-10: “the GazettE”-.
Por novena vez una imagen se hizo presente con perfecta claridad, y la única reacción posible ante ella era una absoluta sorpresa.
En ella aparecían de nuevo los cinco sentados en un sillón, pero lo impresionante no era eso sino lo que estaban haciendo. Jugaban entre ellos y reían, y parecían estarse divirtiendo profundamente. Ruki era el último a la derecha, y tiraba de la camisa de Reita, sentado a su lado, mientras éste intentaba que le soltara sin resultado alguno. Aoi había tomado uno de los cojines detrás de él, e intentaba golpear a Uruha pasando por encima de Kai, que trataba de sacárselo de encima al tiempo que Uruha intentaba defenderse del ataque con otro cojín idéntico al suyo. Todo aquello sin dejar en ningún momento de reír.
La impresión que produjo en los espectadores aquella visión fue instantánea. Se les veía tan relajados, tan felices, tan unidos, vistos así volvían a ser los mismos de antes. Era una imagen encantadora, hermosa, conciliadora considerando las circunstancias y que hacía nacer en lo profundo de sus corazones una chispa de esperanza.
Esperanza que desapareció de golpe un segundo después. Sin previo aviso y de forma totalmente abrupta cesaron con lo que hacían y se separaron, velozmente y de una forma que indicaba con claridad que no habrían soportado ni un instante más la cercanía. Aoi y Uruha se sentaron en los dos pequeños sofás que estaban a ambos lados del principal, Kai fue a colocarse en una silla que estaba en medio de ellos, y Ruki y Reita se acomodaron en ambos costados del sofá, lo más distanciados uno del otro que era posible. Sus expresiones también cambiaron al instante. La de Ruki de total desagrado, Aoi de completo hastío, Kai de desprecio profundo, Uruha no mostraba emoción alguna en la suya y la de Reita traslucía un poco de preocupación.
-Eso que vieron es lo que solemos hacer todo el tiempo cuando interpretamos para ustedes- comenzó a hablar Ruki, rodando los ojos.
-Ya se han de imaginar lo mucho que nos cuesta- le siguió Aoi bufando con fastidio.
-No imagino haber tenido que hacerlo por doce años más, tal vez nos habríamos asesinado- añadió Kai desdeñosamente.
-Pues agradezcan, ya no tendremos que hacerlo más- dijo de pronto Reita, volteando el rostro y con una expresión extraña. ¿Dolida, quizás?
Los otros lo ignoraron por completo, y Uruha se movió un poco y posó su mirada en la cámara sin abandonar su posición.
-Como vieron nosotros nos comportamos muy diferente cuando estamos juntos a como ustedes piensan, ahora vamos a mostrarles nuestras actividades grupales y cómo es nuestra actitud mientras las hacemos, vamos- se levantó y los demás le siguieron, abandonando uno a uno la habitación.
Cruzaron algunos pasillos hasta llegar a lo que al parecer era una de sus salas de ensayos, y se acomodaron cada uno en su posición para comenzar a practicar.
La canción comenzó a sonar, era una de las pertenecientes al último álbum así que no los habían visto tocarla en vivo antes, y la música inundando el ambiente aunada a la pasión con la que cada uno ejecutaba su tarea era maravillosa. Ruki cantaba totalmente sumido en su acción, con los ojos cerrados y balanceándose lentamente, hasta que de pronto los abrió con lo que parecía rabia y cesó abruptamente de cantar. Apretó con fuerza el micrófono entre sus manos y tomó aire mientras se lo acercaba.
-¡Demonios, Aoi!- gritó a través del aparato- ¿Es que no puedes hacer nada bien?- todos dejaron de tocar, y el silencio se hizo al instante.
-¿Yo? ¿Se puede saber cuál es tu problema conmigo?- respondió Aoi también a gritos.
-¡Ya te has equivocado dos veces! ¿Cuándo rayos piensas aprender a tocar?- le reclamó el vocalista furioso.
-¡Yo sé tocar muy bien!- replicó el guitarrista- Es culpa de Reita, su bajo me confunde- señaló al bajista acusadoramente.
