Juego con los manís que sostengo entre mis manos, después de esperar cincuenta minutos me empiezo a plantear si a Taehyung se le ha vuelto a olvidar nuestra cita. No sé cómo nuestra relación ha durado tanto pues esta no es la primera vez que me he quedado esperando por él.
Hace tres años que empezó nuestra relación y él no ha cambiado nada, sigue siendo inmaduro y se preocupa por todo menos por lo nuestro. Cuando le pedí salir por primera vez aceptó muy contento y nuestra primera cita fue maravillosa, un parque y nosotros dos bajo la luz de la luna. Todo sobre ruedas, pero con el tiempo solo fueron surgiendo problemas. Cada vez llegaba más tarde cuando quedábamos hasta que llegó un punto donde dejó de aparecer.
Todas las noches eran solitarias, ya casi no le veía ni el pelo pero hace un mes el amor volvió a surgir y, Taehyung pareció preocupado por nuestra relación pero veo que todo eso solo duró uno días porque ya ha vuelto a dejar de aparecer.
Cojo mi teléfono y tecleo su número, Taehyungie se refleja en la pantalla pero la voz que escucho no es la suya sino la del contestador.
–El número al que llama está apagado o fuera de cobertura. Deje su mensaje después... –corto la llamada y miro el asiento vació delante de mí.
Es treinta y uno de diciembre, son las ocho de la tarde y hoy se cumplen exactamente tres años desde que nos conocimos. Supongo que él no se acuerda. La reserva del mejor restaurantes de Seúl a la basura, todos mis ahorros malgastados.
–La cuenta por favor –llamo a la camarera.
Salgo del restaurante con la vista en el suelo, no puedo creer que todavía me duela que mi novio sea así conmigo, mi corazón tendría que estar acostumbrado pero no es así. Una lágrima solitaria cae por mi mejilla. Me duele el pecho y camino sin rumbo. De verdad que me gustaría empezar otra vez de nuevo, cuando las cosas eran sencillas y sin sufrimiento.
Me detengo en un puesto de comida y pido una botella de soju para ahogar mis penas. Con cuidado sirvo el primer trago, y tras un rato ya varias botellas se acumulan a mí alrededor.
Mi vista es borrosa y mi cabeza da vueltas, he bebido mucho pero pido otra botella más. Solo deseo olvidar mi soledad. Solo deseo no ser botado más tiempo.
–Una botella de soju –escucho la voz triste de un chico en la mesa de al lado.
Levanto la vista y observo a un chico que no parece mucho mayor empezando a beber la botella que le han traído.
–¿Ahogando las penas también? –le pregunto mientras cojo mi soju y me siento con él.
–Supongo –responde con tono apagado.
–¿Te han dejado plantado?
–¿Cómo lo sabes? –Me mira sorprendido y me pierdo en su felina mirada.
–Porque yo estoy igual –le respondo con una sonrisa–. Me llamo Hoseok, encantado –estiro mi mano.
–Yoongi –devuelve el saludo apretando mi mano.
Pasamos un par de horas bebiendo juntos y hablando. Descubro que su situación es parecida a la mía, él también tiene un novio que no se preocupa por su relación, es como verme en un espejo, todo lo que dice es lo que yo pienso.
–Es deprimente que estemos en esta situación el último día del año –habla con un ligero rubor en sus mejillas provocado por el alcohol.
–Deberíamos divertirnos y volver a empezar de nuevo el año que viene –sugiero mirando el vació.
–¡Hagamos eso! –Levanta su voz aturdiéndome un poco. Mi cabeza duele por tanto alcohol y me desequilibro cuando Yoongi tira de mí para sacarme fuera–. Amémonos esta noche como no nos han amado en todo el año.
Siento el fuerte tirón de Yoongi para que me aproxime y en pocos segundos sus labios ya están pegados a los míos. Saboreo el alcohol y el brillo de sus labios mientras él juega con mi boca. Mi cabeza no piensa en nada, si estuviera sobrio nunca hubiera estado correspondiendo al desesperado beso de un desconocido, pero ahora mi cuerpo se deja llevar y deseo seguir así todo la noche.
–Vamos –habla cuando se separa de mí, su frente está pegada a mi frente y siento su respiración acelerada.
–¿A dónde? –Pregunto contemplando su rostro, sus delgados labios están entre abiertos y no me resisto a volverlos a probar por lo que los uno nuevamente con los míos.
–A nuestra primera y última cita –responde separándose de mí lentamente.
Yoongi sale corriendo y yo lo sigo, parecemos niños, corriendo y riendo. Nada nos preocupa y la luna es consciente de ello.
Choco con la espalda de Yoongi cuando se detiene sin avisar, y caigo al suelo.
–Auch... Ten más cuidado.
–¡Es aquí!
–¿Aquí donde?
–¡Es aquí! –Vuelve a gritar emocionado y empieza a saltar–. ¡Este es el lugar!
–¿Pero quieres decirme de qué hablas? –En alguna otra ocasión ya estaría desesperado buscando la respuesta pero ahora me da igual si la recibo o no. Seguir viendo la sonrisa de mi compañero es lo único que verdaderamente me importa en este momento.
–Aquí nos quedaremos –me responde después de unos minutos.
