Había pasado un mes desde aquel entonces y para Jill mañana seria un día complicado, mañana se cumpliría otro año de la muerte de su madre, tenia rabia y tristeza, esos dos sentimientos abarcaba todo su corazón, tanto que le dolía. Necesitaba desquitarse de alguna manera y una de las mejores formas de hacerlo en estos días es buscando pelea en las calles llevaba haciendo esto casi tres años, lo más probable es que su padre se vaya de viaje para esta fecha, se levanto y le dio un gran golpe a su pared.
- Maldición…- dijo casi en un susurro- ya no aguanto…- tomo su chaqueta y salió a la calle, el día estaba nublado, como si se hubiera puesto de acuerdo con ella, camino por las calles poco transcurridas en aquel momento, agradecía que ese día no tuviera clases ya que de haber estado en su colegio ahí mismo hubiera molido a golpes a alguien, ante la mas mínima provocación.
Camino por alrededor de una hora, en ese momento se había largado a llover, estaba empapada pero no le importo necesitaba ir a moler a golpes a alguien y hasta el momento no encontraba a nadie. Pero casi como si el demonio se afiliara a sus ruines deseos, encontró a un grupo de 5 personas, sonrió con malicia y camino entre ellos chocando a dos de ese grupo, ellos voltearon enojados y uno de ellos el agarro del brazo mientras le decía improperios.
- Suéltame escoria- dijo saliendo del agarre con brusquedad
- Como me llamaste, mierda- dijo enojado, mientras sacaba una navaja
- Al fin- sonrió
Sarah estaba descansando en su cama mientras trataba de dormir un poco, pero algo le incomodaba, Jill salió de la casa dando un gran portazo, ya bastantes problemas le había dado Jill, en este último mes, empezando por Marianne, ese día por culpa de Jill, Marianne le había propinado una gran bofetada, como las que ella le daba a su prometida cuando cruzaba la raya.
En aquel momento su celular sonó, sacándola de sus pensamientos, miro quien era y resulto ser su amigo pelirrojo. Contesto de inmediato
- Sarah… el padre de Jill donde esta- dijo muy urgido- Sarah rápido es una emergencia
- He… n-no está, salió de viaje hace unos momentos ¿Qué paso?- dijo preocupándose
- Tsk… maldición… su maestro… ¿está en la casa?- en su voz se notaba nervioso y por sobre todo asustado- Sarah tráelo como sea, es Jill, se metió en peleas, hay sangre y uno de ellos tiene una navaja, le están pegando- dicho esto corto
Sarah al escuchar esto último sintió que se le estrujo el corazón bajo en un segundo las escaleras y busco al maestro de Jill, al encontrarlo prácticamente lo saco a la rastra de la casa y le explico lo sucedido en el camino
- Otra vez…. Cuando dejaras de ser estúpida Jill- dijo enojado, ambos corrieron por las calles, hasta dar con la dirección que jake les había entregado al llegar a aquel sitio encontró a 5 hombres en el suelo mientras Jill estaba parada seria, mientras caía sangre de una de sus manos
Inicio del flashback
Aquel hombre sostenía una navaja enojado, llamo a sus amigos y les ordeno atacarla, ellos se abalanzaron y empezaron a golpearla mientras Jill tenía una sonrisa en su rostro resabia golpes de todo tipo. En aquel momento alguien se abalanzo y golpeo a los hombres, aquel hombre quien portaba la navaja, enojado, tomo al chico de la camisa que portaba y lo estrelló contra la pared y le apunto con la navaja en el cuello, aquel chico trago grueso.