-¿Eh? ¿Yo?- Reita se señaló a sí mismo en un gesto de total confusión- Yo lo estaba haciendo bien, no recuerdo haberme equivocado- intentó defenderse- Ayer estuve toda la tarde practicando, y creo que conozco la canción lo suficiente como para...
-Tú no te equivocaste- lo cortó Uruha, sin siquiera mirarlo- Deja de culpar a los demás por tu ineptitud- se dirigió a Aoi.
-Y tú deja de involucrarte en cosas que no te conciernen- Aoi asesinó al otro guitarrista con la mirada.
-Me conciernen si tenemos que estar aquí mucho más tiempo del necesario por tu culpa- fue toda la respuesta de Uruha.
-Reconoce que eres un inútil, lo único que sabes hacer es darme problemas- Ruki abandonó su posición para acercarse a Aoi, y lo apuntó a la cara con su micrófono.
-Hazme el favor de irte al demonio, tú y todo tu ego- Aoi deslizó la correa de su guitarra por sus hombros, colocando ésta tras él.
Caminó con pasos firmes y cortó la distancia que lo separaba de Ruki, para tomarlo por la camisa y tirar de él hacia arriba, al tiempo en que el menor dejaba caer el micrófono y cerraba las manos en torno a su cuello. Parecían absolutamente dispuestos a asesinarse uno al otro justo en ese momento.
-¡Ya basta!- gritó Reita desesperadamente, haciendo que se detuvieran a medio camino de sus acciones y lo miraran sorprendidos- ¿Cómo pueden hacer esto frente a nuestros fans?- señaló a la cámara- ¡No puedo creer que sean tan desconsiderados!- negó con la cabeza, fuera de sí- Son unos inmaduros, unos egoístas, son, son...- el bajista rompió a llorar, dejó su instrumento sobre un taburete cercano y abandonó corriendo la sala.
Aquello pareció descolocarlos tanto como de seguro confundió a los espectadores. Reita no parecía ser el tipo de persona que se comportara así, y al parecer estaba demasiado afectado por algo en ese momento. Kai se levantó de su batería y Uruha se descolocó de encima la guitarra, con movimientos mecánicos y sin fijarse en los otros dos.
-Maravilloso, ahora por su culpa tendremos que reprogramar el ensayo y hacerlo de nuevo- Uruha bufó ligeramente, negando con la cabeza.
-Sin duda son un par de imbéciles de lo peor- masculló Kai con verdadera molestia.
-Si nadie piensa ir por él- señaló a la puerta, refiriéndose a Reita- Yo me largo, ustedes me enferman- Uruha comenzó a caminar hacia la salida.
-Procuren asesinarse de verdad, nos harían un favor- Kai le siguió, y tras mirarlos a ambos con infinito desprecio tanto él como Uruha abandonaron también la habitación.
Aoi y Ruki deshicieron su agarre con una palpable repulsión, empujando al otro lejos de sí y avanzando un par de pasos en reversa para separarse, pero manteniendo fija en el contrario su más intensa mirada de odio.
-Sinceramente te detesto- escupió Ruki de forma casi envenenada.
-No te sientas solo, el sentimiento es mutuo- Aoi lo fulminó con la mirada.
Recogieron sus cosas y sin siquiera volver a mirarse abandonaron también la habitación, cada uno por su lado, y la imagen se deshizo lentamente.
Sin dar tiempo a que se volviera totalmente oscura, la imagen en pantalla se transformó lentamente hasta distinguirse con claridad. Se trataba de Reita, sentado sobre una silla en una pequeña habitación que al parecer era una oficina, mirando a la nada y frotándose las manos nerviosamente.
Era un completo alivio verlo, tras mirar la forma en que había abandonado el ensayo era inevitable preocuparse por él, y aunque parecía distraído y un poco inquieto al menos se veía bien. Se volteó para mirar a la cámara como si recién estuviese reparando en su presencia, y sonrió un poco.
