Las horas iban pasando y una silueta extravagante caminaba a sus anchas por la casa que compartía con sus hermanos. El estaba cansado había pasado una “noche muy ocupada”. Era lo mismo de siempre, algunas palabras hermosas por aquí y por allá, uno que otro detalle y para coronar al pastel una sonrisa única que pareciera que derritiera todo a su paso.
Era una mañana tranquila, estaba relajando los ojos queriendo caer a los brazos de Morfeo y lo hubiera hecho, claro si no fuera por la llegada de un cierto hermano suyo.
- OFFENDYYY – el mencionado giro su cabeza al escuchar su nombre en los labios del hermano más interactivo que tenia por el momento. – NO CREERAS LO QUE ME ENCONTRE – dijo el menor al tiempo que se le aventaba enzima derribándolo con todo y mueble.
- Ahora que hiciste? –dijo el mayor ya resignado a escuchar al otro, cuando el empezaba era muy difícil detenerlo.
- Sabes, antier había escuchado a unas personas en el pueblo del sur, así que fui a revisar. Y me encontré en el camino el búho más hermosísimo del mundo, pero eso no es todo. Cuando llegue parresia que ellos habían enterado algo así que empecé a escarbar para ver lo que era.
- Eso explica el polvo en toda tu ropa.
- Sip. – afirmo orgulloso por su acción – y sabes, pude encontrar un montón de cosas en verdad chullas. – dijo al momento que dejaba sus “tesoros” en el piso. – mira esta caja. – dijo al tiempo que le enseñaba una caja la cual tenía escrito en la tapa “Y.S.L.H.H.”. – y esto – dijo al señalar un tablero de la huija ya cual desapareció de un momento a otro. – ... también esta esto. – dijo señalando una pequeña pata de mono, la cual estaba momificada, teniendo solo 3 dedos estirados.
- Que tanto es esto?
- No lo sé jeje, a que te parece esto? – dijo al momento que agarraba una calavera la cual estaba tallada en una piedra preciosa.
- Que esa no es una calavera azteca?
- Tal—vez. – siguió con un fósil, aparentemente era un huevo de dinosaurio.
- Cuanto tiempo estuviste cavando esta vez?
- No estoy seguro... 18 horas?
- “nota mental, la próxima vez que valla para el pueblo del sur ir por los arboles para evitar los túneles de Esplendor” – al menos volviste a llenar todos los hoyos ¿verdad?
- Tenía que hacerlo? – dijo poniendo una cara un tanto triste. – lo siento mu—cho herma—no – dijo al momento que se abrasaba de este.
- Descuida, al rato te ayudo a rellenarlo.
- Wiiii – grito al tiempo que sonreía y abrasaba más fuerte a Offender.
- Ya, ya puedes soltarme...
- Claro. – dijo el menor al momento que soltaba el agarre y sus mejillas se tornaban de cierto color rojizo.
El ambiente se estaba tornando muy tenso, Esplendor de repente se había callado y no miraba a ningún otro lugar más que al piso y sus nuevos tesoros. “me parece que esa reacción la he visto antes” pensó por un momento Offender.
El pensamiento de los 2 fue interrumpido al tiempo que se escuchaba el abrir de la puerta. Ambos voltearon a ver a su hermano generando distintas expresiones en cada cara. La de Offender estaba calmada pero un tanto aliviada mientras que Esplendor tenía una cara que simulaba ser de lo más feliz por la llegada de su hermano menor. Y digo simulaba porque a su alrededor comenzaba a formarse algo parecido a un aura asesina. Al notar esto Slender decidió desviar la atención lo más rápido posible a toda costa, y lo primero que vio fue una caja de madera cubierta de tierra.
- ¿Que es esto? – dijo al momento de recoger dicho objeto y quitándole el polvo. – Parece bonito.
- Es una caja de sorpresas, lo encontré mientras que cavaba en el pueblo del sur – dijo Esplendor ya un poco resignado y volviendo a ser tan feliz como de costumbre.
- Y como funciona? – dijo Slender con algo de curiosidad ya que nunca había tenido un juguete parecido.
- Vez esta manija? – dijo Offender señalando una pequeña pieza de metal a un costado. – solo dale vueltas y te sorprenderá. – soltó una pequeña sonrisa, no importa cuánto tiempo pasara, su hermano era curioso de corazón y esperaba que siempre siguiera así.
