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Siempre estaré a tu lado por Dynast

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Notas del capitulo:

Le porn is coming ~

Los siguientes días transcurrieron de forma igualmente aburrida para Haru. Makoto continuaba llegando tarde a casa, así que él realmente no sabía muy bien qué hacer cuando se quedaba solo. Había estado mirando por internet caballetes de pintura. Tal vez no estaba mal que descansara de vez en cuando dibujando algo, ya que tampoco se podía pasar todo el día metido en la bañera. Al final fue Makoto quien terminó encargándose de eso, y lo colocó en una esquina de la sala, junto a la ventana. En ocasiones simplemente se quedaba mirando a Haru mientras daba forma y vida al papel con sus pinceladas, sin importarle el trascurrir del tiempo. Le parecía tan hermoso y relajante... Sentía como si estuviera reflejando su mismísima alma en el lienzo, esa maravillosa y reluciente alma...


Igualmente, había días que no estaba inspirado y se dedicaba a ver series y hacer ejercicios de entrenamiento para fortalecer su musculatura. En esas ocasiones, cuando Makoto llegaba a casa a veces se lo encontraba tirado en el suelo sobre la alfombra, ya que se quedaba dormido.


- Haru, no puedes quedarte ahí tumbado lleno de sudor, terminarás cogiendo frío - le replicaba cada vez.


El moreno seguía recibiendo "cuidados amorosos" de su novio. De alguna forma, por mucho que lo intentara, continuaba siendo incapaz de tomar él la iniciativa. Makoto era simplemente... MUY perseverante. Aunque intentara hacerle él algo, siempre terminaba siendo devorado o manoseado por todas partes. Y se sentía tan bien que en cada momento se quedaba sin fuerzas para resistirse.


Su cuerpo había comenzando a sufrir un cambio. Siempre se había limitado a hacer ese tipo de cosas él solo, únicamente cuando lo necesitaba. Pero ahora todo su cuerpo se estremecía cuando era Makoto quien lo tocaba. Además, en alguna ocasión ya se había calentado pensando en él, un poco frustrado por no poder controlar su cuerpo. Era algo totalmente nuevo para él. Sólo le ocurría con Makoto. Ninguna mujer ni otro hombre, ni siquiera esos chicos que había estado viendo en los vídeos porno, despertaban ese interés en él. De hecho, sólo el pensar en ser tocado por otra persona le generaba cierta repulsión, pero con Makoto todo era simplemente... agradable. Le era imposible pensar que ese chico fuera a hacer alguna vez algo que no le gustara. De hecho... estar con Makoto... siempre había sido agradable... "Siempre"... Esa palabra le había generado unas cuantas preguntas durante esos días. ¿Acaso ya tenía ese tipo de vínculo con Makoto desde hacía años, y era sólo cuestión de tiempo que se terminara dando cuenta? ¿Qué separaba realmente la amistad del amor? ¿Por qué le había dolido tanto el corazón al pensar que no iba a volver a ver a Makoto en un tiempo? Mucho más intensamente que cualquier otra pérdida... ¿Eso que sentía antes también era amor? ¿Tal vez otro tipo de amor diferente al de ahora? ¿Era lo mismo que sentía Makoto? Por primera vez en su vida comenzaba a cuestionarse una serie de cosas sobre sus sentimientos en las que jamás se había fijado, y realmente todo le estaba dando demasiado dolor de cabeza. Era muy complicado...


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Un sábado estaba haciendo la comida sólo con el delantal y el bañador puesto, ya que se había estado dando un baño, y sintió cómo el castaño se acercaba por detrás y lo abrazaba cariñosamente.


- Makoto, no hagas eso cuando estoy al fuego. Es peligroso.


- Haru... - el moreno se giró, dándose cuenta de que el chico estaba bastante colorado y lo miraba con los ojos llenos de deseo. - ¿Puedes continuar con eso después? Tengo ganas de mimarte un poco... - confesó con una voz muy tierna, mientras le daba un cariñoso beso en el cuello.


Haru notó cómo su corazón palpitaba fuertemente, y se sonrojó también. Comenzó a sentir cómo esas amables manos acariciaban su torso y esos labios continuaban besándolo con amor. Makoto había comenzado a respirar más rápidamente. Ese chico... ya estaba encendiéndose otra vez sin que él hiciera nada. Y sabía que si comenzaba a jadear y a susurrarle su nombre al oído, terminaría entrando en su juego. Era incapaz de resistirse. Observó de nuevo el fuego, y frunció el ceño, molesto. Oh no, no iba a dejarse llevar otra vez. Sabía que, de hacerlo, lo más seguro es que terminara siendo él de nuevo el único que disfrutara. La anterior ocasión en la que se había acercado a él de esa forma, estaban viendo una película en la sala y fue incapaz de hacerle nada, ya que Makoto consiguió, otra vez más, que se quedara sin fuerzas para resistirse, al comenzar a deslizar su ardiente lengua todo su cuerpo. Y no negaba que se sentía maravilloso, pero lo frustraba por completo.


- No, Makoto. Primero vamos a comer - dijo fríamente.


