POV Camus
El año estudiantil ha llegado a su fin, todos mis compañeros ya están en planes de inscripción para la Universidad. En cuanto a mí, he estado postergando ese tema. Realmente le agradezco mucho a la familia Kido el haberse ocupado de mí luego de la muerte de mi tía pero, no quiero hacer lo que sea su voluntad el resto de mi vida. Tengo la esperanza de poder cumplir los dieciocho años rápido y volver a Grecia; aunque eso signifique tomarme un año sabático de mis estudios. No es como si pensara dejar solo así la gran deuda moral << y económica, >> que tengo con el Sr. Kido y su familia, pero ellos deben comprender que no pueden forzarme a llevar mi vida por un camino que no deseo. Hasta el momento no he dicho nada y me he dedicado a ser el mejor. Primero de mi clase y graduado con honores. Aún así el casarme con alguien a quien no amo me parece un sacrificio al cual no me quiero someter. Quizá más adelante pueda pagarles lo que han hecho por mí pero, no de esta forma. No dejando de ser yo. No perdiendo lo que más amo.
Pienso todo detenidamente sentado en el asiento trasero del automóvil. Ha sido un cansado día en el hospital de uno de los socios del Sr. Kido.
- ¿Me estás escuchando, Camus? – El Sr. Kido termina de arreglar su corbata, sentado en el asiento del lado.
- Sí, sí. Claro... - Respondo despreocupadamente.
- Bueno, al parecer estás cansado. Tendré que repetir lo que venía comentándote... - Toma un largo respiro para comenzar de nuevo con lo que aparentemente no presté atención. – Sabes que la familia Kido es muy poderosa y que eso se ha logrado únicamente a base de esfuerzo. Mi padre, y el padre de mi padre fundieron los cimientos de este imperio y con duro trabajo de mi parte y de mis hijos hemos logrado expandir nuestras fronteras. En un principio éramos únicamente reconocidos como una de las mejores editoriales a nivel mundial. Pero, mis hijos se han encargado de abrirse camino en la industria de la salud y el entretenimiento. Es por eso que tú has estudiado medicina. Por lo que estaba pensando en enviarte a completar tus estudios universitarios a Japón, a la misma universidad a la que asistió mi hijo Defteros, quien es ahora un gran cardiólogo. Y, cuando vuelvas consumas tu matrimonio con mi hija.
Sus palabras me sacan de este mundo. << ¿Pero qué demonios está diciendo justo ahora? ¿Japón? >>
- Pero, eso es pensar muy a futuro. A penas acabas de graduarte, y estamos en medio de las vacaciones. Aún quedan un par de meses para que esos planes den inicio. Así que, de lo que quería hablarte era lo siguiente. – Me extiende un volante muy llamativo el cual hablaba de un concurso de bandas en busca de nuevos talentos. – Como puedes darte cuenta es un concurso organizado por nuestra disquera para atraer a más gente a que invierta en ella.
- Ya veo... - Sostengo el anuncio con ambas manos sin apartar mi vista de un punto que ha llamado demasiado mi atención.
- Aspros a organizado todo, desde el lugar donde se realizará el evento hasta la publicidad e invitaciones a nivel internacional.
<< Ya veo, Aspros se ha encargado de todo. Es más que claro lo que planea. >> Cuelvo a leer el lugar donde se realizará el concurso. Un conocido hotel en Grecia. Suspiro haciéndome una idea a lo que el Sr. Kido dirá a continuación. << Quizá Aspros lo convenció de que fuera su asistente durante ese día. >>
- Claro que no dejaremos que algún grupo de muchachitos con suerte se lleven el premio.
- ¿Premio? – Cuestiono aún en trance.
- Sí, la banda ganadora tendrá la oportunidad de grabar con nosotros. Normalmente las personas que graban con nosotros son personas ya reconocidas o bien, de una familia influyente. Por lo que no tendría demasiados méritos para la disquera el firmar con unos completos desconocidos.
