Capítulo 2.
Sunshine and City Lights
Después de salir corriendo solo voltee una vez más para divisar a Naruto con una sonrisa en rostro, me sonroje
¡Demonios! Grite para mí mismo cuando vi que llegaría por lo menos quince minutos tarde. Cuando por fin me encontraba enfrente de la biblioteca mirando el letrero que decía “Biblioteca” en las letras grandes y doradas, mordiendo mi labio inferior luchando por encontrar el coraje para entrar después de llegar tarde, al fin doy el primer paso y mi teléfono suena.
Era mi madre, dándome una que otra recomendación y palabras de aliento, diciendo que mi padre también me desea suerte. Me limito gruñir en respuesta para después colgar y que el teléfono suene una vez más.
Esta vez es Itachi, preguntando si llegue bien, y no lo culpo después de lo que sucedió la última vez yo aria lo mismo (bueno, no realmente), igual que mi madre me da uno que otra consejo y cuelga.
Cuando estoy a punto de guardar mi teléfono, suena una vez. Miro al cielo y suelto un bufido. “¡¿Qué hoy es el día de no dejar trabajar a Sasuke?!”
Sakura, mejor conocida, bueno, como Sakura. Mi primer y única novia. Oh si, ni yo entiendo cómo es que sucedió aquello, probablemente fue en la época en la cual yo no sabía que tenía el… don de concebir vida. La verdad es que era demasiado insistente y yo que digamos no soy alguien paciente, así que cuando por fin mi limite cedió, decidí invitarla, solo una vez aunque después de eso ella se autoproclamo mi novia, pero llego el día en el que me entere de mi… don y se lo dije, a lo que ella no reacciono muy bien que digamos, paso el tiempo y pues… se convirtió en mi… amiga.
Ahora ella está casada con Lee, un hombre que la ama como se merece.
-Sakura, ¿Qué ocurre?-. Dije mientras miraba la puerta de la biblioteca.
-¿Por qué has respondido?
-¿Tal vez porque me has marcado?
-Bueno… si, pero tu deberías estar trabajando. ¡Es tu primer día!
-Si todos dejaran de marcarme, lo haría, créeme.
-Solo me limitaba a comprobar que todo estuviera en orden.
-Al igual que mi madre e Itachi.
-¡Que tierno!
-Sí, tierno, pero eso me impide entrar a trabajar.
-Está bien, pero eso no impide que me llames después de salir para contarme que tal te fue, ¿De acuerdo?-. Me limito a asentir pero después recuerdo que ella no puede verme así que le contesto con un “Si”-. Bueno, te dejo… ¡Ve y mátalos a todos!
Sonrió y cuelgo para después apagar el teléfono y meterlo en el bolsillo de mi pantalón. Suspiro unas dos veces y me dispongo a entrar.
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Una vez en el interior, tomo la enésima inspiración profunda y miro a mi alrededor.
La biblioteca es silenciosa y tiene ese olor a madera, a polvo y a papel, que me hace sentir bien de una manera extraña. Es como estar en un lugar seguro.
-¿Sasuke, verdad?-. Yo volteo y me encuentro con un señor de mi estatura. Su cabello es castaño, su sonrisa es agradable y sus ojos denotan cierta… calidez.
-En… sí, soy yo. Lamento llegar tarde-. Trato de no sonreír o si no hacerlo de una manera sutil, ya que siento que si lo hago la cicatriz se verá más espeluznante de lo que ya es. Pero el hombre que está enfrente de mi parece no notarla o si lo hace no lo demuestra. Ahora que recuerdo Naruto pareció no notarla. Muevo mi cabeza a los lados, tratando de no pensar en él.
-Oh, no te preocupes, lo importante es que ya estás aquí. Ven te mostrare tu área de trabajo-. Comienza a caminar y yo lo sigo-. Por cierto, mi nombre es Iruka.
Mientras caminamos miro a ambos lados y descubro que esta biblioteca es inmensa, eso me agrada.
-Estarás aquí, en la recepción. Deberás hacer los carnets de los nuevos miembros, registrar la entrada y salida de libros. El programa informático es muy fácil de usar. Cuando alguien tenga un libro durante demasiado tiempo, recibirás un mensaje del sistema y solo hay que ponerse en contacto con la persona para recordarle que debe devolver el libro. Pronto descubrirás cuáles son los buenos clientes y cuáles no, pero créeme, puede ser divertido. Conocerás muchos tipos de personas...
