Pov ChanHee
Aish… no sé ni a qué hora me quede dormido… solo sé que regrese a casa… me la pase pensando en el pequeño Byung, revise su registro y de verdad que no recuerdo haberme dormido. Me quede dormido en mi escritorio, por lo que veo, regrese a casa y volví a leerlo, mi almohada fue el registro de Byung. No sé que me intriga, pero hay algo en ese chico que de verdad se me hace familiar.
Ya que hoy entro un poco tarde, creo que será mejor comprar algo para llevarle a Byung, quiero ver si logro hacer que el sea el que me hable y logre superar esa perdida. Se que el amor es lo más delicado y puro que existe, pero no puedo permitir que la muerte de una persona termine en dos.
Me aliste mientras iba pensando en algo para animarle el día, sin duda alguna, quiero conseguir esa sonrisa, quiero que vuelva a hacer como antes. Hoy me hare de la vista gorda con el maniático de ChangJo, el que se encargue de su demoni... digo, de su paciente.
Ya habiendo salido de casa, pase a comprar un paste con frutas, una que otras bebidas y algún juego sencillo y nada peligroso. Listo todo, pues llegue al hospital, y de inmediato me fui a la habitación de Byung. Al entrar lo encontré sentado sobre la camilla, jugando con lo que parece ser una gelatina, y creo que era de uva por su color, me acerque a el de una forma discreta.
-Hola, buenos días -al decirle esto él dio un pequeño salto en su sitio y me miro con una cara de sorprendido. Al parecer estaba sumergido en sus pensamientos. –perdón si te interrumpo, pero pase a saber de ti, no como doctor, sino como tu amigo… al parecer no te gusta la gelatina, por eso traje pastel de fruta –me senté al borde de la cama, le sonreí mientras él me veía quitarle la gelatina y colocar el pastel frente a él, lo descubrí y el levanto la vista hacia mí. –Espero que te guste, y ah… traje otra cosa para ti –me voltee a buscar algo en mi bulto que estaba detrás de mí, sobre la camilla, busque unos pequeños frascos y se los di. –son para tu desgarre, te ayudara a reponerte más rápido… quiero escucharte, me imagino que tienes una voz muy linda. –ese de inmediato se sonrojo y agacho la cabeza, tomo mi mano y escribió sobre la palma de esta “gracias”, sonreí feliz por ver que cada vez acortaba mas y mas la distancia.
-¿Sabías que las enfermeras creen que quedaste mudo debido a un trauma? –el negó al escucharlo. Vi que intento comer pastel, pero por razones lógicas, no traje nada para partir el pastel, tome la pequeña cuchara plástica que antes estaba usando con la gelatina y se la pase. –Perdón, a veces se me olvidan las cosas… <<es obvio que no le diré la verdadera razón>>.
El tomo la cuchara y empezó a comer de forma lenta, al parecer le gustaba, en su cara no se veía ninguna expresión, pero algo me decía que si.
El momento de “amigos” paso muy rápido. Jugamos un poco de cartas, el se comió casi la mitad del pastel y nos tomamos todas las bebidas. Con mi supervisión el tomo las medicinas para su garganta y le recomendé reposo.
-Trata de descansar un poco, y recuerda… espero escuchar tu voz –le guiñe antes de salir de su habitación. –Aish… hoy me tocan supervisiones incomodas… pero por lo menos hoy volveré a ver a Byung –sonreí mientras iba a mi consultorio a recoger los registros correspondientes y algunos de mis instrumentos necesarios.
Pov Byung
Es incomodo estar entre cuatro paredes, tomar cosas para dormir y que no resulten… de mi mente no sale ese momento, quisiera olvidar, pero de pronto me sumerjo en una oscuridad muy densa, mi cabeza duele al igual que mi pecho… “fue mi culpa lo que paso”… “fue mi culpa”… esas palabras hacen eco entre las paredes de mi conciencia.
Creí que era mentira el haber perdido a In Na, y pensar que nuestro amor aun era tierno. Desde muy jóvenes por miedo al rechazo permanecimos como amigos, como mejores amigos, hasta que un día me arme de valor y le dije mis sentimientos. Lo más lejos que tenía era, que ella me correspondería.
Nunca olvidare ese día…
~recuerdos~
-In Na… etto… yo… puedo decirte algo –la agarre de las manos y la parte del grupo de amigos, ella me miro y con un leve rubor me dijo.
-Sí, dime Byung… -mecía leve nuestras manos.
-Pues… -tome aire y le dije todo de una vez. –Me gustas, siempre me has gustado, te quiero, y quiero que seas mi Nunna, quiero ser más que amigos… quiero hacer cosas románticas contigo… -sus mejillas se tiñeron de un rojo carmesí, al igual que las mías. Ambos nos miramos y sonreímos como idiotas.
-Creo que ambos sentimos lo mismo… -musito.
-Eso quiere decir que… ¿me dices que si? –dije un poco animado y a la vez muy emocionado.
Ella asintió y me regalo un cálido beso en la mejilla, yo agache la cabeza y tome fuerzas para besarla a los labios. Ese fue el primer beso para ambos…
………………………..
-Oppa Byung!!! –agitaba su mano desde lejos, mientras que en la otra llevaba una billetera y unas llaves. –Oppa Byung!!
Me gire y la vi correr hacia mí, pero no me dio tiempo a advertirle lo que justo iba a pasar, lo que justo cambiaria la vida de ambos… el sonido… y las imágenes fueron en cámara lenta. Ver como su vida era arrebatada de sus manos.
