CAPITULO 9. Antes de irse…
HARUKA
Desde que fuimos secuestrados, Makoto no ha dejado de ser golpeado con tal de tratar de protegerme, siempre él es golpeado. Me digo a mi mismo cobarde o miedoso por no defenderlo, pero me he dado cuenta que este hombre nunca quiere golpearme a mí, siempre es a Makoto.
-¡HARUKA! ¡Quiero que nades para mí! – siempre ocupa esa orden ¿Es que acaso no sabe otra orden para mí?
- No – respondí ante su orden – ¡recibiré mi castigo! – sabía que querría golpear a Makoto, por eso me precipité.
- Muy graciosito, pero no podría golpearte. Eres muy lindo para eso. Por eso siempre Makoto es quien recibe tus golpes
- ¡Déjelo en paz! ¡YO RECIBIRE MI CASTIGO! – me aterra la idea de que Makoto sea golpeado tantas veces porque algún día… él… podría…
- No me importa, ya te he dicho las razones, ahora por tu insolencia, Makoto recibirá más golpes – mis hombros fueron tomados con fuerza, dándome a entender que no me moviera y si lo hacía, iría mucho peor esta situación ¿Por qué nosotros tuvimos que estar en esta situación?- ¡MAKOTO! – reaccione al ver que mi amigo venía apresurado, pero temblando.
- S-si amo… ¿Puedo ayudarlo en algo? – él siempre lo miraba con desprecio, no entiendo porque. Mi amigo castaño se quedaba esperando a alguna respuesta pero lo único que vio fue una mano gigante directo a su cara. No podía soportarlo, era suficiente para mi, así que corrí donde estaba Makoto, interferí en la acción para ser golpeado, al menos una vez. Lo cual no paso.
- Haruka… - susurro con enojo - ¿Qué crees que haces? – arrastro aquellas palabras
- ¡Ya no quiero que Makoto sea golpeado!
- ¡Apártate! La orca es fuerte ¿no lo ves? El delfín es muy débil y lo soportaría, por eso tu nunca eres golpeado – Makoto y yo nos sorprendimos, eso quiere decir que… Makoto era llamado “la orca”, yo era “el delfín” ¿Qué necesidad ponernos nombres de animales marinos? – Ahora, retírense a su habitación, me tengo que ir – agradecí internamente esto, por lo menos ahora no habría golpes – Pero… Makoto, acompáñame – Antes de irse parece que tomo una decisión llevo a Makoto, agarrando su muñeca suavemente, luego lo llevo a su habitación y cerró la puerta. Cada que ellos entraban ahí, yo esperaba a Makoto, me sentaba a un lado de la puerta y lo esperaba para curar sus heridas.
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Se fue, pero… no todo acababa aquí, nosotros teníamos que limpiar “el desastre” que él dejaba. Makoto limpiaba y yo barría aquella habitación.
-Haru-chan…
- Ya te he dicho que sin –chan
- Lo siento, pero… no me siento bien, me duele mi cabeza –esto me preocupa ¿se cumplirá lo que tanto temía? No, no, no – Haru, Haru, ¡Haru! – no me di cuenta pero estaba temblando y llorando.
- Perdóname… - Aún me siento alguien impotente por no hacer nada. Lo abrace sin importarme nada ¿Qué haría yo sin mi mejor amigo?
- Haru… estoy bien… - trato de tranquilizarme acariciando mi cabello.
- No, no lo estás. ¡Puedes morir! – que es lo que más me aterra, cuando volvamos a casa ¿qué les diré a mis padres y sus padres? ¿Qué haré yo? No podría soportar la vida después de esto sin Makoto, necesito que me acompañe porque es mi amigo.
- Haru… - sus brazos dejaron de rodearme, ahora solo estaban a sus costados, su cabeza estaba gacha
- ¿Makoto?
-…- fue a la cocina sin responderme. Me quedé a esperarlo, aún mantenía esa postura, esta vez tiene algo entre sus manos ¿Por qué lo esconde?
