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Internado SM por ValeCaroline

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Notas del fanfic:

Bueno, este fic lo hace hace mucho tiempo para algo así como un desafío de fantasía, y bueno... quedó esto.

¡Espero que les guste!

 

Bien… comencemos.

Hola, mi nombre es Lee SungMin. Tengo 16 años y estoy en una secundaria… digamos que… normal.

 

—¡Minnie! —Escuché una voz que me habla desde atrás, antes de sentir el golpe que seguramente mi amigo me daría detrás de la cabeza, me agaché.

—HyukJae —dije riendo—, no debes hacer eso.

—Ya se —dijo sonriendo—. Pero es divertido… no es justo que me esquives, antes podía golpearte sin problemas —bromeó.

—Chicos, rápido. —La voz de HanGeng en la puerta llamó nuestra atención. Nos apuramos para entrar en el edificio unos segundos antes de que sonara la campana—. ¿Qué se supone que haga con ustedes? —pronunció en ese extraño coreano, a lo que ambos sonreímos.

Las clases estuvieron como siempre, sin problemas, después de todo siempre fui buen alumno, no de los mejores, sin embargo me las apañaba para no pasar el verano en la escuela. Pero mi verdadera pasión, aquello que más amaba no eran exactamente las clases, sino lo que venía luego, lo que hacía que siempre fuera, sin fallar un solo día. Era el club de baile, era un excelente grupo y siempre compartíamos nuevos movimientos. Era un buen pasatiempo, hermoso, podría decir. Siempre solíamos presentarnos en concursos, y no es que quiera presumir, pero siempre ganábamos.

Ese día en especial fue diferente. Antes del segundo descanso, un chico de primero entró en el salón, pidiendo que EunHyuk y yo fuéramos a la sala del director. Nos miramos con algo de miedo, no era común que el director llamara alumnos, a no ser que hicieran algo muy malo… o muy bueno. Recé por que fuera la segunda.

Al llegar nos encontramos con que todos los miembros del club de baile estaban allí, lo cual hizo que me relajara un poco, no sería extraño que nos felicitara por nuestra última competencia, y digamos que casi fue así.

—El internado SM los ha convocado para una competencia privada —dijo el hombre, nos sorprendimos, nunca habíamos escuchado hablar sobre ese internado—. Es la primera vez que un colegio que no es de su clase es invitado, deberían estar entusiasmados.

—Y lo estamos —habló KangIn, nuestro líder del grupo, no por sus habilidades de baile, sino porque ningún otro se atrevía a hablar mucho en público—. Pero… no sabemos nada sobre tal competencia ni sobre ese internado… ¿acaso es seguro que…?

—En tres días irán allí, ya está todo arreglado, les darán habitaciones, comida y un lugar para ensayar —todos nos miramos boquiabiertos —. Espero que dejen bien parada nuestra institución, como siempre en cada competencia, y también espero que se porten bien.

Dicho esto, puede decirse que casi nos hecha a patadas, pero no me importó realmente…

 

:—:—:—:—:—:—:—:—:—:

 

—¡Vacaciones! —exclamó Hyuk a mi lado, cuando nos sentamos en el micro.

—No son vacaciones, además debemos preparar una buena coreografía, ¿Quién sabe la clase de chicos que irán a presentarse? ¿Qué si son mejores que nosotros? —No pude evitar que mi voz temblara al pronunciar esa palabra… “mejores”. No me gustaba perder, muy pocas veces lo había hecho, y la sensación de derrota la odiaba. Una risa se escuchó en mis oídos.

—Eso es imposible. —ShinDong hacía acto de presencia en el asiento de delante—. No con mis coreografías y los mix de Wookie, ¿verdad pequeño? —Una mano se elevó desde el otro lugar. Muy pocas veces habíamos escuchado la voz del más chico, pero las veces que lo habíamos hecho nos quedamos embobados. Sería impresionante oírlo cantar, de eso no tenía duda.

Durante el resto del trayecto no pudimos evitar el comentar como sería el internado, un edificio moderno… o quizás antiguo, como el de Harry Potter, sería genial si tuviera pasadizos y ese tipo de cosas.

