-¿Qué eres?- su voz salió en un débil susurro, inundado de miedo.
-Un hombre lobo- la grave voz del hombre alto delante de él hizo que su pequeño cuerpo temblara.
-Pero, eso no existe.
-Vaya, eres muy gracioso, ¿lo sabías? ¡Claro que existimos!- las risas y rugidos de todos los presentes se alzaron como truenos, como espectros negros.
-No... Pero... Yo...- y él quería huir, porque podía oler su propio terror, mareándole.
-Oh vamos, Baekhyun, no te hagas el tonto ahora. Tú también lo eres.
-Que yo... qué- un espejo apareció tras una neblina gris, dejándole ver a un pequeño chico con el horror destellando en sus pupilas dilatadas.
-Mírate, cachorrito, tus orejas y tu cola negra te delatan.
-No, no puede ser real- fue en ese momento que Baekhyun comprendió que no estaba viendo a un chico teñido en pánico, si no así mismo. Cuando la mueca del espejo se estiró en una sonrisa tétrica, junto a su mano acercándose a él, sus piernas huyeron lejos, queriendo alejarse del reflejo.
-Da igual lo mucho que corras, nunca podrás escapar- el eco de la grave voz le estuvo persiguiendo por el largo camino del bosque, con las ramas de los árboles queriendo atraparlo.
Y a lo lejos, mirando con ojos brillando en lujuria, un enorme perro corrió hacia él.
Y entonces, Baekhyun despertó.
Desde hace semanas tenía los mismos sueños, siempre eran él y un hombre alto.
Hombres lobos con garras enormes y dientes afilados. Y en medio, con sus orejas agachadas por el miedo, él.
Baekhyun nunca en su vida había creído en la fantasía, los trataba como simples leyendas de viejas. Pero justo ahora, esas leyendas le atormentaban en sueños.
-Baek, ya es hora de despertar- su madre golpeó la puerta, llamándole para que despertara.
-Sí...- un suspiro cansado se escapó de sus labios, ¿cuánto más tendría que sufrir esos sueños? Ojalá desaparecieran rápido, no quería entrar a la nueva escuela con ellos todavía.
Y hablando de nuevas escuelas, Baekhyun realmente repelía la estúpida idea de su madre. ¿Tan necesario era mudarse con sus tíos y su primo? Podía cuidarse perfectamente solo, ¡por dios, ya tenía dieciocho! Si su madre debía irse a otro país por trabajo él podría tranquilamente quedarse en casa, seguir yendo a la escuela con sus amigos y tal vez, si el destino le sonríe, enamorar a esa chica.
-Cariño, ¿tienes todo preparado para cuando venga tu tía?- mientras Baekhyun sacaba los cereales de la despensa su madre se acercó a él, peinándole el pelo revuelto hacia abajo. Baekhyun gruñó en afirmación, dejando caer la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos ante el sueño.
-Pues muévete, enano- dijo empujándolo para que se moviera más rápido, quitándole de las manos la caja y abriendo la nevera. Baekhyun le abrazó por la espalda, apoyando todo su peso en ella.
-¿Por qué no me puedo quedar? ¿Es tan necesario ir? De seguro me quieres alejar para estar todo el día de parranda- cerró la nevera y fue hacia la encimera, arrastrando con ella a su hijo que no la soltaba.
-Oh, no, me has descubierto, ¿ahora qué haré? Ya había quedado con un chico guapo- bromeó sacando un bol y un vaso.
-Yo pensaba que era el único hombre en tu vida- Baekhyun hizo un puchero a la espalda de su madre, soltándola para sentarse en la mesa y esperar que le llevara el desayuno.
-Y lo eres bebé, el trabajo no me deja ni para pensar en ligar. Pero, ¿y tú? Todavía no me traes ninguna chica a casa- poniendo los vasos y el bol en una bandeja la llevó hasta la mesa, donde Baekhyun se lanzó a por la comida y arrastrándola hacia él empezó a comer. Ella esperó a que contestara, mirándole fijamente, al final Baekhyun se puso nervioso.
-No me gusta ninguna...- mintió, sin apartar la vista de los cereales flotando en la leche. ¿Cómo se le dice a una madre que te gusta una chica? De solo pensarlo Baekhyun ya se avergonzaba.
-Siempre me dices lo mismo, al final voy a pensar que eres gay- Baekhyun casi se ahoga con el desayuno cuando esa frase llegó hasta sus oídos. Sonriendo de lado la miró burlón.
-Más quisieras, señora "no tengo tiempo para ligar"- su madre rodó los ojos, terminando el desayuno y recogiendo el de su hijo, para llevarlos al fregadero.
-Sin faltar al respeto niño maleducado, señora será quien yo te diga- justo cuando dijo eso, y él se levantaba de la silla, el timbre sonó.
-Oh, mierda...- susurró Baekhyun girándose hacia su madre, que le instaba con la mirada para que se fuera a la habitación.
-De seguro esa es tu tía, y tú así en pijama todavía. ¿Qué haces? ¡Vete a vestir! Ya sabes como es EunMi- Baekhyun corrió hacia su habitación, cerrando la puerta y abriendo las del armario. Cogiendo lo primero que vio comenzó a vestirse.
Él nunca había sido de esas personas que se tiran horas mirando su ropa como tontos porque no saben qué ponerse, un pantalón vaquero y una camiseta negra ancha estaban bien para él, ¿por qué enrollarse más?
Cuando la camiseta se deslizó por su cuerpo las voces de fuera llegaron a sus oídos, la grave voz de su tía parecía estar enfadada, mientras que la de su madre mantenía el tono divertido. ¿Y ellas eran hermanas? Baekhyun a veces se preguntaba eso, no tenían los mismos gustos, ni coincidían en algo, no por lo menos que él supiera.
Apoyándose en la puerta intentó entender lo que decían.
-Venga ya, Eun, tu hijo es rebelde de por sí. ¡Mi hijo no lo hará aún más!
-Tu hijo revoluciona al mío. ¿Todavía no está vestido? Eso es una clara muestra de irresponsabilidad.
-Cada día estás más cascarrabias, ¿acaso los años te están afectando?
-¿¡Me estás llamando vieja!? Que sea la mayor no significa...- Baekhyun se alejó de la puerta, ya sabía lo que vendría después, su madre molestaría a su hermana y esta se indignaría con ella.
Poniéndose las zapatillas agarró la maleta y abrió la puerta, respirando profundo antes de salir.
Porque a su tía podía medio ignorarla, pero ¿a su primo? Esperaba que tuvieran cuarto de invitados, no le apetecía compartir habitación con nadie. Él necesitaba privacidad. A parte de todas las manías que poseía Baekhyun, no tenía lo que se dice buena relación con su primo.
El único adjetivo que venía después del nombre del chico era desagradable, desde aquella reunión familiar en la que el nombre de su padre salió dejó de pensar que su primo era "un niño guay".
Con pasos lentos fue al salón, mentalizándose de lo que vendría a partir de ahora.
Toda su vida, donde todo estaba planificado, cambiaría. ¿Y por qué? Por un trabajo estúpido, y la extremada preocupación de su madre hacia él. Nueva casa, nueva escuela, nueva gente, nuevos pensamientos, nuevos sentimientos. Y Baekhyun, no estaba convencido de estar preparado para eso...
-Ya estoy... preparado.