- ¿Hmn? – Le veo con algo de desdén. Lo que dice es frívolo y discriminatorio para aquellos que no poseen las mismas posibilidades que él. – Pero, ¿estas personas no son quienes compran las obras de la disquera? Me refiero a que después de todo, son ellos la razón de esta industria. – Trato de no sonar grosero.
- Tienes razón, pero no es lo mismo ayudar a un don nadie a ser famoso, que lograr firmar un contrato con alguien que ya sea influyente y poder generar más ganancias. No solo hablo de los ingresos de las ventas de estos artistas potenciales, hablo de las posibles sociedades que pueden formarse con las familias de estas personas que ayudamos a ganar un mayor reconocimiento. ¿Entiendes? – Sonríe con aires de grandeza.
- Sí, entiendo. – Contesto a secas al sentirme incapaz de poder expresar mis verdaderos pensamientos. << Aun no Camus... Aguanta un poco más. >>
Un par de días pasaron desde aquella plática que aun da vueltas en mi mente. Pensando en escapatorias para evitar ir a Japón, decidí aceptar la propuesta del Sr. Kido. Aparte, sería una buena oportunidad para volver a ver a Milo antes de ser totalmente libre.
Tengo algo de tiempo antes del tan dichoso concurso para buscar los miembros para la banda que he de formar. Al Sr. Kido no le importa quienes sean, media vez yo sea el líder. Aunque, si por el fuese, preferiría que sean personas con "familias influyentes".
- ¡¿Táctica mercantil?! Lo siento Camus, pero yo no puedo llamarlo de otra forma que no sea "trampa". – Niega con ambas manos.
- Baja la voz Shura, tus gritos se escuchan hasta allá afuera. – Le reprocha Death quien recién entra por la puerta principal. – He traído algo de almuerzo para los cuatro del nuevo restaurante de comida rápida que abrió a una cuadra, en la esquina. ¿De qué hablaban? – Toma asiento al lado de Shura, en el sillón opuesto a mí y a Surt.
- Camus nos proponía algo interesante para hacer estas vacaciones. – Suelta sereno el de cabello rojizo-naranja.
- No puedes llamar a eso "algo interesante para hacer", mires por donde lo mires es una estafa, un mal juego. – Se cruza de brazos.
- Bueno, aun no entiendo lo que dicen así que si no te es mucha molestia, ¿podrías decirme de qué trata esa "propuesta"?
Le miro con algo de duda, pensando en qué tal lo tomaría. Hasta el momento la reacción de Surt ha sido tranquila. Por otro lado, Shura, sigue pensando que eso no es más una mala decisión, algo que traerá consecuencias a largo plazo. Y lo comprendo, después de todo podría considerarse como un delito. Aunque conociera a Death desde hace un tiempo ya, aún me causa un poco de temor su reacción al enterarse de qué va todo debido a su variable personalidad.
- Lo que ocurre es que... Veras, - Sin saber qué decirle al de mirada intimidante, le extiendo el volante que, días atrás, el Sr. Kido me había entregado a mí.
- ¿Concurso de bandas? ¿Quieres formar una banda o qué? - Dice luego de leer el anuncio.
Volteo a ver suplicante al chico a mi lado, pidiéndole algo de ayuda para poder explicarle al moreno de qué vael asunto.
- No es como si tuviera otra opción. – Toma la palabra el ojipúrpura mientras toma mi mano derecha, acariciando la parte superior de ella para tranquilizarme un poco.
- Sí, quiero formar una banda y necesito de ustedes para hacerlo.
- ¿Y qué hay de malo con eso? – Pregunta sin prestar mucha importancia, comenzando a repartir la comida que compró en el restaurante. – Me refiero a que me parece una idea genial para pasar el rato... ¿Y si llegásemos a ganar? ¡Sería mi salto a la fama! - Deja de realizar lo suyo para vernos como si algo se le hubiera perdido. – Digo, nuestro salto a la fama.