Se soltó del agarre y continuó cocinando, a la par que el castaño se quedaba junto a él mirándolo con ojitos tristes, como un perrito. Al final terminó desistiendo y fue a sentarse a la mesa, a esperar pacientemente. Haruka sirvió los platos y ambos se mantuvieron en silencio mientras comían. Makoto se veía realmente impaciente. Seguía algo sonrosado y Haru se dio cuenta de que tras terminar de comer seguramente se le echaría encima. Cada vez se estaba molestando más por ello. Se había dicho a sí mismo que tenía que hacer algo al respecto, pero había sido incapaz en esos días. No podía ganar contra la insistencia y el deseo de su novio de monopolizar su cuerpo. Normalmente cuando quería transmitir alguna idea a los demás, Makoto siempre se daba cuenta de lo que estaba pensando y lo ayudaba. Pero ahora que ese tontito era incapaz de ver qué le estaba pasando por la cabeza, se sentía tan frustrado...


El castaño terminó dándose cuenta de que Haruka estaba realmente tenso. Podía percibir perfectamente su estado de enfado, lo cual lo entristecía. Continuó observándolo a ratos, hasta que terminaron de recoger la mesa. Entonces se giró, y decidió hablarle mientras se apoyaba en la encimera.


- Haru... ¿No te gusta que te toque? - preguntó mientras ladeaba la cabeza y seguía con esa expresión triste. - Si alguna vez hago algo que te moleste, preferiría que me lo dijeras...


El moreno terminó de guardar los platos en el lavavajillas y lo encaró, sorprendido. ¿Por qué demonios estaba diciendo eso? Se mantuvo en silencio durante unos segundos, pensando cómo responder. Esa era una buena oportunidad para hacer algún tipo de avance, no podía desaprovecharla. Sí, definitivamente tenía que hacer algo. Inspiró aire profundamente y frunció el ceño, sintiendo que se llenaba de decisión, y encaró a Makoto muy seriamente.


- ... Me molesta - le contestó, tajantemente.


- Eeh... - el castaño desvió la mirada, abatido.


De pronto la cabeza del castaño comenzó a ser un caos, un completo caos. ¿En serio odiaba tanto todo lo que le había estado haciendo? Entonces... ¿por qué no había dicho nada antes? Había estado intentando con todas sus fuerzas que Haru se sintiera bien, ¿y no había sido así? ¿Todo eso no era más que una fantasía suya? ¿Lo había estado presionando demasiado? Aunque su cuerpo reaccionara así, ¿en el fondo seguía sin aceptar que fuera otro hombre quien lo tocara? ¿Sentía repulsión hacia él? Eso... ¿no podía ser cierto, verdad? ¿VERDAD? En ese momento sintió que su corazón comenzaba a doler demasiado y sus ojos se empaparon de silenciosas lágrimas.


- Lo-lo siento, Haru... - murmuró mientras apartaba la mirada.


El moreno se sobresaltó y entró en total pánico, abriendo mucho los ojos. Se dio cuenta de que lo que había dicho no sonaba exactamente como lo que quería, y volvió a maldecirse a sí mismo como tantas veces por lo difícil que le resultaba transmitir lo que sentía con palabras.


- No, no es... - finalmente reaccionó y se acercó rápidamente hacia él para abrazarlo. - Makoto, no llores... perdóname - le acarició el cabello con cariño. - ... - se acercó a sus labios y le dio un tierno beso a la par que seguía meciendo su pelo, nervioso. El castaño se separó un poco, sorprendido. Podía sentir el amor y la ansiedad de Haruka, y logró tranquilizarse bastante.


- ¿Haru?... - abrió los ojos, interesado, ya que parecía que el moreno estaba impaciente por decirle algo.


- Quería decir... Makoto... - le agarró de las manos, se sentó en una silla y comenzó a hablar totalmente serio.- Tú nunca harías algo que me desagradara, lo sé - el castaño empezó a sonreír, aliviado, mientras lo observaba fijamente. - Pero yo quiero...


Agachó la cabeza, entrecortándose las palabras. Sabía lo que quería preguntarle, lo que quería decirle, pero todas las frases se entrecruzaban en su mente y no sabía cómo transmitirlo, lo cual lo ponía realmente nervioso. Makoto se dio cuenta y comenzó a acariciarle el pelo para que se relajara.


- Tranquilo Haru...


Finalmente el moreno levantó la cabeza y preguntó, aún algo nervioso.


- Makoto... ¿Tú... desde cuándo... desde cuándo sientes esto por mi?


El castaño abrió bastante los ojos y de pronto se puso todo colorado. Apartó la mirada, y Haru sintió cómo le apretaba las manos.


- No... no lo sé Haru... - empezó a explicarse.- Quiero decir... - volvió a mirarlo - Este sentimiento de calidez... siempre me ha envuelto cuando tú estabas cerca de mí. Y se acentuaba al verte nadar, cuando sonreías... Se podría decir que cuando te veía feliz me contagiaba de tu felicidad - le dedicó una tierna sonrisa tras percatarse de cómo los ojos de Haru comenzaban a brillar, ilusionados. - Pero er... bueno... - volvió a desviar la mirada, algo abochornado. - Con el paso de los años nuestros cuerpos empezaron a cambiar... y lo que sentía hacia ti... seguía siendo lo mismo, pero algunas cosas... cambiaron. Empecé a darme cuenta de que... no me interesaba nadie más que tú...