Llegamos luego de tres horas… mi trasero dolía, y mucho, pero no pensé en eso cuando al bajarme del bus me encontré con una mansión… más bien varias, y un gran edificio que parecía realmente costoso.

—Bienvenidos. —La voz dulce de un chico llamó nuestra atención —. Mi nombre es Park JunSoo, pero pueden llamarme LeeTeuk, soy el presidente del centro de estudiantes, no duden en preguntarme lo que quieran. —Hizo una pequeña venia, al igual que todos nosotros. No pudimos evitar, o por lo menos yo, asombrarnos por su belleza, parecía como si irradiara luz propia.

—Kim YoungWoon, pero me dicen KangIn —se presentó nuestro líder… ¿acaso estaba coqueteando?—. Nos gustaría conocer el lugar y un recorrido, pero antes preferiríamos conocer los cuartos donde nos quedaremos, si no es mucha molestia, claro

—Por supuesto, si me siguen, por favor. —Los 6 miembros del grupo de baile lo seguimos, mientras el chico indicaba las reglas—. No se puede correr en los pasillos, no se puede comer en ningún otro sitio que no sea sus habitaciones, no se puede saltarse las cla… ups, esa no era para ustedes —sonrió hacia nosotros rascándose la cabeza, y dejando notar un hermoso oyuelo—, pero sobre todo, la más importante de todas las reglas… una vez que el sol se esconde no se puede salir a los pasillos, sin excepciones. Si no están en su cuarto, deberán quedarse donde estén, y si están en los pasillos… se entran al primer cuarto que encuentren.

—¿No es algo extremista? —pregunté sin querer en voz alta.

—La verdad preferimos que sea así. Ningún estudiante de esta institución tiene permitido esto por lo que sucedió hace… —comenzó a contar con los dedos—… un par de años. Acomódense que los esperaré aquí para mostrarles su salón de prácticas y otros lugares de recreación.

Junto a EunHyuk y HanGeng me metí en el cuarto de la derecha, los otros tres se entraron en el cuarto de la izquierda.

—Impresionante —exclamó mi amigo al ingresar… y no era para menos. Tres lujosas camas, una mesa con tres asientos y dos más a un costado, una cocina completamente acondicionada, un refrigerador, seguramente repleto de comida, tres roperos enormes, y una puerta que seguramente daba al baño—. ¡COMIDA! —EunHyuk corrió hacia la cocina para comenzar a prepararse algo de comer. Reí antes de ayudarlo… pues como negarlo, estaba hambriento.  

—Deben ver esto. —Nos llamó el chino desde la puerta del baño. Nos acercamos con rapidez…

—Yo me bañaré primero.

—Estás de broma —exclamé impresionado por semejante bañera ubicada en el centro del cuarto—. ¡Ahí entraríamos los tres!

—No me metas en tus pervertidos juegos, Minnie. —Ambos reímos.

—Chicos, mejor apurémonos para dar el recorrido.

—Bien —dijimos a la vez.

Cuando ya todos estuvimos en el pasillo para dar el paseo, comenzamos a caminar.

El lugar era simplemente impresionante. Nos cruzamos con algunos alumnos, todos eran igual de hermosos que LeeTeuk, todos irradiaban ese brillo que nos había llamado la atención. Parecían combinar perfectamente con ese lugar.

—Solo una cosa más —dijo nuestro guía cuando terminamos—. Todos los alumnos del internado son hombres… y además… eh…

—Son homosexuales —dijo EunHyuk sin alterarse. LeeTeuk lo miró asombrado—. Es algo obvio… había un par por ahí que nos miraban no muy sanamente… —entrecerró los ojos y tembló un poco, como se le diera escalofríos recordar esa mirada.

—Sí… bueno. Los dejo para que hagan lo que quieran. En cuatro días es la competencia. Pueden practicar o visitar el lugar que plazcan… Adiós. —El chico se fue con una rapidez increíble.

—Veloz —murmuré.

—Minnie —EunHyuk me tomó del brazo y me llevó con él—. ¿No sientes algo extraño? Este lugar… no piensas que hay algo extraño.

