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Counting Stars. (JinKook) por YunBangtan

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Notas del capitulo:

Bueno, me habría gustado actualizar antes, pero no tuve tiempo. Hoy no estaba muy inspirada, pero aún así me esforcé, lo prometo ;///; agradecería vuestra reviews, aunque si lo leeis sin comentar, al menos espero que lo disfruteis~~ 

Silencio.


Durante unos interminables segundos no hubo más que silencio. Suga y J-Hope sentían el corazón apunto de salirse del pecho. Al fin, Ho Seok se armó de valor y cogió el móvil del susodicho entre sus manos, mirando confundido aquél número desconocido.


-Jin, por favor, dinos qué ha pasado.-Dijo Suga zarandeándolo suavemente.


Hobbi.-Dijo Jin con la mirada aún perdida, terminando por mirarle con algunas lágrimas recorriendo su rostro.


''Tenemos que ir al hospital'', es lo único que dijo Jin antes de que J-Hope y Suga la cogieran casi en volandas hasta el coche, temiendo preguntar la razón por la que tendrían que ir allí.


Pasados algunos minutos en el coche, el mayor de los chicos suspiró secándose las lágrimas, dispuesto a hablar por fin. Ambos chicos se tensaron.


-Chicos, al parecer...-Tragó saliva.-Al parecer mi padre iba a algún lugar con mi madre en el coche, no se saben muy bien los detalles, pero creen que un conductor borracho chocó con ellos, y están en estado grave.


-¿Qué?.-No fueron capaces de articular algo más elaborado, aquello había pillado por sorpresa a los menores tanto como al mayor, puede que Jin no mantuviese grandes vínculos con sus padres, pero sus amigos habían estado en su casa incontables ocasiones, eran como los hermanos que nunca tuvo.


-Jin, ¿Estás seguro de que no fue un error?.-Dijo J-Hope acelerando ligeramente la velocidad del coche.


-No, fueron bastante claros.-Suspiró negando con la cabeza.


Suga, el cual se sentaba en el asiento de detrás, solo pudo pasar sus brazos por los hombros del chico, apoyando la cabeza en el asiento de delante, intentando analizar la situación. Todos se preguntaron en aquel momento que sería de Jin si sus padres desaparecían, pero ninguno se atrevió a sacar aquel delicado tema en ese momento.


Al fin llegaron al hospital, el cual se veía bastante concurrido, aunque Jin apenas notó la presencia de todos aquellos enfermos, algunos llorando, otros quejándose, otros simplemente, aunque parezca increíble, echando la tarde. El se sentía solo en aquel lugar, quería que la tierra lo tragase.


-Será mejor que nos acerquemos al mostrador de información.-Dijo suga pasando un tranquilizador brazo por la espalda del chico para guiarle hasta allí.


¿Quieres que hable yo?.-Preguntó J-hope intentando sonreír para animarle, lo cual fue en vano.


Jin se tan solo asintió con la cabeza, agradeciéndole con la mirada, al tiempo que el menor avanzaba entre la gente para hablar con la enfermera. Pasaron unos minutos antes de que volviese a aparecer junto a la enfermera. Jin y Suga se levantaron de golpe, esperando desde lo más profundo de su corazón buenas noticias. En ese mismo momento, Ho Seok le abrazó con fuerza, rompiendo a llorar, mientras la enfermera le entregaba a Suga una bolsa con las pertenencias de sus padres. Jin quedó en shok, miró a la enfermera confundido. No podía estar pasando, definitivamente esto era un sueño, un mal y cruel sueño.


-Todo va a estar bien, te lo prometo.-Dijo J-hope entre lágrimas, apretando aquel necesitado abrazo, notando como su hombro comenzaba a mojarse por las lágrimas de Jin, que había comenzado a abrazarle de vuelta. Suga simplemente se unió al abrazo, se sentía inútil, impotente, frustrado por aquella situación, sabiendo que ya no había nada que hacer.


Jin pasó toda la tarde con los chicos, desconsolado, jamás antes se había sentido así, no podía dejar de llorar, el gran y orgulloso Jin no podía hacer nada más que llorar. Se odiaba, sabía que no había sido el mejor hijo, intentaba quitarse algo de culpa de encima pensando que ellos tampoco intentaron nunca pasar tiempo con el, solo se solían preocupar por el dinero, y el sin darse cuenta se había vuelto en un reflejo de ellos. Pero simplemente no podía culparlos, quizá dentro de un tiempo pudiese verlo de otra forma, ahora simplemente se sentía solo y angustiado. Aquella noche sus amigos se aseguraron de que quedase dormido antes de irse, mañana sería otro día.


 


Las 10 de la mañana, el teléfono comenzó a sonar. Jin abrió los ojos, los cuales tenía hinchados y rojos, acompañados de un fuerte dolor de cabeza. No pasaron unos segundos hasta que volvió a recordarlo todo, haciendo que el mundo se le viniese encima de vuelta, pero hoy era distinto, hoy no dejaría ver más aquella persona frágil. Se levantó sin darse mucha prisa, y cogió el teléfono.


