Capítulo dos. Tu vida es así, príncipe.
Recibe el mayor golpe de su vida y sonríe cuando termina de sentir una punzada en su brazo. BamBam llega a su lado y les sonríe, Mark le corresponde y mira las hojas en sus manos.
-Jinyoung dice que repases esto.-se las entrega y el menor las toma con la duda; escucha a Jackson quejarse por lo bajo y lo ignora fastidiado. Hoy va a ser un día más largo que de costumbre.
Cuando entran a clases, él se va a su asiento y hace lo mismo de siempre en la clase de Historia, empieza a trazar el nombre de Jinyoung por todas partes y se dedica a sonreír con la vista perdida en sus recuerdos.
-Joven Tuan.-oye su nombre pero sigue sin poner atención a la voz autoritaria que le llama.-Joven Tuan.-el timbre de voz cambia a uno más exigente y voltea hacia el frente encontrándose con la mirada del maestro pegada a la suya.-Cuando tenga tiempo para mi clase, será bienvenido a ella. Hasta entonces, puede dar una vuelta por el instituto.
Sabe que esa invitación es hacia la dirección y a paso lento comienza a andar hacia allá. En el trayecto tararea la misma canción de ayer, sólo que ahora no vendría acompañado del rap de su amigo. Entonces recuerda el trayecto hacia la casa de BamBam y los mil celos que Jackson empezó a recriminarle al menor.
Piensa que es una mala idea el sólo recordarlo y cuando menos se lo espera, choca con el menor por el que se ha distraído en la clase.
-Lo siento.-dice mientras levanta su vista y se encuentra con los ojos contrarios. Hasta ahora no creía poder morir de amor reprimido pero cambia de opinión tan pronto se encuentra con esa mirada fría y a la vez tan cálida.
-Está bien.-Jinyoung se repone del leve golpe y Mark desea que no se vaya, no ahora, o tal vez nunca. Se reprime a sí mismo por pensar lo último y niega varias veces mentalmente.
Su cuerpo se tensa cuando recuerda que tiene que ir a dirección por su merecido reporte, pero acompañar al de ojos mayormente rasgados le tienta en sobremanera. Antes de que pueda alzar la voz, Jinyoung le interrumpe y él cierra su boca sólo para escuchar la melodiosa voz que pocas veces le acompaña.
-¿Vas a dirección?-él se sorprende por la pregunta que tan sólo puede asentir con la cabeza tragando saliva nervioso.
Mark comienza a maquinear mil oraciones, pero ninguna concuerda con la situación. Así que suelta lo primero que su cabeza repite cada vez que ve al menor.
-¿Quieres salir conmigo?-al momento se regaña a sí mismo por confiar en su cerebro aunque decirlo ahora le ha costado menos que en días pasados. No sabe si sentirse aliviado o asustado por el silencio del otro.
Jinyoung sigue con la misma mirada de siempre, aunque Mark nota un poco de confusión en su rostro.
-¿Me estás invitando a salir?-ve cómo el menor se apunta con el dedo índice no sólo buscando la respuesta con su pregunta sino también con sus gestos.
-Sí.-le tiembla la voz un poco pero se recupera tan pronto como siente que su dignidad ha llegado al suelo. Ahora piensa que el día va a ser más largo que de costumbre cuando el menor le niegue. Pero no sucede nada más en los siguientes segundos.
Ambos quedan estáticos uno frente al otro y la tensión empieza a notarse sólo en Mark quien juega con sus dedos esperando el definitivo no. Jinyoung parpadea varias veces en tan poco tiempo y Mark sigue con su mirada consumida en cenizas.
-Claro.
Mark escucha eso y sostiene la vista a la nada y se pregunta si es real o lo ha estado soñando todo el tiempo, le tiemblan las piernas y su corazón se acelera, aún sigue sin creer que el menor haya aceptado. Sonríe extremo y explota por dentro que casi siente desmoronarse a grandes pedazos y volverse a reconstruir al instante.
Antes de despedirse, quedan el viernes a las seis de la tarde. Sólo planean pasear porque a Jinyoung no le gusta ir al cine o, según Jackson, divertirse. Después de eso, el reporte le importa poco.
Los días se le van de las manos como agua entre los dedos y tan sólo falta media hora para encontrarse con el menor. Después de arreglarse casi por más de dos horas, se siente a gusto con lo que trae puesto y camina hacia la sala donde se encuentra Jackson mirando televisión.
-¿Y ahora tú, a dónde vas?-le cuestiona su amigo y él se centra en el televisor.
-Saldré con Jinyoung.-una vez que termina de decir la oración, su sonrisa flota sobre su rostro sintiéndose la persona más afortunada. Jackson escupe el agua que tomaba y le mira desconcertado.
-¿Jinyoung? ¿Hablamos del mismo Jinyoung?-él asiente y checa la hora en su celular.
-Es hora de que me vaya.-dice antes de cerrar la puerta detrás de sí.
Durante el camino mira varias tiendas y los exhibidores están llenos de accesorios para parejas, no es difícil verse a él y a Jinyoung juntos usando una pulsera o un dije, pero tampoco es tan fácil, no cuando ve al menor dentro de una de esas tiendas.
Entonces siente quebrarse algo dentro de sí, aunque la leve esperanza le susurra al oído que ha entrado por curiosidad y no más. El alma se le va a los pies cuando mira que Jinyoung sale con una bolsa entre sus manos.
Quiere regresar a su casa aunque sus pies parecen pegados al suelo, no puede moverse y tampoco intenta mucho por hacerlo. Y se queda ahí hasta que el otro lo nota y le ofrece la bolsa de papel.