—Hyukie… creo que estás exagerando, es solo un internado…

—¡Lo sé! pero no puedo evitar pensar que hay algo que me observa con detenimiento. —Miró alrededor—. Es en serio… tengo miedo. —Me miró con las cejas fruncidas—… quizá tienes razón… es solo mi imaginación.

Agachó la cabeza y se alejó. Miré alrededor… era un parque enorme y hermoso, repleto de flores de todos colores, tamaños y formas. Decidí acercarme a olerlas.

—Ah… Kyu… espera—¿Acaso eso eran gemidos? Miré alrededor, pero nada. Volví a concentrarme en las flores.

—Vamos Hae… no sería la primera vez. —Esa voz… venía del centro de aquella planta. Con dificultad intenté ver algo dentro… y ahí estaban… dos chicos. Uno me daba la espalda por estar encima del otro que tenía la camisa desarreglada e intentaba quitar al otro de encima, entre el ramaje pude ver una corbata roja, igual a la que LeeTeuk llevaba, así que supuse eran del internado.

—Por favor, Kyu... sabes que está prohibido… ¿Por qué sigues insistiendo en beberla? —dijo el que estaba acostado sobre la tierra.

—Porque siempre terminas cediendo… de alguna, —Le acarició el rostro y luego el cuello al de abajo—, u otra forma. —Tocó algo que no alcancé a ver, pero que hizo que el que estaba abajo soltara un grito e intentara quitarse al otro de encima.

—Kyu… no. Ya te lo dije, no lograrás convencerme —dicho esto, empujó al de arriba y se sentó. Fue entonces cuando pude ver su rostro… hermoso, infantil… pero hermoso. Cruzó sus brazos en un gesto que se me hizo adorable.

—Hae —El que aún me daba la espalda acarició el rostro de que parecía más pequeño y este se acomodó en la mano ajena.

—Esto está mal…

—No te importó las otras veces.

—Te odio… —Ablandó su expresión y se desató los primeros botones de su camisa, luego expuso buena parte de su cuello, donde el otro colocó el rostro.

—Y yo te amo.

—Solo hazlo —gruñó el más bajo. Y fue entonces cuando tuve que ahogar un grito.

—Eres exquisito —decía quien no mostraba su rostro, mientras seguía succionando la sangre del otro.

—Esta vez no te excedas.

Me levanté y corrí… ¿Qué rayos había sido eso?

No vi por donde iba, así que choqué contra algo.

—Minnie, ¿estás bien? —preguntó EunHyuk dándome la mano para ayudarme a levantar.

—Hyukie… tenías razón… hay… ellos —intentaba explicar sin darme cuenta que mi amigo hablaba con alguien.

—¿Qué sucedió? —Era LeeTeuk, ¿Qué hacía hablando con HyukJae?—. ¿Qué viste?

—Había dos chicos escondidos… y ellos… —coloqué mis manos en mi cuello, y supongo que me entendió porque salió corriendo gritando a alguien, y otros salieron a acompañarlo.

—¿Minnie, estas bien? —Me abrazó y lo separé.

—¿De que hablaban?

—Bueno… Teukie me explicaba un par de cosas que le pregunté. —Me miró con algo de desconfianza—. ¿A quiénes viste… estaban… tú sabes, mordiéndose el cuello y eso? —abrí grandes los ojos, y asentí—. Entonces no tiene caso que te esconda que aquí son todos vampiros, ¿no? —Solté una carcajada.

—Pero Hyukie… eso no existe. —Recordé la imagen de hacía apenas unos minutos—. Mejor vayamos a hablar con el resto.

—No creo que sea una buena idea…

—¿Por qué?

—Bueno. HanGeng está muy comprometido con uno de los alumnos de aquí… y bueno hace rato que no lo veo. RyeoWook y ShinDong están en la sala de práctica armando el mix… y KangIn… bueno, no sé dónde está, pero estoy seguro que este es su paraíso.

—¿Paraíso?

—Sí… tú sabes. A él le gusta que la gente lo alabe, y eso hacen.

—Vamos con DongHee —dije. Y juntos caminamos hasta la sala de práctica que nos habían asignado.

