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Chocolate Love por SophiaXi

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La mañana siguiente a la fiesta estaba soleada, un sábado radiante y que fácilmente se podía disfrutar en el exterior. Jongin despertó con una sonrisa que estaba seguro no había podido borrar desde que llegó de la mansión de Suho, específicamente, después de que se despidió de Luhan. Aún no podía olvidar esos ojos, ni esa sonrisa, ni mucho menos su tacto alrededor del cuello, y más que todo eso ¡Tenía su número! Algo que ni en sueños pensó conseguir.

Se sentó en su cama con una energía que pocas veces tenía y tomó su móvil apresuradamente; eran apenas las nueve y cinco de la mañana, sin embargo, estaba ansioso por llamarle a su ciervo y escuchar su melodiosa voz de nuevo. Buscó el número entre sus contactos, preparándose mentalmente para presionar la pantalla y hablar con él, cuando de pronto un pensamiento pesimista cruzó por su mente; Luhan le había dicho que no le llamara esa noche, seguramente porque se quedaría con Sehun… ¿Y si todavía era muy temprano para llamarle? ¿Estaría aún entre los brazos de ese horrible rubio? ¿Cuánto más debía esperar?.  Kai soltó un largo suspiro, de pronto sus ánimos habían huido por la ventana, no quería causarle problemas al mayor, pero tampoco quería seguir esperando para escuchar su dulce voz.

 

 El moreno se puso en pie, empezando a dar vueltas por su habitación, tratando de pensar una solución a su problema; entonces, como si le hubiese caído del cielo, tuvo una gran idea. La mejor manera de saber cuándo era el momento correcto para llamarle al mayor era investigar dónde estaba y con quién, ¿Y cómo se lograba eso? ¡Fácil! Localizando a Lay- su mejor amigo- y preguntándole por él; el único problema era que Jongin no tenía el teléfono del chico del hoyuelo.

Refunfuñó frustrado y le dio vueltas a su agenda hasta que dio con el número de su hyung, Kyungsoo; dudaba que el chico tuviese el número de Lay, pero probablemente podría conseguírselo, además, él era el único que sabía lo sucedido la noche anterior, por lo que no dudaba que le ayudaría. Presionó la pantalla para llamarle, esperando unos instantes a que le respondiera, mientras tanto, el moreno no dejaba de pasearse ansioso por toda su habitación:

 

 

—¿Bueno? — contestó una voz un tanto rasposa, de esas que se tienen cuando recién se despierta. Kai no pudo evitar sonreír ante lo tierno que se escuchaba su hyung por teléfono.

 

 

—¡Hola hyung! — respondió el moreno totalmente animado, quedándose en su lugar por primera vez desde que había abandonado la cama, sin embargo, sus dedos continuaban jugando ansiosamente con una pequeña pelota de goma que ni siquiera sabía de dónde había tomado.

 

 

—¿Kai? — susurró un Kyungsoo completamente confundido; el aludido podía apostar que lo golpearía la próxima vez que estuvieran frente a frente— ¿Ha pasado algo? Son como las seis de la mañana…— informó soltando un largo bostezo, mientras se frotaba los ojos y trataba de reaccionar a la repentina llamada del menor.

 

 

—Son las nueve y diecisiete en realidad— corrigió Jongin mordiéndose el labio inferior, empezando a botar la bendita pelota contra el suelo, en afán de mantener la mente distraída en algo que no fuesen las ansias de hablar con Luhan.

 

 

—¡Lo que sea! — gruñó el chico al otro lado de la línea, quien ya se había sentado en la cama con el ceño fruncido, aún algo adormilado— ¿Qué quieres? Más vale que sea importante porque estaba teniendo un sueño maravilloso…— amenazó volviendo a bostezar, cosa que hizo que Kai empezara a perder la paciencia ¡Necesitaba a su hyung bien despierto!

