Capítulo 2
Luhan seguía con una mano en el pecho contando sus desdichas, haciéndose la víctima de los acosos del joven Oh.
Siempre había tenido acosadores, incluso hubo aquellos que se habían infiltrado a su cuarto, con tal de poner cámaras en lugares como el baño, la cocina, la sala, su cuarto y su armario –porque sí, su armario era un cuarto pequeño, pero lo era—. No era un fanático de la moda, pero no le gustaba ir desarreglado a cualquier lugar, lo normal suponía. Pero una vez que llegó a Corea, convirtió su guardarropa en una selva interminable de cosas y el causante de eso había sido Tao, su amigo desde entonces. Su primer amigo había sido Yixing o como él le decía “Xing Xing”, quién le dio la oportunidad de entrar a la SM. Por último y el más querido de forma sentimental era Minseok: piel nívea, ojos grandes y cafés, bonita sonrisa, cachetes esponjosos… simplemente era perfecto. Aunque no lo conocía desde hace mucho tiempo, apenas unos cuantos meses, sentía que lo conocía de toda la vida; además resultó que les gustaban las mismas cosas. No fue amor a primera vista, pero en tan poco tiempo se enamoró casi “secretamente” de él.
Y justo en ese momento y como de costumbre de todos los fines de semana, Luhan estaba sentado esperando por café. Especialmente prefería el chocolate caliente antes que el café, pero no importaba si estaba preparado por la persona que le gustaba.
Vio que Minseok se acercaba con dos capuchinos y sonrió sin necesidad de esconderlo.
— ¿Cómo te fue? –preguntó el alegre castaño.
—Un poco mal, Hyung, pero nada importante—. No si estás conmigo, pensó.
—Déjame adivinar, ¿otra vez te molestó ese tal Sehun?
—Sí – bajó su cabeza haciendo un puchero y sorbiendo de su bebida caliente, que casi le ocasiona una quemadura en los labios si no hubiera retirado su boca del vaso; afortunadamente no pasó, pero se ganó una burla del mayor.
Sí… la persona que más le molestaba durante su trabajo era “Oh Sehun, galán inmortal que con una mirada, tus ojos se nublan y parece que estás flotando” Eso le dijo Tao, la primera vez que se enteró de él. Pero para Luhan era simplemente un creído; cara bonita y definida, no podía negarlo, mirada penetrante como la de un monstruo salvaje, buen cuerpo para presumir y acosador de primera; eso fue lo que vio desde el primer día que lo conoció, o ¿fue después? Bueno, los detalles estaban de menos, el hecho es que era como todo los hombres que había conocido; siempre querían andar follándose a un chico lindo y descaradamente lo botaban como un dulce, que después de saborearlo un par de veces, pierde el sabor que te había endulzado la boca. Definitivamente odiaba a esa clase de personas, eran los peores monstruos del universo. Sus manos comenzaron a temblar al recordar tales escenas, pero Minseok le interrumpió los malos recuerdos:
—Creo que te gusta —¿Eso había sido su conciencia? No, había provenido de la hermosa voz que le encantaba; sintió un dolor en su pecho y observó como Minseok le guiñaba el ojo. Esa acción no lo puso feliz, más bien, lo entristeció: Sabes que tú me gustas, le decía mentalmente a Minseok.
El ciervo negó con la cabeza y sorbió de su humeante café.
—Sabes yo también creía eso. Odié a esa persona por mucho tiempo, y solo un día ocurrió –Y aquí iba de nuevo el Baozi destruye sueños con novio.
Luhan era alocado en ciertos aspectos, o tal vez sólo eran sus nervios. Minseok sabía muy bien que su amigo estaba enamorado de él, pero desde el primer momento había dejando en claro que ya estaba con otra persona.
Ilusión.
Eso era lo que no debía de hacer, enamorarse de una persona que pertenece emocionalmente a otra, pero ya era demasiado tarde.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el tono de su celular:
—Diga —contestó el teléfono sin poner atención en el número de la pantalla.
—Hola Lu —Ese era el nombre de cariño por el que Tao, Minseok y Lay solían decirle—. No te quería molestar este fin de semana, pero hoy, hace un rato fue la reunión de directores… —sonaba nervioso—, y ya tienen la fecha de tu debut como modelo.