—Minnie —Me dijo golpeándome con el codo en las costillas y señalándome un grupo de chicas extremadamente hermosas que charlaban sentadas en el pasto—. ¿No que solo admitía hombres este internado?

—Supongo que vendrán por la competencia. —Observé que los trajes que llevaban eran diferentes a los que usaban los alumnos de SM.

—¿Podemos hablar con ellas…?

—Recuerdas lo que vi hace un rato, ¿verdad? —Asintió —. No creo que ellas sean muy diferentes. Solo tienes que mirarlas para darte cuenta.

En eso un gran movimiento nos hizo dar vuelta. Un gran grupo de chicos arrastraba a los dos que había visto hacia un rato entre las plantas.

—Esos chicos nunca aprenden —Un chico realmente alto y que irradiaba mucha luz habló desde atrás nuestro.

—¿Nunca aprenden? —pregunté curioso, observando a los dos castigados. El más pequeño, tenía una cara molesta, pero realmente adorable, ¿Cómo podía hacer eso? Irradiaba ternura por todos lados… sin embargo, el otro parecía querer asesinar a alguien, su rostro era hermoso, sí, pero daba miedo.

—Sí. Ustedes saben. Se esconden para hacer cosas que no deben. —El más alto negó con la cabeza y luego hizo una pequeña reverencia—. Choi SiWon, mucho gusto.

—Lee SungMin.

—Lee HyukJae —Nos presentamos. Luego se alejó y nosotros fuimos a la sala de práctica.

 

:—:—:—:—:—:—:—:—:

 

Estuvimos alrededor de dos horas, viendo como Wookie mezclaba diferentes canciones que ShinDong iba pasándole, al mismo tiempo que parecía ir creando pasos. EunHyuk se ofreció a ayudarlo.

La puerta sonó. Nos miramos, no creímos que KangIn fuera a venir, y ya nos habíamos resignado por HanGeng. Me levanté del suelo y me dirigí a abrirla, pero me encontré con el rostro que menos esperaba encontrarme.

—Hola —Sonriente, infantil, era el chico de la planta. Me quedé boquiabierto, y sin querer mis ojos se dirigieron al cuello, no parecía tener ninguna marca—. Soy Lee Doña. —Intentó hacerme salir de mis pensamientos.

—Ah… lo siento, Lee SungMin… pasa. —Me corrí para dejarlo entrar, mis compañeros quedaron igual de impresionados que yo.

—Veo que ya están ensayando —nos observó con esa sonrisa, pude notar un poco de saliva salir de la boca semi-abierta de mi mejor amigo—. ¿Puedo verlos?

—¿Y cómo sabemos que no vienes a espiarnos? —Preguntó ShinDong, pues ningún otro podía hablar.

—Me descubrieron. —Sacó su lengua, en un gesto que nadie pudo evitar exclamar un “Ah” —. Pero me enviaron a preguntar algo… es sobre la competencia de canto. —Nos observamos sin entender—. Ya saben… los que se inscribieron en coreografías deben presentar un dueto de canto además.

—No nos habían mencionado nada de eso —dije.

—Nosotros no sabemos cantar… con excepción de RyeoWook, claro —dijo ShinDong.

—Entonces… lamento decirles que no podrán participar…

—¡Pinocho! ¡Otra vez molestando a los invitados! —Una chica… mejor dicho, un chico entró en la habitación, y detrás de él HanGeng—. ¿Qué te dije sobre KyuHyun?

—¿Qué tiene que ver eso? —El más pequeño parecía molesto—. Les vine a avisar sobre la competencia de canto.

—¿No sabían? —El chico que parecía una chica nos observó, negué con la cabeza—. Ya veo… mejor se consiguen rapidito unos cantantes, si es que quieren participar. —Tomo a su compañero del brazo y lo sacó de ahí, diciendo:—. Te dije que cambiaras el cuarto… pero nunca me haces caso…

Nos quedamos mirando entre nosotros. ¿Quiénes cantarían? Yo había asistido a clases de canto durante un par de meses, pero no serviría algo como eso para ganar, EunHyuk lo único que sabía hacer era rapear, al igual que ShinDong, KangIn nunca se prestaría para eso, y mucho menos conmigo, HanGeng tenía una hermosa voz, pero era muy tímido… solo quedaba…

—Este… chicos —dijo RyeoWook, todos lo miramos esperanzados—. Yo voy a clases de canto, no soy tan bueno, pero si alguien me acompaña quizá podamos hacer algo.