Mi cuerpo tembló y sentí como si mi corazón fuera arrancado a viva carne, intente ir hasta su cuerpo inerte, pero mis piernas no respondían, no podía creer lo que pasaba, no podía creer que la chica que amaba tanto, ahora no esté.
Caí de rodillas y no pude hacer más que observar como todo pasaba. Como se la llevaban, como un sin número de personas solo estaban de espectadores mientras las autoridades realizaban su función… fue algo traumático para mí. Fue mi perdición.
…………………………
“lo siento Byung”, “te acompaño en tus sentimientos”, “se fuerte”, “ella está bien en el lugar donde esta”… esas y otras eran las cosas que me decían mientras yo solo observaba su rostro por última vez, no me salían palabras, ni una sola lagrima… nada.
~fin recuerdos~
Sale de sus pensamientos y vuelve en si, cuando puede notar que dos lágrimas recorren sus mejillas, no había notado cuando esas dos curiosas habían decidido escapar.
Pov Byung
Desde que he estado en el hospital me he sentido horrible, a veces quisiera lanzarme por la ventana, pero no me es posible… no hay maneras de que acabe con mi vida y que pague por el mal que le hice. Nunca debí de haber dejado mi billetera y mis llaves, no debí de haber salido ese día. Debí de haberle hecho caso a mi corazón que me decía a voces que algo no iba bien.
-Epa Byung… ¿no te dije que descansaras?
Este es mi doctor, por cosa de la vida es a la única persona que le tengo confianza, es con la única persona que me ha interesado hablar después de haber quedado parcialmente mudo por haber gritado de dolor y desgarrar mi garganta. Es la única persona que me ve como a una persona y no como a un enfermo mental. Solo por el me interesaría volver a hablar y agradecerle por estar ahí para mí. Mas que mi doctor lo siento como mi amigo.
-Descansa… no te la pase hay sentado mirando al vacio. Por cierto, ¿ya te dieron esas horrendas pastillas? O ¿ya te inyectaron? –me dijo mientras me tomaba la temperatura de la frente. Yo solo le mire y negué. Ya se me hacia costumbre tomar su mano y escribir sobre su palma.
“Aunque me las den, no las tomare”, le escribí y el sonrió.
-Eres un niño maluco –yo negué y el siguió riendo. –Tranquilo… no dejare que te den nada de eso –el alboroto mi pelo con esa calidez que solo él me ha sabido dar desde que he estado aquí.
-Ahora duérmete, quiero que de verdad puedas hablar, además estoy de escape… aproveche un pequeño momento para verte. Así que será mejor que vuelva a mi trabajo. –el volvió a alborotar mi pelo y me sonrió ampliamente. –hasta luego.
Agite mi mano viendo como este salía de mi habitación. Lo que nadie sabe es que tengo miedo a cerrar mis ojos. Siempre repito las mismas escenas, y no soporto verle morir tantas veces, y todas por mi culpa.
La quiero de vuelta…
Pov ChanHee
¡Waaa que bueno!... cada vez me hago más cercano a él… quiero romper ese miedo, quiero que olvide, quiero que sea feliz otra vez… lo quiero ver sonreír.
-¡Lee ChanHee! ¡Idiota! –le grita desde lejos un chico alto, que muy de lejos resaltan sus voluminosos labios. –¿Qué diablos piensas al dejarme plantado?
Ups… creo que lo olvide. Tenía una noche de tragos con mi mejor amigo… creo que me va a matar.
-¡Maldito Idiota! ¿Qué te crees? –venia hacia mí como león a su presa, cerré mis ojos y de momento se escucho un silencio, abrí uno de mis ojos y pude ver lo siguiente.
-di…dis.culpa.. Fue mi error –niel se disculpaba con uno de los doctores que es del área de pediatría, en la psiquiatría.
-Está bien, discúlpame tu a mí, al parecer venia distraído –sonríe casi cerrando los ojos de tan achinados que los tenia. –Es extraño… ver que alguien alce la voz en un hospital de esa forma… -dijo en un tono un poco burlón, se acaricio el mentón y decidió presentarse. –Ey, que descortés… soy Bang MinSoo… gusto en conocerte… -le extendió la mano.
-Eeh… yo… yo soy Ahn Daniel, gusto en conocerle. –estrecho su mano un poco embobado y al parecer sonrojado por los comentarios del Doctor Bang.
-Si me disculpas, iré a atender a un paciente –volvió a sonreír y se despidió yéndose. << ¿Qué diablos?, en se ríe y es como si no pudiera ver>>, Niel se giro y siguió su caminar hasta ver como desaparecía al doblar a la derecha del pasillo, se giro hacia mí y me miro con la boca completamente en “O”… se acerco lentamente a mí y aun con su cara de asombro.
Creo que ya este pez encontró el anzuelo que le enganche –reí.
-Antes que todo, perdón por dejarte plantado… -trate de continuar pero el me detuvo.
-¿El trabaja acá? –yo asenté. –Joder… creo que te hare visitas mas seguidas –su voz sonó como si se estuviera derritiendo.
-Como digas… -reí. –tengo que irme. He dejado a varios en espera. Así que si te vas a quedar, no hagas ningún desorden o ruido... ¡¿Oíste!? –le dije mientras me iba y le agitaba la mano como signo de despedida.
Pov Niel
Nunca creí que me enamoraría a primera vista de un chico como él. Ahn Daniel ha sido flechado por Cupido… -suspira –su sonrisa me mato, se ve tan dulce, pero detrás de esa dulzura se ve que hay un chico malo y travieso.
Y yo Ahn Daniel peleare por ver detrás de esa dulzura.