- No te metas niño bonito o te tocara lo peor- le advirtió mientras lo empujaba y lo asía a un lado
- ¡MALDICION JILL DEFIENDETE!- le grito aquel chico asustado, aquel chico era nada más y nada menos que jake, podía ver a su amiga recibir golpes de patadas y puños mientras se mofaban de ella, apretó los puños impotente, pero notaba que algo andaba mal con su amiga ya que esta tenía una sonrisa que hasta a él le asustaba, tomo su celular y llamo a Sarah para contactar con el padre de esta, pero no estaba, se impaciento y recordó que Jill le menciono que tenía un maestro, después de que le diera as instrucciones a Sarah y le dijera donde estaban, espero dolorosos minutos, pero como si Jill le jugara una mala pasada, se levanto y empezó a golpear con mucho rudeza, a los cuatro hombres dejándolos, inconscientes en menos de un minutos, nunca la había visto en ese estado, es como si no fuera ella, es como si una emoción obscura la poseyera y empezar a comprender un poco sus emociones, si no se equivocaba mañana se cumplían años de la muerte de su madre, eso debía tenerla en ese estado. Miro a Jill quien tenía una sonrisa sádica, mientras caminaba para enfrentarse al hombre de la navaja, este enojado se abalanzo y planeaba enterrársela a la chica, pero esta la paro a mano limpia produciendo un gran corte, que inmediatamente empezó a sangrar. Con un ágil movimiento, le rompió la muñeca o eso pensó jake al ver como el soltaba la navaja y caía adolorido al suelo, ella se llevó su mano herida a la boca y lamio su sangre, alzo su puño libre, mientras colocaba su pie en el abdomen del hombre y empezaba a golpearlo, hasta dejarlo inconsciente, en aquel momento llego Sarah y el maestro de Jill.
Fin del flashback
- Jill…- dijo en un susurro su maestro, apretó los puños con fuerza- estúpida- dijo
- No interfieras en mis problemas, jake, siempre me las he arreglado sola- dicho esto camino, con las manos a los bolsillos, pero su maestro enojado, le dio un gran golpe en su rostro aventándola al menos dos metros, ella quedo tirada ene l suelo mirando al techo. En aquel momento empezó a llover con fuerza, ella llevo su mano a la zona donde su maestro la golpeo.
- ¡¡¡NIÑATA ESTÚPIDA!!!- grito mientras la tomaba de su ropa y la levantaba- él se preocupa por ti y así le pagas, haces esto todos los años, te mataras ¿es lo que quieres?- pregunto con rabia
- Detente- dio mientras miraba al suelo- no sabes en lo que te metes, no sabes nada, no conoces mi dolor- se zafo con una expresión de tristeza, bajo la mirada mientras caminaba, paso cerca de jake y la palmeo la espalda pronunciando un lo siento y siguió su camino hacia su casa.
Los tres la miraron caminar hasta desaparecer en unas cuantas calles, jake se despidió y se marcho, había descubierto algunas cosas de mi amiga de la infancia, ahora comprendía ciertos comentarios y actitudes y por sobre todo fue capaz de comprender algunas cosas cuando eran niños.
Mientras el maestro de Jill y Sarah caminaban bajo la lluvia, su maestro miraba de reojos a Sarah quien se veía preocupada, el sonrió y le acaricio la cabeza a Sarah, quien sorprendida lo miro.
- Tranquila… suele hacer estas cosas en esta fechas, es una estúpida, nada que no se arregle con la edad o con unos buenos golpes-
- No estoy preocupada por ella- dijo algo molesta
- Si no fuera asía te hubieras quedado en la casa- rio un poco- soy un adulto recuerda eso, puedo ver un poco mas allá de algunas acciones-
- ¿Por qué se comporta así?- se atrevió a preguntar, no era la primera vez que la veía haciendo algo estúpido
- M… es por su madre, mañana se cumplen años, pero… no es solo eso, hay algo mas, un drama entre el padre de Jill y ella- dijo colocándose serio, ni el mismo sabía que era lo que pasaba.
- ¿Un drama entre ambos? ¿por la muerte de la madre de Jill?- pregunto Sarah, en aquel momento recordó las palabras que ella dijo cuando estaba borracha
- No lo sé, solo que algo se rompió entre ellos, si es que tuvieron una relación padre e hija-
- ¿Cómo murió la madre de Jill?- se atrevió a preguntar, esa era una pregunta importante que respondería una gran interrogante.
- Nunca se supo, me refiero a que estaba completamente normal, pero su salud decaía cada vez más, paso de ser una persona saludable a estar en cama, lo único que sé y que puedo intuir es que tenía una gran pena casi igual de grande que Jill- Sarah abrió los ojos sorprendida y recordó unas palabras de Jill. “- es su culpa y quiere hacerme sufrir…” “A mi mama… a quien más, el fue, el me la quito”, ¿cuando se refirió a que él se la quieto se refiere a su padre? Aquella pregunta rondo por su mente hasta que llego a la casa, se fue a su habitación a cambiarse la ropa mojada, pero al llegar a su puerta, se encontró con algunas manchas de sangre y unos quejidos, la puerta de Jill que estaba enfrente de la suya estaba abierta y ella se estaba curando, pero le dolía demasiado y le costaba, la observó unos segundos, pero esta perdió el control y con un gran manotazo tiro lejos aquel botiquín, le dio una patada a su pared y miro la ventana.