 

 

—¡Lo es! — replicó al instante, asintiendo con la cabeza— Sucede que quería llamarle a Lu recién me desperté, pero luego me di cuenta que tal vez seguía con el idiota-cabeza-rubia-hueca de Sehun, así que se me ocurrió preguntarle a Lay por él, el problema es que no tengo su número… ¿Tú no lo tienes? — se explicó el moreno rápido, rogándole a todos los dioses que podía recordar porque la respuesta de su hyung fuera afirmativa, sin embargo, el otro chico apenas había comprendido la mitad de sus palabras.

 

 

—¡¿Estás tratando de decirme que interrumpiste mis horas de sueño por culpa de tu tonto amorcito?! — explotó Soo dedicándose a maldecir al menor en su mente, considerando seriamente en colgarle y volver a dormir, sin embargo, ya le había espantado el sueño, además, era su amigo y como tal tenía que ayudarle. —Mira… me gustaría ayudarte, pero yo tampoco tengo el teléfono de Lay— resolvió el chico con calma, ganándose un resoplido de parte del moreno.

 

 

—Oh…— suspiró decepcionado, abandonando la pelotita para volver a pasearse por su habitación— ¿Pero no puedes conseguírmelo? ¿Por favooooor? — arrastró la palabra sonando casi suplicante, incluso usando un poco de aegyo con la intención de convencer a su hyung.

 

 

—No Kai, son las nueve de la mañana, sólo tú estás despierto a éstas horas un sábado después de salir de fiesta— informó Kyungsoo con voz irritada, volviendo a acomodarse en su cómoda y tibia almohada, volviendo a plantearse la idea de apagar el móvil y fingir que la llamada se había cortado.

 

 

—¿Por favooooor? — volvió a insistir el menor, haciendo uso de todo el aegyo telefónico posible. Soo podía imaginárselo incluso mirándolo con grandes ojos y un puchero en los labios, una visión a la que era imposible resistirse.

 

 

—¡Está bien! — aceptó el mayor por fin, teniendo algo de compasión por su amigo y por sus ojos que estaban por cerrarse del cansancio— Lo más que puedo hacer por ahora es darte el número de Taemin, él seguramente tiene el de Lay... Aunque dudo que te responda porque, de nuevo, ¡Son las nueve de la mañana Kim Jongin! — resopló haciendo reír al menor. Soo le dictó el número realmente esforzándose por leer los números correctamente por sobre su cansancio, frotándose los ojos de vez en vez.

 

 

—¡Oh Kyungsoo eres el mejor amigo que alguien podía desear! ¡Gracias!— gritó Jongin una vez con el número en la mano, realmente emocionado. Soo tuvo que retirarse el móvil unos centímetros para no morir de sordera.

 

 

—Lo sé, lo sé, ahora déjame dormir ¿Quieres? — pidió volviendo a acomodarse en su mullida almohada, ganándose un resoplido de parte del moreno, que aún así estaba feliz.

 

 

Kai cortó la llamada segundos después de agradecerle incesantemente al mayor por el favor, luego se sentó en su cama y sin perder más tiempo marcó el número del chico de cabello largo; estaba consciente de que probablemente no atendería el teléfono, pero igual tenía que intentarlo. Tuvo que esperar un par de minutos que se hicieron eternos pero al final, tomó la llamada:

 

 

—¿Sí? — jadeó Taemin en respuesta, con una voz algo irritada. La mente pervertida de Jongin consideró que era mejor idea cortar la llamada y volver a intentarlo luego cuando el otro chico estuviese menos ocupado, sin embargo, ya le había interrumpido, así que era mejor continuar.

 

 

—H-hola, soy Kai— contestó el moreno algo descolocado, aún más porque continuaba escuchando los jadeos del otro lado de la línea.

 

—¡Oh, Kai! — saludó de nuevo el castaño, reaccionando al reconocer la voz del moreno— ¿Cómo estás? ¿A qué debo la llamada? — preguntó amablemente, repentinamente dejando de jadear, cosa que extrañó a Kai.

 

 

—Bien, gracias… Uhm, ¿No estás ocupado? — preguntó sin poder evitarlo, mordiéndose el labio inferior, aún visiblemente incómodo a pesar de que ya no escuchaba ruidos raros del otro lado de la línea, sólo la respiración agitada de Taemin.

