, llegando a una cuadra menos transitada a comparación de la anterior

 

-Mira Torao- Indico en el cielo – Esa nube tiene forma de mesa-

 

-Mmmm… ahora yo la veo como un perro- Agudizo la vista, no lograba comprender porque siempre veía cosas contrarias a las que veía el joven a su lado. Luffy rio, colgándose del brazo del moreno, este sonrió pegándose más al chico. Cuando iban a cruzar a la siguiente cuadra un vehículo que venía rajando mambo freno de golpe frente a ellos. Law ante la escena violenta puso a Luffy tras él. Era un carro color plata el que se encontraba frente a ellos, de este se abrió la puerta del piloto, mostrándose el conductor con medio cuerpo fuera. Law tembló al ver quien era

 

-Vergo…- Tembló al verle

 

-Te falto el san- Dijo como de costumbre soltando una bala que rozo por el hombro del médico. Law tenía temor de lo que pudiera hacer aquel hombre, sin duda aquello era peligroso

 

-¡Torao!- Grito Luffy asustado de que el moreno hubiese sido lastimado

 

-Descuida estoy bien- Dijo Law forcejeando porque el chico permaneciera detrás de él – ¿Que sucede? ¿A qué has venido?-

 

-No me hagas decir lo incuestionable, Law- Respondió el hombre. Era evidente que venía tras el

 

-Si tienes algún inconveniente conmigo… resuélvelo de una vez…- Manifestó el médico. No tenía ni idea de que hacer o decir. Temía que el hombre en frente le matara, no en si a la muerte misma, sino más bien al trauma que recibiría el joven tras él. El pobre ya estaba vulnerable mentalmente y hacer que presenciara tal acción sin duda sería un gran golpe a la poca cordura que poseía. Quería que el chico viviera, no quería que viviera hecho un manojo de nervios tras su muerte. Quería que viviese bien, como un chico normal; no deseaba hacerle sufrir fuese como fuese

 

-No… no…- Escucho tras el aquella voz que se quebraba como en aquella vez, Luffy le abrazaba por la espalda afligido. Law solo temblaba ante la impotencia

 

-Uh- Soltó el hombre al ver aquello, mirar el rostro del moreno lleno de preocupación llenaba su contenedor de satisfacción – Parece que ese chiquillo representa algo preciado para ti… ¿Qué sucede? ¿Por qué esa expresión en tu mirada?-Pregunto al ver que el moreno le miraba con rabia – Se me ocurre algo divertido. ¿Qué te parece si me das a ese chiquillo?-

 

-Ni hablar, esto es entre tú y yo. El es ajeno a esta estúpida pelea familiar- Se negó Law

 

-¿No escuchaste? Quiero a ese chico-

 

-Te he dicho que no-

 

-¡Basta!- Se escucho a Luffy decir, sin tiempo que perder se soltó del médico, si la vida de Law dependía de aquello no le quedaba de otra que obedecer. Pero el moreno le retuvo del brazo impidiéndole apartarse de el

 

-¡No complazcas lo que te pide Luffy!- Dijo Law. Vergo se sonrió al ver aquello, amaba ver el sufrimiento en las personas; jugaría con el médico un poco mas

 

-Oye chico- Dijo haciendo mención a Luffy abriendo una de las puertas del vehículo – Si quieres salvar a ese estúpido hombre, ven conmigo…-

 

-No, no le escuches- Dijo Law intentando jalar a Luffy hacia el

 

-Si no lo haces lo matare aquí mismo- Dijo cargando el arma y dirigiendo esta hacia el Moreno – Si después de eso no lo soportas terminare con tu vida de la misma manera. Tú eliges el final que quieres…-

 

-No te atrevas a burlarte en mi cara- Gruño Law. Por su mente paso en tener que lanzarse al hombre y forcejear dando una oportunidad a Luffy de escapar. Pero cualquier acción era arriesgada

 

-… Iré…- Respondió el chico, Law expreso su desagrado; intento atraerlo de un jalón pero el joven le empujo, cayendo Law al suelo “Perdóname” Esa palabra hacía eco en sus pensamientos. No sabía de que se les acusaba, no sabía porque aquel hombre les hacia eso y aun así acepto. Si de esa manera lograba salvarle

