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Al caer la tarde por miss_seragaki

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Notas del fanfic:

DRAMAtical Murder Three-shot.

Pareja: Koujaku y Noiz

Advertencias: SAP, yaoi (no explicito), crack ship, hijos (no hay Mpreg así que… lol, no sé cómo clasificarlo)

Notas del capitulo:

Una caminata al caer la tarde. Un algodón de azúcar, dos padres y su hijo.

Mientras atravesamos el parque para llegar a casa, el sol de la tarde tiñe el cielo con hermosos tonos dorados y bermellones. El viento de primavera sopla cargado con el aroma de las flores y del azúcar quemada de los algodones que preparan cerca de los columpios.

 El pequeño niño rubio que camina tomado de mi mano va cantando alegremente con su aguda vocecilla.

 

-Guten Morgen Frau Sonne, guten Morgen, Herr Wind, guten...-el pequeño dejó de cantar de repente-. ¿Papi?
-Dime, hijo -le sonrío mientras miro sus hermosos ojos verdes.
- ¿Me compras un algodón de azúcar?
-Si comes dulces ahora, no querrás cenar.
-Te prometo que cenaré -responde con ojos brillantes.

 

No puedo resistirme a esos ojos, así que accedo a su petición.

 Cuando tenemos el dulce, nos sentamos en una banca cerca de la fuente. Mi pequeño se sienta a mi lado, luciendo muy feliz con su golosina.

 

-Pruébalo, papi -me ofrece -, pero no te lo acabes, ¿eh?

 

Me río y pruebo un poco del dulce, porque sé que si lo rechazo se sentirá ofendido. Es igual de orgulloso que su padre. También es igual de inteligente y formal que él. Salvo porque tiene los ojos rasgados como yo, podría decir que es la viva imagen de Noiz.

 

- ¿El tío Aoba va a venir en verano? -pregunta mientras juega un poco con la manga de mi kimono rojo. Le encanta que use kimonos. Hasta en eso es igual a Noiz.
-Sí, Erich -le acaricio los cabellos rubios con una sonrisa-. Aoba y Mink prometieron que te traerán un regalo muy lindo.
-Pero el tío Mink me da miedo -dice con vocecilla queda.
-Mink prometió que te enseñará a hacer un atrapa sueños. ¿Recuerdas?
-Mmh… -se queda pensativo unos momentos-. Me gustan los atrapa sueños.

 

Me abraza, recargándose en mi pecho. Mientras lo acerco a mi cuerpo y beso su frente, miro las gasas que cubren sus pequeñas rodillas. Erich se cayó en la escuela mientras jugaba, y tuvo que ir a la enfermería a que lo curaran. Podría haberse quedado así todo el día, pero su padre y yo hemos insistido mucho para que al escuela tenga cuidado de vigilarlo por si se lastima, y le hemos enseñado que siempre que se caiga o se golpee, se asegure de que lo revisen.

 La tecnología ha avanzado mucho en los últimos años, pero los medicamentos no alivian por completo los síntomas de su condición. Igual que Noiz, Erich padece un tipo raro de analgesia congénita. Por eso, somos muy cuidadosos con él… como no siente dolor, y sus otras sensaciones están disminuidas, podría lesionarse gravemente sin darse cuenta.

 Hace cinco años, cuando Noiz y yo decidimos aprovechar los avances tecnológicos para tener un hijo, él fue muy enfático en que usaran lo mejor de sus genes para mezclarlos en el laboratorio con los míos. Creo que tenía miedo de que algo saliera mal, pero ya que su condición no es hereditaria, es imposible anticiparla o prevenirla con mapeos genéticos.

 Los laboratorios hicieron su trabajo. La madre sustituta hizo todo como debía hacerse. Todo parecía perfecto.

 Cuando Erich cumplió un año, nos dimos cuenta de que algo andaba mal. Nunca había sido un niño particularmente llorón, pero en esa ocasión, cuando se quemó la manita por tocar la parrilla ardiente y no se inmutó, supimos lo que pasaba.