—Yo cantó —dije sorprendiéndome—. Elige una canción cuando termines el remix y mientras ellos arman la coreografía practicamos. —Todos asintieron.

 

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El otro día llegó. Nos habíamos quedado practicando hasta muy tarde en nuestras respectivas habitaciones, yo había cambiado con ShinDong para que él, HanGeng y EunHyuk pudieran terminar la coreografía y yo con RyeoWook practicáramos el dueto. Habíamos decidido cantar “Just like now”[1].

Al terminar de desayunar me crucé con rapidez al cuarto donde tenía toda mi ropa, necesitaba ese cambio, además de un baño, la noche anterior había transpirado bastante. Así que saque la cabeza por si alguien se paseaba por el pasillo tan temprano en la mañana, además de que no quería que esa clase de gente con quien más adelante competiría me viera con mi ropa de dormir rosa con pastelitos y nubecitas.

No pasaba nadie, así que decidí correr hasta la otra puerta…

—Así que eres tú el que anoche no me dejó dormir por cantar tan mal. —Giré mi rostro para saber quién me había insultado de esa forma. Allí estaba él. El chico que había mordido a DongHae bajo las plantas. Quedé boquiabierto, y me olvidé completamente de mi querida pijama. Recordaba que las personas de ese lugar eran hermosas e irradiaban luz propia… pero no me imagine que una persona pudiese ser tan endemoniadamente atractiva, y hablo de endemoniadamente en sentido literal, pues ese chico tenía ese estilo que le hacía parecer malvado y misterioso, como las personas que debes de evitar, el cabello desordenado lo hacía parecer un adolescente normal, pero la postura erguida lo hacía ver sofisticado —. Hey, niño… ¿No me escuchaste?

—Yo no sé cantar… —dije, luego lo pensé mejor y quise parecer enfadado. Cerré mi boca y crucé los brazos en mi pecho—. Pero estoy seguro de que con tu voz lo haces excelentemente, ¿no es así? —Quise darme una cachetada mental ¿Por qué rayos estaba hablando de esa forma? Se suponía que estaba enfadado.

—Seguro, después de todo soy uno de los que harán el dueto en la competencia. —No pudo reprimir una sonrisa, mostrando unos colmillos algo más largos que los de una persona normal.

—Ya lo creo —solté algo frustrado de no poder decir lo que en realidad quería, lo cual pareció divertir al chico, porque soltó una ruidosa carcajada.

—Por cierto… ¿no te dijeron que no se puede salir de las habitaciones cuando el sol está escondido?

—Pero ya amaneció —dije.

—No… —Señaló una ventana en el pasillo, estaba oscuro. Me pareció realmente extraño, hacia aproximadamente dos horas me había despertado la luz del sol desde la ventana e incluso había desayunado.

—Pero mi ventana…

—¿Mostraba un hermoso sol? ¿La luz no te dejaba dormir? —Asentí, pero con un poco de horror me fijé como ese chico se acercaba cada vez más. Sin querer retrocedí con sus pasos y choqué con la pared—. Es solo un truco para que salgan, pero no deben hacer caso… —Posó sus manos a cada lado de mi cabeza contra la pared—… es una trampa, para que los tontos salgan. —Abrí grandes los ojos y me di cuenta que comenzaba a salir una luz de la ventana que antes había estado oscura.

—Pero ahora sí hay luz —dije señalándola, y sintiéndome algo incómodo con su cercanía—. Y si no te importa, debó cambiarme. —Lo empujé, no sin antes sentir como sus ojos se abrían grandes al ver que contestaba de esa manera.

Entré en el cuarto y cerré la puerta rápido, con miedo de que me siguiera. Pude notar como los tres de ese cuarto estaban todavía durmiendo, a pesar de la molesta luz del sol que entraba por la ventana.

Busqué mi bolso, saqué ropa, mi champú y toalla. A pesar de que nos dijeron que no lo necesitaríamos no me gusta abusar de la amabilidad de las personas. Me metí en el baño y trabé la puerta.

