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The way an assassin loves por Loredechoishawotic

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Notas del capitulo:

Hola a Todos. 

Les dejo el capítulo 6 que tal vez les abra el apetito XD 

Espero que lo disfruten :) 

Capitulo 6

El aroma de  la mantequilla derretida, de la vainilla fresca y, un poco, de la harina de Hot Cakes tomando forma en el sartén, le hacían agua la boca al pelirrosa. Había estado observando al odioso de su maestro, ir y venir de un lado a otro; escogiendo los ingredientes, primero oliéndolos para comprobar el estado en el que se encontraban; midiendo las cantidades exactas con utensilios de concina, que ni siquiera sabía que existían; y por último, haciendo  la mezcla más gustosa para su sentido del olfato. Debía admitir que Sehun sabía cocinar muy bien.

 

La primera prueba que tenía que pasar era: Enamorar el paladar de una persona.

 

—Cómo se supone que esto me hará mejor asesino y modelo —preguntó curioso Luhan, mientras probaba las fresas del frutero.

 

—Porque como asesino, tu trabajo puede verse involucrado en diferentes áreas. Por ejemplo, si planeas envenenar a un multimillonario de Gangnam, no puedes sólo esperar hacerle un pan tostado envenenado y que se lo coma.

 

— ¿Entonces…?

 

—Te vuelves especialista en la cocina —el peligris hizo una “o” con los dos primeros dedos de su mano —. Por supuesto, también tienes que tener creatividad para decorar un platillo; la estética es muy importante. Así es como podrás completar tu objetivo.

 

Luhan pareció repasar mentalmente todo el argumento; hasta que por fin quedo convencido. El engreído de Sehun tenía toda la razón. Tal vez estaba totalmente preparado para ser modelo, pero no para ser asesino porque aún le quedaban algunos detalles que arreglar. Lo único malo de su nuevo entrenamiento era Oh Sehun, pero claro está, que nada es como uno quiere.

 

Un poco más relajado, el pelirosa vio dos platos de Hot Cakes esponjosos, siendo decorados con total cuidado.

 

—Y… —volvió a decir Luhan — ¿es necesario que haga panques calientes para envenenar a alguien?

 

Sehun negó con la cabeza.

 

—Todo esto es para desayunar —una sonrisa resplandeciente adornó el inanimado rostro del modelo —. Son las diez de la mañana y tengo hambre; toma asiento Lu—ofreció un Lugar al lado de él, en aquella cocina inmensa, prestada por el mismísimo Kris.

 

—Es Luhan.

 

—Como digas c-ciervito —pronunció Sehun, mientras se llenaba la boca con un trozo enorme de su desayuno.

 

—No se supone, que  nosotros también debemos tener “modales” —comió un bocado de sus panqueques.

 

—Una persona con “modales” como nosotros —con el tenedor que sostenía, los señaló a ambos—, que llevemos un pijama de balones de fútbol en una cita con una supermodelo, no sería lo más conveniente.

 

Luhan rodó los ojos y luego miró a otro lado; la vergüenza le estaba subiendo hasta la cara que empezaba a sentir el calor.

 

— ¿Algo más que quieras añadir? —vociferó Luhan.

 

—Deberías teñirte de nuevo el cabello, ya te dije; me gustaba el naranja.

 

—Lo tomaré como una cosa que no debo de hacer.

 

— ¿Por qué?

 

—Porque eres tú —señaló al atragantado de su maestro.

 

—Y si en pleno combate, caigo herido ¿Qué harías?

 

—Me gustaría dejarte, pero debido a que no puedo hacer eso, dejaría que tu regreso al cuartel fuera bastante doloroso.

 

—Uh. Despiadado, eh —Los ojos de Sehun recorrieron el cuerpo entero del pelirrosa.

 

Otra vez, Luhan sentía la presión de ser observado; eso simplemente no le gustaba. Decidió cambiar de tema antes de que el peligris se lo comiera vivo.