-¿Makoto? ¿Qué…? – me quedé sin habla, él traía un cuchillo. Lo saco de su escondite y lo empuño contra mí, pude moverme y lo único que hizo fue dejarme un corte en el brazo - ¡Makoto! ¿Qué te pasa?
- ¡Yo no moriré, primero morirás tú! - ¿Qué le sucede? Makoto no es así, este no es Makoto
- ¡MAKOTO! ¡SOY HARU! – continuo tratando de atacarme, en este pequeño espacio.
- …- ahora parece que no quiere escuchar. Parece perdido, no tiene brillo en sus ojos.
-¡MAKOTO ESCUCHAMEEE! – le grite toco lo que pude, tome su cabeza y le sacudí un poco - ¡SOY HARU! ¡HARU-CHAN! – no se me ocurría otra forma de hacerle reaccionar, hasta que sentí sus brazos rodearme -…- ¿Era Makoto? - … ¿Makoto?
- … Sí, perdóname Haru… yo… no sé que me sucedió… solo sentí que dormía… - ¿Puede ser… trastorno*? No, no.
- ¿Makoto… como… te sentías…?
- Muy… mal… No quería decir pero… yo… me golpeó… con una vara metálica… - me abrazo con más fuerza… ese maldito… ¿Cómo puede hacerle esto a Makoto? ¡Juro que lo matare algún día!
NITORI
Desperté en una habitación blanca, con unos aparatos que chillaban a cada rato
-¿Dónde… estoy?
- En el hospital, no puedo creer que sigas vivo – me hablo un hombre de bata blanca
- ¿Porqué lo dice?
- Tú…Niño… Has sido muy valiente, te golpeas con una roca en la cabeza, sangras mucho y aún así sales a buscar ayuda para salvar a tus amigos
- Mis amigos… Makoto-senpai y Nanase-senpai ¿Dónde están?
- Lo lamento hijo – veo a mi madre a mi derecha, parece que estaba dormida – No… no pudieron alcanzarlos… - en seguida escuche sus sollozos.
- ¿Qué…? ¿Cómo? Yo… recuerdo que… pedí ayuda… ¿no pudieron alcanzarlos tampoco con eso?
- No…nadie sabe donde están ahora… - susurro aún con lágrimas en sus ojos.
- Mamá… fue mi culpa… - lloré junto a ella. Me recrimine durante un buen rato. Mi doctor me dijo que tenía vendada mi cabeza, quizás me picaría de vez en cuando, pero tengo llamará a la enfermera si eso sucede. Aún me sentía mal conmigo mismo, hasta que llegó la enfermera con un niño en silla de ruedas.
- ¡Ese escarabajo era enorme! ¡El más grande que he visto!
- Si, pero el querer atraparlo te trajo consecuencias y ahora tienes tu cabeza y pierna vendadas
- No importa, ¡saldré rápido y conseguiré a ese escarabajo gigante!
- Claro, claro. Mikoshiba-kun, no quiero que vayas a moverte bruscamente o sin necesidad alguna ¿entiendes? – le regaño la enfermera
- Está bien, pero no prometo nada – giro su cabeza a un lado y me vio, parece que se sorprendió un poco por no verme antes, pero se quedó embobado después.
- ¿Huh? ¿Estás viendo a Ai-kun? – cuestiono lo enfermera con curiosidad
- ¿Cómo se llama? – pregunto en un susurro
- Aiichirou Nitori-kun, pero… últimamente es muy callado, apenas nos habla,fue algo duro lo que le paso.
- No importa… Yo… le haré compañía.
- Eso espero, llévense bien, chicos. Tengo que atender en otra sala, por favor no hagan travesuras, en especial tu Momotaro-kun
- ¡No lo haré! – dijo en una posé de militar
- Ah… vaya chicos de hoy en día… - suspiro nuestra enfermera y se fue
- ¡Encantado de conocerte! ¡Soy Mikoshiba Momotaro! ¡Soy nadador de brazada con espalda!
- Aiichirou Nitori, nadador igual.
