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La última esperanza, eres solamente tú. por mihana

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Notas del fanfic:

Espero que disfruten de este nuevo fanfic mis hermosos pedacitos de chocolate :3

Los personajes no son mios, son de Kishimoto.

Notas del capitulo:

Espero que les guste, acepto sugerencias y críticas constructivas. Gracias por leer >:3

 

El día era nublado, parecía que se desataría la lluvia en cualquier momento. El mar se encontraba revuelto y las olas se estrellaban contra algunas rocas que había en la costa, mientras la marea se elevaba poco a poco.

Un castillo se encontraba cerca, podían escucharse a la distancia los gritos que venían desde adentro de hombres, mujeres, niños, ancianos. Todos esos gritos de dolor eran desesperantes. Varios hombres con espadas y escudos se encontraban en el interior, asesinando a las personas que vivían en aquel lugar.

Los Uchiha  siempre fueron enemigos de los Senju. Desde hace muchos siglos estas familias se volvieron enemigas. Siempre peleaban por poder, riquezas y orgullo… solo que esta vez, la lucha era diferente. A pesar de que eran enemigos, nunca se habían atacado directamente, pero era de esperarse que los Uchiha  jugaran sucio algún día y ese día, ya había llegado.

 

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Iruka y Naruto se encontraban escondidos  en la Torre Sur, mientras la masacre continuaba en la parte central y demás torres. No faltaba mucho para que los “Caballeros oscuros” -como se hacían llamar los guerreros de los Uchiha- llegaran a la última torre donde ellos  aguardaban. Iruka no había soltado la mano de Naruto por ningún motivo desde que escucharon como los intrusos irrumpieron en el castillo de los Senju, él lo había llevado hasta esa torre donde hasta ese momento permanecieron a salvo y se encerraron en una de las habitaciones.

 

-Iruka…- Naruto hablo finalmente, rompiendo aquel silencio sepulcral en el que se habían mantenido durante 20 minutos.

-¿Qué pasa, joven amo?

-¿Qué haremos ahora? Todos a los que queremos están siendo asesinados, ¿Vamos a dejarlos así? – Naruto parecía quebrarse lentamente al escuchar todos los gritos de su gente – Déjame usarlos.

-De ninguna manera, no usara sus poderes –Iruka, él mayor, lo miró molesto – Amo, entiéndalo, usted es quizá ahora la última esperanza de los Senju, no dejare que desaparezca por usarlos como sus antepasados.

-¿Entonces quieres que escuche como mi gente muere, mientras yo estoy aquí, esperando mi turno? – Respondió cortante y dolido.

- Por favor, solo espere un poco más, estoy seguro de que alguno de nuestros caballeros nos está buscando y vendrá a sacarnos de aquí – el menor no respondió, decidió quedarse en silencio y esperar a que algo pasará, ya sea una salvación o su muerte y la de su  sirviente, lo primero que sucediera.

 

 

Uno, dos, cinco, ocho…doce minutos habían pasado desde aquella conversación entre ambos, y su salvación no aparecía ni por casualidad. La desesperación estaba a flor de piel y sentían su vida terminar muy pronto. Se escucharon algunas pisadas y el ruido de espadas y armaduras. Rápidamente, Iruka tomó de la mano  al otro y le ordenó esconderse debajo de la cama. El ruido se fue intensificando hasta que llegaron a la puerta, esta se abrió de manera brusca debido a que uno de los hombres  le había dado una patada. Iruka se tensó a más no poder, cuando observó a 2   de los caballeros oscuros entrar.

 

-Vaya, ¿qué tenemos aquí? – Uno de ellos le sujetó del cuello y le lanzó lejos, ocasionando que él chocara contra un pesado mueble.

-…- El sirviente de Naruto no hizo nada, no quería darles el gusto de verlo sufrir y quejarse por las heridas, además de que sabía que su amo estaba escuchando y no quería que se sintiera más asustado.