Death dice eso último con una chispa de entusiasmo causándole gracia a Surt. Por su parte, Shura me dedica una mirada que dice "dile el resto"; y solo puedo pensar en lo egoísta que esto me hace ser.
- No hay duda de que ganaremos. – Suelto al fin, mirando al suelo con completa vergüenza. - El concurso es un método para acrecentar los ingresos de la disquera, así como de realizar propaganda. Muchas bandas asistirán al evento pagando por inscribir su banda en un concurso, creyendo que esta es su oportunidad para dejar de ser unos completos desconocidos. Cientos de personas hablan de lo generosa que es la disquera por ser ellos quienes se preocupen en darles ayuda a los jóvenes en dar a conocer sus talentos, cuando la verdad no es así. Esto le trae a la disquera ganancias de la inscripción y, alianzas con otras compañias como patrocinadores.
El de cabello grisáceo me mira algo desconcertado llevándose una papa frita a su boca.
- Quien está a cargo de la disquera es el hijo de mi tutor legal, Aspros Kido. El Sr. Kido me pidió que formara una banda para poder participar. – Me detengo en mi explicación para ver si el chico ya había comprendido a dónde iba todo esto. Sin embargo, éste lamía sus dedos debido a los residuos de sal. Suspiro y continúo. – Este concurso ya está arreglado para que la banda que forme gane de entre todas las bandas inscritas. ¿Entiendes?
Toma uno de los vasos de soda en la pequeña mesa en la sala de estar; llevándoselo hacia sus labios, da un largo sorbo.
- ¿Y? ¿Qué tiene eso de malo? – Sonríe.
- ¡¿Qué qué tiene de malo dices?! – Shura le mira como si lo que acaba de decir fuera lo peor del mundo. – Es un delito, ¿sabes? Si la policía se entera de que el concurso estaba arreglado podríamos ir a la cárcel por ser cómplices de una estafa.
- Pero no se enterarán. – Le mira burlón.
- Además, - Interrumpo la pequeña pelea que han iniciado aquellos dos. – Hay algo que no les he dicho.
Veo a Shura y posteriormente a Surt para luego volver a dirigir mi mirada al suelo. Me da mucha vergüenza comentar lo de mi trato. Ellos ya saben uno que otro detalle pero, no me siento bien al hablar de ello.
– Yo, no hago esto porque me lo hayan pedido. Puede sonar egoísta de mi parte, pero realmente necesito su ayuda para escapar de mi situación y esta es mi única oportunidad. Ustedes saben de que el Sr. Kido quiere que me comprometa en matrimonio con su hija. Yo no quiero acabar así, con alguien que no amo. Pero tampoco quiero estar endeudado con él, después de que hiciera tanto por mi desde la muerte de mi tía. Es por eso... Que de esta forma, si vendemos muchos discos... O algo. Yo, yo... – Paro al sentir que un pequeño nudo se ha comenzado a formar en mi garganta. Pequeñas lágrimas comienzan a escaparse.
Siento una mano posarse en mi cabeza, acariciando mi cabello; dándome conforte como muchas veces antes. Alzo mi vista topándome con la serena sonrisa de Surt. Al ver a Shura y Death puedo notar que han entendido mis súplicas.
- Así que no hay nada qué se pueda hacer... - Suelta en un suspiro el de azabache. – Bueno, siempre y cuando lo que toquemos no sea tan "intenso". Creo que podría tocar el bajo, soy bueno en ello.
- A mí me gusta correr riesgos. – Dice Death sonriente mientras introduce otra papa frita a su boca. – Yo puedo tocar la batería. – Habla aún con comida en su boca causando una reacción desaprobatoria de parte de Shura, para luego tomar dos papas fritas más y simular que toca alguna clase de batería imaginaria con ellas. Eso nos causa un pequeño ataque de risa a los otros presentes.
