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BELIGERANCIA por desire nemesis

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Lo usaban como médico y como tal tenía ciertos lujos. Estaba suelto y contaba con la libertad de ir a sus anchas por el campamento de los delincuentes aunque no lo trataban tan bien como podía parecer. Pero eso fue suficiente para que Seto lograra que unos prisioneros escaparan.

 

Sabía que no iban a dañarlo y por eso cuando Diaro lo agarró no tuvo miedo. Igualmente le dio varios golpes en las costillas, dejándolo sin aire. Cuando estaba en el suelo arrodillado y tratando de respirar oyó que el jefe de los criminales le decía a Diaro--¡No vayas a dañarlo! Si me dejas sin doctor meteré tu culo a freír. ¿Entendiste?—

 

Seto sonrió seguro de lo que había decidido y feliz de que le pusieran una correa a ese perro.

 

Si, jefe. Pero estoy seguro de que este tipo no necesita sus dientes para curarnos. ¿O no?—dijo sonriendo el pelirrojo antes de elevar la cara de Seto al tirar de su pelo. Kaiba supo que aún con sus conocimientos no la sacaría tan barata.

 

¡Oye Luke tráeme una de esas pinzas para sacar clavos! ¿Quieres?—dijo con una gran alegría teñida de sadismo el pelirrojo. La tomó y se la mostró a Seto—Esto va a ser divertido—añadió y metió a la fuerza la pinza en la boca de Kaiba, buscó una muela primero y al asegurarla cinchó con fuerza mientras mantenía su pie en el hombro del castaño que sintió un gran dolor cuando la pieza le fue extraída. El otro le mostró entusiasmado la muela mientras él lo miraba como para querer matarlo. Pero Seto no estaba en condiciones de pelear con nadie con tres costillas rotas y además su incapacidad en esas acciones pues siempre había sido un estudioso, no un karateka o algo así.

 

Trató de evitar que metiera la pinza de nuevo pero el otro puso demasiada fuerza y entró—Ahora voy a perforar esa linda sonrisa que tienes—le dijo sonriente, iba a extraer un diente delantero.

 

Yo que tú dejaba el arte del dentista—

 

Diaro volteó para ver de quien se trataba y vio al rubio allí parado como si nada.

 

¡Ah! Te fui a buscar el otro día, viejo pero no te encontré y me traje a este. Espero que no te importe—le dijo el pelirrojo.

 

¡Para nada!—aseguró el ojos mieles—Pero antes me llevaré una compensación por los daños—anunció.

 

¿Ese es el tipejo? No parece gran cosa—dijo el jefe de los criminales apareciendo de nuevo.

 

Joseph miró a todos los tipos aglomerados ahí, en guardia. No iba a ser especialmente fácil pero…

 

El primero agarró unas cuchillas y el jefe agarró su hacha, eso no iba a ser una pelea justa pensó el rubio cuando entró al combate con al menos diez elementos mientras Seto lo miraba temeroso. No debía haber ido solo por él.

 

Para asombro del castaño el rubio terminó con todos sus combatientes. Aún con el pesado jefe mafioso al cual dio una tunda sin parangones mientras que a más de la mitad les quebró algo a los demás los eliminó con las cuchillas de Diaro al que mató en los primeros segundos de pelea con sus propias armas.

 

Luego fue y lo levantó. Seto apenas podía estar en pie y lo llevó a su casa a varios kilómetros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo sentó en el estar y le dijo—Es mejor curar eso antes de que se infecte. ¿Qué harás con esa muela?—

 

Tengo algunos analgésicos de los que trajiste. Pero primero voy a darme un baño. Así los vendajes durarán más—le dijo Seto mientras se sacaba la ropa lento con modales adoloridos. Joey lo observaba algo preocupado por su estado mientras Seto trataba de olvidar lo que había visto en el campamento.

 

Desvestido el castaño intentó ir a la ducha pero se tambaleó en el camino y presumiendo que se caería el otro lo agarró y le dijo—Mejor te llevo—lo metió a la ducha y le ayudó a mantenerse erguido un poco para asegurarse de que no se caería y es entonces cuando al abrir la ducha el otro se mojó.

 

Te terminarás bañando también—bromeó el castaño.

 

Joseph se sentía incómodo aunque no sabía porqué y deseaba irse pero…

 

Cuando Seto salió y mientras se secaba siendo visto por el otro que no le quitaba ojo de encima para que no terminara cayéndose le dijo--¿Por qué no te das una ducha? En serio. Te sentirás mejor. Al fin que estás medio mojado—

 

Joey lo pensó un momento mientras se frotaba la nuca y Kaiba lo instigó de nuevo aceptando de mala gana.

 

¿Qué sucede? ¿Te duele?—preguntó el castaño viendo como se frotaba con insistencia la nuca.

 

Estoy mejor que tú—dijo el rubio observando su apaleada figura.

 

Eso no quiere decir que estés bien—dijo Seto preocupado obligándolo a voltear y luego percatándose del problema—No veo ninguna herida. Debes estar muy tensionado—añadió el ojos azules empezando a masajear la zona de los hombros y nuca de una manera en que el otro nunca había sido tocado.

 

Nunca había hecho amigos por lo que el contacto humano se le dificultaba y esas manos fuertes sobre sus hombros hacían un extraño efecto sobre su persona. Joey nunca se sintió tan confundido y decidió entrar rápidamente al baño.

 

 


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