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MISTAKES por Sakurako

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Notas del capitulo:

Este es el segundo capitulo.

Bueno, Disfrútenlo. 

Capítulo No. 2

 

Las semanas pasaron. Los días gradualmente fueron regresando a la normalidad.

Una noche, en el departamento de Kaz, mientras éste veía la televisión, un anunció en particular le llamó la atención. Subió el volumen y se acomodó en el sofá.

La presentadora anunciaba el embarazo de Ayana Sakai, la esposa de Tetsuya Ogawa. Decía que los rumores de hacía unas semanas por fin eran confirmados. Fotografías, entrevistas de la feliz pareja llenaban el televisor. Lo apagó.

Ahora entendía. Hyde ya debía de saberlo. Por eso era esa actitud tan extraña que había tenido esos días, por eso se había alejado de todo.

Por un segundo se permitió albergar esperanzas. Pero pronto se sintió avergonzado de sentirse feliz acosta del sufrimiento por el que pasaba ahora el vocalista. Después se sintió estúpido, tal vez esa oportunidad ya la había aprovechado “otra persona”.  Sonrió para sí mismo.  

Cerca de la una de la mañana el sonido insistente en su puerta lo despertó. A regañadientes se arrastró hasta la puerta y la abrió con pesadumbre. Pero el rostro detrás de ésta lo hizo despertar completamente.

-Hyde… ¿qué haces aquí?

-¿Te molesta si paso?- dijo con el cabeza agachada. Pero aun así Kaz pudo notar los rastros de lágrimas en el rostro de Hyde.

-Claro, pasa, perdón es que sigo dormido- rio intentando animar a su amigo.  -¿pasa algo?, ¿estás bien?. – Pregunto mientras ambos se sentaban en el sofá frente al televisor apagado.

-Sí, es sólo que no quería estar solo.- Hyde seguía observando el piso

-Me sorprende que no hayas ido con Gackt- intentaba bromear, pero las palabras le salieron más irónicas de lo que esperaba-

Hyde sonrió, también con ironía. –Sí, bueno, por ahora Gacchan está molesto conmigo, no creo que quiera verme después de que me negué a acostarme con él durante nuestra estancia en la montaña.- su rostro se ensombreció aún más. Mientras que Kaz sintió un extraño alivio en su pecho al escuchar esas palabras. -¿Lo viste, no es cierto?, ¿viste el anuncio? Salió en todos los programas- las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Apretó los puños, intentó retenerlas pero era imposible, seguían cayendo.

-Hyde…- no sabía que decir. Quería consolarlo, abrazarlo, enjugar sus lágrimas con besos pero…

-Me pidió tiempo, me dijo que hablaría con ella, que él…- decía entre sollozos –me mintió, otra vez me mintió y yo… yo sabía…- sorbió con la nariz y se limpió con el dorso de la mano, un gesto que lo hizo ver más frágil, infantil. –por eso peleamos la última vez, por eso me fui… yo…

Su pequeño cuerpo comenzó a convulsionarse. –Hyde… tranquilízate… ya verás que todo se soluciona…- No pudo más y lo abrazó, pasaba gentilmente su mano por la espalda del vocalista, intentando contenerlo, intentando calmarlo, pero era imposible el llanto no cesaba. Hyde ocultó el rostro en la curva del cuello de Kaz, seguía llorando.    

Después de unos minutos se tranquilizó. Aun así no se separó del abrazo, su cabeza seguía descansando en el hombro del guitarrista, y aún podía sentir su mano deslizándose en su espalda. Se sentía bien.

-Mojé tu pijama, Kaz-kun…- dijo en un hilo de voz.

-No te preocupes Haido…- sonrió –supongo que tienes suficiente dinero como para comprarme otra, ¿cierto?- quería alivianar el ambiente, y se complació cuando sintió la risa del vocalista.

-Mm…- asintió –te lo compensaré.- Giró su rostro y beso el cuello de su amigo, no supo por qué, pero continuó con su mejilla, hasta llegar a sus labios.

Kaz sintió el camino de besos, y aunque se sorprendió, le correspondió. Aunque sabía que no era correcto permitió que Hyde lo besara. Sintió los brazos del vocalista rodear su cuello, él rodeaba su cintura, atrayéndolo más. Sintió como las manos de éste se enredaban en su cabello, presionándolo para profundizar el beso. Sintió como lo atraía para quedar tendidos en el sofá, y los labios del vocalista ya hacían un camino por su cuello. Entonces reaccionó, y gentilmente lo aparto y buscó su rostro que se veía muy confundido.

-No… Hyde… no es correcto-

-¿Por qué?, ¿no te gusto?- intentó acercarse para volver a besarlo, pero el guitarrista lo sujetó otra vez. –Por favor… te necesito…- le suplicó.