 

 

—¡No! Bueno, a decir verdad estoy en el gimnasio, pero la caminadora puede esperar—aseguró el castaño con una voz considerablemente más tranquila. Jongin se relajó completamente al escuchar que estaba en el gimnasio y no haciendo lo que él creía; aunque ahora, se sentía completamente pervertido. —¿Qué ocurre? — alcanzó a preguntar antes de atragantarse con una botella de agua, esperando la respuesta del moreno, junto con la explicación de dónde había sacado su número.

 

 

—Primero que nada, le pedí a D.O tu número, no soy un secuestrador ni nada— informó Kai como leyendo la mente del contrario. Taemin sólo pudo reír suavemente, tratado de no escupir el agua en el proceso— Y bueno… Quería pedirte un favor— continuó el moreno mordiéndose el carnoso labio inferior, recibiendo un  ‘Adelante’ del otro lado de la línea; se sentía un poco nervioso al pedirle el número al castaño, pero al menos ya le había explicado que no era un acosador— ¿Tienes el número de Lay? — pidió sin dejar de mordisquearse el labio, inquieto.

 

 

—¿El número de Lay? —repitió Lee un poco confundido, rascándose la parte posterior de la nuca— No sabía que él y tú eran tan amigos…— replicó con una voz insinuadora, ganándose un resoplido de parte del otro.

 

 

—No lo somos— informó Kai soltando un suspiro; no quería sonar ridículo frente a Taemin, pero al parecer era necesario para conseguir el número— En realidad, quiero preguntarle por Luhan…— susurró sintiendo como sus mejillas tomaban un poco de color, aún más cuando escuchó al castaño reír de nuevo.

 

 

—¡Oh, es por eso! ¡Debí suponerlo! Lay me contó lo que sucedió anoche… ¡Me pareció adorable! — informó Taemin tratando de no sonar como una verdadera  fangirl. Kai se atragantó con su propia saliva, abriendo los ojos como platos, sin embargo, antes de poder replicar, Tae se le adelantó— Por cierto, ¡Me debes un favor! Tuve que distraer al señor-cara-de-poker para que tu amorcito y tú pudieran seguir en su cuento de hadas— resopló el castaño, haciendo que el moreno se sonrojara a niveles insospechados, rogándole a todos los dioses porque Lay no le hubiese contado a más personas.

 

 

—Oh… Lo siento, muchas gracias, en ese caso te daré lo que quieras— aseguró Kai volviendo a morderse el labio inferior, pero para su suerte, el sonrojo ya iba en descenso.

 

 

—Primero te daré el número, así que escucha bien— informó Taemin dictándole ágilmente el número del chico del hoyuelo; Kai no tardó en anotarlo, asegurándose mil veces que lo había apuntado bien— Ahora, en el equipo de fútbol hay un chico que se llama Minho, quiero una cita con él, seguro que Luhan puede arreglar eso— informó con un tono malicioso el chico de cabello largo, haciendo que el moreno soltara una sonrisa.

 

 

—Haré lo que pueda— prometió Jongin asintiendo con la cabeza, ganándose un chillido emocionado del otro lado de la línea— Muchas gracias Taemin— replicó sinceramente, sin poder borrar la sonrisa de sus labios.

 

 

—No es nada, ¿Para qué están los amigos? — respondió el castaño restándole importancia, tratando de no morir de emoción, porque ¡Al fin tendría una cita con Minho! — Nos vemos entonces—replicó sonriente, deseándole suerte al moreno antes de cortar la llamada.

 

 

Jongin volvió a acomodarse sobre su cama con la espalda muy recta y el número de Lay entre las manos; sabía que no eran muy cercanos pero tampoco le odiaba, y eso le dio ánimos para marcar rápidamente el número, poniéndose el móvil entre el hombro y la oreja. El chico atendió el teléfono casi al instante, cosa que no ayudó a los nervios de Kai:

 

 

—¿Bueno? — respondió un poco dudoso Lay, puesto que era un número desconocido y además era muy temprano para que fuese uno de sus compañeros de clases, o al menos eso creía.

