POV JUNGKOOK
Eran las 7.30 de la mañana y con mi padre nos encontrábamos en el aeropuerto esperando la llegada de Yoongi .
Yo tenía un sueño que me dormía parado y ni siquiera el entusiasmo por ver a mi primo lograba hacerlo desaparecer mientras que mi padre solo chequeaba la hora en sus celular porque a las 8.am yo estaría tomando la primera clase en el instituto y el en sus empresa, ya que hoy tenían una reunión importante, o eso dijeron a la mañana antes de que mamá parta al trabajo.
Cerca de las 7.45 a.m vimos asomarse por una de las grandes puertas a un chico de tez pálida, con cabellos castaño/cobrizo quien pasaba el metro con setenta centímetros. Sus delgadas piernas estaban cubiertas por un pantalón de jean angosto, mientras que su delgaducho torso era oculto por una ancha remera que solo dejaba entrever su clavícula y sus delgadísimos y blanquecinos brazos.
En su expresión se notaba el esfuerzo que tenía por llevar aquellas maletas. Creo que había traído una casa allí adentro. Guiándome por su equipaje, era imposible descifrar si solo venía un año o se quedaba a vivir en nuestro hogar para siempre.
Mi padre se acercó cargando dos de las tres maletas más pesadas y yo solo fuí a saludar.
-Primoo!– grité y me lancé hacia él enrollándolo por los hombros en un fuerte abrazo. –Ya estás aquí, es bueno verte – lo apretujaba tanto que sentía que su cabeza saldría disparada como cuando un niño abraza un muñeco
-Que me ahogas Kook, ya suéltame – decía intentando zafarse de mi abrazo, pero como yo era más fuerte, era dificultoso – La gente mira raro – repuso. Y era cierto, sus miradas curiosas se plantaron en nosotros. ¿Por qué no se meten en sus asuntos? Ni que en toda su vida no hayan visto a alguien abrazado con un primo.
-Hey, ustedes dos, apúrense - habló mi padre haciéndonos romper contacto alguno – deben de estar en la escuela en 10 minutos y como es el primer día para él – señalo a Yoongi con su mano derecha – no queremos que deje una mala impresión, verdad? – preguntó a lo que su sobrino solo asintió enérgicamente.
Ya nos dirigíamos a la salida por lo que mi padre le hizo una señal a nuestro chofer personal, el señor Jaejoong, para qué abra el maletero así guardaba las valijas. Mientras todo era acomodado con sumo cuidado, Yoongi, mi padre y yo ingresamos al coche, acomodándonos en los asientos traseros y poniendo nuestro respectivo cinturón de seguridad.
Papá era de pocas palabras, así que no se me hizo extraño que no dedique ningún saludo cariñoso o palabras de afecto a su sobrino. Ellos se entendían así de forma perfecta. Yo sé que en el fondo de sus corazones se apreciaban, pero eran algo fríos, ambos
Una vez todo acomodado y con el coche en marcha. Jaejoong solo preguntó dónde nos dirigiríamos primero. Mi padre le indicó que lo dejara en su oficina y luego nos dejara en la escuela. También habló algo más de lo que debería hacer Minzy con el equipaje y la habitación para Yoonginie. No escuché con demasiada atención porque mi mente estaba viajando al mundo de los sueños.
------------------------------------------------------------------
- Hey, despierta ya – podía sentir una mano dando palmadas en mi espalda. Con un movimiento la aparte y volví a dormir – Vamos Kookie, debemos entrar a clases, ya está por tocar el timbre – cuando escuché eso mis ojos se abrieron de golpe, yo me levanté del asiento trasero del auto dándome la cabeza con el techo – Te encuentras bien? – habló el castaño.
- Eeeeh, creo que si – dije tocándome la zona afectada para calmar el dolor. Un pequeño moretón saldría allí los próximos días – Cuanto dormí? – Jaejoong nos abrió la puerta trasera entregándonos nuestras respectivas mochilas a cada uno – Y esto? – la tomé acomodándola en mi hombro izquierdo. No recordaba que saliéramos de casa con las mochilas listas.
