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Preescolar por mishula

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Notas del capitulo:

HEY HEY HEY hola, he vuelto con un nuevo capitulo, bien, hoy es un buen día para actualizar, espero que les guste mucho y que lo amen tanto como yo.  hay un momentito algo sexy ya saben

 

 

BYE!!

 

ah, lo olvidaba: Naruto y todo su mundo - donde la chiquita despertó su Byakugan - pertenecen a Masashi Kishimoto y todo el Oregano que fuma.

 

Edit:... se hace tedioso escribirlo en cada capitulo, pero igual, si hay algun error please comentarlo. solo les sacarè la espina dorsal por que no tomo bien las criticas ;)

QUINTA LECCIÓN

El rugir de un motor en mis oídos, la risas infantiles y el cuchicheo de las amas de casa me hicieron plantearme la posibilidad de ofrecerme como sacrificio en un ritual caníbal, Itachi había decidido que me traería al trabajo después de que me mudara, esta era la "prueba piloto" y no estaba resultando. No, las mujeres a mi al rededor me mataban con la mirada y los niños me miraban curiosos, no estaba resultando.

- bien, me vuelvo a mí bicicleta.

- no, tú no vuelves a tu bicicleta ¿esta claro? Tienes un auto, aprovechalo.

¿Acaba de darme una orden? EL DESGRACIADO ACABA DE DARME UNA ORDEN no sé quién diablos creía él que era o quién creía que era yo pero estaba equivocado como decía mi Abuelita " esta mando fuera del tiesto" y yo no era un chiquillo sumiso que agachaba la cabeza cómo modo de vida, no señores, y se lo demostré cuando me bajé del auto y le dije

- no soy nada tuyo para que me des órdenes, estás muy equivocado sí crees que voy a hacer lo que me ordenas, no soy tu mascota, imbécil.

Bajé a Yuuki  del auto, ella alcanzó a darle un beso a su estoico y estúpido padre y corrió tras de mí. Cuando entré Tsunade me tomó por los hombros y me abrazó, ¿por qué haría algo así? Luego me miró a los ojos:

-tu no - dijo - todas las profesoras estamos rezando por ti, Itachi no es fácil de domar y siempre sale una de nosotras llorando y no quiero que caigas en sus sucias trampas, él es el mal encarnado, aún no has visto nada.

Entrecerré un poco los ojos, si esto era una broma no era nada graciosa, una escena en mi cabeza, la enfermera se persignaba... Él sí era el mal encarnado, pero había llegado el que derrocaría su dictadura, su reino del terror había terminado. Sonreí malicioso, no me dejaría vencer.

- tranquila directora Tsunade, cuando acabe con él, deseará no haberme conocido.

Ella rió.

- 23, eres el número 23 que lo intenta en estos cinco años.

Ugh, esa "desmotivación" venía con estadística y todo... sin embargo sonreí y le extendí mi pulgar en alto.

- el 23 es un número de la suerte.

Con esos pensamientos en la cabeza decidí que no  me iba dejar "domar" por ese imbécil. Di mi clase como si no pasara nada, pero hacia algo que me estaba molestando, no sabía que era pero si había algo que hacía que los vellos de mi nuca se erizaran constantemente. Supe que eso se llamaba mal presentimiento y  se materializó ese mal augurio cuando vi una joven cabellera negra en mi pórtico... Bueno en el de Itachi, tenía pinta de haber acabado de salir del instituto y no se veía muy contento. Su nombre se deslizó por nos labios como un mantra.

- Menma.

Me miró y su afilado semblante se desvaneció, corto hacia mis brazos y rompió en llanto, mi niño, había olvidado que Menma era sólo una víctima más, manipulado desde el vientre para ser el segundo al mando y ahora con mi deserción ya no tendría escapatoria, pensé por un momento en volver cuando me percaté:

- ¿qué haces aquí? ¿Quién te dijo que estaba aquí?

- papá está adentro.

Sus palabras me cayeron como un balde de agua helada, me sentí débil y pequeño, muy pequeño, quería gritar y esconderme, pero pensé que era mejor actuar con altura, era un Uzumaki y no iba a retroceder así fuera mi padre el obstáculo.