 

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Dos días pasaron. Los chicos terminaron la coreografía, nos la enseñaron y ya la teníamos tan grabada en la mente que aburría repetirla. Igual que la canción que practicaba con RyeoWook, habíamos pedido un par de micrófonos para practicarla, pero mi voz salía ronca de tan cansada que estaba mi garganta.

Habíamos decidido salir del cuarto de práctica para visitar los jardines que habíamos visto cuando llegamos.

Nos sentamos a la sombra de un árbol con cansancio. Ni siquiera nos hablábamos, una sola palabra podía ponernos de mal humor y terminaríamos peleando.

—Hola —nos saludó alguien con voz conocida. Al mirar nos dimos cuenta que era el chico que nos había visitado el primer día, DongHae—. Se ven cansados —dijo con una sonrisa, nos limitamos a contestar con un gruñido, excepto EunHyuk, que se levantó y comenzó a hablar con ese chico. Al rato ya se habían ido, al igual que HanGeng y KangIn.

—Voy al baño —dijo RyeoWook.

—Te acompaño —ShinDong y él se fueron, dejándome solo, tirado sobre el pasto, bajo la sombra de ese árbol.

Me giré hasta quedar boca abajo y comencé a cortar el pasto con las manos para hacer pequeños nudos con él, por alguna razón resultaba divertido y relajante.

Al rato pude ver unos zapatos bien lustrados que se habían parado justo en el lugar donde me estaba concentrando en cortar y anudar.

—¡Hey! —levanté la vista para insultar a quien me haya interrumpido, pero me encontré con el chico de la otra vez.

—Tus amigos te han abandonado, ¿verdad? —salió de su boca. Yo no respondí nada, solo cambié el lugar de donde cortar pasto—. ¿No te sientes sola aquí?

—¿Sola? —pregunté.

—Pues claro… sola. —Señaló mi cabello, que estaba algo largo a como lo llevaba habitualmente—. ¿No eres chica? —Enfadado me levanté del suelo y comencé a caminar hacia la mansión que contenía los cuartos que nos habían dado—. Hey… lo siento, ¿sí? —Me detuve para mirarlo.

—No me importa que te disculpes… ya… —Y antes de que me diera cuenta ese chico estaba besándome, sí besándome…

No pude reaccionar, no pude moverme. Solo pude cerrar mis ojos. Recordé mi primer beso, no había sido con una chica, como hubiese querido… EunHyuk estaba borracho luego de beberse la cerveza de su padre que se había ido junto a su esposa a un viaje, me llamó para que lo fuera a buscar y me besó diciendo que había estado enamorado de mí durante toda su vida, de eso hacía un año, pero nunca más habíamos vuelto a hablar sobre eso. Él porque no recordaba nada, y yo porque no quería saber si era real lo dicho.

—¿Qué haces? —dije empujándolo. Él solo sonrió son sorna.

—Probándote —contestó, aunque luego se puso serio, como si se diera cuenta de algo—. ¿Por qué no reaccionas como los demás humanos?

—Quizá porque no quiero que me toques —dicho esto volví a mi cuarto sin darme vuelta.

Me quedé allí el resto del día, hasta que EunHyuk volvió con una sonrisa que no se le podía borrar con nada.

Habló durante horas lo lindo y tierno que era DongHae. Me limité a asentir hasta que por fin el sueño me venció y pude dormir. El día siguiente sería la competencia.

 

:—:—:—:—:—:—:—:—:

 

—¡SungMin, sal! —gritó HanGeng desde fuera, pero yo no quería salir. No, mucho menos con el vestuario que nos había dado obligatoriamente a utilizar el director del internado.

—Minnie, te verás grandioso. Es estúpido que no quieras salir solo porque no te gusta tu ropa, jamás te fijas en eso, ¿Por qué justo hoy? —me decía Hyuk.

—Porque lo hacen para hacernos quedar en ridículo —grité enfadado aún.

—Por favor… necesito ir al baño, conejo idiota —gritaba el chino. Con enfado salí, solo porque HanGeng estaba muy necesitado. EunHyuk no paró de reír apenas me vio.