Slender empezó a dar vueltas a la manija, despacio para no hacerle daño a la caja, dejando así sonar la música la cual reconoció ya que Esplendor la tarareaba una y otra vez cuando paseaban los 3 por el bosque. Cada vez la canción estaba más cerca del final y decidió cantar la última estrofa.
- pop goes the weasel... – canto con conforme la canción sonaba sus últimas notas abriéndose así la tapa que se supone que dejaría salir la sorpresa pero sorprendió mucho a los 3 hermanos al verlo vacio. – ¿que se supone que debería de pasar? – dijo un tanto desconcertado.
- Tal parece que este vacio, se supone que tendría que salir un payaso pero al parecer por eso mismo lo tiraron. – dijo splendor. Aunque Offender pondría poner eso fácilmente en duda.
- Me lo puedo quedar? – dijo slender. – no me importa que este vacío, la melodía me agrada – dijo al momento de sonreír a su manera.
- Claro que sí. – respondió Esplendor.
Pero tal parece que nadie se dio cuenta que una nube de humo se estaba formando en sus pies (N/A: ¿con esa altura quien se fija abajo?). El humo se hacía cada vez más denso hasta que se izo una columna bastante alta. Por alguna razón el cuarto se volvió oscuro y fue iluminado por un par de luces que parecían de reflector aunque por donde buscaran los hermanos no encontraban ninguno. Al final las nubes se centraron en la columna de humo y esta se disperso para dejar ver a un payaso de blanco y negro, con una singular nariz puntiaguda y con las manos y abdomen vendados. El cual parecía estar asiendo equilibrio en una pelota bastante grande.
- BENGAN UNO, BENGAN TODOS, SEA CHICO O SEA GRANDE, ASERQUENSE Y BENGAN AVER EL ESPECTACULO DEL PRIMERO, DEL UNICO, EL MEJOR PAYASO DE TODOS. EL GRAN LAUGHING JACK. – se presento así mismo al tiempo que hacia una reverencia aun encima de la pelota.
- Quien eres? – dijo Offender poniéndose en guardia, esa cosa... por el simple hecho de que lo había traído su hermano con todas esas cosas extrañas no le parecía nada bueno.
- Acaso no escuchaste? – dijo en tono de burla Jack. – Bueno tendré que decirlo más claro al parecer. – dijo el payaso al momento que se bajaba de la pelota de un brinco y la convertía en humo. – Jóvenes traigo el honor de informarles que se encuentra ante ustedes el payaso más espectacular de todos los tiempos. Laughing Jack, ósea se un servidor. – dijo inclinándose ante los hermanos. – y estoy aquí para ser el mejor amigo de uno de ustedes.
- En serio? – dijo splendor todo emocionado, había ocasiones en las cuales salía del bosque a jugar con sus amigos pero el tener un amigo más cerca sería algo muy bueno.
- Por supuesto que sí – dijo al momento que empezaba a comer un dulce el cual saco de uno de sus bolcillos con una mano y asiendo malabares con la otra.
- Y se podría saber por qué? – dijo Offender poniéndose entre sus hermanos y el payaso.
- Porque ese es mi deber – dijo desapareciendo todo lo que tenia. – mi razón de ser, mi única misión en la vida... como le quieras decir. – Jack encogió los hombros restándole importancia y viendo al menor de los 3 el cual no había movido ni un musculo desde que izo acto de presencia y aun sostenía la caja que era su prisión. – para eso me crearon. – dijo serio.
- ¿Y se puede saber de quien serás “el mejor amigo”?
- claro – dijo al chasquear los dedos asiendo que 2 luces se enfocaran en el chico sin rostro. – es el. – dijo expresando una sonrisa sincera y juguetona.
Como por arte de magia Offender relajo su postura y sonrió internamente, a su hermano no le vendría mal algo de compañía que no fuera izanami. Sin embargo Slender no pensaba lo mismo y de inmediato negó.
- no quiero. Además porque yo?, Esplendor es mejor compañero de juegos que yo. – dijo señalando con el pulgar como si nada a su hermano mayor. Cosa la cual iría un poco al payaso, el cual ingenio algo para que no se pudiera negar.
- Es porque tú me sacaste de esa caja, te convertiste en mi dueño y ahora debes de acerté responsable.
Ninguno de los hermanos pasaron por alto ese último comentario causando una sonora carcajada en los mayores y una pequeña migraña en el menor.
