Todos estuvieron de acuerdo, Zorro preguntó si podía salir a beber esa noche a alguna taberna. Nami les dijo que podían hacerlo, siempre y cuando volvieran al barco para partir por la mañana la excursión. Zorro accedió con una sonrisa torcida en su cara, necesitaba bajar a la isla, necesitaba liberar las tensiones a las que el rubio le había sometido las últimas semanas.
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--POV SANJI—
Para que querría el marimo ir a beber a una taberna, como si no lo hiciera suficiente en el barco, yo por otra parte voy a aprovechar bien mi tiempo en tierra. Pienso encontrar alguna dulce señorita con la que pasar un rato agradable, después de tantas semanas en el mar un hombre necesita aliviarse y no veía adecuado realizar tales acercamientos a sus damas Nami-swam y Robin-swam.
Después de recoger los trastos de la cena Sanji se dio una ducha rápida y se arreglo para salir. Se perfectamente a donde tengo que ir, mientras realizaba mis compras por la tarde investigue varios sitios en los que encontrar señoritas, de ellos uno me llamo bastante la atención. Las damas que lo promocionaban eran especialmente bellas, por lo que me dijeron debía ser un poco más caro pero sin duda valdría la pena.
Al bajar del barco fui recorriendo las calles, solo con haber hecho el recorrido una vez antes podía recordarlo, una sonrisa se formo en mi rostro mientras pensaba como el cerebro de alga se hubiese perdido ya diez veces si fuese el quien intentaba realizar ese sencillo recorrido. Ay Sanji que te pasa, vas a conoces a unas lindas señoritas dispuestas a complacerte y lo que pasa por tu cerebro es el vago del marimo, tantas semanas en el mar le habían afectado más de lo que pensaba en un principio.
No tarde ni 20 minutos en llegar al local que buscaba, entré y parecía un bar normal, exceptuando el gran número de camareras y la gran atención que ellas les ponían a los clientes. El local estaba limpio y la gente aseada y de buen ver, así que dándole el visto bueno me senté en una de las mesas.
Un par de señoritas se acercaron para preguntarme que quería beber, al trae el vino que pedí ellas se sentaron conmigo, charlamos un rato para romper el hielo, una de ellas era una pelirroja con un cuerpo despampanante y una sonrisa picara que le hacía muy atrayente, no paraba de hacerme sutiles caricias con la escusa de acercarse a rellenarme la copa. La otra era una chica castaña con una melena corta cara de niña buena y una sonrisa dulce. Después de un rato la pelirroja me guió a un cuarto.
Después de todas esas semanas en el mar mis necesidades por una mujer eran altas y estuve varias horas con la chica pelirroja hasta que me sentí completamente satisfecho. Al terminar decidí dirigirme al barco pues sería mejor dormir algo por la noche, ya que mañana tendría que madrugar para preparar el desayuna y la comida que nos llevaríamos para explorar.
De camino al barco distinguí un pelo verde entre la gente de la calle, me iba a acercar a saludarle para ver si volvíamos al barco juntos (si le dejo solo seguro que no aparece hasta dentro de dos días), sin embargo algo me hizo detenerme. Un chico rubio mas bajo y de aspecto joven le abrazo y le dio un ligero beso en los labios. Me acerque un poco más y escuche como el rubio le hablaba a Zorro.
-Que te parecería seguir bebiendo en mi casa, los dos solos- Mientras decía esto le acariciaba la mano y le miraba con una sonrisa picara-
-Me parece bien, después de todo es justo lo que necesito- respondió Zorro acercando bruscamente al muchacho rodeándolo con sus brazos.
No puedo creer lo que veo, es decir, al marimo le gustan los hombres. Y yo pensando que lo único por lo que podía sentir atracción ese hombre eran las espadas y el sake. Tengo que aprovechar esta información a mi favor. Le esperare en el barco para cazarle cuando vuelva y presionarle. No se porque pero no me hace ninguna gracia que se vaya con ese muchacho, supongo que es porque al ser piratas tenemos que tener cuidado, el está demasiado indefenso. Y si el muchacho es un caza recompensas que va detrás de él. Y que más me da, Zorro es mayorcito que se cuide él solo.
--POV ZORRO—
Espere a que todos se fueran a dormir para ir hacía la ciudad, a pesar de que el barco está en el puerto tardé un rato en encontrar el centro del pueblo, a partir de ahí fui preguntando hasta llegar al bar que necesitaba. Un bar donde los hombres iban a conocerse.
Al llegar ahí me senté en la barra y pedí una botella de sake al rato me fije en un chico joven, rubio y de complexión algo delgada, me recordó a Sanji tanto que casi no pude contener mis ganas de tirarme encima de él. Me acerque y con una sonrisa le invite a beber algo.
Estuvimos un buen rato bebiendo, yo más que él. Era un chico de la misma ciudad, me conto que solía frecuentar el bar. Me pareció agradable aunque demasiado hablador, si fumase ya sería perfecto pues de espaldas sería casi igual a Sanji.