 Los médicos dijeron que era una desafortunada casualidad que Erich hubiese nacido con ese padecimiento, porque el tipo de analgesia que padece no es hereditario. Eso no cambió el hecho de que Noiz se culpase a sí mismo.

 Recuerdo que, mientras esperábamos a que finalizaran de hacer los estudios para diagnosticar la condición de nuestro hijo, Noiz comenzó a llorar desconsolado, repitiendo que todo era su culpa. Lo abracé con fuerza, repitiéndole que no era cierto, y que nuestro hijo era perfecto tal como era. Creo que al principio no creyó que esos fueran mis verdaderos sentimientos. Sé que tenía miedo porque sufrió mucho por su condición cuando niño. Sin embargo, conforme pasaron  los meses, se dio cuenta de que para mí, nuestro precioso niño es justo como debe ser.

 Sé que las cosas espantosas que nuestros padres nos hicieron pasar nos marcaron para siempre. Pero somos quienes somos por esas experiencias; por eso, sabemos mejor que la mayoría lo que es ser diferentes. Desde entonces, Noiz dejó de culparse y ha usado mucho de su dinero para mantener una fundación para niños como el nuestro. Su hermano Theo también ha invertido mucho en la fundación, y su empresa patrocina los eventos de recaudación de fondos. Se aprovechan de mi encanto para hacer que las mujeres ricas donen lo más posible.

 

- ¿Cuántas veces te he pedido que no le compres dulces antes de la cena, Koujaku?

 

La voz de Noiz llama nuestra atención. Está de pie a un par de metros de nosotros, con un gesto de impaciencia en el rostro. Siempre luce tan guapo cuando usa traje… y más cuando pone esa expresión de maestro estricto...

 

-Ah… no volverá a pasar -prometo, consciente de que miento descaradamente.

 

Él me mira con los ojos entrecerrados sabiendo que no digo la verdad, pero se acerca y me da un beso en los labios, haciendo que me avergüence un poco. Luego, le da un beso a nuestro pequeño.

 

- ¿Quieres dulce, papi? -le pregunta Erich con un gesto de inocencia, y como era de esperarse, Noiz no puede rechazarlo a pesar de que no le gustan las comidas dulces.
- ¿Me regañas porque le compro el dulce, pero te lo comes, Noiz?
- Tch -chasquea la lengua y luego me jala el fleco, aunque no me lastima -. A tu edad, sigues siendo un irresponsable.
- ¿Papi Kou, porque le dices “Noiz” a papi Will? -me pregunta mi niño, confundido.
- Bueno…verás. Tu padre y yo nos conocimos hace nueve años, y él usaba el nombre de “Noiz” en ese entonces-respondo con una sonrisa-. Es difícil llamarlo de otra forma luego de tantos años.
-Llevamos juntos seis años, y por cinco he usado mi verdadero nombre -Noiz me reclama, aunque sé que lo hace de broma. Luego mira a Erich -, pero a la edad de tu padre, es difícil recordar esas cosas.

 Erich nos mira con ojos inquisitivos.

 

 

- ¿Eres muy viejo, papi?

-Claro que no -lo siento en mi regazo-. Lo que pasa es que tu padre es todavía un mocoso, ¡igual que tú! -le doy un beso en la mejilla y le hago cosquillas. Sé que casi no siente los besos ni las cosquillas. Aún así, se deshace en risas.

 

Noiz nos mira unos momentos, y puedo ver algo de tristeza en su mirada. Supongo que, por un segundo, se preguntó qué tan diferente hubiese sido su vida si sus padres hubieran sido más como nosotros. Luego de unos momentos, sonríe y me extiende la mano.

 

-Los invito a cenar -dice con galantería-. ¿Me harían el honor de acompañarme?
- ¡Sí! -grita Erich, emocionado.

Supongo que cenar fuera no estaría mal.

 Me levanto cargando a nuestro hijo, y mirando para otro lado, tomo la mano de Noiz. Me siento muy avergonzado.

