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Preescolar por mishula

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Notas del capitulo:

HOLA!!  he vuelto despues de un tiempo, uff ha sido mucho, tal vez un mes o dos. siento eso es que el trabajo y el estudio me han consumido, he terminado mis parciales y ahora estoy lista para seguir, al menos hasta octubre que empiezan nuevamente mis parciales y bueno... creanlo o no a este fic le queda un monton, espero que lo sigan leyendo y bueno, no las entretengo mas.

 

Disclaimer: Naruto y todo su mundo - donde no recordabamos que Itachi tenía una novia - pertenecen a Masashi Kishimoto y todo el oregano que fuma

 

Edit:... same as the last 5 chaps. 

Sexta lección

Partí para la guarida del lobo mientras cavilaba un poco, el estúpido no me había permitido llevar la bicicleta y ahora me tocaba tomar el tranvía. Mientras estaba sentado allí en las cómodas sillas de ese demoniaco artefacto pensaba en lo que sucedería en el futuro inmediato, sabía de la propia boca de Yuuki que yo no le agradaba ni poquito a Itachi no sabía cómo actuar ni que pensar sobre eso, estaba en blanco.

Lo inevitable llegó en forma de puerta cuando Itachi la abrió e hizo una mueca extraña, en ese momento la interpreté como desdén, él se volteó y caminó dentro, yo dejé caer mi maleta.

- rubio - dijo y eso me tomó por sorpresa - mueve tu trasero plano hacia la cocina, tengo hambre.

- ¿perdón? Yo no soy tu maldita sirvienta.

- fueras mi sirvienta, serías al menos algo sexy.

Era el colmo, ahora todo estaba claro, su odio era manifestado en ese extraño matoneo, cual puberto con complejo de grandeza, simple como eso.

- mira Itachi, yo no estoy para tus pendejadas.

Me miró y sonrió. Enigmático y algo satisfecho sabrá dios por qué pero ahí estaba, sonreía y hacia un extraño gesto con los ojos.

-bien, princesa, tu ganas. Pediré algo para comer; no quiero que aguantes más de mis pendejadas.

-Madura, Uchiha.

- Claro, todo lo que su majestad pida.

Tomó el teléfono y pidió ramen -obviamente no sabía que eso me encantaba no le iba a dar el gusto - costillas de cerdo y una cantidad casi inhumana de dangos, luego se sentó en la sala, tenía una cerveza destapada y miraba csi:new york como si fuera lo más interesante en la vida; me senté a su lado y miré sin mirar, su actitud era demasiado... Demasiado, no era necesario saber de qué, sólo necesitaba el hecho que me tuviera hasta la coronilla con su manera tan inmadura de ser. Tomé aire, alguien debía ser el maduro.

- No tienes que fingir, hoy Yuuki me contó, tu esposa... Por qué me odias.

Volteó abruptamente y me miró largo y agudo, torció el gesto. Luego miró nuevamente el televisor, genial no iba a responderme.

Volví a mirar sin mirar, había descubierto que no me gustaba la idea de que me odiara a tal punto.

- Yuuki... Ella ¿ habló de Sora contigo?

Esas palabras eran frías  y quemaron como el hielo. Lo miré a los ojos, la pregunta tenía un sentido extraño oculto (no pude descifrarlo).

- Si, hoy hablamos de familia y bueno, ella pintó un ángel rubio en el techo de la casa

- ¿no pensaste que eras tú verdad?

Insisto... De tal palo.

- no - dije haciendo notar lo obvio y estúpido de su pregunta - pero ella me explicó que ella era rubia y que por eso yo no te agradaba nada.

Itachi sonrió y se levantó.