- Maldición…- dijo
- Si te la cargas con el botiquín, no te ayudara a curar esas heridas- dijo Sarah apoyándose en el marco de la puerta de Jill
- Sarah… hoy de verdad no estoy de humor para tus idioteces, ¡largo!… quiero estar sola- dijo acercándose, pero Sarah tenía otros planes, la tomo de los hombros y la obligo a sentase en su cama, Jill quedo descolocada y no mostro resistencia, mientras Sarah recogía algunas cosas del suelo, que pertenecían al botiquín, la empezó a curar, primero el gran corte de la mano de su prometida, la limpio y la desinfecto, para colocarle una gaza, luego curo las heridas de su cara, tenia una herida cerca de la ceja, raspones en el pómulo derecho y en su mentón, empezaba a formarse un gran moretón en el pómulo izquierdo, cuando termino su rostro curo las heridas de sus brazos.
- Listo… solo falta la espalda… quítate la polera- dicho esto Sarah trago grueso y Jill se puso tensa, pero accedió a hacerlo ya que en ese momento estaba usando un sostén deportivo, se la saco lentamente mostrando su torneado cuerpo, pero en este habían moretones y algunos raspones nada serio, solo limpio un gran raspón y termino.
- Listo- dijo mientras se levantaba, iré a botar estos algodones y gazas- pero en ese momento Jill la detuvo tomándola por la manga de su camisa.
- N-no te vayas- dijo esto bajo la cabeza
- Tranquila no me iré a ningún lado, solo no hagas nada estúpido- dijo esto se sentó en la cama
- Perdón por involucrarte en esto, ni siquiera te incumbe, es un asunto personal mío… - miraba su cobertor con tristeza- mañana se cumple otro año desde que ya no esta conmigo, aun me duele a pesar de que ha pasado algo de tiempo, duele como si fuera a primera vez- lagrimas empezaron a formarse en los ojos de Jill
- Tranquila… ya estoy aquí- Sarah la abrazo- tranquila Jill- acaricio su espalda mientras Jill lloraba- en su vida había pensado ver asía a Jill, quien diría que hace unos meses se odiaban a muerte y hoy Jill se había abierto un poco con ella.
- Sarah… Sarah yo… yo…- trato de decir
- Comparte tu dolor conmigo, no diré nada ni te are nada, a mi… a mi no me gusta verte así, prefiero a la Jill seria o mejor a la que se ríe- le seco las lagrimas
Jill la miro sorprendida, ella tampoco pensó estar en esta situación con Sarah, hace algún tiempo hubiera pensada que la extorsionaría con esto o se burlaría de su debilidad, pero no era así, ella estaba abrazándola consolándola.
- Sarah… lo siento… no puedo… tan solo recordarlo duele aquí- apunto a su corazón- me siento tan sola, ella lo era todo para mí, me quería me apreciaba como persona, para el yo solo soy una herramienta para sus fines, ella también lo fue y no pudo con la carga… desearía estar con ella- lagrimas salían sin cesar, era un dolor tan marcado en su ser, uno que no podía compartir, era una daga que su padre todo el tiempo enterraba en ella, dañándola poco a poco, matándola a cada segundo.
- No digas estupideces tienes tus abuelos, a tu maestro, las personas que sirven aquí, in…incluso a mí, me tienes a mí, déjame borrar ese dolor- se acerco a ella y la beso, Jill le correspondió de inmediato, aquel beso no se comparo a ninguno de los otros dos que se habían dado, era un beso amargo por el dolor, pero a su vez dulce, ambas querían borrar el dolor presente en aquel ambiente con ese beso, cada vez se tornaba más intenso, Jill tembló cuando Sarah lamio sus labios pidiendo permiso para entrar en su cavidad bucal, con algo de temor le permitió el acceso, Sarah era muy intensa y para Jill era su primer beso así, a duras penas podía seguirle el ritmo, podía sentir su corazón acelerarse y su cuerpo temblar ¿Qué era lo que estaba sintiendo? No lo sabía pero debía descubrirlo. Cuando se separaron debido a la falta de oxigeno ambas se miraron a través de la oscuridad del cuarto de Jill.