 

—Qué tengo que cocinar para obtener tu aprobación.

 

—De todo un poco, supongo. Lo que más le gusta a los ricos son los postres, lo sé por experiencia —dijo orgulloso —. Prepara lo que mejor sepas hacer y sorpréndeme.

 

Así se dio por terminado el desayuno. Las siguientes horas, la cocina fue ocupada por un pelirrosa que aunque no era un chef, sabía defenderse. No por nada había visto el canal de cocina todas las noches, cuando su madre llegaba de trabajar.

 

—Listo —anunció Luhan, después de dos horas de cocinar.

 

Sehun, que se encontraba en una mesa más alejada de la estufa, se acercó para ver el suculento platillo. Agarró un tenedor que se encontraba al lado de la tarta que estaba al lado de él, y probó un pedazo.

 

—Tienes un seis.

 

Luhan abrió sus ojos tan grandes; obviamente no  podía creer que su platillo estrella fuera degradado de nivel.

 

— ¿Por qué? —replicó el pequeño ciervo, haciendo un puchero sin llegar a darse cuenta.

 

Sehun se acercó hasta él, e  inclinó su cara hasta la altura de Luhan.

 

—El sabor es bueno, pero nadie puede esperar dos horas para comer un postre. Tienes cero en el tiempo de preparación —sentenció —. La estética es importante, hiciste tu mayor esfuerzo, pero no fue suficiente. Estoy siendo generoso al regalarte el seis— dijo, para luego comer otro pedazo de la tarta.

 

—Me estás reprobando porque quieres que pase todo el tiempo contigo —casi grita Luhan. Hace unas horas, Sehun no le había parecido tan malo, pero estaba a tiempo de regresar a su juicio anterior acerca del peligris.

 

—Tal vez, te estás sugestionando. Convénceme de nuevo o jamás podrás tener mi aprobación.

 

El pelirrosa empezó a apretar su mandíbula con tanta fuerza que se hubiera podido romper un diente. Jamás se había sentido tan enojado desde que su padrastro lo había lastimado. Pero no podía dejarse llevarse por su enfado; tenía que aprender a controlarlo.

 

—Daré lo mejor de mí –dijo y se volvió a poner su delantal.

 

De nuevo, las siguientes horas la cocina volvió a ser ocupada. Poco a poco,  lo que había empezado con ser una masa homogénea de harina, fue tomando la forma de un pastel. Ya en la parte final el ciervo tuvo que hacer el mayor de sus esfuerzos para lograr una decoración bastante decente.

 

— ¿Y bien? —preguntó cuando por fin hubo terminado su trabajo.

 

Sehun asintió con la cabeza.

 

— ¿Aprobé?

 

—Pongámoslo así —Luhan cerró sus ojos. Estaba aliviado y a la vez cansado. Cuando los abrió vio a los de su maestro cerca de los suyos; y esta vez no le dieron miedo, no estaban llenos de peligro en ellos.

 

—Ve a descansar —susurró Sehun.

 

— ¿Era necesario susurrar?

 

—No, pero es divertido —Sonrió el modelo, mientras su pulgar agarraba un poco de harina y le dejaba una marca de ella en la nariz del pelirrosa.

 

A Luhan se le escapó una sonrisa, pero la disimuló rápido, porque definitivamente Sehun no estaba causando nada en él. Agarró sus cosas y se dirigió hacia la puerta.

 

— ¿Fue tan malo? —le preguntó Sehun mientras se alejaba.

 

Luhan sólo siguió caminando, no se detuvo hasta que entró en su habitación. Estaba confundido; en un segundo el maleducado de Sehun lo había hecho sentir tan enfadado, que no habría alguien a quien no le hubiera gustado darle un buen puñetazo en la cara; pero en el siguiente segundo, estaba ahí sonriendo como sí nada, haciéndolo reír, mostrándose atento y maduro.

