POV Milo
Aioria regreso luego de un rato, con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Finge no notar mi mirada fija y toma asiento junto a su pareja. Por un momento pensé en preguntar pero, ya no valía la pena. Tengo que aceptar que Camus se ha ido de mi vida. Después de todo, si durante todo este tiempo no quiso hablar conmigo he de suponer que no quiere ya nada más; nuestro capitulo ha concluido y uno nuevo dio comienzo en el libro de mi vida. Veo de reojo a mi ahora pareja quien come con sumo entusiasmo su postre. Si no estuviera pensando en Camus en este momento hubiera pensado que se ve muy tierno.
"I'm tired of being what you want me to be."
- Entonces, ya tenemos una canción. - Mi amigo felino toma asiento en el sofá tras la práctica. - Pero aun tenemos que pensar en otras dos. Claro, solo la tocaríamos de pasar la primera fase.
- Hay que ser positivos, cariño. - Su comprensivo novio le apoya moralmente.
- ¡Si! Estoy seguro de que pasaremos la primer y segunda eliminatoria. Y luego, ganaremos. Aioria es muy bueno, y ni hablar de Milo. - Dice eso último el rubio con un leve sonrojo.
El escribir nuestra primer canción fue algo complicado, todos teníamos ideas distintas. Pasamos dos días enteros tirando hojas con letras incompletas en el garage de Aioria. Hasta, que un día, Aphrodite nos propuso lo que sería el coro de la canción y lo demás vino en una lluvia de ideas a nuestras mentes, tanto el resto de la letra, como la melodía que la acompañaría.
- Bien, si estan tan confiados... Empecemos a crear nuestra segunda cancion.
Seguimos practicando por unos días mas. La segunda canción fue algo un tanto más difícil, ya que todas nuestras ideas habían sido plasmadas en la primera. Pero, lo difícil no es imposible. En esta ocasión, lo primero en lo que pensamos fue en la melodía. Las primeras notas de la canción fueron tarareadas por Shaka ese mismo día en el almuerzo previo al ensayo. La letra fueron solo las notas convertidas en palabras.
"Got me ten feet off the ground"
- Ya solo falta una semana, no creo que logremos escribir una tercera canción y perfeccionar las que ya tenemos. - Mi pareja se lleva el reverso del lápiz a sus labios, mirando al cielo falso. << ¿A dónde ha ido todo ese positivismo y buenas vibras de hace unos días atrás? >> Sonrío. - No tenía idea de lo complicado que es estar en una banda.
- Ni qué lo digas. - El castaño se une a la conversación acostado en el mismo sofá de antes, descansando su cabeza sobre el regazo del rubio.
- Yo creo que si lo lograrán. Son realmente buenos. Sin embargo, hoy ha sido un día largo y cansado. Creo que deberían ir a casa y descansar. Ya mañana pensaremos con más ánimos.
Los otros tres presentes concordamos con el chico de lacia y rubia cabellera. Así que Aphrodite y yo tomamos nuestras cosas para poder emprender el camino a nuestros hogares.
Nos despedimos de Shaka y Aioria, parece que el hindú se quedará en casa de su novio a pasar la noche. Aprovecho que Aphrodite se despide de la señora Lion para susurrarles un "no olviden usar condón" a ambos, robándole un sonrojo a quien creo es el pasivo en esa relación. No es como si no hablásemos de las relaciones de cada uno con mi mejor amigo, pero eso no es algo que se pregunta. << Realmente espero que él no crea que yo soy el pasivo en mi relación. >>
Como todos los días que nos juntamos a ensayar en casa de Aioria, al caer la noche, acompaño a Aphrodite hasta su casa. Nuestra relación, lo que sea que sea, se ha convertido más normal con el pasar de los días.
Caminamos bajo la noche estrellada, al lado del otro, sin tomarnos las manos. Le veo de reojo pensando en lo bello que es, sin embargo no hace latir mi corazón como alguna vez él lo hizo. Y así, me sumerjo en recuerdos. Lo recuerdo a él, y aunque su imagen esté tan viva en mi memoria, su voz ha comenzado a desaparecer en ella. Lo único que puedo recordar sobre su voz, es su calidez; una sombra de calidez semejante al tono de su cabello.