 

-No deberías hacer estas cosas en público.
-Deja de ser tan japonés, ¿quieres?

 

Se me escapa una risita mientras comenzamos a caminar. Noiz siempre me dice eso cuando me quejo porque me demuestra su afecto en público. A pesar de que han pasado ya seis años de que nos casamos y vinimos aquí, no me acostumbro… pero a él lo hace feliz, y a mí no me molesta en realidad.

 Sin aviso, lleva mi mano a su boca y me muerde los nudillos. No me aparto a pesar de que me duele un poco.

 

-Siempre haces cosas raras -le recrimino, avergonzado.
-Estoy marcándote para que no olvides que eres mío -sonríe con algo de malicia, haciendo que me sonroje. -Y cuando desaparezca, volveré a marcarte. Siempre.
-Maniático.

 

Erich nos mira, y de repente, me muerde el cuello, sorprendiéndome.

 

- ¡Te estoy marcando para que no olvides que eres mío! -me dice con una enorme sonrisa.

 

Noiz suelta una carcajada sonora. Me encanta escuchar su risa.

 

- ¿Papi, papi? ¿Puedo tener un kimono como el de papi Kou?
-Cuando vayamos de vacaciones a Japón, te compraré el que quieras.
- ¿Te comprarás uno también?
-Puede ser.
- ¿Y le comprarás uno a papi Kou?
- Le compraré todos los que quiera -dice mientras me mira a los ojos, y luego sonríe con arrogancia-. Y le compraré el más hermoso para que lo use solo para mí.

 

Me sonrojo tanto que siento que las orejas me arden, y Erich nos mira con interrogación. El niño aún no entiende esas cosas… pero un día lo hará. Además, aunque Erich no entienda, ¡Noiz no debería decir esas cosas frente él!

 Caminamos calle arriba mientras nuestro pequeño niño rubio canta alegremente con su aguda vocecilla.

 

-Ey, Koujaku -me dice Noiz sin mirarme-. Tengamos otro bebé.
- ¡Sí! ¡Quiero un hermanito! -mi niño rubio grita emocionado.
- ¿No prefieres una hermanita? -le pregunta mi esposo a nuestro hijo, con una sonrisa de oreja a oreja-. Una tan bonita como tu papi Kou.
- ¡Sí! -Erich exclama de inmediato y me abraza por el cuello.

 

Me sonrojo profusamente. Me siento feliz de tener conmigo a los dos hombres más importantes de mi vida… pero ciertamente me encantaría tener una niñita.

 

-No suena mal -respondo finalmente, con una sonrisa.

 

Mientras cae la tarde y seguimos caminando, deseo que esta primavera no termine jamás.

 

-Ende

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer este one-shot. Quedó un poco cursi a comparación de lo que suelo escribir, pero tenía ganas de algo más rosa y relajadito pues aún sigo peleándome con las feas truculencias que planeo para mi fic largo, DRAMAtical Black…

 Esta historia llegó inspirada por una imagen posteada en un grupo de DMMd y por algunos comentarios que se hicieron en el post (You know who you are, my Dramatics <3) (la pueden ver como portada). Cuando la vi, lo primero que me vino a la mente fue que Koujaku estaba con su pequeño hijo.

 Siempre he pensado que Kou y Noiz serían buenos padres en las circunstancias apropiadas, y como son uno de mis ships más preferidos de la vida, creo que juntos serían padres excelentes.

Quise que el pequeño Erich tuviera casi el mismo padecimiento que Noiz, porque aportaría a la historia un elemento SAP importante. Aunque es un one-shot, creo que se puede sentir el golpe al kokoro cuando se sabe que el pequeñín tiene el mismo padecimiento que su papi Memo jaja.
Como habrán notado, este fic se sitúa en el universo de la ruta de Mink, por eso Owba está con Papá Canelón.

 No tengo mucho más que decir. Como siempre, sus comentarios son deseados y bien recibidos.

(nota de edición: a petición popular 2 capitulos agregados)


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