- Es que mientras dormías pasamos por tu, bueno, nuestra casa y Minzy nos dió ambas mochilas con las cosas que necesitábamos – me explicaba mi primo ya que yo estaba desorientado ¿Acaso había dormido tanto? – En fin, entremos que se nos hará tarde – Bajamos del coche, hice una reverencia hacia Jaejoong (Yoongi le estrechó la mano, a él no le gustaban las formalidades) y nos dispusimos a entrar.
Una vez dentro, el gran pasillo que dirigía hacia las aulas, baños, comedor y oficina del director estaba desierto. De seguro los alumnos se encontraban ya en sus cursos esperando la llegada de los profesores para comenzar dichas clases.
Me despedí del castaño tomando una curva hacia la derecha para llegar a la clase de Literatura con el señor Do, mientras que mi primo iría a la oficina del director para charlar sobre las clases que tomaría y los nuevos horarios.
Yoongi no cursaría las clases con Jimin o conmigo ya que él era mayor que nosotros. Se encontraría en el edificio de los universitarios tomando la carrera de Abogacía. Por lo que eso nos dejaba tiempo para juntarnos en los almuerzos solo por 10 minutos .
A cambio de Hoseok, él se quedaría en nuestra casa y no en los dormitorios de la universidad, puesto a que mis padres pidieron que lo tomen como estudiante de intercambio solo por este año.
Sabía que los padres de Yoongi tenían una vida muy similar a la mía, ambos eran empresarios como mis padres y viajaban bastante, pero aun no descubrí la verdadera razón por la cual el decidió transferirse a el pequeño barrio rico de Seúl.
Recuerdo que siempre se quejó diciendo que las pequeñas mansiones y barrios supervisados todo el tiempo no eran su estilo, pero algo lo trajo hasta aquí. Sé que todavía no es momento de preguntar, pero algún día lo hare, solo para sacarme esta pequeña duda de encima.
-----------------------------------------------------------------
La clase de literatura no comenzó tan bien como esperaba. El profesor Do me regañó por haber llegado tarde a su clase, aunque cuando me dejo hablar para que le dé una explicación de lo sucedido, paso de su ceño fruncido a uno más relajado diciendo que entendía mi situación y que no se vuelva a repetir.
El profesor me alcanzó el libro que deberíamos leer este año y me indicó que tomara asiento. Yo me dirigí de forma rápida junto a Jimin, acomodando el libro que me dio el profesor sobre el pupitre dispuesto a leer.
-¿Por qué no me dijiste que Yoongi llegaría esta mañana?– susurró el pelinegro sin levantar la mirada del libro que estaba sobre su pupitre, fingiendo que leía – Te hubiera acompañado si así lo preferías.
-Lo habría hecho – repliqué levantando un poco la voz– pero alguien cortó del otro lado de la línea dejándome hablando solo –cerré el libro de un golpe y giré mi cabeza para verlo de frente.
-¿Cómo iba a saber que querías hablarme de eso si te estuviste quejando de Taehyung una y otra vez? – El pelinegro realizó la misma acción que yo, dejándonos enfrentados – Igual no te preocupes – dijo volviendo a mirar el libro – parece que hoy tampoco ha venido – en cuanto dijo aquello. Mi mirada se fijó en el último pupitre. Vacío
Un pequeño dolor asomó por mi pecho, oprimiéndolo. Estaba triste, pero no podía mostrarme así. Eso llevaría a que Jimin preguntara porque mi falta de humor, y debería contarle todo. No estaba listo ni hoy, ni mañana, ni nunca para decírselo.
-Oh, entonces este es mi día !– mi voz sonó con un entusiasmo más que fingido.