-No Hyde… eres hermoso, pero no estás bien, estás dolido, y si haces esto mañana te arrepentirás, y te sentirás peor, y no quiero verte así.

-……..- lo miraba fijamente, no entendía lo que le estaba diciendo. –pero es lo único que ven en mí, ¿no?, Sakura me lo dijo, que era lo único que Tetsuya quería de mí, que era lo que todos buscarían de mí. Yo pensé que me amaba, y ya ves, Tetsuya… - sonrió irónicamente -bueno, es obvio que era lo único que quería, nunca me quiso, sólo mentía. Gackt me lo ha pedido tantas veces… él me lo dijo, él también me lo advirtió y yo no le escuche… apuesto a que tú también piensas así, ¿no?. He notado cómo me miras… así que… tómame… no te reprimas… yo…- otra lágrima rodó, mientras sonreía. Esa imagen lo destrozó. No podía verlo así. No a él, para Kaz, Hyde había nacido para sonreír. Cuando sonreía todo a su alrededor se iluminaba, todos se contagiaban de esa magia. Por eso…

-No digas eso… Haido… Yo… te amo demasiado como para hacerte algo así.- lo tomó del mentón y lo obligó a mirarlo- y te aseguro que Tetsu también te ama, tanto como tú a él,- le sonrió – debes hablar con él, tienen que arreglar las cosas, ¿sí?.

Ven recuéstate, duerme un poco y ya verás que mañana, con la mente fría, pensarás mejor, ¿sí?- se levantó y levantó a Hyde, lo guio hasta su habitación y lo acomodó en la cama. Se sentó a su lado hasta que se quedó dormido. 

Hyde quería decir algo pero su mente no estaba trabajando muy bien en ese momento. Creía haber escuchado que lo amaba, pero estaba apoyándolo en su relación con Tetsu, bueno si es que aún existía una “relación” al menos en el ámbito personal. No entendía. Talvez había escuchado mal.

 

Un fuerte olor a café lo despertó. Abrió los ojos y tardo un poco en recordar lo sucedido la noche anterior. Se sintió avergonzado por lo que había dicho y hecho. Sonrió. Qué extraño, nunca se avergonzaba por lo que hacía, mucho menos por lo que decía, y tenía un gran historial de comentarios no muy apropiados, por así decirlo. Se levantó, llegó a la cocina y se detuvo en el umbral, observando a su amigo.

-Buenos días- dijo mientras se sentaba a la mesa.

-Ah, buenos días, Hyde, no te escuche levantarte. ¿Ya te sientes mejor?

 -Me siento mucho mejor, gracias.

-Llamé a J, le pedí el día.- Seguía moviéndose por toda la cocina, preparando el desayuno.

-¿De verdad, y qué dijo?

 -Que no…- rio –nos quiere en dos horas en el estudio.- Le sirvió el desayuno junto con una tasa de café y colocó lo mismo para él frente a Hyde. –En cuanto termines te llevo a tu departamento para que te cambies y de allí nos vamos al estudio, sólo que quieras irte tú sólo, te dejo allí.

-Gracias. Escucha…  lo de anoche… yo… lo siento, de verdad lo lamento mucho.

-Hyde… no te preocupes, ¿sí?- se enterneció con el rostro afligido, estaba realmente avergonzado.

-Lo que dijiste anoche… ¿fue verdad? 

-Sí, sigo pensando que debes hablar con Tetsuya, arreglar las cosas. Supongo que lidiar con el embarazo de su esposa no será fácil, pero….

-No me refiero a eso, tú dijiste que… bueno que tú…

-Sí, es verdad.- lo miró, dándole a entender que sabía perfectamente a qué se refería. -Pero no cambies el tema. Hablé con Tetsuya, te estará esperando en el café “tú ya sabes cuál”, eso dijo.

-No estoy listo, aún no.

-Bueno, eso le dije, que talvez aun no estabas listo y dijo que te esperaría ahí todos los viernes. Que fueras cuando lo estuvieras.- tomó su mano, dándole ánimos.

-Gracias… escucha… ¿puedo quedarme aquí por un tiempo?, Gacchan debe estar buscándome y realmente no quiero verlo, y Ken debe estar haciendo lo mismo.- Se quedó en silencio durante unos segundos, pensando en su amigo. -Ken-chan debería estar al pendiente de Yuki, y no de mí. Y conociéndolos al primer lugar al que irán será a mí departamento y no quiero verlos, no por un tiempo.

-Claro que sí, no tienes por qué pedírmelo, quédate el tiempo que quieras.

Terminaron de desayunar, en silencio. Hyde tenía muchas cosas en qué pensar y Kaz respetaba su espacio. 

Notas finales:

Gracias por leer.

Continuará...


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