- ¡WOW! ¿Qué estilo? ¿Brazada de espalda? ¿De pecho? ¿Mariposa? – solo levante dos dedos con mi mano izquierda y le hice la seña, esperaba que comprendiera que me refería a la de pecho.
- ¿De pecho? – Asentí - ¿Por qué no hablas? – ladeo su cabeza a un lado, pareciendo alguien muy curioso.
- Yo… perdí a mis amigos… - no quería recordarlo, pero era en lo único que pensaba cada día desde que desperté-
- Oh ya veo… pero… ¿puedes hacer nuevos, no? – me intrigaba la forma en que quiere acercarse a mí, aunque no creo que me agrade este chico.
- Tal vez… pero quiero encontrarlos primero, no quiero hacer más amigos, no creo poder hacerlo…
- ¡Claro que puedes! ¡Todos podemos! ¡Mira, desde ahora yo soy tu amigo!
- ¿…Amigo? – no puedo… si está conmigo… puede que le cause algún daño, que se vaya, que me abandoné.
- ¡Sí! Ahora somos amigos ¿qué edad tienes? – este niño tiene una extraña forma de relacionarse con los demás.
- Tengo… 10 años - musité
- ¡Yo tengo 9, eres mi senpai! – gritó emocionado con una sonrisa en su rostro ¿nunca se le quitaría del rostro?
- ¿Senpai..? – baje mi mirada de nuevo, recordar el que les decía de esa forma a mis amigos me entristece más.
- ¡SI! ¿O te molesta?
-No…. Bueno, solo un poco – trate de parecer amable, pero no puedo.
-¡En ese caso te diré senpai hasta que te acostumbres! – me impresionaba que no fuera afectado porque estaba siendo cortante con él.
- No te entiendo… Te estoy tratando mal y tú estás soportándome, tratando de que seamos amigos.
- Es lo que hacen los amigos, además sería muy difícil y aburrido si juego solo – hizo un puchero después de decirlo, creo que es muy hiperactivo.
- No creo que puedas jugar con esa pierna enyesada.
- Estaré bien jajaja - ¿nada puede quitarle esa sonrisa traviesa que tiene?
Así el tiempo paso, Momo-kun siguió llamándome Nitori-senpai, aunque todos me llamaban por Ai-chan o Ai-kun, nadie me llamaba por mi nombre. Me acostumbre a él pero no se lo dije. Como ya había mencionado, el tiempo paso y… Momo-kun fue dado de alta. Él se despidió de mí muy triste, parece que también se había encariñado conmigo, pude hablar más gracias a Momo-kun, le dije adiós con lágrimas en mis ojos. Pero antes de irse me dio un medallón en forma de corazón con nuestras fotos
-Cuídalo bien… Nitori-senpai…
- M-momo-kun… - no sabía que decirle, esto era lo más lindo que me habían dado – lo haré… - le prometí con un abrazo antes de que se fuera.
- Momotaro – le hablo la enfermera – es hora de irte.
- Ya voy, nos vemos, senpai…
- Hasta luego, Momo-kun… - susurré cuando se fue
Jamás creí que lo encontraría de nuevo en la escuela media y le terminaría contando mis planes para encontrar a mis senpais
GOU
Ha pasado tiempo algún tiempo, no he visto a Makoto-senpai, tampoco a Haruka-senpai… ¿será que se aburrieron de jugar conmigo? No, no, ellos no harían eso. Mooo~ ¿Qué les habrá sucedido?
-¡Oi, Gou! ¿En qué piensas?
- ¡Oh! ¡Hermano! En mis senpai… ah…- suspiré
- ¿Tus senpai? –
-¿Nunca te conté de ellos?
- Creo que no… ¿Quiénes son? ¿Cuáles son sus intenciones contigo?
- Ninguna hermano, y ¡son Haruka-senpai y Makoto-senpai! Vienen a jugar conmigo cuando espero a mamá.