- ... ¿Por eso mismo rechazaste a aquella chica nada más comenzar el instituto? - preguntó, tras hacer memoria.


- Hahaha... sí... Bueno, realmente no fue... la única. Me siento un poco mal por ellas, pero de aquella ya me había empezado a dar cuenta de todo y no quería... no quería hacer daño a nadie... - agachó la cabeza y jugueteó un poco con la mano de Haruka, nervioso.


- Eso es... mucho tiempo... - murmuró el moreno, al darse cuenta, y sintió bastante angustia.


- No pasa nada, Haru - le acarició la mejilla para reconfortarlo. - Sólo con estar a tu lado siempre he sido feliz, aunque mi cuerpo llegado un punto comenzó a no hacerme caso... lo siento... - de pronto notó cómo el moreno le agarraba la mano.


- Yo... también... Siempre he tenido ese sentimiento de calidez con Makoto. Era más fuerte que con los demás, pero como eras mi mejor amigo... no pensé que fuera algo diferente... Y simplemente me acostumbré a ello... - observó a Makoto, con una expresión algo triste.


- No pongas esa cara, Haru... La amistad, el amor y la atracción son cosas que pueden ir solapándose y no aparecer todas a la vez, incluso esas dos últimas.


- ... - meció su cara contra esa cálida mano mientras cerraba los ojos y sentía que su corazón comenzaba a latir fuertemente. - Entonces... ¿tú corazón también dolería si yo no estuviera a tu lado? - terminó preguntando, de una forma totalmente tierna.


Makoto sintió cómo su corazón daba un vuelco y se quedaba sin respiración durante un instante. Eso había sido demasiado adorable. Notaba que iba a salírsele del pecho en cualquier momento y se levantó de la silla para besarlo con intensidad. Haruka se sorprendió un poco, pero lo aceptó totalmente. Él también deseaba sentir su calor. El castaño fue descendiendo hasta quedarse de rodillas en el suelo, y tras separarse de sus labios, comenzó a abrazarlo con fuerza.


- Claro que dolería, todos los días, a cada minuto - terminó confesando, emocionado.


- Entonces... lo que sentimos es lo mismo... - pensó para sí el moreno, notando esa calidez envolverlo por completo. - Makoto... - lo mencionó mientras lo rodeaba con sus brazos y sus piernas.


- ¿Eh? - el castaño se sorprendió y se separó un poco para encararlo, mientras se sonrojaba de nuevo.


- ... No tienes que... disculparte por cómo reacciona tu cuerpo. Ya has dicho antes... Esas tres cosas que has mencionado... ahora están juntas - apretó un poco sus labios, porque eso que acababa de decir iba para los dos. - Y yo quiero... - ese era el momento, tenía que decirlo - ... que nuestros cuerpos... se unan... - terminó confesando.


Makoto abrió sus ojos de par en par y lo miró fijamente. De pronto sintió cómo su cabeza empezaba a arder y se puso completamente colorado.


- Ha-Haru... - lo mencionó a la par que sentía que se su corazón se le salía del pecho, y agachó la cabeza de nuevo, abrumándose por sus emociones.


- Sé... sé que podemos - continuó explicando el moreno, nervioso - ... porque lo he visto en vídeos.


Makoto lo visualizó de nuevo, algo descolocado. Lo estaba mirando muy fijamente con esos ojos azulados resplandeciendo, medio colorado, y taaan serio esperando su respuesta. Recordó que era cierto que últimamente había cogido la costumbre de ver vídeos porno y suspiró. ¿Así que era eso lo que había estado rondándole por la cabeza? ¿Estaba preocupado porque ambos sintieran lo mismo y porque realmente quería que no sólo sus corazones estuvieran unidos?


- Tan adorable... - pensó para sí a la par que sus ojos comenzaban a brillar también. ¿Pero cómo podía haber sido tan lento en descubrir lo que Haru quería realmente? Tenía que haber tenido un poco más de confianza en sí mismo. En ese momento estaba tan feliz que no sabía muy bien si quería empezar a llorar o saltar de alegría.- Entonces... tengo que hacer antes unas compras - comentó, mientras sonreía marcadamente.


Se dispuso a ir hacia la entrada, pero Haruka lo agarró del brazo.


- No hace falta - comentó, impacientemente.


- Pero Haru... - observó lo intensamente que lo estaba mirando, medio sonrojado, y se dio por vencido.


Soltó un suspiro y lo llevó a la habitación que les quedara más cerca mientras se paraban cada pocos pasos para besarse de forma cómica y tierna. Apartó lo que hubiera encima del colchón y se tumbaron los dos en él. Makoto se acercó para abrazarlo, y empezó a besarlo con cariño. Estaba realmente nervioso, pero al final terminó quedándose él encima y decidió ponerse un poco más agresivo, jugueteando con su lengua en la boca del moreno y a lo largo de su suave piel. Haru se fue quitando el delantal como podía porque no quería que se manchara, mientras su novio no dejaba de besarlo por todas partes, haciendo que el calor que sentía en su pecho y en todo su cuerpo aumentara. El castaño comenzó a descenderle el bañador, por lo que Haru intentó tocar su cuerpo por debajo de la camiseta, aprovechando que estaba distraído. Tampoco le dejó mucho margen, porque en cuanto comenzó a acariciar sus pectorales, éste se estremeció y decidió quitarse la camiseta tras separarse un poco.