El timbre sonó dando por finalizada la clase de literatura finalizó dejándonos montañas de tarea. De cierta forma, lo esperaba. El profesor Do nos exigía más de los que podíamos dar, pero su forma de aprendizaje ya era costumbre para mí. El dicto mis clases por años.
Era la hora del almuerzo. Nos dirigimos a la cafetería para juntarnos con nuestros amigos, llenar nuestros estómagos y vaciar la mente de forma temporal hasta la siguiente clase.
Estábamos sentados bajo el aire acondicionado. Por primera vez en largo tiempo pudimos encontrar un lugar privilegiado (siempre nos tocaba la mesa ubicada al final de la cafetería). El aire fresco se filtraba por nuestros uniformes llevándose consigo el sudor y la sensación de calor abrasador.
Hoseok había llegado minutos después ocupando un asiento junto a Jimin. Nos explicó que Jin llegaría en días (Justo para nuestra fiesta).
El almuerzo trascurría tranquilo. Mis amigos habían comenzado con sus bromas habituales, mejor dicho, el mayor solo bromeaba mientras que el pelinegro lo empujaba diciéndole que no era gracioso y que nadie se les acercaría si pensaban mal de ellos.
Yo solo reía y comía mi emparedado de jamón y queso habitual cuando a lo lejos mis ojos me jugaron una mala pasada, o eso quise creer.
Casi me atraganto, pude sentir como la comida subía por mi laringe.
¿Eran Yoongi y Taehyung? Imposible. Yoongi no conocía a nadie excepto a Hoseok, Jimin y yo. Aparte Taehyung no había asistido a clases.
Intente convencerme de que mis ojos me estaban jugando una mala pasada .No podía quitar la mirada de allí. Ellos estaban parados en la fila del almuerzo hablando y esperen, ¡¿Hablando?! Y no solo eso, también ¡¿reían?! Quisiera tener miopía en estos momentos para no ver de lejos.
Los observaba en sobremanera, si mis ojos tuvieran rayos laser ambos arderían en llamas.
No lo podía creer, Taehyung lo violaba con la mirada a mi primo. ¿Acaso le gustaba? Podía notar que cuando Yoongi hablaba, Taehyung miraba sus labios y luego subía a sus ojos, penetrándolos.
Esa mirada, era la que siempre soñé que pose en mí. No solo que no lo hacía en mí, sino que lo hacía en MI primo.
De repente se me quito el hambre. La misma sensación que tuve cuando el asiento de Taehyung se encontraba vacío se volvió a asomar pero de forma desgarradora. Quería escapar de allí, pero no podía, claro que no.
Mis amigos que hablaban y reían animadamente fijaron la vista en mí y por lo que se les notaba, su mirada no era de alegría, sino de preocupación.
-Qué ocurre? – preguntó Hoseok. Su voz sonaba ajena, como si estuviera bajo el agua. No me sentía bien en absoluto.
-Te encuentras bien? – habló esta vez Jimin – A quien le tiras esos rayos laser? – yo no respondí, no podía quitar mi vista de ellos.
Jimin y Hoseok no entendían absolutamente nada, sin mencionar que el mayor, aun no sabía que Yoongi se había transferido aquí o que le haríamos una fiesta de bienvenida.
Pero la primera sorpresa fue revelada cuando siguió con sus ojos hacia donde se dirigían los míos y allí lo vió.
-Ese es Yoongi?¿ Qué hace aquí y hablando con Taehyung? – Bingo.
-No te dijimos aún, pero el primo de nuestro pequeño Kookieto se trasfirió a la universidad – Jimin comentaba con entusiasmo, yo seguía hipnotizado en los otros dos – No solo eso, también va a vivir con los Jeon tooodo el año – finalizó
-Oh, ahora entiendo. Jungkook está así porque no quiere que su primo se junte con alguien como “el chico malo”, Verdad? – su pregunta hizo posar mi mirada en ellos.