—¡Te lo dije! —grité antes de ir hasta la cama y taparme hasta la cabeza. Me habían dado un pijama entero con forma de conejo, incluso tenía una capucha con orejas y una colita blanca.

—Minnie… te ves adorable —intentó calmarme. Bajé un poco la frazada para verlo con enojo—. No te sale hacer eso, mucho menos con esas lindas orejas. —Tomó una y yo le pegué para que la soltara.

—¿Por qué a ustedes les dieron ropa tan genial y a mí esto? —señalé sus pantalones y chaqueta de cuero y su camiseta roja.

—Quizá le caí bien a alguien —dijo burlándose nuevamente—. Tengo una idea. Vamos a arreglar ese traje para que te veas estupendo. —Le miré, tenía una sonrisa sincera que me hizo levantarme de la cama—. Dame alguna de tus ropas y veremos qué podemos hacer.

Y luego de cortar, coser y pegar, terminé con un conjunto que a mi parecer estaba bien, pero por lo general me da igual lo que uso, por suerte tengo a Hyukie para vestirme. Al final había dejado las orejas de conejo y el color rosa, pero el pantalón era de cuero (prestado por EunHyuk) y había abierto el traje, cortándolo para hacer una chaqueta y ponerme debajo una musculosa negra.

—Las orejas… —Las señalé.

—Déjalas, te da un toque tierno… además, es eso o la colita tú eliges. —Tomó la esponjosa bola blanca que había quitado del traje.

—Las orejas son divinas —exageré, haciendo que riera.

Luego de nuestra odisea por encontrar el traje perfecto para mí, nos dirigimos con el resto del grupo hasta donde se haría la competencia. Por alguna razón durante todo el camino me sentí observado por un par de ojos, siempre los mismos. No era la gente que estaba en los pasillos y me miraba extraño y con una sonrisa que daba miedo… más bien me seguían, pero cada que giraba a ver si estaban allí era como si desapareciesen.

—Tranquilo, Minnie. Con nuestra coreografía nadie podrá ganarnos. —Le sonreí a Hyuk y seguí caminando intentado ignorar lo que me veía.

Las presentaciones iban pasando, uno por uno los grupos hacían movimientos coordinados y limpios. Nunca los había visto en otras competencias, de eso estaba seguro. Ya nos estaba por tocar, solo quedaba por pasar el grupo del internado SM. Para mi sorpresa en el centro del escenario apareció el chico que se la había pasado el día con EunHyuk, el mismo que nos advirtió del dueto: DongHae.

Me quedé hipnotizado observándolo. Lo hacía muy bien, demasiado bien. Cada movimiento de mano, cada gesto que hacía, no parecía el chico tímido y tierno que hacía sonreír. Sin bien seguía siendo hermoso, daba la sensación de querer acercarse, abrazarlo, tomarlo entre brazos… sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos de mi cabeza e intenté observar a mi grupo. Todos estaban igual, embobados, queriendo saltar sobre el escenario.

—Es impresionante, ¿no lo crees? —me preguntó EunHyuk, por alguna razón era el único que aún no se veía tan afectado como el resto de nosotros. Solo observaba hacia el chico con admiración y orgullo—. Yo le ayudé a armarla. Y él ayudó con la nuestra. —Lo observé con el ceño fruncido, ¿acaso estaba hablando en serio?

—¿Pero no pensaste que se copiaría o algo?

—¿Ves que lo esté haciendo? —Observé de nuevo el escenario, y negué. Un segundo, ¿estaba viendo doble? O mejor dicho… ¡ESTABA VIENDO CUADRUPLE! Miré de nuevo a mi amigo. Él solo me sonrió—. Es su habilidad, es por la única razón que lo dejan presentarse solo.

La siguiente era nuestra.

Nos paramos en el centro del escenario. Jamás en mi vida había estado más nervioso por una presentación. Además no dejaba de sentir esos ojos que seguían mirándome. Busqué entre la multitud. El chico que me había atacado en el pasillo estaba ahí, mirándome, como si pudiera ver a través de mí, además estaba… ¿enfadado? Fruncí el ceño. Él había escogido mi ropa, se notaba de lejos.

