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Impartiendo calor. (KAISOO) por MarryeDo

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Notas del fanfic:

No es mi primer fic pero espero que les guste, lakjdklasjdasdasdlk

Besitos :* 

Notas del capitulo:

Bueeeeeeeeeeno, este es un fic que se me ha ocurrido en la ducha (. _.) (._.) (._ .) OK NO. XD

Como les menciono, es un Kaisoo en el que, por pirmera vez pondré lemon y serán más largos aklsjdaklksdslñdfkjlsdfñlasdkf mis fics anteriores (sin terminar) han sido cortos capítulos ;; pero este si lo terminaré ¡YEHET! 

Espero les guste & bueno, a leer. 

 

ENJOY

Lunes 13 de octubre.

7: 30 a.m.

El despertador,  con su tintineo, resuena en la habitación mientras baila en la mesita de noche. Abro los ojos con pesadez, pero la luz que traspasa las cortinas lastima mi vista. Giro sobre el colchón, las sábanas en mi cuerpo me inmovilizan y me rindo; cierro los ojos para conciliar el sueño. Sin embargo, el tintineo continua y sin remedio, busco con el brazo al desesperante despertador y mi cabeza aun descansa sobre la almohada. El despertador no está donde busco sin mirar, toco la lámpara, el teléfono, mi cartera, un porta retrato, mi celular ¿Dónde está?  Agotado de no encontrar, levanto mi cabeza aun soñoliento y abro hasta la mitad de mis ojos; ahí está, aún no ha caído de la esquina de la mesa, me alivia; presiono sobre el objeto y sonrío, luego, caigo dormido.

 

 

 

—Papá…

Hay un pequeño cuerpo sobre mí que no me deja moverme. Me está llamando pero quiero dormir cinco minutos más.

—Papá…

Vuelvo a escuchar la misma voz, con algo de potencia, pero me niego a abrir los ojos.

— ¡PAPÁ!

Mis ojos se abren por el infantil grito, vaya grito que tiene; asustado me levanta hasta quedar sentado y, al percatarme del pequeño cuerpo sobre mí, mi preocupación aumenta.

— ¿Qué pasa?, ¿estás bien?, ¿te duele algo?, ¿has tenido una pesadilla? — Exploto con mis preguntas y, sin esperar a que me responda la primera, cojo el teléfono.

—Papá, ¿qué haces? —Lo observo, no se ve mal pero, aun así, le tomo la temperatura con la mano.

—No te preocupes, cariño; ya le llamo al doctor.

Ladea la cabeza y levanta la ceja, parece que no está entendiendo, yo tampoco. Cambia el gesto y me quita el teléfono de las manos y lo deja donde estaba.

—Papá, podemos ir al doctor cuando me sienta mal pero, ya es tarde, tengo que ir a la escuela. —Dijo bajando de la cama, ¿pero cómo…?

Entonces, me fijo en que está vestido con su uniforme escolar; tomo el despertador que me marca: 7: 30 a.m.

¡No es posible!

Salto de la cama, no tengo tiempo de ordenarla y mejor corro a ducharme, una ducha rápida porque no tengo tiempo para relajarme. Salgo y me pongo un traje azul marino que se asienta bien a mi cuerpo, camisa blanca y dejo sobre mi cuello, la corbata sin arreglar; lo haré en el auto. Arreglo mi cabello dejando a la vista mi frente, me felicito porque ha quedado presentable. 

Bajo a toda prisa y preparo el desayuno, que Dios me perdone por levantarme atrasado y no alimentar bien a mi hijo; grito para llamarlo y le paso el plato de cereal con rebanadas de fresas. Veo el reloj de pared, ¡es tardísimo! Le dolerá el estómago luego por apresurarlo, lo hago con cariño, también me dolerá el estómago pero por no haber desayunado. Dejo solo a mi hijo mientras voy por mi portafolio, recuerdo haberlo dejado en la saleta; lo veo en el sillón y me apresuro a cogerlo; la televisión está encendida, ¡este niño!

Sujeto entre mis dientes, la manija de mi portafolio mientras acomodo la camisa dentro de mi pantalón, termino y me giro, me topé con el estante flotante que hay junto a la televisión y sonrió con nostalgia, sigue siendo hermosa; acerco mi pulgar y suspiro.

— ¿Papá? —Me espera en la puerta.