Suspirando porque no iba a poder conseguir al hombre que realmente deseaba le pregunte si salíamos a fuera, al salir me pidió que le acompañase a su casa, por supuesto acepte, necesitaba liberarme de toda la tensión que el cocinero me había producido en las últimas semanas o no sería capaz de enfrentarle cara a cara.
Nada más cruzar el umbral de su puerta el joven se lanzo a mis labios con un apasionado beso, no dude en seguirle la corriente. Me guió hasta su cama sin separarnos excepto cuando necesitábamos tomar oxígeno. Al llegar a la cama me hizo sentarme y se arrodillo frente a mi.
- Zoro-san, voy a hacer que te sientas bien- dijo el rubio mientras liberaba mi miembro de mi ropa interior- se que no soy la persona que ocupa tus pensamientos, pero pienso hacer que en este rato solo pienses en mi.
Dicho esto el chico se introdujo mi gran pedazo de carne en su boca de golpe, no pude evitar un leve gruñido de placer, por lo que parece este chico se había dado cuenta que pensaba en otro, pero no me importaba , así está bien.
El chico comenzó a chupármela con mucha habilidad, masajeándome a la vez mis testículos, le cogí del pelo para marcar el ritmo, quería que fuese más rápido y profundo. Al rato no podía aguantar más, el vaivén de este chico me estaba volviendo loco, sabía como utilizar sus labios y lengua, cuando llegaba otra vez a la punta de mi pene lo rodeaba habilidosamente con su lengua, haciendo especial hincapié en el glande. Desde esta perspectiva era fácil imaginarme que la persona haciéndome una mamada era Sanji. Cuando pensé que ya no podría más le agarre con fuerza y le hice bajar hasta la base de mi pene para correrme con fuerza dentro de su boca. El chico se lo tragó todo con dificultad, cuando le solté de mi agarre el chico lamio mi pene para quitarle las últimas gotas de mi semilla.
-Esto ha sido muy intenso, sabes muy bien Zoro-san.
-No te preocupes, esto no es el final- le dije mientras le quitaba el pantalón.
El chico me quito del todo mi pantalón y mi ropa interior, vi que el ya estaba excitado, parece que había encontrado una pequeña putita con la que divertirme, aun no le había tocado y ya estaba así, seguro que su cuerpo era delicioso. Lo puse a cuatro patas en la cama y me coloque detrás.
-Lámelos- le dije poniendo tres de mis dedos en su boca.
El chico no dudo en obedecerme, mientras tanto comencé a acariciar su pene, note como el mío se despertaba otra vez, así que lo restregué contra el chico, parecía que estas caricias lo estaban encendiendo de verdad, ya que cuando saque mis dedos de su boca se puso a gemir como una perra pidiéndome que le penetrase. Comencé metiéndole un solo dedo.
- Zoro-san quiero más, esto no es suficiente, quiero tener tu gran miembro dentro de ti y sentir como te mueves.
-Por lo que parece no puedes esperar más- dije introduciendo los otros dos dedos de golpe y empezando a moverlos bruscamente en círculos.
-Ah, ah, ah, ahm…. Así Zoro-san no pares, quiero más, te quiero completo.
- Pues aquí me tienes.
En ese momento saqué mis dedos de su interior y le penetre de una estocada. El chilco soltó un gruñido pero sorprendentemente en vez de dolor fue placer, parece que estaba muy acostumbrado a esto. No tardo ni diez segundos en empezar a mover sus caderas rítmicamente. Nos pegamos en esa posición varios minutos cada vez yo le embestía con más fuerza entrando más dentro de él. Hasta que logré alcanzar un punto que le volvía loco.
- Así Zoro-san, me gusta que me folles como un animal salvaje.
- Aquí es donde te gusta que te de ¿Verdad?
- Si, por favor, no pares, dame más fuerte- decía el chico mientras su voz se perdía en jadeos.
Miraba al chico que tenía aprisionado con su cama, observe como su agujero que parecía tan pequeño se tragaba mi pene una y otra vez en toda su extensión, como me enterraba dentro de su cuerpo, su espalda estaba perlada por el sudor y su rubio pelo mojado, era una imagen tan excitando, no pude evitar fantasear que la persona que tenía debajo era mi cocinero. Con estos pensamientos estaba a punto de llegar al orgasmo.
-Zoro-san, voy a correrme.
-Yo, también, solté con un gruñido- al notar los espasmos del orgasmo del chico que estrecharon aun más su entrada no pude evitar correrme dentro de él en un par de estocadas más.
Me sentí un poco culpable por haber usado al chico de esa forma, después de todo el no había podido ocupar mis pensamientos ni durante el orgasmo. Me despedí de él y me dirige hacía el barco, antes de salir de su casa el chico me dijo que estaba todas las noches en el bar, que si seguía algún tiempo más en la isla fuese a verle. Después de esto me dirigí hacia el barco, sorprendentemente no tarde en encontrarlo. Menos mal, estaba cansado y quería dormir algo antes de la exclusión de mañana.
CONTINUARA.....