Pov,s Leah
Los días pasaron rápido, aunque eso no significa que Espinoza me haya dejado tranquila… esa mocosa, como me… ¡desespera!
Llegó el último día de clases, hoy más que nunca estoy decidida a declarar este amor obsesivo hacia Ivés Alcaraz. Que tantos trastornos me ha dado.
Las clases transcurrían… desde lejos y de la manera más sutil observaba a Ivés que era el primera de la fila de al lado. Estaba muy cerca de mí… mientras que el lugar su “Julieta” estaba al último de mi fila…
Debo admitir que estoy muy nerviosa, sé que a diferencia de Espinoza yo no soy mucho pero… al menos quisiera cambiar a una actitud más femenina.
Llegó el momento ¡ya! ¡Ahora! Sé de antemano que me rechazara y que él ya lo sabe… pero quiero decírselo de mi propia voz.
Espinoza salió antes que él inmediatamente en que la chicharra sonó. Ivés alzaba sus cosas. Inhale y exhale fuerte y me acerque a él.
-Ivés… - lo llame suavemente.
Él volteo a verme, vi que se sorprendido pero volvió a girar la mirada preguntándome de manera indiferente.
-¿Qué quieres?
Trate de ocultar mis nervios.
-hablar contigo en privado. – dije de forma serena.
Él suspiró un poco frustrado. Me preocupe, aunque por fuera mantuve una cordura seria… no pude evitar preocuparme, ¿en serio tan mal le caía?
Cuando todos se fueron solo quedamos él y yo en el aula.
Era ahora o nunca quizá no tenía sentido declarármele.
-yo… - mire a otro lado mientras me estrujaba los dedos. Las palabras parecían querer esconderse cuando quería decirlas pero alguien me interrumpió… más bien completó lo que yo trataba de decir.
-te gusto.- aseguró fríamente.
Me sorprendí, por un microsegundo quede paralizada… ¿Por qué? Y solo asentí levemente.
Ivés hizo una mueca de desagrado que luego reemplazo por una sonrisa burlona… esto ya no me estaba gustando.
-no te ilusiones, abre los ojos – me miro de pies a cabeza, soltó una risita maliciosa… - jamás alguien se fijaría en ti, eres fea… te desmoronas por tan poco.
Algo… algo había hecho que me quedase quieta, petrificada mirando al suelo… sentía como temblaba levemente… ¿se estará dado cuenta él?
3…
Comienza a parpadear y a balbucear cosas sin sentido.
2…
Ignórale… sostén fuertemente la mochila que tienes sobre tu espalda, aunque él te esté viendo de una manera fría y con burla. No lo mires a los ojos.
1…
Dirígete hacia la salida y recarga tu mano en el umbral de la puerta , espera y suspira.
-bueno… lo-lo siento… - las últimas palabras quizá no se escucharon por que corte.
0….
No esperes más ¡corre!
¡Tonto! ¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Cruel!
Es lo único que pensaba mientras corría hacia mi casa. Llegué y corrí hacia mi habitación… no cerré la puerta ¡la azote! Y me deje caer sobre mi cama, mi mochila yacía en el suelo… mientras que mis lágrimas salieron, humedeciendo así mi almohada.
Yo que… tanto lo quería. ¡Le regale algo en su cumpleaños! ¡Me entristecía cuando él estaba triste y me alegraba mutuamente con él! ¡Casi quise matar a Espinoza cuando esta sin delicadeza alguna lo mando al diablo por primera vez! ¡Me preocupaba para él! ¡¿Y ASI ME LO PAGA?!
No fueron las palabras las que me hirieron sino en cómo las dijo… tan frías… tan burlonas, TAN GROSERO.
Lo único bueno es que no lo veré en un mes y medio.
Estuve encerrada en mi habitación toda la noche. Mi madre no interrumpió ya que ella sabe que cuando tengo mi puerta cerrada bajo llave es que estoy ocupada.
A la mañana siguiente Salí de mi habitación y fui al baño, me detuve frente al espejo cerca del lavamanos… mis ojos estaba hinchados, no espere llorar mucho por “ese” fulano.
Si ahora será “ese”.
Al principio quería dejar est en secreto, pero con Alina no pude… ella se dio cuenta que mi humor no era el mejor.
La clase de baile había acabado.
-lo siento mucho Leah… - ella me abrazó tratando de consolarme, Alina era muy cariñosa… eso me agrada.
Mis manos hicieron fricción con las de ella.. y las estreche. Le dije que no se preocupara.
-veras que no valia la pena. - me sonrió.