La carretera empezaba a tornarse oscura y los transecuentes detenían el tráfico hasta dejarle estancado Law toco rítmicamente el volante con desesperación acababa de salir del hospital y le tomaría alrededor de una hora tal vez más el llegar al centro de la ciudad para encontrarse con el molesto pelirrojo que le había llamado más temprano y distraído de sus cavilaciones sobre Luffy.
- Luffy - el nombre rozo sus pensamientos llenándolo de algún tipo de melancolía- Trafalgar D. Water Law conocido cirujano y el hombre más frío que te podrías cruzar, rivalizando incluso con los témpanos de hielo, era capaz de ponerse estúpido solo con un simple nombre, Luffy, y es que el amor que había crecido en el desde que conoció a ese pelinegro de mirada soñadora y actitud sosa lo había dejado completamente rendido, pero nunca se había atrevido a confesar lo que sentía, siempre observando, solo, en una cercanía completamente lejana y dolorosa Llamada amistad. Y es que entre dudas de lentas demostraciones había acabado perdiendo a su gran amor sin siquiera haberlo tenido realmente.
Bien dicen que la peor manera de perder algo es por no haberlo intentado nunca, pues Law estaba bastante al tanto de esa teoría por primera mano, Su duda lo hizo perder esa sonrisa que nunca pudo realmente sostener, así es su jodida duda -suspiro- aun recordaba a la perfección como había pasado en un segundo, como Luffy había enamorado a aquella chica de facciones finas y pelo naranja con la que siempre había estado, aun recordaba como a pesar de que ella se iba a casar con otro él tuvo coraje, jugo limpio y gano su corazón, era casi un chiste, su amor tuvo el coraje que el siempre deseo poder adquirir para luchar por él, si Luffy tuvo el coraje para Luchar inocentemente por Nami aquella tarde hace más de 10 años, tuvo el coraje que Law nunca consiguió para luchar por el por el sentimiento ferviente que le taladraba los pulmones hasta dejarlo sin aliento...
No lo tuvo aun cuando lo vio intercambiar anillos y tenso la mandíbula en dolor, no lo tuvo y ahora era demasiado tarde tendría siempre que cargar con las consecuencias, amando a alguien que nunca lo amaría... Porque simplemente nunca supo que era amado, y así amando a alguien en silencio doliéndole cada vez que siquiera lo miraba y sonriendo al mismo tiempo que se desmoronaba poco a poco apretando fuertemente por no perder más piezas de las que ya había perdido y rápidamente antes de caer por completo correr a los brazos de la persona que siempre había arreglado un poco del desastre interior que el mismo se causaba por amar algo que nunca podría tener Eustass Kidd el tipo salvaje, romántico y bueno al que Law abusando de los sentimientos que le causaba había utilizado descaradamente desde hacía tantos años, El moreno sabía que no estaba bien, se lo repetía constantemente pero también sabía que sin Kidd no podría seguir adelante, así que ignoraba a su moral y se volvía egoísta, traicionero y ruin, porque eso es lo que era, es más lo estaba siendo justo ahora al dirigirse a ese apartamento donde se reunían furtivamente cada que Law necesitaba ser re ensamblado o recibía la llamada mandona y suplicante del pelirrojo para poder encontrarse como hacia unas horas había pasado.
Si, ambos se preguntaban cómo es que estaban en esta situación autodestructiva desde hacía tanto. Pero eso simplemente no tenía más razones que la estupidez, el deseo, el éxtasis y la necesidad humana de poseer algo llamada por muchos "Amor" aunque solo existía esta última en una de las partes involucradas.
Law necesitaba a Kid como una jodida droga de la cual le era imposible desatenderse, lo necesitaba como un adicto necesita de los narcóticos y Kidd lo amaba de una manera tan profunda que no le importaba ser usado por este y tener abismos de profundo silencio justo después de tener sexo o de pronunciar las palabras prohibidas "Te amo" esas eran palabras tremendamente prohibidas para Law porque "el amor" lo mantenía atado solamente a Luffy haciéndolo incapaz de mentir a tal grado de decírselo a Kidd y terminar de lastimarlo porque con él se sentía seguro, comprendido y menos roto. Pero en su mente aún no estaba completo.
