Tres días habían pasado desde el incidente que Kai había presenciado y como era de esperarse, parecía que Luhan huía de él cada vez que le miraba. Al principio, el moreno pensó que se lo había imaginado todo, porque era increíblemente difícil aceptar lo que había oído siendo que cada vez que la pareja pasaba parecían más que enamorados, Sehun se comportaba como todo un príncipe con el ciervo y a él parecía gustarle mucho el menor; sin embargo, Kai estaba seguro de lo que había visto y escuchado, y estaba dispuesto a todo con tal de descubrir la verdad.
Ese día se llevarían a cabo las inscripciones para los respectivos talleres, por lo que todos los estudiantes corrían de aquí a allá llenando formas y comentando animados lo ‘increíbles’ que serían sus actividades después de la escuela. Jongin estaba caminando junto con Kyungsoo a través del pasillo, una tarea difícil considerando la magnitud de gente que había, sin embargo, tenían un objetivo; llegar al salón del taller de cocina para Soo y al de baile para Kai. Un par de minutos y muchos empujones después, lograron llegar al salón del chico de los ojos enormes, donde tenía que hacer su registro y tomar una pequeña introducción:
—Bien, aquí nos separamos— informó Kyungsoo mirando al moreno algo impaciente pues estaba muriéndose de ganas de entrar a su taller— Nos vemos mañana, y por favor ¡Prométeme que no te meterás en problemas! En especial con Sehun…— replicó seriamente, mirándole con el ceño fruncido; una expresión que sería digna de una película de terror. Kai simplemente le sonrió.
—Tranquilo hyung, me portaré bien— prometió esforzándose por sacar a relucir su mejor cara de niño bueno— Aunque si ese idiota se mete conmigo, yo…— pero fue interrumpido por un manotazo en la nuca de parte del contrario, haciendo que frunciera el ceño, confundido por el repentino ataque.
—¡No Kai! Aún cuando Oh busque problemas no quiero que le respondas—replicó Soo con una mirada seria, apuntando al moreno con un dedo, en señal de que le asesinaría si intentaba algo. Jongin simplemente dio un paso hacia atrás, dispuesto a huir si las cosas se ponían peor.
—De acuerdo, lo intentaré ¿Está bien? — preguntó algo fastidiado del asunto, aunque por dentro, temeroso por las amenazas de su hyung; mirando hacia el fondo del pasillo intermitentemente, donde se suponía estaba su tan ansiado salón de baile.
—Bien…—soltó D.O. después de un momento de pensárselo, revolviendo el cabello del menor antes de sonreírle— Ahora ve, ¡Y suerte! — deseó sinceramente, haciendo que el otro chico también sonriera.
—¡Gracias! — gritó mientras se alejaba corriendo por el pasillo, tratando de esquivar a toda la gente para llegar al salón.
El lugar era lo suficientemente amplio para que al menos quince personas ensayaran sin problemas de espacio, además, estaba bien ventilado para evitar morir de calor y una de las cuatro paredes estaba forrada de espejos, que permitían ver al bailarín cualquier error que cometiera; sin duda, era un lugar de ensueño para Kai, y realmente esperaba poder quedarse ahí. El moreno entró con los ojos brillándole de emoción, notando cada detalle del aula mientras avanzaba hacia la mesa donde había unas formas que los aspirantes debían llenar, había mucha gente, pero dudaba que siquiera la mitad lograra entrar al taller- solo hacía falta ver su complexión para saberlo-, cosa que le hacía sentir extrañamente confiado.
Delante de él en la fila estaba un chico con largo cabello castaño, que bien podía pasar por una chica; no dejaba de moverse inquieto en su lugar mientras hablaba con toda persona que pasara por donde él estaba, incluyendo por supuesto a Kai:
—¡Hola! — saludó enérgicamente el castaño, haciendo que Jongin parpadeara un par de veces, algo confundido por la familiaridad del chico.
—¿Hola? — respondió el moreno confundido, algo cohibido por la hiperactividad del contrario; sin embargo, debía ser amable con sus compañeros, por lo que le sonrió de medio lado— Kim JongIn— se presentó tendiéndole la mano amigablemente.
—Lee Taemin— respondió el chico agitando la mano del moreno con una brillante sonrisa— ¿Por qué no te había visto antes? — preguntó con el ceño ligeramente fruncido, como si no conocerle le causara molestia. Kai simplemente se encogió de hombros.
