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Un miércoles normal. por Kem2011

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Notas del fanfic:

Hola!

Me reporto a lo que suelo llamar el placentero deber, ¡yo soy Kem! :D Suelen llamarme Kem-chan, cosa que me gusta, pero ustedes pueden referirse a mí como deseen ;)

Tengo alguito de tiempo leyendo yaoi, pero no me he dado el empujón necesario para escribirlo. A pesar de eso quiero compartir este pequeño fic con ustedes. Originalmente lo subí en mi cuenta de la otra página como un regalo de año nuevo para mis lectores, pero no tuvo mucho éxito :( No tiene yaoi propiamente dicho, pero tampoco romance implícito y es muy gracioso, así que me pareció un crimen no compartirlo ;)

El protagonista de este one-shot es Ryoga, vocalista de BORN, pero como se desarrolla en la PSC aparecerán varios miembros de las bandas antes especificadas, además de Miyavi a quien incluí como invitado especial porque me gusta ^^

Es un fic de humor ligero por lo que me disculpo si en algunas partes resulta extraño o inconsistente, yo me siento muy feliz con él y espero que a ustedes también les guste y se diviertan un poco.

Notas del capitulo:

Esta historia nació de una curiosa conversación con mi hermana pequeña y fue planeado para entretener, ni más ni menos.

Espero sepan perdonarme la falta yaoi neto, pero ciertas escenas pueden ser interpretadas como ustedes deseen ;)

¡Disfrútenlo! <3

Un miércoles normal.

-One Shot-.

 

Era una mañana como cualquier otra en la altamente conocida PS Company, las personas que allí laboraban iban de un lado a otro para cumplir con sus funciones, los jefes daban órdenes y los empleados las obedecían, los artistas trabajaban en sus futuros proyectos o practicaban lo necesario para concretar los actuales, incluso algunos tomaban un descanso de media mañana para recompensarse por su arduo esfuerzo. Un miércoles de lo más normal.

Y allí estaba él. Con ese objeto malvado frente a sus ojos, el protagonista de sus más tortuosas pesadillas de toda esa semana, el que no se atrevía ni a tocar por mucho que el hombre a su lado tuviese cerca de dos horas insistiéndole para que lo utilizara.

No era normal en él sentir miedo, era un hombre hecho y derecho y cualquier reto que la vida le planteara lo afrontaba con entereza, pero aquello era simplemente impensable. Se paralizaba ante la idea y no encontraba la forma de que todo encajara en su cabeza para encontrar la manera de llevar a cabo aquella difícil tarea.

-Ryoga, por el amor de Dios- escuchó la voz de su compañero de banda, Tomo- ¡Simplemente toca la bendita guitarra!- se talló las sienes con frustración, como por treintava vez en las últimas dos horas.

Y su problema se hacía cada vez peor. Desde que le habían dicho que para el PV promocional del siguiente single de BORN querían que tuviera una escena tocando un pequeño solo de guitarra esa tortura había dado inicio. No tenía motivos que lo respaldaran ni alguna brillante razón para justificarse, él simplemente no sabía tocar la guitarra. Había intentado un par de veces aprender en el pasado, pero desde el momento en que decidió convertirse en vocalista todo aquello quedó olvidado. No se había preocupado por eso hasta que les hicieron aquella nefasta propuesta, el lunes anterior.

-Pero Tomo- se quejó- No puedo hacerlo, es muy difícil- le dirigió a su baterista un mirada suplicante.

-Ni siquiera lo has intentado- replicó Tomo- Vamos, no debe ser tan difícil- le apremió.

-Muy bien- Ryoga tomó aire y se armó de valor- Lo haré- acercó sus manos temblorosas al instrumento.

Tomo simplemente lo observó con algo de fastidio pero no dijo nada más, lamentando profundamente el haber decidido quedarse a acompañar a Ryoga mientras K y Ray salían a dar una vuelta. Ryoga tomó la guitarra entre sus brazos y se la colocó en la posición que le había indicado previamente Ray, puso las manos como K le explicó que lo hiciera, y al ser esas las únicas dos instrucciones que había recibido de sus guitarristas antes de que éstos abandonaran la sala esa mañana decidió improvisar el resto. Deslizó sus dedos por las cuerdas tirando de ellas con fuerza, produciendo con ello un sonido estridente e infernal que hizo a Tomo cerrar los ojos y llevar las manos a sus oídos, además que de alguna forma que sólo era posible si se trataba del excéntrico vocalista se desprendió del clavijero una de las cuerdas.

K y Ray entraban a la sala de ensayos hablando felizmente de trivialidades, cruzaron el umbral de la puerta justo a tiempo para que el pobre Ray viera el instrumento en las manos de Ryoga ser ultrajado y destruido de la peor forma posible, una que no recibiría perdón de ningún ente celestial existente y que merecía el peor de los castigos. Al menos a su parecer.

-¡Ryoga!- gritó con horror y se lanzó sobre el vocalista para arrebatarle la guitarra- Mi pobre niña- se abrazó con fuerza a ella y se veía a punto de llorar- ¿Qué le has hecho?- señaló a Ryoga acusadoramente.

