Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Resolviendo nuestros problemas por Pato359

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

   Han Geng se sentía nervioso, feliz, ansioso, temeroso, con ganas de correr a su casa y quedarse allí, pero ya no podía hacerlo. La decisión había sido tomada y no daría marcha atrás, no lo arruinaría de nuevo.

   Cuando Han Geng estaba en sus planes de dejar Super Junior (por muy pesar que le diera) tenía que hacer una última cosa para poder irse y ser feliz… bueno, más o menos feliz.

   Se encontró con una chica en secreto y le regresó un anillo que tenía que devolver a su dueño: Kim Ki Bum. Aún recordaba esa tarde, la chica había sonreído mientras cerraba la mano fuertemente alrededor del anillo, luego salió corriendo, fuera de la vista de Han Geng. Después de eso, había vuelto a casa para recoger sus cosas del apartamento de SuJu. Se encontró con Hee Chul, su amigo del alma, quien lo despidió intentando contener sus sentimientos; también estaba Leeteuk quien había sido una buena Omma y un gran amigo que le siguió ofreciendo su amistad y su lugar en la familia eterna de Super Junior; también había estado Dong Hae, Rye Wook, Kyu Hyun, Shing Dong y Kang In. Se despidió de cada uno y espero a que llegaran los demás para también darles un hasta luego (nunca un adiós).

   –Chul, ¿Dónde está Ki Bum? –preguntó al ver que en todo el día él no había puesto pie en la casa.

   –No estoy seguro. Hace unas horas dijeron que lo necesitaban, él se fue y no ha regresado.

   “Recibió el anillo” pensó Han Geng. Ya se lo esperaba, fijo y Ki Bum estaría por ahí dando vueltas mientras se carcomía la cabeza en pensar el porqué de su acto. “Seguramente Bummie debe estar pensando en nunca verme… y jamás perdonarme”. Cuando ya era muy noche, se dio cuenta de que hoy (tal vez nunca más en la vida) no vería a Ki Bum, se fue del apartamento con un gran peso en el corazón.

   En la noche, ya dentro de su cama, pensó en todo lo que había pasado. Con el tribunal dando a su favor, era libre de irse, ser un artista libre como siempre había querido. Luego, recordó a la que había sido su familia por tanto tiempo, los extrañaría mucho pero sabía que seguirían hablando y quedando para verse de vez en cuando. Después, dentro de esa familia, capto la presencia de Ki Bum, el chico que le había robado su corazón. Desde hace ya unos 8 meses venían en un noviazgo hermoso. Han Geng simplemente era feliz (incluso más que eso) con Ki Bum. Era una de las personas más especiales que había conocido, lo había hecho reír, llorar, rogar, enojarse, calmarse, sentirse alguien capaz de proteger y también, alguien que merecía ser amado. No pudo dormir y salió a dar una vuelta.

   Viendo los edificios, locales y calles concurridas, no le ayudo mucho a relajarse. Sería una gran partida pero no se arrepentía, el futuro traería mejores cosas. Ingreso a un parque que recordó bien por ser donde tenía todas sus citas con Ki Bum. Ahí siempre llegaban, era como su lugar especial. Adentrándose más, en una banca, vio a un joven sentado con las piernas arriba de la silla mientras las abrazaba y hundía su cabeza entre su pecho. Se acercó y se sentó al lado del muchacho.

   –Hola, ¿qué te pasa? –apoyo una mano en la espalda del joven y la sobó lentamente.

El chico se estremeció.

   –Han Geng –Bum levantó la mirada y vio la cara de sorpresa que tenía este.

   Han Geng examinó bien a Ki Bum; tenía los ojos rojos e hinchados, rastros de lágrimas por sus mejillas, las manos cerradas en puños. Estaba demacrado, se notaba a simple vista, y eso afectó a Han Geng de gran manera.

   “Yo tengo la culpa”, pensó.

   – ¿Por qué lo hiciste? –Bum miró serio a Han Geng. Su voz entrecortada por las pasadas lágrimas que estaban volviendo a amenazar a salir.

   –No lo sé. Después de que lo hice pensé mucho en todo y me arrepentí de mis acciones.

   –Sabías que podías habérmelo contado sin toda está cosa de enviarme el anillo de vuelta ¡y con una chica! –se calmó un poco, no quería estar exaltado ahora. –Lo sabías, ¿verdad?

   –Por supuesto que lo sabía, lo tuve muy claro después de haberlo meditado.

   Ki Bum volvió a ocultar su cabeza y unos sollozos sobresalieron entre el ruido de la noche volviéndose madrugada. La espalda de Bummie se elevaba en espasmos rápidos y las ahogadas respiraciones se hacían más audibles.

   –Bummie, no llores más, por favor –levantó la cabeza de Ki Bum, sujetándolo del mentón. –Las lágrimas de un hombre se derraman solo una vez en la vida, y no quiero que caigan por culpa de mis idioteces.

   –Déjame, ya cayeron. Si lo hicieron fue porque yo así lo quise.

   –Pero…

   –Te amo, y me dolió lo que hiciste. Por eso se derramaron.

   Han Geng se acercó más a Bummie y lo abrazó, poniendo su cabeza entre el cuello de este. Ki Bum dio un pequeño salto por la sorpresa.

   –Lo lamento mucho. Nunca sería mi intensión lastimarte –lo abrazó más fuerte con temor a la pregunta que ya se imaginaba la contestación negativa. – ¿Podrías perdonarme?

   Ki Bum asintió.

   – ¿Disculpa? –Han Geng sacó su cabeza y vio directamente a Bum. Este volvió a asentir y lo miro, con una diminuta sonrisa que pudo librar el gran peso de Han Geng e iluminar su día (bueno, su noche).

   –Posiblemente me veas loco, pero sí, sí puedo perdonarte y lo estoy haciendo ahora.

   Hang Geng abrazó a Bum de nuevo y lo besó en los labios. Se sentía tan dichoso y feliz. Ki Bum  ya estaba a su lado de nuevo.

   Después, ambos se fueron del parque y Han Geng dejo a Bummie en la casa de SuJu, le dejo un beso en los labios, un abrazo, una promesa y se llevó el anillo, de nuevo.

   Paso mucho tiempo después y el día maravilloso llegó. Han Geng volvió un tiempo a Corea y se reunió con Ki Bum en el mismo parque de siempre, dispuesto a cumplir con su promesa. Ki Bum ya sabía de qué se trataba todo entonces solo asintió y besó a Han Geng. Unos días después, salieron de viaje a un lugar lejos de ahí, y ahora, en el tiempo presente de la historia, Han Geng estaba esperando a su novio Ki Bum frente al altar para volverlos esposos y estar ligados el resto de sus vidas.

   Bum entró a la habitación, luciendo un impecable traje blanco, una rosa en el bolsillo de su chaqueta. Han Geng vestía de negro, con una rosa también colgada en su chaqueta. Habían planeado todo por teléfono y correo, incluso decidieron ir a su luna de miel en Corea, al lado de la familia de SuJu.

   El juez iba hablando y ambos estaban perdidos entre sus pensamientos, apenas despertaron cuando debían hacer sus promesas. Intercambiaron sus viejos anillos y se sonrieron mutuamente. El juez dio su bendición cuando ambos al unísono dijeron:

   –Acepto –y sellaron su promesa con un beso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).