-Sí, es eso – La voz se me quebrara por lo que solo terminé asintiendo.
El almuerzo nunca había sido tan largo. Estábamos solo a la mitad del mismo y yo sentía como si fueran horas.
Solo quería que la campana volviera a sonar, para dirigirme a la clase de deportes y sudar hasta olvidar este sentimiento. También podría desquitarme un poco con la pelota.
Jimin y Hoseok habían vuelto a tontear entre ellos y yo solo fingía una risa, para no preocuparlos más de lo ya lo había hecho. Cuando sentí una mano posarse en mi hombro, provocando un pequeño escalofríos. Era yoongi.
-Con que aquí estas, te busqué pero no logré encontrarte – Sí, claro – Eeem, hola chicos. Ya sabían que llegaría hoy, verdad? – tomó una silla la mesa de al lado y la ubicó al lado mío, sentándose allí.
-Sí, lo sabían – hablé yo – Yoongi, tú conoces al chico de cabellos naranja? –No pude evitar no preguntarlo, la duda me carcomía la mente como si tuviera un pájaro carpintero sobre mi sien.
-Hablas de Hyungie? Es un chico asombroso. Lo conocí hoy, me agrada – Hyungie? Desde cuando usaban esa clase de apodos? – Igual creo que no le caes muy bien, cuando le comenté que te buscaba preguntó porque quería hablar contigo, pero no pude explicarle porque huyó –dijo mientras comía una manzana y sorbía un poco de su jugo.
-Sí, es que no soporta a los nerds – apoyé mi codo derecho sobre la mesa, apoyando la barbilla en dicha mano. Debo admitir, que estaba algo cabizbajo – Igual no te preocupes, se ve que tú le caes muy bien – finalicé con cierto veneno en mis últimas palabras
Sé que no debía tratar de mala forma a mi primo, él no tenía la culpa de tener el atractivo que a Taehyung o “Hyungie” solía gustarle.
Antes Yoongi era un chico frio, poco hablador. Pero hoy, demostró todo lo contrario, quizás cambió este último tiempo que no nos vimos.
Pensé que dar la noticia acerca de la fiesta que íbamos a realizar sería una excelente idea, claro está, Jimin explicaría todo, ya que fue su idea, no mía.
-Min- el pelinegro reía sobre algo que dijo Hoseok. Me miró – Creo que debes dar la gran noticia ya que estamos todos aquí-
-Claro – asintió – Queridos amigos y futuro amigo Yoongi – frotaba sus manos como si estuviera algo nervioso – Iré al grano. Daremos una fiesta este fin de semana en la casa de Kookie para darle la bienvenida a este chico de aquí – señalo con el dedo índice al mayor de todos -
-Cómo?- hablo el castaño – No me dijeron nada. Ya debo arreglarme para las chicas y chicos que quieran esto – sentenció acomodando su pelo y la chaqueta del uniforme. Nosotros rodamos los ojos.
-Me parece bien, pero no conozco a nadie aquí – dijo el futuro anfitrión –
-No te preocupes, nosotros nos encargaremos que lo hagas – el pelinegro se veía entusiasmado. Si esta fiesta funcionaba, se llevaría todo el crédito – Aparte – replicó – por lo visto, socializas bien.
Sabía a qué se refería. Hice oídos sordos.
-Podemos invitar a Hyungie? – preguntó Yoongi dejándonos a todos sorprendidos. Intercambiamos miradas cómplices.
-S..sí claro –tartamudeó el pelinegro – Pero eso lo hará el pequeño de aquí – estiró su mano izquierda dirigiéndola a mi hombro para darle un apretujón. Yo solo largué un gran suspiro.
La campana sonó dando finalizado el almuerzo, cual sentí eterno. No recuperé mi cordura. Mi mente ahora viajaba en cómo le diría a Taehyung que venga a la fiesta de mi primo.
Intenté convencer a Jimin que deje a Yoongi que se lo dijera, pero el pelinegro se negó.
