Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FAVORITO (Jo Twincest) por Monnyca16

[Reviews - 102]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAPÍTULO 10


“Los hermanos no se besan”


Sus mejillas dolían. No podía aguantar la carcajada que pretendía lanzar de un instante a otro. El rostro de Kwangmin brillaba, esperanzado, y Youngmin simplemente no podía controlar las inmensas y rudas ganas que tenía de reír. No lo aceptaría, pero deseaba reír de nervios.


Kwangmin no jugaba con lo que decía, no tenía cara de estar bromeando. Y ese aspecto fue el que hizo que Youngmin alejara a Kwangmin con una mano y se echara a reír.


—¿Fumaste algo? ¿Bebiste? —cuestionó, deteniendo sus carcajadas por un momento. Kwangmin no había dejado de verlo y su rostro no mostraba ningún sentimiento —. ¡Contesta! ¿Dong te dio algo? —Kwangmin levantó el mentón, dubitativo, luego se quedó quieto cuando Youngmin murmuró sin verlo —: Ese cabrón…


—¿Youngmin?


El nombrado volteó y lo miró fijamente.


—¿Qué te dio? ¿Una pastilla? ¿Algo de beber? —Alzó una ceja y rodeó al chiquillo como si estuviera buscado algún imperfecto en él. Debía estar seguro de que Kwangmin no estuviese drogado o algo, porque sinceramente sus peticiones estaban bastante fuera de lugar —. No estás en tu sano juicio —sentenció, seguro de sus palabras.


Anteriormente pensaba que Kwangmin era muy ingenuo y que tenía dudas, pero ahora estaba más que seguro que ese chico había consumido algo que quemaba neuronas. Kwangmin no podía ser tan convincente al hablar de besos y menos al decir que deseaba ser besado por él. No.


—¿Qué fue lo que te dio? —insistió, tomándolo por los hombros y sacudiéndolo sin amabilidad. Kwangmin se quedó paralizado, sin sacar si quiera un gemido de dolor —. Incluso siendo un mojigato tu curiosidad no puede llegar a ese nivel —continuó, siendo rudo —. ¿Un beso? ¿Tú y yo?


Kwangmin asintió.


—¿Qué fue lo que te dio? —espetó con un enojo que rebasaba los anteriores. Youngmin estaba molesto. No debía dudar de Dong Hyun, pero por su cabeza no pasaba otra cosa. Kwangmin únicamente tenía contacto con Dong y sus ideas locas podían ser a causa de algo que le dijo u ofreció —. ¡Contesta!


—Nada, nadie me dio nada, Youngminie…


—Mientes —acusó seguro de sus palabras, inclinándose para olfatear cualquier rastro de hierba o alcohol. No encontró nada, en vez de eso Kwangmin sintió cosquillas, gimió alto y se echó a reír.


Su sonrisa era normal, como todos los días, con tanta inocencia que por un momento lo hicieron perderse. Kwangmin era tan impredecible y voluble que ya no entendía nada. Ahora lo tenía riendo entre sus brazos, restregándose en su pecho como un cachorro agradecido.


—Es sólo un beso, Youngmin, dar besos no está mal. ¡Cuando alguien se quiere se da besos! —dijo como si apenas lo hubiese descubierto. Se veía tan maravillado e interesado que Youngmin lo dejó hablando solo y anduvo hasta el cuarto de baño para darse una ducha.


***


Pensó que era mejor ignorar a Kwangmin, esperaba con todas sus fuerzas que se cansara de pedir que lo besaran si lo ignoraba, aunque para su mala suerte no fue así.  No esa noche. Youngmin ahora no podía quitárselo de encima.


—¡Kwangmin, mierda…detente, maldita sea! —vociferó por tercera vez, creyendo que esa sería la vencida. Los ojos de Kwangmin rodaron, asegurándole que jugaba con ignorar sus gritos y seguir haciendo lo suyo, que era molestar —. Quítate de encima… ¡Basta! ¡Maldita sea!


Kwangmin cayó sobre su cuerpo, consiguiendo que sus frentes se unieran.


—¡Bésame! —exigió Kwangmin, haciendo un mohín con la nariz. Youngmin cerró los ojos, enfurecido. Quería dormir, pero lo que más deseaba en esos instantes era sacar a Kwangmin de la habitación y ponerse tapones en las orejas para no escuchar su voz nunca más —. Youngminie…


—¡Largo, Kwangmin! ¡Lárgate porque si te veo aquí un segundo más te juro que no me voy a controlar! —escupió, llevándolo a rastras fuera de la habitación. Kwangmin pataleó, pidió ayuda, se rió de nervios y al final fue echado fuera del cuarto.


—¡Youngminie…! ¡Ábreme, Youngminie…!


—¡Cállate Kwangmin, déjame dormir! ¡Te lo suplico, por favor! —Su aguda voz sonó tan cansada que el otro asintió.


—Te dejaré dormir, pero déjame entrar. ¡Te lo prometo! —Posó su oreja en la puerta para escuchar los movimientos provenientes de Youngmin.


—¿Me lo prometes? —Dudó.


—Síp, te lo prometo. Por favor, Youngminie…confía en mí.


Youngmin abrió la puerta un poco, para ver el rostro del molestoso chico. Kwangmin sonrió de oreja a oreja, saludándolo:


—Holis. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).