Luhan asintió con un simple “Gracias Xing” que definitivamente denotaba emoción. En su lugar fue a abrazar al chico castaño que se encontraba haciendo un americano.
Minseok iba a agregar algo pero no pudo cuando Luhan empezó a gritar —¡Minnie, me van a dar la fecha de mi debut!
—Felicidades Lu, te lo mereces. Y… —Luhan le dirigió la mirada.
—¿Y?
—¿Y qué haces aquí? ¡Ve a la compañía para checar!
—Lo haré —dejó la brutal fuerza con la que sujetaba al Baozi y antes de salir chocó con otro amigo que tenía, y como buen “artista por debutar” le contó la buenas nuevas.
—Felicidades Hyun –lo felicitó el chico alto de cabello rubio.
—Bueno me voy Chanyeol —se despidió el ciervo, dirigiéndose a toda prisa hacía su compañía.
En la cafetería el Chico rubio, y conocido de Luhan y del Baozi, se acerco a éste último y lo saludó como de costumbre; como el vecino de al lado que era.
—Creo que su felicidad es más reluciente que la mía –dijo el rubio sentándose en la barra.
—No te rindas tan fácilmente –dijo Minseok, sin perder la concentración al hacer una figura de soles sobre un café con leche que recién le habían pedido. Y cambiando de tema, y sin apartar sus ojos de la taza de café le preguntó a Chanyeol un poco sobre el asunto con el que le había ayudado unos meses atrás: —Entonces, ¿te aceptaron?
—Aún no lo sé, pero no puedo permitirme fallar. Siento que si pierdo esta oportunidad de entrar a la compañía, perderé mi oportunidad de encontrar la felicidad.
El Barista asintió, pero hizo una pequeña observación —: Sólo ten cuidado, pueden pasar muchas cosas.
———
Zhang Yixing empresario exitoso, buen hijo, excelencia de universidad. Hermosos ojos, 1.77 de estatura. 60 kg. No solamente, el asesino del amor Oh Sehun era un acosador, su amigo Wu, estaba obsesionado con el vicepresidente. La empresa encargada de formar artistas de alto nivel que serían reconocidos mundialmente, a diferencia de muchas agencias de música, en su interior resguardaba un secreto; sus artistas jugaban una doble vida, eran agentes del gobierno. No eran los únicos, existían muchos otros, como su principal rival: La compañía Luxury, que era dueña de cadenas de hoteles, restaurantes caros, clubes de verano, etc. Su meta era hacerse cargo de los peces gordos, al igual que ellos. Su rivalidad era tanta que nadie pensaría que en “secreto” dos personas rompían las leyes establecidas por ambas compañías.
Todo eso lo sabía perfectamente el accionista más grande de China, Wu Yi Fan, el príncipe de los negocios, y por agregar, ex novio de YiXing.
Su misión como principal poseedor de las acciones de la SM era “conquistar al hijo de la presidenta”. Sin embargo, no sería un camino fácil, considerando que él la había cagado años atrás. Su ambición hacia el dinero y el poder lo hizo dejar de un lado a su novio de universidad, Lay. Y sin ser consciente de sus acciones lo lastimó y le gritó cuando no debió hacerlo. Lay no lo merecía, pero por el tiempo que había durado la relación decidió aguantar hasta que un día toda su paciencia se acabó.
Lo único mal de todo fue que Kris nunca superó el hecho de perderlo de la noche a la mañana. Y mucho menos se rindió cuando supo que Yixing ya tenía a alguien en su corazón; estaba dispuesto a sacar esa raíz de amor que había comenzado a crecer en el corazón de Lay. La explicación era sencilla: En la guerra y el amor todo se vale.
Guardó sus recuerdos dolorosos para el mismo y abrió la puerta de la sala de conferencias de directores, que era de cristal y donde de antemano había visto a Lay sentado al lado del asiento principal.
Antes de entrar vio venir a la presidenta, o más bien, vio a la bruja arrogante venir. Ella era Madame Byun: mujer de mediana edad, cabello largo y ondulado, fiel devota a las operaciones faciales y era abrumadora en todos los sentidos, egoísta de igual manera. Todos en la compañía estaban seguros que había hecho un pacto con el diablo con tal de conseguir ser la esposa del dueño de la SM, para luego apropiarse de pies a cabeza de la compañía.
“Definitivamente no había forma de que algún ser humano tuviera apreció hacia esa persona”
El rubio hizo una reverencia hacia la mujer y ella sólo asintió con la cabeza invitándolo a entrar.