- ¡Ah es cierto! Ahora que me van a dejar primero a mí en mis clases de natación, a ti te recogen más tarde. Los siento Gou – es cierto, mamá tiene que estar al pendiente de los dos desde que papá murió en aquella ocasión. Como la maldición de nuestra familia dice: Los hombres Matsuoka son llevados al mar en edades muy jóvenes, como le sucedió a mi papá y dicen que a mi hermano también le sucederá ¡No quiero eso! – Pero… ¿por qué te preocupan?
-Porqué no han venido a jugar conmigo últimamente, son muy buenas personas.
- Ya veo… ¿Por qué no me cuentas como son?
- ¡Woaah! Hermano, parece que te interesa saber con quién juega tu hermana
- Para nada, es solo que me llamaron la atención sus nombres.
- Está bien…
Le conté a mi hermano todo lo que se sobre ellos, aunque creo que olvidé algo…
-… Y así Haruka-senpai gano su platillo favorito - ¿Qué será lo que olvido?
- ¡Whoah! Por lo que me estás describiendo… Parecen personas muy interesantes, en especial Haruka.
- ¿Te agrada Haruka-senpai? Apenas le conoces por mis relatos, pero es una persona muy seria.
-No me importa, parece alguien con quién pueda hablar muchas horas y hacerme su amigo
- ¿Seguro? No le agrada hablar mucho
- Yo le quitaré su timidez – contesto con confianza
- Pasa mucho tiempo con Makoto-senpai*, rara vez se separan.
- Haré que yo sea ahora esa persona de la cual nunca se separé.
- Pareces muy convencido hermano.
- Claro, hasta parece ser que deseas que tu hermano deje una oportunidad así – creo que ya sé que he olvidado…
- ¿Una oportunidad? No entiendo – quiero asegurar que mis sospechas son ciertas
-¿No es obvio? Mira, primero seremos conocidos, luego amigos, la enamoraré, tendremos una linda historia de amor, le pediré matrimonio y luego nos casamos ¿No es romántico? Parece una niña con la que tengo mucho en común. – al fin entendí que me falto decir.
-¡Hermano eso…! – ¡olvidé decir que son chicos!
- No me impedirás que ella sea mi esposa! Tranquila, ella va a ser muy buena amiga tuya, ¡y tu cuñada! ¡Ella será mi esposa!
- ¡Pero es muy apresurado!
- Bueno sí, pero primero quiero conocerla, antes de irme a Australia, quiero hacerle una promesa a ella y me esperará.
- ¿Hermano? ¿Te vas a Australia?
- ¡Ah si,! ¿No te había dicho? Me iré en una semana
- ¿Tan pronto?
- Sí… estaré bien. Quiero conocer a Haruka antes de irme, para que… le haga la promesa de que volveré por ella, como en esas películas románticas.
- Hermano… no…
- ¡RIN! ¡Ven aquí jovencito! ¡Te dije que terminaras tus deberes!
- ¡Ay! ¡Lo lamento mamá! Me voy Gou, antes de que mamá se enoje más conmigo – corrió con prisa para que no aumentara su regaño
- Pero… Haruka-senpai… es hombre… - si tan solo pusiera más atención a lo que digo.
~~~~~~
Han pasado las semanas y no he podido tocar el tema con mi hermano, solo se la pasa diciendo que se casará con Haruka-senpai. Dentro de unas horas se irá a Australia, no sabemos cuándo volverá pero esperemos sea pronto. Mamá ha decidido que tenemos que asar las últimas horas con mi hermano de la mejor manera, así que pasamos por el parque que está a unas cuadras de casa… En el lugar al cuál jugábamos Haruka-senpai y Makoto-senpai. He decidido adelantarme y veo muchos papeles tirados, tome uno de papeles de personas desaparecidas, entre esas personas no puedo creer que están….
-Haruka-senpai… y Makoto-senpai… - No, no, no, esto debe de estar mal.
- Gou! La pelota! ¿Por qué tardas tanto? – grita viniendo hacia a mí.
- ¡Hermano! Mira, mira – le muestro el folleto y solo se queda extrañado.
- ¿Niños desaparecidos?