- Ha-Haru... estoy lleno de sudor... - murmuró, avergonzado.


Haruka lo observó. Sí que estaba bastante sofocado y seguía tan nervioso como antes. Aunque estuviera él encima, era también su primera vez haciendo ese tipo de cosas. Pero de verdad que no lo entendía. Él también estaba sudando, ¿y qué ocurría con eso? Era algo normal, ¿no?


Mientras seguía con sus divagaciones, regañando a Makoto en su cabeza porque siempre se preocupaba demasiado por todo, sintió que comenzaba a masajear su ya algo encendido miembro. Soltó un suave jadeo y se tapó la boca con la mano. El castaño se acercó a su oído, para susurrarle con una voz dulce. Había comenzado a respirar fuertemente, y sentía su cálido aliento calentar su piel.


- Si hago algo que te moleste, avísame, ¿vale?


- Mnn - el moreno asintió con la cabeza, un poco sonrojado, mientras el castaño le besaba tiernamente la mejilla.


Makoto le retiró el bañador del todo, dejándolo completamente desnudo, y comenzó a lamer uno de sus dedos a la par que seguía masajeándolo, para después dirigirlo a su entrada. Haru se sorprendió y se tensó un poco.


- ¿Puedes... separar un poco más las piernas? - le preguntó, algo avergonzado, a la par que continuaba besándolo con cariño para tranquilizarlo.


Observó cómo hacía caso a su petición y comenzó a introducirlo en esa cálida y suave cavidad. Estaba realmente estrecho.


- Intenta relajarte, Haru - le susurró, y continuó tratándolo de la forma más dulce que podía mientras intentaba tranquilizarse, porque su corazón se estaba acelerando demasiado.


El moreno, por su parte, lo estaba intentando con todas sus fuerzas, pero aquella sensación no dejaba de ser demasiado extraña para él. Sintió cómo se movía en su interior y, aunque no es que se sintiera mal, no terminaba de acostumbrarse. Aún así, de pronto, notó cómo tocaba una zona y sintió un pequeño espasmo que recorrió su cuerpo. Makoto se dio cuenta y sonrió, contento.


- Así que es aquí... - comentó con una sonrisa mientras continuaba moviéndose contra ese punto suavemente.


Notó que había empezado a relajarse y decidió retirarlo para introducir esta vez dos dedos. Se preocupó algo al descubrir que, pese a todo, seguía realmente estrecho.


- Tenía que haber ido a por el lubricante... - pensó para sí, entristecido.


Intentaba separar esas paredes, pero Haruka no dejaba de tensarse cada vez que sentía que esos dedos distendían su interior. Se estaba esforzando, pero aquello era definitivamente lo mejor que podía hacerlo. Aunque estuviera bastante excitado, esas sensaciones lo ponían demasiado nervioso. Makoto también se estaba dando cuenta, y seguía reconfortándolo con sus mimos, pacientemente, pese a estar totalmente encendido desde hacía un rato. Su entrepierna había empezado a doler un poco, y estaba entumecido. Haru se estaba impacientando demasiado, así que agarró uno de los brazos de Makoto y lo encaró, seriamente.


- Estoy bien. Hazlo - le ordenó mientras respiraba algo agitado.


- Pero Haru... aún estás...


- Estoy bien - insistió a la par que rozaba su erección con su mano, intentando demostrar que estaba listo.


Makoto suspiró mientras sonreía y finalmente retiró los dedos. Se quitó los pantalones y descendió su ropa interior, mostrando lo tremendamente excitado que estaba. Haru lo observó un momento, nervioso. Sintió que Makoto empezaba a besarlo tiernamente de nuevo, para distraerlo, y fue apoyándose sobre él lentamente. Notó algo realmente caliente y duro presionarse contra su entrada, y sufrió de nuevo otro espasmo. El castaño continuó besándolo con gentileza y decidió entrar poco a poco. Haru notó aquello abrirse paso en su interior. Era totalmente diferente a los dedos, mucho más grande y...  dolía. Exclamó un jadeo, quejándose, en los labios de Makoto, y éste se separó, algo sofocado y asustado.


- ¿Te estoy haciendo daño, Haru?


Observó cómo estaba con el ceño fruncido y apretándose el labio. Su cuerpo temblaba levemente y estaba apresando su miembro con bastante fuerza. Hizo un amago de salir de él, porque lo estaba preocupando. En ese momento deseaba con todo su ser entrar en él completamente, pero se negaba a lastimarlo. Jamás se perdonaría tal cosa.


- ¡No! - exclamó de pronto el moreno, al sentir que estaba saliendo. - E-Estoy bien.


Makoto lo observó, dubitativo, e intentó seguir entrando lentamente, controlándose lo más que podía, mientras lo acariciaba por delante esta vez, pero realmente estaba demasiado estrecho y le costaba abrirse paso.


