La navidad adorna cada rincón de la ciudad, las canciones resuenan hasta en el último lugar que puedas imaginar y la mirada el Dios del Trueno se pierde melancólicamente en cada adorno que ve, sobretodo en el muérdago colgado por cada lugar de la torre Stark.
– ¿Quieres que te consiga una mujer para que la beses y algo más? – Pregunta Tony levantando las cejas.
El rubio no lo escucha, sólo suspira y pregunta:
– ¿Vosotros también festejáis Yule?
Tony no estaba muy seguro de que contestar, sus conocimientos eran amplios pero no eran precisamente sobre otras culturas, por suerte el fruto de su creación estaba preparado para casi todo.
– Señor Thor, nosotros no celebramos Yule, si no la Noche buena que será mañana 24 de Diciembre y Papá Noel trae regalos para los niños buenos que abrirán la mañana siguiente, Navidad.
– ¿Papá Noel?
– Un gordo barbudo vestido de rojo que baja por la chimenea hace jojojo y deja los regalos bajo el árbol.
– ¿Ponéis los zapatos llenos de heno y azúcar para Sleipner? – Preguntó viendo la similitud entre Papá Noel y el Padre de Todo.
– Trueno, Relámpago, Juguetón, – Iba contando con los dedos Tony. – Cupido, Cometa, Brioso, Bailarín, Saltarín y Rodolfo. Ningún Sleipner.
Sabiendo que el tal Papá Noel no era su padre, Thor sonrió pensando que quizás el hombre le traería lo que quería y su mente se llenó del motivo por lo que llevaba días suspirando, Loki.
– ¿Te trae lo que desees o es un presente sorpresa?
– Le escribes una carta y si has sido un niño bueno te trae lo que has pedido.
El aesir estaba encantado con la idea, lo malo fue que el señor Noel sólo recibía las cartas antes del 24 de diciembre y estaban a 23, quedando menos de media hora para la medianoche, escribió la carta todo lo rápido que pudo en una hoja arrancada de uno de los cuadernos de Steve y siguiendo las instrucciones de Jarvis la colgó del árbol. El 24 estaba tan emocionado que parecía un niño pequeño, haciendo preguntas de las que acepto casi siempre la misma respuesta “Es la magia de la Navidad.”, incluso se fue a dormir mucho antes de las doce aunque cualquier sonido le hacía querer levantarse de la cama y poder tener su regalo.
El 25 prometía ser un gran día, Thor soñó con su hermano y despertó pronto como casi todos los niños midgardianos, saltó de la cama haciendo un gran estruendo y con pisadas dignas de un oso se plantó frente al árbol. Su hermano no estaba ahí, busco por todas partes sin preocuparse de despertar a sus compañeros y al final se tiró en el sofá con rostro compungido.
Sin más remedio que levantarse porque no habían conseguido volver a conciliar el sueño tras la estampida del oso, sus compañeros decidieron levantarse, la imagen no fue lo que esperaban ver, todos creían que encontrarían al rubio sonriente del día anterior pero la sonrisa había desaparecido llevándose el brillo de su mirada azul, verlo era como tener a un niño pequeño que se ha portado bien todo el año y Papá Noel se ha olvidado de él.
– ¿Qué pasa grandullón?
– El hijo de Noel no me trajo lo que le pedí. – Se quejó sin ocultar su enfado.
– No puedes saberlo si no los has abierto. – Le dijo Steve cogiendo dos paquetes con el nombre del aesir bajo el árbol y acercándoselo.
– Lo sé. – Se cruzó de brazos.
– Abrámoslos juntos. – Propuso el capitán con una sonrisa amable.
A regañadientes Thor arrancó el papel de sus regalos con la pequeña esperanza de que hubiese algo de su hermano, pero no fue así, nada de lo que vio tenía que ver con su hermano y con ojos llenos de pena pregunto
– Acaso he cometido algún agravio para que mi petición no fuera escuchada.
– Thor todo el mundo sabe que si no pones comida a los renos sólo recibirás calcetines o jerséis que nadie quiere ponerse. – Se burló Tony al ver a un hombre tan grande triste como un niño de guardería.
Banner fulmino a Stark con la mirada y rascándose la cabeza intento recordar cosas que gustasen a los niños, pero sólo le vino a la mente una canción horrible sobre conejitos saltarines, por suerte Natasha conocía muchas tradiciones.
– Papá Noel no es el único que trae regalos, también están los Reyes Magos. – Thor la miró con interés y ella siguió contándole con todo suave e hipnótico. – Son tres hombres sabios venidos de Oriente sobre hermosos camellos, llevan presentes a todos los niños del mundo, hermosos presentes para los niños buenos y carbón para los niños malos. Seis días después de año nuevo deja tus zapatos limpios cerca de la puerta o ventana y dejaran tu regalo junto a ellos. – Tony quería añadir algo a la historia pero la pelirroja le pellizco el costado sin perder la sonrisa.
Animado por su nuevo conocimiento y suponiendo que al ser tres podían darle lo que pedía se apresuró a ir a su cuarto y preparar su carta con mucho más cuidado y dedicación que la de Papá Noel.
Usando pergamino con su emblema para que viesen que no quería faltarles al respeto escribió con tinta y pluma.
"A sus majestades los Reyes Magos de Oriente:
Soy Thor hijo de Odín, miembro de los Vengadores y protector jurado de Midgard.
He sido un niño bueno, he salvado el mundo, luchado por el bien muchas veces y seguiré haciéndolo hasta que mi muerte llegue.
Sé que tenéis que repartir muchos regalos, pero sólo deseo una cosa.
LOKI
Confío en que me lo traigáis, no como Papá Noel que me trajo una capa nueva y unos calcetines.
Felices fiestas y próspero año nuevo.
Muchas gracias
Atentamente
Thor Odison Príncipe de Asgard.
P. D.:
Siempre seréis bienvenidos a mi casa si me ayudáis a recuperar a mi hermano."
Lacro su misiva y la colocó en el mismo árbol dado que Jarvis le aseguró que el Príncipe Aliatar paje de sus majestades iría a buscarla en la noche para hacérsela llegar a sus señores. A cada momento Thor comprobaba el árbol para ver si habían recogido su carta, se le veía más animado hasta que Hogun el sombrío fue enviado a buscarle, su madre deseaba tenerlo junto a ella para celebrar el nuevo comienzo. Thor no quería ir, su rostro se ensombreció, miraba a sus amigos y al árbol temeroso de que los Reyes se olvidasen de él, fue entonces cuando notó que su carta no estaba en el árbol, ahora sí que no podía partir, si los Reyes Magos traían a su hermano sería una afrenta que él no estuviera, aún peor su hermano podía volver a desaparecer sin que se vieran.
– Ellos van a saber donde encontrarte. – Le dijo Steve al notar lo que miraba.
– No olvides que los camellos también comen. – Se despidió Tony–
De regreso a Asgard Thor compartió y festejo con todos, pero sobre todo espero pacientemente el día señalado.