-¡No lo sé!- intentó defenderse el mencionado- Ella simplemente se desarmó- miró la guitarra que descansaba entre los brazos de su compañero con más terror que antes.

Ray admiró su preciada posesión en medio de su agónico sufrimiento y maldijo para sus adentros el instante en el que tras perder una partida de piedra, papel o tijeras con K se decidió que sería su guitarra la que le prestarían a Ryoga para que intentara practicar. De haber sabido que la iba a encontrar en esas condiciones con seguridad habría mandado al piedra, papel y tijeras y al mismo K al demonio y no se habría despegado ni un segundo de su instrumento.

-Ray…- el vocalista intentó acercársele- Yo…

-Ryoga, no digas nada- tras esas palabras la sala se hundió en un sepulcral silencio.

-Creo que le pediré a nuestro equipo que cambie la planeación del PV- Tomo se dirigió a donde estaba el teléfono de la sala.

Ryoga simplemente se puso en marcha y abandonó el lugar. Caminaba triste y decaído por los pasillos de la compañía, se sentía culpable y realmente inútil. No podía hacer nada por su banda, no era útil para el nuevo PV, ni siquiera podía disculparse con Ray por haber destruido su guitarra porque sabía que sus acciones no tenían perdón. Justo en el momento en el que comenzaba a considerar arrojarse de la azotea y librar a su banda de su molesta presencia recibió una revelación divina que le devolvió toda su fabulosa y magnífica alma al cuerpo. Lo vio todo tan claro que casi se sintió estúpido por no pensarlo antes. ¡Sólo necesitaba que alguien le enseñara a tocar la guitarra! Si aprendía correctamente podría hacer un PV magnífico y Ray lo perdonaría por el terrible incidente ocurrido con su amada guitarra. Ahora todo estaba tan claro, eso debía hacer. Y con aquella resolución en mente se dispuso a buscar al candidato perfecto para que le salvara en esa situación.

Haciendo cuentas mentales en ese momento había unos trece guitarristas en la compañía, entre los de su banda y los de las demás. K y Ray estaban descartados por razones obvias, lo que le dejaba con once. Normalmente a cualquiera le habría dado vergüenza molestar a sus compañeros, la mayoría sus senpais, por algo así, pero ese no era el caso de Ryoga. Él tenía una magnífica relación con todos sus compañeros y estaba consciente de lo mucho que todos lo apreciaban, así que no encontraba nada reprochable en sus despreocupadas acciones.

Cruzó la esquina que lo llevaba a las salas de the GazettE, sin haber notado siquiera el momento en el que había abandonado su piso, y su salvación se materializó ante sus ojos con la forma del segundo guitarrista de aquella banda: Aoi.

-¡Hola!- saludó con entusiasmo- Aoi-san, ¿quisieras ayudarme con algo?- sonrió con inocencia.

-Eh, hola Ryoga, yo… Etto…- balbuceó nerviosamente- Lo siento, tengo mucho que hacer, ¡adiós!- sacudió su mano y entró apresuradamente a una sala que se encontraba unas tres puertas tras él.

Ryoga lo miró muy extrañado por su actitud, ¿le pasaba algo extraño a Aoi? Justo estaba por devolverse y preguntarle cuando vio que por el mismo pasillo en dirección contraria se acercaba el primer guitarrista de la misma banda. Dejó sus interrogantes sobre Aoi para después, Uruha debía poder ayudarlo sin duda. Por algo era la guitarra principal, ¿no? Se acercó a él con su mejor sonrisa de infalible convencimiento.

Uruha caminaba con parsimonia y sin percatarse mucho de su entorno, hasta que visualizó a Ryoga acercarse a él. Lo miraba fijamente, y tenía esa sonrisita que no podía presagiar nada bueno. Eso no pintaba bien, se imaginó lo que iba a pedirle y sin pensarlo dos veces decidió que había llegado el momento de huir. Miró hacia los lados y sin mediar siquiera palabra con el vocalista se precipitó dentro de una habitación a su derecha, la misma en la que previamente había entrado Aoi.

-Pero, ¿qué…?- se dijo Ryoga con los ojos muy abiertos, verdaderamente sorprendido.

Su sorpresa fue mayor cuando la puerta de la sala por la que habían desaparecido ambos guitarristas se entreabrió por el veloz momento en el que quien al parecer era Uruha colocó un pequeño cartel sobre ella, que no era más que una hoja de papel garabateada sostenida con un cordón de zapato que se amarraba a sus esquinas. Se acercó para poder leerla, parecía escrita con prisa pero aún así logró entenderla.

“Lo sentimos, no podemos recibir a nadie, estamos muy, muy, muy, muy, muy ocupados. Por favor no pase.

En especial si es Ryoga.

Gracias”.

Ante aquello el pobre y confundido Ryoga no pudo más que suspirar. Llegó a la conclusión de que esos hombres habían enloquecido por el exceso de trabajo al que the GazettE estaba sometido en esos momentos, sabía lo difícil que resultaba en ocasiones su trabajo y casi sintió pena por ellos. Lo mejor sería dejarlos y buscar a otra persona que le enseñara.

