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Amor Forzado por redangel

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Notas del capitulo:

 perdon la demora pero al fin pude terminar el cap, a diferencia del anterior este me salio bastante largo, pero espero que lo disfruten :) 

Me sentía emocionada ya que después de varias semanas podría estar con mis padres. El padre de Jill decidió pasar el fin de semana en su casa de verano, lo cual me agrado ya que dijo que esta tenía aguas termales y podría estar con ellos, a la única a la cual no le gusto la idea fue a Jill, la mire de reojos ya que estábamos en el asiento trasero del auto y estaba mirando por la ventana mientras escuchaba música con el máx. volumen, se le veía inquieta, y era de esperarse luego de la gran discusión que tuvo con su padre esta mañana.

Inicio del flashback

 

-          Sarah tus padres llegaron a la cuidad ayer por la noche  y acordamos irnos los cuatro este fin de semana a mi casa de vacaciones-

-          Suena bien- le dije alegre 

-          No quiero ir- dijo Jill se le veía demasiado seria- vayan ustedes pero yo no iré- se paró de su asiento y al darse la vuelta su padre le contesto

-           Aras lo que yo diga, iras aun que te sea a rastras- dijo su padre serio

-          ¡CALLATE!- le grito sin darse la vuelta- sabes lo que significa esa casa para mi-

-          ¡¡¡TE ATREVES A LEVANTARME LA VOZ  MOCOSA MALCRIADA!!!- se acerco a su hija la dio vuelta y le dio una bofetada

-          Haz lo que te venga en gana, esto no se compara con lo que siento en mi interior, no creas que   te he perdonado por lo que hiciste aquella vez- en aquel momento un leve hilillo de sangre del labio de Jill mientras miraba con rabia a su padre, su padre retrocedió mientras la miraba con seriedad a su hija y el se marcho

Yo los mire sorprendida, en general siempre se ignoraban o interactuaban poco, pero esta vez llegaron a pelearse. Cuando reaccione me di cuenta que ella aun seguía aquí. Estaba apretando fuertemente los puños mientras cerraba los ojos con fuerza.

-          T-tu…tu labio- dije algo nerviosa no sabía que hacer en ese momento, ella me miro enojada se quito la sangre del labio y se marcho, dejándome sola. 

Fin del flashback

Me preguntaba  qué era lo que había pasado entre ambos, no es de mi incumbencia pero, pero a pesar de eso me daba mucha curiosidad. Tal vez llegando a l casa de verano sabría un poco más.

Al fin después de casi dos horas de trayecto llegamos, a llegar me baje con cierta emoción ya que ahí estaban mis padres, me baje y corrí a los brazos de mi madre, me sentía feliz verle otra vez,  los tres nos abrazamos con fuerza.

-          Mama te extrañe mucho- le dije mientras la abrazaba con fuerza

-          Y… que hay de mi ¿no extrañaste a tu padre?- estiro los brazos

-          Claro que si papa- lo fui a abrazar

El padre de Jill los fue a saludar mientras que Jill, algo decaída, cosa extraña ya que en su mayoría de las veces me hacia bromas o me molestaba.

-          Cambia la cara Jill- le dijo su padre mientras entraba con mi padre a la gran casa

-          ¿Qué pasa Jill mi hija te ha hecho algo?-  le dijo mi madre mientras la abrazaba, mi madre siempre tan cariñosa. Ella al recibir el abrazo se sorprendió y se sonrojo levemente

-          Si le soy sincera si… me ha perseguido por toda la casa con una jeringa, necesite sicólogo  después de eso-

-          Oye… tu empezaste- le reclame

-          Me alegra que interactúen- sonrió mientras nos abrazaba y entrabamos a la casa.

 

Al entrar me sorprendí la casa en su interior era realmente hermosa e igual de grande que su casa normal, esta era de dos pisos con varias habitaciones, tenía una gran cocina y una gran comedor, el patio era espacioso y a unos metros tenía un gran lago.