- Oye, - Llamo al chico a mi lado. - Recordé algo sobre el día que nos conocimos.
Mentira. Simplemente fue un detalle fugaz que vino a mi mientras pensaba en él.
- ¿En serio? ¿Qué cosa? - Sonríe.
- Es algo que desde hace tiempo he querido preguntar, ¿por qué teñiste tu cabello de rojo?
- Oh, era eso. - Su rostro va de alegría a desanimo. - Podría decirse que fue el comienzo de mi etapa de rebeldía. Un capricho. Me gustó mucho pero he decidido que cuando mi cabello crezca más cortaré estas puntas que aun sobran de ese color. - Toma su cabello mostrándome las puntas rojas en él. - Él es pelirrojo, ¿verdad? Shaka me lo comentó.
- Sabes que no me gusta hablar de él. - Tomo su mano para acercarlo más a mi. - Este tono te va perfectamente. Contrasta con tus hermosos ojos. - Tomo un mechón de su cabello, jugueteando con él. - Y no quiero que pienses que estoy contigo por que me recordaste a él en un principio. En serio me gustas. Digo, ¿a quién no?
Y así, bajo la luz de las estrellas en un cielo sin luna, uno mis labios con los del chico delante de mí. Mis manos abrazan su cintura como si no existiese nada más en este preciso momento. He decidido empezar una nueva historia. Este chico me quiere y no puedo destrozar su corazón como alguien lo hizo alguna vez conmigo.
Nuevamente en el garage de mi amigo, les muestro mi libreta donde la noche anterior escribí todo lo que me agobiaba. Luego de llegar a casa sentí la necesidad de escribir algo donde le decía todo lo que me hizo sentir tras su partida. Solo así podría dar por acabada esa historia. Así fue, pero tras leerlo en la mañana descubrí que era una letra muy buena.
Sé que esto es una banda y que las decisiones en cuanto a las canciones debemos tomarlas todos pero, en serio espero que estén de acuerdo a que yo cante esta canción si llegamos a la final.
- No le veo nada malo. Me agrada. - Me sonríe el de piscis dándome un beso tierno en la mejilla.
- Si no les molesta, también me gustaría pedirles que me dejaran cantarla; con Aphrodite como mi coro.
Todos acceden muy animados. Las siguientes horas nos las pasamos buscando una melodía que pudiera quedar a la perfección con la canción que nos representaría en la final. Simplemente, no sentíamos que quedara con los ritmos que habíamos utilizado antes.
Unas cuantas horas luego, un poco antes de irnos a casa, Shaka dijo tener una idea. Sale del garage, adentrándose en la casa Lion. Unos minutos para luego volver trayendo con él un teclado. Nos explica que ha prestado el teclado del hermano mayor de Aioria, Aioros, y que además sabe tocarlo muy bien sin embargo, no es un profesional.
- ¿Por qué no me habías contado nada al respecto? - Escucho a mi amigo replicarle a su novio muy animadamente, preparando el instrumento.
- Por esto mismo. Te emocionas por todo.
- Hmn, no es cierto.
- Se me ocurre algo como esto. - Sus dedos comienzan a moverse a través de las teclas. Me gusta. - Un acompañamiento lento y simple de Aioria, con unas cuantas notas en la guitarra. Añade la linda voz de Aphrodite al fondo, y sobre eso Milo con la letra.
Luego de escuchar por unos minutos la melodía proveniente del teclado, cada quien toma su lugar. Hacemos tal como Shaka dijo, creando algo totalmente increíble en poco tiempo.
"And right here shall I stand"
Es el día previo al gran evento, nuestro último día de práctica. Hemos perfeccionado todo y puedo asegurar que al menos llegaremos a la final. El esfuerzo de estas últimas semanas valdrá la pena.
Como ya es costumbre, nos despedimos de todos en la casa Lion, menos de Shaka quien se ha ido antes que nosotros.
Esta vez todo el camino hasta la casa de Aphrodite ha sido muy ameno. Nuestros dedos entrelazados, hablando de cosas triviales, sonriendo, compartiendo rápidos besos. Como una pareja normal. Nos detenemos en la puerta de su casa.