-Es para BamBam y su novio.-toma la bolsa y no sabe si sentirse aliviado o estúpido, o las dos al mismo tiempo sin tener piedad sobre él.
Ríe nervioso y asiente ante la orden del otro, tal vez piedad ni misericordia podrá mostrar ante él a la hora de recriminarse.
No se siente diferente el viento a la hora de caminar junto al menor en silencio, aunque descubrió que el tiempo a su lado parece ir más lento. Comienza a tararear la misma canción de siempre, sólo que ahora tiene un sabor diferente ya que Jinyoung canta el coro.
Pasan así unos minutos y terminan por sentarse en una banca del parque en silencio. Mark mira a las parejas pasar y cada uno de ellos lleva algo para demostrar que lo son. Los mira sonreír tan ajenos a su situación y trata de encontrarle lógica a su cita.
-Mark, la verdad es que yo no quería venir.-él siente las mil puñaladas en todo su cuerpo y se muestra intranquilo a lado del menor.-Pero… has roto mi rutina.
Se acomoda mejor en su lugar y carraspea su garganta, mira a su lado y Jinyoung mira hacia el frente como si él no estuviera ahí.
Se confunde y se alegra al mismo tiempo, que se siente un poco tonto por sentir ambas cosas. Ambos se toman el tiempo de respirar lenta y acompasadamente, el cielo se tiñe de morado y se dan cuenta que llevan ahí más de lo planeado.
-¿He roto tu rutina?-Mark devuelve a ellos el tema principal y comienza a jugar con su dedos de nuevo.
-Sí, lo has hecho.-ahora es Jinyoung quien le mira expectante.-Si jamás me hubieras ayudado con las hojas...-escucha la voz del otro perderse en el viento y baja su cabeza. Trata de perderse en sus pensamientos pero es imposible con la mirada del otro encajada en él.
-Jinyoung…-antes de que pueda hablar, es interrumpido.
-Tuve que cambiar demasiadas cosas de mí por ti.-las palabras suben de volumen y sigue con la mirada gacha.-Tuve que cambiar mi horario, mis horas de dormir, mi forma de vestir sólo por ti.-Mark frunce el ceño y es ahora él que recrimina.
-¿Y porqué todo es mi culpa? Yo sólo quería ser bueno contigo.-se levanta del asiento enojado mientras que los demás les miran extraño al pasar.
-¡Por eso! No tenías que serlo.-Jinyoung se levanta también y limpia una lágrima de su mejilla.-No cuando todos me consideran la rareza del mundo.-el menor no grita ni alza la voz, se vuelve a sentar frustrado y Mark hace lo mismo.-Hasta ahora, las únicas personas con las que hablo son contigo y BamBam.
Mark asiente y se cuestiona si consolarle con un abrazo o una sonrisa, pero al final no hace nada y espera que el silencio hable por ambos. Pasa el tiempo y los dos siguen en un tiempo y espacio distinto a los demás que pasan por ahí cerca.
Al final, quien rompe el silencio es él.
-Lo siento por quitarte tu monotonía.-guarda sus manos en los bolsillos de su suéter y se recarga en la banca.-Pero no entiendo por qué…
-La gente daña, Mark, y a veces ese daño es permanente.-se sorprende por la velocidad con la que Jinyoung adivina su pregunta. Suspira y el vaho sale silencioso.-Si jamás me hubieras ayudado, nunca me hubiera enamorado de ti.
El aire se acaba en ese instante y es ahora él quien se ahoga.
-Cambié porque quería que me notases de nuevo…-Mark mira cómo las mejillas de su acompañante se tiñen de rojo, le sonríe pero el menor no hace lo mismo, sólo aparta la mirada lejos de la suya.-Me sentía conforme con lo que era hasta que te conocí. Memoricé tu rostro involuntariamente sólo para dormir hasta las cuatro de la madrugada porque no podía olvidar tu sonrisa.
-Jinyoung…
-Y luego cambié mi horario sólo para que me tocara a lado de tu salón, y es por eso que salgo diez minutos antes del receso al baño, para pasar por ahí y verte de reojo…
-Jinyoung…
-He cambiado mi corte de cabello estos últimos meses sólo para llamar tu atención, sé que no funciona del todo pero…
-Junior.-al fin le llama de la misma manera que escuchó decir de BamBam días atrás, Jinyoung se sorprende y cierra su boca. Mark sonríe y le toma del rostro.-Yo he notado eso.-vuelve a sonreír aún más feliz.
Jinyoung intenta formar una curvatura en sus labios, sin embargo, parece más una mueca forzada.
-Lo he notado porque me gustas.-sale de su boca y el menor forma una ‘o’ con su boca. Jinyoung le niega con la cabeza varias veces.
-No puedes.-le dice decidido en sus palabras y con el ceño fruncido.
-Sí puedo y lo hago.-reta.
El silencio reina una vez más, y ambos cuerpos ya no se sienten tan tensos como al principio de la cita. Mark se acomoda mejor y mira a la gente pasar mientras el invierno los cubre.
-Ese día que te sonreí-Mark voltea a verlo y sonríe.-… se sintió diferente.
-¿A qué te refieres?-cuestiona mientras el otro le sostiene la mirada.
-A que se sintió bien.-sentencia y frota sus manos en busca de calor.
-Jinyoung, me gustas.-Mark le recuerda y el cuerpo a su lado se tensa al escucharlo.
-La gente daña, Mark…
Y antes de que él pueda terminar su frase, le contesta:
-Yo jamás te lastimaría.
Entonces, es en ese momento donde Jinyoung sonríe como la primera vez.