 

-¡Luffy!- Exclamo Law al ver al Vergo introducir al chico dentro del coche -¿Qué planeas hacer?-

 

-Law… te daré un sufrimiento peor que la muerte. Sinceramente no lo sé… puedo hacerlo mi esclavo o quizás subastarlo en el mercado negro. Quien sabe quizás algún degenerado lo compre o mejor aún, dicen que los órganos también son un buen negocio… hay muchas cosas que podría hacerle- Rio para sí – Claro eso lo dejare a tu imaginación. Atorméntate pensando en la suerte de este chico por tu culpa-

 

-Maldito- Gruño poniéndose de pie, pero en eso el hombre arranco el coche dejando solo al médico, este intento perseguirle pero como todo ser humano se rindió ante el cansancio – Demonios, debí haber sido yo….- Apretaba con fuerza los dientes. Su solitaria desdicha fue interrumpida por un claxon proveniente de un automóvil que se detuvo frente a el

 

-¡Law!- Se escucho el grito de una voz familiar, al verle miro al hombre de cabellera verde

 

-Zoro-ya- Dijo al verle

 

-¿Qué haces? ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Luffy?- Soltó el moreno, pero el rostro del médico entristeció al escuchar lo último, dando una mala señal al chico

 

-Luffy… se lo han llevado- Confeso

 

-Hemos llegado tarde- Se escucho a Sanji que tomaba el asiento de copiloto – No hay tiempo que perder, pronto Law sube- Indico, y fue así que el médico entro al coche. El piloto era el marimo, de copiloto el rubio y en la parte trasera del auto iban el rubio de dorados rizos con su amado

 

-No puedo creer esto- Dijo Bartolomeo – Luffy-sempai…-

 

-Tranquilo Bartolomeo-san- Dijo Candevish – Haremos lo posible por traerle de vuelta-

 

-Como… ¿Cómo es que saben sobre esto?- Pregunto Law

 

-Hace tiempo recibimos una llamada de Bellamy y su amigo, alegaban que algo malo estaba por suceder. Estaban preocupados por ti, parecían no poder contactar contigo…- Respondió el cocinero – Dijeron no poder ayudar en mucho dado a que el padre de Bellamy les tiene “secuestrados” de alguna manera-

 

-Vaya- Dijo Law, tras la explicación pudo hilar los hechos y llegar a la conclusión de porque la situación

 

-Nosotros fuimos a buscarte a ti y a Luffy. Bellamy está aprovechando su “secuestro” para reunir información que pueda ayudar-

 

-Como podría mejorar esta situación?- Dijo con amargura el oji gris

 

-Si que puede- Dijo Zoro – Hace unos momentos llamo Usopp diciendo que Bellamy le informo que Vergo se dirige a la estación que se encuentra fuera de la ciudad, tomara el tren a Shibuya. Tendremos que detenerle antes de que parta. Por cierto Usopp y los demás se dirigen hacia allá- Contesto

 

-…- Law le sorprendía todo el esfuerzo que hacían los demás por el pequeño, tanto así era su cariño hacia él. Inevitablemente no pudo aguantar más el llanto soltándose a llorar en sollozos ahogados

 

-Ahórrate esas lagrimas para cuando salvemos a Luffy- Dijo el peli verde de piel morena

 

Recorrían las calles lo más rápido que podían y en un cruce de estas lograron dar con el carro del secuestrador

 

-¡Ese es el auto!- Indico Law al reconocerlo

 

-En ese caso agárrense bien- Dijo Zoro aumentando la velocidad, intentaban alcanzarlo entre toda aquella fila de autos

 

-Parece que se ha dado cuenta que le perseguimos- Dijo Sanji viendo como el auto a perseguir aumentaba también su velocidad – No le dejaremos escapar así como así-

 

-Claro que no- Respondió Zoro. Iban veloz rogando porque no sucediera algún accidente, aunque claro, si no querían dejar escapar al hombre tenían que seguirle