- Camus, él día que Sinmone murió estuviste a mi lado dándome un apoyo incondicional. ¿Cómo podría no apoyarte en esto? – La mano de Surt pasa de mi cabello a limpiar las lágrimas en mi rostro. – No soy bueno en otra cosa que no sea la guitarra. – Ríe inclinando un poco su cabeza hacia el lado de una forma infantil. – Oh, y se me ocurre que Camus sea el cantante. Después de todo él tiene una voz muy hermosa. ¿Recuerdas cuando le cantabas a Sinmone en el hospital?
- Hmn. – Muevo mi cabeza afirmativamente.
Realmente me siento más tranquilo al contar con el apoyo de mis amigos. Dejamos la conversación hasta allí para poder almorzar tranquilamente entre risas y otras cosas. Y es así como nuestra banda, a la que decidimos llamar "HeartBreackers" nació. Aunque aun falta planear varios detalles como, las melodías, letras, vestuarios y demás; lo principal ya esta decidido, ya es un gran avance.
Han pasado unos cuantos días desde que la banda se formó, he estado practicando con los chicos en casa de Shura y Surt. Solo faltan un par de semanas para que el gran evento se realice.
Amanezco cansado luego de un día entero de práctica con la banda. Siento la calidez de los rayos del sol que entran a través de la gran ventana al costado de mi cama. Despierto con un sonoro bostezo limpiando un hilo de saliva que bajaba por mi mentón. Es sábado al medio día, el Sr. Kido se encuentra de viaje por el momento, así que no importa mucho si me he despertado tan tarde. La reunión de ayer con los chicos terminó con la decisión de la letra de nuestra tercer canción, solo nos falta decidir la melodía.
- ¡Huh! – Doy media vuelta en la cama para buscar mi bolso que se encuentra en el piso. Revolviendo el interior, en busca de mi móvil.
He estado tan emocionado y ocupado con todos los preparativos, entre la banda y la disquera, que olvidé llamar a Aioria para darle la noticia. Al fin nos veremos, después de tanto tiempo.
Logro encontrar el móvil, al fondo. Le desbloqueo y busco entre mis contactos el número de Aioria. Lo selecciono, tras unos segundos comienza a timbrar. Pocos segundos pasan hasta que el gato contesta.
- ¿Bueno?
- ¿Estás solo? – Cuestiono con temor a que Milo esté cerca y pueda oír. Quiero que sea una sorpresa para él.
- Espérame un momento. – Se aparta del móvil y puedo oír que habla con alguien al otro lado de la línea. – Sí, dime.
- Hola... - Le saludo algo incómodo, al parecer estaba con alguien. Mi corazón comienza a palpitar rápidamente al pensar que podría tratarse de Milo.
- ¡Hola Camus! – Saluda animado al estar, aparentemente, solo.
- Oye gato, ¿a que no adivinas? – Jugueteo con mi cabello.
- Mn... A ver, a ver... - Se queda en completo silencio por un rato. – Nop, no se me ocurre nada.
- Sí serás... - Río. – Viajaré a Grecia el mes que viene. Estoy muy ansioso por verlos, a ti y a Milo. ¿Crees que podamos ir a ver una película y luego ponernos al tanto de todo?
- ¡¿En serio?! ¡Espera a que Milo se entere! – Grita haciendo que aparte mi móvil un poco de mi pobre oído.
- No, espera... Mantenlo en secreto. Quiero que sea una sorpresa para él. – Digo aun con el móvil aun lejos.
- ¡Entendido! Verás que se va a alegrar mucho cuando te vea ya que él siempre habla de ti. Sigue igual de loco que antes. No puedo esperar a ver su reacción cuando te vuelva a ver. Ni yo mismo me puedo creer lo que dices.
Seguimos conversando un poco más hasta que Aioria dijo necesitar volver, al parecer tenía una cita con su novio. Luego de terminar la llamada, me quedé un rato más recostado en la cama, sonriendo de solo imaginar el tener a Milo nuevamente delante de mí << Él no me ha olvidado. >> Aún tengo mucho que hacer para poder ser libre y estar a su lado para siempre.