 

— ¿Piensas en algo? —lo interrumpió su compañero de cuarto.

 

—No, no es nada Mark —Se disculpó por obstruir la puerta y se preparó para irse a descansar un rato. Aún le quedaban unas horas de descanso para  la cena.

 

—Te ves cansado, ¿pasó algo? —su compañero de cuarto volvió a preguntar.

 

—Estuve todo el día cocinando —respondió simpáticamente. Era raro que su compañero de cuarto hablara tanto con él. Ya fuera porque él ya era un modelo todo hecho y derecho como Sehun. Y también porque se la pasaba todo el día en misiones.

 

— ¿Quieres que te de un masaje? Soy bueno en eso.

 

Luhan no lo pensó mucho, aceptó y Mark empezó a mover las manos sobre su cuello. Por un momento sintió la comodidad y la relajación apoderándose de él hasta que oyó la desagradable voz de su mentor.

 

—Vaya, qué cómodos se ven —exclamó el recién llegado del peligris, sentándose sobre el borde de la otra cama.

 

—Estábamos pasando un buen rato de compañeros de cuarto ¿No es así Luhan?

 

—Sí  —asintió Luhan. No podía decir otra cosa, puesto que no conocía demasiado a Mark.

 

—No sabía que ustedes dos fueran compañeros de cuarto. Lo comprobaré.

 

— ¿Y hacer que él sea el tuyo? Déjalo en paz Sehun. Creo que es suficiente que vea tu cara todos los días —Los ojos de Sehun se cerraron poco a poco, y empezó a caminar hacia Mark.

 

—Puedo hacerlo mejor —Quitó las manos de su enemigo y comenzó a masajear a Luhan, sin mucho éxito porque el ciervo lo alejó completamente.

 

—Creía escuchar que debía descansar. No puedo hacerlo contigo aquí —lo empujó hacia la salida.

 

—En la mañana, mientras te abrazaba y te veía dormir, no pensabas lo mismo.

 

Luhan volvió a sentir como su cara se ponía roja de la vergüenza, así que apresuró más el paso y,  antes de que cerrará la puerta, Sehun le dio un papel.

 

—Te veo en ese lugar a las ocho en punto; o serás castigado. Ponte ropa cómoda —Le guiñó el ojo, volvió a ver a Mark con la misma cara de neutralidad que llevaba todos los día y salió de ahí.

 

—Bastante engreído —dijo Mark y ambos rieron —. Adiós —se despidió el muchacho con cabello verde.

 

Luhan lo  despidió con su mano y se preparo para dormir.

 

Ya en la mañana, se despertó mucho antes de la hora indicaba, lo último que le faltaba era otro asalto a su cuarto por parte de Sehun. Se puso unos pantalones deportivos y una playera vieja que usaba cuando jugaba con su equipo de Baloncesto de la secundaria. Antes de salir fue al comedor para tomar, aunque fuera su favorito chocolate caliente.

 

—Hola Lu —lo saludó su viejo amigo Tao.

 

—Hola Tao —El pelirrosa se fijó en los no naturales y más exageradas ojeras —. ¿Debes estar muy cansado?

 

—Sí, estuve toda la noche revisando la agenda de mi jefe —hizo una mueca de dolor. Ambos se sentaron y comenzaron a beber su chocolate caliente, especialidad de la casa.

 

Luhan dio una mirada rápida a su reloj para ver si estaba en tiempo; faltaban quince minutos para la hora indicaba, así que podía relajarse un buen rato.

 

—¿Vas a ver a tu novio? —llamó la atención de Luhan —. El de la cafetería —hizo énfasis Tao.