- Milo, - Su mirada ha cambiado de ternura a picardía. - mis padres no están en casa y vuelven hasta mañana en la noche. ¿Quieres quedarte a dormir? - Muerde su labio inferior.
- ¿Acaso tengo otra opción? - Bromeo.
Nos adentramos en su casa. Tan solo al cerrar la puerta principal y dejar la guitarra a un lado de ella, el rubio se abalanza sobre mí. Atrapando mi boca en un apasionado beso. Mis manos se posan sobre su modelada cintura. Presiona mi cuerpo contra la madera de la puerta, pasando sus brazos alrededor de mi cuello para profundizar el beso. Pierdo la cuenta de los minutos que pasamos así, creando una coreografía con la lengua del otro. No es hasta que me falta el oxígeno que, lo separo un poco de mí.
Lo tomo de los glúteos, él enreda sus piernas en mi torso. Es hasta este momento que noto lo duro que estoy causando que Aphrodite me mire con lujuria. Mi erección moldea su trasero. En esta posición comienzo a caminar por la oscura casa solo iluminada por las luces del exterior que se cuelan por las ventanas. Subir las gradas es un completo desafío, más si le añadimos los besos que el chico reparte por todo mi cuello y sus caricias en mi espalda.
A como puedo, llegamos a su habitación. Le tiro a la cama con brusquedad, a él le gusta de este modo. Lo sé.
- ¿Tienes coca? - Pregunto viendo como el rubio comienza a retirar mi pantalón.
- Sabes que ya no quiero seguir con eso. Dejé de consumirla hace unos meses. Así que no, no tengo. - Me mira desaprovatoriamente. - Tampoco tengo condones, si preguntas. Hoy quiero que me poseas por completo.
Nuestra conversación queda hasta allí pues su boca toma posesión de mi miembro. Una estocada profunda que golpea el fondo de su garganta. Sigue con un rápido vaivén haciendo que mis manos atrapen su cabello y ejerzan presión sobre su cabeza para hacer que la intensidad sea mayor. Tras unos minutos, me corro en su boca. Él lo traga todo, sin dejar una sola gota.
Volvemos a unirnos en un beso mientras nos quitamos lo que nos resta de ropa con velocidad. Muerdo sus labios al posicionarme sobre él en la cama. << Nop, no hay manera de que Aioria piense que yo soy el pasivo. >> Respondo a mi duda de unos días atrás.
- ¡Ah...!
El primero de sus gemidos se escapa de sus labios cuando mi erección entra en él. Marco el ritmo desde el principio. Descontrolado, salvaje. Sus piernas nuevamente se enredan en mi torso y sus brazos se sujetan en mis hombros, apoyándose para crear su propio ritmo. Su boca marca toda la superficie de mis hombros, y su miembro golpea mi abdomen, siento su líquido pre-seminal manchando a ambos.
- Milo...
- Aphrodite...
Nos hundimos en otro beso, jadeando en la boca del otro mientras llegamos al clímax. Tal como él deseaba, mi líquido se esparce en su interior. Y cuando retiro mi, ya no erecto, miembro; ese líquido escapa de su interior en una blanca catarata que se abre paso hasta llegar a las mantas en su cama.
Me topo con una sexy vista al ponerme de pie. Aphrodite completamente perdido por el placer del orgasmo, lamiendo su dedo índice muy sensualmente él cual tiene gotas de mi líquido que recién tomó de la manta. Su abdomen lleno de su propio líquido. Busco mi móvil en el bolsillo delantero de mi pantalón. Olvidé marcarle a mi mamá para informarle que me quedaría en casa de un amigo. Aprovecho que lo tengo en mi mano para sacarle una foto al rubio.
- ¡No tomes fotos! - Me reclama luego del sonido de la cámara.
- Lo siento pequeño, es para masturbarme luego. - Le saco la lengua a manera de burla.
- Me disculpas un momento, debo marcarle a mi mamá.
Salgo al balcón de su habitación aun desnudo. Mientras escucho el móvil timbrar esperando a que mamá responda pienso en que definitivamente quiero aventurarme en una nueva historia de amor con ese chico que me espera en la cama. Sé que aprenderé a quererle tanto como él a mi.