Cuando Sanji despertó apenas unas horas antes y descubrieron que tenía amnesia el mismo deseo tenerla unos minutos después cuando bajo por unos materiales y vio al pelinegro cruzar las puertas del hospital corriendo alegremente y siendo reprendido por una enfermera para dirigirse a ver al cocinero, solo lo miro, ni siquiera intento hablarle solo lo vio alejarse y sintió ese hormigueo en la panza que te da antes de caer al abismo. Law lo observo pasmado durante todo el rato pensando en que no podía hacer nunca nada al respecto y justo cuando sus sentimientos más lo engullían entre la felicidad de verlo y la opresión de tener que guardarla recibió su salvación con un solo sonido de llamada y una voz gruesa reclamando atención... Eustass-ya -los pensamientos de él lo inundaron ayudándolo a salir de su miseria, lo ayudaron una vez más, incluso cuando él ni siquiera le había podido decir te amo en más de diez años de encuentros furtivos, 10 años desde la primera vez que lo había visto carismático y seductor todo lo contrario a su persona lo había visto en ese bar, esa tarde, cantando esa melodía que sin duda parecía llevar consigo los sentimientos que tenía en ese instante ahí había empezado todo pero el nunca había podido pronunciar aquella frase, el silencio al respecto de algún modo le hacía sentir menos culpable... No podía decir algo que no sentía al menos no completamente.
El sabía, El sabía que la mentira del silencio era siempre tan mala como la mentira de las palabras, él lo sabía y se estaba ahogando en sus propios demonios por ello.
Las gotas de lluvia empezaron a caer una a una sobre el parabrisas del auto, ya faltaban solo unos minutos para que viera esa sonrisa de lado, mezquina, blanca y seductora, esa sonrisa que le arrebataba de algún modo la razón... Solo unos minutos y podría borrar de su mente aquella silueta risueña y pelinegra dentro de un beso apasionado remplazándola por una completamente diferente, de musculatura esculpida y cabellera rojo fuego.
Law paso su mano izquierda sobre sus labios mientras que con la otra apretó fuertemente el volante del Mustang 95 que conducía como si este fuera a salirse de su puesto si no lo hacía. La lluvia empezaba a golpear más fuerte contra el parabrisas y los transecuentes en las banquetas corrían apresurados como hormigas a resguardarse en algún negocio cercano.
Law siguió conduciendo lentamente sobre la calle, estaba a solo unos minutos. Unas cuadras y listo, la lluvia le empañaba los cristales obligándolo a prender los limpia espejos, lo hipnotizaba como pequeños fragmentos de diamante chocando contra todo lo que se interpusiera a su paso y quebrándose en mil pedazos…. justo como él.
Law deseo que tuvieran el poder de lavar sus sentimientos, lavarlo junto a el polvo y basura que se llevaban a las alcantarillas para desembocar al mar, lavarlos y dejarlo volver a ser feliz, llevarse lo que lo destrozaba, para así poder retribuirle enteramente Eustass-ya lo que le había dado durante una década sin la necesidad de llevar escondido aquel fantasma en el armario.
Law recordó a Sanji, recordó su diagnóstico otra vez y el con todo su corazón deseo olvidar a Luffy y amar a Kidd, realmente lo deseo y una lágrima casi imperceptible cayo por su frío rostro hasta llegar a sus labios. El sintió como si el cielo estuviera acompañándolo a un ritmo melancólico.
Mientras se estacionaba fuera del viejo edificio y apagaba el motor volvió a mirar caer la lluvia esta que había empezado como una ligera llovizna para convertirse en un chubasco* los recuerdos para él se estaban volviendo un martirio, incluso los recuerdos de una simple sonrisa lo podían tirar igual que un castillo de Naipes....
... Law llego a la conclusión de que… no poder olvidar a alguien, era simplemente una tortura....