 

Hace más de 4 años que no venía a esta casa me trae tantos recuerdos, esta casa es el vivo recuerdo de lo que ya no tengo y al decir eso me refiero a mi madre, cuando ella aun vivía ella era mi todo, siempre hacíamos todo juntas y esta casa que era de ella, era el lugar perfecto para estar juntas días y noches, el venir ahora sin ella, me dolía aun no supero su muerte, fue inesperado, nunca he tenido mucha relación con mi papa y el que me obligara a venir sabiendo que aun me duele su muerte, fue algo perverso de su parte., esta casa me hace sentir sola y mas que esta la familia de Sarah. Algo me decía que este sería un largo fin de semana.

Suspire pesadamente y decidí ir a mi habitación para luego ir a caminar por el terreno mientras más alejada estaba de todos sería mejor, sin decir que estaba la madre de Sarah y su abraso me afecto un poco.

 

Al anochecer la gran mayoría estaba dentro de la gran casa, el padre de Sarah y de Jill estaban compartiendo juntos, eran grandes amigos desde hace mucho así que nunca les faltaba tema de conversación, mientras Sarah y su madre conversaban y se colocaban al día, ambas a pesar de las peleas se llevaban muy bien y se tenían una gran confianza.

-          Hija… ¿dime que tal es Jill?-  dijo su madre muy entusiasmada

-          La peor- se llevo la mano su cabeza- es un dolor de cabeza constante descubrió mi miedo a los insectos y me molesta- su madre al escuchar eso rio un poco

-           No me refiero a eso…- rio un poco más para luego mirar con picardía a su hija- ¿ya han tenido algún contacto físico? – levanto una ceja mientras miraba a su hija que casi le da un paro cardiaco y se sonrojaba violentamente

-          ¡¡¡M-MA-MA-MAMA!!!- grito mientras su rostro se colocaba rojo- ¿¡COMO ME PREGUNTAS ESO!?-

-          No exageres hija, yo solo quería saber- la trato de calmar un poco

-          Pe-pe-pero como me dices eso, sabes que a mí me gustan los chicos y tengo novio ¿recuerdas?  

-          Lo se pero…- sonrió orgullosa- pero los labios de una mujer  son más suaves y dulces que los de un hombre-

-          ¿qué? ¿Cómo sabes?- le mire muy sorprendida, tenía un presentimiento de lo que me iba a decir

-          Te contare una anécdota de tu madre mientras estaba en el colegio… cuando tenía casi tu edad, bueno un año más yo tuve una relación con una chica era bastante más grande que yo y fue una bonita relación de 3 años claro antes de conocer a tu padre, yo pensé que ella sería el amor de mi vida pero no fue así,  ya que lo es tu padre, pero fue una gran experiencia, era bastante intensa y apasionada - 

-          Mama… tu estuviste con una mujer, me sorprendes-

-          Por eso te pregunto, ¿no ha pasado nada interesante con Jill?, se ve que es bastante apasionada y tiene un cuerpo esplendido

-          ¡¡¡MA-MAMA!!!- le dije sonrojada, lo único cercano que he tenido con ella fue esa vez en el baño y cuando esa pervertida cayó encima mío- como se te ocurre no ha pasado nada con esa pervertida-

-          Oh… vaya… tal vez si paso algo- sonrió

-          Y… si vamos a las aguas termales seria relajante no crees- le dije tratando de cambiar el tema

Ella asintió y fuimos, el baño era grande y estaba muy bien construido, pero al llegar desee no haber dicho eso, era nada más y nada menos que Jill, podía sentir el deja vu  de la otra vez, ella estaba ahí relajándose mientras que al entrar mi madre se le acerco, mientras yo tomaba distancia, esto no acabaría bien y mas después de lo que me conto.

-          Jill  me alegra encontrarte por aquí- dijo mientras se acercaba mucho a ella, ella la miro sorprendida y se sonrojo levemente-  te ves tensa, déjame hacerte un masaje-

-          He? Em…  señora no se preocupe no es necesario- trato inútilmente de escapar, la madre de Sarah, mientras se sonrojaba  cada vez más, la pobre muchacha se colocaba cada vez más tensa al sentir el rose de los pechos de la madre de Sarah en su espalda.

-           Oh vamos no seas tímida, relájate, eres la prometida de mi hija pronto serás parte de la familia- sonrió la madre de Sarah

-          Señora… em…- la madre de Sarah se posiciono delante de Jill y coloco su índice en la boca para que guardara silencio.