Esa es la única cosa que no me gusta, conocer personas. Lo demás es perfecto.
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A pesar de que esta biblioteca es enorme mucha personas no viene a frecuentarla por lo que me da tiempo de inspeccionar el sistema, recorrer los pasillos y ojear diversos libros. Siempre me ha gustado leer, pero cuando estuve en aquellos meses de lectura supe apreciarla aún más.
Volteo mi mirada al reloj y me doy cuenta de que solo faltan algunos minutos para que de la una. Comienzo a buscar a Iruka por la biblioteca hasta que lo localizo en la Sección de Historia, acomodando los libros.
-Iruka-. El voltea a verme-. Bueno, sé que tal vez no merezca esto por haber llegado tarde pero quería pedirte que… si podía ir a recoger a… uhm… un amigo al jardín de niños, juro que no tardare.
-No hay problema-. Sonrió, oh algo así, y salgo disparado a la escuela de Menma.
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Cuando llego aún falta unos pocos minutos para que salga, me recargo en la pared. Escucho el timbre sonar y sé que saldrá pronto. Las mujeres y donceles que hay ahí se forman, y yo me limito a hacer lo mismo. Cuando llego mi turno una maestra me pregunto por quién venia.
-Menma-. Ella me mira con el ceño fruncido-. Menma ¿Qué?
-¡Sasuke, viniste!-. Mi vista se dirige al pequeño azabache que se encuentra mío.
-Por supuesto que iba venir.
-Menma, ¿Lo conoces?-. El asiente.
-Es mi amigo… y el de Naruto.
La maestra se limita a fulminarme con la mirada la cual yo ignoro.
-Te parece si nos vamos, todavía tengo que ir a trabajar.
El agacho la cabeza y asintió, yo le tome su mano y comenzamos a caminar. Todo el camino se la paso callado.
-¿Qué ocurre Menma?-. El niega con su cabeza, me detengo un momento y me coloco enfrente de él-. ¿Por qué la cara larga?
-Es que… yo no quiero ser una molestia para ti.
-¿Molestia?
-Tienes que ir al trabajo, ¿No?
-Oh… Bueno, sí, pero tú no eres una molestia para mí. Es más, me agradas.
-¡¿En serio?!-. Yo asentí y él sonrió.
-A todo esto Menma, ¿Sabes a donde te tengo que llevar?
-Con Naruto, él debe estar en el trabajo, yo te llevo-. Me tomo con su mano y me comenzó a jalar. Cuando me di cuenta esta vamos enfrente de la cafetería a la cual había ido esta mañana.
-Por la parte trasera-. El me llevo a un costado de la cafetería donde se daba el acceso para empleados.
Al entrar pude divisar a Naruto el cual peleaba con otro rubio parecido a él.
-¡¿Cómo es que dejaste que un completo extraño fuera por Menma?!
-Ya te dije que no es un extraño, se llama Sasuke.
-El cual conociste esta mañana, por ende, es un extraño.
-¡Sasuke no es un extraño, es mi amigo!-. Salió Menma en mi defensa.
-¡Menma!-. Gritaron ambos rubios, el rubio que no era Naruto empujo a este y abrazo a Menma.
-¡Te lo dije!-. Grito Naruto, traía puesto lo que deduzco era su uniforme de trabajo.
-¡Sasuke es mi amigo!-. Repitió Menma, y fue ahí cuando tuve tres pares de ojos mirándome.
-¡Tu! Eres el chico de esta mañana-. Sonrió el rubio-. Gracias por traer a Menma, por cierto mi nombre es Deidara.
-Eh… mi nombre es Sasuke.
-Hola, Sasuke, te apetece comer algo-. Aun seguía con su sonrisa en el rostro.
-Yo, será otro día ahora tengo que regresar a mi trabajo-. Le trate de devolver la sonrisa-. Nos vemos, Menma, Deidara y… Naruto.
Los tres me sonrieron antes de que saliera de allí.
-¡Sasuke!-. Me voltee y ahí estaba Naruto, con una bolsa de papel en la mano-. Cortesía de la casa.
Me guiño el ojo y salió disparado al local. Cuando salí de mi transe comence a caminar rumbo a la biblioteca, con la bolsa de papel en mis manos.