- ¡Auch! - se quejó Haruka, mientras le apretaba fuertemente el brazo y volvía a fruncir el ceño. Estaba temblando.


El castaño lo observó, apenado.


- Haru... No parece que estés bien - se acercó y lo besó en la frente, mientras salía lentamente.


- Ah, ¡rayos! - pensó el moreno para sí, furioso.


- Tranquilo, es normal que no te acostumbres de la noche a la mañana - intentó sosegarlo mientras le acariciaba el cabello y recuperaba él la respiración.


- Pero... - Haru giró la cabeza, molesto.


- ... Ahora soluciono esto.


Comenzó a besar y acariciar su cuerpo en dirección a su entrepierna, y cuando el moreno se dio cuenta ya tenía sus labios muy cerca de su excitado miembro. Estaba totalmente decidido en proporcionarle otro de sus amados y unidireccionales servicios.


- ¡No!


Haru lo empujó por la frente y lo apartó de él, mientras continuaba totalmente frustrado. Makoto se sorprendió por el repentino rechazo y lo encaró, preocupado. El moreno se negaba a mirarlo a los ojos.


- ... Voy... voy al baño... - agarró algo de ropa de los cajones y se metió rápidamente, cerrando la puerta bruscamente.


Makoto se había quedado en la cama, siguiéndolo con la mirada, entristecido, sin saber muy bien qué hacer.


- Haru... - murmuró al verlo meterse al baño, y tras volver un poco en sí, decidió darse él también una ducha.


Se dirigió al que estaba en el pasillo y una vez estuvo dentro, suspiró con pesadez. Se sentía bastante culpable por no haber conseguido que Haruka se relajara lo suficiente. La realidad había resultado ser mucho más difícil de lo que creía.


El moreno no tardó demasiado en refrescarse un poco y se sentó en su cama mientras se secaba el pelo con la toalla. Seguía bastante enfadado consigo mismo. Si ambos se amaban con la misma intensidad y estaban bien con ello, ¿por qué demonios no había podido entrar bien? Si en los vídeos que había encontrado lo hacían con muchísima facilidad... ¿Hacía falta alguna técnica especial? Su corazón no paraba de emanar calor, pero, ¿qué demonios le pasaba a su cuerpo entonces? ¿Que tenía que acostumbrarse? ¿Acostumbrarse por qué? ¿Acaso es que su cuerpo estaba mal hecho? Fuera como fuera, estaba convencido de que la culpa era suya.


Makoto tardó un poco más que él y se acercó cuando vio que estaba en su habitación, para sentarse a su lado, nervioso. Se quedaron ambos en un incómodo silencio durante unos segundos, hasta que Haru decidió hablar.


- Lo siento, Makoto...


- Está bien, está bien, no tienes por qué disculparte. Tal vez estaba yendo demasiado rápido - le acarició el pelo con gentileza, para reconfortarlo.


- Pero... - movió sus piernas, nervioso. - No puedo decirle... Todavía estoy excitado, y mi cuerpo no se está quieto... Quería que nos sintiéramos bien juntos... Maldición... - pensó para sí.


Aún así, el castaño se dio cuenta de que estaba bastante colorado y no dejaba de estremecerse. Verlo en ese estado le proporcionó el empujoncito que necesitaba para sacar un tema que le había estado rondando la cabeza esos últimos minutos.


- Oye, Haru... - Makoto de repente se quedó serio y agachó la cabeza, bastante nervioso. - Antes de alguna forma he terminado estando yo encima, pero... Si tú... Si tú quieres... ¿Po-podemos intentarlo... em... - comenzó a frotarse la cabeza, aún más nervioso - ha-haciéndomelo tú a mi? - Haru fue volteándose lentamente hacia él, y lo observó con los ojos completamente abiertos, brillando con intensidad. - Cómo tú... yo... yo también estoy realmente acalorado, haha... - continuó explicando, girándose un poco hacia el otro chico, mientras comenzaba a sonreír de forma nerviosa y seguía bastante sonrojado. - Y mi corazón no para de latir fuertemente. Si así... si así podemos unir nuestros cuerpos... no me importaría.


- ¿Yo... haciéndoselo a Makoto? - pensó para sí Haru, a la par que lo continuaba observando con sus zafiros lanzando destellos por la emoción. - ¿Yo haciendo que Makoto se sienta bien?


- Hahaha... pero soy grande, corpulento y nada lindo... - empezó a explicar mientras reía, avergonzado - ... así que a lo mejor no querrás hace-


De pronto Haru lo agarró de los hombros y lo empujó contra el colchón con fuerza. Makoto se asustó por el repentino acto, y al observar su rostro se dio cuenta de que lo estaba mirando con una expresión totalmente decidida.


- Makoto, ya dije... ya dije que quería hacer esto - comentó, entusiasmado.


- Mmn - el castaño lo observó con ternura y lo agarró de la mejilla para que se acercara y así poder besarlo.


- Pero... - se separó mientras ladeaba la cabeza, algo frustrado. - No sé... qué hacer... exactamente. En los vídeos... era todo muy extraño - confesó mientras se sonrojaba un poco.


