Capítulo No. 11
Los días, las semanas pasaron. Kaz había regresado a su departamento y si bien no dejaron de verse del todo, ahora mantenían una relación ya no tan cercana. Kaz intentaba darle tiempo a Hyde, tiempo para aclarar su mente, sus sentimientos. Y quería darse tiempo él mismo, también necesitaba pensar…
Hyde había decidido darse otra oportunidad con el guitarrista una vez que hubiera superado sus sentimientos por Tetsuya. Entonces sería él quien le pidiera una nueva oportunidad. Ya estaba decidido.
Entonces un día en el estudio…
-¿Dónde puedo encontrar a Tetsuya Ogawa?- preguntó una mujer bastante joven y atractiva como para pasar desapercibida.
-Están en el cuarto piso, en la sala número dos.- Contestó amablemente la recepcionista que sin duda había reconocido a la esposa del bajista.
La mujer agradeció con un gesto amable y se dirigió a los ascensores.
Al llegar al cuarto piso, a la sala número dos, se detuvo en la puerta, respiró profundo y forzó una sonrisa antes de llamar.
-Adelante…- una voz conocida le dio el pase.
-Buenos días, busco a Tetsuya.- Dijo entrando y buscando al bajista con la mirada. Pero sólo estaba el vocalista, con sus clásicas gafas de lectura y con un montón de papeles en la mesa y otros cuantos en las manos. No pudo evitar sentirse recelosa con él.
-Ayana…- balbuceó el vocalista al momento que se levantaba de su lugar para ir a recibirla –Tetsu está con los técnicos, pero si quieres puedo llamarlo- decía, algo nervioso mientras sacaba el celular del bolsillo.
-No, no es necesario- su voz era fría, “¿o serán ideas mías?”, pensó el vocalista. –Sólo vine a dejar estos papeles, no quería que el abogado los trajera.-le tendió unas carpetas –ya sabes, podrían despertar sospechas, ¿cierto?
-No entiendo a qué te refieres, pero por qué no lo esperas, no debe tardar mucho. Siéntate.- Realmente no había entendido, pero intentaba ser amable con ella, era lo menos que merecía después de lo que él y Tetsuya le habían hecho. -¿Cómo está tu hijo?- preguntó con verdadero interés.
-Por favor, deja las hipocresías, ¿quieres?- se levantó enseguida y enfrentó a Hyde, quién no entendía nada. –Debes estar contento, ya lo tienes para ti solo. Fui una estúpida, realmente creí que si me embarazaba él me elegiría a mí, pero…- se tumbó en el sofá, derrotada. Se había prometido a sí misma que no haría ningún escándalo, pero al verlo ahí, feliz, y ella tan miserable, no pudo evitar sentir que la sangre le hervía.
-No sé de qué me hablas-. No se movía de su lugar, con la mirada fija en la figura de una mujer bastante cansada para su edad.
-Basta, no finjas, ¿quieres?, al menos ten un poco de decencia.- la mirada de desconcierto en el rostro de Hyde la sorprendió. –Jaja, realmente no te dijo nada, ¿verdad?, pero que tonto eres.- Dijo divertida al ver el rostro de confusión del vocalista. -Has estado con él sin siquiera saber. Pues bien, ¿quieres que te lo diga?
-……- No recibió respuesta.
-El día que le dije que estaba embarazada se fue de la casa, huyó a su departamento, o contigo no sé y no me importa. Seis meses antes de dar a luz, el muy cretino me pidió el divorcio. Pero eso tampoco lo sabías, ¿cierto? Sí que te tiene confianza- dijo de forma sarcástica.
-Debes estar muy feliz,- continuó -ahora es libre- dijo mirando los papeles en la mesa –lo lograste, lo tienes sólo para ti. Es lo que querían ¿no?, es lo que tú querías.
-Yo… no, yo… no lo sabía, él nunca me dijo nada, yo…- lo decía en un susurro. Lo decía más para sí mismo que para ella, quien ya había salido de la habitación dejándolo con la palabra en la boca.
Al salir, Ayana se había topado con Ken y Yukihiro, quienes regresaban con un par de cafés en las manos, riendo alegremente. Cuando la saludaron, ella no contestó el saludo, y ambos pudieron notar el par de lágrimas que resbalaban por las mejillas de ésta.
Cuando entraron a la sala, notaron el rostro desencajado del vocalista y con los puños apretados, apunto de sangrar, parecía estar en shock. Lo llamaron, pero este no respondió. Estaba ausente.
Cuando por fin reaccionó salió de ahí, corriendo, sin decir nada. Quería huir, no podía creerlo, no podía entenderlo, ¿por qué Tetsuya le había hecho eso a ella?, ¿por qué a él no le había dicho nada? ¿Por qué le había hecho esto a él? No comprendía.
Ken intentó seguirlo, pero Yuki lo detuvo.
-Déjalo, deja que se vaya, necesita pensar-
-¿De qué rayos hablas Yuki?, ¿no lo viste?, estaba mal, necesitamos…- un par de dedos lo silenciaron. Y una sonrisa tierna lo calmó. -¿Tú sabes qué fue eso?
-Ken… no eres tan perceptivo, ¿verdad?, ¿viste cómo estaba Ayana?- un asentimiento por parte del guitarrista -¿qué crees que pasó?- hizo un gesto y esperó a que el guitarrista sumara dos más dos. Cuando la cara del guitarrista se iluminó, Yuki no pudo evitar sonreír.
-Deja que lo digiera.-
-Supongo que tienes razón.-
Cuando Tetsuya regresó, encontró a sus compañeros hablando de algo muy seriamente. Buscó con la mirada al vocalista pero no lo encontró.
-¿Y Haido?- preguntó acercándose a sus compañeros. Pero enseguida Ken se levantó y con un rostro serio, algo que era muy extraño en él, le invitó a sentarse en el sofá frente a ellos.
-Tetchan…- lo llamó el baterista –Ayana estuvo aquí y al parecer se topó con Hyde.
-¿Y Hyde?- repitió, ahora un poco preocupado.
-Sólo lo vimos salir corriendo, parecía algo perturbado. – Decía el baterista en un tono calmado, no quería asustar a su amigo.
-¿Y lo dejaron ir?- se levantó en seguida para ir tras él, a buscarlo –no debieron dejar que se fuera así, ¿y si le pasa algo?- pero antes de que diera el primer paso Ken lo detuvo.
-Deberías dejarlo solo por un tiempo, déjalo pensar, digerir lo sucedido.- dijo Ken intentando calmarlo, repitiendo lo que el baterista le había dicho. –Cuando esté listo el vendrá.
-No puedo hacer eso Ken, no sé qué fue lo que Ayana le dijo.- Bajo el rostro apenado. –Además, ya lo dejé solo por bastante tiempo, ¿no creen? Necesito aclarar las cosas con él. Esta podría ser mi última oportunidad para recuperarlo.
-Te ayudaremos a buscarlo Tetchan- le dijo Yuki, sonriéndole, dándole ánimos. –Ken, ¿por qué no lo buscas en los alrededores?, tal vez siga en el edificio-.
-Pero si tú dijiste que necesitaba digerir lo sucedido, que no debíamos…- intentó reclamar Ken, pero Yuki lo interrumpió.
-Sí, ya lo sé, pero eso cambió. Ahora ve a buscarlo. Yo llamaré a Kaz tal vez esté con él.-
-O con Sakura, también le gusta hablar con él. Iré a su departamento. Tal vez vaya allí.- Le dijo Ken.