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Tras mi verdadero amor por Shuneii

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Notas del capitulo:

Tras la muerte de sus padres en un trágico accidente Milo es adoptado por una pareja que le brindada su amor. Al ser el día de su cumpleaños y el primer día estudiantil conoce a Camus un estudiante nuevo.

Espero que les guste este 2do. Capítulo c;

POV MILO


 -No llores tesoro... Todo estará bien.


      Y así con estas palabras aparentemente tranquilizadoras deposita un cálido beso en la mejilla del pequeño. Es un beso distinto a los que, desde el día que llegó al mundo, le ha dado. Un beso de despedida puesto que algo le decía que ese sería el último. Sería el adiós. 


      ¿Quién diría que un momento tan íntimamente feliz podría verse destruido en cuestión de segundos? Tan solo unos minutos atrás festejaban con sonrisas y leves aplausos los primeros pasos del "bebe". Un paso... Luego otro... Un tropiezo... ¿Qué importaba? En la vida tendría mil tropiezos pero lo importante es poder levantarse y seguir. Y así fue. Con trabajo logró cruzar el pequeño cuarto que, para ellos, era una sala de estar, cocina y comedor al mismo tiempo.


      Él no lo sabía, su corta edad no le daba el entendimiento necesario. Su familia estaba en una crisis financiera. La comida faltaba, los servicios serían cancelados, su padre fue despedido y su madre no podía encontrar trabajo puesto que al quedar embarazada no pudo terminar sus estudios. Si hubiese sido mayor hubiera pensado que el estado económico familiar se debía a él; en lugar de eso con su espíritu inocente simplemente se dedicaba a sonreír y de esa manera alegrar un poco el preocupado día de sus padres. Y es que con todas las necesidades fue necesario pedir un préstamo. Una carga más para la pequeña y necesitada familia. 


      Su crédito en el banco de la ciudad de Atenas era pésimo. Ya no tenían crédito bancario. Fueron los supuestos amigos de su padre quienes le sirvieron de prestamistas. Al no ver otra salida aceptó, los intereses eran muy altos pero, todo para seguir subsistiendo.


      Llovía a cántaros. Las gotas resonaban en la lámina descolorida que les servía de techo. Unos golpes se escucharon en la puerta acompañados de gritos que llamaban a su padre. ¿Quiénes eran y por qué a esas altas horas de la noche? Hacía ya más de cinco meses que no pagaba el préstamo, los intereses seguían creciendo y los prestamistas estaban enfurecidos.  


      Pide a su esposa que tome al pequeño y que salgan lo más rápido posible por la puerta trasera llevando unos cuántos documentos con ella. Él conoce muy bien a sus amigos. Sabe que ya no lo son o cree que quizá nunca lo fueron. Con un último abrazo despide, para siempre y lo sabe, a la mujer de su vida y al niño de sus sueños. Morirá esa noche, él lo sabe. 


      Y allí estaban madre e hijo nuevamente. Bajo la lluvia. Ella empapada y él tibio entre cobijas. Y así lo deja muy cuidadosamente frente a la puerta de esa gran casa en la cual se puede leer en las letras de la losa "Orfanato estatal de Atenas", colocando los documentos sobre su pequeño pecho. Le dedica una última mirada, le dedica ese beso. 


  -No llores tesoro... Todo estará bien.  


     Tras esas palabras como despedida, tocó el timbre y luego se pierde en la tempestad. Su hijo estaba a salvo. Su esposo había muerto ¿Qué ocurrirá?  


      Oye unos pasos detrás de ella, un disparo y en su último aliento pronuncia el nombre de su amado hijo "Milo".