—Oh, soy recién llegado— informó Jongin con una pequeña sonrisa, recuperando su mano tras el saludo. La fila iba avanzando con rapidez, y desde su sitio ya podía ver a Sehun sentado detrás de la mesa, en una postura cómoda mientras le prestaba más atención a su móvil que a los chicos interesados en el taller; a su lado, un chico que no conocía se encargaba de decirle a los nuevos qué debían hacer.
—¡Increíble! Hace mucho que no tenemos sangre fresca por aquí… — hizo un pequeño mohín antes de continuar— Es decir Sehun es algo especial escogiendo a la gente que se queda en el taller, así que ¡Espero que te vaya de maravilla! — replicó sin dejar de sonreírle de aquella manera tan propia, haciendo que Kai correspondiera, aún cuando la mención del menor no le había hecho nada de gracia. Confiaba en sus habilidades, por lo que estaba seguro de que se quedaría.
Tras un par de minutos platicando de cosas sin importancia e intercambiando números llegaron a la mesa. Taemin saludó animadamente al chico a un lado de Sehun, quien rápidamente le dio las formas de reinscripción. Por su parte, Kai hizo su mayor esfuerzo por ignorar a Oh y tan solo se dirigió al chico poseedor de un pequeño hoyuelo en la mejilla:
—Soy Kim Jongin, quiero una oportunidad para pertenecer a este taller— le habló con suavidad, sin embargo, su mirada reflejaba seguridad; el chico asintió, buscado entre un montón de papeles los correctos para el menor. En ese momento, Sehun perdió toda la atención en su móvil, mirando al moreno con una sonrisa burlona y una ceja enarcada.
—¡Mira a quién tenemos aquí, Lay! — exclamó el rubio- como si hubiese descubierto una mina de oro- en dirección al chico del hoyuelo que aún buscaba los papeles. Se inclinó un poco más en la mesa, para poder mirar a Kai directamente— ¿En serio crees que tienes la habilidad suficiente para pertenecer a este taller? — preguntó en un tono que hizo que a Kai le hirviera la sangre; tuvo que respirar y contar hasta diez para no írsele encima al contrario.
—Estoy seguro— asintió rechinando los dientes son poder evitarlo. No es que hubiera tenido mucho contacto con Sehun, pero había tenido sus roces con él en los pasillos, se empujaban y se enviaban malas miradas y ambos sabían exactamente por qué.
—¡Listo! — exclamó Lay rompiendo con la repentina tensión entre ambos chicos; le tendió un par de papeles al moreno con una sonrisa— Tienes que llenar éstas formas y presentarte con cualquier coreografía mañana, además…— pero una mano calló a Lay al instante. Ambos miraron al rubio con la cabeza ladeada, y de nuevo, Kai sintió la necesidad de golpearlo.
—No, que se presente de una vez— interrumpió Sehun con una sonrisa aparentemente amable sin embargo, Jongin sabía que había algo mucho más oscuro detrás de esa expresión— Si es tan bueno como dice ser, no necesitará ensayo, ¿No Kai? — preguntó sin dejar su sonrisa, retándole con la mirada. Si Jongin no le hubiese prometido a Kyungsoo que se portaría bien, seguramente en ese momento ya le hubiese roto la nariz a Oh.
—No hay problema, me presentaré cuando quieras— informó firmemente, tomando las hojas mientras le sonreía hipócritamente al rubio. Se sentía un poco mal por el chico del hoyuelo, quien parecía estar esperando que ambos se mataran en cualquier momento.
—¡Excelente! Lo harás cuando terminemos de entregar las formas— replicó Sehun fríamente, sin ninguna expresión en el rostro. Jongin asintió girando sobre sus talones antes de perder los estribos y se retiró al rincón más alejado de Sehun a llenar los papeles.
Debía admitir que estaba algo nervioso por tener que presentarse justo en ese momento, sin embargo, no iba a dejar que Sehun se enterara de eso, ante sus ojos, tenía que mostrarse firme y confiado y eso era justo lo que iba a hacer. Vio como la fila iba disminuyendo hasta que solo quedaron en el salón cerca de doce chicos que suponía que eran los que ya pertenecían al taller, al parecer, todos se conocían entre ellos y hablaban animadamente; Kai por su parte aún estaba en su rincón tratando de repasar mentalmente alguna coreografía de las que había practicado anteriormente, sin embargo, parecía que los nervios empezaban a traicionarlo por lo que seguramente tendría que improvisar algo.
