Capítulo 12
— ¡Tao! ¡Tao, abre la maldita puerta! —Kris estaba que no se lo creía, gritó y tocó con efusividad pero no había señales de vida.
Al final, mandó a traer las llaves del cuarto de Tao y Sehun, pero cuando entró no había nadie. Llamó a su teléfono, pero consiguió lo mismo: Nada, no le contestaba.
Estaba profundamente molesto. Había pasado un día maravilloso con YiXing, al parecer éste último, había intentado en lo más profundo de su ser; seguirle la corriente y habían compartido besos. Nada podía estar mejor, hasta que llegó a su oficina con la intensión de tener sexo con Tao, pero no lo vio ahí; así que lo esperó, y lo esperó y lo siguió esperando pero no llegó. Entró a su oficina molesto y encontró un informe en su escritorio, lo abrió y se encontró con la no tan agradable sorpresa de que Tao ya no era su secretario. Lo llamó, pero a mitad de lo que tenía que decir, sus palabras fueron silenciadas. Las consecuentes llamadas lo llevaron al buzón de voz:
—Hola, soy Tao, por el momento no puedo atenderte, después del sonido deja un mensaje.
Su maldita voz tan perfecta lo molestaba.
Fue a su cuarto, pero nadie respondió. Por ese momento lo dejó sólo; ya volvería por la mañana para que le explicara la situación.
A la mañana siguiente, se encontró con la misma situación desesperante: Tao no estaba en su cuarto, ni mucho menos le respondía las llamadas. Estaba tratando de idear un plan para hallar su paradero, cuando sonó su celular.
<<Sehun>> decía en la pantalla. Desde que habían hablado, dos semanas atrás; Kris había procurado dejarle mucho trabajo, para que no pensara en Luhan. Sehun le había contado todo lo que había pasado, discutieron un poco más porque, Kris quería que Sehun siguiera siendo el tutor del pelirrosa, pero el modelo se negaba, estaba completamente seguro que Luhan no cedería jamás. Por fin, Wu accedió a que hiciera como quería, y lo mandó a misiones medianamente fáciles, después cuando hubo acabado y como el buen Hyung que era, le llenó su agenda.
—Hola, Oh, pensé que estarías en tu cuarto — Seguía molesto por no tener a Tao cerca. Si Sehun hubiera regresado el día anterior probablemente sabría dónde estaría Tao.
—El avión se retrasó. Te hablaba porque Tao me mandó un mensaje, y me dijo que te avisara que estaba bien y que no hablaría contigo acerca del cambio.
— ¡Qué!
—Mira me tengo que ir, quiero dormir. Te veo en la noche, en la cena— Y colgó.
Sabía que Tao era diva hasta cierto punto y claramente estaba enojado, muy enojado por algo que no sabía. No había hecho nada malo. Tal vez había sido demasiado rudo algunas veces, pero Tao siempre disfrutaba. Y ahora, en ese preciso momento, lo evitaba y más aún, se había cambiado de puesto y le había dicho a Sehun, primero que a él. No podía ir mejor.
—Señor, tenemos que comprobar algunos detalles de la cena, ¿nos acompaña?
¡Ah! cómo odiaba la vida en ese momento. Y lo peor de todo, es que no entendía el porqué su enojo. Dejó de lado eso, y se fue con el chico. Ese día, anunciaría su compromiso oficialmente, y antes de eso tenía que molestare a alguien. Ese alguien que tenía que quitar de la vida de Lay.
Se fue rumbo a su oficina, esperando que la cena llegase para hacer público su amor por Lay. Una vez eso, esperaría ansioso la mañana, porque empezaría a buscar a Tao, y lo castigaría por todo lo que le había hecho pasar.
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Ese día en la noche, despertó con un tremendo dolor de cabeza y su miembro estaba duro como una roca. Sabía que era porque extrañaba que alguien lo amara, pero de ninguna manera llamaría a Kris. Tomó sus cosas y le llamó a una persona más… Si Kris no estaba interesado en él, tal vez Christian lo estaría y haría todo lo que estuviera en sus manos para vengarse de Wu; le haría saber de lo que se perdía.
Para su suerte Christian le respondió y se quedaron de ver en un lugar. A las 3:00 am, Tao lo esperó enfrente de la entrada de la compañía. En ese mismo momento, un auto muy lujoso aparcó enfrente de él, y se fue bajando la ventanilla parcialmente hasta que el rostro de Christian quedó revelado.
Tao lo saludo y el de cabello de bronce se apresuró a abrirle la puerta.
— ¿Estás seguro de esto? —Christian sabía que Tao se podía meter en problemas.