-Quiero disculparme con ustedes por lo de ayer- se detuvo un momento y pareció considerar algo- Bueno, por lo de hace un rato- aclaró- Yo no suelo permitir que mis emociones me dominen así, es sólo que con todo este asunto hemos estado bajo mucha presión, y simplemente perdí el control- inclinó la cabeza- Lo siento mucho, no pudieron ver el resto del ensayo por mi causa- suspiró- Aunque la verdad no se perdieron demasiado, la mayoría de nuestros ensayos son así- torció el gesto en una expresión compungida- Los demás aún deben estar grabando, vamos- sonrió de nuevo, se puso de pie y cruzó la puerta.
Se le pudo ver caminando por un pasillo con varias puertas, todas iguales y a distancias simétricas, hasta llegar a una frente a la cual se detuvo y que tras cruzarla se podía apreciar un pequeño estudio de grabación. En ese momento Ruki se encontraba grabando, y su voz llegaba ligeramente amortiguada por los diversos aparatos que estaban allí. Los demás miembros también se encontraban, dispersos por toda la sala y con la apariencia perfecta de alguien que no desea estar donde se encuentra.
-¿Terminaste ya de lloriquear y dar excusas?- preguntó Kai irónicamente, en cuanto vio a Reita entrar.
-Sí, gracias por dejarme hablar con los fans- respondió el bajista, a lo que Kai sólo se encogió de hombros.
-Reita, ¿para qué viniste?- preguntó Uruha, que se encontraba apoyado en una pared del fondo- Ya terminamos de grabar, sólo falta Ruki- agregó.
-Pensé que los fans querrían ver la grabación- señaló a la cámara tras él, pero con su mirada fija en Uruha.
En ese momento Ruki se detuvo, se quitó los audífonos y tras recibir la aprobación de los técnicos de sonido salió de la pequeña cabina con una sonrisa de absoluto orgullo.
-¿Lo vieron, cierto?- miró felizmente a la cámara- Es lo único que vale la pena ver de las grabaciones, de todos modos- guiñó el ojo.
-Sí claro, nadie podría dudarlo- dijo Kai irónicamente.
-Tú no tienes idea de nada- Ruki hizo un gesto con su mano hacia Kai- ¿Ahora qué hacemos?- preguntó más para sí mismo, mirando pensativamente al techo.
-Podrías mostrarles el santuario- sugirió Aoi, encogiéndose de hombros con desinterés.
-Por supuesto, el santuario- Ruki chocó las palmas, cayendo en cuenta- Vamos- hizo una seña a los demás y todos abandonaron la habitación.
De nuevo la toma se fue desvaneciendo lentamente, y sin llegar a deshacerse del todo se transformó en una imagen distinta, que poco a poco se convirtió en una toma completamente clara. Se veía a los cinco hombres en una abarrotada habitación, repleta hasta el tope de cosas que a simple vista no reconocieron.
-Bienvenidos al santuario de the GazettE- Ruki señaló solemnemente a su alrededor- Aquí guardamos todo, todo lo que tiene que ver con la banda que ha salido al mercado- dijo con orgullo.
Y no podía dudarse. Había una estantería en la que reposaban en perfecto orden cronológico todos los cd's, dvd's y afines de la banda que existían, bajo un indicador que rezaba: "material audiovisual". En una idéntica a su lado cada revista en la que apareciera al menos uno de ellos, organizadas de una curiosa forma que incluía nombre de la revista, fecha y la persona que estaba en ella, además de apariciones en el periódico, cada photobook y otros extras que entraban en la categoría de "material impreso", que estaba sobre la misma. Las paredes se encontraban totalmente empapeladas con diversos pósters y fotografías más grandes, e incluso en el inmaculado techo se encontraba pintado el logo de la banda con hermosa precisión. Había dos armarios grandes en los que a simple vista había un ejemplar de cada diseño de la black moral en sus diferentes variaciones, y dos mesas frente a ellos con el resto de goods que alguna vez habían estado disponibles. También había cinco pequeños sofás blancos, colocados en un semicírculo justo en el centro, cada uno con el nombre de un miembro de la banda estampado en el espaldar. Una mesa baja con la misma fotografía que se encontraba en la habitación de cada uno cuidadosamente colocada bajo el cristal completaba el conjunto decorativo de aquella curiosa habitación.