Entré y vi al jefe de la familia con los brazos cruzados viendo una foto de Itachi, Yuuki se escondió detrás de mí.

- ¿Él es tu nuevo amante? - dijo colocando el portarretratos elegantemente en la mesa de centro.

No supe que fue lo que más me sorprendió su el hecho de que lo dijera tan tranquilo o el encontrarlo ahí tan imperturbable como siempre o la palabra "nuevo ", ante mi confusión solo sonrió.

- Kakashi es mi empleado, ¿crees que yo no sé en qué garganta mete la lengua ni hijo?

Ugh, esto solo empeora.

- Naru, tu pequeña aventura termina ahora. Nos vamos.

- Itachi no es mi amante, el... Es mi jefe.

- Naruto, ¿crees que nací ayer? Vives con él, un empleado no vive con su empleador.

- Tu cabeza retorcida sólo puede pensar en lo peor, cuido a su hija. Soy su maestro.

Yuuki dejó ver su cabecita por detrás mío y miró a mi padre por largo rato, luego salió y pasó por el frente. Ya no le temía, perfecto, una aliada.

- el papá del profe Naru es un imbécil

La cara de papá era una obra de arte. Todo se estaba poniendo cada vez más interesante, Sonreí con algo de autosuficiencia y Menma rió por lo bajo, papá no estaba nada contento pero entendió el punto, pagaría caro el no confiar en mi.

- Es mejor que se retire señor -mi voz llena de una extraña valentía salió de mi boca, para enterrarse directamente en el ego de papá.

El mayor tomó aire y sonrió como si el mundo fuera suyo, me miró a los ojos, mal asunto, su mirada era vacía y sus ojos no mostraban la misma jovialidad que sus labios curvados, eso era una sentencia de muerte.

-Veamos cuanto te dura la independencia. Pasaré por ti cuando me digas

- ¿Lo harás tú o el chófer?

- Depende, si quieres que venga yo, no llames en horario de oficina.

- dará igual, siempre estás trabajando.

Levantó la cabeza y le hizo una seña a Menma, era hora de irse. Antes de partir, mi pequeño hermano me tomó de los o hombros y me abrazó, yo realmente lo quería pero no podía permitir que mi padre rigiera en mi vida como si fuera de él. Le pedí que me escribiera si se sentía solo y le di mi número, él me sonrió y ese gesto me supo a ayer a cuando no éramos estrategias de mercado, a cuando jugábamos, aun cuando le llevara tanta edad era divertido, era sentirse libre y feliz, mi pobre niño, con 17 años Menma era más maduro que yo en todos los sentidos, claro que esperaba que no en todos los sentidos, Kakashi me había hecho cosillas cuando cumplí 16 y esperaba fervientemente que mi pequeño no hubiera encontrado a alguien así, no por ahora, para mí, Menma era puro y virginal, y así esperaba que se quedara al menos hasta los cuarenta. Punto.

Con excepción de aquel incidente con papá la tarde y la noche fueron bien, claro que todo se fue al diablo justo antes de irme a dormir, verán, me puse mi pijama de zorros y salí a lavarme los dientes, estuve encerrado leyendo unas tres horas y estaba agotado, salgo y ¿qué creen? Un adonis de metro noventa, cabello negro, empapado y recién salido del baño me miraba como su fuera un espanto.

- ¿Se puede saber que mierda haces despierto a esta hora?

- leyendo y preparando algo de clase para mañana.

- me has pegado un puto susto - se quedó mirándome - espero que tengas el celular en los pantalones, ¿o es que te pusiste muy feliz de verme, niño?

No le entendí hasta que me miré. Vergüenza, claro que sí, mi cuerpo estaba actuando por sí mismo y me acababa de traicionar vil y miserablemente, agaché la cabeza y me cubrí, mierda, era cierto que era joven, pero no era un puberto con problemas hormonales. Carcajeó y se acercó, "Malnacido, no vengas" pensé, su mirada estaba quemando y aumentando mi pequeño problema. De repente, un giro inesperado, tomó mi mano y la puso sobre su entrepierna, estaba igual o peor que yo, con su otra mano me levantó el rostro, eso terminó de arruinarme.

