POV Taehyung
Luego de aquella discusión completamente inútil con el profesor Sprout o como sea que se llame, me dirigí a paso lento hacia la oficina del director Byun.
Creo que este camino podría hacerlo con los ojos cerrados o mi cuerpo anestesiado. En lo que llevaba en esta escuela, recorrí más veces su oficina que mi salón de clases, hasta podría considerar esa pequeña sala con escritorio como mi segundo hogar.
Finalmente, llegué a la dichosa sala .La secretaria del director, quien era una señorita muy bella en sus treinta años de edad, me esperaba con su expresión de “Otra vez aquí ?” a lo que yo sin formular palabra alguna solo asentí. Ella muy amablemente me acompaño hasta la puerta de la oficina y yo solo entré.
Al ser tan común mi presencia allí, solo ingresaba a la oficina como si fuera mi habitación.
- Sandara, solo deja el café y chequea el papeleo del alumno nuevo, el chico llegará mañana y quiero todo en perfectas condiciones – dijo sin levantar la vista de su computador. Conociendo al señor Byun, debería estar jugando al solitario spider. Sí que este hombre la pasa mal.
- No soy Sandara, soy Taehyung– al escuchar mi nombre, levantó su cabeza y acomodó sus lentes con el dedo índice. Me indico con una mano a que tomara asiento, a lo cual yo realice dicha acción.
- Taehyung, que pasó ahora? - pregunto de forma cansadora. Sé que yo era una molestia en su oficina casi todos los días y no solo una vez al día, sin mencionar el hecho de que mi comportamiento bajaba los niveles escolares, pero claro. Siendo el sobrino del director, él no me expulsaría jamás, aparte mi papá lo mataría si así lo hiciera.
- Lo de siempre, llegué tarde y el profesor nuevo se enojó como si fuera un crimen – Yo no le daba importancia a mis palabras, al hablar con un familiar, no debería tratarlo como si fuera la máxima autoridad aquí, eso era para los nerds.
Los pobres chicos eran tan ilusos, nunca me interesaron. Se preocupaban tanto por las buenas notas y el buen comportamiento que no disfrutaban de la adolescencia. Eran aquellas personas que con solo verlas me daban repugnancia, siempre derrochando y compitiendo solo por dieces. Idiotas.
-En fin - volví a hablar – solo vine a decirte que no tomaré el resto de las clases y me iré a casa, llámalo a papá y házle saber, no creo que tu hermano se enoje porque a su único hijo mimado le pase algo en la calle – dije en tono de burla, algo que molestaba a mi tío en demasía.
- Ai, Taehyung, que haré contigo – levanté mis hombros en señal de que no me importaba lo que hiciera, a lo que mi tío largó un gran suspiro – Esta bien, vete, pero prométeme una cosa. No importa que tan tarde llegues, no quiero que te largues así como si nada, soy el director, respétame como uno – su temperamento salió a flote, el pobre tenía un carácter algo testarudo y lograba fastidiarse rápido.
- Si, si, lo prometo - hice un mohín con mi mano – ahora me puedo ir? – solo asintió. Yo me levante dirigiéndome a la puerta, pero antes de irme le recordé algo – Llámalo a papá, no te olvides – dicho eso, tome el picaporte y salí de allí lo más rápido que pude.
Al pasar por donde está la secretaria hice una pequeña reverencia y tomé el camino por el gran pasillo hacia la salida. - Al fin aire libre y fuera de esa cárcel – susurré.
Realmente no sabía porque me había ido, pero desde que me enteré en una cena familiar que el pequeño Jungkook, el nerd más grande de la escuela sería mi compañero de clases, no quería ni entrar a ese curso. Ya bastante tenía con su amigo Jimin.
Aunque el pelinegro no era un nerd, más bien todo lo contrario, nunca nos llevamos bien y tener a dos imbéciles en mi curso, sería agotador.
Con solo ver una mano levantada a Jungkook para responder alguna pregunta totalmente tonta que haga el profesor me iba hacer querer cortarle los dedos.
Paciencia, eso necesitaba.
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Ya en casa, (la cual tenía toda para mí porque papá trabajaba hasta tarde) deposité la mochila sobre el perchero al comienzo del living y viaje por la casa instalándome en la cocina listo para atacar la heladera. Saque un poco de pan integral, queso, salame y me prepare dos sándwiches, dejándolos en la esquina de la pequeña mesa .El hambre que tenia era voraz, desde la mañana estuve sin desyunar.
Mientras almorzaba tomé mi celular, buscando en los contactos favoritos para llamar a un amigo.
-Si? – se escuchó del otro lado de la línea una voz algo grave. Mi voz era más grave aun
-Nam joon ?, soy yo, Taehyung. Que estas haciendo? – pregunté
Nam Joon era mayor que yo por un año, pero nos llevábamos realmente bien, él se mudó a un barrio solo a unos minutos que el mío cuando tenía 11 años, pero no le dimos importancia a la distancia, la amistad siguió.
