A penas eran las ocho de la mañana, y Chanyeol –quien estaba en casa de Luhan por curiosidad –y el señor Xi –quien estaba ahí por ser una ocasión especial –se encontraban con sus cabezas pegadas una al lado de la otra, mirando a dos pequeños bebés sobre la cuna en la cual descansaban.
Dos hermosos pequeños mellizos, ambos niños, ambos con las mismas ropas color celeste cielo.
Ambos bebés eran los nuevos integrantes de la familia Xi, y tan sólo tenían dos semanas de vida desde su nacimiento, mellizos que recién acababan de llegar a su nuevo hogar.
_Definitivamente el donante fue Minseok –dijo el padre de Luhan mirando atentamente a sus nietos –mira, estoy seguro que son sus mejillas ¿Ves?
Chanyeol arrugó la frente, y luego negó fervientemente, pues él no creía que el donante fuera Minseok.
_Todos los bebés tienen cachetes así. Yo creo que el donante fue definitivamente Luhan, mire… ambos niños tienen ojos de ciervo –dijo el alto muy seguro de sus palabras.
_No digas idioteces Yeol, ¿Qué no ves que tienen los ojos cerrados? –se quejó el señor Xi –Dios… no entiendo, ¿Por qué no nos han querido decir quién fue el donante para estas bellas criaturas?
Y así, ambos siguieron con su lucha verbal tratando de averiguar quién había sido el donante ¿Luhan o Xiumin? y de esa manera tratar de saber quién era el padre biológico de aquellos pequeños mellizos que se retorcían inquietos sobre el cochón.
A decir verdad, al señor Xi poco le importaba quien fuera el padre, pues su hijo tenía una relación estable con su pareja, lo que significaba que ambos niños eran sus nietos, y estaba orgulloso de eso, además de que claro, el sueño de ser abuelo se le acababa de cumplir.
Chanyeol, en cambio, estaba totalmente ofendido con su amigo Luhan, pues incluso a él le había ocultado quién fue el donante para aquellos bebés.
Luhan y Minseok, quienes no estaban presentes en aquella discusión por saber quién tenía razón, se encontraban en la cocina preparando las mamilas para sus hijos.
_¿Crees que sigan discutiendo sobre quién de nosotros dos es el padre? –preguntó Xiumin mientras probaba la temperatura de la leche derramando una gota en su mano. Luhan frunció el ceño
_Los dos somos sus padres –dijo el rubio, lo que provocó que su pareja rodara los ojos
_Lo sé, pero sabes a lo que me refiero
_Si, lo sé, pero no me gusta… Ambos somos sus padres y punto –dijo Luhan girando y quedando frente a su novio para luego acercarse y colocar sus labios sobre los de él.
En todo ese tiempo, Xiumin, que había sido delgado en su momento, había aumentado bastante de peso, como si realmente hubiese estado embarazado. Chanyeol había usado ese cambio en su cuerpo a su favor, declarando que seguro era producto de los nervios y el estrés porque él era el donante.
Luhan, por su lado, amaba el nuevo peso de amado Baozi, pues creía que lo hacía sumamente tierno, sexy y apetecible. Y a Minseok poco le importaba los kilos demás si con eso Luhan lo mimaba cada noche de su vida.
_Bueno, la verdad es que eso no importa –escuchó decir la pareja a medida que se acercaban a la habitación de sus hijos. Cada uno llevando un biberón en su mano –ambos son mis nietos de todas formas
Luhan sonrió al escuchar aquellas palabras llenas de orgullo de la boca de su padre.
Darles el biberón a sus pequeños hijos era tarea fácil, pues apenas sus pequeñas boquitas encontraron y apresaron las tetillas, se quedaron completamente quietos y concentrados en alimentarse.
Luhan sostenía en sus brazos a su hijo Xi Han, mientras que Xiumin alimentaba a Xi Huo .
El padre de Luhan junto a Chanyeol, que observaban aquella escena, babearon al ver babear a la pareja, pues era la viva imagen de una familia que se amaba profundamente, y que había peleado y luchado mucho por llegar a donde se encontraban en aquel momento.