- supongo que ella me malinterpretó, verás: si, Sora era rubia y hermosa ( a diferencia de ti, tú eres feo, eso quiso decir) nos conocimos en la biblioteca, sé que suena algo estúpido pero así fue. Empezamos a salir, debo admitir que fue porque ella dio el paso, el caso fue a los dos años decidí casarme con ella, luego nació Yuuki pero... Sora no pudo aguantar, sus caderas eran muy estrechas y se desgarró... Perdí a mi esposa pero gané a mi hija, Yuuki es lo más importante para mí.

Quedé sin habla, la manera como hablaba de su esposa, aún la amaba. Me iba a levantar cuando me tomó del brazo.

- yo no te odio rubio, al contrario, puede que no lo creas pero te pareces de muchas maneras a Sora, no podría odiarte ni aunque quisiera. Y no quiero.

Eso me había dejado estático ahí, no pude reaccionar. Luego este se levantó y me susurró suave al oído.

- pero no creas que me gustas porque te pareces a ella, Sora no era tan fastidiosa - luego pareció que saliera de un trance - ven, parece que ya viene la comida, puedo olerla.

Si antes estaba en blanco, en ese preciso momento pareció que todo se rompió, que la realidad se había roto en algún lado y que seres de otra dimensión se estaban colando en esta y confundían a todos, o en este caso, a mí. ¿Acababa de decirme que le gustaba? ¿Era una de sus artimañas? ¿Que ganaba con hacerme creer que yo le gustaba? Nada o tal vez era una broma de muy mal gusto, volteé y le miré a los ojos.

- ¿acabas de decirme...?

- si hubiera sabido que ibas a ponerte imbécil, no te hubiera dicho nada.

Lo estaba diciendo en serio, muy en serio ¿verdad? Él no me gustaba, bueno si, buen cuerpo y eso pero no sentía nada romántico, de hecho aún sentía a Kakashi por ahí lamiendo heridas, no quería que me malinterpretara o se sintiera herido.

-sé que aún quieres a la momia. -dijo después de haber recibido la comida.

- ¿eh?

-  sí, princesa no es necesario que me digas que aún quieres a ese tipo con el que casi te acuestas no hace mucho.

Rubor.

- no iba a acostarme con él

-pero no niegas lo otro.

Touchè tenía razón, Itachi era agudo y eso era algo raro en alguien que... Bueno, cuando a uno le gusta alguien tiende a idealizar.

- para que lo sepas -dijo tomando un dango - me volvería a ir a los golpes con ese tipo

- ¡¿ POR MÍ?!

-no... - me miró como si fuera un estúpido - el tipo me cae mal, yo no golpearía a nadie por otra persona. Salvo que trate de propasarse contigo.

- no juegues al caballero de brillante armadura, Uchiha.

- ahhh bueno - dijo comiendo el cuarto dango - entonces mejor dejo que te viole.

La manera en la que todo siguió su curso me dejó clara la diferencia de edad y la madurez escondida de Itachi. Yo aún no me acostumbraba al hecho que este sujeto estuviera algo interesado en mí y él... Bueno, ya se había comido el décimo dango actuaba con total normalidad.

- ¿puedo preguntarte algo que me subirá el ego?

- sí, bueno. - otro dango ¡alguien dígale que ya basta!

- ¿cuándo te fijaste en mí?

- déjame pensarlo un segundín. Si, definitivamente fue cuando te vi haciendo pancakes con Yuuki ese sábado que amanecí en la cama contigo. Siempre hago bromas sobre tu trasero pero - hizo unas extrañas curvas en el aire con las manos - amigo, eso no es humano, además eres bueno con los niños y pues... Si esa momia vino hasta acá sólo para tratar de coger contigo algo bueno has de hacer, creo yo.

Qué manera tan horrible de filtrar. Tomé un dango y lo comí, el tipo me observaba casi de reojo; algo trama.

- ¿no vas a decirme nada? - dijo sirviendo la comida.

- Itachi yo...

- ja, había olvidado que eres un bebé, no sabes cómo decir la verdad correctamente, no debes temer por nos sentimientos, teme únicamente por los tuyos.

