Capítulo 18
La vida da vueltas todo el tiempo, haciéndonos caer y ayudándonos para levantarnos. No importa lo mucho que cueste siempre hay una luz al final de un túnel oscuro.
Las palabras que Zhang YiXing estaba oyendo en ese momento parecían surreales, salidas de una película en donde siempre hay una esperanza. Y su esperanza estaba ahí.
—Cancelemos la boda —dijo Kris firmemente.
Pasó un momento de silencio, hasta que Lay no pudo decir nada más que un pequeño “Oh”.
—Sé que he sido un idiota por todo lo que he hecho… —comenzó YiFan —, y que te hice pasar malos momentos porque tenía la creencia de que si te obligaba a casarte conmigo te enamorarías de mí, de nuevo. Lamentablemente…
— ¿Lamentablemente? —Lay, inquirió.
—No lo hiciste, tú estabas en cuerpo y alma con otra persona.
—La cual está sufriendo al igual que yo.
—Lo sé y quiero disculparme por todo eso —Kris lo miró lastimeramente —, realmente lo siento.
Lay jamás se imaginó que algo así pasaría, sin embargo, ahí estaba, Kris con una disculpa sincera. Lo conocía desde la Universidad y, por el tiempo que habían sido novios, sabía que estaba siendo sincero.
—Gracias… —el unicornio dijo sin aliento. No pudo evitar que saladas gotas de agua salieran de sus ojos. Nunca se había sentido con tanta esperanza en ese momento. No obstante, sabía bien de los sentimientos de Kris para con él —. ¿Vas a estar bien?
—Claro que lo haré, digo, soy Wu YiFan, el príncipe de los negocios—ambos rieron por el comentario.
—Cierto, lo eres, además hay una persona especial contigo… Tao —Lay entrecerró los ojos, para ver si su suposición era correcta y le alegró que así fuera.
Kris asintió un poco incómodo. ¿Tan obvio había sido su relación con Tao? No podía creer que todas las personas supieran que le gustaba Tao, y él ni siquiera pudo notarlo a tiempo.
—Pero, hay un problema —dijo Lay repentinamente.
— ¿Cuál es?
—La boda es mañana y todo está listo. Si decidimos cancelarlo ahora mismo, Madame Byun nos va a asesinar.
—Buen punto…
Ambos se miraron en busca de alguna solución para su “boda”.
—Estoy seguro que Suho hará todo lo imposible para impedir la boda.
—Lo hará —después de decir eso, Lay se sonrojó.
— ¡Ya lo tengo! —exclamó Wu —. Tenemos que arruinar nuestra boda. Lo único que podemos hacer es actuar, ante la presencia de tu novio el cual aparecerá e impedirá que te cases conmigo. Yo entonces trataré de que no lo escuches, pero tú no lo harás y te irás con él. ¡Listo!
—Claro, pero nos queda el hecho de que Madame Byun no dejará pasar a mi novio a la boda. Hasta este momento he sido incapaz de comunicarme con él, porque ella cortó cualquier medio.
Madame Byun era una de las más detestables mujeres en toda Corea. Todo lo que hacía era para su conveniencia, sin duda, era la persona con más ego que nadie pudo conocer.
—Necesitamos ayuda —dijo Lay mientras daba vueltas en su oficina, ahora más animado que antes —. ¿Crees que puedas llamar a Sehun? Pídele su ayuda, yo me encargaré de convencer a Luhan.
Ambos siguieron platicando más acerca del plan para arruinar su boda. Mientras se desarrollaba la conversación, tanto YiFan como YiXing encontraron la plática más cálida que cuando habían sido novios. Se dejaron ver cómo eran, sin tener que recurrir a la fuerza.
—Gracias, FanFan —Lay dijo al borde del llanto. Kris por otra parte, no pudo evitar sonreír al momento de escuchar su viejo apodo de amigos —. De nada Xing Xing.
Ambos se soltaron a reír y siguieron platicando hasta que Lay se tuvo que ir, con una sonrisa en el rostro, para planear más cosas.