—Sí, lo estoy.
Ambos se subieron al auto y Christian condujo hasta su casa. Tao estaba respirando hondo a cada rato porque realmente no estaba seguro de cambiar su ritmo de vida. Alejándose así de él, lo haría sentir más seguro para encarar la realidad que se desarrollaba en la SM. Lo que menos quería, era ver a Kris sonriendo por otra persona, y lo único que podía hacer para evitar eso era alejándose de él. Mientras se alejaban de todo lo conocido, le marcó a Sehun y le hizo saber que estaba bien y que no volvería a la SM por un rato, y le pidió que omitiera ese último dato para Kris. Una vez que recuperara su confianza, regresaría a la compañía.
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El pelirrosa se levantó muy temprano por la mañana. Se metió a la regadera de agua fría y se vistió lo más rápido posible. La vida de Luhan era muy lenta ahora, pero todo se arreglaba gracias a Minseok. Ese chico de hermosos cachetes, pelo naranja, y sonrisa dulce. Cuando llegó a Corea, y gracias a Lay, pudo restablecerse un poco, pero todavía tenía pesadillas de todo lo que había ocurrido en su casa, cuando era más joven. Cierto día salió a caminar por las calles de Seúl, y se encontró con un café de buena pinta << Coffee Exo>> que tenía por logo; un lobo de siete colas aullando, mientras atrás se desarrollaba un eclipse. Entró, y lo vio. No podía decir que fue amor a primera vista, pero cuando conoció a Minseok, se sintió bien. Él era el único chico que no lo veía con ojos de lujuria o lo veía con deseos de hacerle algo, sólo había un problema; y era que Minseok tenía novio.
Ese día, fue como de costumbre a visitarlo. Cuando llegó vio que había muy poca gente, así que entró con una sonrisa feliz, que al instante se esfumó cuando advirtió la presencia de un chico que jamás había visto. Era bajito y de pelo negro. Y le enojó ver que Minseok se había acercado al chico sin cohibirse y con una servilleta retiró un poco de residuo de algo y le sonrió; el otro chico le devolvió la sonrisa y al instante se sonrojó. Después de eso, salió de ahí rumbo a otro lado y paso cerca de él, empujando el brazo de Luhan sin disculparse.
Bien, ahora, Luhan apretó un puño. Tenía que haber una explicación para todo eso.
—Hola Lu —lo saludó Minseok, cuando lo vio en la entrada.
—Hola, Min —entró y cruzó la barra, para estar más cerca de él —. Min, ¿Quién era él?
—Es un chico que acaba de mudarse al departamento que antes era de Chanyeol —dijo mientras lavaba unas tazas.
Luhan asintió, recordaba perfectamente a su vecino el alto. Pero, por qué había tenido esa clase de atenciones con un advenedizo y con él, nunca lo había hecho. Se quedó pensando mucho hasta que Xiumin lo interrumpió.
—Estas molesto por eso, ¿verdad? —Luhan asintió.
—Minseok, sabes que me gustas mucho…—se detuvo mientras tomaba más valor —. Quiero que me mires de la manera que yo lo hago. Quiero que aceptes mis sentimientos.
Trató de acercase pero Xiumin no lo dejó. Minseok sabía que lastimaría a Luhan por rechazarlo, pero no había otra forma de parar sus sentimientos.
—Lo dije hace unos años, y lo vuelvo a decir Lu: No siento nada por ti. No puedo aceptarte.
—Min…
—No, Luhan. Es suficiente, es mi culpa por pretender que no pasaba nada. Debí dejarlo en claro en ese momento. Ya tengo a alguien y no puedo aceptar tus sentimientos, lo siento.
Las manos de Luhan comenzaron a temblar. La realidad a la que estaba acostumbrado se derrumbó. Ahora, era definitivo, Xiumin lo había rechazado y sus palabras era más fuertes que cualquier otras.
—Perdón… por haberte quitado el tiempo.
Hizo una reverencia y salió lo más rápido posible, chocando con alguien en su camino. De reojo vio cómo Xiumin quería disculparse por ser tan duro con él, pero no hizo nada por seguirlo.
Le dolió mucho, más de lo que había imaginado. Cuando llegó a su cuarto se dejó caer sobre su cama y agradeció que no estuviera Mark ahí para verlo llorar. Conforme pasaba el tiempo, Sehun vino a su mente. Las palabras que le había dicho a él, eran incluso más hirientes de las que le había dicho Minseok. Vio su celular y faltaban dos horas para la cena de gala, se puso de pie, sorbió lo que quedaba de su llanto y se vistió para la ocasión. Todavía tenía que dar una disculpa, a pesar del estado mental en el que se encontraba.