Diablos, él era muy en maduro cuando se decidía por ello, sonreí y el pareció perderse un segundo, no fue en mi cara, no, fue en el horizonte.

Comimos en silencio, miraba de reojo a Itachi de vez en cuando aún no podía creer que yo le gustara, lo bueno aquí fue que no dijo la palabra amor, eso me hubiera desarmado y me hubiera obligado a huir del país.

- haré una pregunta que me arruinará la vida -  dijo.

- bien, es tu elección.

- ¿ cómo diablos alguien como tu terminó con la momia? Digo, eres un bebé y los bebés no frecuentan sitios con momias.

Encrucijada, no quería que el supera que yo era un riquillo o que casi me prostituí por diversión, no ese ya no era yo, aún quería fiestas y placer de todo tipo, pero este lugar me había abierto los ojos y ahora veía la vida de otra manera, la gente tiene que pasar momentos difíciles para tener y bla bla bla bla; dejando de lado eso, tenía que responderle, él había respondido mi pregunta con total sinceridad, yo podía fingir que lo hacía, así que decidí contarle, olvidando ciertos detalles.

- pues bien. Yo conocí a Kakashi cuando tenía 14 años, fue en una reunión del trabajo de mi papá

- ¿la momia trabaja con tu padre? O es un imbécil o es muy valiente.

La dos, pero sólo le sonreí

- fue como... Mí crush yo realmente caí por ese rostro tan - pausa para no decir "lleno de lujuria" y buscar otra palabra - tan suyo - que imbécil - y bueno, decidí por mi cordura mental no decir nada y mantenerlo en secreto. Cuando cumplí 15 mi padre organizó una reunión para celebrarlo, como si fuera una señorita, creo que jamás lo perdonaré

- ¿qué hacía el tipo ese en la compañía de tu papá?

- él era en ese entonces el pasante del abogado sénior, acababa de salir de la universidad así que ... El caso fue que papá lo invitó, se me declaró y le dije que sí. Fin.

- y en esa linda historia ¿en qué momento te quitó la flor?

- no voy a responder eso.

- no lo voy a denunciar con las autoridades, sería un fastidio.

Y vi un intento bastante decente de los tan conocidos "ojos de cachorro" no entendía que era esa curiosidad malsana, ¿no que yo le gustaba?

- bien, cuando cumplí 16, dijo que ya era edad para esas cosas y yo dije sí.

- eras más bien dócil ¿ no? O sea al tipo ese le dices a todo que sí, a menos que el problema sea yo, me dices siempre que no ¿por qué no eres dócil conmigo siempre?

Recordé mi sueño y me sonroje, luego caí en cuenta tenía razón, ¿en qué momento pase de ser el típico chico "senpai notice me" a ser alguien que  mandó a freír espárragos a su senpai? Le sonreí.

- es que me volví badass con la edad.

Y carcajeó, creo que no lo había escuchado carcajear, no en la vida real, digo - en mi sueño carcajeó- me sonrojé de nueva cuenta.

- es una suerte, muy dócil dejarías de ser interesante.

Terminamos de comer ya con más comodidad, creo que Itachi se resignó a que yo le contestara sobre sus sentimientos y solamente siguió con su vida. Sonreí cuando le vi lavando los trastes, era demasiado hogareño y bonito, debía confesar que después de su declaración lo veía de manera diferente a como lo veía antes, ahora era maduro... A veces y encantador... A veces, lo cierto es que yo lo veía diferente, no sabía cómo me veía a mí pero bueno, no era una mala imagen.

- ¿sabes? - dijo - deberíamos hacer una salida de chicos a algún bar, sólo tú y yo.

Adorable manera de pedir una cita conmigo.

- sí - le seguí el juego - deberíamos irnos ya.

- pensé que estabas cansado

- no para un bar.

Hizo una mueca parecida a una sonrisa y caminó hacia la puerta y me hizo un gesto para que me acercara.

- vámonos.