Una vez deshecho cualquier compromiso de novios con Lay, Kris pudo sentir su alma respirar un rato. Nunca se había sentido así en mucho tiempo. Los únicos pensamientos que había tenido en la mente, eran los de negocios y los de volver a conquistar a Lay, pero ninguno de los dos le proporcionó tanto alivio como tener a Tao en cuerpo y alma. Lo que había comenzado por mera satisfacción física, evolucionó para dar paso a su corazón sanado por ese muchacho lindo con ojeras naturales.
De pronto, sintió la presencia de alguien al lado de él, volteó y como un impacto, cerró los ojos cuando unos labios chocaron contra los suyos. Esos labios… eran inconfundibles. Parpadeó un par de veces y se dio cuenta que Tao lo miraba con una sonrisa burlona.
— ¿Te sorprendí? —El castaño hizo un puchero —. No fue mi intención.
Y antes de que Kris pudiera decir algo, Tao volvió a besarlo, esta vez sin soltarlo.
—Pensé que estabas en Inglaterra –Kris dijo sin aliento.
—No dejaría solo a mi novio el día de su boda —se mofó.
“Novios”. Aunque habían decidido empezar poco a poco, esa palabra no le causaba ni la más mínima molestia a Kris. Novios… sonaba bastante bien. Kris le correspondió el abrazó y apoyó su barbilla sobre el hombro de Tao. Estaba ansioso, no sabía si todo saldría como lo habían planeado Lay y él, pero deseaba acabar lo más pronto posible con todo el drama.
— ¿Estás preocupado? —La voz de Tao lo trajo de nuevo a la realidad.
YiFan asintió con la cabeza—: Necesito tu ayuda mañana. Tal vez, Suho y sus acompañantes necesiten de alguien que los ayude a pasar.
Tao comprendió que Kris se refería a la boda y sonrió sin poder evitarlo; por fin había cedido a la obsesión de querer conquistar a Lay.
—Cuenta conmigo —le guiñó el ojo.
Ambos se quedaron viendo por un momento, y lo que empezó como un reencuentro sorpresivo y cálido paso a calentarse más de la cuenta inundando sus miradas de fuego. YiFan se acercó más a Tao, dejando que sus miembros se rozaran.
—Ha sido mucho tiempo… y te extraño —Kris susurró al oído de Tao, sonando totalmente desesperado, porque realmente quería que su novio le concediera ese gran deseo.
—Aún no has ganado la apuesta —replicó Tao, queriéndose zafar del agarre de Kris, pero éste lo atraía cada vez que trataba de irse.
—Olvida la apuesta… Te deseo.
Esta vez Tao lo miró a los ojos, incrementando la lujuria que ambos empezaban a sentir en ese momento. No perdieron mucho tiempo y se encaminaron, lo más rápido que pudieron, rumbo al cuarto de Kris. Mientras caminaban por los pasillos, Tao sintió su corazón correr un maratón; la escena de ir por el pasillo con Kris sosteniendo fuertemente su mano, llenaba los vacíos que había tenido antes.
Llegaron al cuarto casi uno sobre el otro, besándose descaradamente, hasta desgastar sus labios que no se habían tocado tan ferozmente como ese día. Nada sabía tan bien como volver a tocarse de nuevo. La desesperación de ambos era tan grande que Tao, lamentándose un poco, rasgó la camisa de Kris, y se lamentó porque era la que mejor quedaba en ese magnífico cuerpo. Por otro lado, los pantalones de Tao, no fueron tan afortunados tampoco. Mientras se deshacían de sus prendas, el calor comenzó a inundar sus cuerpos y sus erecciones comenzaron a endurecerse más, a querer salir.
