Todas las semanas, todos los días hace lo mismo:
07: 00 am r13; Entra al colegio
10: 00 am r13; Hora de descanso
02:00 pm r13; Sale del colegio y regresa a casa
05: 00 pm r13; Asiste a un club de lectura
07: 30 pm r13; Regresa a casa
He estado siguiéndolo por un par de meses, del colegio a casa, de casa al club de lectura, y de nuevo regresa a casa.
Conozco mucho de él: su libro favorito, música favorita, lo que hace cuando está feliz, sus rabietas cuando se molesta… Sé que tiene 19 años, también sé que viene de una buena familia, aunque no sé nada de sus padres, pero lo deduzco por el tipo de casa que tiene, los autos que usan… ¿Qué es lo que más me gusta de él? Su nombre: HimChan, sus ojos pequeños, su castaña cabellera lacia, esos finos y pequeños labios que posee, sus blancas y delicadas manos… Todo, todo él me gusta.
Estoy nervioso, sentado en un pupitre observándote a lo lejos.— Hola, soy Bang YongGuk – me presento una vez que tomas asiento delante de mí. .
— Kim HimChan – me observas dedicándome una hermosa sonrisa.
Una, dos, tres, cuatro horas, paso cuatro horas viéndote estudiar, escuchando dar tu opinión a la clase.
En el descanso me quedo cerca de tuyo, lo suficiente para saber que casi has terminado leer tu libro favorito, tan ceca para escuchar que es la tercera vez que lo lees y aun te emocionas como la primera vez.
Te seguí cuando regresabas a casa, tomé algo de distancia observándote caminar, mirando como tu cabello se mueve de lado a lado con cada paso que das. Regrese a mi hogar una vez que desapareciste por la puerta de tu enorme casa.
— Hay trabajo YongGuk – fueron las palabras que mi hermano me dio apenas entré.
— ¿De quién se trata? – tomé asiento escuchando con atención.
— Kim MinSung, un rico empresario – Preste atención a mi hermano – el trabajo será sencillo, como siempre, yo investigare sobre él y su familia, te daré la información necesaria y tu terminas el trabajo. – asentí.
— ¿En cuánto tiempo terminaremos? – una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro. Este trabajo me gusta.
— Tres o cuatro meses.
— Perfecto.
Entre a mi habitación y descanse un poco, cambie mi ropa y salí de casa. Mire mi reloj, 04:30, corrí a casa de HimChan deteniéndome una cuadra antes, apenas salía, camine con normalidad unos metros alejado de él. Llegamos a una biblioteca, siempre viene aquí a un club de lectura. Tomé un libro y me senté unos metros alejado de todos, fingí leer mientras te observaba con discreción, perdiendo en esos hermosos y pequeños ojos, tu linda mirada que refleja ilusión e inocencia, tu rostro de ángel. La sesión termino, salí junto a ti caminando a distancia en dirección a tu hogar. Apresure un poco el paso emparejándome contigo.
— Hola –sonreí para él – no sabía que vivías por aquí.
— Hola… – no recordaba mi nombre.
— YongGuk – le recordé aun sonriendo.
— ¿Asistes al club de lectura? Te he visto entrar las últimas semanas.
— No, yo leo solo, no me gustan las lecturas en grupo. – Había estado entrando al mismo lugar pocos días después de conocerlo, quería conocer sus gustos.
— ¿Qué libro leíste?
— El Hechizo de CLIFF McNISH
— Suena interesante ¿Sobre qué trata?
— Una hechicera debe luchar contra la magia negra, con ayuda de su hermana y algunos personajes que aparecen en medio de la obra.
Continuamos caminando y hablando de cosas sin importancia.
— Esta es mi casa –dijo deteniéndose – fue un gusto charlar contigo. Te veré mañana YongGuk. – Se despidió con una tierna sonrisa.
Camine de vuelta a mi casa pensando en ese lindo momento que pase con HimChan, fue una pequeña charla, pero me hizo sentir bien. Al llegar comí algo, tome una ducha y fui a dormir.
Y así me fui acercando a él, nos veíamos en el colegio, durante el descanso charlábamos sobre nuestros intereses, nuestras similitudes y diferencias, los defectos, las virtudes… Lo acompañaba a su casa las 05:00 la veía de camino al club del lectura, salíamos juntos y lo dejaba en la puerta de su casa; y de nuevo a repetir la rutina… debo admitirlo, me encanta estar con él y conocerlo como es realmente, me enamora más cada día.
Fin de semana, los únicos dos días en que no lo veo… A veces me pregunto ¿Qué diría si sabe lo que soy, si se entera a que me dedico? Probablemente me odie…
— ¿Ya practicaste hermanito? – preguntó YongNam sentándose a mi lado.
— No, lo haré cuando me des la información… sabes que mis tiros no fallan – presumía ante él. Mi puntería es excelente, es por eso que él se encarga de investigarlos y yo de asesinarlos.
Dos meses… Solo dos meses fueron suficientes para que él me hiciera perder la cabeza. A diario le recordaba, el tiempo a su lado se pasaba volando. Siempre hablábamos de todo, y de nada a la vez, salíamos de vez en cuando, a veces visitábamos el parque, algunas otras el centro comercial.
