CAPITULO 9
Kirishima se encontraba hace una hora dando vueltas a las afueras de los baños cuando una mano se posó en su hombro, inmediatamente reacciono y se alejó de ella, entonces la voz del dueño de la mano lo detuvo.
-¿Qué demonios haces?-
-nada que te incumba, ¿no te habías ido?-
-sabes, tengo más cosas que hacer aquí a parte de molestar a Takafumi, de todas maneras, ¿Por qué estás aquí? ¿No deberías estar con Takano?-
-he no… solo quería pensar-
-vaya… piensas, ¿sobre qué?- el castaño frunció el seño para luego poner una cara de afligido y comenzar a hablar con desconfianza.
-tú… ¿crees que mi Yokozawa me haya escogido solo por mi apariencia?- la azabache al escuchar la confesión del oji-miel sonrió.
-“¿y donde quedo el osito?” pfff realmente no lo creo, él no es esa clase de persona, desde pequeño a pesar de siempre andar con el ceño fruncido era muy amable y de buen corazón, por eso me prometí protegerlo dentro de lo que pudiera hacer, ¿tú sientes que el solo te quiere por tu físico? El físico atrae, pero ni yo aguantaría a un idiota tanto tiempo si no lo amara…-
-e-enserio… -“es una buena persona…, espera”- ¡¿Cómo que idiota?!-
-bien adiós-
-e-espera- “que carajos, ¿A dónde fue? Su nombre era… Hikari, je luz” Kirishima luego de aclarar sus pensamientos se dirigió a la pastelería, estaba a punto de gritar el nombre de su pareja cuando se dio cuenta de la inexistencia de ella, no se hallaban ni las niñas ni él, ni siquiera el bastardo de Takano estaba presente- mierda…-
Recorrió los locales más cercanos intentando encontrarlos sin ningún hallazgo, hasta que recordó que el oji-azul le había comentado la noche anterior el recorrido que haría con las niñas por el centro comercial, sonrió al recordar lo confiado que se veía respecto a los gustos de las jóvenes, realmente era como una madre con sus hijas. Se dirigió lentamente a una tienda de ropa, estaba seguro que esta era la que había nombrado, se adentro sigilosamente hasta que pudo distinguir un mechón azabache con uno castaño dando vueltas, definitivamente ese mechón era el que buscaba.
-¡Taka-chan! ¿Qué tal este?- la niña llevaba un vestido a la altura de las rodillas de color rosa pálido, con un pequeño listón rojo a la altura de la cintura que hacia juego con su pelo.
-te vez igual de fea que siempr…- el castaño oscuro no pudo terminar de hablar cuando recibió un codazo de parte de Yokozawa, que a parte le envió una mirada de advertencia- ¿qué? ¡¿yo que hic…-
-¡cállate Masamune!-=tono ultratumba=- creo que te queda estupendo, pero te verías mejor si te sacaras el pelo de la cara, seguramente tus ojos te darían una mejor opinión- =sonriéndole a la niña=
-oki- la pelirroja inmediatamente saco una liga y se ató el cabello en una perfecta cola alta, para luego darse vuelta y mirar al espejo- ¿Qué tal ahora?-
-perfecta, ¡Hiyo! ¿Terminaste?-
-sip, onii-chan- la pequeña castaña había escogido un vestido color damasco claro con pequeñas flores bordadas de un color más pálido, a diferencia del anterior este no tenía cinta, pero se complementaba con dos bolsillos pequeños en la parte de adelante.
-y bien, ¿te gusta?-
-sip, ¡este me encanta¡- al escuchar a la pequeña Takafumi y Takano dieron un suspiro de alivio, llevaban un buen rato esperando a que las dos niñas se decidieran por algo, pero cada vez que una escogía la otra quería seguir husmeando.
-bien, vamos a pagarlo- el azabache estaba a punto de llegar a la caja, cuando un peso extra en su espalda lo hizo detenerse- Kirishima, bájate ahora mismo…-
-vaya… ni si quiera hice ruido, ¿Cómo supiste que era yo?...- en respuesta el oji-azul solo tuvo un pequeño estremecimiento, el cual el castaño aprovecho para acercársele a su oreja, susurrarle unas palabras y morderle la misma.
-¡cállate!- Yokozawa con la cara completamente roja pago rápidamente y salió huyendo con las niñas corriendo detrás del- “o es que estas tan acostumbrado a que este encima de ti que hasta distingues mi peso…, osito eres un verdadero pervertido”- ese estúpido, hacer algo así en público…- la pelirroja y la castaña rieron en silencio al escuchar lo dicho mientras seguían a su *mamá* lo más rápido que podían.
EN ALGUNA TIENDA
-si, llevare ese en tamaño grande, aunque el conejito no está mal…, creo que comprare los dos, ¡ese de ahí también! El gatito me encanta…-
-¿tú crees que dejara que se los pongas? Es orgulloso…-
-nee sé que por mí lo hará, ahora vamos, creo que vi unos juguetes muy interesante en la tienda contigua…- dijo el castaño mientras salía de la tienda con sus compras, seguido de cerca por el jefe de las doncellas que llevaba una que otra bolsa. Luego de recorrer una serie de tiendas reconocidas y de renombre los castaños siguieron curioseando, hasta que Takano intento sacar un tema de conversación.
-Kirishima, no es por nada… pero, ¿Dónde rayos piensas dejar eso? Tienes una hija, ¿Qué harías si encuentra tu *cosas*?- el castaño mayor se detuvo en seco y se giro con una sonrisa.
-lo mismo que harías tú si los encontrara tu hermana-
-mentir…-
-excelente respuesta pequeño padawan, ahora sigamos antes de que mi osito se vaya del centro comercial-
-“¡YA SE!” jump ¿y si el que los encuentra es Yokozawa?- una leve risa se pudo escuchar de los finos labios del oji-miel.
-entonces…, simplemente tendré que enseñarle cómo funcionan- ambos semes comenzaron a sonreír perversamente en medio del pasillo del mall.
MIENTRAS TANTO
Un pequeño temblor casi imperceptible se apodero del cuerpo de un azabache que se detuvo completamente alertando a las niñas que lo acompañaban.
-onii-chan ¿sucede algo?-
-no…, solo tuve un mal presentimiento, continuemos- “habrá sucedido algo con esos dos…, no creo que sean un buen duo…”
-ricchan, ¿te encuentras bien?-
-¡ah! Si, solo sentí un leve escalofrió…-“que carajos fue eso”
-ya veo, ¿crees que sea algo grave? Si no podemos volver-
-no te preocupes, sigamos comprando, esperaste mucho para poder juntarnos-
-bien, cualquier cosa me avisas-
-“sinceramente An-chan, no creo que pueda decirte lo que estoy pensando” claro, yo te digo-
EN OTRO LUGAR
-sabes, siempre lo he pensado, creo que deberíamos recibir más crédito, siempre hacemos todo el trabajo duro…-
-¿tú también lo piensas? A parte siempre nos tachan de violadores, ¿es que nadie nos entiende?-
-te encuentro toda la razón, ¿es que no saben lo difícil que es conseguir un uke hoy en día?-
-la gente de hoy no piensa en nada más que ella misma…, en fin para eso estamos los semes, para apoyarnos los unos a los otros- mientras los dos castaños gritaban la gente alrededor de ellos los observaban con ojo critico.
-¿de que están hablando los hombres de allá?-
-no se, seguro les afecto el calor-