 

-Esto parece como una película- Dijo Bartolomeo pescado al rubio a su lado ante el nerviosismo

 

-Ese infame se ha pasado el alto- Respondió Sanji. Y en poco tiempo Zoro no tardo en hacer caso omiso a la ley

 

-Seguro me quitaran la licencia por esto- Dijo el peli verde – Pero bueno, mas importante es esto-

 

Recorrieron las calles por varios minutos hasta que en una el auto giro inesperadamente, Zoro inadvertido intento hacer lo mismo mas para su mala suerte no logro cubrir toda la curva deteniéndose violentamente

 

-¡Rayos!- Se quejo Sanji, viendo que un árbol era el que impedía su paso – La culpa es de ese maldito árbol, móchenlo- Sentencio

 

-¡Claro como si eso fuera posible ahora mismo!- Menciono el rubio de caireles, sacado de quicio.

 

-Tranquilos, ahora salimos…- Dijo poniendo en marcha el carro - ... sin defensa- Completo la frase anterior, haciendo que los demás le mirasen raro y con preocupación – Esta bien, está bien ya- Dijo logrando acomodar el carro en el carril. Cuando por fin estaban listos el vehículo a perseguir ya se había perdido de vista. Antes de que maldijeran

 

-Vayamos pronto a la estación, lo más probable es que se encuentren allá- Dijo Law, y así fueron hasta dicho lugar, todo parecía normal para una estación de trenes. Al entrar se encontraron con el chico de alargada nariz

 

-¡Chicos!- Dijo el moreno de cabellera rizada y esponjada – El tren está a punto de salir- Pronto todos se reunieron en un solo punto

 

-Hemos conseguido unos boletos para abordar el tren- Dijo Nami – El problema será que solo unos cuantos podrán subir-

 

-No solo es ese el problema- Indico la morena de ojos celestes – Esos hombres que están allí, parecen estar buscando o vigilando… lo más probable es que ya conozcan algunos rostros-

 

-Evitaran que suban al tren ¿eh?- Dijo el pequeño Chopper

 

-No hay tiempo que perder subamos- Dijo Law

 

-Muy bien. Yo iré con ustedes- Dijo Nami - ¿Quiénes están dispuestos a ir?-

 

-Yo quisiera ir… pero, no creo ser de mucha ayuda- Se encogió de hombros Usopp

 

-Yo iré- Dijo Candevish seguido de su novio

 

-Yo también- Ahora Sanji y el peli verde. En este momento decidido, el problema era entrar sin que aquellos hombres les impidieran el paso, ya que lo más seguro es que lo hicieran al saber quiénes eran

 

-Déjenlo en nuestras manos- Sonrió Robin. Ella y Chopper se acercaron a donde se encontraban aquellos hombres merodeando en la entrada –Oh ¡Ayuda!- Exclamo atrayendo la atención de los presentes – Mi pequeño hermano se desmayo, necesito que alguien me ayude- No tardo en ser socorrida por aquellos hombres vestidos de traje. Dicha oportunidad la aprovecharon los chicos para abordar

 

-No estuvo tan difícil- Sonrió la peli naranja al estar ya abordo

 

-Lo que me preocupa es que hayan sujetos tan peligrosos en un tren donde transitan simples civiles- Dijo Law

 

-Es verdad, podrían salir heridos o en caso contrario servirían de rehenes para esos sujetos- Dijo ahora el peli verde

 

-Como sea entremos- Indico el cocinero adentrándose más entre la multitud; pasaron los minutos donde vean para todas direcciones en busca del joven pelinegro. De repente el silbato del tren se escucho, comenzando a moverse

 

-Esto ha empezado a demorarse demasiado- Comento el peli verde

 

-Allí- Indico Zoro al cruzarse su mirada en el hombre que llevaba sujeto a Luffy entre sus brazos, el joven parecía estar inconsciente. Esto le hizo hervir la sangre al peli verde

 

-Luffy- Dijo Law y antes de que se dirigiera a este Candevish le detuvo

 

