La siguiente semana pareció irse en un abrir y cerrar de ojos para Luhan. Minseok prácticamente se había ido a vivir con él y su madre. Ellos comían juntos, hacían la tarea juntos, reían juntos, pasaban cada momento juntos. Pero el momento favorito de Luhan era cuando ellos solo se echaban a la cama con sus piernas entrelazadas, y hablaban.
—Quiero ser un cantante —dijo Luhan un día.
Minseok se apoyó en su codo. —Entonces hazlo. Podríamos usar el estudio de sonido de la escuela para hacer tu demo. Yo solía perder el tiempo haciendo mezclas cuando estaba en USA, así que puedo editarlo para ti.
Luhan suspiró. —Incluso si llegara a sacar un demo, no hay forma de que alguien me contrate. Ellos probablemente tirarían el demo a la basura sin siquiera escucharlo.
Inclinándose, Minseok besó los labios de Luhan suavemente y le tocó la mejilla. —No, no lo harían. Cualquiera que te oyera cantar se enamoraría instantáneamente de ti.
Luhan tiró de él para darle otro beso y pensó “¿Qué hice yo para merecerme un amor como este?”
A la mañana siguiente, fueron a la escuela a las 4 a. m. Eso les dio casi 4 horas para trabajar en el demo de Luhan antes de que la gente comenzase a llegar a clases. Fue difícil, cantando las mismas líneas una y otra vez, pero la canción que Minseok escogió era hermosa y Luhan no podía esperar para oír el producto final.
—Tu parte ya está hecha. Trabajaré en esto en la noche cuando lleguemos a casa y espero tenerlo terminado para el final de la semana.
Luhan se frotó las manos con nerviosismo. —Quizás deberíamos solo guardarlo para nosotros mismos. Ya sabes… como música solo para nosotros y mi madre.
Guardando sus cosas, Minseok camino y se paró al frente de su amante. —¿Por qué necesitaría un CD tuyo cuando puedo escucharte cantar en vivo para mí? Quiero compartir tu voz con el mundo —dijo y Luhan le dio un dulce beso que persistió en sus labios mucho después de que hubo acabado.
La escuela había sido diferente para Luhan desde que se mostró hace una semana con un nuevo corte de cabello. Y con Minseok a su lado con orgullo no podía evitar sentir un poco más de confianza. Luhan no esperaba que los otros niños reaccionaran como lo hicieron por su nuevo look. Las chicas, en particular, habían empezado a mostrar gran interés en él. Podía notarlas tomándole fotos o videos con sus celulares en clases y en los pasillos.
Cuando llegaba la hora del almuerzo, lo rodeaban tratando de hablar con él y dándole regalos como dulces y comida. Solo cuando Minseok iba a su rescate lo dejaban solo. Entonces, se mantenían un poco alejadas de ellos y tomaban fotos de los dos hablando y sonriendo. Ese día no fue diferente.
—Será mejor que te acostumbres a esto —dijo Minseok en el almuerzo. Comían debajo de un árbol al borde del campo de futbol de la escuela—. Cuando te hagas famoso será peor. Deberías practicar tu fanservice con ellos.
—¿Fanservice? —Luhan preguntó, poniendo una cereza en su boca.
—Mira esto. —Minseok giró hacia las chicas que estaban apiñadas juntas observándolos, les sonrió y las saludó con la mano. Un coro de risas y exclamación salió de las chicas. Luego, hizo un corazón con las manos, lo que llevó a una oleada de flashes, ya que empezaron a tomarle fotos con sus celulares—. Pero si realmente quieres enloquecerlas, entonces has algo como esto. —Se inclinó hasta que estuvieran a solo 6 pulgadas de distancia y limpió una mancha del labio inferior de Luhan. Gritos empezaron a surgir del grupo de chicas.
Una de ellas gritó: —SE LOS DIJE, BITCHES, ¡XIUHAN ES REAL!
