Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tras mi verdadero amor por Shuneii

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

N/A: ~Puede notarse una figura humana detrás de los arbustos~ ¿Hola? ¿Es seguro salir? Hola!!!! ~Sale usando un traje de protección~ Los saludo con un nuevo capítulo. Pues, como había dicho la verdadera trama recién comienza y los protagonistas buscarán su verdadero amor entre los numerosos giros que el destino ha dado. Camus vuelve a su tierra natal y pues, Milo, pobre bichito… Así mismo quería decir que estaré actualizando más fanfics ahora que inspiración-chan ha venido de visita; espero sea por largo, largo tiempo.

Ya sin más que decir y hacerlos perder su tiempo, espero disfruten de estos párrafos. C;

 

POV Milo

     “Querido Milo: 

¿Qué tal haz amanecido mi lindo bichito? Espero, de todo corazón, que tu cumpleaños haya sido todo lo que desearas. Por mi parte, puedo decir que ayer fue el mejor día de mi vida. Gracias por eso, no sabes cuánto te amo. Desde el día que te vi, aunque no me gustara admitirlo, mi corazón ya te había escogido.

     Eres inolvidable, ¿ya te lo había dicho? Podría estar al otro lado del mundo que seguirás permaneciendo en mis recuerdos. Estoy seguro que mi mente, mi corazón y mi cuerpo se aferrarán a ellos para seguir viviendo.

Sé que soy egoísta al no habértelo dicho antes. Gané una beca para estudiar en Francia y he aceptado ir. No había querido decirlo porque sabía que tendría que despedirme lo cual hubiera sido duro para ambos.

     Espero de todo corazón que el destino sea favorable para ti luego de mi partida. No quiero que estés triste por esto durante los dos años que estaré lejos.
     Volveremos a vernos algún día no muy lejano. Te amo, no dudes de ello.
      Tu Camie.”

 

     El día escolar recién inicia. Las cosas no han cambiado mucho a como eran el año pasado; nuevo instituto, nuevos cursos, nuevos compañeros. Ni pensar que los maestros solían decir “prepárense para el cambio”, a pesar de eso lo siento todo igual; salvo, la falta que Camus hace en mi vida. 

     Guardo la carta en mi cómoda. Ese es mi aliento para seguir con el día a día. Ya he perdido la cuenta de las veces que he leído ese trozo de papel, podría decir que he memorizado cada punto, coma, cada tilde… Aun así, el simple hecho de tenerlo en mis manos hace que recuerde a aquel chico que tanto amo.

     Miro el reloj despertador a mi lado, nuevamente me he despertado minutos antes. Lo cojo apagando la alarma, poniéndome de pie para prepararme, hoy tengo que llegar temprano para charlar con mis compañeros sobre el proyecto del semestre. Así que, tomo un baño rápido. Me visto con el uniforme, es realmente tedioso el usarlo. Al ser un instituto preparatorio para los que estudiarán derecho en la universidad, son muy estrictos con la etiqueta, no permitirían que algún alumno llegase con ropa casual. Demasiadas formalidades para mi gusto. Mi maletín se encuentra listo, esperando en la columna que forma el vano de la puerta de mi dormitorio. Me apresuro a tomarlo y salir rápido esperando que mi padre no se haya ido, tomar un taxi me resulta por más irritante, tan solo pensar en mi mala suerte al esperar a que uno de ellos se digne a parar ni hablar de esos altos costos y las charlas innecesarias con los chóferes. 

- Buen día cariño. Nuevamente te has despertado temprano. – Saluda mi madre desde la cocina.

- Buen día mamá. – Sonrío. – Ya sabes… Tengo algunos pendientes en el instituto. 

     Tras mirarme de reojo camina hacia mí, con su mirada puesta en mi cuello.

Aun no aprendes del todo. – Bromea arreglando mi corbata.

Gracias. – Respondo apenado. - ¿Aun no se ha ido papá?

Si corres aún lo alcanzas. Está abriendo el portón del garage.

     Le doy un rápido beso en su mejilla pero, me preocupo al ver su semblante serio.

Desayunaré al llegar. Lo prometo. – Guiño llevando mi mano a la altura de mi hombro a manera de juramento. Una acción que sella un pacto entre madre e hijo. 

     Tomo mi bolsa de almuerzo, y desayuno para luego, salir a pasos agigantados de casa, corriendo para llegar al auto antes de que mi padre termine de cerrar el portón por completo. Me introduzco en el asiento del copiloto, respirando profundo, que mala resistencia tengo. Todo por abandonar mi rutina de ejercicio.

¿Y eso? Estas algo desaliñado. – Ríe adentrándose al auto.

- Es mi nuevo estilo, ¿qué te parece? – Sigo su juego. – Necesito que hoy me lleves al instituto, tengo que llegar temprano por eso no tomo un taxi.

- Claro.

     Dicho eso pone en marcha el auto. Observo las fachadas de las casas mientras nos movemos. Nunca he sido muy conversador cuando estoy solamente con mi padre, aun así, no es un silencio que nos incomode. Es nuestra silenciosa convivencia padre-hijo.

