Las semanas siguientes intente con todas mis fuerzas acercarme a Kuroko, pero, era imposible, siempre estaba con sus “guardianes”, llegaban con –tarde, por cierto-, una limosina lo recogía, y a la hora del almuerzo –más bien, 5 minutos antes-ellos aparecían y se llevaban a Kuroko, aunque yo lo llamaría más bien secuestro.
Deje que los pensamientos se esfumaran de mi cabeza cuando salí de la ducha, si no dejaba de pensar en el me convertiría en un acosador. En cuanto entre a mi habitación mi móvil empezó a sonar, era de lo mas extraño, pero aun asi lo tome.
-¿Quién-antes de que pudiera peguntar un grito casi me rompió los oídos.
-Taiga!!!, cuanto tiempo!-sonó al otro lado.
-Tatsuya… -si, ¿por?, esperabas llamada de alguien más?
-no, no en realidad.
-hum…vale!, dime, tienes planes para hoy?
-no-respondí mientras me ponía unos pantalones.
-genial!-grito en mis oídos haciendo que el teléfono se me callera, Dios Tatasuya!-…veras, Taiga, quiero pedirte un favor, ¿me encellarías a cocinar?
-¿eh?, pensé que solo te alimentabas de comida rápida y esas cosas.
-si, lo hago ¿y?
-…-me quede callado al oir eso, que Tatsuya quisiera aprender algo que no le importaba en lo mas mínimo, solo significaba algo, estaba enamorado -Tat
-se, lo que dirás…pero esta vez estoy preparado…solo quiero que si el me acepta..saber algo que a el le guste…
Himuro siempre es así, desde que somos pequeños, el aprendía algo nuevo para poder acercarse a la persona que amaba…pero, el resultado era el mismo, terminaba con el corazón roto, y yo tenia que pagar los platos rotos.
La última vez, se declaro a alguien que odiaba a los Homo, en verdad los odiaba, yo me entere y fui tras Himuro para impedir que se confesara y cuando lo encontré estaba completamente golpeado, en cuanto vi a Tatsuya en el suelo inconsciente y con el rostro lleno de sangre le rompí la cara a ese tipo, el lo culpo a el por…existir. Tatsuya intento suicidarse, antes vivíamos en USA donde había muchas de estas personas, por eso decidí traerlo con migo a Japón, aquí es un poco más normal.
-no quiero que termines como la ultima vez…-dije triste, en verdad no quería verle así.
-está bien…porque aun te tengo a ti…siempre me salvas…yo…yo se que él es diferente, también lo he visto muchas veces observándome, estaré bien.
-…-lo pensé un poco, y volví a pensarlo, y lo único que pensé fue si le hace daño solo tendré que romper su cara –de todas formas ya tienes que aprender a cocinar.
Después de mucho agradecimiento y mini-celebraciones de parte de Tatsuya quedamos en mi departamento en una hora, dijo que llevaría los ingredientes el, así que lo único que tenía que hacer seria limpiar mi departamento. El sonido del timbre se hizo presente por lo que intuí Tatsuya había llegado.
-Taiga!!!-grito mientras se arrojaba sobre mí.
-BASTA!!!-grite mientras me lo quitaba de encima-…solo han sido unas semanas.
-las más largas de mi vida!!!
-vale, vale, entiendo…vamos levántate-dije mientras le extendía una mano para que se levantase.
Himuro me explico que lo único que el quería aprender, era a hacer dulce, repostería y ese tiempo de cosas, el mi dio una imagen mental del crio al que quería conquistar solo con esos datos, incluso le dije que a lo mejor y lo metían a prisión por andar de pedófilo. Himuro y yo estábamos en Escuelas diferentes por el hecho de que el era inteligente. Para mi suerte Tatasuya aprendía rápido, lo malo era que la mayor parte del tiempo se la pasaba jugando, al final le tuve que prestar un poco de mi ropa, debido la hora acompañe a mi hermano hasta la estación.