—Ya voy, hijo. —Me apresuro, tomo las llaves del auto y salgo.

Enciendo el auto y veo del otro lado de la calle a mi vecino, Jinhee, está regando su jardín, ¡qué ánimos! levanta la mano al aire y me dice: — ¡Buenos días, Kyungsoo!

— ¡Buenos días! —Giro el volante y nos marchamos.

Hay diez minutos de retraso, veinte minutos de la casa hacía la escuela, una corbata sin nudo, un radio al doceavo nivel de volumen y mi hijo, que lo retrasaré por no haberme despertado. Husmeo entre mis notas mentales:

El lunch de Mason. d4;

Mi portafolio y los estados financieros. d4;

Al jefecito no le duro el auto, jamás regalarle uno y pasar a recogerlo.

Recoger a Mason a la una.

Asistir a la junta de Mason.

Todo listo y falta por palomear, veo de reojo a mi niño y está con la vista hacia la ventana, va muy bien arreglado y esta vez no he sido yo quien lo ha puesto tan bonito. Meto más velocidad, ya se nos hizo muy tarde; acelero pasando por los autos que van a sus calmas ¡a un lado, llevo prisa, hombre! Lanzo unas cuantas groserías mentales y luego, agradezco porque no haya salido ninguna de mi bocota frente a mi hijo. Ahora, vuelvo a husmear, algo no me cuadra: 

Asistir a la junta de Mason.

Pienso, recuerdo mientras hago algunas maniobras con el volante.

Asistir a la junta de Mason.

Asistir a la junta de Mason.

Asistir a la junta de Mason.

Asistir a la junta de Mason.

Asistir a la junta de Mason.

Asistir a la junta de Mason.

¡Maldición!, ¡No, no maldigas cuando estas con tu niño!  

Me pienso unos instantes la forma de arreglar en el lío que estoy metido ahora; ¡necesito pensar en algo, ya! Me la he pasado en el trabajo todo el santo día y termine demasiado tarde que he tenido que llamar a la señora Yejin para que pudiera cuidar de Mason. Cuando le he llamado, en mi tiempo de descanso,  para pedirle el favor, ha aceptado encantada y me dice cuanto le fascina que deje a su cuidado a mi pequeño, ¡esa mujer va a engordar a mi bebé! Tanto me ha costado el que deje de consumir chatarra y luego, ella lo llena de tanta cosa dulce y grasosa, pero no es como si Mason fuera a negarse, no, claro que no, ese niño también va con la mano estirada por chatarra. ¡Chatarra, chatarra, chatarra! ¡Deja la chatarra y su problema mundial, despabílate y resuelve tu brete! 

Veo la escuela y ya estamos cerca, tan solo una cuadra más y avanzo a velocidad, tengo cuidado porque tengo un niño en el auto, le echo un ojo y reviso si aún tiene el cinturón de seguridad, me tranquilizo, no lo tiene… No lo tiene, ¡No lo tiene!

—Mason.

— ¿Qué? — Este niño es un rebelde.

—Se dice “¿Mande?”

— ¿Mande? —Mucho mejor.

—El cinturón. Ponte el cinturón.

—Pero no me gusta. —Me canta.

—No es de que te guste, tienes que ponértelo,  es por tu seguridad; ahora, póntelo.

Me hace berrinche durante un rato pero termina por ponérselo, ahora le he prometido un nuevo juguete. Hace lo que le digo cuando le conviene, no tiene remedio, tengo que componer a este diablillo. Con las manos en el votante, veo el reloj digital de la radio, me dice que son las 7: 53, ya casi llegamos pero siempre, el maldito semáforo se tarda una eternidad, los minutos avanzan y hay un tráfico de los mil demonios, no creo que los demás padres también se hayan despertado tarde; cambia del rojo al bendito color verde, muevo el auto e intento pasar a los demás, ¡me estorban! Pero lo consigo, hemos llegado cinco minutos antes de que la puerta de la escuela se cierre, no ha sido tan mal. Hago bajar a mi hijo pero dejo el auto encendido, me toma la mano y corremos a la entrada, una profesora está en la puerta, me mira y sonríe, yo hago lo mismo a pesar de que no la conozco, por educación.

—Ve para tu salón y espérame dentro, no me tardo. —Le digo a empujoncitos.

— ¿Vas a pasar por el señor Byun?