-eres perverso, finges inocencia y de repente buscas la manera de arrastrarte a mi cama, muy buena tu estrategia pero - susurró en mi oído - aquí solo puedo ganar yo.

Un estremecimiento y otra carcajada antes de su lengua sobre mi oreja, se estaba saliendo de control, no quería eso, aun no estaba seguro sí realmente algún día terminaría reptando entre sus sabanas y no quería que una calentura nos pusiera en aprietos mañana, trate de forcejear pero su lengua ya iba en mi clavícula y sus manos me sostenían fuertemente de la cadera, sentí su enorme miembro sobre el mío. Estábamos muy cerca. Suspiré cuando su mano se puso en la zona más caliente y empezó a moverse, no era posible que estuviera pasando, era tan bueno haciendo lo que hacía que casi lo consideré irreal.

- ven - dijo con voz ronca y me dejé llevar a su habitación como una marioneta - si sólo fueras así de dócil siempre.

Y me besó, creo que nunca nos habíamos besado y supo a gloria, introdujo su lengua y tomó posesión sobre mi boca, me apoyé en sus hombros tan varoniles y me deje caer sobre su cama, a la mierda todo pensé y abrí mis piernas.

- te voy a enseñar como lo hacen los adultos, pequeñín.

Me quitó los pantalones de un tirón y acarició mis muslos lentamente, los mordió y yo gemí.

- ¿estás listo? - dijo dejando ver su gran miembro.

- ¿sabes lo que estás haciendo?

- sí, hago esto todo el tiempo, después de todo eres el número 23 - empezó a reír como un demente.

Me desperté cubierto en sudor, jadeando y totalmente desorientado, Itachi estaba viéndome como sí yo estuviera loco.

-me has dado un puto susto. ¿Qué pasa con el número 23? No parabas de repetirlo.

Un sueño, no sabía si estar alegre o desilusionarme, opte por la primera y le  sonreí, Itachi suspiró y se levantó, estaba en el piso, un pequeño ingrediente más a mi cóctel vergonzoso, gracias a todos los santos que el sueño no fue del todo estimulante, de lo contrario el estar en el piso sería la última de mis preocupaciones, ¿qué hubiera pasado si hubiera despertado con "un problemilla matutino"? Tendría a ese imbécil encima de mi muerto de la risa y el bullying no tendría final. Alivio profundo y otra sonrisa de mi parte.

- deja de sonreír, me asustas.

Su rostro realmente mostraba algo de miedo, miré la ventana vi que aún no había amanecido, ¿qué hacia Itachi en mi cuarto si aún no amanecía? De hecho, no tenía sentido así fuera media mañana.

- ¿qué hacías en mi cuarto?

- ah, pues, yo iba caminando hacia la cocina y... Te oí hablar.

"Pura mierda" pensé y es que ¿cómo confiar en él cuando hasta ahora solo le había visto sus intenciones de hacerme el mal? Por ahí quería cortar mi cabello o pintarme la cara, hice un mohín tratando de lucir col  cosa que no pasó él sólo me golpeó con una almohada y siguió con su camino, eran las tres de la mañana y yo estaba tan despierto, pareció que encendieran una vela, así como estaba decidí sentarme y pensar un poco: mi papá sabía desde siempre y jamás hizo nada ¿por qué? ¿Por qué no podía fingir ser un padre por un día? Ni siquiera era un día, era una hora... Una pregunta un: "¿eres novio de Kakashi?" sólo un poco de interés, no iba a matarlo, pero si significaría mucho para mí, ahora ya no, pero cuando tenía unos diecisiete años, eso hubiera sido el mundo para mí, las cosas tal vez fueran diferentes y tal vez yo me hubiera casado como él me dijo que lo hiciera, sí, todo muy lindo e imaginario. Caminé algo desorientado y escuché que Itachi estaba bañándose, me mordí los labios y me acosté en la cama. ¿Qué era lo que causaba Itachi en mí? Había tensión y eso solo un estúpido podría negarlo, ambos chocábamos pero Itachi no era muy claro sobre su impresión sobre mí, ¿le caía mal? ¿Le agradaba? por mí él Era un fastidio a veces y otras veces el... Bueno, trataba de ser diferente, no mucho, pero lo intentaba. Un poco de crédito, no mucho, lo suficiente como para no dejarlo sin nada.