 

 

—Hola, soy Jongin— saludó el menor con voz suave, esperando no haber despertado al otro chico— Siento si te molesto, pero necesito un favor— continuó sin poder esperar más tiempo, jugando nervioso con los flecos de su cobija; escuchó un suave ‘Oh’  del otro lado de la línea.

 

—No te preocupes, ya estaba despierto— suspiró el chico unicornio, mucho más tranquilo al reconocer la voz del otro lado de la línea— Dime— replicó asintiendo con la cabeza, escuchando como Kai suspiraba del otro lado, visiblemente inquieto.

 

 

—Quisiera saber si tú…— Kai se interrumpió unos segundos, removiéndose de nuevo en la cama mientras trataba de elegir las palabras correctas— Sabes dónde está Luhan porque quiero llamarle pero no sé si será un buen momento ahora…— concluyó mordiéndose la parte interior de las mejillas, sintiendo los segundos  sin respuesta eternos.

 

 

—Ah…— Lay estaba experimentando sentimientos encontrados; por una parte quería ayudarle a su mejor amigo porque sabía que con Kai sería feliz, pero por otra no quería que Lu tuviese problemas con Sehun. El chico se quedó callado pensando, pero al final, decidió que la felicidad de su mejor amigo estaba primero, ya luego se ocuparían del rubio— Él está en su casa, no quiso quedarse con Sehun anoche, así que, supongo que sí es buen momento para que le llames— concluyó encogiéndose de hombros, seguro de haber escuchado un suspiro de alivio de parte del menor.

 

 

—¡Oh, muchísimas gracias! — exclamó Jongin sin poder contener su felicidad, dando un respingo en su cama y haciendo reír a Yixing— También por lo de ayer, no sé que hubiésemos hecho sin tu ayuda— replicó esbozando una pequeña sonrisa.

 

 

—No es nada— le restó importancia el chino— Lo hago por Luhan, hace mucho que no lo veía así de feliz… sólo quiero pedirte que lo cuides, es lo único que quiero a cambio, ¿Está bien? — preguntó con una nueva esperanza creciendo en su pecho; deseaba que su mejor amigo se deshiciera de esa relación destructiva con Sehun de una vez por todas.

 

 

—Lo prometo, voy a cuidarlo mejor que a mi propia vida— asintió enseguida Kai, sintiéndose un completo cursi segundos después; sin embargo sus palabras eran ciertas, en la lista de prioridades de Kim Jongin, Luhan era el puesto número uno.

 

 

—Confío en ti entonces— replicó Yixing sin poder evitar sonreír, realmente tenía las esperanzas puestas en el moreno— Debo irme, ¡Suerte! — deseó el chino sinceramente, haciendo que Kai esbozara una radiante sonrisa. Con la aprobación del mejor amigo del ciervo, todo se tornaba más fácil.

 

 

—¡Gracias! Nos vemos— cortó la llamada tras despedirse, sintiéndose de pronto el hombre más dichoso de la tierra.

 

Ahora sólo necesitaba reunir algo de valor para llamarle al mayor; cuando se levantó había estado ansioso, pero justo en ese momento, se sentía algo inseguro. No quería molestar a Luhan, ¿Y si aún estaba durmiendo? ¿O si simplemente no quería hablar con él? … Pero Lay había dicho que estaba feliz la noche anterior, ¡Entonces sí que debía tener ganas de escucharle!

Llenó de aire sus pulmones mientras se preparaba mentalmente para lo que iba a hacer; no quería que su voz se escuchara mal, así que se obligó a tomar las cosas con calma. Buscó el número del ciervo en su agenda y presionó ‘Llamar’, poniéndolo en altavoz puesto que sus manos temblaban y no se sentía capaz de sostener el móvil. Esperó tres sonidos de llamada antes de que el otro tomara el móvil.