La Sra. Byun y el Príncipe de los negocios Wu irrumpieron en la sala de conferencias. Como todos los encuentros inoportunos, la mirada de Lay se posó sobre Kris, a quien no veía desde hace algunos meses. Se habían visto infinitas veces antes que esta, pero ahora era diferente, Lay sabía que YiFan estaba enterado por medios clandestinos, acerca de su relación con el vicepresidente Suho de LUXURY. Era por eso que temía más que nada por su relación, y la aparición de Kris en ese momento no le dio un buen presentimiento.
La reunión transcurrió como estaba planeada, o al menos para Kris eso estaba pasando.
—Ahora –el tono de Madame Byun, inundó todo el espacio del salón -, con respecto a la selección de mi nuevo personal –Se aclaró la voz —. He decidido hacer un cambió en mi cuerpo administrativo, primero que nada y en la presencia de todos, me honra presentarles a mi mano derecha; Wu YiFan, el vicepresidente de esta empresa.
Todos los presentes se quedaron pálidos por la notica, pero en unos cuantos segundos recobraron su color, porque de hecho muy en el fondo sabían que eso pasaría. El que YiFan hubiera aceptado un trabajo tan estable como ese, en realidad, significaba que el príncipe de los negocios había decidió asentarse de una vez por todas y había escogido a la SM para hacerlo. Y como quien establece lugar, también debe encontrar pareja, los empleados también sabían que Yixing era la causa más importante de que Kris estuviera planeando quedarse en la compañía.
Kris se paró de su asiento e hizo reverencia hacia los presentes; con su voz diplomática dijo unas palabras de agradecimiento e intercambió lugar con el Vicepresidente de la SM, que acababa de ser desplazado de su lugar: Zhang Yixing, ahora quedando con el cargo de Wu, presidente de relaciones nacionales e internacionales.
El chico de cabello castaño con los ojos de unicornio perdido, bajó la cabeza hasta quedar totalmente deshecho; el lugar por el que tanto había luchado, le había sido arrebatado hacía unos segundos y Kris había sido el culpable.
—¡Basta! –sentenció la presidenta; ahogando los aplausos dirigidos a Wu YiFan—. Yixing —volteó para ver al mencionado y se paró de su asiento imponiendo su postura autoritaria —, sé que este cambio fue repentino, pero desde este momento Kris queda a cargo de todos los proyectos que se refieren a los artistas de esta empresa. Ahora bien, tu tarea no es ni mucho menos importante. Tú serás el encargado de las misiones que se lleven a cabo, y que deberán hacerlo con éxito…— paró por un momento para aclararse la voz— así que, no me decepcionen –miró a todos los presentes y en especial a su hijastro.
Madame Byun dio por terminada la reunión en el momento que salió de la sala, dejando a todos sus empleados con un trago amargo en la boca, debido a un cambio en su cuerpo administrativo. Se retiraron a sus respectivos trabajos, pero el príncipe de los negocios y el desplazado vicepresidente se quedaron en la mesa, mirándose intensamente por unos segundos. Kris con sus ojos cafés veía reflejada la furia de un Yixing que hasta el momento no había conocido. El chico que conocía, se había ido. Ya no había ese matiz de alegría y serenidad que Lay había sido afortunado de poseer en sus tiempos de universidad, tampoco estaba la actitud dulce y cortés. No, ya no había nada de eso.
—¿No piensas decir nada al respecto? –dijo Lay casi gritado —. Me acabas de robar mi trabajo y no dices nada — Con toda la severidad que pudo, azotó las palmas de sus manos contra el escritorio y se levantó echando humo por los oídos.
Kris seguía impasible, ante tal muestra de furia por parte de su acompañante. Sus ojos se desviaron a la pared de al lado y sin prestar a tención a las diferentes pinturas que adornaban la pared, respondió:
—¿Te acuerdas cuando solíamos hablar del futuro? Yo prometí muchas cosas que no pude cumplir en su tiempo. Cuando te fuiste, me di cuenta que era momento de cumplirlas; con el tiempo logré hacerlo. Logré cumplir mis promesas. Ahora es tiempo de que cumpla lo que te prometí Yixing —se levantó de su asiento, dejando su saco sobre la silla reclinable y se acercó a Lay con aires de peligro, advirtiendo al castaño y alejándose por voluntad propia —. Yo te prometo que voy a volverte a enamorar. Prometo que seré tu favorito en todo; es más si lo quieres puedo ser tu asesino favorito –el rubio trató de acariciar la mejilla de Lay, obteniendo un empujón por respuesta.