Luhan se sonrojó hasta las raíces de su cabello y agachó su cabeza.
—Bueno, al menos sabemos que aprueben de nuestro amor —dijo Minseok con una risita.
Sin embargo, no todo el mundo estaba contento con los cambios que Luhan había estado mostrando. Había varios chicos, no sólo en su clase, que resentían el hecho de que Luhan y Minseok atrajeran tanto la atención de las chicas. Un par de chicos se acercaron a ellos y se sentaron bajo el árbol.
—¿Así que crees que estás endemoniadamente bueno ahora que tienes un nuevo peinado, Luhan? ¿Actuando como si fueras la gran mierda? —se burló el chico mayor.
Minseok rodó los ojos. —Igual que quién está hablando, Kris. Recuerdo como te veías en la escuela media. Obviamente, trabajaste duro para hacerte cambios, también.
El chico alto se estremeció y apretó el puño. —Me pareció reconocer tu nombre, Minseok. Pero simplemente no te reconocí por toda esa capa de grasa que solías llegar a todos lados. ¿Qué tal si te meto la cara en el inodoro como hacía, para recordar los viejos tiempos?
Luhan sintió como su ira empezaba a incrementar y se puso de pie.
Minseok se paró y lo obligó a sentarse de nuevo. —Déjame manejar esto.
Se paró al frente del grupo de chicos y miró a todos ellos. —Ya no soy ese niño asustado, pequeño y gordo, Kris. Puedo defenderme ahora.
Kris y sus amigos se miraron entre ellos y a su alrededor y empezaron a reír.
—Tienes razón. Ya no eres un culo gordo más. Ahora, eres un maricón, como la pequeña princesa Luhan.
Kris cayó al piso antes de que se diese cuenta de que lo habían golpeado. Minseok estaba encima de él con una mano agarrando la camisa del alto, mientras que con su otro puño le golpeaba la cara una y otra vez.
—¡No vuelvas a hablar mierda sobre Luhan, hijo de puta!
Demasiado conmocionados por el repentino ataque, los amigos de Kris solo se quedaron allí, con la boca abierta.
Después de lo que pareció una eternidad, pero que en realidad fue solo unos pocos segundos, un par de maestros pasaron por allí y separaron a Minseok de encima de Kris. El alto se incorporó y se limpió la sangre de la nariz.
—Voy a hacerte pagar por esto, marica. —Luego, se levantó y se alejó con amigos pisándole los talones.
Un profesor sostuvo a Minseok por los hombros y giró su rostro hacia Luhan. —Trae sus cosas a la oficina. Minseok no volverá a clases.
Luego de dejar el bolso de Minseok en la oficina, se dirigió al lugar donde había oído que se podía saltar los muros fácilmente. No había manera de que Luhan se quedara en la escuela después de lo que había pasado. Él estaba muy preocupado por Minseok para concentrarse y la mirada que Kris le había dado aumentaba su preocupación. Fue directamente a casa y espero pacientemente en frente de la puerta a que Minseok llegara.
Después de una hora, llamó al otro chico. —¿Dónde estás? Estoy esperando por ti en casa. ¿Estás bien? —dijo Luhan cuando Minseok contesto el teléfono.
—Estoy en mi casa. Iré allí más tarde, hay algo que tenía que hacer aquí —dijo Minseok, luego suspiró—. Me alegro de que regresaras a casa. Espero que no estés enojado conmigo.
—¿Por qué estaría enojado contigo? Tú nos defendiste. Solo sigo un poco sorprendido de que hayas estado en una pelea —dijo Luhan, mordiéndose los labios—. ¿Estás seguro que estás bien?
Minseok se rió entre dientes. —Mi mano me duele un poco y estoy enojado por estar suspendido dos semanas, pero por lo demás, estoy bien. Mira, solo estoy recogiendo algunas cosas y luego volveré. ¿Bien?
Luhan suspiró aliviado. —Bien. Nos vemos pronto.