Miró cómo Lay y el rubio se ponían en pie, el primero arreglando los papeles entre sus manos mientras Sehun se acercaba a él sonriéndole con saña. Kai se puso en pie al instante, mirándole con el mentón en alto, aún cuando su corazón bombeaba con fuerza:
—¿Listo?— pregunto el rubio mirándole con superioridad, sin embargo, Kai no se dejó intimidar, asintiendo con la cabeza efusivamente. Sehun asintió una vez, girando sobre sus talones mientras dejaba que el moreno se estirara un poco— ¡Chicos!— llamo la atención de todos, poniéndose en el centro del salón— Tenemos un novato valiente, hará su prueba hoy porque ingenuamente cree que tiene el talento suficiente– informó con saña, esbozando una mueca que no supo disimular.— Empieza— ordenó mirando a Kai por el espejo, quien ya estaba en posición y respirando hondo.
—Mi nombre es Kim Jongin y quiero formar parte de este grupo— habló el moreno con voz firme, haciendo que Sehun rodara los ojos. Llamo la atención de todos los presentes, y de un momento a otro todo se quedo en silencio; se movió para conectar su movil a una de las bocinas y presionó play.
Su cuerpo empezó a moverse al compás de la música sin ninguna dificultad, sus movimientos eran fuertes y precisos, cada uno más llamativo que el anterior, exponiendo su buen físico. Pronto, el ambiente en el aula se volvió mucho más animado, todos seguían al moreno con la mirada, unos elogiando su talento, y la mayoría disfrutando de sus movimientos sensuales, jurando que nunca habían visto a alguien mover de esa manera la cadera. Todos estaban complacidos con el novato, excepto claro, Sehun, quien aún no podía deshacer la mueca de desagrado de sus labios; sinceramente no esperaba que Kai fuese así de bueno para el baile, además no podía negar el físico envidiable del otro, algo que inevitablemente le puso aún más alerta; no iba a perder a su novio por un estúpido niño nuevo que andaba por ahí haciéndose el encantador.
Refunfuñando por lo bajo, se acercó a la bocina, presionando el botón para apagarla justo en el momento en que la canción terminaba y miró al moreno con el ceño fruncido, haciéndole saber a todo el grupo que no estaba de acuerdo con lo que había ocurrido:
—Bien… Realmente muy bien, Kai— pronunció el menor, con una sonrisa de lado, esforzándose por ser hipócrita con Jongin; quien para entonces estaba tratando de resistir el impulso de romperle la nariz a Sehun, apoyándose sobre sus rodillas para recuperar el aliento, mirando al rubio fijamente— Tienes a mi equipo impresionado, eso es algo que casi nunca se ve— informó acercándose paso a paso a él, sin poder disimular aún su expresión de desprecio. Ante la mención de eso, Kai se irguió, mirando a su alrededor para comprobar que en efecto, el resto del taller estaba con cara de asombro, y varios de ellos con una sonrisita cómplice en los labios.
—¡Sehun! ¿Vas a hacer que se quede, verdad? — llamó un chico alto y castaño, con la mitad de la cabeza rapada y una mirada felina; que en ese momento estaba acompañado por Taemin y otro chico con cara de cachorro— ¡Imagínate lo lejos que llegaríamos en el intercolegial con él de nuestro lado! — continuó empezando a acercarse a Kai, quien estaba un poco confundido y a la vez halagado por el otro chico.
—No lo sé Key, no considero que él pueda adaptarse a nuestro ritmo…— replicó Sehun mirando con desdén al moreno, quien hasta entonces estaba tratando de ignorar completamente al rubio, fijando su mirada en el castaño que venía hacía él.
—¡Claro que lo hará! — replicó de pronto Taemin saliendo de entre la multitud para avanzar también hacia el novato; al parecer, no le tenía miedo a Sehun— ¡Sólo míralo! Se nota que ha tenido una formación de años, además, ¿No estabas diciendo el otro día que necesitábamos más ‘atractivo masculino’? ¡Ahí lo tienes! — continuó hablando sin dejar de hacer ademanes dirigidos hacia Kai, el cual solo se limitaba a ver al resto de la clase, realmente sin interesarse en las reacciones de Oh, porque ya sabía que no iba a aceptarlo de todos modos, y no porque fuese un mal bailarín.
—¡Por favor Sehun! Estamos todos de acuerdo en que el chico se quede— intervino Key mirando hacia atrás donde el resto de la clase empezaba a asentir y a hacer comentarios acerca del moreno.