—¡No juegues conmigo! –gritó. –Ya lo hiciste una vez, no lo volveré a permitir, porque en este momento tengo a alguien, que ocupa el lugar que tú dejaste vació –Enojado el castaño, salió de la habitación rechinando los dientes.
Yixing recorrió todo el pasillo hasta su oficina y una vez ahí, se deshizo de ese sentimiento tan desagradable dejándose caer sobre su sofá, agarró un cojín y lo estrujó lo más que pudo. Sus emociones lo acorralaban contra la pared dejándolo sin escapatoria; pero en vez de llorar, recurrió al único método efectivo que sabía que funcionaría sin importar qué; y eso era su novio. Sacó el celular del bolsillo de su pantalón, y estaba más que dispuesto a marcar el número de Suho, pero no lo hizo. Su novio era una persona muy ocupada, siendo el vicepresidente de la compañía rival; tenía que cuidar de su hermano y de administrar el Club LUXURY. Tal vez le hablaría otro día. Con su pulgar, supervisó de arriba a abajo su lista de contactos, encontrándose con el número de Luhan. Marcó su número y esperó en la línea.
—Hola Lu –Espero a qué el chico le respondiera y continuó–, no te quería molestar este fin de semana, pero hoy, hace un rato fue la reunión de directores… —Dudó por un momento debido a que aún no sabía si él seguía siendo el encargado de la formación de Luhan. Aún así no se daría por vencido, debía cumplir las palabras que iba a decir— y ya tienen la fecha de tu debut como modelo.
Y detrás de la bocina, se escuchó “Gracias Xing”, dando por terminada su llamada. En ese momento el castaño se sentía culpable por haber dicho una verdad a medias, que ya no dependía directamente de él. Sin embargo estaba dispuesto a abogar por su amigo.
Al cabo de unos veinte minutos Luhan llegó. Con una resplandeciente sonrisa blanca, se sentó al lado de Yixing.
—Y bien Xing, ¿Cuándo empiezo? –el ciervo preguntó emocionado.
—Bueno Lu, yo…eso... —El castaño no sabía cómo justificarse, abrió la boca para tomar una bocanada de aire y en ese instante el sonido de la puerta abriéndose los interrumpió. Una cabellera rubia se asomó por la rendija y dejó entrever su hermoso rostro; el príncipe de los negocios entró y cerró la puerta a sus espaldas. Tanto el pelirosa como el vicepresidente quedaron desconcertados ante la presencia de Kris.
—Luhan, ¡qué suerte! Justo a ti te estaba buscando –dijo el rubio mientras buscaba entre los papeles que llevaba en la mano izquierda. Se detuvo en una parte y le entregó una hoja al pelirosa —. Como sabes, ahora soy el nuevo vicepresidente y la mano derecha de esta organización; es por eso que, he cambiado un poco los planes que Lay tenía para ti.
Luhan asintió sin entender nada y miró directamente el contenido del documento que le había sido entregado. Rápidamente buscó los puntos más importantes y se detuvo en la parte con letras negritas:
Xi Luhan… deberá ser puesto a prueba por 2 meses, antes de su debut; con el motivo de una mejor preparación. A partir de 3 días después de la entrega de este documento, el nombrado deberá presentarse con su entrenador, que será asignado por el vicepresidente en turno: Wu YiFan.
—Pensé que estaba listó –dijo en voz baja pero audible; totalmente decepcionado por la repentina noticia.
—Son órdenes directas que la misma presidente ya aprobó –. El pelirosa asintió con la cabeza.
—Entiendo, pero ¿por qué necesito más preparación? He estado entrenando desde hace dos años y tengo excelentes calificaciones en todos los aspectos que se requieren para el trabajo.
—No creo que conozcas tan bien el negoció como tu entrenador, él ha hecho muchísimas misiones y su probabilidad de errores sigue en cero.
— ¿Y quién es esa persona? –Luhan preguntó curioso.
Kris sonrió con picardía, lo que Lay reconoció al momento mirando con lástima a Luhan.
—OH SEHUN —respondió el rubio.