Capitulo 1 Naruto.
Desde, el día en que te vi
Sentí como que ya te conocía.
Y tenía la razón, quizá no te conocía, mas no podía quitar la mirada de ti, de una forma extraña sentí algo que me atraía, el miedo y la pena no me dejaron moverme hacia ti, pero al ver tus ojos negros viéndome a la distancia y luego desviaste la misma con un ademan que pretendía ignorarme, jeje tuve intenciones, siendo sincero, de ir a buscar pelea o de perdida, jugarte una broma pesada. Vamos, era un niño después de todo. No es que fuera agresivo, sino que tú eras alguien que logró llamar mi intención, me sentí raro y quería saber quién eras tú. Al fin siempre he sido curioso y en algunos casos entrometido.
Un minuto fue suficiente y ya sentía quererte
Después de varios segundos de vacilación, decidí arcarme a ti, un niño aparente de la misma edad que yo, estaba nervioso y no sabía que era lo que sucedería, no sabía ni como hablarte, pero antes de que pudiera decir algo, una persona mayor que nosotros te llamó, yo le observe y me di cuenta del gran parecido que tenía contigo, tú de repente sonreíste y te le acercaste dándole un abrazo. Esa sonrisa se me hizo hermosa y mis ganas de conocerte fueron aún más grandes, pero el ver que tú estabas con alguien que quizá era tu hermano, me entristeció, tú te veías tan contento al lado de él y pues yo estaba tan solo… realmente me alegraba que tuvieras a alguien. También la inseguridad de que él me viera con esa mirada de odio que la mayoría de los aldeanos me daban, solo consiguió que bajara la cabeza, con la intención de que tú y posiblemente tu hermano, más tu hermano, pasara desapercibido. Para mi sorpresa, tu hermano me vio y me sonrió de una forma leve, sin odio, sin culpa, luego tú me sonreíste a mí antes que se marcharan.
Esa sonrisa me dijo que si tenía la oportunidad de verte otra vez, no la desperdiciaría, yo sabía que podríamos llegar a conocernos y con mucha suerte, podríamos ser amigos.
Me encanta que seas tan ocurrente.
Fue grato para mí verte en la academia, más tu semblante tranquilo y cálido, no estaba, te veías muy serio y triste, alejabas a quien se te acercaba, ignorabas a las chicas y cuando a mí me veías no mostrabas nada, ningún sentimiento, era tan difícil acércame a ti, hasta cierto punto creí que aquella sonrisa que me diste era una ilusión. Empezaste a sobresalir, por tu forma de ser y por ser tan rápido, eficaz en cada ejercicio que nos dejaban, empecé a sentir más envidia de que fueras “perfecto” que admiración, gracias a eso me mataba practicando en lo que podía para alcanzarte, pues tú eras muy inteligente y yo no tanto, así que me quedo esforzarme de más en lo que respecta a la fuerza, aun así cada vez que nos enfrentábamos tu ganabas, aunque me sentía mal por mí, me alegraba saber que tú, a quien te consideraba mi rival, un modelo a seguir, eras un tipo fuerte que no moriría tan fácilmente.
De repente dices cosas que me vuelan la mente simplemente.
Dobe, Usurtonkashi, solían ser las palabras con las que te referías a mí cuando pedía pelea contigo y pues a veces llegabas a ser tan desquiciante que hubo ocasiones en que quería darte una paliza. Nuestra relación se tornó extraña, insultos, peleas, rivalidad… cuando se dijo que estaríamos en el mismo equipo junto a la chica de mis sueños, sentía que no podía ser mejor, aunque me quejaba y renegaba, por dentro estaba feliz.
Luego pasaron tantas cosas, al principio no servíamos como equipo, llegue a pensar que era mi culpa por no poder seguirte el ritmo y tú maldito bastardo eras tan individualista, orgulloso y aun así, con el tiempo logramos trabajar en equipo sin darme cuenta que te habías vuelto ya mi mejor amigo.
Pero siempre estas presente,
Aunque no pueda verte.
Cuando me entere que habías dejado la villa, sentí que algo se rompió dentro de mí, trate de engañarme pensando que el enemigo te había seducido y tu como tonto habías caído, la realidad es que tu querías ser fuerte y sentías que en Konoha no lo lograrías tu objetivo oscuro y que yo siempre, intente ignorar.
Pasaron los años, tú te volviste fuerte, y yo al pensar en ti, también me volví fuerte, eras mi motivación y dolor constante, siempre estabas presente en mi cabeza recordando que me faltaba algo, que después de mucho aun faltabas tú en mi vida, pero nunca deje de imaginarme que era lo que hacías, que era lo que pensabas, saber que si hubiera sido más fuerte te hubiera tenido a mi lado, como mi amigo y compañero de equipo, quizá pude detener el dolor de tu alma, pero llegue demasiado tarde para salvarte.