Siguiendo con su camino llegó al piso 5, donde se encontraban las salas de ensayo y grabación de Alice Nine, y tras vagar un rato por ahí sintió que su suerte acababa de cambiar. Ese definitivamente tenía que ser su día, y lo comprobaba el hecho de que Hiroto y Tora caminaban directamente hacia él. Iban muy concentrados en su conversación y no parecían haberlo notado, así que para evitar que le pasara lo mismo que con Uruha y Aoi se quedó quieto a esperar que ellos llegaran a donde se encontraba, lo que no les tomó mucho tiempo.

-Hola, chicos- saludó cuando éstos estuvieron lo suficientemente cerca, y ellos parecieron sobresaltarse cuando lo vieron- ¿Quisieran ayudarme con algo?- les sonrió con energías renovadas.

-Oh vaya, Ryoga- Tora miró a Hiroto a su lado, como buscando ayuda.

-¿Qué es lo que necesitas?- Hiroto también le sonrió.

Tora le dirigió una incrédula mirada a su compañero, y sintió deseos de golpearse la cabeza contra la pared.

-Que me enseñen cómo tocar la guitarra- respondió Ryoga con total naturalidad.

-Cielos, bueno…- Hiroto comenzó a parecer nervioso- Pero Ryoga, nosotros tenemos que, que…

-Que ir a rescatar a Shou- le cortó Tora- Se atascó en el techo y está esperando que nosotros vayamos por él- eso era obviamente una vil mentira.

-Sí, el pobre Shou- apoyó Hiroto poniendo su mejor expresión de preocupación fingida- Lo sentimos Ryoga no podemos, nos vemos- tomó a Tora del brazo y corrieron escaleras arriba.

Ryoga miró el lugar por donde los guitarristas de Alice Nine acababan de desaparecer, confundido, extrañado, pero por sobre todas las cosas preocupado por Shou. ¿Cómo se había atascado en el techo? Eso sonaba muy extraño, y aún más el hecho de que entre todas las personas en esa compañía estuviera esperando justamente por Tora y Hiroto. Además, ¿no estaban las salas de Alice Nine todas en ese piso? ¿Por qué habían subido la escalera? Si seguía pensando en eso se iba a confundir más, por lo que siguió con su camino en busca de quien se convertiría en su maestro.

Tras caminar otro poco y saludar a un par de compañeros que no tocaban la guitarra por lo que no se detuvo a hablar con ellos vio a Kazuki, primera guitarra de SCREW y gran amigo suyo. Corrió hasta donde estaba antes de perderlo de vista.

-¡Kazuki-kun!- le llamó, logrando que volteara a mirarlo- Enséñame a tocar la guitarra- dijo sin dar más vueltas al asunto.

-Hola Ryoga- el guitarrista saludó con normalidad- Vaya, de verdad me encantaría enseñarte a tocar la guitarra- la mirada de Ryoga se iluminó- Pero no puedo, he estado todo el día demasiado ocupado y aún tengo muchísimo que hacer- rodeó los hombros del otro con dramático agotamiento- Creo que mejor buscas a alguien que tenga suficiente tiempo para ti- suspiró pesadamente.

Ryoga hizo un puchero de decepción, pero luego comprendió que Kazuki tenía razón. Él necesitaba que alguien le dedicara tiempo a enseñarle, y tampoco podía apartar al otro de sus obligaciones para que lo ayudara. Le sonrió comprensivamente.

-Es cierto- concedió totalmente convencido- ¿Sabes dónde está Manabu?- le preguntó por el segundo guitarrista de su banda.

-No lo sé, no lo he visto- Kazuki se llevó una mano al mentón, pensativo- ¿Por qué no le preguntas a Jin?- le sugirió.

-¿Jin sabe tocar la guitarra?- preguntó Ryoga sumamente confundido, él estaba seguro de que Jin era el baterista de SCREW.

-No- Kazuki rió- Pero él debe saber dónde está Manabu- se encogió de hombros- Suerte Ryoga- se soltó de él, palmeó su hombro y tras despedirse con la mano se fue.

-¡Gracias!- respondió el vocalista- Vaya, ese chico me cae bien- dijo para sí mismo.

Kazuki siguió su camino, tras librarse diplomáticamente de Ryoga debía seguir haciendo lo que había hecho todo el día: absolutamente nada.

-Creo que le diré a Manabu que se esconda- pensó en voz alta mientras sacaba su celular- Y a todas estas, ¿dónde están los otros?- ladeó la cabeza- Seguramente escondidos en el piso seis- suspiró- Mejor voy con ellos- se dirigió a la escalera más cercana.

Mientras tanto en uno de los pasillos dos pisos más arriba Tora y Hiroto todavía corrían sin aparente dirección alguna, mirando hacia los lados mientras recorrían todo el piso buscando algo y arrastrando a un inocente y confundido Manabu con ellos.

-¡Mira, ahí!- señaló Hiroto el cartel mal garabateado que estaba frente a la puerta de una de las salas de the GazettE- Vamos- jaló a ambos hombres con él.

Hiroto tocó la puerta un par de veces y esperaron por unos treinta segundos que a él y Tora les parecieron eternos con la paranoia de esperar ver a Ryoga salir del piso o de dentro de las paredes para acosarlos hasta la muerte.

-¿Contraseña?- preguntó una voz al otro lado.