-Taehyung? Ah si, tu. Nada, solo trabajando, quieres que nos juntemos? Estoy libre en media hora… oh, espera. Tu no deberías estar en el instituto? –Preguntó - No me digas que otra vez lo mismo.
-Me encantaría que nos juntáramos, pero hoy no puedo, decidí salir al centro solo a dar unas vueltas en el skate – Aunque amara salir con Nam Joon porque era realmente divertido, el skate era mi primera pasión. Esa tabla con ruedas me sacaba todo el stress – Pero qué tal si salimos mañana? – volví a hablar.
-No omitas mi pregunta y ok, mañana salimos –
-Metete en tus asuntos, ya conoces como soy y como es mi tío. Hace cualquier cosa por su hermana, así que no estoy en problemas en absoluto – En lo que paso de la charla había comido un sándwich sin darme cuenta.
-Como digas pequeñin, pero pórtate bien, es tu último año y... ah, lo que me contaste del nerd, solo omítelo, que no te gane tu odio hacia ellos – me aconsejó
-Gracias hyung, debo colgar y nos veremos mañana. En la plaza del centro, recuerda – y colgué.
Me termine el sándwich que quedaba a una gran velocidad. Subí a mi habitación para cambiar mi ropa por unos pantalones angostos negros, una remera ancha y una converse rojas. Sacándome ese horrendo uniforme con el que en esta estación del año, el verano, me moría de calor.
Una vez cambiado, bajé con prisa, tomé mi skate y las llaves de casa saliendo de allí.
Ya fuera de la misma, prácticamente salté a mi tabla y doblé en la primera esquina. Conocía el camino hacia las rampas de memoria. Por lo que llegue en pocos minutos y comenzó a disfrutar de aquel lugar. Era una pequeña plaza con 4 rampas de skateboarding donde varios chicos se juntaban los fines de semana a mostrar sus habilidades y otros, bueno, otros solo apenas sabían montarse.
Desde pequeño me gusto ese deporte, si es que podía llamarlo así.
Cuando la perra de mi madre nos abandonó a mi edad de 8 años, usé eso como escape para mi mente y siempre ha sido sino importa que tan triste, feliz o estresado (como lo estaba hoy) esté. Andar en skate despejaba mi mente de un modo grandioso.
El aire libre, la velocidad, esa pequeña adrenalina que me recorría era lo que más me encantaba.
Ya habían pasado varias horas al parecer y estaba anocheciendo, así que decidí volver a casa.
Al llegar, mi padre ya se encontraba acomodando los cubiertos en la mesa. Cuando escuchó el ruido de la llave en la cerradura y que la puerta se abría. Alzo la mirada y cuando me vio se acercó de forma cariñosa para abrazarme.
-Oh,Taehyungie, estas aquí .Es tarde hijo, son cerca de las 20.30– se soltó del abrazo y me dio una palmada en la espalda – tu tío me llamó diciendo que te irías de clases, algo ha pasado? - Volvió a hablar. Su voz sonó preocupada. Yo negué con la cabeza tomando sus manos y alejándolas de mi cara.
Desde que estamos solos, el se desvive por mí. Sabe que en el colegio no soy un niño prodigio, pero con verme feliz a mí, el también lo es. Solo le interesa que viva libre, tenga buenas amistades y me gradúe.
Yo, que podría decir de mi padre, Daehyun es el mejor, lo amo con todo mi ser, no sé qué haría si algo le pasara.
Aunque me cueste admitirlo, soy alguien un poco sensible saben, mi padre es el único en sacar ese lado mío y el único que realmente podría dañarme, no creo que alguien más lo haga jamás.
Ni siquiera mi madre, al abandonarme por su amante y nueva familia, logró sacar una lágrima en mí, pero en Daehyun, no puedo decir lo mismo. Mi padre quedó devastado, realmente aun la ama.
- Si, eeem, acerca de eso –Comencé diciendo en forma dudosa, dejando mi tabla al lado de la puerta - solo discutí con un profesor nuevo, pero el viejo parece loco. Me gritó porque había llegado tarde – El me miraba como comprendiendo todo – y me mando a lo del tío – Se cruzó de brazos y yo sabía porque - bueno, a lo del director – me corregí y los bajó poniéndolos al lado del cuerpo. Giró sobre sus talones indicándome con una mano que me sentara para cenar.
-Hijo, sabes que debes ser cuidadoso, que tu tío sea director no garantiza nada. Trata de no meterte en problemas este año – Levanté una de mis cejas dándole a entender que eso no pasaría - o mejor dicho, no demasiados – Dijo sentándose en el otro extremo de la pequeña mesa poniendo un poco de sopa en dos platos, pasándome uno a mí.