Como de costumbre, nos dirigíamos al club de lectura, charlábamos sobre cualquier tema. Guarde silencio por unos minutos, detuve mi andar y tome su mano haciendo que parara.
— Channie, he estado pensando y, creo que eres muy lindo, me gusta estar a tu lado, charlar contigo, creo que eres una persona especial… -respire profundo un par de veces ocultando mi nerviosismo con una pequeña sonrisa – Kim HimChan ¿te gustaría ser mi novio?
Solo te sonrojaste, tu mirada pasaba de mis ojos al piso, del piso a un costado y de nuevo a mis ojos; retiraste tu mano y miraste alrededor.
— Mira, ya casi llegamos – volviste a caminar, solo me limite a seguirte.
Apresuraste el paso hasta entrar a la biblioteca. Al entrar hice lo mismo de siempre, tome un libro y fingí leerlo, pero esta vez no te miraba, no, solo me senté con la mirada perdida entre las letras algo agobiado… no había recibido respuesta tuya. Al finalizar la sesión salí, caminábamos con un silencio incomodo, cada uno en su propio mundo. Detuvo su andar frente a la puerta de su casa.
— Te veo mañana YongGuk – fue todo lo que dijo antes de entrar.
Regrese a casa desilusionado. Al llegar me fui directo a mi habitación y dormí hasta el día siguiente.
Sábado por la mañana. Me levante temprano, aun me sentía fatal, no quería estar en casa así que tome un arma, la oculte bien entre mi ropa y salí con dirección a cualquier lugar solitario. Practique mis tiros, uno, dos, tres tiros, tres arboles a los que les daba justo en el centro. Cinco cartuchos más tarde y decidí volver, no quería llamar la atención de las pocas familias de los alrededores y mucho menos toparme con la policía, además no tenía más balas.
Lunes por la mañana, estaba en el colegio sentado detrás de HimChan, observando la pálida piel de su nuca y escuchándolo hablar con una chica. Espere hasta la hora del almuerzo, estábamos solos, trague seco y tome su mano para que no caminara.
— ¿Pensaste en lo que te dije el viernes? – Rasco su nuca y suspiró, me miro a los ojos – HimChan ¿aceptas ser mi novio?
— Lo pensé y… pasamos mucho tiempo juntos, sabemos mucho el uno del otro… Mi respuesta es sí – asintió con una sonrisa, en mi rostro apareció una también.
Estaba emocionado y muy feliz, tanto que solo atine a abrazarlo y besar su frente.
Nuestra rutina sigue igual, con excepción que de vez en cuando estoy a su lado en el club de lectura, pero todo lo demás es igual, aunque algunas veces cambiamos la lectura por alguna cita, vamos al cine, al centro comercial, a algún parque o cosas así. Los únicos días que no la veo son los fines de semana, sé que esos días sale de compras con su mamá o con algún amigo.
Llevamos seis semanas de relación, estas seis semanas han sido las mejores… aún recuerdo como fue nuestro primer beso. Habíamos salido del colegio, él no quería regresar a casa, así que decidí invitarle algo.
— HimChannie ¿quieres un helado? –tome su mano entrelazando nuestros dedos y comenzando a caminar.
— Si es de vainilla sí – rio un poco agitando nuestras manos.
Caminamos hasta una heladería, compre dos nieves de vainilla y salimos.
— Aquí tienes – dije acercando el postre a él, llene un poco su nariz con el helado y reí observándolo.
— Ya verás Bang – me amenazo tomando algo de nieve con sus dedos embarrándola en mi mejilla.
Tome su cara entre mis manos y bese su nariz limpiándola del dulce, observe sus labios por un momento, se veían tan hermosos, finos, pequeños y delicados, no hacía falta nada para que resaltarán, solo su pálida piel. Entonces me fijé muy bien, se veían rojos y brillosos, como un trozo de rica manzana. No lo resistí, lo mire a los ojos ladeando poco a poco mi cabeza y acorte la distancia entre nuestros rostros, cerré mis ojos y junte nuestros labios, él no se sorprendió o negó, al contrario, movió sus labios pegados a los míos de forma cálida, lenta y suave, muy suave; minutos después nos separamos lentamente, abrimos los ojos y me regalo una gran sonrisa, sus mejillas tomaron un hermoso y tenue color carmín… Así fue nuestro primer beso, solo llevábamos tres semanas como novios, pero sentía que lo conocía de años atrás.
.
Los días seguían pasando, YongNam aún no me daba los datos del hombre al que asesinaría. En la semana veo a HimChan, y algunos fines de semanas los uso para practicar mis tiros, y otros para hacer mis deberes de la escuela. Cuento los días para terminar con este trabajo, quiero y no quiero que llegue el gran día. En cuanto termine esperaré un poco y traeré a HimChan a mi casa, él quiere conocerla, pero no quiero que termine ya que, lo más probable es que tengamos que mudarnos de nuevo, y eso significa irme lejos de él.