De locura casi estamos igual.
Ambos teníamos problemas, muy diferentes e iguales, pues nos destrozaban a nosotros, por eso al saber la historia de tu familia y de tu hermano, la traición y todo lo demás, en una parte profunda de mí, entendía un poco tus acciones, de ser yo, creo que hubiera hecho cosas más radicales de las que tu hiciste y por la cuales te consideraron traidor.
De un día a otro me volví tu mega fan.
El verte llegar en la cuarta gran guerra ninja en compañía de mi padre, decidido a luchar de nuestro lado, a mi lado, era como una fantasía.
Me hiciste muy feliz, me daba igual lo que dijeran de ti, con eso me bastaba para saber que aún podrían arreglarse las cosas, sabía que sería difícil, si sobrevivíamos, retomar nuestra amistad, yo tenía plena confianza en ti. El que tú pelearas de nuestro lado, después de todo lo que se te había hecho a ti y a tu clan, era digno de admiración, mi respeto y mi amistad ya las tenías desde hace mucho, hasta estaba dispuesto a cederte mi anhelado sueño de ser Hokage.
Y ya eres mi persona favorita.
¿En qué momento me enamore de ti? No lo sé.
Aun en mi mente recuerdo destilar amor por Sakura, la chica más hermosa y salvaje que llegue a conocer, ella me traía loco de un lado a otro, pero mi amor por ella empezó a disminuir de poco a poco mientras que un nuevo sentimiento crecía cada vez que pensaba en ti. En mi mejor amigo.
Cada minuto a tu lado es genial.
—Llegas tarde, dobe—habló Sasuke sacándome de mis pensamientos.
—Lo siento, teme— conteste con una sonrisa característica de mí.
Con mucho trabajo logre que tú por fin volvieras a la aldea después de nuestra pelea final en el valle del fin y de tu redención, podría decirse que las cosas, después de tanto tiempo, regresaban a ser como antes… no todo, pero al menos estabas aquí conmigo.
— ¿Nos vamos?—preguntó Sasuke al ver que no le seguía el paso.
—Por supuesto—conteste.
Y no hay nada en el mundo mundial
Que ame más que estar contigo
Cada momento lo haces especial.
Pasar una tarde con Sasuke era tan agradable, me hacía sentir tranquilidad y armonía que hace tanto ya no sentía, lamentablemente eran tan escasos estos momentos. Con lo de la reconstrucción de la villa, tratados de paz y demás cosas mi tiempo se veía muy solicitado y limitado.
— ¿Sucede algo?—de nuevo me preguntó Sasuke viéndome con atención.
—Nada— dije y le sonreí de forma especial, puesto que era Sasuke de quien se trataba.
—Dobe
Tú eres mi persona favorita
Y aunque no siempre lo ando diciendo
Es buen momento decirte que te quiero
Te quiero te quiero y siempre así será.
—Sasuke—le llamó la atención a mi amigo que veía con cierto interés el monte donde se encontraban esculpidas las caras de los Hokages, ya casi siendo terminada la cara de nuestro ex-sensei Kakashi Hatake — yo quería saber si tu…
Jajaja mi cara debía estar teñida de rojo, había tomado valor para decirle que le amaba pero mis palabras no salieron y antes de que Sasuke dijera algo, hice el justsu sexy versión Sasuke-chica
—¿Quieres divertirte? Cariño—le dije guiñándole el ojo de una forma lasciva y en una pose solo para adultos. — Yo siempre te querré—dije mis sentimientos más profundos disfrazándolos en forma de broma.
No tardo el tic de Sasuke en su ojo derecho y bueno… ¿Cómo le explicaría al Hokage los 2 kilómetros de bosque quemado y los moretones en mi cara?
Creo que por más que pase y pase el tiempo
Aunque llueva o truene nunca pasara lo nuestro.
—¡Chicos!—nos gritó Sakura que venía a ver por la situación destructiva de Sasuke — ¿Están bien?¿Que paso aquí?
Después de darle una excusa barata que no creyó y de curarme las heridas producidas por mi Luna, Sakura con una sonrisa enorme se acercó a Sasuke, bueno y no era secreto que ella lo amaba, mejor dicho lo ama, solo con ver ese brillo en sus ojos cuando veía a Uchiha, entiendo, retire la mirada, no podía soportarlo así que decidí irme a casa.
Yo era el sol, él era la luna, y como tal, nuestro destino no era estar juntos, sino como seres separados, alejados cada quien siguiendo su camino. Era inútil creer otra cosa.
Al menos eso siento.