-ten cuidado, es muy tarde-le advertí.
-deja de preocuparte por mí, Japón es muy pacifico-me dijo mientras se alejaba.
La noche no tardo mucho en aparecer, mi casa quedaba un poco lejos de la estación del tren pero aun así me pareció agradable caminar por la calle en una noche calurosa, me quede pensando en las palabras que me había dicho Tatsuya antes de irse, y en mi cabeza apareció Kuroko, no importaba que hiciera el siempre aparecía en mi cabeza. Pase por un bar y muchos moteles, eso era lo único que odiaba del lugar donde vivía, era casi como vivir en la “zona oscura” de la ciudad, justo cuando pase por un callejo vi moverse algo entre una bolsas de basura, primero pensé que era mi imaginación, pero cuando comencé a oír lo que parecía una persona llorando reconocí a la persona de inmediato, mientras me acercaba vi la cabera celeste sobresalir entre la bolsas negras.
Poco a poco los gimoteos y la respiración entrecortada se hizo más clara y la pude oír aun mas, y ahí estaba, Kuroko lleno de heridas, sangre y lagrimas, tenía los ojos cerrados, cortes superficiales y golpes, muchos golpes, me acerque a él hasta quedar a su altura y toque su mejilla con toda la suavidad que pude.
-no-no me hagas daño…por favor-dijo con la voz temblorosa, tenía los ojos cerrados.
-Kuroko-dije despacio, abrió los ojos y en cuanto me vi más lágrimas salieron, me abrazo y pude oír sus plegarias y palabras de gratitud así mi.
Cuando desperté mi cuerpo dolía, todo y cada parte de él, cuando abrí los ojos supe lo que me había pasado y desee poder olvidarlo, pero aun si lo olvidara las marcas en mi cuerpo me lo recordarían.
-al fin despiertas -oí por detrás, solo había oído su voz unas cuantas veces pero reconocerla fue sencillo.
-Kagami-kun-dije intuyendo que sería su casa-…me permites tu teléfono.
-Claro-dijo dándome su móvil rojo, mientras lo sostenía pensé en quien podría llamar, si llamaba a Kise-kun haría todo un drama, Aomine-kun sería lo mismo solo que más destructivo, Murasakibara-kun al no conocer a Kagami-kun seguro lo querría golpear, Akashi-kun tenía una junta muy importante hoy asi que el único que me quedaba era Midorima-kun , marque su teléfono y espere y espere.
-habla Midorima…
-Midorima-kun!
-…en este momento estoy ocupado, intenta llamar después…si eres Takao ni se te ocurra llamar-mientras me lamentaba a mi mismo, Kagami-kun apareció con una taza de té, la tome con ambas manos, era té negro, de mis favoritos.
-paso algo?-pregunto se le oía preocupado, y me pregunte a mi mismo como responder, como decirle a alguien que te han violado.
-…gracias-dije, escogiendo la mejor alternativa, cambiar el tema-me salvaste…otra vez.
-no te preocupes…por cierto, toma-dijo lanzándome un poco de ropa, mire la ropa y luego lo vi de nuevo a él, lo único que hizo fue suspirar-...son las 2 de la mañana, no puedes irte a casa, tu ropa esta sucia, la ducha esta allá-dijo señalándome una puerta-… he visto muchas veces este tipo de cosas…aunque no lo creas, además te encontré entre dos moteles, entiendo lo que paso, si no quieres hablar está bien…lo único que puedo hacer por ti es esto, hay toallas secas dentro, cuando salgas te preparare algo de comer, apresurarte-me quede sentado en el sofá, impresionado, el no me había obligado a decirle todo, como los demás, el entendió la situación al instante y me ayudo tanto como pudo-…te puedes levantar?-pregunto me sonroje, y baje la cabeza, después asentí mire asía arriba y vi que no era el único.