 

 

Al otro lado de la línea, Luhan se había despertado realmente temprano; no había podido dormir mucho por la emoción que aún corría en sus venas, y las pocas horas que logró conciliar el sueño, había soñado con Kai; aún no podía creer lo afortunado que era, tenía al chico de sus sueños,  literalemente, babeando por él y él se sentía de igual manera.

Se removió en la cama por quinceava vez desde que había abierto los ojos, pensando en ese par de ojos oscuros que lo tenían cautivado, empezando a ponerse nervioso puesto que aún no llamaba- claro que él no estaba tomando en cuenta la hora-. Soltó un largo suspiro, obligándose a dormir un poco más, por lo que cerró los ojos y se dejó llevar; sin embargo, apenas se había adormecido un poco cuando escuchó el inconfundible timbre de su móvil.

 

Se puso en pie en un salto, corriendo a atenderlo, sin embargo, antes de tomar la llamada, tomó aire, sacudiendo los brazos para calmar un poco su emoción; quería que su voz sonara casual y no como si hubiese estado esperando por esa llamada toda la noche y lo que iba del día:

 

 

—¿Bueno? — respondió con una voz suave, mordiéndose el labio inferior e inconscientemente haciendo que Kai, literalmente se derritiera en su lugar. El menor se aclaró la garganta, sentándose con la espalda completamente recta.

 

 

—Hola Lu— respondió el moreno usando su tono casual para ocultar sus nervios. El corazón del ciervo empezó a martillear con fuerza en su pecho, sin embargo, se quedó en silencio, esperando a que el otro prosiguiera— Un pajarito me dijo que estabas en tu casa, espero no estar molestándote, ¿Te desperté? — preguntó Kai mordiéndose con saña el labio inferior, esperando que el mayor no preguntara por ese pajarito.

 

 

—¡No, para nada! — replicó enseguida el menor, reprendiéndose mentalmente por sonar tan ansioso; soltó un suspiro y volvió a recomponerse— Ya estaba despierto, no te preocupes— aseguró tragándose sus nervios y las ganas de brincar por toda su habitación.

 

 

—Oh, me alegra escuchar eso— aseguró Jongin con una nueva sonrisa, echándose porras mentalmente para seguir haciéndolo bien— Entonces… ¿Tienes planes para hoy? — preguntó armándose de valor, mordiéndose los nudillos segundos después puesto que tal vez había sido demasiado directo.

El mayor no podía estar más impresionado; si ya pensaba que recibir una llamada de Kai era bueno, ser invitado a salir por él no podía ser mejor.

 

 

—N-no— respondió el ciervo tímidamente, sintiendo como su yo interno saltaba por todos lados más que emocionado— Sehun estará el fin de semana en casa de sus abuelos y yo me quedaré encerrado en casa— informó sólo para dejar en claro que estaba libre y que no serían interrumpidos por su estúpido novio. A Jongin no pudo caerle mejor la noticia.

 

 

—¡Perfecto! — exclamó el menor sin poder contenerse, provocando una suave risa del otro chico, que hizo que su corazón se saltara un par de latidos—En ese caso, ¿Te gustaría salir conmigo? —preguntó un poco más confiado, sin embargo, las maripositas  en el estómago seguían presentes.

 

 

—¡Me encantaría! — respondió Luhan en un tono más alto, sin importarle esta vez que el moreno viera su emoción.

 

 

—De acuerdo, entonces, pasaré por ti en dos horas ¿Está bien? —preguntó Kai poniéndose en pie enseguida; si bien tenía dos horas por delante, sabía que iba pasar la mayoría del tiempo saltando de un lado a otro de emoción, así que debía apresurarse.

 

 

—Por supuesto, te enviaré mi dirección por mensaje— informó el mayor con una sonrisa idiota en los labios, dejándose caer en uno de los sillones que tenía en su habitación, completamente feliz.

 

 

—Muy bien— asintió Kai mientras se dirigía a la ducha, prácticamente flotando— Nos vemos en un rato, Lu— replicó con voz suave y un poco rasposa, haciendo que al mencionado se le erizara la piel.