-Veo que necesitas un castigo más duro – los dos caballeros se acercaron a él y comenzaron a golpearle fuertemente en diversas partes del cuerpo ocasionándole heridas. Naruto veía todo desde abajo y sintió como su corazón se apretujaba al mirar como uno de los hombres se empezaba a quitar la parte de debajo de su armadura y bajaba un poco sus pantalones, sabía lo que sucedería – Estamos cansados de asesinar a todos los asquerosos Senju y sirvientes. ¿No crees que ya es hora de comenzar a divertirnos? – Dijo al otro caballero negro – Nuestros compañeros ya se nos han adelantado con las mujeres… este hombre no se ve tan mal ¿No es así?

-Tienes toda la razón, hasta parece una jovencita – Iruka ya no tenía casi nada de fuerza para defenderse, solo podía mirarles con odio y repugnancia.

 

 El que estaba semidesnudo se acomodó entre sus piernas, mientras el otro lo sostenía de las manos, ambos estaban tan ocupados que no se dieron cuenta de que Naruto ya había salido debajo de la cama y tenía en mano un clavo grande y largo que se encontró cuando estaba escondido. El amo de Iruka corrió y se lo enterró en el cuello al que estaba en medio de las piernas de su sirviente,  el otro caballero se puso alerta y saco su espada, Naruto solo lo observó esperando lo peor, ya no tenía con que defenderse. El caballero oscuro se acercó furioso y levanto su arma en contra del agresor de su compañero, el cual se desangraba lentamente en el piso. El sirviente, al ver tal escena se levantó como pudo  y le saltó encima a aquel desgraciado impidiendo que hiriera su amo, el otro aprovecho esta situación y logró quitarle la espada, para después enterrarla en el cuerpo del guerrero. Finalmente el cuerpo del hombre cayó.

 

-Vámonos – El mayor salió de la habitación junto con Naruto. Ahora tendrían que encontrar otro escondite, puesto que salir de ahí sería imposible

-Iruka…es inútil, ya no hay donde podamos seguir resguardándonos, todo en el castillo es un caos, está totalmente invadido y en algunas partes incendiado – dijo fatigado – Debemos buscar una salida.

-¡Joven amo, ¿Cómo piensa que saldremos de aquí?, todas las entradas y salidas que hay están bloqueadas!

- No creo que todas, este lugar tiene algunos pasadizos… lo único malo es que no conozco su paradero – admitió frustrado por su escaso conocimiento sobre el tema – muy pocos conocen su localización, seguramente ya están muertos.

-…- El sirviente se mantuvo en silencio, quería decir algo, hasta que vio la expresión de Naruto cambiar de pensativo a sorprendido

-Creo que hay un pasadizo en la recamara de mi abuela, estoy casi seguro de ello- sonrió triunfante.

 -Joven, esa habitación está cerca de la torre oeste, ¡Ese lugar debe estar totalmente invadido en estos momentos! – le recordó

-Lo sé, pero es quizá la única esperanza, además, conozco un atajo.

-…Esta bien, vayamos – suspiro cansado, pero no le quedaba de otra, en verdad tenía razón, esta era su última esperanza y no perdía nada intentado, de todas formas era probable que murieran.

 

Corrieron haciendo el menor ruido posible y siendo cautelosos por algunos pasillos, estaban muy alerta y consciente de lo que sucedía a su alrededor. El mayor se sintió mal al ver todos los cuerpos de sus amigos y conocidos, sin duda a Naruto le había dolido mucho más y se sintió impotente y bueno para nada, por no haber podido si quiera defenderles. Se había escondido como todo un cobarde para intentar salvar su pellejo. Su sirviente posó una mano sobre su hombro y le susurro que se detuviera, el ruido de pasos inundaba el lugar. Se tomaron de las manos y el mayor lo condujo a un cuarto de escobas, donde ambos se refugiaron hasta que dejaron de escuchar las pisadas. Salieron sigilosamente y continuaron más rápido. Cada vez sentían que su corazón se agitaba más debido a que entre más avanzaran más enemigos había.