-Espera Law, ese hombre se dirige a otro vagón del tren- Señalo como Vergo salía de allí rumbo a al exterior. Ante esto no tuvieron de otra que esperar…

 

                Mas antes de lo sucedido en el tren, en un departamento normal se encontraban dos jóvenes. Uno de ellos acababa de llegar

 

-¿Entregaste el correo?- Pregunto el rubio dejando el libro que estaba leyendo en una pequeña mesa a su lado, mientras el joven pelinegro se acercaba a este. Marco le tomo del brazo atrayéndolo hacia él, sentando al pecoso en sus piernas, teniéndolo de frente

 

-Si- Sonrió

 

-Me impresiona que realmente quieras hacer todo eso, pareciera una completa locura. Pero si eso es lo que tienes entre manos no pienso detenerte- Esbozo una amplia sonrisa y le beso suavemente los labios. Ace ya se había impuesto a las caricias del rubio, quien a cada oportunidad le envolvía en mimos. Mas últimamente sentía que el rubio buscaba algo mas intimo y esto le incomodaba de alguna manera. Sin previo aviso Marco desbotono la camisa blanca que llevaba el pelinegro haciéndole estremecer.

 

-M… Marco…- Intento detenerle, despegándose de el

 

-No me niegues Ace, realmente quiero…- El pecoso le cayó posando sus dedos en la boca del rubio, este los retiro. Ace le sentencio a una sequia amorosa

 

-No lo sé…- No mentía, sinceramente no reconocía que era lo que realmente quería

 

-Pero. Realmente ansió aunque sea una sola noche de amor- Beso los dedos del chico

 

-¿Amor?- No le quedaba en claro que era lo que diferenciaba al amor del sexo. Acaso su violación era un devoción a un acto amoroso. Irónico.

 

-De acuerdo, comprendo bien la situación y no quiero obligarte a hacer algo en lo cual no sientes estar preparado- Respondió un tanto consternado – Pero no puedes querer evitar un hecho que pasara en su momento dado ¿Me comprendes?- Ace asintió, le abrazo fuertemente. Agradecía que el rubio le comprendiera aunque se sentía culpable, por el hecho de no poder complacer a su querido. Pasando un momento se levanto caminando hacia la ventana donde el sol se ocultaba

 

-Siempre estaremos juntos verdad- Dijo sintiendo a Marco aproximarse, para hacerle girar hacia el

 

 

-Tienes razón, ahora bien se, que estaremos juntos siempre- Acaricio su cabello, Ace cerró los ojos, quería que aquellas perduraran en su mente. Mas… quizás fue en ese entonces que el destino le dio por contradecirles. Antes de que el rubio depositara un tierno beso, el cual no logro llegar; pues Ace sin previo aviso se desplomo en el suelo. Quedando inmóvil y en silencio; cuando Marco abrió los ojos se altero al mirar aquello. Incrédulo se arrodillo hasta el sosteniéndolo entre sus brazos .

-Ace… ¡Ace, respóndeme! Abre los ojos… por favor… Ace…- Pronunciaba impotente, se encontraba desesperado. Sin perder tiempo lo cargo entre sus brazos y lo llevo en su auto hasta el hospital. Fue allí donde le atendieron. Marco aviso de esto a los padres del pecoso que no tardaron en llegar. Fueron varias horas de ansiedad las que vivieron. Al estar bajo control entraron la pareja de padres a la habitación, aun no abría los ojos pero se mantenían junto a su hijo. Pasaron unos minutos cuando el doctor les saco de la habitación. En la recepción no habían más que los padres, dos rubios, una rubia y un hombre de cabellera blanca, al parecer Garp había llegado de improviso y todo para que, para enterarse de dos desgracias el mismo día.

 

-Su condición se ha deteriorado muy rápidamente- Explico el doctor revisando el expediente – Hemos intentado todo lo mejor, pero, me temo que aun con nuestras habilidades… A este paso su cuerpo no será capaz de manejarlo. Ahora todo depende de su fuerza de voluntad…- Dijo sin más, no era su deseo alarmar a la familia pero fiel a su ética no podía mentirles.