Yoongi se sienta en el césped debajo de un árbol y me hace una señal para que lo acompañe, me siento y él recuesta su cabeza en mis piernas. Contemplo sus ojos cerrados, sigue sonriendo y se le marcan las patas de gallo, se le ven tan bien, es realmente hermoso. No me explico cómo su novio lo dejaría plantado, nadie en su sano juicio dejaría a un ser tan bello.
–I've been thinking 'bout everyone, everyone you look so lonely –empieza a cantar y su melodiosa voz me cautiva completamente–, but when I look at the stars, when I look at the stars, when I look at the stars I see someone else. When I look at the stars, the stars, I feel like myself –termina y sigue tarareando suavemente para luego volver a repetir el mismo verso solo cambiando lonely por empty.
Se ve tan tranquilo cantando que cualquiera diría que es su profesión.
Cuando termina nos quedamos en silencio contemplando las pocas estrellas que se logran ver.
–Sabes –hablo haciendo que abra los ojos para escucharme bien -. Desearía que Taehyung fuera como tú.
–Yo no soy él y tú tampoco eres Jimin, así que por hoy olvidemos –habla en voz baja.
De repente empieza a llover por lo que deprisa nos levantamos y nos resguardamos bajo un tejado.
–Vamos a mi casa –le sonrió y él me devuelve la sonrisa.
–Terminemos bien la noche.
Yoongi llama a un taxi y cuando nos subimos le doy mi dirección. Pocos minutos después estoy saboreando la boca de mi compañeros en el ascensor, sus manos recorren mi espalda por dentro de mi camisa y yo con las mías agarro su pelo. Sentir como toca mi piel es excitante y solo deseo llegar rápido al apartamento para perdernos entre las sábanas.
La puerta de ascensor se abre y los dos salimos agarrados de la mano, en unos segundos estoy abriendo la puerta sin soltar aún su mano. Entramos y tras cerrar la puerta vuelvo a saborear sus labios. Ahora yo soy el que toca su blanca piel con mis manos y él agarra mi trasero para acercar nuestros cuerpos todavía más.
Faltan segundos para que empiece el nuevo año y con cada campana la ropa va desapareciendo. Una, las camisas desaparecen y mi boca juega con su pezón; otra, su pantalón está en el suelo y el mío le sigue poco después; otra más y nuestros miembros se rozan desesperadamente encima de la ropa.
–Feliz.... aaño nuevo... ahh –murmura Yoongi entre jadeos cuando las campadas dejan de sonar.
Avanzamos entre tropiezos hasta la cama y me tira violentamente a la cama.
–No quiero que tengas cuidado –hablo con la voz ronca.
Yoongi sonríe y su mirada escruta mi cuerpo desnudo, se abalanza sobre mí y quita nuestra última prenda (los boxers). Besa mi cuello y va dejando un caminito de saliva hasta mi ombligo. Mete su lengua en él y gime mientras masajea su miembro ya erecto. Vuelve a subir y clava sus dientes en mi oreja haciendo que suelte un leve grito. Con la otra mano libre aprieta mi pene y empieza a masturbarlo al mismo ritmo que el suyo.
–¡Hazme tuyo ya! –le suplico. Estando en todos mis cabales nunca hubiera permitido ser el pasivo pero ahora solo tengo ganas de que mi compañero me empale con su pene.
***
La luz de la mañana me da en toda la cara por lo que abro los ojos cuidadosamente, mi cabeza me duele y siento que me va a estallar. Me levanto y voy hasta la cocina.
–Buenos días –habla mi novio preparando el desayunos–. ¿Quieres huevos?
–No gracias.
–Lo siento por no venir ayer estaba muy ocupado –se acerca y me besa en la comisura de los labios.
–No te preocupes Taehyung.
Me vuelvo a la cama confundido, juraría que Yoongi vino a casa pero Taehyung es el que está aquí en su lugar. Revuelvo la habitación en busca de señales de él pero no encuentro nada. Me estrujo la cabeza obligándome a recordar pero mi mente está en blanco.
–Taehyung, ¿a qué hora llegaste? –pregunto de nuevo en la cocina.
–Un rato después de las uvas porque te quería desear el feliz año nuevo pero ya estabas dormido.
–¿Y de casualidad no te topaste con alguien en el ascensor o algo? –Pregunto desesperado, no ha podido ser un sueño, por favor no.
–¿De qué estás hablando Hoseok? ¿Cómo me iba a encontrar a alguien? –Pregunta confundido mi novio.
–Déjalo –suspiro–. Mejor prepárame una sopa para la resaca por favor.
–Claro cariño.
Vuelvo a mi cuarto y me desplomo en el colchón. ¿Cómo ha podido ser todo un sueño? Su voz era tan real, sus manos eran tan reales, sus labios eran tan reales.
Una lágrima cae por mi mejilla y la enjuago rápidamente, no me tendría que poner triste porque la infidelidad a mi novio no sea real, tendría que estar aliviado, pero en cambio deseaba tanto compenetrar con alguien como lo hice en unas horas con Yoongi.
Me tapo con la sabana y cierro mis ojos intentando reprimir mis lágrimas. Hasta que un pequeño papelito llama mi atención. Lo leo y sonrió.
¡Feliz año Hoseok!
Jimin me llamó y hemos decidido empezar de nuevo, espero que puedas arreglar las cosas con Taehyung
¡FIGHTING!
- Yoongi.