     Luego de algunas calles, cruces en avenidas y algunos semáforos en rojo; llegamos al instituto, me despido de mi padre con un corto beso en la mejilla. Aquel parque donde ví a Camus por primera vez no adornaba el exterior como en mi antiguo instituto. El edificio del Instituto Masculino de Derecho, construido en base a las tendencias modernas me hacía recordar cada día que mi vida había cambiado, aunque no quisiera aceptarlo. Entro al edificio dirigiéndome directo a mi salón. Planta baja, Salón A, primer año del bachillerato estudiantes especiales. Al tener un buen promedio en la boleta de admisión pude ganar la fracción de una beca en este lugar tan admirado por mi padre y mi madre. 

     Al llegar al salón veo que nadie ha llegado. << ¿Me habré apresurado demasiado, por nada? >> Aprovecho para sacar mi móvil y realizar una llamada rápida.

- ¿Milo? – Se logra escuchar una voz por la bocina del aparato eléctrico.

- ¿Qué tal?

¿A qué se debe tanto formalismo? ¿¡Cómo has estado!? Bichejo. Hace más de una semana que no nos miramos. – La vívida voz de Aioria logra sacarme una sonrisa.

Sí, he estado algo ocupado con un proyecto. ¿Sabes algo?

Eres un interesado, ¿sabes? – Ríe.

- Bueno, no puedo hacer nada más que preguntarte si él no me escribe o me llama. Aun no entiendo porque contigo aun tiene contacto. ¿Acaso ya dejó de amarme? – Pregunto algo de lo cual no quiero escuchar una respuesta.

     Mi amigo se tarda un poco en contestar lo cual hace que trague grueso al pensar en lo peor. ¿Podría Camus haberme olvidado tan pronto? << No, eso no es posible. >>

Perdón, estaba bajando del auto. Aioros te manda saludos. Respondiendo a tu pregunta… - Respira hondo para proseguir. – Dudo que Camus haya dejado de sentir algo por ti. No hablamos mucho de eso pero, una vez me dijo que de hablar contigo desearía volver y eso es algo que no puede hacer. Aparte, hasta hace poco tuvo móvil de nuevo pues, en un arranque de desesperación hizo trizas el anterior.

- ¿Cuándo fue la última vez que hablaron? – Trato de sonar sereno.

Hace unos minutos. Dijo que tenía que contarme algo muy fuerte pero que sería luego porque había llegado a su destino; algo por el estilo.

Bueno, pues me temo que tendré que dejarte con la misma excusa, ya he llegado al instituto. Gracias amigo. – Cuelgo la llamada, sintiéndome algo culpable por mentirle a mi amigo. Simplemente siento envidia de que aun mantenga contacto con él.

     Me encuentro solo, en el salón azul. Frío, solitario, como yo. “Dudo que Camus haya dejado de sentir algo por ti”. Honestamente esas no eran las palabras que quería escuchar. Para nada. Mi corazón late rápidamente haciendo que la cabeza me duela con toda la sangre que llega a mi cerebro por la presión. Coloco mi frente sobre la fría madera de la mesa frente a mí, tratando de regular mi respiración, sin embargo, unos pasos que se aproximan con velocidad me alertan que mi meditación no durará mucho.

- ¡Hey Milo! – Saluda Andreé al llegar jadeante a la puerta del salón. – Te estamos esperando en la biblioteca. – Levanto un poco mi cabeza para verlo. – Los chicos me enviaron a buscarte. Tienes suerte, no te has perdido de nada pues estaban todos apreciando al chico nuevo. Al parecer es un estudiante del extranjero.

     No puedo explicar lo que siento en este momento. Un diminuto rayo de esperanzas ridículas e ilusiones efímeras brilla en una habitación donde la oscuridad había comenzado a gobernar. << Camus >>, pienso al ponerme de pie. “Dijo que tenía que contarme algo muy fuerte pero que sería luego porque había llegado a su destino”. ¿A qué destino podría referirse? La sonrisa en mi rostro no pasa desapercibida para mi compañero.

¿También te entusiasma la idea de un nuevo compañero? – Cuestiona alegre. – Al parecer es un estudiante prodigio que tuvo que mudarse de su país natal y fue transferido a nuestro instituto. Es un chico muy bello.

     Con cada una de sus palabras mi corazón creaba más ilusiones de que ese chico nuevo fuese mi Camie. 

     Llegamos a la biblioteca, donde un grupo de chicos rodeaba al estudiante transferido. Para nada había mentido Andreé. Su piel nívea, y tan suave que se puede percibir con la mirada. Ese cabello en tono carmesí. Realmente era bello.

Notas finales:

N/A: ¿Y? ¿Qué tal ha estado? Espero y les haya gustado el capítulo. Lamento si no ha sido tan largo pero, *se esconde tras su arbusto protector* amo dejar suspenso >o< 

Nos leemos la próxima y gracias por sus comentarios. Los quiero! C;

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).