-          No me digas señora me siento vieja mejor dime Alicia – le guiño el ojo- hay que entrar en confianza-

-          ¿Confianza?- dijo sorprendida, con cada segundo que pasaba Jill cada vez se colocaba mas roja y más nerviosa.- A-AL-AL…- trato de pronunciar el nombre de la mujer pero con lo nerviosa que estaba le era imposible

-          Yo te ayudo- coloco sus dedos en los labios de la joven mientras lo decía con voz seductora

-          A-AL-ALI-…A-ALIC…-ALICIA-pronuncio al fin casi en un susurro

-          Eso es- sonrió

-          Oye… mama… ¡¡¡BASTA!!!- le dijo su madre asiéndola a un lado

-          ¿celosa?- sonrió su madre su hija se enojo bastante y le dio un golpe en la cabeza- adiós mama- su madre rio un poco u se marcho dejándolas solas, la situación era algo tensa pero a medida que pasaron los minutos ambas se relajaron.

-          T-tu madre… es  agradable- sonrió Jill

-          Eh… si a veces se pasa pero es buena persona, somos bastante unidas- respondió Sarah-

-          Vaya… debe ser lindo tener una relación así con tu madre…  aprovéchala mientras puedas- sonrió melancólica  

-          Oye…¿Qué hay de tu madre?- miro fijamente a Jill quien cambio drásticamente su expresión

-          Esta muerta-  se levanto bruscamente del agua y se dispuso a salir, pero antes, trato de relajarse y evitar que Sarah hiciera más preguntas o darle más información, le era difícil hablar de su madre y sacaba de ella algo muy malo y no quería que ella hiciera algo indebido o dijera algo- sabes… ya sé de dónde sacaste esa figura y el que te me tiraras esa día en el baño- bromee, ella me miro con enfado y se sonrojo y me dio una gran bofetada tirándome al agua, y se marcho echando humo por la boca, mientras me insultaba y me decía pervertida. Se le estaba asiendo costumbre el abofetearme y lo peor es que me dolía bastante.

Me levante y Salí del baño, me vestí con mi ropa normal, aun no quería irme a la cama necesitaba ver ese cuadro y que mejor hora era esta cuando la casa estaba vacía, fue al sótano de  la casa, estaba algo sucio pero estaba la pintura de mi madre, no quería olvidar su rostro, temía olvidarla, era lo único bueno de tener el gran apellido Ginovaef.  Había un sofá algo sucio por el polvo frente a la pintura me senté en él y mire la pintura, un nudo se formo en mi garganta y lagrimas traicioneras querían salir de mis ojos.

-          Mama… mama… ¿Por qué? ¿por qué me dejaste sola?- pronuncie casi en un susurro, mi corazón dolía, y dentro mío fui capaz de responder la última pregunta que hice- es cierto fue por el, fue su culpa-  me levante y fui a la bar donde mi padre guardaba sus licores, tome uno no importando cual era de todos modos para lo que lo quería no era para degustar, decidí salir afuera e ir al lugar especial para  mí y era el favorito de ella. 

 

 

Estaba en mi habitación bastante molesta, ya era suficiente con lo que me conto mama pero para rematar el día tenia que acosar a Jill, ni que fuera bonita, es pesada, molestosa y sus sonrisa es estúpida y ahora es bipolar. Me pregunto porque ese cambio de humor, no es que me importe realmente solo es curiosidad, no es que me importe ella. Miro la ventana y la veo caminar en la oscuridad de la noche, en su mano tenía una botella.

-          Esa pervertida ¿Qué carajos esta asiendo?- se pregunto y luego de unos minutos de entre ir y no ir a ver, la curiosidad le gano

-          Maldigo ser tan curiosa- se regaño mentalmente, mientras iba en búsqueda de Jill, camino por el césped en la oscuridad alumbrada solo por la luna llena- donde carajos esta- se pregunto, avanzo unos metros más y se encontró con Jill en un deplorable estado, estaba sentada en el césped bebiendo una botella de alcohol, nos podía ver cuál era, debido a que Jill le daba la espalda, escuchaba que murmuraba algo pero a esa distancia le era imposible escuchar, se acerco un poco mas y ahí escucho.