-Aoi, por favor- casi suplicó Tora- Estamos huyendo de Ryoga- ni bien esas palabras fueron pronunciadas la puerta se abrió.

Dentro de la habitación se encontraba también Uruha, con todas las luces apagadas y las cortinas corridas. Manabu detuvo a Hiroto y Tora antes de que entraran y le dirigió una confusa mirada a Aoi.

-Chicos, ¿qué está pasando aquí?- cuestionó sin comprender.

-Ya te lo dijimos, Manabu- le respondió Tora- Estamos escapando de Ryoga- repitió con tono tétrico.

-Pero, ¿por qué?- Manabu se zafó del agarre de Hiroto.

-Porque quiere que le enseñemos a tocar la guitarra, ¡la guitarra!- Hiroto lo sacudió ligeramente por los hombros mientras lo miraba fijamente a los ojos.

Manabu no necesitó más. Arrastró a ambos hombres dentro de la habitación, llevándose a Aoi con ellos, y cerró la puerta con seguro. En ese momento recibió un mensaje de texto de Kazukien el que le decía que se escondiera de Ryoga, y se sintió aliviado de que al verlo caminando por el pasillo Tora y Hiroto se lo hayan llevado a rastras con ellos para librarlo del vocalista.

Al poco tiempo Kazuki tocó la puerta y Aoi le abrió, no le había costado mucho trabajo encontrar la sala y se sorprendió al ver allí a su compañero de banda.

-¡Manabu! ¿Recibiste mi mensaje? Ryoga me preguntó por ti- lo miró aliviado.

-Sí, pero Tora y Hiroto me trajeron aquí antes de encontrarlo- respondió señalando a sus salvadores.

-Kazuki-kun, ¿estás bien?- le preguntó Aoi.

-Senpai, ¡me encontré a Ryoga!- se lamentó- Temí por mi seguridad- dijo muy dramáticamente.

-Nadie lo habría dicho- habló una voz a sus espaldas- Al menos yo no lo noté- agregó con simpleza.

-¿Taizo-senpai?- preguntaron a una sola voz los seis hombres dentro de la habitación, ya que el único guitarrista de Kra se encontraba bajo el umbral de la puerta que Aoi aún no había cerrado por entretenerse con Kazuki.

-Sí, vi a Ryoga hablar con Kazuki y me pareció mejor mantenerme alejado de él, supuse que estarían por aquí y no me equivoqué- se encogió de hombros- ¿Puedo pasar?- preguntó señalando al interior.

-Claro, pasa- Aoi se apartó para que Taizo entrara y cerró la puerta tras ellos.

La habitación nuevamente se sumió en una penumbra casi completa, y mientras los hombres allí dentro buscaban algo con lo que entretenerse silenciosamente se preguntaban quién sería la siguiente víctima de Ryoga y temían por sus compañeros guitarristas que aún estaban allí afuera.

El vocalista caminaba con parsimonia por el tercer piso del edificio, no había logrado encontrar a Manabu ni a su senpai Taizo pero no por eso se desanimaba, él no se rendiría y seguiría buscando. Tras un breve encuentro con Hikaru de D=Out, donde éste le había dado una pobre excusa sobre que debía perseguir sus sueños y no podía enseñarle porque escaparían si no se daba prisa, comenzaba a creer que todos sus compañeros de la PSC habían enloquecido. De no ser porque Kazuki se había comportado con normalidad habría garantizado que algo malo pasaba con los guitarristas ese día.

En ese momento vio a Miyavi que caminaba sin rumbo, mirando hacia todas partes y dando la impresión de estar tan perdido como de seguro lo habría estado Adán el día de las madres. ¿Qué hacía Miyavi allí? Que él recordara se había ido hacía tiempo de la PSC, así que no debería estar deambulando por ahí. Al final la curiosidad pudo más y se acercó a él para encontrar respuesta a sus interrogantes.

-Hola, Miyavi- le saludó.

-Hola Ryoga- el otro le correspondió con una sonrisa.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó Ryoga con curiosidad.

-Oh, estoy buscando a Kai-chuu, pero me perdí- admitió un poco avergonzado- ¿No lo has visto?

Ryoga recordó que el solista frente a él y el baterista de the GazettE eran muy amigos así que no le sorprendió que lo estuviese buscando, Miyavi había trabajado en la PSC y todos lo conocían por lo que no le costaba nada entrar allí cuando tenía tiempo libre y le daba por ir de visita. Hizo memoria de si había visto a Kai y recordó que hacía cerca de unos tres días que no se lo encontraba.

-En realidad no- negó con la cabeza, aunque pareció recordar repentinamente algo- Miyavi, ¿sabes tocar la guitarra?- lo miró de pronto con muchísimo interés.

-Eh… Sí- respondió extrañado- ¿Por qué lo preguntas?- Miyavi no comprendía nada.

-¿Me enseñarías a tocar?- Ryoga volvió a hacer uso de su maravillosa sonrisa.

-¿Ahora?- Ryoga asintió- Pero si yo debo encontrar a Kai-chuu, se molestará conmigo si llego tarde- se llevó ambas manos a las mejillas en una expresión aterrada.