Le tomó un par de minutos al rubio para decidir; se paseó alrededor de Kai sin ninguna expresión, como si estuviese evaluándolo y luego miró a Lay, quien hasta entonces se había quedado con los otros chicos y le hizo una seña para que se acercara. Ambos jóvenes conversaron en voz baja por unos segundos, mientras tanto, Key y Taemin le daban suaves palmaditas en la espalda al novato, intentando calmarlo. Al final, Sehun se separó del chico del hoyuelo y caminó de nuevo hacia Kai, llamando la atención de todos los presentes:
—Muy bien, te quedarás— informó con algo de molestia en la voz, sin embargo, a Jongin no pudo importarle menos, estaba feliz de haber sido aceptado y no iba a dejar que ese rubio opacara su alegría —Pero, para darte una lección de humildad, te quedaras después de los ensayos a recoger el desastre de los baños por un mes— canturreó con una sonrisita de suficiencia, haciendo que Kai soltara un gruñido—Bienvenido al equipo, Kai— concluyó el rubio dándose media vuelta, incapaz de seguir soportando la cara de ese idiota que quería robarse a su novio.
A pesar de tener que soportar el berrinche de Sehun y de su nueva tarea asignada, Jongin no podía encontrarse más feliz. Había conseguido lo que quería, además, sus compañeros de baile eran todo lo contrario al capitán, se habían comportado amables, e incluso más de uno se había ofrecido a ayudarle a recoger el baño, sin embargo, Kai se negó educadamente, suponiendo que eso no agradaría nada a Sehun; independientemente de eso, un chico bastante comunicativo de nombre Jongdae le había informado que este semestre tendrían que compartir el baño con el equipo de fútbol, ya que el baño de éstos últimos tenía una fuga que tardaría bastante en ser reparada; Jongin casi salta de alegría al enterarse, eso le daba oportunidad de cruzarse con Luhan, cosa que al parecer, Sehun había olvidado completamente.
Caminó casi flotando hacia la cafetería una vez que la clase terminó, no habían hecho mucho por ser el primer día, tan sólo se habían inscrito formalmente y habían recibido algunas indicaciones y fechas por parte del capitán, por lo que ese día Kai no tuvo que quedarse a limpiar. Una vez que llegó a la cafetería, se dirigió a la mesa que había ocupado los días anteriores, donde fue recibido por un sonriente Baekhyun y un preocupado Kyungsoo que ni bien dejó que se sentara cuando empezó a abordarlo con preguntas:
—¿¡Cómo te fue con Oh?! ¡No me digas que lo golpeaste! Es por eso que estás sonriente, ¿¡verdad?! — preguntó paranoicamente el más bajito, haciendo que Kai soltara una carcajada, acomodándose a su lado.
—¡Nada de eso! — replicó antes de que su hyung sufriera un infarto— Estás viendo al nuevo miembro oficial del club de baile— informó orgulloso, haciendo que la mandíbula de Soo así como la de Baek casi chocara contra el suelo.
—¡No te creo! — exclamó al instante el chico del delineador, inclinándose en la mesa para ver a Jongin como si le hubiese crecido otra cabeza—Debiste hacer algo realmente bueno para impresionar a Sehun… Ni siquiera dejó que mi Yeollie entrara al equipo y eso que se mueve realmente bien— informó mordiéndose el labio inferior, ganándose un golpe de parte de Soo, a quien realmente no le interesaba saber esa información.
—¿Quién se mueve realmente bien? — preguntó de pronto una voz grave, visiblemente celosa; Baek sonrió al instante al reconocer la voz de su gigante y se dio la vuelta en su silla, mirándole con ojos brillantes.
—Tú Yeollie~— replicó Baekhyun mirándole sinceramente, haciendo a su novio sonreír, y ganándose un pequeño beso en los labios. Chanyeol tomó asiento a un lado de su novio, saludando a Kai con una sonrisa, quien hasta entonces no se había percatado de la presencia de otras dos personas en la mesa.
—¡Oh! Jongin, él es Kris, novio de Tao— le presentó Yeol al rubio desconocido, haciendo que el moreno girara un poco el rostro para poder ver a los dos mencionados. El chico panda se sonrojó suavemente ante la mirada curiosa de Kai, sin embargo, su novio pareció no inmutarse, dejando que el moreno le mirara tanto como quisiera.
—Es un gusto— replicó Jongin suavemente inclinando la cabeza en su dirección; Kris tan sólo le dedicó una media sonrisa, entretenido jugando con los dedos de su novio.