Nos despedimos de los mayores y nos dirigimos a los vestuarios, cambiando nuestros calurosos uniformes por la ropa que necesitábamos para la siguiente clase, deporte.
Cada semana variábamos el deporte que hacíamos. Esta clase nos tocaba futbol, mi segundo deporte favorito.
El profesor nos separó en equipo de a dos para practicar los pases, y como la suerte no estaba de mi lado. No tuve mejor compañero que Taehyung.
Cuando el profesor anunció nuestro equipo pude notar las miradas de nuestros compañeros en mi espalda. Seguro se preguntarían si Taehyung me mataría a pelotazos. Dado que su conducta y el amor que me tenía era sabido por todos.
Pero no. La clase trascurrió tranquila. Ambos nos ignoramos y mi molestia fue desquitada cuando metí dos goles luego de la práctica mientras jugábamos futbol entre todos.
El profesor Xiao hizo sonar su silbato dando por finalizado el partido y así la clase de deportes.
Nos despedimos haciendo una reverencia y con la noticia de que tendríamos un torneo intercolegial con algunos chicos de otros estados. Así que debíamos practicar.
Una vez en los vestuarios, me dí una ducha rápida para quitar el sudor y medité acerca de lo que debería hacer. Tomaría el coraje y le diría a Taehyung hoy mismo lo de la fiesta.
Mi corazón comenzó a latir igual que el corazón de un colibrí. Sentía el nerviosismo correr por mis venas junto con la ansiedad. Si le decía que era una fiesta para Yoongi, seguro que asistiría.
Me terminé de duchar y volver a poner el uniforme velozmente. Salí de los vestuarios buscando con mi rango visual a Taehyung. Lo encontré. Estaba dirigiéndose al gran pasillo para marcharse a su casa, dado que no teníamos más clases porque la profesora de arte estaba de licencia y no vendría en meses o en todo el año.
Corrí hasta alcanzarlo y lo tomé por el hombre haciendo que se volteara.
-Taehyung – hablé. Mi voz sonaba cansada dado que después del futbol y esta pequeña carrerita mis pulmones quemaban - Qu…quería invit..tarte aunafiestaqueharéenmicasaestefindesemana – escupí.
Taehyung se sorprendió. Con una manó soltó mi agarre (no había notado que aún lo tenía por el hombro) – Que dijiste? No te entendí nada – habló. Su voz era hermosa, me hipnotizaba – Vamos, habla –
Algunos alumnos comenzaron a rodear el pasillo para escuchar nuestra pequeña conversación.
-Solo quería invitarte a una fiesta que haré este fin de semana – sentí como me relajaba. Ya lo había dicho – el pelinaranja rió sarcásticamente antes de hablar
-Que yo – se señaló – asista a tu fiesta? –cuando dijo “tu” me señaló empujándome hacia atrás con el dedo índice – Por favor, cuenta otra broma – hablaba en voz alta, para que todos escuchen. Me sentía humillado.
-P…pe…pero – Callé –
-Oooww, el idiota está nervioso – su lengua era ácida. Me dañada y no sabía cuánto – Mira tonto, no iré a tu fiesta ni porque la persona más hermosa de aquí me invite – finalizó. Dio media vuelta y se marchó.
Me quedé para en medio del pasillo. Podía sentir como los alumnos se reían de mí a carcajadas. Quería llorar, escapar de allí y no regresar jamás. ¿Con que cara miraría a Taehyung ahora? Sería el hazmerreír del colegio entero.
Entre los estudiantes, se asomó Jimin acercándose a mí y sacándome de allí lo más rápido posible.
Estaba en shock, no lo superaría nunca.
-Vámonos- susurré
-Pero, Yoongi. El no sabe llegar solo –me rodeó por la cintura –
-Llamará a Jaejoong, solo vámonos ya – Me sentía ahogado. Y lo peor era que aunque el peli naranja me tratara como mierda en sus zapatos no podía odiarlo.