-          Fue su culpa ¿verdad?- bebió de la botella un gran trago, tocio un poco- duele…- lo siguiente para Sarah le fue imposible entender, estaba ebrio eso era claro, pero ¿por qué? Era claro que su intención era borrarse, pero su madre le enseño que siempre había un porqué, que algo motivaba a esa persona a tomar al punto de emborracharse.

-          Maldita Jill- dijo en un susurro- me haces preocuparme por ti innecesariamente- le molestaba tener que pensar en Jill, para ella, Jill era como la piedra en su zapato, había llegado a meterse a la fuerza en su vida y al parecer ella estaba empezando  meterse en la suya y no quería.

-          He?...- trato de pararse, pero no podía mantener el equilibrio, tropezaba y caía- no pue…do-   

-          Te ves tonta- le exclamo Sarah cruzándose de brazos

-          Y a ti que te importa- trato de parase y al fin tuvo éxito pero se tambaleaba pero seguía bebiendo- tu no sabes…tu no…tu no sabes nada… carajo- se movía con torpeza- el… es su culpa… es su jodida culpa… quiere olvidarla… pero no lo dejo…-se acerco a mi y me abrazo con un brazo por el cuello, tomo otro gran sorbo- no se va la culpa aun que quieras olvidarla… -  me sorprendí al escuchar eso

-          Deja de tomar maldición- trate de quitarle la botella, pero era inútil se aferraba a ella- apestas a alcohol-

-          Déjame… es mi vida no te metas- me rebatió, me abalance sobre ella para quitarle la botella, producto de esto ambas caímos, pero se la pude quitar

-          Que mala eres- sus ojos se llenaron de lagrimas- mala…mala…mala- me abrazo mientras empezaba a llorar- es su culpa y quiere hacerme sufrir, la extraño-

-          ¿a quién extrañas?- le pregunte

-          A mi mama… a quien más, el fue, el me la quito- dijo mientras se separaba de mi- y colocaba su cabeza en mi regazo, yo trate de apartarle pero no me dejo- ella me dejaba dormir en su regazo y jugábamos ahí- apunto al sitio donde primeramente la encontré, mire el sitio y me di cuenta que había un columpio en mal estado- siempre estábamos ahí, me sonreía… era tan cálido- empezó a llorar otra vez-

-          Jill…- dije mientras acariciaba su cabello, lo poco que pronuncio y que fue entendible  me dio la idea de que estaba lastimada, yo odiaba a Jill, pero verle tan frágil y desprotegida saco mi lado sensible y no podía simplemente dejarla aquí tirada. Ella se incorporo un poco se acerco a mi rostro

-          Sabes… ¿tienes bonitos ojos?- dijo pero antes que pudiera responder- Shhhh… no le digas a Sarah- puso su dedo índice en su boca

-          Vamos a dormir ¿quieres?- le dije sonriendo levemente

-          Ok- a ayude a levantarse y la lleve dentro de la casa a duras penas por que se tropezaba bastante para luego llevarla a su habitación pero, me encontré con un inconveniente su habitación quedaba cerca de nuestros padres y estábamos asiendo mucho ruido no quería llamar la atención para que no me regañen así que la metí a la mía que estaba más cerca.  

-          Porque me pasan estas cosas contigo- pensé mientras la veía caer en la alfombra esponjosa que tenia la habitación, la mire unos momentos y me di cuenta que se quedo dormida- genial…- pensé mientras pasaba mi mano por mi  cara, tome unas frazadas y se las coloque para luego irme a dormir a la cama- ultima vez que hago algo lindo por ti, mas te vale no recordar nada- con este ultimo pensamiento me dormí.

A la mañana siguiente Jill abrió lentamente los ojos y al recibir la luz del sol se tapo con la frazada, un repentino dolor de cabeza apareció y unas inmensas ganas de vomitar.

-          pero… que…- se levanto de golpe y fue al baño del cuarto, empezó a vomitar

-          suele pasar cuando tomas en exceso- un voz conocida le ametrallaba el cráneo se agarro fuertemente la cabeza

-           ahora no Sarah, fuera de mi cuarto-  dijo de mal humor

-          ¿No recuerdas ? es mi habitación-

-          ¿Que?- salió de baño tapando boca con su mano

-          Llegaste tambaleándote como una idiota, te caíste en la escalera y empezaste a hacer mucho ruido yo me había levantado a tomar agua y te encontré y como no te pude llevar a tu habitación y me resulto muy penoso que te quedes en la escalera  así que te traje acá y dormiste en la alfombra, deberías ser mas agradecida-

La joven se sorprendió bastante al escuchar la historia, lo último que recordaba era que iba por una botella y nada más, le dolía la cabeza recordar así que le creyó, fue a lavarse la cara y camino hasta la puerta.