 

 

—Nos vemos— susurró sin poder evitarlo, seguro de que si usaba un tono más alto, le fallaría la voz. Ambos colgaron el teléfono al mismo tiempo, agradeciendo mentalmente no haber tenido una de esas peleas de  ‘Cuelga tú primero’ y ‘No, cuelga tú’.

 

 

Luhan tecleó rápidamente su dirección a Jongin, enviándosela sin poder deshacer la sonrisa radiante de sus labios; se sentía en el noveno cielo y eso que aún ni siquiera veía al menor. Se puso en pie con energías renovadas, corriendo al baño para tomar una ducha rápida, asegurándose de usar su shampoo favorito y su jabón del mismo aroma dulce para oler delicioso. Una vez fuera de la regadera, tuvo una pequeña crisis existencial; ¿¡Qué se supone que debía usar!? Jongin no le había dicho a dónde lo llevaría, por lo tanto no quería verse demasiado formal ni demasiado descuidado. Mordisqueó su labio inferior mientras se plantaba frente a su armario, dándose por vencido segundos después; necesitaba ayuda, y rápido.

Tomó su móvil y llamó a su mejor amigo por video llamada, rogándole a todos los dioses que no hubiese olvidado el teléfono en cualquier lado como siempre lo hacía; para su suerte, el chico del hoyuelo no tardó en contestar, haciendo que el mayor soltar un suspiro, aliviado:

 

 

—No me digas, no sabes qué ponerte para la cita— contestó Lay antes de que Luhan pudiese decir algo, sorprendiéndose al instante.

 

 

—¿Cómo es que…?— empezó a decir el chino, sin embargo, fue callado por la risa de su mejor amigo, quien tan sólo se encogió de hombros.

 

 

—Digamos que tengo un sexto sentido— replicó Yixing ladeando la cabeza, ganándose una mirada sospechosa del otro chico— Pero bueno, ¿Vas a quedarte ahí parado mirándome o vamos a escoger algo bonito para que te pongas? — resopló haciendo a Luhan asentir frenéticamente, concentrándose en lo que realmente importaba.

 

 

Tras unos cuarenta y cinco minutos de dura discusión entre ambos chinos, llegaron a un acuerdo, donde Luhan usaría los jeans negros en los que ambos estuvieron de acuerdo, la playera blanca que él mismo había elegido y la chaqueta con aspecto de saco color beige que había elegido Lay, junto con unos tenis rojos que daban el contraste a su atuendo. Rápidamente el mayor se cambió, modelando el conjunto casi por toda su habitación para su mejor amigo, asegurándose de que no tuviese nada fuera de su lugar.

Una vez que consiguió la aprobación de Yixing, se despidió de él con un montón de ‘Gracias’ y se dispuso a arreglar su cabello; tarea algo difícil considerando que el susodicho no estaba cooperando, sin embargo, tras un par de minutos lo logró. Sólo le quedaba ponerse algo de maquillaje y mucho perfume y estaría listo.

 

 

Para suerte de Luhan, terminó quince minutos antes de la hora acordada, por lo que aún pudo sentarse en el sillón de su sala a esperar a Kai y a calmar un poco sus nervios, rogando porque su cabello se mantuviese acomodado. Cuando el reloj marcó las doce en punto, el timbre de su puerta sonó, haciendo que el mayor diera un respingo y tomara mucho aire, dejándolo escapar despacio mientras revisaba que no estuviese olvidando nada; una vez listo, se encaminó a la puerta, abriendo con una sonrisa.

Ambos chicos se quedaron boquiabiertos al ver al otro; Kai estaba seguro de que Luhan debía ser un ángel disfrazado o algo por el estilo porque no era posible tanta belleza en una persona, por su parte, Lu no podía quitarle los ojos de encima al menor, se veía condenadamente guapo en esos pantalones de cuero con playera suelta. Sus ojos se encontraron por fin, haciendo que el chico de cabello color caramelo se sonrojara suavemente:

 

 

—¿Nos vamos? — preguntó el chino, haciendo que el moreno saliera de su transe, asintiendo frenéticamente con la cabeza y tomando su mano con timidez.