- Será… será… mejor que descansemos- dijo Jill algo entrecortada mientras trataba de controlar su respiración, mientras Sarah la miraba detenidamente
En aquel momento Jill se acostó en su cama y Sarah igual en esta, Jill al poco rato se durmió y Sarah la miro por un largo rato, se le veía serena mientras dormía, su pelo tapaba un poco su rostro, desde ese beso hace algunos minutos atrás, Sarah no podía dejar de observar sus labios, ahora parecían que la tentaran. Acaricio el rostro de Jill y despejo sus cabellos rebeldes, para luego tratar ella de dormir, si que había sido un día extraño y mañana debería estar bien para estar cerca de Jill. Durmió un poco hasta que empezó a sentir un pequeño gimoteo, abrió los ojos y miro a su prometida que se movía un poco mientras decía algunas palabras.
- Ma…ma… mama…- dijo entre sueños, Sarah presto atención de inmediato al escuchar esas palabras- no… no… no me dejes…. No… mama…-
- ¿Mama?- se pregunto, pero a la vez también se pregunto qué era lo que soñaba
- Sin ti… me siento sola y triste…- pronuncio por ultimo antes de callar, era un mal sueño y se movía bastante, Sarah la abrazo para calmarla y así fue.
A la mañana siguiente Jill abrió lentamente los ojos y se encontró con el rostro de Sarah a su lado se sorprendió tanto que casi se cae de la cama, pero luego de reincorporo al observarla recordó aquel beso de la noche anterior, se llevo inconsciente la mano a sus labio y sintió su cara arder.
- En verdad ella y yo nos… nos besamos de esa manera- pensó Jill, pero aquel despertar que tuvo no duro mucho ya que recordó que día era, se sentó en la cama y miro por la ventana, ya era de día, lo único que se sentía bien era que por lo menos alguien estaba a su lado, la persona que menos esperada, pero estaba.
- Jill…- en aquel momento Jill volteo a verla y la miro expectante- idiota pervertida- Jill rio un poco mientras Sarah sonreía y abría un solo ojo para mirarla.
- ¿Yo soy la pervertida? Creo que en el fondo tu lo eres
- Pero igual lo disfrutaste…- se levanto de la cama y se estiro- iré a ducharme te espero abajo- dicho esto se fue dejando a Jill sola
- Pues… fue muy intenso- susurro mientras bajaba a desayunar
Cuando ambas estuvieron listas, ambas salieron, compraron unas flores y se dirigieron al cementerio, Jill guio a Sarah a través de este hasta que se detuvo en una tumba bastante elegante y bonita, está bien cuidada y estaba repleta de flores se veía que Jill venia seguido, Jill miro triste a tumba y dejo las flores para después acariciar el mármol de la tumba.
Sarah la observo y miro la tumba en ella había una foto, la de una mujer, supo que era la madre de Jill, estaba ansiosa por ver una foto de ella, cuando al fin la vio, se dio cuenta que era muy parecidas ambas. Ahora sabia de donde había sacado ese cabello rebelde, la mirada lo había sacado de su padre pero en general se parecía a su madre, sonrió ante esto y recordó a la suya.
- Te pareces mucho a ella- dijo Sarah mientras tocaba el hombro de Jill, ella volteo a verla triste
- ¿t-tú crees?- dijo
- Si- sonrió con ternura
- Gracias…- dijo mirando la tumba, sonrió y acaricio otra vez la tumba- mama… ella es Sarah mi prometida- pensó mientras cerraba los ojos- te extraño mucho…-
Estuvieron alrededor de una hora y al salir ambas se despidieron y salieron, Sarah palmeo levemente a Jill, para que su ánimo mejorara un poco y al menos sonriera.
- No me hagas besarte de nuevo pervertida- dijo Sarah sonrojándose un poco
Y pensar que decías que la pervertida era yo- se burlo un poco Jill mientras sonreía con picardía- ya se verá que se hace después-