Me sentí diminuto ante tanta criatura perfecta, pero creo que todo terminó cuando comencé a escuchar el sonido de la música. Me dejé llevar. Bailé como nunca antes, y creo que eso se notó cuando mi respiración al finalizar no se podía regular.

Bajamos del escenario para escuchar los duetos. Buenos duetos. Ninguno lo hacía mal, ninguno fallaba las notas. Era increíble que tuviese que haber un solo ganador.

Nuevamente el grupo de SM. Para mi sorpresa ahí estaba él. Se presentó junto a otro chico, que tenía el cabello oscuro, era muy bien parecido, pero tenía un aura misteriosa, al igual que quien ya conocía. Los dos parecían encajar perfectamente el uno con el otro, por lo menos en aspecto, y lo corroboré cuando comenzaron a cantar. Sus voces… sonaban exquisitamente.

—YeSung —dijo RyeoWook bajito.

—Sí, excelente voz —dije.

—No, no… le dicen YeSung. —Lo miré—. Supongo que por eso. —Señaló el escenario. Tomé la botella de agua que tenía a un lado y la bebí hasta el fondo.

Con Wook nos subimos cuando fue nuestro turno. Yo sentí que lo hicimos bien, realmente lo sentí y espero que haya sido así.

Pero algo sucedió cuando nos hubimos juntado nuevamente con nuestro grupo, con ShinDong, con HanGeng, con EunHyuk y KangIn.

No me había dado cuenta de que teníamos la mesa que estaba exactamente en el centro de la sala sino hasta ese momento en el que todos nos observaban… exactamente: TODOS. Por alguna razón en vez de irradiar luz, soltaban alguna clase de aura oscura que penetraba en uno y te hacía temblar. Con miedo observé como mis compañeros se comportaban extraño y caminaban hacia los que habían pasado con ellos el último día. Miré al frente y allí estaba: el chico que me había atacado.

Sus ojos tenían una hipnotizante mirada negra, profunda y sin vida que me atrapó en cuestión de segundos.

 

:—:—:—:—:—:—:—:—:

 

Bueno, ahora mi escuela no es tan normal.

No puedo salir de noche, pero el club de baile ya no es solo DongHae. EunHyuk y él se convirtieron en los mejores bailarines del internado, que junto a ShinDong entrenan a varios chicos como actividad extra. HanGeng a veces los ayuda, pero encontró la amistad de dos chicos chinos que están siempre con él, también los acompañan siempre ese chico que parecía una chica, HeeChul, y el musculoso que se había presentado el primer día, SiWon. RyeoWook ingresó en el coro del internado, y junto a YeSung armaban las más hermosas melodías en piano y voz. KangIn se convirtió en lo que nunca jamás pensé, el perro faldero de alguien, por alguna razón LeeTeuk, el presidente del centro de estudiantes era la única persona a la cual ese grandote obedecía.

Y con lo que me respecta… bueno yo creo que encontré el amor. KyuHyun, quien me molestó en el pasillo y me besó en el jardín, era una persona amable y cuidadosa. Él me había conocido en una competencia de baile mientras buscaba presas y pidió que me llevaran con él. Supongo que debo darle las gracias, porque aunque extrañe a mis padres y mi pequeño hermano, él ha sido excelente conmigo.

Durante todo el proceso de transformación no se había separado ni un instante de mí, el proceso duraba días, e incluso semanas, pero él estuvo ahí, dándome su mano y brindándome su apoyo.

Supongo que quieren saber que sucedió… simple, el amor nos encontró, y el amor nos llevó consigo a cambiar, quizás para bien, quizás para mal, pero todos viviremos en ese internado, para siempre quizá suene demasiado tiempo, pero la verdad es que no me importa mientras tenga a mi  lado a KyuHyun.

 

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Ahora comenzaré de nuevo.

Hola, mi nombre es Lee SungMin. Me veo de 16 años y mi colegio está repleto de vampiros, y adivinen que…

… soy uno más de ellos.



[1] http://www.youtube.com/watch?v=uwF6HhsA9Nk

Notas finales:

Espero que les haya gustado. :D


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