- Hahaha... Prefiero no saber qué tipo de vídeos has estado viendo... - pensó Makoto para sí, algo descolocado. - Pero qué adorable... - le acarició la mejilla. - Entonces Haru... ¿quieres que te enseñe?


- Sí... - respondió éste al instante, algo avergonzado.


Makoto sonrió y comenzó a quitarse los pantalones y la ropa interior. Haru se acercó y lo besó en los labios, para después continuar un poco por su cuello. Vio lo excitado que estaba el castaño y empezó a masajearlo suavemente, notando cómo se humedecía su mano.


- Esto es lo que... me has hecho antes... - murmuró nervioso mientras observaba cómo habían comenzado a sofocarse más ambos.


- Mmn - éste asintió con la cabeza, mientras sonreía.


Continuó apresando ese miembro con su mano, y se dio cuenta de que nunca se había parado a fijarse en su tamaño. De hecho, era la primera vez que el castaño se estaba quieto y dejaba que fuera él quien lo tocara.


- El de Makoto es... realmente... grande... - pensó mientras no dejaba de observarlo.


Su propietario se había agarrado al cojín sobre el cual tenía apoyada la cabeza, completamente extasiado por lo bien que se estaba sintiendo. Había comenzado a jadear levemente, y decidió abrir los ojos, encontrándose a Haruka mirando su erección con aire frustrado.


- Haru... - lo llamó con un tono de voz sofocada. - Nuestra constitución es totalmente diferente, así que no nos compares...- el moreno sintió que le clavaban una flecha en la espalda, por lo que se quedó un poco petrificado. - Pero... se siente... realmente bien - continuó comentando Makoto entre jadeos, por lo que Haru lo encaró con los ojos completamente abiertos, feliz. - Ahora intenta... intenta... a-abrirme un poco... - le pidió, avergonzado.


Haru lo observó, nervioso, y se miró su mano durante un momento.


- ¿Antes ha usado su saliva, no? - pensó mientras se quedaba un poco ido.


- Haru, trae aquí.


Agarró su mano y comenzó a lamer uno de sus dedos. El moreno observó con interés esa ardiente lengua que se deslizaba por su piel, y notó una contracción en su entrepierna al fijarse en el sofocado rostro de su novio. Éste, tras empapar los dedos de Haruka, los dirigió a sus nalgas. El moreno palpó la entrada de Makoto, mientras éste separaba un poco más sus piernas. Introdujo uno con cuidado, dándose cuenta de cómo esas paredes se estremecían a su paso.


- Eso es... despacio... - murmuró Makoto mientras apretaba un cojín que había cogido para taparse la cara, ya que todo aquello estaba siendo demasiado vergonzoso y así se sentía más cómodo.


Comenzó a mover su dedo en esa ardiente cavidad y se sorprendió al darse cuenta de que, pese a estar algo estrecho, se deslizaba con bastante facilidad. Encaró a Makoto, extrañado, y éste se dio cuenta.


- Sí... bueno...  - ladeó la cabeza, abochornado. - Realmente... realmente quería hacer esto contigo... así que... En el ba-baño... he estado... he estado pre-preparándome... un poco...


Haruka sintió cómo su corazón comenzaba a palpitar fuertemente al escuchar eso. Introdujo poco a poco el segundo dedo y continuó presionándolos sobre esas paredes. Estaba bastante relajado, pero de pronto notó cómo se contraía y ahogaba un gemido contra el cojín. Levantó la cabeza y lo observó, asustado.


- Haha, sí. Eso es la próstata... Antes tú también te has sentido bien, ¿verdad? - explicó mientras sonreía y le acariciaba el pelo para tranquilizarlo.


El moreno notó que se sofocaba más al haber escuchado esa dulce voz. Siguió moviendo sus dedos contra esa zona, sintiendo cómo las piernas de Makoto temblaban levemente al hacerlo y escuchando aquella melodía atenuándose contra el cojín. El excitado miembro que estaba agarrando con su otra mano había comenzado a gotear. El castaño, por su parte, empezó a impacientarse al darse cuenta de que sólo él estaba sintiéndose bien. Se separó del cojín y se incorporó un poco para desabrochar el pantalón a su compañero.


- Tenemos que... - soltó otro jadeo al sentir esos suaves dedos masajearlo tanto por dentro como por fuera - prepararte... a ti también.


Descendió su bañador y observó cómo el moreno estaba completamente duro.


- Ah... Estás... - se sorprendió un poco y se dio cuenta de que lo estaba observando con mirada felina, como si quisiera devorarlo, mientras se mantenía sonrojado y sudando levemente. Su corazón se estremeció y sonrió, feliz. - Hehe, te has encendido al verme, me alegro...


Haruka frunció el ceño, molesto, y retiró los dedos lentamente mientras se acercaba para besarlo en los labios y lo empujaba de nuevo contra la cama.


- Entonces... - descendió la mirada y observó su miembro frotándose contra la cálida entrada de Makoto.


- Sí... entra - le susurró con una voz más calmada mientras rodeaba su cuello con sus brazos con gentileza - despacio...


Intentó abrirse paso suavemente, pero de la misma forma que había ocurrido con él, Makoto se estrechó al notar la intrusión.


- Ah... perdón - se disculpó éste, observando cómo Haruka estaba poniendo de nuevo una expresión de angustia.