—Igualmente— respondió cortésmente, sin embargo, se inclinó un poco hacia el moreno, con una mirada interesada— Kim Jongin ¿no? He oído hablar mucho de ti últimamente— informó sin deshacer su sonrisa ladina, haciendo que el mencionado frunciera un poco el ceño, con la curiosidad picándole.
—¿A sí? — preguntó Kai con la cabeza ladeada, casi ignorando que Tao se encontraba entre ambos y empezaba a removerse inquieto.
—Sí, soy amigo de Xi Luhan ¿Lo conoces? —preguntó el rubio sin quitarle la mirada de encima. En cuanto el nombre llegó a oídos de Jongin sintió como su corazón dio un brinco, atinando únicamente a asentir efusivamente con la cabeza— Al parecer le llamas la atención y sus opiniones hacia ti son buenas, aunque claro, no puedo decir lo mismo de su novio Sehun, a él no le agradas tanto, de hecho, desde ayer no deja de quejarse de ti— resopló visiblemente frustrado, sin embargo, Kai se había desconectado parcialmente de la conversación después de escuchar acerca de su ciervo, ¿De verdad le agradaba? ¡Eso no podía ser mejor!— Por cierto, felicidades, me enteré que te quedaste en el equipo— concluyó con una nueva sonrisa, haciendo que Kai volviera a la tierra de golpe, y con una sonrisa aún más grande de la que ya tenía después de la clase de baile.
—¡¿Te quedaste en el equipo?! — interrumpió de pronto Chanyeol, quien incluso había parado su sesión de besos con Baek al escuchar la noticia. Jongin asintió orgulloso, haciendo que todos en la mesa sonrieran— ¡Esto tenemos que celebrarlo! Porque vas a ir a la fiesta de inicio de clases ¿verdad? — preguntó el gigante mirándole directamente, sin embargo, Kai no podía sentirse más perdido.
—Cada año un chico llamado Junmyeon hace una fiesta en su mansión para festejar el inicio de clases, todos los alumnos están invitados— le hizo saber Soo, ganándose una sonrisa agradecida de parte del moreno. Una fiesta no sonaba mal; debía sacar todo el estrés producido por el idiota de Sehun de alguna manera, y al mismo tiempo festejar su logro, además era la oportunidad perfecta para socializar un poco más.
—Iré— asintió Kai con la cabeza, haciendo que todos los presentes sonrieran.
—¡Perfecto! Yeollie, D.O y yo podemos pasar por ti ¿está bien? — preguntó Baekhyun volviendo a incorporarse a la conversación, mirándole con una sonrisa sincera que Kai no pudo rechazar, además, necesitaba que alguien lo llevara de todos modos. El moreno asintió con la cabeza, haciendo que el chico del delineador, saltara entusiasmado en su lugar— ¡Genial! Anota aquí tu dirección y te veremos a las ocho y media— informó sin borrar su sonrisa, tendiéndole su móvil a Jongin, quien rápidamente anotó su dirección y el número de su móvil por cualquier cosa.
El resto del almuerzo transcurrió normal entre bromas de parte de Chanyeol y Baekhyun y las demostraciones de amor ocasionales de Tao y Kris, pareja a la cual Kai y Soo no tardaban en molestar. Cuando fue hora de regresar a clases, Jongin se puso en pie enseguida, esperando poder encontrarse con su chico ciervo en el pasillo aunque fuese por unos segundos, sin embargo, esto nunca sucedió, al parecer Luhan de verdad le había hecho caso a la amenaza de su novio.
Algo decaído, Kai se sentó en el lugar que compartía con Soo y se dedicó simplemente a poner atención a las clases hasta que fue hora de salir, agradeciendo mentalmente porque su compañero de pupitre no le hiciera ninguna pregunta.
Una hora más tarde, Jongin cruzaba la puerta de su habitación; se había librado de todas las preguntas de su madre acerca de su día y estaba emocionado de nuevo por haberle contado de su logro y al mismo tiempo por haber conseguido el permiso para ir a esa fiesta tan popular.
Se dio una rápida ducha y se dispuso a comer algo rápido mientras elegía el atuendo perfecto para salir; al final, se decidió por unos jeans negros- que sabía que le quedaban tentadoramente ajustados- junto con unas botas en el mismo color y una camisa blanca que estaba abierta por los costados, dejando ver sus costillas y parte de su abdomen musculado. Una vez cambiado, desordenó su cabello un poco y se aseguró por lo menos mil veces de que realmente se veía bien. Tomó su móvil y miró la hora, había tardado más en arreglarse de lo que tenía previsto, pero aún tenía un par de minutos para bajar las escaleras con calma y mentalizarse respecto a toda la atención que seguramente recibiría en la fiesta, porque estaba casi seguro de que la noticia acerca de su entrada al taller de baile ya estaba en boca de todos.