-Oh, bueno…- Ryoga se detuvo a pensar unos segundos- Las salas de GazettE están en el sexto piso, suerte- le sonrió y volvió a su búsqueda.

-¡Gracias!- Miyavi se despidió para luego perderse por el pasillo.

Ryoga siguió su camino, notando que cada vez le quedaban menos opciones. Dejando de lado a Manabu y a Taizo aún le quedaban tres guitarristas por encontrar, ya que los de SuG no se encontraban en ese momento en la compañía. En ese piso se encontraba la sala de ensayos de ViViD, así que se dirigió ahí para buscar a Reno y al otro guitarrista con el que compartía su nombre.

Llegó al lugar que buscaba y tras la puerta escuchó voces y risas, por lo que supuso que estaban allí. Abrió la misma y en efecto estaban los cinco miembros, todos con sus instrumentos y al parecer poniéndose de acuerdo en algo para comenzar a practicar.

-¡Hola!- saludó Ryoga tras atravesar el umbral- Chicos, vengo a buscar a Reno y Ryoga. Necesito que me enseñen a tocar la guitarra- dijo como si nada.

-Pero Ryoga- replicó Shin, tras el minuto que les tomó a todos asimilar lo que Ryoga había dicho- No puedes llevártelos, ¡estamos ensayando!- señaló a su alrededor.

-Pero Shin- se quejó el otro vocalista- ¿Quién me enseñará entonces?- hizo un infantil puchero.

-Lo sentimos Ryoga, nosotros debemos ensayar- se excusó Reno.

-Y tenemos una grabación más tarde- le siguió el otro guitarrista.

-Está bien, está bien- Ryoga los detuvo con un gesto de su mano- Esfuércense- levantó su pulgar y dio media vuelta para abandonar la habitación, dejando a los cinco hombres aún más confundidos que al principio.

Bajó un piso más y por estar pensativo rememorando hechos de su pasado no se dio cuenta de que alguien más venía corriendo por el pasillo y se estrelló contra él.

-¡Reita!- dijo al notar que quién lo había atropellado era el inconfundible bajista de the GazettE.

-¿Ryoga?- el otro lo miró, aturdido- Lo siento, ¡tengo prisa!- intentó levantarse, ya que con el impacto ambos habían ido a parar al suelo.

-Espera, Reita- Ryoga lo detuvo- Tú sabes tocar la guitarra, ¿cierto? ¡Enséñame!- dijo apresuradamente.

-¿Qué? ¡No!- Reita forcejeó un poco para zafarse de Ryoga- Tengo prisa, y hace mucho que no toco una guitarra, pídele a algún guitarrista, ¡aquí hay como quince!- al fin logró ponerse en pie.

-Ya lo hice, y ninguno pudo- Ryoga hizo muecas agónicas.

-Pues pídele a Ruki, él también sabe, yo debo irme, adiós- salió corriendo de nuevo.

-Cierto, ¡Ruki!- chocó las palmas frente a su rostro, recibiendo aquella información como una revelación de los cielos.

Había olvidado que el pequeño vocalista de the GazettE tocaba la guitarra, de seguro si él se lo pedía accedería a enseñarle. De cualquier manera daba igual si era el cantante o un guitarrista el que le enseñara, el punto era aprender. Emprendió su marcha de lo más feliz por la idea de encontrar a Ruki.

Mientras en la habitación del sexto piso con el cartel en la puerta los guitarristas intentaban a duras penas detener a Hikaru, quien tras llegar y darse cuenta de que Ibuki no se encontraba allí había insistido en ir en su búsqueda.

-¡No! ¡Déjenme!- forcejeaba el guitarrista de D=Out, que era sujetado por Aoi y Tora- Tengo que ir por Ibuki, está allá afuera expuesto al peligro- se removió con fuerza.

-No podemos dejarte ir, entiende- Aoi intentaba contenerlo- Si sales de aquí tal vez no vuelvas- lo sujetó por los hombros.

-Vamos, vuelve al sofá con Uruha- Tora lo jaló hacia adentro.

-Eso no es un sofá- señaló en medio de la casi penumbra que envolvía la habitación el lugar donde estaba sentado Uruha- ¡Es un cojín en el piso!

-Oh, perdón por no tener un sofá de cuero en esta sala casi abandonada, Hikaru-sama- replicó Hiroto sarcásticamente.

-Yo sólo quiero ir por mi compañero- lloriqueó a modo de defensa.

-Envíale un mensaje- Kazuki repitió su sugerencia por quinta vez, casi exasperado- A nosotros nos funcionó- se señaló a sí mismo y  Manabu.

-Pero a Manabu lo trajeron Tora y Hiroto- comentó Taizo.

-No ayudas, Taizo-senpai- Uruha negó con la cabeza.

-Yo sólo decía- el mayor sólo se encogió de hombros.

Justo cuando Hikaru estaba por empezar a forcejear de nuevo y Aoi ya consideraba ponerlo a dormir con algún objeto contundente que estuviera allí, la puerta fue golpeada. Todos se quedaron estáticos y miraron con ojos muy abiertos hacia la misma.

-¿Hikaru? ¿Estás aquí?- se escuchó del otro lado la dudosa voz de Ibuki.