- Yo no soy tan grande, pero igualmente no va a... - empezó a comentar, algo abatido, mientras notaba que seguía costando abrirse paso y temía hacerle daño a Makoto.


- Haru... - él también había comenzado a ponerse nervioso por verlo así, y eso mismo evitaba que se relajara, formando un ciclo vicioso que no iba a llegar a ninguna parte. Tenían que conseguir tranquilizarse, ambos, o se volvería a repetir lo de antes. Lo agarró de la mejilla, para que lo mirara fijamente a los ojos. - Bé-bésame, Haru... - le pidió con vergüenza.


El moreno respiró profundamente un par de veces, para intentar recuperarse ya que casi había empezado a hiperventilar por la frustración. Se acercó a su rostro, aún bastante escéptico, porque eso tampoco había funcionado con él. No había intentado entrar más en profundidad, pero en cuanto empezó a besar a Makoto de la forma más cariñosa que pudo, sintió cómo esas cálidas paredes comenzaban a vibrar.


- ¿Mmn?


Abrió los ojos, confundido, e hizo un amago de separarse de esos labios, pero Makoto lo agarró de la nuca y siguió apresando su lengua de una forma apasionada. El moreno podía sentir lo sofocado que estaba su compañero, ya que respiraba fuertemente y no dejaba de ahogar jadeos en sus labios. Además, ahora que tenía los ojos abiertos, podía observar que estaba completamente colorado. Decidió cerrarlos de nuevo y continuó besándolo. Notó cómo su interior parecía que se derretía poco a poco y terminó de introducir su miembro en él. Cuando llegó al final, separaron un poco sus labios. El cálido aliento de Makoto seguía calentando los suyos, y éste fue recuperando la respiración lentamente.


- Puedes... puedes empezar a moverte - le comentó entre jadeos, incapaz de abrir los ojos por las sensaciones que estaba experimentando su cuerpo en ese momento, una mezcla demasiado incomprensible de ligero dolor, incomodidad, placer y satisfacción.


Haru lo obedeció y comenzó a balancearse suavemente, notando cómo se estremecía a su paso y lo apresaba como si quisiera fundirse con él. Estaba estrecho, pero podía deslizarse medianamente bien. Mientras tanto, observaba el rostro de Makoto sumido en el placer, intentando controlar sus sonoros jadeos. De los dos él era definitivamente el más ruidoso, lo cual no le molestaba. De hecho, tanto sus expresiones como la voz que ponía cuando estaba en ese estado, lo tenían fascinado, y en esa ocasión se veía mucho más extasiado que nunca. Agachó la cabeza y observó durante un instante su miembro, completamente duro y goteando desvergonzadamente sobre su propio abdomen. Soltó un jadeo, por la emoción que sentía al comprobar que era él por fin, quien estaba haciendo sentir tan bien a Makoto. Estaba tomando él la iniciativa, había conseguido lo que quería, y eso lo hacía completamente feliz. Tanto que hasta se le empezaron a humedecer los ojos. A veces le era tan frustrante que la gente no entendiera lo que estaba pensando... Makoto notó que aminoraba un poco el ritmo y abrió los suyos, confundido. Entonces vio que estaba llorando en silencio y se asustó un poco.


- ¿Ha-Haru? - le acarició la mejilla con gentileza, preocupado. - ¿Estás bien? ¿Estoy demasiado estrecho y te está doliendo?


De pronto Haru se dejó caer encima de él y comenzó a abrazarlo con fuerza.


- Makoto... - empezó a acariciarle el pelo cariñosamente.


El castaño sonrió al descubrir que simplemente estaba emocionado, y se contagió, comenzando a sentir una calidez mayor en su corazón.


- Yo también estoy feliz - le dio un beso en la mejilla. - Te amo, Haru.


- ... Y yo a ti - respondió, mientras se sonrojaba más.


Continuó embistiéndolo lentamente mientras se mantenían ambos abrazados de esa forma. El moreno creía que iba a perder la cabeza y terminar en seguida por lo increíble que se sentía ese ardiente interior y por escuchar los agradables y provocativos jadeos de su propietario tan cerca de su oído. Ese gran cuerpo lo estaba calentando como si estuviera nadando en una fuente termal, y era gratamente reconfortante. Pero no sabía que en esa posición el miembro de Makoto se había estado friccionando contra sus cuerpos todo el rato, haciendo aquel dulce vaivén mucho más irresistible. Llegado un punto, agarró a Haruka de la camiseta, sintiendo que no podía soportarlo más. Se estaba derritiendo por dentro poco a poco.


- Ha-Haru... - lo llamó mientras éste sentía cómo sus entrañas lo apresaban con más fuerza.


Tras escuchar su nombre, se aproximó a besarlo, haciendo que el castaño perdiera la cabeza definitivamente, a la par que lo embestía un poco más fuerte y en profundidad. Escuchó un fuerte y tierno gemido ahogarse en sus labios mientras esas paredes empezaban a contraerse con ansia. Esa sensación tan sumamente agradable lo pilló totalmente por sorpresa y no pudo retirarse de su interior antes de terminar. Se separó de los labios de Makoto mientras dejaba escapar él también un gemido, que dejó extasiado al castaño al escuchar tan dulce y provocativa voz salir de esos habitualmente silenciosos labios. Makoto sintió cómo su interior se calentaba aún más y notó que todo su cuerpo temblaba levemente, sumido en tal placentera sensación. Tras quedarse unos segundos sobre ese amplio cuerpo, recuperando su aliento, el moreno iba a salir de él, pero su propietario lo detuvo.