El sonido de la bocina de un auto hizo que diera un respingo, dirigiéndose a la puerta después de despedirse de su madre. Subió a la parte de atrás del auto con una radiante sonrisa, Kyungsoo iba a su lado luciendo realmente bonito mientras Baek y Chanyeol iban adelante, éste último conduciendo tranquilamente. Jongin no pudo evitar notar dos cosas; la primera que las manos de ambos iban entrelazadas cariñosamente y la segunda que los ojos de Baekhyun realmente lucían hermosos delineados de esa manera, cumplido que decidió callar porque no quería que Yeol le soltara una patada o algo peor. El trayecto fue relativamente rápido y no pudo evitar sorprenderse al ver el lugar en el que Chanyeol había aparcado, nada más y nada menos que frente a una mansión de tres pisos, con una fuente en el jardín central por el que ya habían pasado; realmente había subestimado a sus amigos cuando le hablaron de la riqueza del propietario de la casa.
Kai soltó un suspiro y bajó del auto, ayudando a Soo quien no parecía muy impresionado ante tanto lujo; mientras tanto, Chanyeol y Baekhyun ya se habían adelantado, saludando a un par de chicos que se le hacían remotamente familiares al moreno. Cruzó la puerta agarrado a Kyungsoo y al instante notó algunas las miradas sobre él, no sabía si por su atuendo o por todo lo que se rumoreaba sobre él, sin embargo, decidió ignorar todo eso y seguir avanzando por la gran estancia.
Pronto, algunos amigos de Soo empezaron a llegar y el pequeño no tardó en presentárselos a Kai, quien para sorpresa de todos resultó ser realmente sociable; el moreno se sentía en su ambiente y mucho más confiado, incluso aceptó bailar un par de piezas con algunos chicos y chicas también, sin embargo, cuando su mente empezaba a perderse en la diversión, una visión hizo que bajara a la tierra de golpe.
Vio a Luhan entrar de la mano de Sehun- como era obvio- y ambos acompañados por Tao y Kris, que los seguían de cerca; Jongin soltó un largo suspiro y regresó a un lado de Soo quien extrañado le tendió un vaso de ponche, pensando en que tal vez el moreno estaba cansado de tanto bailar. Un par de minutos después vio como Luhan se dirigía solo hacia la mesa de bebidas por lo que sin perder más el tiempo se excusó con su amigo y tomó camino hacia el ciervo. Soo estaba tan entretenido platicando con los demás que ni siquiera le tomó atención, por lo que Kai se sintió libre de hacer lo que deseara.
Llegó a la mesa tratando de verse casual, sin embargo, los latidos de su corazón lo traicionaban; se obligó a tomar aire y en un momento de valentía rodeó la mesa para colocarse a un lado del mayor, quien a su vez, no había reparado en la presencia del moreno, hasta que éste carraspeó con suavidad:
—¿Podrías servirme un poco de ponche, por favor? — pidió Kai tratando de hacer que su voz no temblara y por el contrario sonara algo seductora, cosa que al parecer funcionó porque Lu tembló suavemente.
—Claro— replicó a penas audiblemente para el moreno; quien juró que podía derretirse ahí mismo por la voz del otro chico. Luhan acercó el cucharón para servirle a Kai, con la mano temblándole un poco; sabía que estaba mal hacer eso y que si Sehun le veía le iba a ir muy mal, pero simplemente no podía resistirse al menor.
—Gracias— replicó Kai mirándole embelesado; estaba seguro de que nunca había visto a otra persona más hermosa, el mayor estaba vestido con un atuendo completamente negro, resaltando únicamente la chaqueta amarilla que hacía que su pálida piel resaltara, además, llevaba su cabello color caramelo perfectamente peinado y los ojos un poco delineados, detalle que a Jongin simplemente le enloqueció. El moreno se aclaró la garganta suavemente, quitando la mirada de él para no hacerle sentir incómodo, y sonrió de lado— Me preguntaba sí… ¿Quisieras bailar un poco? — preguntó suavemente, con las entrañas licuándosele de nervios, sin embargo, no dejó que el mayor lo notara.