-          Gracias…- dijo Jill antes de marcharse- em… ¿no dije nada o hice algo?-

-          Nada ¿por qué?- levanto una ceja Sarah

-          Dejémoslo así- y se marcho

El día transcurrió normal casi igual que el anterior solo que estaba vez Jill se las paso durmiendo todo el día y bajo solo por un café. Decidí no contarle nada sobre su escenita de anoche solo para aguantar su interrogatorio sabía que si decía algo ella me preguntaría y no me dejaría tranquila y solo me  dejaría con más dudas de las que tengo, me hubiera gustado molestarla porque a pesar de que diga que me odia y que me vea de una manera pervertida, borracha dijo que le gustaban mis ojos azules y los borrachos siempre dicen la verdad.

Los días pasaron y el fin de semana a cabo con algunos problemas pero nada que no podría solucionarse en el momento, al fin de nuevo estaban en casa, Jill sentía un gran alivio ya no era necesario borrarse para pasar las oscuras noches aunque aun le molestaba saber qué diablos  hizo esa primera noche ya que no le creía del todo a Sarah, se preguntaba por qué le ocultaría la verdad, recordaba algunos fragmentos, ella en el pasto frente al columpio, a Sarah… ahí. Tenía que llegar al fondo del asunto.

Era el momento de entrenar, Sarah no estaba, se había ido a pasar unos días a su casa con sus padres, le era más relajante estar sin ella, sin sus constantes gritos y sus típicas bofetadas cuando les pasaba algo incomodo o cuando decía algo pervertido para molestarla, tal vez ahora podría entrenar tranquila sin preocupaciones.

Mientras tanto en la casa de Sarah, ella se encontraba feliz de estar con sus padres, en su casa, extrañaba mucho a sus padres y sus cosas aun se sentían como una extraña en la casa de los Ginovaef, pero por sobre todo extrañaba a Sebastián. Hace varios días que no la llamaba ni hablaban, fue esa vez que habían discutido por esa chica. Necesitaba verlo, besarlo, pero algo no estaba bien, el no era así.

Lo llamo pero él no contesto, era extraño que no le contestara sus llamadas en su año y medio de relación siempre le había contestado y si no podía le llamaba a penas estuviera desocupado, para ella el era el chico ideal, había sido muy tierno y amable desde que se conocieron no entendía el repentino cambio en el, ella sin duda lo amaba aun que a veces no accedía a sus peticiones y discutían, pero, lo amaba.

Se decidió a ir mañana en la tarde a verlo a su casa.

En la casa de los Ginovaef Jill tomaba un baño luego de un intenso entrenamiento.

-          Casi extraño los gritos de Sarah- rio un poco-  pero el silencio es relajante, cuando vuelva tendré que hablar con ella para que me diga lo sucedido-  

Por la tarde ambas chicas habían salido Jill había salido a comprar un nuevo libro a una librería en el centro la cual contenía de todo un poco, le gustaba la gran variedad de libros eso hacía que el viaje caminado valiera la pena. Mientras tanto Sarah estaba en la casa de Sebastián hablando con su madre, al parecer el había salido al centro con una “amiga”, eso le molesto bastante pero, no dijo nada, luego de platicar con l madre de su novio se marcho al centro en su búsqueda.

Al llegar al centro recorrió las calles algo concurridas de la cuidad buscando indicios de su novio, mientras tas tanto Jill recién salía de la librería con un nuevo libro.

Sarah camino unas calles  y no encontraba  a su novio, siguió recorriendo sin éxito y cuando pensó que no lo encontraría lo ve salir muy animado con esa misma chica de una tienda, ambos estaban tomados de la mano y caminaban mientras el le hacia alguna caricia en su rostro, eso le dolió en lo más profundo a Sarah. Los siguió unos metros hasta que vio lo que le rompió el corazón el  abrazo por la cintura y unió su labio en ella, tenía ganas de llorar e ir a golpear a esa chica quien le robo al amor su vida.  Camino hasta donde estaban ellos y vio a su novio palidecer, se acerco y le propino una gran bofetada, empezó a derramar lagrimas, mientras él la miraba algo sorprendido.