Le digo que sí, si me apuro podría llegar bien y apenas a tiempo. No me despido de él, le digo que si voy a llegar y me hace prometerlo con nuestras garritas, es todo un amor de niño que me hace sonreír a cada rato. Me fijo a que entre y vuelvo a correr al auto, entro y me marcho de regreso para ir a la casa del jefecito Baekhyun, me paso por todo el tráfico como puedo ¡qué gran conductor soy! Me curvo en la carretera y algo cae del asiento, me fijo de rapidito, niego; no hay remedio, olvido su lunch. Y pensar que antes rogaba por dos niños más, se me escapa la risa y me acuerdo cuando mi Mason se enfermó, lo lleve con la doctora Miri, la madrina de mi hijo y mi comadre; ¡echa chispas esa mujer! Le comente sobre los dos niños más que quería, sólo para hacerle la plática, y nos dio una regañisa de las buenas: “¡Voy a creer, quieren más hijos y no pueden con uno! ¡No, compadre, déjese de andar machacando a  mi comadre y mejor cómprenle sus medicinas al niño, ándenle que me los friego aquí!” En adelante, ni le dije nada, no quería que me quemara vivo. Hecho de lado mis recuerdos al fijarme que el jefecito está esperándome  en la entrada de su casa, le tiro la bocina y percibe su pitido, me está ayudando al correr hacía el auto; quito el seguro de la puerta del copiloto, entra, yo arranco y se reja caer en asiento con la mano tapando sus ojos.

—Tengo que ir a la junta de Mason. —Le digo, espero que me diga que no hay problema.

—Te acompaño, no tengo ganas de llegar temprano. —Me dice, me volteo de reojo y le pongo ceño confuso y preguntón pero sigue sin quitar su mano de los ojos.

— ¿Qué ocurre? —Le pregunto, no se ve tan reluciente como siempre.

Suspira, al parecer esta frustrado, se quita la mano y me dice: —He discutido con Chanyeol.

—No tienes remedio.

— ¡Él ha tenido la culpa! Le dicho que no deje su reguero en la casa antes de que se largue a trabajar, es un necio.

—Aun no le haces caso cuando te dice que ya no trabajes y te quedes en casa.

— ¿Y me quedo a engordarme? No, eso sí que no.

Le restó importancia y me encojo de hombros, le apuesto mi auto a que después van a estar como chicles bien pegados. Ya no hay tanto tráfico, me ayuda a llegar casi a tiempo, faltan tres minutos y Baekhyun me dice que necesita una bolsa, que exageradito, si me vomita el auto se lo cobro como nuevo. Se desahoga de sus discusiones con su marido, ¡son todo un dilema! Tanto drama y pasión en esa casota que tienen, me dice que la discusión anterior es porque el grandote no quería visitar a su suegra, me rió, me lanza una amenazante mirada y le digo que yo tampoco quería visitar a mi suegra, era normal. Luego, me cambia el tema, me pregunta por la estabilidad de Mason y de paso, la mía. Está bien, para ser un niño se recupera bastante rápido, me las he ingeniado para que siga con esa sonrisota que tanto me gusta ver; no me preocupo por mí, mi hijo es primero y me alegra que esté bien, aun la extraña pero me la paso explicándole que Dios quiso a un ángel precioso con junto a él, por eso, escogió a mi bonita. Se me han complicado las cosas, no tanto como para volverme un maniático, antes, agradecí que mi esposa me haya enseñado a cocinar sus delicias, y me haya puesto de mozo en la casa pero, con el trabajo encima, no ha sido algo fácil, no me gusta dejar a Mason solo con las chucherías de la señora Yejin pero no tengo de otra y Baekhyun me da su apoyo, me dice que lo deje a su cuidado pero viendo en la situación que esta con su marido, el grandote, me niego, no quiero una reconciliación de sexo candente frente a mi hijo.

—Falta un minuto, apúrate que cierran. —Me dice cuando llegamos.

—No esperes a que te abra la puerta. —Apago el auto y abro mi puerta.

— ¿También voy?

—Le dije a Mason que iría por ti, bájate.