 

 

—Claro— replicó Jongin con una pequeña sonrisa, empezando a avanzar de la mano del mayor hacia el auto, abriéndole la puerta caballerosamente, haciendo que se sonrojara un poco más; un detalle que era simplemente adorable— Espero que te guste el lugar, no estaba seguro a dónde te gustaría ir— informó el moreno una vez que estuvo sentado en el auto, mordiéndose el labio inferior. Luhan le restó importancia con un gesto de la mano, sonriéndole sinceramente.

 

 

—Cualquier lugar está bien mientras estés tú en el— replicó el mayor, abriendo mucho los ojos segundos después cuando reparó en sus palabras, decidiendo dedicarse a mirar sus manos ahora que su cara se había convertido en un tomate. Sin embargo, Kai no pudo sentirse más feliz.

 

 

—En ese caso, vamos— respondió mucho más confiado el menor, sonriéndole encantado mientras recuperaba la mano del contrario para conducir agarrado a ella.

 

 

Durante el camino, y una vez que el mayor se recuperó de su sonrojo, empezaron a platicar de cosas de ambos, dándose la oportunidad de conocerse mejor; Luhan no podía evitar reír ante las ocurrencias del menor y simplemente estaba pasando un rato increíble. Pronto llegaron al lugar, que era nada más y nada menos que un parque, hermosamente decorado por grandes árboles y bastantes flores que hicieron al mayor sonreír enseguida.

Kai aparcó en el primer espacio que vio y ayudó al mayor a bajar, quien tan solo pudo sonrojarse de nuevo ante la caballerosidad del contrario, aceptando su ayuda con una tímida sonrisa; no estaba acostumbrado a recibir tantas atenciones puesto que Sehun ni por equivocación se interesaba tanto en él.

 

 

Una vez en el parque empezaron a caminar tomados de la mano como tantas parejas que paseaban por el lugar; Jongin se sentía encantado y no podía dejar de admirar la belleza de su ciervo, al mismo tiempo que hacía hasta lo imposible por hacerle sonreír. Continuaron platicando acerca de sus gustos, sus hobbies y un poco acerca de su vida mientras le daban la vuelta al parque; los árboles a su alrededor y el pequeño lago le daban un aspecto romántico a todo el lugar. Incluso se habían acercado a la orilla para poder alimentar a los pequeños patos que nadaban tranquilos por el lago; por supuesto que no fue tarea fácil, menos aún cuando Kai casi se cae al agua por querer alcanzar a uno de ellos, provocando la estridente risa de Luhan, quien estaba seguro, le molestaría por siempre por ese hecho.

Después del intento de accidente del menor, decidieron tirarse sobre el pasto a la sombra de un árbol a continuar conversando, pero finalmente, el calor empezó a hacer efecto en ambos, por lo que Jongin se incorporó lentamente, mirando al mayor:

 

 

—¿Te parece ir por un helado? — preguntó el moreno esbozando una nueva sonrisa, tendiéndole la mano al ciervo para que pudiese sentarse también.

 

 

—Claro que sí, me estoy derritiendo— se quejó el chico de cabello caramelo con un pequeño puchero en sus labios, haciendo que Jongin se derritiera, y no precisamente de calor. Tomó la mano del otro, sentándose a su lado y devolviéndole la sonrisa.

 

 

—Vamos entonces— asintió encantado, poniéndose en pie y ayudando de nuevo al chino. Aún cuando pudo haber soltado su mano una vez que estuvo parado, no lo hizo, ambos siguieron su camino hacia el carrito de helados, corriendo como dos pequeños niños hacia él.

 

 

Ya delante del hombre del carrito de helados, Kai pidió dos conos de chocolate- que era lo que el mayor había decidido- y pagó por ellos, asegurándose de que el hombre no viera  demasiado a su ciervo. En cuanto le dio su cono al mayor, volvieron a caminar, decidiendo sentarse un momento a terminar de comer; se acomodaron en la banca, de pronto demasiado embelesados el uno con el otro como para seguir hablando, hasta que su contacto visual fue interrumpido por la suave risa del mayor:

 

 

—De verdad que comes como un bebé— informó el chino visiblemente burlándose del otro, ganándose un resoplido de su parte.