 

Luego de un rato y de estar rodeando ciertos puntos, llegaron a la recamara, sintieron un pasajero alivio inundar su ser, el menor giro la perilla de la puerta y se cercioró que no hubiese nadie dentro, estando seguro, indico a Iruka que ya podían pasar, una vez dentro, atrancaron la entrada, y pusieron algunos muebles para taparla, “por si las dudas”. Después de hacer esto, se dedicaron a buscar alguna puertecilla escondida o algo similar. Pasaron los minutos y nada, no había indicios de que estuviera alguna salida por el lugar. Naruto se decepciono de sí mismo, era mejor darse por vencido o pensó, hasta que su compañero finalmente encontró algo, en una esquina detrás de una de las mesitas de noche, estaba una pequeña puerta tapizada –“Lotería”-el mayor la abrió y dejo pasar al otro primero, después él entro y cerro la pequeña entrada tras de sí. De este lado era como un pasillo, muy angosto y oscuro, tuvieron que caminar usando de guía las paredes, llegaron hasta unas escaleras y bajaron con mucho cuidado, al final había una puerta, la abrieron y se encontraron con otro pasillo, solo que este era distinto, las paredes eran de tierra, olía a humedad y había algunas raíces que sobresalían. Ambos se lamentaron de no haber traído aunque sea una vela, todo era tan oscuro, de lo único que estaban seguros era que se encuentran bajo tierra, seguramente ya habían salido del castillo o estaban debajo del jardín.

 

 Estuvieron recorriendo aquel túnel durante largo rato, unos 40 minutos aproximadamente, casi al llegar   pudieron sentir más el aire, lo cual les daba tranquilidad. Quitaron la tapa de madera que había sobre ellos y salieron. Llenaron sus pulmones con aire fresco, ya que debajo casi no había y eso era “demasiada presión” según Naruto. Como lo sospechaban, el túnel llevaba a las afueras del pueblo, y no le sorprendía, después de todo caminaron mucho tiempo. El menor miro en dirección a su hogar,  solo pudo ver grandes cantidades de humo esparciéndose por el cielo, podía oír en su conciencia los gritos de sus seres queridos y conocidos pidiendo ayuda. “Lo siento, soy un inútil, les he fallado”, se repetía internamente así mismo. Esa sería una daga en su corazón, que jamás podía arrancarse.

 

Iruka se permitió a sí mismo abrazar a su rubio amo –“Todo estará bien” – susurró.

-No te vayas de mi lado nunca, por favor – Su amo correspondió el abrazo y sollozo un poco. Ahora solo tenía al mayor, lo había perdido todo, menos a él.

-No lo haré – El sirviente acaricio la cabellera rubia de su acompañante y miró sus ojos azules como el mar, pudo notar como estos habían cambiado un poco debido a los acontecimientos, pero después él se encargaría de que su joven amo volviera a recuperar aquel brillo que solía caracterizarle y así, solo así, podría ver su hermosa sonrisa de nuevo – Vamos, debemos ir al pueblo y agarrar provisiones.

-¿Provisiones? – dijo confundido

-Sí, no podemos quedarnos en el pueblo, los Uchiha no tardaran en devastarlo también, probablemente muchos de los habitantes ya se han ido al ver el estado del castillo. Veamos que podemos encontrar y luego partiremos a otro sitio donde usted este seguro.

-Está bien…- El rubio tomó la mano de su compañero y partieron en dirección al pueblo, queriendo olvidar por tan solo un  momento la situación en la que se encontraría de ahora en adelante.

 

Notas finales:

Ojala lo disfruten, pueden darme ideas si quieren mis hermosos pedacitos de chocolate >:3 les quiero.


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