Me restriega que, quien manda es él y me burlo, miro al frente y la misma profesora está a punto de cerrar la puerta, lanzo un grito y le digo que espere, hecho a Baekhyun del auto le pongo la alarma y me lo jalo conmigo. Me disculpo con la profesora que ni su nombre sé y ella me hace un gesto con la mano para restarle importancia, entro y busco el salón de Mason; es la única junta de la escuela así que, busco y diviso que hay un montón de madres saliendo de uno de los salones, voy presuroso junto Baekhyun de ceño fruncido por arrugar la manga de su traje pero no le hago caso y sigo jalando de él. Antes de entrar, Baekhyun me detiene y me contonee hasta quedar frente a su mueca desagradable, hago lo mismo.

 —Hombre, tu corbata. —Me informa, lleva las manos a mi corbata y en segundos, un excelente nudo está en mi cuello.

Le agradezco y me doy vuelta para entrar, me suelta su puñetera nalgada y me quejo, él se ríe y me fijo que las madres que están afuera, nos miran con reproche. Me avergüenzo e intento pasar entre ellas, incómodo con el hombre detrás de mí.

Me alzo un poco y Mason estira su brazo para decirme donde está, estiro el mío también para decirle que lo he visto y avanzo hasta donde está.

— ¿Tu profesora? — No la veo.

—Aun no llega. — Me dice. Que impuntual, mujer.

— Hey, Mason ¿Cómo estás, lindo? —Le saluda Baekhyun.

— ¡Señor Byun! —Le omite respuesta y salta alegre al verlo.

Nos reímos unos momentos y la profesora aun no llega, ¡tanto me urgí y no llega! Pasan unos minutos, me puse serio y Baekhyun juega con Mason en una lucha de pulgares. Algunas madres se han ido, ya han cerrado la puerta del salón pero yo salgo, si nadie irá por la irresponsable profesora, entonces tendré que ir yo. Con molestia intento averiguar donde se encuentra la dirección, había venido antes, en las representaciones de mi hijo pero no recuerdo haberme pasado por la dirección. Mi hijo es un santo. Bajo por los escalones que dan al primer piso, el salón de Mason está en el segundo y al dar la vuelta para bajar por la segunda parte de los escalones, me golpeo con el pecho de un desconocido, me tiene bien sujetado de la cintura, ¡gracias al cielo, este hombre me ha salvado de un buen resbalón! Sin embargo, no se mueve, ya me está incomodando tener su pecho en mi rostro, levanto la cara ¡Dios mío! ¿Estoy muerto? ¡Este hombre es una maravilla! Siento mi rostro arder y me alejo de él.

—Lo siento, no me he fijado donde iba. —Le hago reverencia, por educación y vergüenza.

No me contesta. Me repongo y me voy de regreso al salón de Mason, ¡que espantoso! La respiración se me agita, prefiero entrar de una vez y dejar mi trasero en un solo lado. No me pienso mover más.

— ¿A dónde fuiste?— Me pregunta Baekhyun fuera del salón.

—Me pase al baño, ¿aún no llega?— Niega y resoplo.

Entramos de nuevo y Mason está dibujando para no aburrirse, ¿qué no les dan clases a estos niños?

—Buenos días y disculpen la tardanza, hubo un contratiempo con la dirección que me ha hecho retrasar. — Esa profesora tiene una voz muy varonil. Levanto la vista.

¡Dios mío!

Lo miro, con los ojos bien abiertos y el sonrojo esta en mi rostro cuando me observa, me recorre discretamente con la mirada en cuanto va al escritorio y deja unos cuantos papeles ahí, se pone frente a todos, es el centro de atención y las madres me asfixian con mariposas y suspiros por el hombre que tienen en frente, ¿cómo no? ¡Es guapísimo!

—La profesora Hyojin dejará de impartir clases en esta escuela, fue removida a una distinta, se ha ocurrido de imprevisto pero para no seguir quitándoles más tiempo, me presento: Soy Kim Jongin y de ahora en adelante, estaré asignado para ser el nuevo profesor de este grupo.

¡Que sonrisa! 

Notas finales:

¿Y? ¿Les gusto? akldjalkjdfaskldfjaskldfjsadkfjsadfk ojalá si, ;; no sé ustedes pero yo quiero seguir con el próximo capítulo~ 

Si quieren, dejen rw sino, pues no X3. 

Besos :* 

AH, por cierto... EL TITULO ES TAN >////< NO SE ME OCURRIO OTRO ALKSMDKLASD SOY MALISIMA PARA LOS TITULOS. 


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