Luhan pensó la propuesta un par de segundos, mirando alternativamente al moreno y a su novio que se encontraba en el piso de arriba, alejado de donde estaban, hablando animadamente con Lay y su novio, el que era el anfitrión de la fiesta. El chico de ojos brillantes moría por decirle que sí a Kai y considerando que su novio no se daría cuenta de su ausencia en los próximos minutos, decidió que bailar un poco no sería tan mala idea:
—De acuerdo— asintió con la cabeza suavemente, ligeramente sonrojado; haciendo que Kai casi saltara de alegría, reemplazando este impulso por una radiante sonrisa. Abandonó su vaso de ponche en la mesa junto con el del mayor y le tomó la mano tímidamente, llevándolo a una parte más apartada de la improvisada pista de baile para evitar que fueran vistos por todos.
La música empezó a sonar con una canción un poco más lenta que el resto, cosa que Jongin consideró como ayuda divina; con una sonrisa boba en los labios, el moreno acomodó sus manos sobre la cadera del contrario, provocando que se acercaran un poco más y a su vez, haciendo al mayor sonrojar; Luhan acomodó sus brazos alrededor del cuello de Kai y una vez listos, empezaron a balancearse al compas de la música, sin dejar de mirarse a los ojos. Lu no podía quejarse en absoluto, Jongin sabía perfectamente lo que hacía, y él tan sólo se dejaba llevar:
—Me enteré que te quedaste en el equipo con mi… con Sehun— corrigió el mayor aventurándose a hablar un poco más con el moreno; éste sonrió de lado, aún un poco aturdido ante la belleza de la voz del contrario.
—Así es, aunque supongo que todo el mundo se enteró ya— se burló el menor riendo suavemente y contagiando inevitablemente al otro, quien asintió con la cabeza con algo de pesadez.
—Sí, temo decirte que esta escuela no es conocida precisamente por su discreción— informó el chico de ojos brillantes, sonriendo suavemente- cosa que Jongin amaba- mientras daba una vuelta, volviendo en segundos a los brazos fuertes del otro. Luhan sabía bien que no era buena idea contarle algo personal a otra persona en esa institución, era justamente por esa razón por la que estaba ‘atado’ a Sehun. Ante el cambio de expresiones de su ciervo, Jongin lo abrazó un poco más fuerte, captando su atención al instante.
—¿Dije algo que no debí? — preguntó el menor algo preocupado, haciendo que Luhan negara con la cabeza casi al instante.
—No es eso, sólo…— soltó un largo suspiró, sacudiendo la cabeza para deshacerse de esas ideas— Olvídalo, no tiene importancia— aseguró Lu con una pequeña sonrisa, volviendo a su estado natural después de un par de segundos. Kai no estaba muy conforme con esa respuesta, sin embargo, ¡Tenía a su chico ideal en los brazos! No iba a desperdiciar esa oportunidad.
—Así que Xi Luhan ¿No? — empezó juguetonamente el moreno, haciendo que el mayor le mirase interesado y confundido— Cuéntame de ti— pidió divertido, provocando de nuevo una de esas sonrisas que eran capaces de detenerle el corazón, de parte de Luhan.
Pasaron más de hora y media entre risas y pláticas absurdas de parte de ambos; Jongin había recaudado mucha información de parte del mayor, y eso no podía hacerlo más feliz, además, hasta el momento parecía no haber rastro de Sehun. Sin embargo, la realidad del asunto era que Lay ya hacía mucho que había visto a la pareja en la pista de baile; había considerado la idea de bajar por Luhan y traerlo de regreso con su novio para evitarle una escena de parte del rubio, pero al ver la sonrisa sincera en el rostro de su mejor amigo, y la manera tan natural con la que se comportaba con el moreno, decidió interceder por él. Hacía mucho tiempo que no lo veía así de contento.
El chico del hoyuelo estaba entreteniendo a Sehun lo más que podía para que no notara la ausencia de su novio; labor casi titánica considerando la posesividad del menor, sin embargo, logró mantenerlo quieto en su lugar hasta que éste se dio cuenta de que Luhan no estaba por ningún lado en la planta alta. Yixing le aseguró que acababa de bajar por ponche un par de minutos atrás y que él mismo le traería de vuelta, sin embargo, Oh no se dejó convencer, diciendo que bajaría él mismo a comprobarlo. Lay sintió pánico por su mejor amigo y olvidándose de todo, se adelantó a las escaleras, casi corriendo a advertirle, sin embargo, chocó con otra persona en el camino:
—Lo siento yo…— empezó a disculparse, sin embargo, al ver de quién se trataba su sonrisa no pudo hacerse más amplia— ¡Taemin! ¡Oh, necesito un favor! — casi gimió de desesperación, haciendo que el menor abriera los ojos demasiado y asintiera con la cabeza enseguida— Necesito que subas y distraigas a Sehun por un par de minutos ¿Bien? — pidió mirándole suplicante, sin embargo, Taemin pareció no entenderlo del todo.