Sonreí y salimos. No hubo necesidad de hablar durante el trayecto, ambos estábamos cómodos con el ambiente que se desarrollaba. Llegamos a un pub, no estaba muy lleno, había poca gente y buena música, caminó hasta la barra. Le seguí.

- ¿Qué vas a tomar? -dijo.

- creo que una cerveza negra está bien.

Y ahí sucedió: mordió suavemente su labio inferior, gesto sutil y sensual que definitivamente me dejó fuera de base, luego simplemente hizo el gesto para que le dieran dos, las recibió y me condujo hasta una mesa.

 - ¿de qué deberíamos hablar? - dijo dando el primer sorbo.

En blanco.

- no lo sé, ¿qué quieres saber?

- ¿de dónde vienes ? Digo, leí tu hoja de vida pero no entiendo que hace un chico de Tokio aquí en Konoha.

Bien, de nuevo entre la espada y la pared, tenía la percepción que si le decía a Itachi que vine haciendo una rabieta, el mismo me entregaría a mi padre y me daría en matrimonio. Tomé aire, debía inventar una historia totalmente creíble y lógica, o al menos deformar la verdad lo suficiente como para poder mantenerla sin caer en errores, obviamente tenía una vocecita en mi cabeza que me decía que decir la verdad era lo mejor, ¿Itachi vería con buenos ojos mi anterior modo de vida? A Kakashi le encantaba porque podía tener sexo conmigo dos veces y hasta tres en el día si lo deseaba y yo siempre estaba para cumplirle los caprichos - ya saben cosas como esposas, juguetes, látigos, tríos, etc.- por ello no me reprochaba el ir de fiesta todo el tiempo y terminar tan ebrio que vomitaba en la esquina... ¡Y qué decir de las infidelidades! Noches incontables de cama con desconocidos, empezaba a sentirme asqueado de mí mismo; agradeciéndole a la vida que no me dejó en contacto con las drogas si no quien sabe dónde estaría, me decidí por una mentira híbrida .

- vine buscándome a mí mismo, terminé con Kakashi y me di cuenta que habían muchas cosas que... No encajaban en mi vida. Tomé el primer boleto de la estación y aquí terminé. Fue coincidencia que buscara un maestro.

- bien, entendible pero ¿y el dinero? No he visto que he preocupes mucho por eso.

¿Era del FBI? Eso parecía más un interrogatorio, me había tomado un sorbo largo mientras pensaba y el sólo se limitaba a mirarme agudo ¿que sabía? ¿Había algún detalle que se me había escapado? No, lo tenía todo en la cabeza y muy claro.

- ahorros, los suficientes. Luego mi sueldo y el que tú me das... Pues ya ves. Tengo bastante dinero.

Sonrió y chocó su botella con la mía, todo se calmó y fue bien. Le devolví la pregunta, había escuchado que Yuuki le decía a todo el mundo que venían de Inglaterra y mi curiosidad exigía ser saciada y que mejor momento que ese. Cuando le pedí la respuesta noté que también se tensó, estaba ocultándome algo, no podía juzgarlo sería descarado de mi parte pero no podía entender por qué y eso me empezó a incomodar, luego de unos momentos sólo dijo.

- quería alejarme de lo que me recordara a Sora... Eso es todo.

Me callé, pisaba arenas movedizas y estaba hundiéndome. De un momento a otro el ambiente se puso tenso y horrible, apuré mi cerveza, quería irme, él también empezó a beber rápido, lo que prometía ser una velada interesante se volvió un amasijo de incomodidad y culpabilidad. Un timbre en mi cabeza, no, no iba a dejar que una "salida de chicos" - primera cita - se convirtiera en eso que estaba pasando.

- Itachi - dije y clavó su vista en mí.

- ¿vamos a otro lado? Ino me dijo que había una disco genial no muy lejos, podemos dejar el auto aquí aparcado e ir, mereces bailar un poco.