- Sí, pero aquí están Haruka-senpai y Makoto-senpai ¡Mira! – señalo a los chicos, está preocupado.
- ¿Son chicos? ¿Con nombre de chica? – también no se le quitaba la mirada de sorpresa.
- Sí… - ¿Los odiara ahora? Seguramente, ahora dirá que se arrepiente de haber dicho todo eso durante varias semanas.
- Oh… Es una sorpresa, pero son geniales a pesar de todo
- ¿No los odias? En especial a Haruka-senpai
- No, para nada… ¿Por qué lo haría si yo me he confundido?
- Hermano…. Y sobre lo de… casarte con Haruka-senpai
- No va a cambiar, aún quiero casarme con él aunque nos cueste mucho.
- ¿De verdad?
- Por supuesto
- Espero tu decisión no cambie hermano
- ¿Era por el hecho de ser chico que no querías que me casara con él?
- Pues… en parte sí… Ya que tenias muchas esperanzas en que fuera chica ¿no?
- Eh… Pues sí, pero olvidemos eso, mejor vayamos a comer hamburguesas ¡sabes que son mis preferidas!
-¡Sí!
Las últimas horas con mi hermano fueron fantásticas, pero… siempre tiene que pasar algo por lo que regresamos antes de tiempo, la lluvia. Empacamos lo que faltaba, mi hermano se despidió de la casa.
-Adiós… Gracias por formar parte de mi vida, gracias por qué aquí he pasado muchas que no olvidaré jamás e hice mi promesa de casarme con el amor de mi vida… Claro quye tengo que conocerle bien primero, pero te prometo que lo traeré aquí, te voy a extrañar casa.
-Rin… vámonos, volverás aquí en Navidad y Año nuevo, pero si es triste que ya no estés a diario – hablo nuestra madre de forma nostálgica.
- Lo sé, mamá ¡Volveré casa! – Gritó y se despidió con su mano de la casa, como si fuera una persona.
- Ay hermano, siempre tan gracioso – reí antes lo que hizo mi hermano, espero vuelva como es y no cambie*
Tomamos el tren y caminamos mucho para llegar a dónde tenía que salir el avión, además tuvimos que esperar 2 horas para que el avión estuviera listo para despegar. Pero… antes de irse… corrió a abrazarnos.
-¡Las voy a extrañar mucho! – lloró en el pecho de mamá, no soportamos verlo llorar, así que hicimos lo mismo que él, lloramos.
- Ya, ya. Volveremos a vernos hijo. Olvidas que no es para siempre. – aunque nuestra madre lloraba, trataba de ponerse fuerte por nosotros.
- Cierto… Está bien. Les voy a dar orgullo a la familia Matsuoka.
- Así como tu padre lo deseaba, lo sé. Serás un gran nadador olímpico – mamá le quito algunas lagrimas que aún salían.
-¡Sí! – gritó emocionado secándose la lágrimas restantes de sus ojos.
-¡Mucha suerte hermano! ¡Te voy a extrañar! – me abalance a sus brazos, lo estruje muy fuerte.
- G-Gou… ¡Me asfixias! – gritó tratando de zafarse.
- Lo lamento… - respondí apenada.
- Pero que veo… mi niña es más fuerte que mi pequeño RinRin – rió mamá y mi hermano hizo un puchero.
- Mamá, no me llames como lo hace la abuela.
- Ya, ya. Ten un buen viaje hijo – le beso en la frente.
- Uff – exhaló - ¡Cuándo vuelva conquistaré a Haruka Nanase! ¡Escúchalo mundo! – salió corriendo hacia la puerta de abordaje. Mi mamá rió y yo me impresione ante la confesión.
- ¿No es Haru-chan del que hablaba? – cuestiono mi madre
- Sí, pero se convenció que aunque fuese un chico, él se casaría con él.
- Oh ya… Creo que tendré que programar esa boda jajaja – rió escondiendo su sonrisa.
- Creo que sí, jajajaja – reí también con ella.
CONTINUARA…