 


 


      Nunca supe de mis padres, nada más allá de que murieron en un accidente del cual no se conoce mucho. Era solamente un bebé y mi madre me llevó al orfanato para protegerme del fin que ellos tuvieron. Mi infancia fue como la de un niño normal. La directora del orfanato era como mi madre, ella me recibió una noche lluviosa y cuidó de mí; todos mis compañeros huérfanos eran como mis hermanos, entre todos nos cuidábamos y nos brindábamos el cariño que nuestros padres no pudieron; el conserje, era una buena persona, siempre me daba sus consejos sobre la vida. Él fue como mi padre. Una vez me confesó que las estrellas predijeron mi destino. Sería muy bueno, me adoptaría una pareja muy feliz y crecería como un buen niño. Me enamoraría verdaderamente y sería un hombre de éxito.  


      Y así comenzó a volverse realidad. Fui adoptado por una pareja a la cual Zeus no les pudo dar un hijo propio. Al llegar al orfanato inmediatamente me eligieron, así lo predijeron las estrellas. Uno de los documentos que encontraron conmigo aquella lluviosa noche era mi acta de nacimiento, por lo que pude saber que llegué al mundo un ocho de noviembre. Sin embargo, el día que Dégel y Kardia decidieron adoptarme, decidieron que ese sería mi segundo cumpleaños en esta nueva oportunidad que la vida me otorgaba. Así es como cada año celebramos doble.


 


      Es el primer día de clases del Instituto Privado El Santuario de Atenas. Es un gran regalo volver a ver a mis compañeros y a mi buen amigo Aioria. Como todos los años, en este primer día, mis padres me levantan muy temprano por la mañana llevándome el desayuno a la cama. Saben que de lo contrario, no me levantaría. Al terminar, me visto a toda prisa, cogiendo mi bolsón. Antes de irme y despedirme de mis padres, tomo una manzana del cesto sobre la mesa.


-¡Cuídate, cariño!


     Escucho a mamá gritar desde el segundo nivel de la casa.


-¡Claro! ¡Los amo!


      Llego al lugar de siempre, la banca frente a la fuente en el parque del instituto. Aquí siempre esperamos antes de que toque la campana que da inicio a las clases. Recibo mil saludos de parte de mis compañeros. Podría decirse que junto con Aioria somos los más populares del instituto, eso se lo debemos a que prácticamente hemos estudiado en el mismo instituto durante toda nuestra vida.  


      Al dirigir mi vista por la fuente veo a alguien entre la multitud ¿Quién es él? El chico junto a la fuente quien está de espalda hacia mi dirección, nunca antes había visto a alguien así. Su cabello rojizo, piel clara, muy pálida. Definitivamente no es de Grecia, es muy delgado, frágil, delicado. A simple vista se puede notar. Siente mi mirada y voltea a verme. La primera vez logro disimularlo o eso creo. Vuelvo a verlo, inconscientemente no puedo dejar de hacerlo. Se sienta en el borde de la fuente. Esta tan solo ¿Debería de ir a hablarle?  Noto que tiene unos labios muy delineados. A primera vista,es un chico único y verdaderamente hermoso. ¡Rayos! Volteó de nuevo, esta vez me descubrió. Nuestras miradas se cruzan y en ese momento puedo ver sus ojos, un tono similar al de su cabello pero, a pesar de la belleza de sus ojos su mirada es lo contrario. ¿Cómo alguien tan hermoso, tan refinado puede poseer una mirada tan fría? Aun así existe un destello en ellos que lo hacen más misteriosos. 


-Pst Aioria, tal parece que hay un chico nuevo. - Comento a mi despistado amigo.


      Aioria hubiera volteado de no haberlo detenido. Inexplicablemente estoy nervioso. ¿De qué curso será? Desearía conocerlo. Llegar a ser su amigo.  


 


- ¿¡Estas loco o qué!? - Nunca le había alzado el tono de voz a mi mejor amigo pero su proposición era muy loca o estoy muy nervioso. 


Lo que escuchaste, deberías de ir a hablarle. ¡El gran Milo amigo de los niños nuevos! ¡Ánimo! Además acá no estas haciendo nada bueno. Me refiero a que nos podremos ver en la clase, no soy excusa y Natalie... Ni siquiera le pones atención. Eso todo mundo lo sabe. - Detesto cuando tiene la razón.