- Espera, Haru. Quédate así un poco más.


Lo rodeó con sus brazos mientras éste continuaba con la cabeza caída sobre su pecho y observaba su rostro fijamente. Empezó a masajear su cabello azabache con ternura, por lo que Haru se quedó totalmente relajado. Incluso tuvo que hacer un esfuerzo para no dormirse ahí encima. Le encantaba que Makoto le masajeara la cabeza de esa forma tan cariñosa.


- ... Nos acabábamos de poner limpias estas camisetas - comentó tras salir un poco de ese trance, al darse cuenta de cómo había terminado Makoto sobre ellas.


- Lo siento... - se disculpó éste algo avergonzado.


- No es... - suspiró, frustrado por cómo seguía siendo incapaz de transmitir lo que realmente pensaba. - Tenía que haberlo parado... con mi mano.


Makoto comenzó a reír, divertido, mientras Haruka le daba un beso en la frente y salía de él finalmente. Observó el hilillo blanquecino que dejaba a su paso y tras quedarse un momento mirando esa acalorada entrada, acercó sus dedos con curiosidad para tantearla un poco. Makoto se había quedado tumbado en el colchón, con los ojos cerrados, descansando, ya que tenía la cadera adolorida. Por eso mismo el acto lo pilló por sorpresa, abrió los ojos de golpe  y agarró al moreno de la muñeca.


- Haru, ¿qué haces?


- ...


Los introdujo con bastante facilidad, mientras observaba fascinado cómo se lubricaban solos con ese cálido líquido que había depositado en él. Los movió contra la paredes. Ahora sí que estaba realmente relajado, incluso podía separarlos para distenderlas.


- No... Pa-para - levantó la mirada y vio cómo Makoto parecía que estaba sufriendo, por lo que retiró los dedos, asustado. - No... mnn... - agarró a Haru de la camiseta fuertemente, mientras seguía con esa expresión agónica.


Haru observó, totalmente interesado, cómo salía poco a poco el semen que había depositado en él, mientras Makoto apoyaba de nuevo su cabeza sobre el cojín y no paraba de sufrir espasmos y jadeaba levemente. Al terminar, se incorporó un poco mientras volvía a estar algo sonrojado y se veía enfadado.


- Haru... No-no vuelvas a hacer eso... nunca - le replicó, apenado, mientras observaba el estropicio.


Haruka sintió cómo se encendía bastante, súbitamente, y se posicionó encima de Makoto de forma algo brusca, asustándolo otra vez. El castaño observó que se había sonrojado de nuevo, y lo miraba con esa excitada expresión que hacía que su corazón y todo su cuerpo se estremeciera.


- Makoto... Re-realmente voy a esforzarme para que tú puedas hacérmelo con... tu... tu gran... - desvió la mirada, avergonzado - orca...


- ¿Gran... gran o-o-orca? - pensó para sí el castaño, totalmente descolocado.


- Pero ahora... - descendió la mirada, observando que ambos se habían empezado a excitar. Comenzó a mirarlo fijamente a los ojos,  con sus profundas orbes zafiro brillándole con intensidad y se tumbó de nuevo encima de ese cálido gran cuerpo- ¿Me dejas hacértelo... otra vez?

Notas finales:

Hahahaha... espero que os haga gustado el inesperado desenlace (¿o no era tan inesperado? xD). Resumiendo, hay varios puntos que hay que tomar en cuenta:


- Ambos son (eran) vírgenes xD


- Makoto es demasiado emocional e inseguro u.u


- Haru es adorable


- Makoto es adorable (aunque él no lo crea, lol)


- Haru cuando se interesa por algo termina no siendo consciente de lo que hace o dice, o simplemente tiene una forma de pensar demasiado plana, hasta el punto de comportarse como un pequeño diablillo, hahaha... (cosecha propia, me hacía demasiada gracia x,D)


- Ambos son un par de despistados tontitos


- Y oh, claro, no os preocupéis... Al final Haru se acostumbrará a que Makoto le dé mucho, pero muuucho amor 8D


- Parejas reversibles everywhere ~ ♥ (voy a crearme un fanclub de esto x,D)


 


Es la primera vez que describo a dos chicos totalmente inexpertos haciendo el amor al completo, espero haber conseguido ofrecer esa imagen de torpeza y ternura que pretendía :,D Puke rainbows para todos! Que por cierto, me he inspirado en un doujinshi que se llama "Dochira Demo" (me enamoró, creo que se nota xD y por hacer algo diferente ewe).


Seguramente haga un capítulo más con una pequeña idea que tengo, algo dramática (nunca hay suficiente drama, nunca) y ya dé por terminado este fic xD


Y sin más decir que las otras parejitas están por ahí haciendo sus cosas de... parejita... como os los queráis imaginar x,D


 


Un abrazo a todos :D


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