Después del baño fui a preparar una copiosa cena, que como siempre parecía una batalla campal por culpa de nuestro despreocupado capitán. Al acabar la cena mi preciosa Nami-swam nos dijo que quería realizar una reunión sobre la siguiente isla. Por eso nos quedamos todos reunidos para que nos informase.
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--Narro yo—
Nami explica al resto de la tripulación que según sus cálculos al día siguiente por la mañana deberían de llegar a la isla de Samba, una isla primavera sin un cuartel de la marina en ella. A pesar de ello sí que hay un cuartel en una isla a solo un día de navegación por lo que debían de intentar no causar problemas hasta que tuviesen cargado el logpost.
-Usopp y Frankly vosotros iréis a comprar los materiales que necesitemos para reparar el Sunny, Sanji tu encárgate de reponer la comida y bebida ¿Necesitaras ayuda para llevarlo todo?- Pregunto Nami durante la distribución de tareas.
-No Nami-swam, podre encargarme yo solo- respondió el cocinero con sus ojos como si fueran corazones.
-De acuerdo, en ese caso; Chopper tu aprovisiónate de las medicinas que necesites, Robin y yo buscaremos información en la isla, Brook te quedaras cuidando del barco y tu Zorro, te toca ser la niñera de nuestro capitán. Asegúrate de que no cause problemas si no quieres que aumente un doscientos por ciento tu deuda.
-Pero como pretendes que lo evite si el idiota de nuestro capitán no para de correr nada más llegar a tierra y además las calles se mueven para confundirme- respondió Zorro furioso.
-No hables a Nami en ese tono marimo- dijo Sanji con tono molesto mientras se encendía un cigarrillo.
-Tsk- respondió Zorro y giro la cara para el otro lado, aun no era capaz de confrontar al cocinero por las fantasías que se había inventado por la tarde.
Ante esto toda la tripulación miraba atónita a Zorro por no haber respondido a las provocaciones del rubio, eso si que era raro. La única que miraba con una sonrisa de suficiencia como si lo entendiese todo era Robien, pues gracias a su poder y que era un poco cotilla había sorprendido varias veces al espadachín mirando a Sanji, y esta tarde no había podido evitar notar como se había ido tras el accidente producido por Luffy.
A la mañana siguiente un grito de tierra a la vista de Usopp hizo que toda la tripulación pusiera en marcha las preparaciones necesarias para llegar a la isla.
-Recordar estar aquí para comer a las dos y media- Les recordó Nami una última vez antes de ver una estela de polvo que era el capitán y un Zorro gritándole persiguiéndole.
Como cada uno sabía que hacer se fueron cada uno por su lado. Nami y Robin entraron en varias librerías y hablaron con varias personas, en una de esas librerías había un hombre anciano lleno de tatuajes, su tienda estaba extrañamente vacía.
-Buenos días librero-san –saludo Robin al hombre con una sonrisa.
-Buenos días muchacha, es raro tener a dos clientas tan guapas en la tienda.
-¿Porqué esta tan vacía señor?- Le pregunto Nami.
-Es porque todos los de esta isla creen que estoy loco y por ello prefieren mantener las distancias.
-A mi usted me parece muy cuerdo señor.
-Jajajaja, vosotras dos no tenéis pinta de frágiles señoritas. ¿Sois piratas, no?
- ¿Y si así fuese? –pregunto Robin con un tono amenazador en la voz.
-No es necesaria todo es instinto asesino jovencita, en esta ciudad nos gustan los piratas siempre y cuando no causen problemas. Yo los prefiero a algunos marines. Si tenéis tiempo os contare una historia sobre la isla y el tesoro que encierra. ¿Os interesa?
-¿Tesoro?- Pregunto Nami con sus ojos en forma de berries- si claro que si. Pero antes una pregunta. ¿Sabe cuántos días tarda en cargar el logpost?
-No tarda mucho, unos tres días. Ahora sobre la historia, se dice que en esta isla antes había un gran número de contrabandistas pero hace ya cosa de ciento ochenta años cuando abrieron el cuartel de la marina en la isla vecina la mayor parte de los contrabandistas se tuvieron que ir a otros lugares. Dejando el lugar limpio. Sin embargo se dice que debido al asedio de los marines unos cuantos no pudieron huir de la isla y murieron en el laberinto de túneles subterráneos que ellos mismos habían escavado para sus mercancías. Se supone que la riqueza que habían acumulado esos hombres sigue ahí abajo en los túneles. Pero nadie lo ha podido corroborar nunca, puesto que no han sido capaces de encontrar la entrada a los túneles ya que la entrada que daba a la playa fue sellada por los marines para que no pudiesen escapar.
-Es una historia interesante, pero con eso parece casi imposible encontrar una localización exacta de los túneles.
-Habitualmente eso sería cierto, pero no en mi caso. Resulta que un antepasado mio era la amante de un contrabandista, cuando la marina se acerco el le dejo a ella un plano de los túneles y papeles con indicaciones de cómo llegar. Su romance era secreto así que ella no fue perseguida, pero debido a la estrecha vigilancia de los marines tuvo que esconder los papeles para no ser acusada ella de contrabandista. La mujer murió por una enfermedad cuando su hijo mayor apenas tenía trece años y murió sin hablar sobre la localización del mapa. Mi familia ha vivido en esa casa todo este tiempo, hace unos cinco años al hacer remodelaciones de una pared yo descubrí los documentos. Pero la gente que me dijo que eran falsos, que yo era un mentiroso. Y por desgracia estoy demasiado mayor para poder investigarlo yo mismo.
-Que interesante ¿Y donde guarda esos papeles?- Pregunto Nami con una sonrisa que indicaba que pensaba robarle al viejo.
-Aquí mismo- dijo sacando un fajo de papeles antiguos de debajo del mostrador- si los quiere son suyos, con dos condiciones.
-¿Y cuales son? –Pregunto Robin cautelosa.
-Si les doy estos papeles es para que descubran la verdad que hay tras la leyenda, así que la primera condición es que los usen para intentar descubrir la verdad.
-Eso desde luego- le respondió Nami- si hay oportunidad de conseguir un tesoro nos lanzaremos a por ella.
-Jajajaja admiro la fuerza de la juventud, la segunda es que cuando salgáis me vengáis a contar lo que hay de verdad en la historia. La verdad que siento mucha curiosidad. El nombre de mi antepasado es William Portland, si descubrís algo de el por favor os ruego que vengáis a contármelo.
-Por supuesto abuelo, esas condiciones son fáciles de cumplir las dos.
Con esto dicho Nami cogió los papeles y se volvió al barco con Robin.
Después de la comida en el barco pasaron la tarde de compras y turismo, a la hora de la cena Nami les explico que al día siguiente irían a investigar el lugar por el que creía que según los papeles era la entrada a los túneles. Que partirían por la mañana y que por comodidad esa vez iban a dormir en el barco en vez de en un hotel.
Todos estuvieron de acuerdo, Zorro preguntó si podía salir a beber esa noche a alguna taberna. Nami les dijo que podían hacerlo, siempre y cuando volvieran al barco para partir por la mañana la excursión. Zorro accedió con una sonrisa torcida en su cara, necesitaba bajar a la isla, necesitaba liberar las tensiones a las que el rubio le había sometido las últimas semanas.