 

 

—¡No es verdad! — se defendió Jongin al instante, sin embargo, su tono de voz sonó más infantil de lo que hubiese deseado, haciendo reír aún más al mayor.

 

 

—Sí que lo es, tienes chocolate aquí— señaló Luhan paseando su dedo índice por el labio inferior del otro, quien en respuesta, se estremeció suavemente, acercándose más inconscientemente al otro— Deja que te lo quite— susurró sintiendo como sus mejillas tomaban color al ver al menor de pronto más cerca.

 

 

Luhan paseó su pulgar por la comisura de los labios carnosos del contrario, llevándose los restos de helado al instante, sin embargo, había algo que hacía que quisiera seguir acariciando esos labios. Lentamente, fue acercándose también al menor, dejando caer su dedo por la barbilla de Jongin, quien para entonces ya estaba más que embriagado con el aroma que despedía el mayor.

Poco a poco ambos fueron cerrando el espacio, hasta que sus labios estuvieron rozándose; Luhan contuvo el aliento unos segundos cuando Kai se inclinó un poco, mirándole fugazmente a los ojos, como si buscara algún tipo de aprobación y cuando la consiguió, unió sus labios suavemente con los del mayor. El beso empezó siendo tímido, apenas conociéndose, sin embargo, los dos estaban seguros de no haber experimentado algo parecido antes; la piel de ambos se erizó al instante y de nuevo, las  mariposas hicieron aparición, Luhan tuvo que aferrarse a los fuertes brazos de Jongin para poder lidiar con la emoción, correspondiendo a sus labios con calma, disfrutándose hasta que el aire se hizo necesario. El mayor se separó suavemente, con las mejillas ardiendo pero los ojos brillantes, y antes de que otra cosa sucediera, enterró el rostro en el pecho del contrario, quien no tardó en abrazarlo, encantado:

 

 

—Me gustas Lu, mucho, desde el primer momento en que te vi— susurró Jongin en el oído del mayor, haciendo que se estremeciera entero y su sonrojo se incrementara aún más. Su corazón estaba dando saltos de alegría, pero al mismo tiempo debía ser realista; él no podía deshacerse de Sehun al menos hasta que terminasen la escuela, sin embargo, no podía rechazar a Kai, por el simple motivo de que él se sentía de la misma manera, enamorado.

 

 

—Tú también me gustas a mí, pero… Sehun…— replicó Luhan levantando la cabeza para poder mirarle a los ojos, tratando de empezar a explicarle al moreno, sin embargo, éste lo calló con un suave beso, haciéndole sonreír sin poder evitarlo.

 

 

—Dejémoslo a él de lado, ¿Está bien? Ya pensaremos en algo— prometió Kai contra sus labios, sin alzar demasiado la voz, y en ese momento, Luhan supo que estaba perdido, muy perdido en sus sentimientos por el menor, y no quería regresar.

 

El mayor asintió con la cabeza suavemente, sin tener más excusas para rechazar sus sentimientos hacia Kai; ya tendría la oportunidad de explicarle todo el asunto con Sehun, mientras tanto, se dedicaría a disfrutar de sus sentimientos, y sobre todo, de sus besos.

Notas finales:

¡Hola!~ Primero que nada ¿Ya escucharon EXODUS completo? ¡Dioses! Es hermoso :'3 He estado fangirleando desde ayer, y de verdad, no he parado >.< En fin, necesitaba sacarlo, y en el mismo sentido, ¡Vayan a darle mucho amor a Call me baby!~ <3 Y bueno, en otras cosas >.< Espero que les haya gustado el cap. ^^ como siempre, déjenme sus opiniones en un hermoso review que tanto me encantan <3 Y ¡Gracias por el apoyo! Estaré actualizando muy pronto <3 ¡Nos leemos! XO. 


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