Hikaru se desprendió del agarre de Tora y Aoi y se precipitó hacia la puerta, abriéndola de golpe y jalando a Ibuki hacia adentro con él, comenzando a palmear su rostro y a revisarlo compulsivamente con la mirada.

-¡Ibuki! ¿Estás bien?- preguntó en medio de su exhaustivo escrutinio a su compañero de cuerdas.

-Sí, lo estoy- Ibuki lo miró confundido- Hikaru, ¿qué te pasa?- lo miró a los ojos, buscando señales de la locura en el rostro del otro.

-¿No te encontraste a Ryoga?- preguntó dedicándole una mirada de consternación.

-No- Ibuki negó con la cabeza- Te estaba buscando, y en el camino me encontré a Ruki-senpai, y él me dijo que tal vez estarías por aquí- entornó los ojos para ver mejor si encontraba algo que le explicara el estado extraño de su compañero.

-Ah, menos mal- Hikaru suspiró aliviado- Estás bien- comenzó a dar saltitos y arrastró a un aún confundido Ibuki para que se sentara con él y Uruha en el improvisado sofá hecho de un cojín en el suelo.

En ese momento la puerta fue abierta, ya que Hikaru había olvidado ponerle el seguro, y se dejó ver la silueta de Miyavi, que encendió la luz con el interruptor que estaba junto a la puerta.

-Oh, vaya…- dijo el solista, recorriendo a los nueve hombres con la mirada- ¿Han visto a Kai-chuu?- se dirigió a Uruha y Aoi, que negaron con la cabeza- ¿Se esconden de Ryoga?- todos asintieron- Cielos- suspiró- Tengan, esto tardará- rebuscó en su bolso y les arrojó media botella de agua, que atrapó Manabu, y un pedazo de pan, que fue a parar a manos de Aoi.

-Esto es un pan duro, Miyavi- el guitarrista lo miró incrédulo.

-Lo siento, es todo lo que tengo- Miyavi se encogió de hombros- Me voy, nos vemos chicos- apagó la luz y salió, cerrando la puerta tras él y dejando a los guitarristas tal y como los encontró para seguir buscando a Kai.

Ryoga por su parte llegó a la planta baja del edificio, donde estaba el lobby y la recepción de la compañía, y sus ojos se iluminaron de ilusión al ver a Ruki terminando su conversación con una secretaria para comenzar a caminar de vuelta hacia el ascensor.

-¡Ruki!- llamó su atención saludándole con su mano.

-No, Ryoga- le respondió el otro vocalista ni bien lo vio.

-Pero si ni siquiera sabes lo que voy a pedirte- se quejó Ryoga.

-Vas a pedirme que te enseñe a tocar la guitarra, y mi respuesta es no- Ruki negó con la cabeza, dándole con eso énfasis a sus palabras.

-¿Cómo lo sabes?- Ryoga lo miró sorprendido.

-Porque lo tienes escrito en la frente- lo miró con altivez- Literalmente, mira- rebuscó en su bolso y le tendió un espejo de mano con bordes dorados y una cruz negra en la parte de atrás.

Ryoga lo sostuvo frente a su rostro y notó claramente escritas en su frente con lo que al parecer era marcador permanente las palabras “Necesito que alguien me enseñe a tocar la guitarra" y en su mejilla derecha “Tomoestuvo aquí” seguidas de una carita feliz. ¿Cómo se suponeque habían llegado allí? En ese momento lo recordó.

-Flash Back-.

Ray y K acababan de abandonar la sala de ensayos, esa misma mañana, y Ryoga se disponía a hacer un intento de comprender la guitarra, acompañado por Tomo que amablemente se había ofrecido a quedarse con él.

-Bien Ryoga, ahora escribamos los hechizos para que te vaya bien- el baterista se le acercó con un marcador.

-¿Funcionará?- le preguntó Ryoga.

-Claro, yo siempre los uso- fue toda su respuesta.

-Y eso no me manchará la cara, ¿cierto?- miró quisquillosamente el marcador.

-No, es un marcador acrílico- Tomo giró los ojos- Se te quitará en cuanto sudes un poco- le aseguró.

-Muy bien, hazlo- con una sonrisa Ryoga cerró los ojos y se apartó el cabello dejándole libre su rostro, por ello sin alcanzar a ver la sonrisa maléfica que su compañero había esbozado.

-Fin del Flash Back-.

Así que eso era lo que había pasado. El desgraciado de Tomo le había permitido ir haciendo el ridículo por toda la compañía frente a sus compañeros y los visitantes, lo mataría en cuanto lo viera.

-Toma- Ruki le extendió una mota de algodón empapada en un líquido transparente- Es desmaquillador- le aclaró, ya que Ryoga la miraba con recelo.

-Gracias- procedió a pasarla por su frente y mejilla a ver si lograba deshacerse del marcador. Al final logró borrar las palabras pero no deshacerse del todo del color, parecía que se hubiese pasado carbón por la cara- Ni caso- suspiró y le regresó a Ruki su espejo mientras arrojaba la motita en una papelera.