-Está bien, supongo. 


      Y acá voy. Acercándome al chico nuevo. Al chico misterioso. Me conformaría solamente con saber su nombre, su edad o en qué curso esta. Para el resto de la información tengo el resto de este año. 


      La campana toca poniendo fin a mi intento de hablarle ya que rápidamente toma sus pertenencias y prende rumbo a la entrada del instituto. Trato de seguirlo pero se pierde de mi vista. Todo indicaría que escapa de mi, lo cual me causa gracia. Debió de darle algo de temor mi aspecto. Todos me lo dicen, parezco un chico malo. Mi forma de vestir pone una etiqueta en mi. Si tuviera que describir a mi nuevo no amigo por su forma de vestir diría que es alguien muy conservador y muy maduro para su edad. ¿Quién no diría eso de alguien que usa camisa formal blanca y lisa, cardigan en tono gris, jeans ajustados de lona original y unos tennis casuales gris? Los chicos de nuestra edad prefieren tendencias más llamativas o algo que involucre a su banda favorita. 


     Aunque estoy de acuerdo con quien dijo "no hay que juzgar un libro por su portada", quizá este nuevo chico me traiga sorpresas. Y es que, aparte de Aioria, la gente en este instituto empieza a parecerme aburrida. Es cierto que disfruto uno que otros momentos con compañeros o conocidos; en los clubs deportivos o las asignaciones compartidas pero, no hay nada de malo en que alguien nuevo se incorpore a mi ambiente.


-No lo lograste ¿Eh? - Aioria posa una mano sobre mi hombro y me estremezco un poco. Me agarró desprevenido. 


-No, solamente quisiera saber en qué curso está. Me parece algo interesante.


-Así que Milo se ha enamorado a primera vista... - el tono que utiliza es algo meloso para mi gusto, sé que me molesta y eso me gusta, raramente. Me sonrojo un poco y bajo la cabeza.  


-Sí claro, ¿desde cuándo empezamos con el humor homosexual? - Susurro para disimular que sigo el flujo de la conversación.


 


      Ya dentro del salón de clase no hay nada nuevo. Mis compañeros son los mismos de siempre, he estado con ellos durante los años anteriores. Como todos los años tomo asiento en la última fila junto a la ventana. A mi derecha se encuentra Aioria y frente a mí Natalie. No sé que gana esa chica con perseguirme, solamente me fastidia. El año pasado me confesó sus sentimientos y fui muy claro al decirle que no podía verla del mismo modo. Así es el amor, o eso dicen. Incomprensible e insistente.


      De una u otra manera me entristece ver que ese chico no está en el salón. Debí saberlo era muy maduro, ha de estar en último año de secundaria. Tendré que averiguarlo a través de mis contactos más tarde. 


      El maestro entra al salón. Lo había visto anteriormente pero nunca tuve ninguna asignatura con él. Como es debido se presenta. ¿Dónde estarás? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti si te acabo de conocer? Así no prestaré atención alguna a lo que explique el profesor aunque no me importa, no por hoy. A lo mucho y se pondrá a preguntar los nombres de todos y cada uno de sus nuevos alumnos, leerá el reglamento estudiantil, estipulará las reglas de convivencia y entre eso se irá el día. Siempre es así. 


-¿Se puede? - Esa voz me saca de mis pensamientos. Es la voz de la directora del instituto ¿Qué hará acá? No he hecho nada malo, no que yo sepa.


      Dirijo mi vista hacía ella pero no está sola. No. ¿Es esto posible? Es él. Esta aquí, en mi curso. Y así una sonrisa inesperada se dibuja en mis labios. 

Notas finales:

Lamento mucho haber tardado tanto. :c me siento fatal por todo. Acepto sus comentarios sean buenos o malos ;) espero que les guste y actualizarse. No lo duden que mas vale tarde que nunca.


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