Todos entraron y sin demasiadas ceremonias se apresuraron a sentarse cada uno en el sofá que llevaba su nombre, mirando directo a la cámara los cinco al mismo tiempo con abrumadora sincronía.
-Este lugar es casi sagrado para nosotros- comenzó Reita- Todos nuestros trabajos están aquí, los recuerdos de cada cosa que hemos hecho durante estos años, y son para nosotros algo muy valioso- su mirada se iluminó.
-Habla por ti- dijo Aoi- Yo tengo una copia de cada cosa que de verdad me interesa, estas me parecen una exageración- rodó los ojos.
-Da igual si a ti te parece bien tener estas cosas aquí o no- intervino Ruki- De cualquier manera todo lo que está aquí es mío- abarcó todo el entorno con un gesto de su mano.
-¿Y eso quién te lo dijo? ¿Es que acaso eres una banda tú solo?- preguntó Kai con visible molestia.
-Desgraciadamente no- el vocalista suspiró- Pero me he esforzado mucho en todas estas cosas como para que terminen en manos suyas, si nos separáramos por ejemplo yo me quedaría con todo esto- dijo seguro.
-Creí que si algún día desmantelábamos el santuario- habló Reita, que al parecer no quería mencionar la separación- Cada quien se quedaría con las cosas que se referían a él- en ese punto parecía muy confundido.
-Claro que no, ya dije que todo esto es mío- le rebatió Ruki.
-¿Quieren dejar de discutir por semejante estupidez?- pidió de repente Uruha, sin mirar a nadie en específico.
-¿O es que no han notado que suenan como una pareja recién divorciada que se está peleando la custodia de los hijos?- preguntó irónicamente Aoi.
-No sé por qué peleas tanto por todo esto, estoy seguro de que tienes una habitación igual a esta en tu departamento, o al menos cada una de estas cosas. ¿No es así, estrellita?- Kai miró a Ruki con una mezcla de diversión y burla.
- Lo es, de hecho- reconoció Ruki con seguridad, sin siquiera darse el lujo de avergonzarse- Pero no se trata de tener estas cosas, el punto es que no las tengan ustedes- afirmó con simpleza.
-Vaya, menuda estupidez- dijo Aoi negando con la cabeza.
-Creo que ya es suficiente- Uruha interrumpió la, de seguro elaborada e hiriente, respuesta de Ruki- Les hemos mostrado la mayoría de las cosas que nos definen como banda, en esencia- abrió los ojos, que había mantenido cerrados, y recorrió su alrededor con la mirada- Ya han visto cómo se hace todo y cómo nos comportamos entre nosotros, es todo lo que necesitan saber- concluyó sin inmutarse.
- Ya han podido conocernos individualmente y como banda, que era el objetivo de todo esto- le siguió Kai.
-También conocieron la historia y todos los detalles que necesitaban saber sobre nosotros- agregó Reita
-No se angustien, ya casi termina todo esto- dijo Aoi fastidiado.
-Sólo falta algo, hagámoslo de una vez- y tras esas palabras de Ruki y una última mirada coordinada y penetrante de parte de los cinco la imagen volvió a sumirse en la acostumbrada oscuridad absoluta.
Para ese punto ya los fans habían perdido casi toda la esperanza. Aquello era real, era cierto, sin duda vivían esa espantosa pesadilla y lo peor era que no podían hacer nada para remediarlo. Se seguían sintiendo engañados y heridos, y la idea de resignarse o aceptar tranquilamente todo aquello ni siquiera cruzaba por sus mentes.
De alguna forma agradecían que ya todo estuviese a punto de terminar, verlos comportarse de esa forma les resultaba horrible, traumático y tremendamente doloroso. Sabían que a partir de ese momento era como debían verlos, ya que así eran, pero era demasiado como para asimilarlo tan pronto.
Sin perder el tiempo la pantalla volvió a iluminarse, las palabras: "En conclusión" destellaron en ella, y sin más voluntad que el simple deseo de verse libres de aquella tortura los fans asumieron el hecho de tener que prepararse para, por última vez, enfrentarse a lo que fuera que sucedería en ese momento.