Kris atacó sin piedad la blanca piel de su novio mordiéndolo, aunque eso era brusco, fue recibido con un gemido. Casi cayéndose en la cama, Kris se cernió sobre el cuerpo desnudo de Tao, cubriéndolo de besos desesperados; empezó por su torso, hasta adelantarse a sus partes bajas, levantó las piernas de Tao hasta recargarlas en sus hombros y besó sus muslos. El castaño ante el contacto húmedo de los labios de Kris, no pudo guardarse el placer y mordió sus labios para encerrar sus desesperados gemidos.
Kris impaciente, como siempre, metió en su boca el miembro duro de Tao. Extrañaba su sabor, extrañaba su cuerpo, extrañaba todo de Tao. Succionó desde la punta hasta sus testículos, tratando de hacer que Tao se corriera lo más rápido y placenteramente posible. Lo logró sin mucho esfuerzo pues su novio se corrió gritando su nombre. Descansaron unos minutos hasta recuperar su respiración normal. Tao se acercó hasta el miembro de Kris, dispuesto a ayudar a su novio, pero éste no lo dejo.
—Vamos a dormir —fue todo lo que dijo Kris después de acomodarse atrás de Tao, rodeándolo con sus brazos.
—Pero, tú aún…no has…
—Considéralo una tortura para mí, que fui un idiota en el pasado.
El chico de ojeras naturales rió con ganas porque su novio había sido un idiota, pero era el idiota del que estaba enamorado.
Se quedaron abrazados compartiendo su calor, hasta que Tao se quedó dormido. Kris acarició su cabeza, envolviendo sus dedos con el cabello de su novio, se acercó hasta su oído y susurró:
—Te quiero.
Ese era el sentimiento que había querido liberar desde hace mucho tiempo y nunca se dio cuenta que la persona a la que siempre se lo quiso decir fue a Tao. Nunca, hasta ese momento.
———
La mañana estuvo llena de cosas por hacer, después de todo, ese día se tenía que celebrar una boda. Las primeras personas que lo molestaron en su cuarto fueron su padre y por supuesto, Madame Byun. Lay estaba muy nervioso, decepcionaría a su padre, pero no quería hacer algo que lamentaría toda su vida. Toda su confianza estaba puesta en su novio e incluso si Suho no llegaba a tiempo para cancelar la boda, estaba dispuesto a renunciar a todo.
Alguien llamó a su puerta:
—Adelante.
Vio a la persona que más quería ver y que le daba la seguridad que necesitaba: Luhan.
—Pensé que me necesitarías —el chico pelirrosa sonrió y fue sorprendido por el abrazo de Lay.
—Lu, pensé que estabas en una misión en Japón —sollozó YiXing.
—Tu boda es más importante, me necesitas aquí —Luhan lo alejó un poco, para que pudiera ver la cara de su Hyung y para darle la seguridad que necesitaba —. Todo va a estar bien —le guiñó el ojo.
Luhan lo ayudó a ponerse su traje y un poco de maquillaje para la ocasión. Hablaron unos minutos para quitar la tensión de la boda, pero los guardias de seguridad vinieron a buscar a Lay demasiado pronto.
Todo pasó tan rápido que la hora de la boda estaba muy cerca, y cuando menos se lo esperó Lay fue llamado a pasar a la recepción donde se llevaría a cabo la celebración. Caminó lentamente hasta donde estaba Kris, muy bien arreglado y elegante. Alrededor de ellos periodistas, sus padres y personas importantes esperaban a que la boda se llevara a cabo. Ambos cruzaron sus miradas y Kris le dio seguridad de que todo estaría bien. Ninguno de ellos escuchó las palabras del padre, porque cada uno estaba ensimismado pensando en las personas que realmente amaban.
Fueron muchos murmullos y ruidos de personas gritando que los hizo volver a la realidad, voltearon para ver qué pasaba en la entrada y descubrieron que estaban un paso más de su libertad. Lay suspiró aliviado al ver a Suho, acercándose hasta el altar.
Todas las personas murmuraban y se miraban unas a otras sin saber qué era lo que estaba pasando.
— ¡Cómo te atreves! —Se levantó Madame Byun —Estás interrumpiendo una boda.