Alarma, me había quedado dormido otra vez, me levanté y me preparé para otro día

 

- bien, chicos el tema de hoy es la familia.

Puse a los pequeños en círculo y todos lucían emocionados por la idea de hablar sobre sus familias, sonreían y aplaudían. Yo no quería hablar sobre mi familia pero siempre puedes hacer hablar a alguien sobre su familia como ejemplo. Conejillo de indias.

-bien Sakurada, ¿quieres hablarnos sobre tu familia?

El conejillo de esta ocasión: Makoto Sakurada, un pequeñín de no más de un metro mejillas gorditas y un bien sentido del humor. El pequeño se levantó y estiró su cuellito.

- en mi familia somos 4: mi mamá está siempre en casa cocinando, papá mira senos todo el día en el trabajo y les mete bolsas de plástico y cuando llega a casa siempre quiere revisar los de mamá, mi hermano mayor debe estar estudiando para ser como papá porque siempre tiene libros con chicas enseñando los pechos... Las pobres no tienen para ropa y siempre están llenas de barro o gelatina, son muy desafortunadas, y ya.

¿Saben? Hubiera sido mejor hablar sobre mi familia.

- muy bien... ¿Alguien más? - por favor, no quiero pensar en el ambiente de burdel de esa casa.

Una manita, prefecto. Hinami Kuronuma la muñeca del salón: blanca, mejillas sonrojadas, cabello rojizo y ondulado, el toque son los vestidos de muñeca casi victoriana que te coloca la mamá. Se levantó y estiró su falda.

- en mi casa somos 3: Mamá es enfermera y está enamorada del papá de Yuuki, dice que es un "bastardo con cuerpo de infarto" - y no se equivoca - está mi abuela que siempre nos cuida, mamá siempre le dice a la abuela que quiere que el papá de Yuuki le "mueva la canoa" aunque mamá no tiene una canoa, mi abuela siempre le dice que le ponga droga en el café, ah y tenemos un gato.

Y se sentó... El silencio del aula fue cortado por las voces de los niños que querían hablar sobre sus familias "no más por favor" pensé y es que me sentía en un talk show gringo en el que la anfitriona solo escucha las vidas disfuncionales de los invitados y pide que "saquen al desagraciado" aunque ese no creo que sea gringo. terminé por escucharlos a todos, algunos tenían vidas normales , otros, como Hiro Yamana, tenían que ir a trabajar luego a las granjas de sus padres cosa que era de admirar, pero no hubo más drogas o acosos sexuales, Yuuki no había hablado y no quería forzarla, sabía que ella no tenía madre así que sería muy cruel hablar sobre eso. Al final resolvió por si misma levantarse.

-mi familia se compone del "bastardo con cuerpo de infarto" y yo, mamá murió cuando nací, ahora el profesor Naruto vive con nosotros y espero que se quede mucho tiempo.

Ugh, justo en la menudencia.

Sonrió y se sentó en el piso otra vez, les pedí que dibujaran su familia, bueno ¿qué puedo decir? Me gustan los dibujos hechos por niños, todos tomaron sus crayones y se pusieron manos a la obra, veía como Sakurada dibujaba a su padre levantándole la falda a su madre ya su hermano viendo revistas para adultos... Me estremecí con solo imaginarme el panorama, y yo que me quejaba de mi familia. Cuando vi el de Yuuki  me enternecí por completo, había una casa, un tipo -Itachi- una niña y sobre la casa estaba dibujando un ángel rubio de ojos... Azules ¿yo era su ángel? Para bajarme un poco el entusiasmo le pregunté

- ¿quién es el ángel, cariño?

- es mamá - respondió mirándome - ¿no creerá que es usted?

De tal palo...

- no, yo no puedo ser un ángel, ¿tu madre era rubia?

- si, tal vez por eso es que el profesor Naruto le cae mal a papi, es muy parecido a mamá, la señora Tsunade dice que los genes de papá son muy fuertes y por eso es que no me parezco a ella... Es mejor, no querría que papá viera la cara de su esposa muerta todos los días, por el resto de su vida.

