Nuevamente, después de haber comprobado que todo estuviera en absoluto silencio, y que sus padres ya estuvieran dormidos, se aparto las cobijas de encima con sumo cuidado de no hacer ruido, y se levanto de la cama lentamente para que el colchón no rechinara al momento de hacerlo.
Con los pies descalzos, se dirigió a su ventana y corrió las persianas, miro hacia afuera, al cielo, a la luna, con la esperanza de verlo otra vez, rogando al cielo poder verlo otra vez. Él sabía que no era un producto de su imaginación, aun podía recordar su rostro, sentir su tacto, oler su aroma y la suavidad de sus labios.
Kyungsoo sabía que no estaba loco, lo vio, lo sintió, lo besó Dios santo, el chico lo sostuvo entre sus brazos, mientras le susurraba que volvería, que lo esperara. Pero eso fue hace exactamente 3 meses. Kyungsoo ha estado esperándolo desde hace 3 meses.
Mientras veía la luna con sus grandes ojos, sintió como estos se humedecían en lágrimas. No le importaba cuanto tardara, porque él lo esperará, sin importar qué, porque ese chico fue su primer beso, porque ese chico fue y es su primer amor.
No quiso contárselo a nadie después de que se lo conto a Baekhyun, quien dijo que era normal tener sueños tan reales, que incluso te hacen pensar que en realidad pasó, pero Kyungsoo estaba seguro que no era un sueño, su mente no era capaz de crear a un ser tan perfecto por sí sola, no, él era real. Con ese pensamiento, cada noche se levantaba y se disponía a apartar la persiana, situarse frente a la ventana y mirar a la luna.
Tenía sueño pero, ¿y si mientras dormía él llegaba y lo encontraba dormido? ¿Y si pensaba que no lo estuvo esperando todo este tiempo?. No, definitivamente no dormiría, encontraría algún tiempo libre durante el día para poder dormir algunas horas.
Paso su peso de un pie a otro y lanzo un suspiro. Se giró para ir por una silla, la coloco delante de la ventana y se sentó, para mirar la luna más cómodamente.
Aunque no quería dormirse, aunque luchaba con no cerrar sus ojos, no pudo evitarlo. Se quedo dormido soñando con manos grandes y delicadas, labios suaves y gruesos, piel morena y de seda ojos rasgados y cautivadores. Podía sentir como esas manos lo tomaban de la mandíbula, como esos labios se entreabrían sobre los suyos y se presionaban suavemente, podía escuchar su suave y sensual voz llamándolo por su nombre.
- Kyungsoo.
Podía sentir sus manos sobre las suyas.
- Kyungsoo.
Podía oler su aroma, a frutos salvajes y un olor a hombre que no tenía ningún otro.
-Kyungsoo.
Y entonces abrió los ojos. El frío aire colándose por la ventana abierta y la luna brillaba como nunca antes la había visto brillar. Se levanto para cerrar la ventana y miro la luna detenidamente, y fue solo entonces cuando se dio cuenta de algo… él nunca abrió la ventana, solo las persianas. Miró a su alrededor, pero no pudo apreciar nada, la luz de la luna lo había cegado temporalmente. Cuando por fin su vista se aclaro y adapto, solo entonces lo vio, ahí, parado, en la esquina más oscura de su habitación, entre las penumbras.
Entonces dio un paso hacia adelante, la luz de la luna dibujando la mitad de su rostro, la mitad de su sonrisa, de su mirada penetrante. Kyungsoo abrió los ojos, emocionado de verlo otra vez, sonrió y estiro una mano para tocar el brazo del otro muchacho.
- ¿Te he despertado, Kyungsoo?.
- No, solo descasaba la vista.
Kyungsoo hablo rápidamente, no quería que el otro pensara que no lo había esperado como le prometió.
- Te estaba esperando, te he esperado todo este tiempo, en estos tres meses me he levantado y mirado la luna, para poder verte, para esperar por ti.
- Lo sé Kyungsoo, lo sé.
- ¿Porque has tardado tanto?
- ¿Porque no dejamos de hablar?
El más alto salió por completo de las penumbras, tomo al otro de las caderas y lo acerco a él, rozando sus intimidades. Se agacho y unió sus labios, al principio suavemente, acaricio con sus pulgares la cadera del pequeño, y este paso sus brazos por el cuello del otro. Sus labios en una perfecta sincronía, pidiendo más. El moreno pasó su lengua por los gruesos labios de Kyungsoo, pidiendo acceso, el más bajito abrió los labios y la lengua del otro entro en su cavidad bucal, explorando la boca del de piel lechosa.
Sus lenguas en una batalla por el control. El moreno metió las manos bajo la camisa Kyungsoo y las subió acariciando toda su espalda, haciendo que el pequeño lanzara un suspiro en sus labios. El chico se separo de Kyungsoo, arrastrando sus labios por su mejilla, luego su mandíbula, para después bajar por su cuello y repartir pequeños besos ahí. Kyungsoo movió su cabeza hacia un lado y hacia atrás, dándole más espacio al otro.
- Jongin.
Jongin se separo del cuello de Kyungsoo y saco sus manos de dentro de la camisa del pequeño, le sonrió de lado y se acerco a su oído, mordió levemente el lóbulo de su oreja y después de susurro.
- Te extrañe tanto, Kyungsoo.
- Yo también Jongin, y ahora estoy listo para irme.
- ¿Estas seguro?
- Nunca había estado más seguro de nada en toda mi vida, quiero estar a tu lado, llévame contigo Jongin.
Jongin paso sus brazos por la espalda de Kyungsoo, envolviéndolo en un fuerte abrazo, listo para llevarlo al lugar de donde Jongin provenía, la luna.
- Solo llevara un minuto, relájate, mi pequeño Dodo.
Jongin beso su cabeza y luego chasqueo los dedos, la habitación quedo en penumbra y deshabitada, ambos jóvenes desparecieron en un abrir y cerrar de ojos, a donde ellos fueron nunca nadie lo sabrá.
Pero a veces, algunas personas jurarían haber visto dos cuerpos, al mirar la luna brillante durante las noches, abrazados, danzando una quieta melodía, la cual nadie podía escuchar, solo ellos, juntos, en la luna.
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