La cena trascurrió de forma tranquila, papá me conto acerca de su día de trabajo y los pacientes que tuvo , era médico y muchas veces tenia guardias hasta muy tarde o las emergencias la hacían levantarse en plena madrugada para cumplir su labor.
Me preguntó acerca de mis compañeros pero no había mucho que contar ya que no llegué a hablar con ellos, o mejor dicho, verles las caras.
Le ayudé a levantar la mesa y lavar los trastos sucios (no era demasiada ayuda porque solo eran dos platos, cubiertos, dos vasos y una jarra de jugo).El se dirigió al living a leer una de sus novelas favoritas y yo, para no molestar; camine hasta el baño para cepillar mis dientes y subí a mi pequeña habitación.
Aquella habitación era algo desordenada y simple. Yacía una cama de madera en el centro, un ropero del mismo material sobre la pared del lado derecho, una pequeña mesita de modular en la izquierda. Todo siendo adornado porque unas paredes blancas cubiertas de posters de los mejores skaters del mundo. Quizás debería mencionar que también allí se encontraba un poco de ropa tirada y snacks que comía cuando no quería salir de allí o el hambre volvía a atacar de madrugada.
Al ingresar, prendí la luz tocando el interruptor que estaba al lado de la puerta, viajé por la misma hasta el ropero y saqué una remera vieja para dormir sin mangas, tirándola en el borde de la cama. Me quité la ropa que tenía puesta haciéndole un bollo y echándola en el cesto de ropa sucia que se encontraba en una esquina de mi habitación, quedándome solo en bóxer.
Miré mi abdomen plano “¿Debería hacer ejercicios?” por supuesto que no, así estoy bien” pensé.
Me coloque la remera vieja, fui hasta el interruptor de la luz, apagándolo y me lancé en la cama pesadamente.
Había sido un día largo, y aún quedaba mucho más con que lidiar. Nunca me escapé tanto de mis problemas, pero era la primera vez que un sabelotodo compartía el año entero conmigo.
Girándome sobre mi costado derecho, analicé la situación escolar en la que me encontraba. El sueño estaba subiendo por mi cuerpo y mis parpados se cerraban del cansancio. – Solo ignóralo y todo saldrá bien, el chico no querrá acercarse a ti .Jimin se lo impedirá – me dije a mi mismo reconfortándome con eso.
Finalmente el cansancio me venció quedándome dormido. Mañana sería un nuevo día. Mi stress ya estaba fuera y mis pensamientos limpios. No había de que preocuparse.
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POV Jungkook
-Gracias y te odio Jimin, pero por Taehyung, debo hacerlo - Dije hablando solo.
Necesitaba hablar con Jimin acerca de esto, mi mente aun no lo procesaba, pero no me preocuparía todavía, se lo diría luego de bañarme o tal vez mañana. Hoy no cenaría, se me había quitado el hambre.
Disfrutaba de no tener deberes para realizar por hoy, pero debía practicar para canto si quería aprobar la audición para ser la voz principal, eso contentaría a mis padres seguramente.
Yo no era un nerd nato, como suelo decir, mis padres siempre me impulsaron a ser el mejor.
Ellos eran unos grandes empresarios que viajaban por el mundo la mayor parte del tiempo y como único hijo siempre me dijeron que su heredero debía ser alguien que de honor a la familia y a la sociedad.
Mis padres encontraban el estudio muy importante, por lo que siempre me ayudaron en mis deberes y me enseñaron la responsabilidad de llevar una familia o un buen empleo adelante diciendo que sin estudio eso no podría ser posible.
A veces recuerdo cuando de niño me llevaban al trabajo para que vea mi futuro. No era el que yo soñaba, pero era el que ellos querían para mí, y yo quería verlos felices por lo que nunca daba un “no” como respuesta.
Siempre reproche no tener la misma libertad que mis amigos, pero nunca se los diría a mis padres. Ellos se desvivían por mí, a su forma, pero lo hacían. Así que se los debía, supongo.
Alejando esos pensamientos, me adentré al baño que tenía en mi propia suite, o habitación, como yo prefería decirle.
Lo primero que hice fue dirigirme al fondo del baño (el cual tenía el tamaño de una habitación de una casa normal) y encender el grifo de agua caliente para llenar la bañera.
Salí de allí dirigiéndome al vestidor que el mismo cuarto de baño tenía donde se encontraban las toallas, batas, ropa interior y pijamas que nuestra ama de llaves Minzy nos dejaba planchados y limpios todos los días. Tome una toalla, un bóxer y el pijama de verano que consistía en un short y una musculosa.