------------------------------------------------------------------
POV TAEHYUNG
¿Cómo el idiota podría hacer algo así? Invitarme a su fiesta, Já. Tan nerd y tan tonto. Debió suponer que le diría que no. Imbécil. Seguro sería una reunión donde leerían libros y harían problemas matemáticos.
Estaba en la salida del instituto cuando una mano volvió a tomarme del hombro. Este idiota no aprende.
-Suéltame imbécil, acaso no te quedo claro que es un “no”? o debo escribirlo en tu frente? –grité furioso. Mis manos ya se habían vuelto dos puños. Volteé con la mano en alto listo para dar un puñetazo. Era yoongi. Bajé el puño – Oh, lo siento Suga (era un apodo que le puse, me parecía dulce como el azúcar) pensé que eras el idiota de jungkook – me acaricié el cabello.
-Mi primo? - ¿Qué? ¿Jungkook, el nerd, era primo de esta hermosura? - ¿Lo has visto? No lo encuentro por ningún lado, debo llegar a casa. Llamaré a Jaejoong – tomó su celular, marcando el numero de un tal Jaejoong diciéndole que lo venga a buscar.
Yo solo observaba. Era hermoso. Al instituto le hacía falta alguien así. Su blanquecina piel, su delgado cuerpo eran una delicia. Quería saber que se sentía tocarlo, abrazarlo, besarlo.
Nunca me había enamorado. Siempre fui un niño que no quería esa clase de problemas con el amor. Desde que mis padres tuvieron ese trágico final amoroso, nunca creí que el amor te haga feliz.
Pero con Suga, era diferente. Sus pequeñas facciones, su perfume, todo en el me mareaba de sobremanera. Sabía que cuando lo observaba mi mirada lo violaba, pero no podía evitarlo.
Cuando lo ví llegar a la cafetería, mi mirada se clavó en él. Decidí ir a hablarle y resultó un chico muy cálido, dulce, simplemente perfecto. Mejor dicho, casi perfecto. El único defecto. Su primo era un imbécil.
No dejaría que ese defectito me impidiera conquistarlo. Sabía que era un poco mayor que yo y que se mudó aquí porque su novia lo engañó con su mejor amigo y no podía superarlo, pero yo haría que lo supere.
-¿Qué dices? – Preguntó sacándome de esa hipnosis que era él - ¿vienes?. Responde rápido. Jaejoong me espera – señaló con la cabeza a un chofer muy elegante, por cierto. Asi que era rico, también.
-Disculpa, no entendí muy bien. Repítelo por favor –le pedí
-¿Vendrás a mi fiesta en la casa de mi primo este fin de semana? – mi cara era pura confusíon ¿Esa era la fiesta a la que el nerd me quiso invitar? Si hubiera dicho que Yoongi era el anfitríon, era un “si” sin solo pensarlo – Es que vivo allí ahora, será solo por este año. Dí que sí – me rogó haciendo un pequeño puchero y yo, como iba a negarme a eso.
-Sí, claro. Nos veremos allá. Vete ya, aquel hombre se ve cansado – dije dándole una mirada rápida a su choffer – Adiós Suga – Saludé marchándome hacia mi casa. Giré mi cabeza y visualice como subía al coche. No volteó.
Dios, que dirían ahora cuando me vean allí. Nunca imaginé pisar la pequeña mansión de los Jeon, pero finalmente lo haría. Debía comprarme ropa nueva si quería impresionar a Yoongi. Esa noche, lo conseguiría.
Estaba cayendo bajo las redes del amor y debo admitir que no se sentía tan mal. Solo espero que esto funcione. Llegaría hasta circunstancias extremas si quería conseguir al castaño/cobrizo.Ya tenía mi respuesta. Le pediría ayuda al primo nerd. Eso haré.
“Si que estas en graves problemas.Mira hasta donde has caído” pensé.