El gazetto lo miró por un momento. Él sabía bien que todos los guitarristas se escondían de Ryoga, y también sabía en dónde. Lo sentía mucho por sus compañeros de otras bandas, pero no iba a permitir que los vagos de Aoi y Uruha estuvieran toda la tarde escondiéndose cuando había tantas cosas por hacer. Además él no tenía ninguna intención de enseñarle a Ryoga a tocar la guitarra, que se encargara otra persona. Estaba decidido entonces.

-Hey, Ryoga- le llamó- Yo creo que sé en dónde puedes encontrar quien te enseñe- prosiguió al ver que tenía su atención- Piso seis, sala ocho- Ryoga lo miró confuso- De nada, nos vemos- se despidió y se fue sin darle al otro vocalista tiempo para replicar.

Ryoga no comprendió muy bien lo que Ruki le había querido decir, pero se le habían agotado las opciones así que decidió hacerle caso y buscar la sala que el otro le había indicado.

Al llegar allí, tras usar esta vez el ascensor, se encontró con que se trataba de la misma sala en la que se habían metido Uruha y Aoi más temprano, incluso seguía teniendo el cartel escrito con prisa y en una hoja de papel. Ya comenzaba a comprender de qué iba todo aquello. Tocó la puerta tres veces y esperó por un momento.

-¿Contraseña?- aquella pregunta le confirmó todas sus sospechas.

-Eh… ¿Aquí no hay guitarristas escondidos?- preguntó dudoso y modulando un poco la voz, tarea que le resultaba sumamente fácil.

-¡Esa es!- la entusiasta voz al otro lado no podía ser más que de Hikaru, y en efecto fue él quien le abrió la puerta.

El autoproclamado guardián de la puerta, Hikaru, abrió feliz la misma tras escuchar que por primera vez alguien dijera la contraseña correcta y no su nombre, por lo que tampoco se lo preguntó. Chilló horrorizado y puso una expresión casi trágica al ver al mismísimo Ryoga en persona, con la cara mal pintada con marcador y una expresión extraña en su rostro. El vocalista entró  la habitación, encendiendo las luces tal como había hecho Miyavi y asombrándose al ver además de Hikaru a otros ocho de los guitarristas de la PSC.

-¡Hikaru!- se quejó Ibuki, señalándolo acusadoramente.

-Pero y-yo… Yo no sabía que… Él dijo la… Él… Yo…- balbuceaba nerviosamente el mencionado.

-¿Qué significa esto?- preguntó Ryoga señalando el interior de la habitación, y cortando de paso la triste defensa de Hikaru.

-Pues nosotros… Nosotros estamos…- Hiroto intentaba encontrar las palabras correctas para justificarse.

-¡Ah! ¡Suficiente!- Taizo se despegó de su lugar junto a la ventana y sin mediar palabra Manabu le siguió.

Casi sincronizados telepáticamente ambos cerraron sus brazos en torno al cuerpo de Ryoga e ignorando totalmente sus quejas lo sacaron de la sala cargado cual vil muñeco de trapo, poniendo rumbo al piso siete, más específicamente a la sala de ensayos de BORN, dejando a los otros siete guitarristas completamente perplejos. Eso sí que no se lo esperaban.

La buena noticia era que podrían volver a hacer lo que fuera que estuvieran haciendo antes de que Ryoga apareciera, y no pudieron más que sentirse felices y celebrar por eso.

En el piso siete, sala cuatro, mejor conocida como la sala de ensayos de BORN, el panorama era otro. Ray se seguía lamentando por su guitarra maltratada, mientras K entonaba melodías desconocidas en la suya y Tomo colgaba en su batería un cartel de cartulina amarilla que decía: “No tocar. Es contigo, Ryoga” escrito con el mismo marcador que había usado en la cara del vocalista.

-¿Qué haces, Tomo?- K lo miró con curiosidad.

-¿Qué crees?- señaló su batería- Alejo a Ryoga de ella- golpeteó con los dedos el cartel- Es una amenaza, mira a Ray- apuntó con su cabeza a donde el guitarrista se lamentaba.

-Usa esto- le extendió un pedazo circular de papel que sacó de su chaqueta.

-¿Qué es esto?- al tomarla el baterista notó que parecía una especie de calcomanía.

-Es un “Anti-Ryoga”- explicó K felizmente- Pégalo en tu batería, es adhesivo- señaló al instrumento, apremiando a Tomo a hacerlo.

Al darle la vuelta entre sus manos Tomo se convenció de que en efecto era una calcomanía, cuyo diseño se componía de un gran círculo con el borde rojo, dentro del cual se encontraba una fotografía de Ryoga, y que era surcado por una línea diagonal roja del mismo grueso que el borde, creando un perfecto símbolo de restricción del vocalista.

-¿De dónde sacaste esto?- Tomo miró a su compañero entre sorprendido, intrigado y asustado.

-Ray los hace- fue la simple respuesta de K- Son muy populares, the GazettE me encargó quince nada más hoy- dijo con orgullo.

-Espera…- Ray se levantó del suelo donde estaba sentado y fue a encarar a K- ¿Has estado vendiendo mis Anti-Ryogas?- lo señaló.

-No, por supuesto que no, yo sería incapaz- K sonrió con falsa inocencia.

-Entonces, ¿por qué…?- su pregunta se vio interrumpida por el sonido de la puerta.

K fue a abrir mientras sus dos compañeros le miraban fijamente en todo momento.