El baño era un cuarto de azulejos azules y blancos con un gran tocador adornado con un espejo de forma rectangular donde se podrían mirar 4 personas tranquilamente. En la parte trasera se hallaban el inodoro y el vidette.
Pasando la segunda puerta dentro del mismo baño estaba dicho vestidor y a su izquierda la gran bañera. Oh, casi olvido mencionar que en el techo se encuentra un enorme aire acondicionado frio/calor y el suelo es térmico.
Finalmente, cerré el grifo ya que la bañera estaba casi llena, me desvestí dejando el uniforme en el cesto de ropa sucia y me adentre al agua recostándome en dicha bañera.
Mis músculos se relajaron por completo y el cansancio pareció ser llevado por el agua.
Comencé a lavar mi cuerpo y mi cabello con shampoo y enjuague que en su interior traían un colorante rojizo, ya que solía cambiar mi color de cabello a rojizo cuando no lo usaba de forma natural, negro.
Pasados unos 15 minutos, salí colocándome la toalla alrededor de la cintura. Agarré la ropa interior y el pijama para dirigirme a la parte del tocador donde me cambie y peine listo para dormir.
Ya en mi habitación, me recosté en mi somier. Estiré mi mano y tomé el teléfono que se encontraba en la mesa de luz junto a mi cama para llamar a mi amigo Jimin, pero mientras marcaba los primeros números (conocía su número telefónico de memoria) alguien llamó a mi puerta haciéndome dejar el teléfono reposar.
-Quién es? – Pregunté en voz un poco alta mientras me cubría con las sabanas
-Hijo, soy yo, tu madre – Habló- quería saber si te encontrabas bien, con tu padre nos preocupamos ya que no has bajado a cenar ni nos saludaste cuando habías llegado, solo corriste hasta aquí – Si claro, “preocupados”. Ellos eran padres geniales, pero no de forma natural. A veces su sobreprotección era asfixiante.
-Si madre, estoy bien, solo que algo cansado. Vete ya, estaba por llamar a Jimin – Aunque se encuentre del otro lado de la puerta, no me gustaba que oyera mis conversaciones. Mi habitación era el único lugar donde no ingresaban a molestarme y sobreprotegerme.
-Seguro? Cualquier cosa llama a mami que ella vendrá. Adiós bebé, descansa….y oh, antes que lo olvide, mañana llega tu primo a primera hora, lo iremos a buscar todos, así que alístate. – Se escucharon sus pasos alejándose de la puerta hasta que se hicieron inaudibles.
Yoongi vendría mañana? Cierto que hasta se lo dije a Jimin, lo había olvidado por completo. Debería decirle a Minzy que prepare la habitación extra para él. Pero de eso me encargaría a primera hora del amanecer, hoy tengo otros asuntos.
Volví a tomar el teléfono, marque el número y espere que alguien atendiera del otro lado de la línea. Esos “pi…pi…pi” me estaban poniendo nervioso. ¿Dónde estás Jimin? Contesta.
Diga?...si eres Jungkook te diré que no voy a cambiar de opinión acerca de lo que te pedí – wow, sí que mi amigo me conocía.
-Por favor Min, no quiero hacerlo. El chico va a decir que no y quedaré humillado de forma permanente – le rogué del otro lado de la línea. Hasta hice un puchero ,pero me abofetee mentalmente cuando entendí que no podía verme. El nerd es algo tonto, también.
-Vamos Kook, solo dile ¿Quieres venir a la fiesta de bienvenida de mi primo? Con algo de aegyo y el chico cederá. No es tanto pedir. Aparte recuerda, es solo que lo invitamos por consideración, ni que importe – “Pero a mi me importa, idiota”
-Pero no entiendes? Si es que odia a los nerds, me dejará un ojo morado si es que hago aegyo. Le doy asco, entiéndelo.
-Bueno, entonces sin aegyo asi no hay nada morado. Pero no lo sé, búscate algo, ya aceptaste así que nooo eees miii probleeema –canturreó las últimas cuatro palabras y colgó –
-Min? Estas ahí? – Fue inútil, nadie respondía, ni una respiración se oía – Maldito tonto – repliqué de mal humor . Coloqué el teléfono en reposo de forma brusca y apoyé la cabeza en la almohada intentando meditar otra vez mis opciones nulas.
Di dos aplausos lo cual hizo que las luces se apagaran y me recosté sobre mi lado izquierdo mirando el ventanal que mostraba el bello cielo estrellado. Esa noche me costó conciliar el sueño.
Mi mente viajaba por la pesadilla que sería decirle a Taehyung que venga a mi fiesta y las burlas que recibiría cuando se niegue, sin mencionar que Yoongi llegaría a las 7 a.m y debía recibirlo con mis padres. Dejándome solo unas pocas horas para dormir.
Si no me levantaba zombie, era un milagro.