-          porque… susurro- ¡¡¡¿POR QUE?!!!- le grito mientras le empujaba

-          Sarah… yo- trago saliva – yo… ya no te quiero- dijo decidido, el en algún momento la quiso pero quería más las cosas que conseguía acosta de ella, cuando la comprometieron con esa tipa el trato de mantener a Sarah, pero le fue imposible, se sentía humillado que una mujer le gano y mas en una pelea, así que corrió la lista y se busco a la persona que tenia de reserva- tú tienes a esa bruta-

-          ¿QUE?- se sorprendió Sarah- ¿tan rápido me olvidaste? Y te buscaste a esta perra, ¿tan rápido te diste por vencido?, ¿tan rápido olvidaste esas palabras bonitas que me decías?-  se aferro a el mientras lloraba- yo te amo-

-          Lo siento Sarah, pero yo ya no te amo y más cuando amenazaste mi hombría por ella, quizás ¿que cosas sucias has hecho con ella? y a mí que soy tu novio no me dejaste-  dijo enojado, la empujo un poco para apartarle y fue donde la chica que observaba parada en silencio, la tomo por la cintura y la beso apasionadamente, Sarah lloro aun mas al ver la escena.

De la nada una gran patada hizo volar al muchacho varios metros, la chica retrocedió sorprendida y asustada.

-          Vaya que escena… tan… deplorable… Sarah… tú no eres así no te dejes mancillar por este poco hombre, te apuesto a que la tienen chica el muy afeminado- rio un poco, Sarah al ver que era Jill quien había lanzado a su ex novio, se sintió algo aliviada, ella había causado esto pero al fin fue capaz de darse cuenta la clase de chico de la cual se enamoro y decidió darle una lección, se seco las lagrimas.

-          ¡¡¡MALDITA!!!- dijo adolorido Sebastián se levanto a duras penas mientras se acercaba a Jill y la tomaba de su camisa

Jill se libero fácilmente de su agarre y le dio un gran golpe en su entrepierna, asiendo que el chico callera de rodillas.

-          Bastan Jill, no lo vale- a fin dijo Sarah, se acerco a mi y me abrazo por detrás- escucha Sebastián no lo diré dos veces, ella es mucho mejor que tu, ella si sabe complacerme- agarro el rostro de Jill y la obligo a mirarla y unió sus labios a los de ella en un casto beso, Jill quedo perdida unos segundo ante ese beso, ella nunca había sido besada por una chica y mucho menos pensó que Sarah lo aria esto la pillo por sorpresa.

-          Maldita puta- se levanto Sebastián y trato de golpear a Jill esta empujo un poco Sarah y esquivo el golpe del chico y dando un giro en su eje le dio una patada en su espalda que hizo que cayera de boca al suelo, la muchacha que parecía momia al fin se movió y fue a verlo. Aquel chico levanto el rostro mientras este en su ceja empezaba a sangrar.

-          Oye… bonita no deberías estar con gente como él, lo que le hizo a Sarah te lo hará a ti- le revolví el cabello a la chica quien me miraba sorprendida, Jill le guiño el ojo y le hizo la señal de llámame.

tome a Jill y me fui del sitio ella me miraba seria pero lo ignore hasta que ella  me abrazo por detrás

-          Oye…- dijo con voz sensual- eso no me lo espere pero…- coloco su índice en mi estomago a la altura de mi ombligo y empezó a subirlo- te gustaría que te haga sentir bien- su dedo llego casi a mis senos yo la aparte y le di una gran bofetada tan fuerte que la tire al suelo ella sonrió un poco

-          Pervertida- fruncí el seño

-          Mejor… mejor… - sonrió- es mejor ver esa expresión que la de triste, eso no va contigo-  dijo mientras se sobada la mejilla- oye… Sarah…- me llamo

-          ¿Q-que quieres?- le dije entre sorprendida por lo que dijo y enojada

-          ¿Viste mi patada?, fue genial, nunca la había hecho solo la vi una vez con mi maestro y ¡fue súper genial!- sus ojos en aquel momento brillaron ante la pregunta