 

-Iré a verlo- Dijo Marco poniéndose de pie, los presentes parecieron no oponerse a eso

 

-Madre…- Escucho al rubio decir a la mujer que se encontraba sentada -… ¿Por qué siempre nos tiene que suceder… este tipo de situaciones?- Su voz se quebraba mientras seguía hablando – No puedo aceptarlo… ¿Por qué?- Sollozaba no pudiendo contener mas aquella angustia en el pecho, llorando en las piernas de Rouge: había pasado mucho desde que el rubio caía en semejante depresión. Su llanto sonaba en aquella sala de silencio fúnebre

 

-Tranquilo Sabo-kun- Intento calmarle la rubia abrazándole por la espalda. Alejándose de tan desdichada escena entro a aquella habitación, para encontrarse no con la mejor circunstancia. En silencio se sentó en la pequeña silla que se encontraba a un lado de la cama. Sin hacer ruido tomo entre sus manos la mano derecha del pelinegro que dormía profundamente. Largo rato paso, tiempo donde pensó en muchas cosas, aclarando pensamientos revoltosos. Fue entonces que sintió una de sus manos ser apretadas con débilmente

 

-Ace- Se acerco arrodillándose en el suelo para estar más junto al muchacho

 

-Marco… ¿Qué sucedió?- Pregunto. Se encontraba ajeno a lo que sucedía, no sabía que día u hora era. Incluso desconocía el lugar. Mas tras sentir aquella incomoda mascara de oxigeno que le ayudaba a mantener su pesada respiración, dedujo.

 

-Estamos en el hospital- Acaricio los oscuros cabellos del joven, intentaba mantenerlo en calma. Ace se mantuvo callado, pensando. Marco supo lo que pasaba por la mente del chico – No…. No me digas que…- Se hacía a la idea – ¿Sabias que esto sucedería? ¿Tan mal te sentías?... ¡¿Por qué no me dijiste nada?!- Sentía su alma dañada

 

-No quería preocuparte- Cerro los ojos con culpa

 

-¿No querías preocuparme? Mira donde llegamos a parar. ¿Crees que no estoy preocupado?- Era inevitable sentirse indignado

 

-Perdón…- Le miro de nueva cuenta – Solo quería que la felicidad que sentíamos llegara hasta donde tuviera que llegar. Prefiero pasar el resto de mis días disimulando un dolor que se desvanecía con la alegría. Que pasarlos preocupado esperando el fin…- Explico, deseaba llorar de la amargura, pero sabía que no ganaría nada

 

-¿Cómo no pude darme cuenta antes?- Se regañaba el rubio poniéndose de pie cubriendo con sus manos su rostro. Se sentía un inútil incapaz de hacer algo bueno por una vez en su vida. Ace intento levantarse – Ace- Regaño devolviéndolo, sostenía sus hombros pegándolos al colchón -¿En que estas pensando? no estás en condiciones…-

 

-¿Qué tan grave estoy?- Pregunto con desinterés

 

-Eso no lo sé con exactitud, pero no puedes actuar como te dé la gana. Tienes que cuidarte- Pasaron unos minutos en silencio; Marco se sentó en aquella silla, cruzado de brazos; metido en sus pensamientos. Había insistido en que el chico durmiera pero este no parecía interesado en hacerlo “Temo cerrar los ojos y no abrirlos de nuevo…” Pensaba con ansiedad. Sus pensamientos desesperanzados no osaban salir a oídos del joven a su lado.

 

 

-Lamento preocuparte….- Dijo mirando al rubio sentado a su lado, su seriedad le angustiaba –Anímate, no me gusta verte así- Comento, quería animarlo pero no sabía cómo. Pensaba en pararse ponerse a brincar, después de todo estaba preocupado por su salud. Pero aquello no solo sonaba tonto sino mas bien imposible, sentía el dolor recorrer sus articulaciones, muy apenas tenía fuerzas para girarse a mirarlo.