Era estremecedor el hecho de que Yuuki  fuera tan madura. Yo a su edad, por mucho, comía tierra. Suspiré, el misterio estaba resuelto, Itachi me odiaba, era obvio, tenía la misma "paleta de colores" que su esposa, vamos, yo me centraría en hacer la vida imposible del desagraciado sé que me recordara mi tragedia.

No sé en qué momento se hizo viernes, pero estaba pulverizado, Itachi había estado muy demandante y me encontré haciendo pancakes todos los días a las 6 de la mañana, ese tirano perverso y sus maneras de chantajearme:

- te cortaré el agua caliente cuando estés bañándote.

-me tiraré encima tuyo cuando duermas bien profundo.

- pondré el aire frío en tu habitación cuando estés cambiándote, morirás congelado en segundos.

Ah, imbécil, además el hecho de no saber que tenía papá entre manos me estaba deteriorando. Un estornudo el viernes a las tres de la tarde.

-alguien  habla de ti - dijo Ino Yamanaka.

Ino era de esas mujeres fatales que prefieren estudiar y por eso me agradaba, dictaba filosofía a los chicos grandes y todos la respetaban, forjamos  una extraña relación de cariño. Bien, pues ella me decía aquella extraña cábala mientras se recogía su cabello rubio...ella era rubia.

- Ino, ¿conoces a Itachi Uchiha?

- ¿el imbécil desvanecedor de profesoras? Si, una vez dejó a su hija en la sala cuna hasta bien entrada la tarde y la estúpida que estaba a cargo se fue sin revisar, tuve que ir al hospital para entregarle la bebé, fue extraño porque cuando me vio casi se pone a llorar. Después me dijo que era una perra y que no tenía derecho a tocar a su hija. Lo odio.

Un poco del lado sensible de Itachi es revelado, claro el hecho de ver llegar a mujer rubia con su bebita en brazos destruye a cualquiera, sin importar que ; compadecí a Itachi, la verdad era que me parecía triste la manera en la que las cosas  pasaron, era un odioso pero no merecía eso.

- tu no, rubio.

- ¿eh? - eso me había tomado por sorpresa.

- tu no, no quiero que termines como esas pobres mujeres, aunque eres el primer chico que se fija en ese imbécil no quiero que termines como Sasaki... Pobre alma condenada.

- ¿qué le ocurrió a ella?

- casi que tocó enterrarla, se botó desde la terraza del edificio administrativo, se salvó de milagro, al parecer había un inflable ahí abajo, sólo se quebró la piernas y unas costillas. Cuando le preguntamos qué era lo que le había pasado ella respondió que ese imbécil le había dicho que tendría que ser un retrasado mental antes de salir con una foca con gangrena en la cara como ella... Sasaki era hermosa, el imbécil es un cerdo.

Era impresionante el alcance de una palabra inofensiva como "foca con gangrena en la cara " claro que ella había sido débil y se dejó llevar, yo no era tan débil... Igual no quería nada con él, sólo era el que cuidaba a la pequeña Yuuki, nada más.

- Eh, tranquila Ino, no quiero nada con Uchiha, es sólo que parece ser que eres la única que no ha caído por sus muy escondidos "encantos".

- no es mi tipo, pienso más en un chico como más dulce tanto sentimental como visualmente, con rasgos un poco más suaves y menos músculos.

- tú quieres una mujer.

- no, idiota. Hay hombres así por todos lados, tu por ejemplo, pero ya me di cuenta que te gusta morder almohada así que desisto respetuosamente.

Carcajeé genuinamente, Ino era muy divertida cuando se lo proponía. Tomé mis cosas y salí, Yuuki estaba con Tsunade en la salida, sonreían y me miraban con unos ojos que no me gustaban nada.

- naru, naru - el tono de mi jefa no era lindo - hoy es viernes de chicas, Itachi no tiene turno hoy, te lo aguantas.

 

Una risa malvada de su parte y el ruido de aquel motor que sellaba mi destino, no quería ir a esa casa a meterme con alguien a quien no le agradaba. Suspiré, al mal tiempo, buena cara.

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Notas finales:

Bien eso es todo, dejenme sus impresiones en un review

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