—¿Distraerlo? ¿Para qué? — repitió el chico de cabello largo, confundido ante la actitud de su amigo. Lay tan sólo atinó a resoplar, mirando como Sehun se aproximaba a donde ellos estaban.
—¡Por favor! Es algo importante y urgente, prometo que te lo contaré todo, pero por favor... —insistió Yixing mirándole con ojos de cachorro bajo la lluvia, a lo cual, Taemin no se pudo resistir.
—¡De acuerdo, de acuerdo! Lo haré, pero ¡Me debes una explicación! — refunfuño el menor, ganándose una sonrisa de alivio del mayor y un abrazo, antes de que éste desapareciera por las escaleras, colándose entre la gente. Taemin suspiro y se encaminó hacia el rubio que estaba bajando las escaleras, llamando su atención al instante.
De regreso en la pista, Jongin y Luhan no habían dejado de bailar en ningún momento, hablándose al oído por el sonido alto de la música y mucho más cerca que antes. Sin embargo, de un momento a otro, el ciervo sintió como tiraban de su brazo derecho con urgencia, obligándole a separarse de Kai, abriendo los ojos al doble del tamaño natural:
—¿Qué crees que haces? —preguntó Lu sin entender nada, mirando a su mejor amigo frente a él tirando de su brazo derecho, por lo que con la mano libre se aferró al brazo de Jongin, quien tampoco estaba entendiendo nada.
—¿¡Yo!? ¿Qué crees que estás haciendo tú? — replicó alterado, mirando alternativamente a ambos chicos; le dolía tener que pinchar la burbuja de felicidad del mayor, pero le dolería más tener que curarle las heridas luego si Sehun se enteraba. — ¡Vamos! Sehun viene para acá; le dije que habías bajado hace un par de minutos por ponche, pero si se entera que has estado bailando con Kai…— se interrumpió a sí mismo, haciendo una mala cara que Luhan conocía perfectamente. Lentamente el chico de los ojos brillantes pareció reaccionar, asintiendo con la cabeza.
—De acuerdo, pero dame un minuto ¿Está bien? — suplicó el mayor con la mirada, haciendo que Lay soltara un largo suspiro acompañado de un "Pero date prisa". Luhan giró el redondo, encontrándose con un confundido Jongin, sin embargo, no le dio tiempo de hablar— ¡Dame tu móvil! — exigió extendiendo la mano con apuración; el moreno, apenas procesando la petición, se buscó en los bolsillos hasta encontrar el aparato, tendiéndoselo obediente al mayor, quien empezó a teclear rápidamente— Es mi número… No creo que sea bueno que me llames esta noche, pero puedes hacerlo después ¿Sí? — preguntó con algo de ilusión en la mirada, devolviéndole el móvil al contrario.
—Claro que sí— casi chilló Jongin, ganándose una nueva sonrisa de parte de su ciervo— ¿Volveremos a vernos? — preguntó esta vez él ilusionado, Luhan se mordió el labio inferior, mirando fugazmente a Lay, quien a su vez miraba con terror como Sehun volvía a bajar las escaleras.
—¡Sí!— prometió apresurado, acercándose rápidamente a depositar un beso en la mejilla del moreno, con lo cual se sonrojó levemente— Nos vemos— se despidió en un susurro antes de darse la vuelta hacia Lay , empezando a caminar hacia la mesa del ponche con rapidez. Jongin se sentía en el séptimo cielo, tras haber sentido los labios de su chico ideal sobre la mejilla, aún cuando lo que realmente quería era besarle en los labios como era debido.
Para suerte de Luhan, llegaron segundos antes de que Sehun lo hiciera. El chico de cabello color caramelo trató de actuar normal ante la repentina presencia de su novio, tratando a la vez de normalizar los latidos de su corazón ante tantas emociones; para su suerte, el rubio pareció no encontrar nada raro y el mayor le ofreció un vaso de ponche seguido de una mirada agradecida a su mejor amigo, quien realmente le había salvado el pellejo.
Esa noche, tanto Jongin como Luhan durmieron con una sonrisa boba en los labios que no supieron- ni quisieron- disimular; tenían una manera de comunicarse sin que el rubio lo supiera, habían hablado y reído y habían bailado, justo como en los cuentos de hadas.