———
Enfrente de sus ojos estaba Luhan. Un poco más pálido de lo normal, pero era él. Con un traje de color azul, su cabello rosa y los ojos un poco hinchados. Se paró de inmediato de su asiento.
—Luhan, ¿qué haces aquí?
—Yo vine a disculparme —esperó un poco, para poder pensar lo que iba a hacer a continuación —. Lo siento, por todas las cosas que te dije esa noche— Y antes de que Sehun pudiera parpadear Luhan hizo una reverencia.
—Lu…—Sehun no lo podía creer; había pasado por tantas cosas tratando de olvidarlo, y ahí estaba él volviendo a su vida, sin embargo no le molestaba en lo absoluto—. Entonces, ¿no me odias?
Luhan se sorprendió por la pregunta, aunque era la segunda vez que Sehun la hacía. Antes hubiera respondido que sí, pero ahora su presencia no le molestaba.
Negó con la cabeza.
Sehun se acercó a él y lo tomó por sorpresa cuando lo abrazó. Fue un abrazo cálido y suave. No lo sofocó y lo consoló. Los dos se quedaron así por un momento. Cada uno tenía sus motivos. Sehun había extrañado tanto haber estado cerca de él y Luhan se sentía devastado por lo que había ocurrido temprano en la mañana, quería llorar, deshacerse en esos brazos que lo rodeaban. Por primera vez, sintió calidez; se recargó en su pecho y le correspondió al abrazo.
Sehun le levantó la cabeza y vio en esos hermosos ojos, tristeza. Había pasado por algo recientemente. Se acercó a sus labios, y Luhan cerró sus ojos instintivamente, dejándose envolver por el momento; rodeó el cuello de Sehun con sus brazos.
Luhan no sabía lo que estaba haciendo; estaba a punto de romper la regla número de su vida: “Alejarse de Sehun”, pero no podía.
Sehun rozó sus labios con los contiguos, asegurándose de que el pelirrosa estuviera de acuerdo. Cuando comprobó que así fuera, hizo presión; y ambos comenzaron a entreabrir sus labios, repetidas veces, una y otra vez... Fue algo lento y pausado. El ambiente estaba tranquilo, como si no hubiera nadie alrededor de ellos. Luhan se recargó en la pared más cercana, permitiéndose ir más allá de sus límites. Se retiraron un poco para inhalar oxígeno.
Estaban a punto de reanudar el beso cuando unas voces los interrumpieron. Alguien se aproximaba y nadie estaba autorizado para estar ahí, sólo los guardias de seguridad. Se separaron y sacaron sus armas instintivamente, se escondieron entre la oscuridad del pasillo y escucharon atentos a la conversación que se aproximaba hacia ellos.
— ¿Adónde vas? —preguntó una voz gruesa.
— ¿Sabes dónde estamos, verdad?
—En la SM —respondió la misma voz con obviedad.
—Así es, y son nuestros enemigos. Si logro obtener algo de ellos, no sé, algo ilícito sería ventajoso para nosotros.
Luhan y Sehun se miraron, entonces sabían que debían de entrar en acción y parar a los desconocidos.
Esta vez, fue Luhan el primero en aventurarse, adoptando una actitud rebelde ante la situación:
—Vaya, pero qué tenemos aquí; dos infiltrados de la compañía rival—Luego el pelirrosa miró a Sehun para que saliera y apoyara a la situación. Luhan quería cuanto antes que estos extraños se fueran, así que pensó que lo ideal sería asustarlos.
—Somos guardaespaldas —dijo un rubio muy alto, que estaba al lado de su compañero.
Luhan no lo veía bien, pero le resultaba algo conocido.
— ¿Y los guardaespaldas, no deberían estar haciendo sus deberes, en vez de encontrar pruebas ilícitas? —esta vez fue Sehun el que habló, siguiéndole la corriente a Luhan.
—Creo que tendremos que darles un escarmiento, ¿no es así? —le preguntó a Sehun, éste último asintió y ambos se acercaron hasta los otros dos en la habitación.
Toda la situación estaba controlada, casi controlada si no fuera porque en ese momento, los ojos de Sehun se posaron en el compañero del más alto de sus enemigos. Esa figura de cabello color rojo que se veía ahí, no lo podía confundir ni con su propia imagen, era él. Esa persona era su ex novio, quien pensó que estaba muerto…Pero tenía que asegurarse de que fuera él.
— ¿Baekhyun, eres tú?