 

—No, no es mi novio —El pelirrosa esbozó una ligera sonrisa acompañada de unas chapas en sus cachetes; para luego cambiar su rostro con repudió —. Tengo que ver a Sehun. Kris lo asignó como mi mentor por dos meses…

 

Los oídos de Tao ya no pudieron escuchar más allá de eso, sentía ganas de golear al maldito de su jefe, más aparte quería saber qué estaba tramando Sehun con Luhan. Sabía perfectamente que a Sehun le gustaba el pelirrosa y eso lo ponía furioso.

 

— ¿Van a estar juntos todo el día? —interrumpió Tao.

 

El ciervo asintió —: Es un engreído, pero tengo que estar todo el tiempo soportándolo, ayer tuve que pasarme todo el día en la cocina porque no le parecía nada de lo que hacía— el ciervo reprochó en solitario —. Ahora mismo tengo que reunirme con él en el salón de baile —se despidió y agarró el vaso con chocolate caliente.

 

—No creo que lo encuentres —se apresuró a decir el castaño—. Ayer tuvo una noche muy agotadora.

 

—Mejor para mí si cancela la clase por una misión.

 

—No fue una misión formal —El ciervo  alzó una ceja —. Es mi compañero de cuarto y a veces aprovechamos para… Ya sabes, estar unidos como más que amigos—mintió, pero sin duda no perdería a Sehun por eso.

 

El pelirrosa asintió y se fue de ahí. En su camino hacia el salón de baile, no pudo dejar de pensar en lo que su compañero le había revelado; Oh Sehun era cualquier  ladino que encontraba placentero hasta su mejor amigo. El miedo, el mejor amigo de Luhan, volvió a apoderarse de su cuerpo, él no quería estar cerca del peligris.

 

Al darse cuenta, ya estaba en medio de una pista de baile vacía. No había nada más que el silencio de las ocho de la mañana. Las luces del salón se encendieron y la voz de Sehun lo puso en alerta.

 

—Tienes diez en puntualidad —le giñó el ojo —. ¿Bailarías conmigo, Xi Luhan? —le extendió su mano derecha, mientras hacía una reverencia de noventa grados y su mano izquierda la ponía sobre su espalda.

 

Luhan la agarró con cierta inseguridad, flaqueando un poco cuando las manos del más alto lo rodearon por la cintura.

 

—Escogí una balada; son las más pedidas entre nuestros objetivos.

 

— ¿No hay otra canción que no involucre que la pareja se acerque demasiado?

 

— ¿Qué tipo de música, entonces? —le preguntó esperando por su respuesta.

 

El ciervo buscó en su memoria alguna buena canción que pudiera remplazar a la balada, pero nada se le ocurrió.

 

—Bueno, perdiste tu oportunidad. Ven —lo volvió a agarrar por la cintura, y comenzaron a dar vueltas por el salón; de vez en cuando la mano de Sehun viajaba un poco más allá de la cintura del pelirrosa, haciendo que éste lo obligará a parar.

 

La práctica duro aproximadamente dos horas; en las que otros tipos de movimientos fueron probados.

 

—Tengo que ir a mis prácticas —se excusó Luhan, pero aún sin ser soltado por el más alto —. Sehun… —reprochó mientras le quitaba sus manos de encima, hasta que por fin éstas cedieron.

 

—Te veo mañana. Aún tienes que practicar tus habilidades culinarias.

 

El ciervo asintió y salió a toda prisa, como un rayo. Al llegar a su habitación, comprobó que nadie estuviera ahí, checó en todos los rincones en donde fuera posible que alguien escondiera una cámara y afortunadamente no encontró rastro de alguna. Cerró su cuarto con llave y se metió con todo y ropa en la regadera, sentándose sobre las baldosas del baño. Con sumo cuidado lavó su cuerpo; tratando de no dejar rastro ni del perfume de toda la gente que se le había acercado ese día, y en especial hombres con cabello gris. 

 

Notas finales:

¿Será amor o sólo atracción? <3

Espero poder actualizar la otra semana, pero tengo muchas cosas que hacer, así que pido su comprensión. Gracias 


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