-Hola K- saludó Keiyuu, el vocalista de Kra- Te he traído el dinero de los Anti-Ryogas que me vendiste la semana pasada- le entregó un sobre.

- Oh claro, gracias Keiyuu-senpai- respondió apresuradamente y le cerró la puerta prácticamente en la cara al mayor.

Se volteó con una sonrisa nerviosa para ver a Ray mirándolo reprobatoriamente y a Tomo cubriendo su boca con una de sus manos para no echarse a reír. Aquello no estaba bien.

-Y yo que en serio creí que me pedías todos esos Anti-Ryogas para empapelar tu departamento- Ray negó con la cabeza- Eres una decepción, K- le apartó la mirada.

-Pero Ray, espera, esto es…- nuevamente la puerta fue tocada, interrumpiendo esta vez a K.

-Ve, debe ser más dinero que ganas con mi trabajo- Ray volvió a mirarlo mal.

K suspiró con resignación y se dispuso a abrir la puerta, él no recordaba que nadie más le debiese dinero por lo que se preguntaba quién podría ser, llevándose una gran sorpresa al abrir.

Ryoga por su parte, mientras era llevado por la fuerza con sus compañeros de banda, recibió la mayor revelación divina del día. Si todos aquellos guitarristas se estaban ocultando de él era obviamente porque no querían enseñarle nada, pero se dio cuenta de que él tampoco necesitaba aprender a tocar la guitarra. Era un vocalista talentoso, maravilloso, sexy, amado por muchos e inigualable, era el alma de BORN y eso no cambiaría por el hecho de que supiera o no tocar algún instrumento. Se sintió feliz consigo mismo y complacido con todos sus otros talentos.

Para cuando llegaron a la sala de ensayos de su banda había tomado la resolución de seguir dando lo mejor de sí mismo y nada más, y se sentía en paz. K abrió la puerta y su sorpresa al verlo fue notoria, pero por mucha paz que sintiera igual no vio bien el que Taizo y Manabu simplemente dijeran: “Es suyo, ahí se lo dejamos”, lo arrojaran dentro de la sala como un saco de papas cualquiera y cerraran la puerta tras ellos para marcharse. Eso había sido grosero.

-¡Tomo! -fijó su mirada en el baterista- ¡Mira lo que le hiciste a mi rostro!- se señaló la frente y la mejilla casi histéricamente.

-Nada que un poco de alcohol no arregle- Tomo se encogió de hombros.

-¿Qué es esto?- señaló el cartel sobre la batería de Tomo con horror.

-Es mi manera de alejarte y proteger mi batería- fue toda la respuesta del baterista- Mira lo que le hiciste a la guitarra de Ray- la señaló- Además aún me debes los platillos que me rompiste el otro día cuando te dio por golpear mi batería con un martillo- lo miró mal.

-Pero Tomo…- comenzó a replicar, pero al notar el objeto en manos de Tomo se detuvo y se acercó para quitárselo- ¿Qué diablos es esto?- gritó aterrorizado tras darle una mirada y ver de qué se trataba.

-Es un Anti-Ryoga- K le sonrió- Son muy populares- le guiñó un ojo.

-No pretendes venderle los Anti-Ryogas a Ryoga, ¿o sí?- preguntó Ray con rencorosa ironía.

K simplemente suspiró y Ryoga sintió toda su paz esfumarse de golpe. Mientras todos los demás en la compañía e incluso sus propios compañeros volvían a sus actividades normales él simplemente se sentó en un rincón de la sala a deprimirse y lamentarse.

Definitivamente aquel miércoles era más normal de lo que pudiera parecer.

-Aún no he cobrado mi sueldo de este mes y ya lo debo…- se lamentó mientras hacía circulitos en el suelo con su dedo.

Y entonces otra vez la iluminación divina lo envolvió y tuvo la revelación que esperaba, encontrando la solución a todos sus problemas. Sólo necesitaba tener más dinero. Estaba seguro de que si tenía dinero las cosas serían mejores, no le saldría todo tan mal como ese día. Era tan obvio y estaba tan claro, ¿cómo no lo había notado? Su lista de deberes para el día siguiente sería encabezada por encontrar a alguien que le prestara dinero para hacer mejor su vida. Se levantó con energías renovadas para comenzar a pensar en el candidato perfecto que lo ayudara a resolver su problema.

Tal vez el jueves en la PSC también sería un día completamente normal.

FIN.

Notas finales:

Un día completamente normal, como cualquier otro, damas y caballeros :D ¿Y bien? ¿Les ha gustado? Espero haberles sacado al menos una sonrisa con esta pequeña locura, con que se hayan divertido me doy por recompensada ^^

Apreciaría mucho que me hicieran llegar sus opiniones, lo que piensan del fic o cualquier duda que lleguen a tener, estoy abierta todo eso :D

Tengo otro encantdor fic de the GazettE en progreso que también me gustaría compartir con ustedes, aunque primero quiero ver qué les ha parecido este. Si veo que tiene un buen recibimiento tal vez esta misma semana comience a subir el otro.

Sin más que decir, los dejo. Cuídense mucho y pórtense bien, ¡nos leemos en los reviews! :*

Besos,

Kem.


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