 

-Disculpe el tiempo estimado se ha acabado- Se asomo por la pueda tuna enfermera

 

-De acuerdo, disculpe las molestias- Se levanto Marco, miro al joven y dedico una amigable sonrisa, acaricio la mejilla y sin más se encamino hacia la puerta. Antes del primer paso sintió su mano ser retenida; se giro, Ace le retenía

 

-No te vayas… no me dejes solo…- Pidió, sus ojos se ahogaron en llanto

 

-Lo lamento… no puedo hacer mucho con las reglas del hospital- Se apeno, acercándose al pecoso, retirando aquella acuosidad – Estaré afuera esperando hasta que me dejen entrar de nuevo ¿Te parece?- Ace se esforzó por asentir con la cabeza, sentía que si hablaba no lo soportaría. Resignado permaneció en la habitación, pensando en que pasarais allá afuera. Finalmente el sueño le venció. Al despertar, se encontró en la oscuridad, ya había anochecido y la luz de la luna era lo único que iluminaba con sus escasos rayos la desolada habitación. Tras en silencio cerró los ojos intentando dormir nuevamente, quería que al abrirlos fuese de mañana

 

 

-¿Has permanecido dormido?- Escucho una voz familiar resonar en aquella oscura habitación. Pesadamente abrió los ojos – Solo has fingido dormir cuando entraron demás familiares… ¿tanto pavor te da tener que conversar con quienes te visitan?-

 

-Sasha…- Pronuncio, aun con esa molesta mascara de oxigeno puesta –No es eso… ver a todos con esos rostros deprimentes, no me ayuda en nada más que en deprimirme, sus miradas me dicen que todo está perdido… no logro comprender porque ¿Es a caso que he empeorado?- Sollozo – Despertar para ver esas tristes expresiones, ver esas miradas llenas de pena… ni tratando de animarlos sirvo ¿Qué se supone que haga? Mirarlos allí sentados en este lugar nada agradaba ¿eh? – No tardo en toser al sentir contracciones en el pecho, respiro agitadamente hasta que se calmo

 

-Tranquilo Ace. No debes alterarte- Dijo el demonio

 

-Solo quiero que esta pesadilla termine…- Sasha le miraba con pena, no sabía si decirle acerca del secuestro de su hermano, de hecho había acudido con ese propósito, pero al ver el estado en el que se encontraba el pecoso desistió

 

-Descansa un poco- Dijo, acercándose al muchacho sentándose en la silla a su lado. El pecoso cerró los ojos

 

-Como duele- Se quejo llevando su mano al pecho – Me siento mal… siento que me estoy muriendo…- Sollozo, odiaba tener que admitir aquello. Sasha miraba con angustia, el pasar del tiempo hacia decaer mas la salud del joven, ahora parecía más ido, su voz alegre sonaba tan pesada y sin deseo alguno –Es un fastidio morirse ¿eh?-

 

-Basta Ace, deja de decir sandeces- Se molesto el demonio

 

-Solo quiero quejarme- Protesto – Por cierto… Sasha, afuera se encuentra la familia y demás ¿Cierto?- El demonio asintió – Pero… Se me hace extraño no ver a Luffy. Además nadie le ha mencionado, eso me preocupa ¿Sabes algo respecto a eso? ¿A pasado algo con mi hermano?-

 

-Este… pues…- Se sentía contra la espada y la pared ¿Cómo mentirle? Después de todo ningún secreto se va sin ser revelado…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Llegamos!!

Ok creo sentir muchas manos sobre mi cuello jeje (risa nerviosa) Ok antes de que me linchen, digo en mi defensa que esto ya estaba planeado no es sacado de algún delirio emocional ¿vale? E de admitir que llore tras las líneas (Primera vez que siento algo así.  Y vaya que soy de escasas emociones u.u ) Es mi imaginación o narrar drama se me da??? No lo se, me intriga o.o

He de presentir que Han-chan me torturara… rayos! no de nuevo esa arma medieval! (Bautizada “la enciclopedia golpeadora de asistentes rebeldes” xD )

Ok sayonara!!! Nos leemos en el próximo cap!!! Asistente y Hando los aman!!

(Psd. Si tienen algo que decir se los agradecería <3 )


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).