Mí descontrolado yo del pasado estaba extasiado por la idea, ir y sacudir el cuerpo, tomar shots hasta perder el conocimiento... Claro que no, no a lo último, si a todo lo demás. Itachi parecía que dudaba, no había terminado de tomar su trago y al parecer ya no le gustaba la idea de acabar; había perdido toda la intención de ir a bailar, de repente sonrió y se tomó el poco que quedaba de un sólo trago. Me tomó del brazo, pagó y me hizo un gesto para que lo guiara.

Recordaba casi con exactitud las instrucciones de Ino para llegar, no era lejos, a dos calles se pudo ver ese edificio de vidrio polarizado con aquel aire cutre pero atrayente, sonreí y miré directamente a los ojos de Itachi, no se sentía seguro pero asintió. Adorable.

Al entrar, la sensación de los bajos en los oídos, las conversaciones apagadas por la música estruendosa y desconcertante, algo de skrillex y major lazer, este era mi elemento y estaba más que conforme, Itachi por su parte no lucía muy seguro: veía a los alrededores ¿que buscaba? Ni idea pero no lo encontraba y eso no le gustaba.

- ven - le dije y pedí dos copas de vodka, si eso no lo animaba nada lo haría.

- deja yo pago - dijo e hizo el ademán de sacar la billetera.

- no - lo detuve - esto no es una cita y yo no soy una damisela, tengo dinero también.

Sonrió y un "como quieras" se deslizó desde sus labios hasta mi oído causándome un cosquilleo muy reconfortante. Nos tomamos ese trago como si fuera agua y lo arrastre hasta la pista.

- ¿te dije que no sé bailar? - me susurró, otro cosquilleo.

- esto no se baila - le dije y él sonrió - imagina que la música son hilos y tú el títere, dejarte llevar tu debes - y sonreí.

El me devolvió el gesto y muy dentro de mí deseé haber liberado una bestia febril y descontrolada. No sucedió, el peor títere para el mejor titiritero, sonaba algo de diplo que no supe reconocer con exactitudy el no coordinaba ni un pie, yo sólo reía y trataba de divertirme bailando, pero me divertía más viendo aquel ciervo aprendiendo a caminar, las luces estaban apagadas y los reflectores daban pequeños toques de color, eso permitía que su vergüenza no fuera más de la ya causada, me acerqué un poco más - estaba, de hecho, muy cerca- y lo detuve, todo por el bien de la humanidad.

- no, así no.

- esto es lo que pasa cuando me dejo llevar.

Pobre criatura.

De repente un cambio en la música, si, cual cliché de película romántica, la canción pegajosa se cambió por una romántica, muchos tomaron sus parejas y aunque yo iba a sentarme no lo hice, la curiosidad de saber el que iba a hacer Itachi, el cómo reaccionaría me mantuvo estático en medio de toda esa gente; no hizo lo que pensé que haría, tomó mi mano y empezó a caminar afuera.

- Itachi no.

Fue lo que salió sin explicación de mis labios, me miró y forzó una sobria sonrisa : no quería estar ahí.

Bajé la mirada, lo había sacado de un lugar bonito para él, todo por mi egoísmo y mi deseo de saber, la necesidad de conocer su lado oscuro - su lado realmente oscuro - le sonreí y me volteé para verle otra vez (obviamente iba a hacer una rabieta antes) pero las luces se habían apagado por completo, no podía ver nada, me paré sobre las puntas de los pies para hablarle cerca al oído ( la música seguía sonando) y decirle que volviéramos al pub o fuéramos a casa. Lo único que poder sentir fue la suavidad de sus labios contra los míos.

Notas finales:

Bien, eso es todo, siento horrores de ortografía y eso, cualquier critica sea buena o mala la recibo con cariño

 

Para mas Guevadas mi twitter @unolepus o mi Tumblr canelitastein 

 

 

Besos y abrazos

 

edit: mi tumblr es polvillodecanela


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