—Y, ¿está segura de que ambos están de acuerdo en casarse? —respondió Suho, haciendo contacto visual con Lay.
Las personas comenzaron a inquietarse más y, los fotógrafos y periodistas comenzaron a preguntar y a tomar fotos.
—Estoy segura de que se aman —Madame Byun respondió mirando amenazante a todos, y especialmente a Lay.
—Entonces, permítame comprobarlo.
Kris volteó a ver a YiXing.
—Ve —le susurró.
Lay se aproximó hacia Suho, mientras éste hacía lo mismo. Y sin que nadie se lo esperara, Suho se hincó enfrente de Lay.
—Suho… —fueron las únicas palabras que Lay pudo articular, porque su novio lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más.
—Esto es para comprobar su amor —se dirigió a todas las personas de la sala y luego volvió su mirada a YiXing —. Hace una semana hablamos… y te pregunté algo que en ese momento no tuve respuesta. Ahora mismo, lo vuelvo a preguntar: ¿Zhang YiXing, te casarías conmigo? —Suho sacó un anillo de su bolsillo derecho y lo puso a la mitad del camino entre ellos, sosteniéndolo con su mano.
Hubo silencio en la habitación, y Lay estaba a punto de sacar lágrimas de felicidad.
—Junmyeon cómo te atreves a venir aquí —Intervino Kris, para que se viera que le importaba que le robaran a su ex novio y “prometido”. Era lo más extraño que había hecho en su vida.
Lay lo interrumpió antes de que pudiera seguir con su discurso de “prometido enojado”.
—Sí —se escuchó en toda la habitación —. Acepto —se volvió a escuchar.
Ahora, todos voltearon a ver a la pareja que sonreía como si fuera el día más feliz de su vida.
Ambos se acercaron y se besaron tiernamente sin importarles nada en el mundo.
Por otro lado, Kris se retiró lo más indignado que pudo. Cuando nadie lo pudo ver, respiró profundo. Probablemente su título como príncipe de los negocios quedaría manchado por la mayor inversión que pudo haber hecho en su vida, pero nada lo ponía más feliz que darse un tiempo para disfrutar de las buenas cosas que jamás disfrutó. En ese momento sonrió por haber dejado ir al pasado, en específico a Lay, y aunque siempre había tenido una enemistad con Junmyeon le agradecía por hacer feliz a YiXing.
En ese instante vio a Tao caminar, cansado y con sudor, hacia a él. Sabía que había ayudado a que Suho llegará hasta el cuarto de la ceremonia.
— ¿Estás herido? —preocupado, Kris lo revisó, pero Tao lo paró.
—Estoy bien, Wu —respondió agitado —. Lo más importante es saber si tú estás bien.
YiFan asintió y lo abrazó fuertemente. Mientras se mantenían así por un momento, Tao comenzó a hablar.
— ¿Te acuerdas que dije que si me rechazabas me iría a explorar el mundo?
Kris asintió.
—De todas maneras quiero viajar… —Kris se separó para verlo a los ojos — y quiero que vayas conmigo.
— ¿Y tú trabajo? Pensé que irías a trabajar a la compañía de Archibald.
—Lo haré, pero será hasta el próximo año porque quería tener vacaciones contigo —hizo un puchero.
Kris sonrió y deshizo el puchero con un beso.
—Trato. Después de todo, me merezco unas vacaciones por todo el trabajo que he estado haciendo.
Se alejaron de ahí, uno con una mano agarrando la cintura del otro.
— ¿A dónde iremos primero? —preguntó Tao.
—No importa, con que pueda tener todo de ti —lo soltó y lo miró lujuriosamente.
Tao se acercó y lo atrajo hasta que sus rostros quedaron a centímetros de tocarse.
— ¿No te han dicho que te ves muy sexy con ese traje?
—Eres la primera persona.
—Mi cuarto está más cerca —le susurró Tao al oído, y ambos caminaron a prisa, casi corriendo, rumbo al cuarto de Tao.