-          A todo esto como supiste que estaba ahí- le pregunté esquivando su pregunta no admitiría ante ella que su patada fue genial, al menos no tan fácilmente

-          Oh… no la sabia…- se levanto y se limpio la tierra- de hecho… es bastante gracioso, yo solo pasaba por ahí- se acerco a mí y apunto una librería- ¿ves esa tienda?- asentí- bueno esa es mi librería favorita, tiene literalmente toda clase de libros y yo solo pase por otro libro-    

-          Pero… ¿por qué?¿por qué me defendiste si me odias?- le dije algo triste por lo ocurrido

-          Am… etto- se rasco la nuca- mira no me lo tomes a mal ni nada, yo te odio pero, cuando pase te vi llorar y que ese tipo se burlaba de ti y em… no me aguante, tenía ganas de desquitarme con el por  tratar de pegarme y em…- miro a otro lado levemente sonrojada- no me gusta ver llorar a la gente y no soy tan mala como crees-

-          G-gr-gracias  Jill- mire a otro lado- y perdón por besarte sin pedirte permiso-

-          Naah ... no te preocupes estuvo rico- me guiño el ojo, yo le pegue en brazo- era broma no es para que me pegues- rio un poco

-          Me siento mejor si te pego- le dije mientras sonreía levemente

 

En ese momento a pesar de que era la última persona que me hubiera gustado toparme ese día, le pedí que me acompañara a mi casa, ambas nos odiábamos de eso era seguro pero Jill no era tan mala como lo pensé hasta la convivencia en su casa se había tornado más amena con el pasar de los días y claro ella me molestaba pero el vengarme me era divertido, sin decir, que no tenía por qué defenderme  y lo hizo, debía agradecérselo de algún modo.

 

Al llegar a mi casa ella se quiso ir a penas entre por la puerta, pero la obliga a entrar.

-          Oye… que me aras… no me violaras ¿cierto?- fingió estar asustada

-          No… carajo entra, solo quiero ser buena contigo cinco minutos por haberme salvado- mire a otro lado, ella dejo de forcejear y entro

-          Creo que viviré para contar como Sarah Butovich es amable- okey me enfade al escuchar eso, yo soy una persona amble que no lo demuestre con ella es otra cosa

-          ¡idiota!- cerré uno de mis puños y me abalancé  sobre ella, ella lo esquivo como si nada y yo caí, pero sin antes agarrar su camisa, ambas cayeron y en ese momento aparece la madre de Sarah quien por los gritos y el escuchar la puerta se acerco para ver quién era, pero al ver a su hija debajo de su prometida en una posición bastante comprometedora sonrió de medio lado y exclamo

-          Chicas la habitación de Sarah está arriba, aguántense hasta llegar hasta ahí- Sarah se sonrojo, estaba avergonzada ¿Por qué le pasaban estas cosas con la pervertida de Jill?

-          Amor, tu madre tiene razón aguántate hasta llegar arriba ahí te rompo la ropa si quieres- dijo Jill sonriendo,  Sarah al escuchar eso se puso furiosa y le dio otra bofetada, esta vez con todas sus fuerzas

-          ¡¡¡MALDITA PERVERTIDA!!!- grito enojada Sarah – ya no seré amable contigo, largo de mi casa- la llevo a la rastra afuera

-          Adiós Alicia… que tenga un bonito día- se despidió Jill mientras era llevada fuera de la gran casa, Sarah dio un portazo y se fue a encerrar a su cuarto mientras refunfuñaba sobre  Jill, pero, lo que ella en ese momento no se había dado cuenta es que a pesar de los comentario absurdos de Jill esta había logrado que ella olvide su pena por lo que había descubierto de su ahora ex novio, mas tarde le relataría a su madre lo que había pasado, claro sin incluir ese beso que le había dado a Jill por despecho. 

Notas finales:

gracias por leer :) 

espero que les haya gustado, dejen sus comentarios si les gusto o no, toda critica sirve para progresar y hacer un mejor trabajo y em... eso O_O

asta el proximo cap

pd: antes que me olvide, añadi un poco de drama a la historia, un poco de sufrimiento por parte de una de las protagonistas  que ayudara a la historia mas adelante   


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