-Kim Seok Jin, ¿Eres tú?


-Sí, ¿Qué pasa ahora?.-Reconocía esa voz, solía ser amigo de su padre, ambos llevaban el mando de la empresa, pero por otro lado odiaba hablar con el, cada vez que llamaba al teléfono de su casa era para dar malas noticias.


-Verás pequeño...-¿Pequeño? Como odiaba que lo llamasen así. Bufó.-Se que no es un buen momento, pero ante la ausencia de tu padre, tú eres el único heredero de sus acciones. Bueno. Al menos hasta ayer...


-No te sigo.-Escupió Jin irritado. Cada vez sonaba peor, ese hombre tenía el don de cagarla.


-Jin, con la muerte de tu padre, las acciones de la empresa han bajado, los clientes tienen miedo a perder sus inversiones, estamos arruinados.


Arruinados.


Esas palabras retumbaron en su cabeza como si de una pelota se tratase.


-No...¿No nos queda nada?


-Nada.-Dijo con un tono derrotado en la voz.


-Nada.-Repitió Jin sentándose en el sofá más cercano, con la mirada fija en la pared.


-Lo siento de veras, era lo último que habría querido decirte después de lo de ayer, pero tenías que saberlo.


Jin asintió con la cabeza sin pestañear, aún sabiendo que aquél hombre no podría verle.


-Mucha suerte chico.-Fue lo último que dijo antes de colgar. El moreno simplemente tiró con fuerza el teléfono al suelo. Se levantó, gritando, nada en concreto, simplemente necesitaba gritar, seguido por múltiples golpes a cada objeto, pared o puerta que se encontrase en su camino. Su cuarto estaba completamente destrozado, y de sus nudillos comenzaba a brotar sangre. La puerta de su habitación, aparentemente abollada, fue abierta de golpe seguida por un preocupado J-Hope, que portaba algunas bolsas con comida.


-¡¿Qué a pasado aquí?!.-Dijo alarmado y con los ojos como platos, cogiendo un trozo de tela para tapar los nudillos del mayor.


-Arruinado.-Dijo Jin impasible.


-¿A qué te refieres?-Dijo apretándole aquel torniquete casero.


-Hobbi, estoy arruinado, las acciones de mi padre, la empresa, todo a la mierda, no me queda nada.


J-Hope le miró esperando a que volviese a reaccionar dando golpes, pero simplemente escuchó una risa proveniente de aquél chico, una risa nerviosa, que no tardó en convertirse en lágrimas.


Mierda, estaba volviendo a mostrarse débil.


-Jin, no seas imbécil, delante de mi no tienes que hacerte el duro.-Dijo el menor abrazándole de nuevo.


Jin comenzó a llorar como un bebé escondiendo su rostro en el pecho de su amigo.


-¿Qué va a ser de mi ahora?.-Dijo sorbiendo algunos mocos que amenazaban con salir de su nariz. Se sentía penoso.


-Sabes que no te dejaré, saldremos adelante.


-¿Saldremos? Hobbi, no quiero convertirme en una molestia, no para ti...-Dijo apenado.


-¿Qué clase de amigo sería si te dejase aquí tirado en este estado? Mírate, el gran Jin nunca dejaría que la situación lo controlase, el siempre es el que controla la situación.-Dijo buscando la risa del chico, lo cual no tardó en conseguir.


 


-Fin del flashback-


 


~POV Jin~


Me levanté de un salto para vestirme, como ya he dicho, la función debe seguir, y esta noche Ho Seok, Suga y yo vamos a salir a alguna discoteca. No es una de mis actividades preferidas, pero me ayuda a olvidar durante toda la noche, y para ser sincero no se nos da mal eso de ligar, a día de hoy no recuerdo haber necesitado ir detrás de nadie, simplemente, ellas o ellos vienen a mi. Engreído, lo sé, así soy fuera de mis pensamientos. Miro el reloj, son más de las 9 de lo noche, ese idiota llega tarde.


De pronto suena el timbre de mi apartamento, y me dirijo a la puerta , dispuesto a mostrarle mi enfado, pero cuando lo tengo en frente solo puedo suspirar molesto.


-Llegas tarde, idiota.


-Me gusta hacerte esperar, princesa.-Rie mientras yo hago una mueca de asco golpeándole en el pecho.


-Date prisa, o Suga nos castrará a ambos.-Digo acercándome a su coche.


-¿Vas a estar así de mandón toda la noche?.-Dice fingiendo un puchero. O Hobbi, sabes que conmigo eso no funciona.


-Probablemente.-Río cerrando la puerta.


Él sube al coche seguidamente, y nos encaminamos hacia casa del mediano, hablando de trivialidades durante el camino.


La noche aún estaba por empezar.

Notas finales:

en fin, esto es todo por hoy, intentaré tardar poco en actualizar, nos vemos!


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