- ha pero mira qué hora es. Tengo que hacer algo Slendy, pero voy a volver después. – dijo al momento que le daba una paleta de caramelo al mencionado. – pero cuando volvamos podremos jugar a la búsqueda del tesoro. – acto seguido desapareció dejando un rastro de humo negro y volviendo a iluminar la habitación.
- Felicidades por tu nueva “amistad” – decía en burla Offender al momento que se apoyaba en su brazo recobrando el aliento.
- Felicidades – dijo el del medio mientras abrasaba a slender. En verdad los 2 estaban felices por saber que su hermano si no salía de su caparazón alguien se encargaría de romperlo en mil pedazos.
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Mientras tanto en otro rincón del bosque se encontraba cierto asesino el cual estaba feliz por encontrar su cuchillo. Maldiciendo internamente a Slender ya que gracias a él se había perdido en el bosque y solo se había salvado gracias a que una especie de zorro negro y azul le había dado barias piezas de fruta y le había mostrado el camino.
- matar, matar, matar, matar, matar... – decía Jeff como si fuera algún tipo de mantra.
- Por-forfavor, ten-pi-piedad. – escucho Jeff decir a algún adulto por las cercanías y se dirigió corriendo hasta ese lugar.
Era un pueblo desierto, o eso diría fácilmente si es que no tuviera más hoyos que el queso que aparece en las caricaturas. Pero lo importante no era el paisaje, sino las 2 personas, una parecía estar torturando a la otra. La víctima no se movía más que para suplicar su perdón, mientras que el atacante el cual parecía disfrutar aquello le desgarraba poco a poco las piernas, dejando marcas demasiado profundas a su paso, de sus piernas paso sus brazos, quitándole una a una las uñas, pero parecía que no importara cuánta sangre saliera del cuerpo del aquel tipo este seguía vivo.
- ¿Porque pones esa cara? ¿que acaso no es divertido? Dime si no es divertido. – dijo el atacante. A lo cual solo recibió un grito de dolor debido a que le había roto un hueso.
Jeff estaba asombrado. Su piel se erizaba y aunque le faltaba algo de gracia debía admitir que parecía bastante interesante. Siguió observando como el asesino abría el abdomen del sujeto dejando que infinidad de arañas y hormigas de los alrededores entraran en un desfile que parecía sin fin. Cosiéndolo después de que el ultimo animal entrara.
- Ven y no temas, la oscuridad no es tan mala, - dijo en un tono juguetón. – no tanto como el estar solo, je ve el lado bueno al menos serás acompañado por muchos amiguitos, y les aras un bien aun mayor que en vida. – dijo el asesino al tiempo que lo acaraba del cuello y lo dejaba caer dentro de unos de los agujeros, terminando así su juego.
Jeff estaba impresionado, el había matado a muchas personas antes, muy a su modo pero nunca se había sentido así antes al hacer sus obras maestras. Estaba emocionado, temblando, deseoso de acompañar al responsable y jugar junto a él su juego sangriento. El causante de todo eso miro directamente a Jeff asiendo que este solo quisiera acompañarlo enseñarle y que él le enseñara.
Jeff miro más atentamente al sujeto al mismo tiempo que este le examinaba y se le acercara. Los 2 tenían la piel blanca, el pelo negro como la noche y muchísima sangre en sus ropas, los dos por motivos diferentes que desconocía el otro y sin embargo los 2 sonreían. Pero había pequeñas diferencias como el color de los labios y las ropas. Además de la singular nariz de payaso que tenia uno de ellos. El de los labios de azabache solo poso una mano sobre la cabeza del otro, en señal de paz.
- niño no deberías de esforzarte demasiado o las heridas que tienes se te abrirán. – a Jeff no le importaba eso, sus heridas estaban tratadas bastante bien y aunque ignorara quien fue el que lo curo no le importaba.
- No soy un niño y se cuidarme solo. – dijo Jeff quitándole importancia.
- Claaaaro, como digas – dijo tocando se la nariz asiéndola más larga y más pequeña a su antojo. – pero recuerda que no hay razón del porque algo no tenga que ser color de rosa. – dijo al momento que le entregaba una bolsa con algunos dulces y jugos. – y que la forma de conseguirlo es mas fácil de lo que parece. – al momento el mayor de los 2 desapareció dejando al menor impresionado. Y eso era algo difícil de conseguir...